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La gerencia en el contexto de la transcomplejidad (página 2)


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Así Viloria (2000) plantea que la gerencia después de una larga evolución caracterizada por su énfasis en aspectos específicos del amplio y complejo de espectro temático que implica la gerencia del siglo XX entro al siglo XXI reflexionado acerca de dos conceptos claves: conocimiento y competencia que invitan a repensarla.

Por su parte, Drucker (2006) es otro autor que opina que aún la nueva economía no ha llegado y que esta va a exigir mucho por la rapidez del cambio; por lo que la gerencia debe ser distinta. Así pués, el mismo Drucker (1999) ya planteaba que la gerencia ha de tener como su punto de partida la suposición que no hay una tecnología exclusiva sino que, por el contrario, todas las tecnologías podrían influir de manera importante en cualquier organización.

Igualmente, la gerencia tiene que suponer que no existe un uso final dado para ningún producto o servicio y que, inversamente, ningún uso final va a estar asociado exclusivamente con cierto producto o servicio. La gerencia es evidente, entonces, se encuentra contenida en diversos metacampos del conocimiento donde confluyen la psicología, la antropología, la política, la lingüística, la ecología, economía, historia y la filosofía.

Algunas implicaciones de lo anterior son que los no clientes de una organización, incluso de una universidad vienen a ser tan importante como los clientes, si no más importantes. Otra implicación es que el punto de partida para la gerencia ya no puede ser su propio producto o servicio, ni siquiera su mercado conocido y los usuarios finales conocido de sus productos y servicios. El punto de partida tiene que ser lo que los clientes consideran como valor. En este aspecto Drucker (2006) señala que "El impacto de la Red en la educación superior seguramente será mucho mayor que cualquier negocio ". El centro de gravedad.ya se está desplazando de educar a los jóvenes a la educación continuada para adultos" (p.68).

Es evidente, la complejidad que envuelve el significado de la gerencia, más aún si se le refiere a la gerencia universitaria con base en la estructura funcional desde la cual se pretenden gestionar los procesos académicos que comprometen en lo interior la formación de personas. Así como, en lo externo, la capacidad de participar en la orientación de los problemas nacionales que tienen incidencia sobre el desarrollo regional y nacional.

Esta doble condición institucional, es la particular razón que asume la gerencia universitaria dado que como modelo de gestión soportada por las competencias personales del gerente y las oportunidades del entorno para alcanzar los objetivos institucionales, se desenvuelve en un ámbito cuya producción social se da en medio de múltiples racionalidades y distintas autorreferencias explicativas cual es la universidad.

La Transcomplijidad. Una Nueva Cosmovisión Investigativa

Hablar de transcomplejidad necesariamente demanda referirse a la complejidad y a la transdiciplinariedad. La complejidad puede estudiarse desde dos puntos de vista. Uno es el de la complejidad científica, nacida en el ámbito de la matemática (Poincaré y sus ecuaciones no-lineales), de la Física (Heisemberg) de la Teoría de Sistemas (Lorente y May, Teorías del Caos), de la Cibernética (The Cybernetic Group). Este paradigma de la complejidad científica obligó a un cambio de enfoque desde una visión determinista de los objetos predecibles superando una visión aleatoria-probalística, hasta una visión caótica, pasando por una visión compleja como fase de transición.

El segundo tipo de complejidad es el planteado por Morín (2003) "como un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados. Es la dialógica orden/organización. Supone temporalidad, no lineada, aleatoriedad, autoorganización, probabilidad para extraer nueva información. Desde este punto de vista la complejidad es una concepción distinta del hombre como sujeto que estudia la realidad desde una perspectiva dialógica. Es una ciencia del hombre y para el hombre. Es una aventura de acción cotidiana con vocación transdiciplinar, donde los diferentes aspectos del saber están en constante interacción y complementariedad.

La transdiciplinariedad, por su parte, planteada por Morín como el método de la complejidad, proviene del prefijo trans que se refiere a lo que simultáneamente es "entre" "a través" y "más allá" de la disciplina. Implica una idea que es más amplia en perspectiva e, incluso, trascendente. Denota disolución de fronteras e integración de campos de conocimientos, introduce la reflexibilidad.

La investigación transcompleja es, entonces, un proceso bio-afectivo cognitivo, pero también socio-cultural-institucional-político de producción de conocimientos, como un producto complejo que se genera de la interacción del hombre con la realidad de la cual forma parte. Este enfoque supera las disyunciones sujeto-objeto, y abre camino a lo interaccional y a lo reticular, como fuentes constitutivas de la realidad compleja. Se enfatiza el momento relacional, de articulación, de coproducción conjunta de la realidad.

