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Nada y Dios (página 2)

Enviado por alejandro_alv


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5. La nueva teología: ¡la potencia de la realidad!

  1. 19 "Pero más vale estar loco de felicidad que loco de dolor; vale más bailar torpemente que andar cojeando. Aprended de esta sabiduría mía: hasta lo peor de las cosas tiene dos lados buenos."

    (Nietzsche: "Así habló Zaratustra". Discursos de Zaratustra. Cuarta Parte. El hombre superior.) La "ciencia de la sabiduría" por excelencia, ¡cuantas veces fue campo de batalla de las ideas! Como en todo, siempre existen los dos inevitables enfoques: el enriquecedor y el contradictorio. ¿Es que por ventura esa sabiduría ha de ser, por el contrario, una fuente de conflictos? Aquellos grandes filósofos son como pilares en la épica de la Humanidad… ¡Cuánto ingenio y poderío perdidos vanamente!.. ¡Hay que recuperar a nuestros filósofos! ¿Por qué buscar la confrontación? ¿Por qué no la concordia? Cada "gran hombre" ha establecido su pedestal en tarimas pétreas que, contrariamente al deseo de sus críticos, se han mantenido a lo largo del tiempo… El consenso general acerca de la gran talla de un prohombre, debería al menos hacernos reflexionar sobre "sus logros", su "obra principal". La historia de la filosofía esta salpicada de hitos imprescindibles en la evolución del pensamiento humano. Deberíamos, pues, acudir una vez más a ellos. ¿No habéis percibido que en realidad las ideas divergentes, o más criticables de cualquier pensador aparecen en las "fronteras del conocimiento", más allá del "horizonte predictivo" (para usar esa expresión actual)? Una teoría filosófica (como cualquier otro tipo de teoría) empieza a ser dudosa cuando entra en el terreno de la "especulación" del filósofo, en ese terreno frontera (horizonte predictivo) caracterizado por la "falta de información". Pero esto mismo ocurre con la misma ciencia: en el interior de ese "espacio" limitado por su horizonte predictivo "es cierta", fuera no. ¿Por qué no nos esforzamos en entresacar toda esa formidable sabiduría de los (grandes) filósofos para usarla como "catapulta" hacia el futuro?.. Podría criticársenos por el hecho de que esa "extracción" de sabiduría, por el mero hecho de su extracción está ya sesgada. Al fin y al cabo es el procedimiento que desde antiguo se ha utilizado para "justificar cualquier ideología"… La novedad ahora estriba en utilizar un procedimiento más aséptico, cual es el citado, el de los horizontes predictivos. Es evidente que todo enunciado que se refiera a situaciones que entran de lleno en niveles tecnológicos a los que no se había llegado en épocas pretéritas, estará fuera del horizonte predictivo y por ello debe ser rechazado. Esto último puede aplicarse a aquellos que aún actuales o contemporáneos, están enmarcados en áreas distintas a las propuestas originalmente, donde si gozaban de un amplio consenso. Por desgracia esto último es mucho más usual de lo que parece, si no fijémonos en la cantidad de especulaciones vertidas por científicos fuera de los campos en que realmente son autoridad (y como abuso, las declaraciones de muchos premios Nobel fuera del ámbito de sus respectivas especialidades). Simplemente, son enunciados emitidos en espacios más allá de su horizonte predictivo, por lo que no deben gozar de ninguna credibilidad. Mas, muchos de los grandes logros, la sabiduría de la que hablamos, tan cercana a lo que llamamos realidad (que comprende tanto a la ciencia como al campo artístico o el poético), por suerte, al estar referidos sustancialmente a la propia naturaleza, interioridad del ser o esos aspectos subjetivos del hombre, son muchas veces atemporales, por lo que suelen tener vigencia casi en cualquier época. Es a ellos a los que debe dirigirse nuestra mirada, sobre todo en el tema que nos ocupa que no es otro que la búsqueda de una nueva teología "renovada", para lo cual no es preciso dejar obsoleta o caduca la anterior… Es, quizás, la socorrida expresión de la teología de los "nuevos tiempos". Pero, sorprendentemente, hasta ello nos conduce en gran parte a una "reedición" de la anterior. Es, simplemente, un retoque de la anterior debida fundamentalmente al aporte, la sabiduría, de nuestros "maestros filósofos". Y es que la lección que nos dan los genios de la filosofía es muy clara: el pensamiento es realmente filosófico cuando busca y abarca lo universal del diálogo. Las "discusiones" son básicamente medios de comunicarse entre sí los filósofos, y con el Logos como sistema total de significados. La apertura propuesta hacia los otros es en sí acceso al Logos: el devenir del espíritu elevándose hacia la unión. La filosofía enseña que toda unidad parcial deshumaniza. Según Hegel, lo verdadero es el Todo. La verdadera unidad debe ser unidad Total, y así lo proponen grandes filósofos como Hegel, Husserl o Bergson, a la vez racionalistas, románticos y filósofos de la historia. (Las tres grandes corrientes filosóficas del siglo XIX, como dimensiones del hombre: razón, corazón y libertad). Para Hegel el racionalismo alcanza su apogeo cuando guarda en sí las dimensiones no racionales de romanticismo e historia. Husserl a su vez, invita a la subjetividad a entrar en la esfera universal de los significados. La filosofía muestra la insuficiencia de las distintas actividades del hombre; la cojera de las distintas visiones del mundo recaladas en un solo aspecto de nuestra condición como el utilitarismo, el psicologismo, el sociologismo, etc. En fin, invita a meditar sobre la tragedia humana: ese desgarramiento del ser que aspira a la unión La corriente existencialista, tan mayoritaria en el siglo anterior, hace prevalecer, como producto de la crisis o la angustia, la existencia sobre la esencia. Su profundo análisis de la existencia hace avanzar considerablemente el sentido de la libertad humana. Por el contrario, la esencia es el maná del que beben filósofos como el español Zubiri y el alemán Schopenhauer.

