- Desequilibrio ecológico
- Contaminación del aire y del agua
- Contaminación del mar y del suelo
- Contaminación radioactiva y sonora
- Explosión demográfica
- Prevención de contaminación ambiental
- Conservación del agua y el aire
- Conservación del suelo y la riqueza selvática
- Unidades de conservación
CAPITULO I
Desequilibrio ecológico
El medio ambiente incluye las propiedades físicas que pueden ser descritas como la suma de factores abióticos locales, como el clima y la geología, y los demás organismos que comparten ese hábitat. Un ecosistema es un sistema constituido por los seres vivos existentes en un lugar determinado con todo su entorno: vegetales, montañas, ríos, animales, insectos, etc. Constituyen un sistema vivo, y todas las interacciones y relaciones entre ellos, hacen posible que estén vivos.
I.1. Consecuencias del desequilibrio ecológico.
La destrucción de la capa de ozono que rodea nuestra atmósfera debido a las emisiones de CFC (cloro-fluorcarbonos) y los gases de metano.
La estremecedora destrucción de la que es la principal fábrica de oxígeno de nuestro planeta.
La lluvia ácida y los incendios forestales de grandes espacios de la tierra.
La esterilización de la "madre tierra", cuya causa ha sido el uso de fertilizantes químicos y plaguicidas, así como la deforestación y la utilización excesiva de los suelos agrícolas.
La explosión demográfica, que nos plantea un grande interrogante: ¿qué será de nuestra humanidad con una población tres veces mayor que la actual?.
La contaminación humana, que procede de la expansión acelerada de la población.
La deficiente e insuficiente educación ecológica o ambiental.
I.2. Causas del desequilibrio ecológico
Las causas que han llevado a la humanidad a esta grave situación las podríamos resumir esquemáticamente así:
El deterioro del medio:
Contaminación de la atmósfera.
Polución de los ríos y los mares.
Erosión del agro.
Destrucción de la fauna y de la flora.
La disminución y el rápido agotamiento de los recursos naturales:
Sociedad de consumo y de despilfarro.
Explotación masiva e irracional de las materias primas no renovables, como el petróleo y la mayoría de los minerales.
Uso irracional y mala distribución del agua.
I.3. Caso de desequilibrio ecológico
A veces, una especie animal o vegetal depende tanto del ambiente en el que vive que no podría existir fuera de ese lugar. Por ejemplo, los koalas australianos únicamente se alimentan de hojas de una especie de eucalipto rojo que se encuentra en algunas partes de ese continente. Como sólo comen esto que crece nada más que en Australia, los koalas solo pueden vivir allí. Así, la naturaleza es como una gran cadena formada por varios eslabones. Y si uno de esos eslabones se rompe, se altera el equilibrio de las especies que habitan en esa zona. Lamentablemente, la acción del hombre, provoca que el equilibrio se rompa y trae consecuencias gravísimas. Eso ocurrió hace algunos años en Brasil, cuando se pensó que la inmensa Selva Amazónica podía utilizarse como zona de cultivo. Se talaron miles y miles de árboles, uno tras otro, hasta que pudieron realizarse las primeras pruebas. Sin embargo, el experimento no resultó, porque el suelo –bajo la primera capa de desechos orgánicos formada por las hojas en descomposición- no era fértil. Y además, de no poder cultivar, el hombre comprobó otra cosa: había destruido un sector importante de la gran reserva natural que hace las veces de "pulmón" del continente, ya que los árboles liberan oxígeno. Así ocurre que el hombre, a veces, por tratar de obtener un beneficio económico, destruye la naturaleza y termina destruyéndose a sí mismo.