En este enfoque investigativo se asume la noción de sujeto de naturaleza propia al individuo viviente. Morín (2003) plantea un principio de identidad complejo que posibilita la subjetividad y la objetivación del ser sujeto. Así como el de identidad colectiva, el de nosotros en relación dialógica: relaciones entre los seres humanos y la naturaleza, observadores participantes y activos en la construcción de la realidad investigada, así como la comprensión de la misma. Se trata de objetivar la complejidad del sujeto que investiga, a la vez que distinguirlo sin apartarlo de aquello que investiga.

Objetivar la tarea de pensarse a sí mismo siendo a la vez sujeto conceptuado y objeto conceptualizado, es subjetivarla de manera compleja, no idealista. Esta subjetividad compleja, según Morín (ob cit), integra conciencia, pensamiento y racionalidad; pero también inconciencia, sueño, irracionalidad y mito. Esta dimensión subjetiva se encuentra tanto en el investigador como en el vínculo con el otro, en el otro y en el arsenal de conocimientos y saberes que cada quien posee. Es básico, entonces, en este enfoque, el desdoblamiento del investigador en: (a) sujeto que observa y (b) objeto observado (por sí mismo).

En tal sentido, se asume al hombre como un ser complejo, dotado de capacidad de razonamiento, pero también de motivación afectiva. De acuerdo a Vilar (1998) es una nueva cosmovisión antropo-físico-biológico constituida por una red inmensa de complejidades neuronales, sensoriales, psíquicas y sociales, que se multiplican con el transcurrir del tiempo.

Surge, así, una nueva ciencia transcompleja que pretende entender el mundo a partir de redes y de interrelaciones. El conocimiento, entonces, ha de ser aproximativo y referencial. Desde el enfoque de la nueva ciencia, no hay separación de naturaleza entre los pensamientos y las acciones. Para Valdez (1996), la creación de conocimientos y su validación se convierten en un proceso interdependiente.

Esta ciencia se fundamenta en el consenso y, a la vez, en conflicto que marcha al mismo tiempo, según, Morín (2003), sobre cuatro bases independientes: la racionalidad, el empirismo, la imaginación y la verificación. Para Najmanovich (2001), es la ciencia de la creación, porque la noción de la historia está ligada a la creatividad en un universo evolutivo complejo; en tal sentido es una ciencia de múltiples epistemes cognitivas: comprensión, conceptualización y explicación multicausal.

En este mismo orden de ideas, Lanz (2000) la caracteriza como una ciencia de la complejidad, una ciencia de la diversidad referida a lo múltiple, al pluralismo de la razón, a la diversidad ecológica, cultural, estética.

Una ciencia del caos y la indeterminación que rompe con toda linealidad y con los modelos casualistas. Una ciencia de las verdades.que se define heterogénea. una ciencia transdiciplinaria que rompe.. Con los encierros de la lógica de las disciplinas y abre el conocimiento a la inmensidad de las interpretaciones, dando lugar a nuevos territorios poblados de nuevas preguntas (p.3)

La Investigación Transcompleja de la Gerencia

Cuando se intenta comprender el alcance de la gerencia, surgen diferencias por cuanto su naturaleza dependerá del contexto en el cual se plantee. De manera que no es lo mismo aludir a sus implicaciones en un ámbito dominado por la economía, que en otro regido por las fuerzas políticas. O todavía más cuando se refiere a la universidad como ámbito movilizado sobre la intelectualidad y por tanto la gerencia del conocimiento, en términos del proceso epitesmológico, ontológico y axiológico de búsqueda de saberes.

Así mismo si se pensara en detallar lo que es y lo que no es gerencia, considerando para ello criterios cualitativos, cuantitativos e ideológicos. De ahí que para referir el sentido de la gerencia, debe comprenderse primero que las realidades son complejas. Por esa misma razón se conjugan una serie de racionalidades cuyos efectos terminan produciendo situaciones tan azarosas como inciertas.