  2. Aportación de los (grandes) filósofos

    "En cada pueblo hay una tabla de valores. Pero daros cuenta de que es la tabla de sus superaciones; fijaos que es la tabla de su voluntad de poder."

    (Nietzsche: "Así habló Zaratustra". Discursos de Zaratustra. Primera Parte. Las mil metas y la única meta.) Actualidad porque son imprescindibles sus bagajes en la construcción de la "nueva" teología. Al igual que en filosofía, es urgente limar las divergencias para construir una "unidad" con base en la diversidad. Una esperanza: No hay nada más contrario que los opuestos complementarios, y sin embargo a partir de los mismos se construye el ser. Esto nos demuestra que a partir de la diversidad puede construirse un "cuerpo" único, una doctrina única, una metafísica. Eso sí, hemos de acostumbrarnos a la ausencia de descalificaciones, para lo cual es preciso la familiarización con lo otro, para así comprender su parte positiva, lo enriquecedor de la diversidad. La diversidad biológica es un bien recientemente reconocido por la comunidad científica; hasta ya hoy día hay una conciencia general al respecto. Pero, de igual modo, las distintas culturas, las diversas idiosincrasias son el tesoro más valioso que guarda la Humanidad entera. Y dentro de las culturas, ocupan un poderoso lugar las distintas religiones que las sustentan. Si se analizan de forma simbólica, alegórica, dichas culturas religiosas y las enfocamos desde el impacto, o lo que significan en los sentimientos más íntimos de sus respectivos fieles, todas ellas guardan similitudes y rasgos muy significativos. Es ahí donde hay que buscar el "engranaje" entre todas ellas, donde son compatibles en la finalidad de la construcción de un "cuerpo" común. Y es ahí donde quisiéramos situar nuestra teología. Llegados a este punto es hora de ofrecer nuestra ¡invitación global! A todos vosotros, creyentes y no creyentes, porque al fin y al cabo todos creemos en nuestras convicciones, y hasta las de un ateo pueden tener cabida en un "sistema único", amplio, en el que "quepan". ¡Manos a la obra!; ésta es vuestra propia obra. Os invocamos a esta magna tarea; magna en cuanto a su significado, no tanto en su sistemática, sino en remoción de trabas, de contradicciones, en la necesaria inmolación si es preciso (el ocaso de Nietzsche) para dar paso a un nuevo espíritu, como ave fénix renaciendo de sus cenizas. No busquéis enemigos; después de este aldabonazo, ya no lo son. ¡Sois camaradas en una gran empresa! No hay lugar a la indiferencia, más camino que el que te une. ¡Yo moví mis velas hace tiempo y se llenan del "viento que sopla"!.. Y su fuerza no se aplaca con el tiempo: ¡es ya un huracán! Aún así mi navío espera al tuyo, pues enorme es la escuadra necesaria para surcar las misteriosas aguas del formidable océano abierto ante nuestros ojos… Nuestro norte es claro, y la fuerza, la querencia, la "voluntad de querer"… ¡Todos estamos invitados a caminar en esa dirección única!.. El camino une, resultado de nuestro deseo, nuestra voluntad. El viaje en pos de la misma meta es un camino hacia la semejanza, la similitud, la unidad. El futuro sólo trae amigos, mejor, iguales. ¡Enemigos e indiferentes quedaros atrás!