CAPITULO II
Contaminación del aire y del agua
II.1. Contaminación del aire
La contaminación del aire es la que se produce como consecuencia de la emisión de sustancias tóxicas. Puede causar trastornos tales como ardor en los ojos y en la nariz, irritación y picazón de la garganta y problemas respiratorios. Bajo determinadas circunstancias, algunas substancias químicas que se hallan en el aire contaminado pueden producir cáncer, malformaciones congénitas, daños cerebrales y trastornos del sistema nervioso, así como lesiones pulmonares y de las vías respiratorias. A determinado nivel de concentración y después de cierto tiempo de exposición, ciertos contaminantes del aire son sumamente peligrosos y pueden causar serios trastornos e incluso la muerte.
La polución del aire también provoca daños en el medio ambiente, habiendo afectado la flora arbórea, la fauna y los lagos. La contaminación también ha reducido el espesor de la capa de ozono. Además, produce el deterioro de edificios, monumentos, estatuas y otras estructuras.
La contaminación del aire también es causante de neblina, la cual reduce la visibilidad en los parques nacionales y otros lugares y, en ocasiones, constituye un obstáculo para la aviación.
II.1.1. Tipos de Contaminación
A) Contaminantes gaseosos: en ambientes exteriores e interiores los vapores y contaminantes gaseosos aparece en diferentes concentraciones. Los contaminantes gaseosos más comunes son el dióxido de carbono, el monóxido de carbono, los hidrocarburos, los óxidos de nitrógeno, los óxidos de azufre y el ozono. Diferentes fuentes producen estos compuestos químicos pero la principal fuente artificial es la quema de combustible fósil. La contaminación del aire interior es producida por el consumo de tabaco, el uso de ciertos materiales de construcción, productos de limpieza y muebles del hogar. Los contaminantes gaseosos del aire provienen de volcanes, incendios e industrias. El tipo más comúnmente reconocido de contaminación del aire es la niebla tóxica (smog). La niebla tóxica generalmente se refiere a una condición producida por la acción de la luz solar sobre los gases de escape de automotores y fábricas.
El efecto invernadero evita que una parte del calor recibido desde el sol deje la atmósfera y vuelva al espacio. Esto calienta la superficie de la tierra en lo que se conoce como efecto invernadero. Existe una cierta cantidad de gases de efecto de invernadero en la atmósfera que son absolutamente necesarios para calentar la Tierra, pero en la debida proporción. Actividades como la quema de combustibles derivados del carbono aumentan esa proporción y el efecto invernadero aumenta. Muchos científicos consideran que como consecuencia se está produciendo el calentamiento global. Otros gases que contribuyen al problema incluyen los clorofluorocarbonos (CFCs), el metano, los óxidos nitrosos y el ozono.
La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con el óxido de nitrógeno o el dióxido de azufre emitido por fábricas, centrales eléctricas y automotores que queman carbón o aceite. Esta combinación química de gases con el vapor de agua forma el ácido sulfúrico y los ácidos nítricos, sustancias que caen en el suelo en forma de precipitación o lluvia ácida. Los contaminantes que pueden formar la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, y los vientos los trasladan miles de kilómetros antes de precipitarse con el rocío, la llovizna, o lluvia, el granizo, la nieve o la niebla normales del lugar, que se vuelven ácidos al combinarse con dichos gases residuales.
El daño a la capa de ozono se produce principalmente por el uso de clorofluorocarbonos (CFCs). El ozono es una forma de oxígeno que se encuentra en la atmósfera superior de la tierra. La capa fina de moléculas de ozono en la atmósfera absorbe algunos de los rayos ultravioletas (UV) antes de que lleguen a la superficie de la tierra, con lo cual se hace posible la vida en la tierra. El agotamiento del ozono produce niveles más altos de radiación UV en la tierra, con lo cual se pone en peligro tanto a plantas como a animales.
El polvo atmosférico (o Partículas de materia) es el término utilizado para nombrar una combinación de partículas sólidas y gotitas líquidas que se encuentran en el aire. Algunas partículas son lo suficientemente grandes y oscuras para verse en forma de hollín o humo. Otras son tan pequeñas que solo pueden detectarse con un microscopio electrónico. Cuando se respira el polvo, ésta puede irritar y dañar los pulmones con lo cual se producen problemas respiratorios. Las partículas finas se inhalan de manera fácil profundamente dentro de los pulmones donde se pueden absorber en el torrente sanguíneo o permanecer arraigadas por períodos prolongados de tiempo.
