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Perú: Los que sobreviven (página 2)


Partes: 1, 2

 

Lo cierto es que en el ámbito político cunde el bandidaje, por decir lo menos, ya que quienes tienen cargos políticos vía elecciones o vía dedocracia, son justamente los que ya tienen dinero y posición, sean industriales, empresarios, banqueros y mayormente abogados de bufetes muy renombrados, de manera que al ascender al poder, su principal preocupación es defender justamente sus intereses. Se dedican a elaborar proyectos de ley que protegen sus industrias, se presentan en licitaciones gubernamentales, obtienen obras a dedo, practican el nepotismo y por ultimo hacen uso y abuso de su posición para cometer abusos a diestra y siniestra, violaciones, golpizas, crímenes, robos, y todo cuanto podamos imaginarnos sea solo propio de malhechores.

Todo esto ha devenido en un descalabro moral y falta de respeto a la autoridad y a los valores, de manera que la educación pierde sentido en un país, donde los llamados a hacer y respetar las leyes, son justamente los primeros en transgredirla y ser beneficiarios de la impunidad, salvaguardados en su posición, cargo o cuentas bancarias.

Todo esto sucede mientras el país sufre la insatisfacción de sus necesidades mas primarias, donde el desempleo promueve el canibalismo en los centros de trabajo, ya que por quítame esta paja, el cargo queda vacante a una mejor oferta de brazos desocupados.

De allí que surgen una serie de modalidades en estafa y aprovechamiento, mediante agencias de empleo que se dedican a recaudar los pocos soles que aun quedan en los bolsillos, de postulantes a puestos de trabajo fantasma, que solo existen en la mente del estafador.

En las calles y paraderos de buses es muy común ver ciertos tipos llamados "arrebatadores", quienes se aprovechan del mínimo descuido de los transeúntes o pasajeros para quitarles a la carrera sus pertenencias, utilizando técnicas ya aprendidas y perfeccionadas, para evitar ser atrapados, como el cambio de polos o el pase a sus compinches, bajo la "atenta o disimulada mirada" del policía de ronda.

Del mismo modo, en determinadas calles ya identificadas por las autoridades, se puede apreciar a jovencitas que ofrecen caricias y algo mas, debidamente resguardadas por los proxenetas y situadas a pocos metros de hostales, que en sucios camastros permiten que estas féminas vendan sus caricias por una cuantas monedas, exponiéndose al VIH y a otras enfermedades venéreas, al margen de confundirse entre la drogadicción y el alcoholismo ( Un millón doscientos mil alcohólicos en Perú, aunque deben ser mas. ¡Deprimente dato!).

Todo esto es perfectamente conocido por las autoridades, quienes tienen cámaras estratégicamente situadas y registran estos hechos, sin embargo no hay acciones que permitan frenar o desaparecer estas lacras. A mi parecer no hacen nada porque no hay alternativas que puedan dar solución a esta problemática y ello es básicamente trabajo.

¿De dónde proceden estos jóvenes arrebatadores y estas jóvenes prostitutas? pues sencillamente de los conos norte, sur y este de la gran Lima, de distritos donde viven grupos humanos excluidos, siendo los lugares mas nombrados Comas, Villa el Salvador y Lurigancho, sin que ello excluya a otros distritos en donde el fenómeno es igual de vigente, por ejemplo Callao.

Del mismo modo, los centros de expendio de drogas son conocidos y las personas también, ya que hoy día son apresados y a los pocas horas están nuevamente en la distribución del narcótico. Hay lugares donde se reúnen por grupos los consumidores, entre los cuales algunas vez fueron detectados policías en uniforme, como una canchita ubicada en la primera cuadra del Jr. 21 de Septiembre en Comas.

Sé de mas de un policía que ha ingresado a ese grupo de consumidores y han provocado mas de una tragedia familiar, pero el mal invade todos los estratos y distritos. Frecuentemente se cubren noticias de hijos de "familias bien" que viven inmersos en el sub-mundo de las drogas y el alcohol, siendo este fenómeno propio de la investigación de la sociología y la psicología, pero que de toda forma, es el sistema quien debe procurar su desaparición.

Tanto el robo, la prostitución, el alcoholismo y el consumo de drogas tiene una explicación y es el hambre, la violencia familiar y social, la falta de trabajo y oportunidades para la juventud. Últimamente se ha creado un ente gubernamental que tiene a su cargo la Juventud, pero de nada sirvió, sino solo para dar cargos y sueldos a gente allegada al gobierno, los que no dieron soluciones.

Ante cada problema surgen Comisiones a todo nivel, de ministerio, congreso, etc., con gente asalariada en planillas de privilegio, pero que nada aportan a la solución de la problemática.

Esto sucedió en Diciembre de 1998 y Enero de 1999 cuando se promulgó la ley 27050 o Ley de la Persona con Discapacidad, se creo un organismo llamado CONADIS y la consiguiente plana de funcionarios con muy buenos salarios, mientras tanto el sector de personas con limitaciones físicas y/o sensoriales sigue en la misma condición de exclusión y abandono.