Investigar la gerencia universitaria con fines de transformación, comprende según Monagas (2008) una serie de acciones que tocan desde lo sociológico hasta lo económico, pasando por revisiones que inciden sobre lo teórico y lo metodológico ya que la conceptualización y praxis de la gerencia contiene la fuerza necesaria para sensibilizar no solo actitudes, sino también voluntades que pueden girar en torno a la posibilidad de incidir cambios en la racionalidad de los procesos académicos en virtud de sus complejidades. Más cuando de acuerdo a Nieto Echeverri citado por Monagas (ob cit) a la gerencia le corresponde enfrentar la dificultad de acercarse a los problemas con visión de totalidad, que le incluya a ella misma, que le permita ver los extremos a la vez y por lo tanto comprender las relaciones.

En el contexto universitario, esta situación adquiere mayor relevancia por cuanto en ella convergen intereses espirituales alineados con creaciones intelectuales asociadas con ideas, conceptos, criterios, referencias explicativas, teorías y prácticas. Asimismo las relaciones de trabajo entre los miembros de la comunidad universitaria tienden a gravitar alrededor de razones que si bien buscan exaltar la espiritualidad, entendida como condición que favorece la sensibilidad y el idealismo en tanto momentos de la socialización, igualmente pueden reflejar posiciones encontradas. Si a esto se le suma el problema de la planificación, organización, coordinación y evaluación de procesos académicos, supone enormes dificultades y complicaciones.

Justamente, tan enmarañadas especificidades, muchas veces redundantes en contradicciones, pero también en posibilidades para generar conocimientos, es lo que hace eminente la investigación transcompleja de la gerencia.

De acuerdo a la UNESCO (1997), la transcomplejidad es inseparable de una nueva visión y de una experiencia vivida. Es una vía de autotransformación orientada hacia el conocimiento y hacia la creación de un nuevo arte de vivir. En este sentido, la investigación bajo este enfoque debe adecuarse a problemas transversales, transnacionales y multidimensionales como a las grandes macroteorías. Desde ese punto de vista, la elección de un tema deberá concebirse como una apertura a espacios colindantes.

Es así como caracterizar una situación de investigación gerencial en el marco de la transcomplejidad requiere de una descripción contextualizada e integradora, en relación a etapas precedentes y a sus potencialidades de continuidad; se interpreta, así, en conexión con lo histórico y desde una opción de futuro, con énfasis en la posibilidad innovativa, inventiva, autotransformativa de los sujetos, donde se incluya la posibilidad de aparición de ramificaciones, asociadas al azar y a cualidades emergentes, rumbos nuevos, impulsados por elementos extraños, que no pueden ser establecidos desde el inicio del proceso.

Es necesario construir una visión más flexible de la causalidad social y de las formas de intervención en el cambio que necesariamente tiene que incorporar la incertidumbre y la subjetividad como fuerzas intervinientes en el curso de los acontecimientos. Es necesario considerar lo humano y lo tecnológico, lo económico, y lo político, lo ético y lo estético, la afectividad y la creatividad, lo normativo y la costumbre, la intuición y la espiritualidad, de la experiencia del investigador y de la participación de los actores del proceso, donde se integre el conocimiento científico, filosófico y lo cotidiano, con la utilización de multimétodos.

En tal sentido al plantear los objetivos se debe considerar que son la razón de ser y hacer de la investigación; por lo tanto, se requiere que sean congruentes entre sí, ya que están orientados a la obtención de un conocimiento. Normalmente, los objetivos se dirigen a describir las características de la realidad, comprender las posibles relaciones entre sus elementos estructurales y anticipar la posibilidad autotransformativa de la realidad estudiada. En este aspecto, Leal (2005) señala que, al reconocer lo inacabado e indeterminado del conocimiento, los objetivos deben expresarse como propósitos que se van configurando a medida que se van logrando.

Reflexión Final

Pareció pertinente concluir esta disertación con unas reflexiones finales basada en los planteamientos de la CRES (2008), que vuelven la mirada hacia la problemática de la gobernabilidad de las universidades, si se entiende que la gerencia es hacer que las cosas se hagan, es evidente que la universidad latinoamericana padece un déficit de gobernabilidad, entendida de acuerdo a Samoilovich (2008), " como la capacidad de articular un proyecto institucional y de llevarlo a la práctica " (p.321). ¿A que se debe esto?

Las universidades son entidades complejas, integradas por grupo de profesionales con una propia historia, programas educativos a distintos niveles. Cuanto mayor es su tamaño y mayor la variedad de disciplinas, mayor es su complejidad. Pero definir a la universidad como una organización compleja no es suficiente. Hay que analizar su heterogeneidad desde el punto de vista del posicionamiento de los actores en relación con dos parámetros críticos para el desempeño de la organización: la identidad institucional, y su mayor o menor grado de sensibilidad a las señales del entorno.