B) Efectos climáticos: generalmente los contaminantes se elevan o flotan lejos de sus fuentes sin acumularse hasta niveles peligrosos. Los patrones de vientos, las nubes, la lluvia y la temperatura pueden afectar la rapidez con que los contaminantes se alejan de una zona. Los patrones climáticos que atrapan la contaminación atmosférica en valles o la desplacen por la tierra pueden, dañar ambientes limpios distantes de las fuentes originales. La contaminación del aire se produce por toda sustancia no deseada que llega a la atmósfera. Es un problema principal en la sociedad moderna. A pesar de que la contaminación del aire es generalmente un problema peor en las ciudades, los contaminantes afectan el aire en todos lugares. Estas sustancias incluyen varios gases y partículas minúsculas o materia de partículas que pueden ser perjudiciales para la salud humana y el ambiente. La contaminación puede ser en forma de gases, líquidos o sólidos. Muchos contaminantes se liberan al aire como resultado del comportamiento humano. La contaminación existe a diferentes niveles: personal, nacional y mundial.
II.1.2. Fuentes de contaminación
1. Emisión de humos. Los vehículos motorizados, las industrias, especialmente fundiciones y procesadoras de pescado, y las quemas de bosques, pajonales y basuras, emiten al aire ingentes cantidades de humo, que no sólo constituyen un contaminante visual, enturbiando la atmósfera, sino que también contienen sustancias tóxicas y partículas que afectan a la salud humana. El humo de los vehículos motorizados contiene monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (C02) y plomo. El CO es altamente tóxico para los animales y el ser humano, porque al ser inhalado bloquea el transporte de oxígeno en la sangre y produce anemia.
2. Emisión de aerosoles. Los aerosoles son partículas sólidas o líquidas de tamaño muy pequeño y de velocidad de caída despreciable, por lo que permanecen suspendidas en la atmósfera por periodos muy largos. El humo, el polvo, la ceniza volcánica, los freones, los óxidos de azufre y nitrógeno, y otras sustancias, son aerosoles. Las partículas más grandes (más de cinco micrones) son filtradas por la nariz y los bronquios. Las de tamaño menor penetran a los pulmones y allí pueden ser retenidas. Las partículas mayores se adhieren a la piel y a los vestidos ensuciándolos. La actividad industrial moderna produce enormes cantidades y variedades de aerosoles, que amenazan la salud de los humanos y el hábitat, por las modificaciones en la constitución de la atmósfera, como en el caso de la capa de ozono. Los freones, compuestos químicos en base a clorofluorocarbono, descomponen el ozono y disminuyen la protección contra los peligrosos rayos ultravioleta.
3. Malos olores. Las basuras, las deposiciones y ciertas fábricas, como las de harina de pescado, emiten sustancias pestilentes, que constituyen la contaminación por malos olores.
4. Radiación atómica. Las explosiones atómicas y fallas en los reactores contaminan el aire con partículas radioactivas, que se depositan en las plantas y en el agua, y con los alimentos pasan al ser humano y producen cáncer y alteraciones genéticas.
5. Emisión de ruidos. Los ruidos (música a todo volumen, bocinas, escapes de vehículos, aviones, etc.), producen alteraciones psíquicas en el ser humano (nerviosismo) y físicas (sordera). Está demostrado que las personas expuestas a ruidos muy intensos pierden gradualmente la capacidad auditiva. Esto es especialmente común en jóvenes que gustan de oír continuamente música a volumen alto en las discotecas y con audífonos. Además de distraerles, les ocasiona problemas de comunicación.
¿Con que se contamina el aire?