La falsedad, la mentira, las falsas expectativas son clásicas, desde el sector gobierno, donde incluso en algún momento se detectó, que la Fiscal de la Nación, la persona encargada, previa investigación, de dar inicio a los procesos judiciales a los delincuentes, dicha persona ha mentido al falsear datos referentes a su edad, con una diferencia de 4 años, hecho realizado con premeditación y que frente a la presión del periodismo y ciertos políticos ha tenido que solicitar a la RENIEC organismo de identificación nacional, proceda a la rectificación pertinente.

Recuerdo en Mollendo el 2002 me enteré sobre el Director de un Centro Educativo que estuvo involucrado en falsear datos en la partida de un alumno, luego fue Regidor Municipal y así tendríamos muchos casos de autoridades que han caído en estos errores, todo ello perjudica la formación de nuestra juventud.

Esta cultura de mentira y engaño, es irradiada desde los altos sectores de gobierno y político a la sociedad, va contaminando a toda una población que recurre a ese medio para procurarse algún beneficio y entonces surgen alumnos, chóferes, obreros, abogados mentirosos y luego surge el engaño vía piratería, estafa en diversas modalidades.

Se engaña con el sueño de la casa propia, del viaje al extranjero, donde incluso se ha dado a conocer sobre las mafias de tratantes de blancas, que se surten de guapas jóvenes con el engaño del trabajo en muchas partes del mundo, para reclutar chicas y luego esclavizarlas y prostituirlas, de la manera más sanguinaria y retrógrada.

Los medios de comunicación, especialmente el televisivo suma negatividad al programar series deformantes del carácter, donde nunca falta la presencia de travestidos y desviados que irradian modelos equivocados de conducta. Este mismo tipo de individuos se encarga de pervertir y seducir a niños y jóvenes al submundo del sexo sodomita, que degenera a la juventud y hunde luego en el mundo de las drogas, alcohol y VIH.

Esos medios de comunicación que transforman un suceso, ciertamente desagradable, en la comidilla televisiva y hasta en la guerra de los canales y como cierta animadora que dice ser fiscalizadora, utiliza poses y lenguaje procaz, para derramar hiel en la pantalla y cae en el mismo error que critica. Programas televisivos que son ridículos, con artistas que supuestamente han realizado estudios profesionales, protagonizando roles ridículos, transformando ciertos espacios en un desperdicio de tiempo, recursos y energías, al mismo tiempo que deforma la mentalidad de niños y jóvenes, que son sus obligados espectadores, al no tener alternativas en la pantalla chica, salvo para aquellos que tienen dinero y optan por el cable.

Todas estas conductas crean un clima adverso en la sociedad y quienes buscan crecer y desarrollarse, ven truncadas sus esperanzas, ya que se vive en medio de estas lacras que lejos de edificar destruyen y siembran desesperanza en la sociedad.

Frecuentemente recibo correos de jóvenes y señoritas que tienen tendencias suicidas y desesperados buscan consejo y asesoría, para escapar a ese comportamiento social. Cuando realizamos entrevistas, nos enteramos de sus orígenes, hogares destruidos, padres irresponsables, falta de trabajo, promiscuidad y muchas otras causas que siembran desesperanza en sus tiernas almas. Lo que es peor, aparecen jóvenes con ciertas conductas equivocadas, que simplemente imitan los comportamientos culturales de su entorno, de su familia, barrio, escuela, etc., y van hundiéndose cada vez más, en un abismo insondable, del cual resulta muy difícil salir.

Pero ¿qué hacer, si desde las altas magistraturas del estado surgen modelos equivocados? ¿Qué hacer si quienes están llamados a cumplir las leyes y dar ejemplo de ello son los primeros en delinquir? Roban, mienten, estafan, se burlan de la justicia y con su dinero y poder, pervierten autoridades y tuercen la justicia.

Por eso es que no logramos desarrollar, ya que nuestro país se va hundiendo en el culto al desorden, al contrabando, a la piratería de obras, a la falsificación de títulos, donde hasta los mismos allegados al gobierno ejercen profesiones que nunca estudiaron, ocupan cargos que pertenecen a profesionales sin serlo, donde un abogado es director de salud y un ingeniero presidente de EsSalud, cuando alguien que no se graduó en leyes es Ministro de Justicia y muchos que nunca estudiaron Derecho Internacional o siguieron la carrera diplomática resultan embajadores y hasta fueron nombrados ministros de estado.

Todo eso refleja improvisación, informalidad en la administración de un estado, se es irreverente con las leyes y se hace tabla rasa de las normas jurídicas, que justamente dan estabilidad a un país.

Las leyes privilegian a castas adineradas y de poder, se parcializan hacia donde emana el efluvio del dólar, a familias con apellidos no necesariamente de abolengo, sino de poder transitorio, pero que tienen momentos de dominio omnipotente. Incluso surgen intocables, que sostienen o creen que el hecho de ocupar altos cargos les hace inmunes de la ley o que la ley no puede tocarles ni siquiera citarles, el hecho de ser presidente, cardenal o ministro, no le hace a una persona intocable, son justamente ellos quienes deben dar el ejemplo, ante la necesidad de testificar o dar testimonio de moralidad y obediencia, sino entonces ¿que le queda a un simple ciudadano?, ¿seguir esa tónica y resistirse a obedecer las leyes y los mandatos de las autoridades? No es así señores, un padre, un jefe una autoridad es la primera persona llamada a dar ejemplo de legalidad y civismo.