En este sentido Samailovich (ob cit) habla de cuatro tipos de actores. En primer lugar los académicos, (Tótem) su principal grupo de referencia son los colegas a nivel nacional e internacional. Son actores importantes ya que constituyen la base de las formas colegiales – cooperativas de autogobierno. También puedan ejercer influencia haciendo valer su prestigio o a través de una acción gremial. Es un grupo heterogéneo que puede incluir a profesionales bien calificados, como también a jóvenes con menor calificación. Su identidad institucional es alta y su apertura al entorno baja.

El segundo tipo de actores (antena parabólica) esta igualmente representado por académicos, que a diferencia de los anteriores, están claramente insertados en un medio profesional y en contacto con organizaciones externas, públicas o privadas, a quienes ofrecen sus servicios. A menudo, forman enclaves de excelencia en la organización, que no aprovecha sus conexiones y competencias. Muchas veces a la inversa, la pertenencia a la universidad le otorga un crédito que el profesional valoriza en sus actividades principales. Al ser éstos los grupos más productivos, tienen acceso a recursos externos y esto les da mayor autonomía. Tienen baja identidad institucional y alta apertura al entorno.

Un tercer grupo de actores está constituido por los funcionarios y empleados administrativos (engranajes). Tienen poca identidad institucional y poca apertura al entorno.

El cuarto tipo de actores son los directivos institucionales (estructuras holomórficas), en los distintos niveles de responsabilidad de la organización: rectores, vicerrectores, secretarios, decanos, directores, coordinadores, entre otros. En general, tienen escaso poder y capacidad para liderar cambios, sea por condicionamientos políticos, financieros o de otro tipo. Tienen alto grado de identidad institucional y cierta apertura al entorno.

La institución puede ser así visualizada como un campo de fuerza en equilibrio y tensión, ya que cada uno de estos actores tienen sus intereses, sus paradigmas, sus símbolos sus vínculos suelen ser aleatorios, discontinuos, indirectos, con efectos recíprocos débiles y lentos en producirse, las fuerzas de especialización son más importantes que las fuerzas de integración. La autonomía de cada una de las partes puede ser mayor que la autonomía del conjunto, la estructura no determina los procesos. Son organizaciones al mismo tiempo abierta y cerrada, indeterminada y racional, espontánea y deliberada. Requiere entonces una gerencia compleja.

El autor citado identifica 16 procesos que agrupa en cinco categorías en un mapa conceptual (senderos de innovación) con dos propósitos: (a) inspirar a los líderes en los tipos de procesos que deberían ser impulsados en las universidades y (b) orientar la investigación sobre los procesos de gobernabilidad. Las categorías son:

1. Fortalecer el núcleo de la dirección. Implica (a) sistemas de elección de directivos, (b) creación de órganos colegiados de gobierno más operativo, (c) participación de los grupos de apoyo en los órganos colegiados.

2. Integrar la organización a través de temas de información, (d) gestión de la carga académica, y (e) revisión de los sistemas internos de asignación de recursos.

3. Profesionalizar la administración al: (f) fortalecer las funciones administrativas, (g) mejorar la gestión financiera, (h) y mejorar la calidad de los servicios.

4. Estimular el corazón académico con base a: (i) sistemas de atracción, selección y retención de personal académico, (j) extender de la educación continua y a investigación por contrato para la innovación de funciones centrales de la institución y (d) uso de los resultados de la evaluación y acreditación.

5. Desarrollar una cultura emprendedora para lo cual se debe: (k) estimular la cooperación con actores externos a todos los niveles, (l) diversificar las fuentes de financiamiento, y (m) elaborar proyectos especiales ECO (apertura al entorno) – EGO (construcción de una identidad).

No constituyen acciones aisladas, se interrelacionan para producir una secuencia de cambios, que lleven a una nueva red desde la visión de un trayecto alternativo, no desde los límites existentes, sino desde la ruptura que trae un nuevo paradigma, lo transcomplejo.

Referencias

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Autor:

Dra. Crisálida V. Villegas G.

Decana (e) de Investigación, Extensión y Postgrado

Universidad Bicentenaria de Aragua

UNIVERSIDAD YACAMBU

PROGRAMA DE POSTDOCTORADO EN CIENCIAS GERENCIALES

Barquisimeto – Venezuela

29 de Mayo del 2009

Partes: 1, 2
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