Monóxido de Carbono (CO): Es un gas inodoro e incoloro. Cuando se lo inhala, sus moléculas ingresan al torrente sanguíneo, donde inhiben la distribución del oxígeno. En bajas concentraciones produce mareos, jaqueca y fatiga, mientras que en concentraciones mayores puede ser fatal.
El monóxido de carbono se produce como consecuencia de la combustión incompleta de combustibles a base de carbono, tales como la gasolina, el petróleo y la leña, y de la de productos naturales y sintéticos, como por ejemplo el humo de cigarrillos. Se lo halla en altas concentraciones en lugares cerrados, como por ejemplo garajes y túneles con mal ventilados, e incluso en caminos de tránsito congestionado.
Dióxido de Carbono (CO2): Es el principal gas causante del efecto invernadero. Se origina a partir de la combustión de carbón, petróleo y gas natural. En estado líquido o sólido produce quemaduras, congelación de tejidos y ceguera. La inhalación es tóxica si se encuentra en altas concentraciones, pudiendo causar incremento del ritmo respiratorio, desvanecimiento e incluso la muerte.
Clorofluorcarbonos (CFC): Son substancias químicas que se utilizan en gran cantidad en la industria, en sistemas de refrigeración y aire acondicionado y en la elaboración de bienes de consumo. Cuando son liberados a la atmósfera, ascienden hasta la estratosfera. Una vez allí, los CFC producen reacciones químicas que dan lugar a la reducción de la capa de ozono que protege la superficie de la Tierra de los rayos solares. La reducción de las emisiones de CFC y la suspensión de la producción de productos químicos que destruyen la capa de ozono constituyen pasos fundamentales para la preservación de la estratosfera.
Contaminantes atmosféricos peligrosos (HAP): Son compuestos químicos que afectan la salud y el medio ambiente. Las emanaciones masivas –como el desastre que tuvo lugar en una fábrica de agroquímicos en Bhopal, India– pueden causar cáncer, malformaciones congénitas, trastornos del sistema nervioso y hasta la muerte.
Las emisiones de HAP provienen de fuentes tales como fábricas de productos químicos, productos para limpieza en seco, imprentas y vehículos (automóviles, camiones, autobuses y aviones).
Plomo: Es un metal de alta toxicidad que ocasiona una diversidad de trastornos, especialmente en niños pequeños. Puede afectar el sistema nervioso y causar problemas digestivos. Ciertos productos químicos que contienen plomo son cancerígenos. El plomo también ocasiona daños a la fauna y flora silvestres.
El contenido de plomo de la gasolina se ha ido eliminando gradualmente, lo que ha reducido considerablemente la contaminación del aire. Sin embargo, la inhalación e ingestión de plomo puede tener lugar a partir de otras fuentes, tales como la pintura para paredes y automóviles, los procesos de fundición, la fabricación de baterías de plomo, los señuelos de pesca, ciertas partes de las balas, algunos artículos de cerámica, las persianas venecianas, las cañerías de agua y algunas tinturas para el cabello.
Ozono (O3): Este gas es una variedad de oxígeno, que, a diferencia de éste, contiene tres átomos de oxígeno en lugar de dos. El ozono de las capas superiores de la atmósfera, donde se forma de manera espontánea, constituye la llamada "capa de ozono", la cual protege la tierra de la acción de los rayos ultravioletas. Sin embargo, a nivel del suelo, el ozono es un contaminante de alta toxicidad que afecta la salud, el medio ambiente, los cultivos y una amplia diversidad de materiales naturales y sintéticos. El ozono produce irritación del tracto respiratorio, dolor en el pecho, tos persistente, incapacidad de respirar profundamente y un aumento de la propensión a contraer infecciones pulmonares. A nivel de medio ambiente, es perjudicial para los árboles y reduce la visibilidad.