  3. Actualidad de culturas y religiones: ¡Invitación global! (*****)

    El astrofísico Reeves nos dice que para que aparezca una "propiedad emergente" se requiere un "espacio de libertad donde azar y necesidad puedan encontrarse y fertilizarse". A primera vista, a esta "admirable" frase no habría nada que objetar, puesto que "lo bueno si breve dos veces bueno"; breve sí, pero ¿bueno?.. La intención es clara, puesto que el fin que persigue es la "reintroducción" de la libertad en la vida; nuestra objeción estriba más en la forma en la que "pretende" esa justificación. Poéticamente no queda mal eso de "encontrarse y fertilizarse", mas no deja de ser una figura retórica, mejor que justifique a Monod ese pretendido mecanismo a través del cual "actúan" azar y necesidad. Que sepamos, en le evolución de Monod no es preciso ese "espacio de libertad", puesto que se trataría simplemente de una cuestión de azar, con una "modelación" posterior a cargo del ambiente. Por otro lado, en realidad nos agrada la introducción de ese "espacio de libertad" en la evolución aún cuando, claro está, nuestra visión es radicalmente distinta. Para nosotros es la teoría del caos, los estados irreversibles, junto al útil concepto de horizonte predictivo, y a nivel submicroscópico la incertidumbre cuántica quienes fundamentalmente introducen ese espacio de libertad. Mas la importancia del tema radica, más que en el espacio de libertad mismo (al menos a su mismo nivel), en la cuestión de ¿qué o quién "ocupa" ese espacio de libertad?, puesto que si de nuevo (siguiendo a Monod) es el azar quien hace su aparición, la evolución seguiría siendo "ciega": ¿Dónde estaría, entonces, la creatividad?.. Y aquí entra de lleno nuestra teoría, nuestro alegato a favor del ser: ¡Es él quien ocupa ese espacio! Gracias a esa libertad y la propia "acción" del ser, apareció la creatividad. Capítulo aparte representaría la cuestión de las llamadas "propiedades emergentes". No dudamos que puedan existir las mismas, a menos como "aparentes", mas en el caso general, en nuestra opinión, no son más que producto de la "amplificación suficiente" de ciertos efectos que aún existiendo con anterioridad, no alcanzaban el nivel o umbral necesario para ser percibidos. Ahora bien, no creemos que estemos en el mismo caso anterior. La propiedad emergente de la que estamos hablando no es, ni más ni menos, que la "vida" respecto a la materia que la sustenta. Nuestra opinión es que no existe tal propiedad emergente, sino que la materia "por sí" ya posee la citada propiedad (la vida). Aunque todo depende de la definición de vida que adoptemos, sobre todo si la limitamos a ciertos "efectos visibles o perceptibles" (por la criatura humana que somos nosotros, por supuesto). Nosotros aseveramos que la materia, toda la materia, es la "residencia" del ser, así que desde este punto de vista, la vida "anida" en la materia desde siempre,… y en toda materia. Y es que hay un sin fin de seres "dentro" de esa materia, ya que toda "estructura o forma" de la misma "centrada sobre sí misma" es un ser, o sea, una vida en el más amplio sentido. No hay emergencia de ninguna propiedad, simplemente "emerge ilusoriamente para nuestra percepción", puesto que nuestros órganos o capacidades poseen ciertos umbrales precisos para su funcionamiento. No es nueva la actitud de Reeves, queremos decir del científico en general, al tener que reconocer un hecho evidente cuando hasta entonces era negado. La ciencia ha utilizado este recurso en multitud de ocasiones. La fórmula sería la utilización de nuevas palabras, o nuevas formas de aplicar los conceptos, para no reconocer de forma clara los errores cometidos al dar por hecho o respaldar teorías o axiomas que en ningún modo eran seguros, pero que eran adoptados como "estado de opinión general" o "visión del mundo conveniente a la época", algo que diciéndolo con claridad, en realidad nunca tuvieron una aceptación unánime. Siempre, aquí y allá, se alzaron voces las más de las veces acalladas por la desacreditación y el olvido. En todo tiempo hubo poetas que se alzaron contra aquel materialismo que negaba como caduca la visión de ese hálito, ese espíritu que anidaba por doquier… En todo momento hubo creyentes que defendieron con su corazón esa fe que chocaba con los himalayas de la "razón", que se cernían aquí y allá sin solución de continuidad… En todo tiempo y lugar, en fin, había pensadores y hasta mismos hombres de ciencia (etólogos, psicoanalistas, etc.) que contra la opinión mayoritaria defendían espacios y ámbitos en los que creatividad y libertad eran condicionamientos indispensables para sus teorías… Como siempre la "realidad", en definitiva "los hechos" han dado al traste con aquellas formidables creaciones del materialismo (como las del eminente Bertrand Russell, etc.), por cierto, tan faltas de vida y espontaneidad… La realidad supera con mucho a la ciencia y, quizás, hasta el mismo entendimiento humano. Viene a colación la circunstancia de que el consciente, totalmente imprescindible en la elaboración de nuestra ciencia, es ni tan siquiera la pequeña parte visible del iceberg que supone el inconsciente. Y nos congratulamos de todo ello. Por fin empezamos a hacer justicia a todo aquello que había quedado de lado ante la arrolladora irrupción de la ciencia, como vanguardia del indudable progreso técnico. ¡Estáis de enhorabuena poetas y soñadores, pues vuestra actividad vuelve a ser de este mundo!.. ¡Creyentes, no os pierda ahora vuestra vanidad pues la modestia sigue siendo una virtud! ¡Nosotros, que tanto hemos luchado por ti, por fin reímos íntimamente y hasta estentóreamente, igual que Zaratustra el ateo! ¡Ven a ocupar ya tu pedestal, espíritu!

  4. ¿Propiedades emergentes? (****)

    "¿Podríais, acaso, crear un Dios? Entonces, ¡no me habléis de dioses! ¡Al superhombre sí que podéis crearlo! Quizá no podréis crearlo vosotros, pero podríais convertiros en padres y ascendientes del superhombre. ¡Que esa sea vuestra mejor creación!"