Cuando en una comunidad reina la verdad, el trabajo y la honradez, sabios principios que se practicaron en el Imperio Incaico, lo cual va unido a la solidaridad, entonces tendremos una cultura en vía al desarrollo y no una cultura degradada.

Pero ¿quiénes empezaron a darnos este mal ejemplo Pues sencillamente los poderosos, quienes en base al agio, el engaño y el aprovechamiento erigieron sus fortunas y hoy persisten en seguir engañando y robando lo poco que tiene el pueblo.

Hoy el pueblo sobrevive, mientras otros, "los vivos", reiteran generación tras generación sus engaños y explotaciones, en base a lo cual mantienen sus fortunas en crecimiento y con ello se protegen, rodeándose de la seguridad provista por políticos asalariados, y otros que no cejan en asesinar a quienes se atrevan a denunciar sus actos contra la sociedad.

Inclusive se valen de cualquier medio o artimaña, para quitar del medio a quienes valientemente denuncian o clarifican asuntos turbios, sembrando "pruebas" fabricadas para llevar a juicios y cárcel a sus detractores, valiéndose para ello de policías, fiscales y jueces corruptos, después de todo, ellos tienen la sartén por el mango y manipulan los medios de coerción a su antojo, seguridad del estado, fiscalía, juzgados, de manera que ni aún dentro de las cárceles se pueda respirar tranquilidad, ya que una vez dentro son eliminados en supuestas reyertas de internos.

Esa es la justicia del poderoso, esa es la manera de deshacerse de quienes se atreven a criticar, denunciar y poner a la luz las oscuras maniobras del poder que con dinero y amenazas todo lo compra, todo lo tiene. Ese fue el fin del periodista radial Alberto Rivera Fernández, el 21 de Abril del 2004.

Ellos lo tienen todo a su favor, ¿acaso no sabemos de cuántas personas han pasado años en la cárcel siendo inocentes? Allí enfermaron y hasta murieron en el abandono. No me tiembla la mano al escribir esto, porque es la verdad y ese es el valor que alienta mi alma y mi verbo, ya que mentir si debería acobardarnos, mientras que la verdad es alentadora, vivificadora e iluminante.

Los pobres seguirán siendo pobres, los que están en miseria morirán en el intento de arañar la tierra, muchas madres languidecen buscando pan para sus hijos, lloran amargamente y riegan con su pena y dolor la tierra que les niega sustento.

Los ricos y poderosos seguirán teniendo miedo, si, miedo que les roben su dinero, dinero mal habido, a costa de la sangre y enfermedad del obrero: sus familias ignoran en parte la pena que causa esas ganancias, de las que se ufanan sus maridos, pero lo que saben les martiriza, pero en la indolencia que crece a la par de la desvergüenza, también son cómplices, por ser exigentes de lujos, fiestas y viajes, por presionar con sus caprichos, por ufanarse del brillo de sus salones, mientras el pobre muerde polvo junto a los perros que comparten sus habitaciones, pero no necesitan guardianes a la puerta de sus humildes esteras, porque no tienen miedo de perder los tazones de plástico, que a duras penas llenan de agua, para poder lavar las pocas ropas que cuelgan de sus paredes.

Esa es la diferencia señores, ese es el drama y esa es la causa del subdesarrollo. No es la ociosidad, no es ser pobre el delito, lo grave es teniendo los medios no ser capaz de crear una sociedad solidaria, donde la riqueza se reparta de manera mas equilibrada donde las distancias entre uno y el otro sean mas cortas, donde no se alimenten cada vez mas los resentimientos y los rencores, al ver como los que todo lo tienen, se burlan de los que tienen nada.

Conozco personas solidarias, muy pocas pero las hay, se solidarizan en su medida y comparten lo que recibieron de la vida en su suerte y en el trabajo; se de algunos que buscan compartir; se de otros que por lo menos tienen compasión y ello les permite voluntariamente compartir la vida de los otros y revierten su sabiduría enseñando, educando y hasta conviviendo, con los que en su miseria van creciendo lentamente, con la sonrisa de saber que la compasión es buena, es sufrir con el otro. Las Damas de Rojo del Hospital del Niño en Lima Perú, son un ejemplo de esto, mientras que muchos tienen lástima y al mismo tiempo nada hacen, simplemente dicen ¡Pobrecito…!

Ojalá algún día podamos compartir una sola mesa, un pan universal y la alegría de que cada amanecer signifique la misma esperanza para todos, entonces ese día el sufrimiento habrá desaparecido y una eterna sonrisa de gozo, de perenne bienestar, inundará nuestros corazones, con trabajo y sustento, con abrigo y complacencia.

 

Jorge Paredes Romero

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