    (Nietzsche: "Así hablóZaratustra". Discursos de Zaratustra. Segunda Parte. En las islas afortunadas.) ¡Qué valentía se necesita para matar a Dios!…¡aún cuando ello suponga nuestro propio ocaso! Tal fue el dilema del propio Friedrich Nietzsche en su encrucijada vital. Mas, como su propio superhombre, supo elevarse de su desgracia, cargar sobre sus espaldas esa profundidad del abismo y levantar sobre ellas al propio hombre en una lucha desesperada, tras mil y una derrotas, pero con la firme esperanza del logro final para ennoblecer a ese hombre, contra viento y marea, aunque sólo fuese como ascendiente del héroe capaz de superar al mismo hombre hasta transformarse en un dios "terrenal", es decir, sujeto a la variable tiempo de la vida (aunque eterno "desde el tiempo"). Y es que Nietzsche percibía, intuía, cómo ese "alumbramiento" futuro de alguna forma ennoblecería al propio hombre (el hombre superior capaz de la proeza) "iluminándole" desde el futuro… De algún modo, el filósofo adivinaba que ese superhombre, al hacerse "eterno", tendría la capacidad de "irradiar sus dones" al universo todo; quien sabe si por ello "fue posible la "Creación". Es tal el paralelismo entre la intuición de Nietzsche y la teoría desarrollada en nuestras obras que no deja de asombrarnos, aún cuando las vías usadas en uno y otro caso sean totalmente dispares… ¿coincidencia o trasfondo críptico?.. Nos gustaría la segunda posibilidad, aunque en honor a la verdad las similitudes sólo llegan hasta ahí, puesto que la famosa aseveración "¡Dios ha muerto!" está en completa contradicción con lo que propugnamos. El ocaso, la tragedia de Nietzsche, precisamente radicaba en esa "necesidad": ¡Dios ha muerto! Añadiríamos que si no ha muerto habría que matarle, pues es el único modo que encontraba el filósofo para dar "rienda suelta" al hombre. El ennoblecimiento de sus hermanos (el hombre) precisaba de la muerte de Dios (al menos a los ojos de dicho hombre). Lo cierto es que para Dios la actitud de ese hombre, por su insignificancia, le era indiferente. Y para el hombre ese Dios, por su inaccesibilidad, le era superfluo. Esa era al menos la posición de Nietzsche. El revulsivo, la forma de hacer reaccionar al hombre en busca de su dignidad y su nobleza, era enterrar a Dios, para que aquel pudiera ejercer con "plena libertad" (ya sin trabas ideológicas o religiosas) su voluntad de poder. Nietzsche tenía un firme convencimiento en las fuerzas del hombre (superior) o sus descendientes para "parir" el superhombre, aunque ello les supusiera un profundo dolor de parto" (hasta el punto que les llevaría al "ocaso"). Las fuerzas del hombre, es obvio, son limitadas y el universo precisa un creador ilimitado, prácticamente eterno, por ello Nietzsche, también precisaba del ocaso del hombre, para que de sus cenizas pudiera surgir la fuerza inimaginable (para el entendimiento humano) del héroe que le superaría en todos los sentidos: el superhombre. Como dijimos, un dios "terreno", es decir, con todas las potencias de Dios, pero nacido de la tierra (lo temporal), del mismo hombre. Pues bien, ¡Dios no ha muerto!.. No es precisa su muerte. En la época del filósofo alemán "la visión de la vida" no permitía otras especulaciones, otras opciones que las que le condujeron a la necesidad de ese óbito. Y ello suponía una esperanza. Mas, en todo el desarrollo de la teoría presente no es precisa la muerte de Dios (por supuesto, contando con la indiferencia del propio protagonista). Es más, todo conduce felizmente a lo contrario. No sólo Dios no ha muerto, sino que nunca estuvo más vivo, porque ese dios al que Nietzsche llamó el superhombre, es nuestro propio Dios. Es el único Dios imaginable en nuestros presupuestos. Aquel antiguo Dios que nos enseñaron en la escuela, que las religiones tradicionales propugnaban, es ese superhombre del que habla Nietzsche. Dios Padre e Hijo a la vez. Algo posible sólo en el marco de nuestros razonamientos. ¡Por eso nos enamora la lírica de Nietzsche!.. ¡Ha encontrado al Dios que buscábamos, y que era el mismo que conocíamos!.. Ahora bien, supuestos conceptos que habíamos establecido sin verdadera apoyatura lógica, quedan removidos, pero el problema no va a más… No hay paradoja que no pueda ser resuelta. ¡El amanecer de tu día ha llegado! ¡Imagino danzando tus huesos, entre muecas de risa estentórea, removiendo el helor de tu tumba! ¡Tú: el ateo Nietzsche – Zaratustra!

  5. ¡Dios no ha muerto!

    "¿Quieres retirarte a la soledad hermano? ¿Quieres buscar el camino que te conduce a ti mismo? Aguarda un momento y escúchame. Dice el rebaño: "Quien busca se pierde con facilidad. Quien se aísla incurre en culpa". Y tu has formado parte del rebaño durante mucho tiempo. La voz del rebaño seguirá resonando en ti. Y cuando digas: "Ya no tengo la misma conciencia que vosotros", tus palabras tendrán un dejo de lamento y amargura. Fíjate que esa amargura tuya será también un eco de la conciencia única; y que en tu tribulación continuará brillando el último resplandor de dicha conciencia. Pero si deseas recorrer el camino de tu tribulación que te conduce a ti mismo, muéstrame el derecho y la fuerza que te asisten para acometer semejante empresa. ¿Eres una fuerza y un nuevo derecho?, ¿un movimiento inicial?, ¿una rueda que gira por sí misma?; ¿eres capaz de hacer que las estrellas den vueltas en torno a ti?

    (Nietzsche: "Así habló Zaratustra". Discursos de Zaratustra. Primera Parte. El camino del hombre creador.) …No es malo ser rebaño. ¡No!, no el buen rebaño. Y entre tanto, ¡cuánto tiempo te espera camarada!.. ¡Tan pocos y tan lejanos!.. ¡Vela por guardar la preciosa llama, pues, no sea que al final no podáis siquiera reconoceros!.. El viento sopla sí, pero ¡qué pocos despliegan sus alas!.. ¡No importa!.. Tu barco que sabe el camino, no se amedentra ante borrascas vociferantes, ni cantos de sirena… Allá van de un lado a otro un sin fin de goletas llenando el océano: un zigzag errante, pastoso y nutrido… ¡Tú si sabes el camino!.. A lo lejos, como un simple punto, otro barco prosigue su rumbo, ¡tu rumbo!.. Al final del horizonte, allá en el confín del tiempo se adivina una incipiente flota: sois vosotros, ¡el buen rebaño! Hoy estás en soledad, hermano. Has vuelto hacia adentro tus anhelos… Tu foco potente no emite. Hay que descender delicadamente, "entre algodones", a esa "profundidad"… Mas, allí, ¡ay!, el fogonazo de tu presencia lo llena todo… Mientras, hermano, se paciente. ¡Cuida mucho de tu llama, no se te apague!.. Tu linaje viene de arriba, del futuro… Tu nobleza es tu descendencia: ¡Hijo de tus hijos! Y tú hijo de la tierra.. ,¡por ello no ajeno!, ¡tu misma sangre!: ¡tu mismo!.. Esa línea va directa desde allí arriba hasta ti, hasta tu igual: tu hermano. ¡Ese es el rebaño bueno!.. Aquí y allá existís… Vuestro dolor de parto engendró el Ser; de ahí viene vuestra nobleza. La nobleza de un linaje. Él, el Ser, bajó al abismo, lo profundo de tu ser, delicadamente, "entre algodones", y te encontró. ¡Os encontrasteis! Un tremendo fogonazo disolvió en uno lo que parecía múltiple… ¿Ajeno, pues? No, ¡tu mismo!.. La infinita Potencia, la infinita Facultad se substanció en ti, ¡lo no ajeno!, ¡tú! Tu, hermano, saltaste por encima de miríadas de estrellas y universos y le alcanzaste. No hay límite en tu nobleza, en tu linaje… ¡Qué importa que ahora seas pequeño, y te arrastres por la tierra!.. Tu interior precisa muy poco espacio, ¡infinito en tus adentros!.. ¡No ves que el mundo da vueltas alrededor de ti!

  6. ¿Algo ajeno (Dios): No, ¡tú mismo! La nobleza de un linaje
  7. La fuerza co-creadora. ¡Arrinconemos el mal!

"Todavía seguimos peleando, día a día, con es gigante que es el azar, y hasta ahora toda l humanidad ha estado regida por el sinsentido y el absurdo. ¡Que vuestro espíritu y vuestra virtud, hermanos, sirvan al sentido de la tierra! ¡Renovad el valor de todas las cosas! ¡Para eso habéis de luchar y para eso hbéis de crear!"

(Nietzsche: "Así habló Zaratustra". Discursos de Zaratustra. Primera Parte. La virtud dadivosa.) ¡Amanece, hermano!.. Hubo un mundo por descubrir. El hombre luchó por su supervivencia, al igual que sus compañeros de fatiga, ahora sus mascotas… ¡Has conquistado el mundo!.. ¡Ahora que es tuyo, humanidad, que no sea tu tumba!.. Ese mundo se mueve, se transforma, y tú tienes mucho que ver, pues es tu morada.. El mundo no se creó un buen día para siempre. El mundo es sostenido, se crea a cada momento y, ¿quién lo crea?.. ¡Ahí estás tú!.. ¡Y tú, hombre, no eres indiferente a él! Ya conoces que tú y él tenéis el mismo destino. La inteligencia vino a tu cerebro. ¡Eres la cúspide del consciente entendimiento de ese universo, y éste no puede perderse, pues te arrastraría consigo!.. Y tu puedes crear, ¡necesitas crear!.. ¡Es ya una responsabilidad!.. Y en esa labor, de siempre, no estás solo… ¡Una vez más, tú y Dios volvéis a encontraros!.. ¡Eres la fuerza co-creadora!.. Y lo sabes hoy… Nunca ya disfrutarás del privilegio de la inocencia de tus antiguos camaradas vivientes… Te han aparecido alas, y vuelas ya más alto que los pájaros… Andas allá arriba, donde sólo habitaba el Ser, y como Él te toca crear… Y como Él, ante la formidable misión, tan sólo te queda un camino… ¡Asciende!, ¡asciende!.. ¡Te abre camino tu Dios!.. ¡No hay tiempo a mirar atrás! ¡Prosigue!.. Tanto y tanto ascenderás que, ¿dónde quedó el mal?.. ¡Lo hubo algún tiempo, es cierto!.. Pero qué importa ya eso, ¡hay tanto que crear!.. Además, mis anhelos tan sólo ansían ya a mi Señor… ¿Dónde quedó el mal?.. ¡Tú y yo lo arrinconamos, hermano!.. Fue ya hace mucho tiempo… ¿Quién lo sabe hoy?.. Por cierto, ¿y quién lo quiere?.. ¿Sirvió para algo?.. ¡Nuestro oficio ya es crear!.. Nuestro único sustento, el Amor… El Paraíso es una gran labor, ¡crece y crece!, ¡no cansa!.. Lo sabemos porque ocupa todo nuestro tiempo… Lo sentimos porque nuestro corazón ríe más y más, y ¡no se cansa! "¡Presta atención, oh hombre! ¿Qué dice la profunda medianoche? "¡Yo dormía, yo dormía! He despertado de un profundo sueño: El mundo es profundo, Y más profundo de lo que creía el día. Profundo es su dolor, El placer es más profundo que el dolor: El dolor dice: ¡Pasa! ¡Pero todo placer quiere eternidad! ¡Quiere profunda, profunda eternidad!" (Nietzsche: "Así habló Zaratustra". Discursos de Zaratustra. Cuarta Parte. La canción del noctámbulo.)

 

 

 

Autor:

Alejandro Alvarez

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