El ozono que se halla a nivel del suelo proviene de la descomposición (oxidación) de los compuestos orgánicos volátiles de los solventes, de las reacciones entre substancias químicas resultantes de la combustión del carbón, gasolina y otros combustibles y de las substancias componentes de las pinturas y spray para el cabello. La oxidación se produce rápidamente a alta temperatura ambiente. Los vehículos y la industria constituyen las principales fuentes del ozono a nivel del suelo.
Oxido de nitrógeno (NOx): Proviene de la combustión de la gasolina, el carbón y otros combustibles. Es uno de los principales causas del smog y la lluvia ácida. El primero se produce por la reacción de los óxidos de nitrógeno con compuestos orgánicos volátiles. En altas concentraciones, el smog puede producir dificultades respiratorias en las personas asmáticas, accesos de tos en los niños y trastornos en general del sistema respiratorio. La lluvia ácida afecta la vegetación y altera la composición química del agua de los lagos y ríos, haciéndola potencialmente inhabitable para las bacterias, excepto para aquellas que tienen tolerancia a los ácidos.
Partículas: En esta categoría se incluye todo tipo de materia sólida en suspensión en forma de humo, polvo y vapores. Además, de reducir la visibilidad y la cubierta del suelo, la inhalación de estas partículas microscópicas, que se alojan en el tejido pulmonar, es causante de diversas enfermedades respiratorias. Las partículas en suspensión también son las principales causantes de la neblina, la cual reduce la visibilidad.
Las partículas de la atmósfera provienen de diversos orígenes, entre los cuales podemos mencionar la combustión de diesel en camiones y autobuses, los combustibles fósiles, la mezcla y aplicación de fertilizantes y agroquímicos, la construcción de caminos, la fabricación de acero, la actividad minera, la quema de rastrojos y malezas y las chimeneas de hogar y estufas a leña.
Dióxido de azufre (SO2): Es un gas inodoro cuando se halla en bajas concentraciones, pero en alta concentración despide un olor muy fuerte. Se produce por la combustión de carbón, especialmente en usinas térmicas. También proviene de ciertos procesos industriales, tales como la fabricación de papel y la fundición de metales. Al igual que los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre es uno de los principales causantes del smog y la lluvia ácida. Está estrechamente relacionado con el ácido sulfúrico, que es un ácido fuerte. Puede causar daños en la vegetación y en los metales y ocasionar trastornos pulmonares permanentes y problemas respiratorios.
Compuestos orgánicos volátiles (VOC): Son substancias químicas orgánicas. Todos los compuestos orgánicos contienen carbono y constituyen los componentes básicos de la materia viviente y de todo derivado de la misma. Muchos de los compuestos orgánicos que utilizamos no se hallan en la naturaleza, sino que se obtienen sintéticamente. Los compuestos químicos volátiles emiten vapores con gran facilidad. La emanación de vapores de compuestos líquidos se produce rápidamente a temperatura ambiente.
Los VOC incluyen la gasolina, compuestos industriales como el benceno, solventes como el tolueno, xileno y percloroetileno (el solvente que más se utiliza para la limpieza en seco). Los VOC emanan de la combustión de gasolina, leña, carbón y gas natural, y de solventes, pinturas, colas y otros productos que se utilizan en el hogar o en la industria. Las emanaciones de los vehículos constituyen una importante fuente de VOC. Muchos compuestos orgánicos volátiles son peligrosos contaminantes del aire. Por ejemplo, el benceno tiene efectos cancerígenos.
II.1.3. Prevención
Hay muchas formas de ayudar a reducir la contaminación del aire. Se puede hacer un aporte significativo a la purificación del aire simplemente siguiendo (o no, según sea el caso) ciertas prácticas sencillas
Dado que los vehículos contribuyen enormemente a la polución del aire mediante la emisión de CO2, NOx, ozono, VOC, HAP, CFC y partículas volátiles, la modificación de los hábitos de conducción contribuirá a reducir la misma.
Reducir el uso del automóvil, usar medios de transporte público o bicicleta, caminar más, utilizar el automóvil como medio de transporte colectivo, etc. constituyen la mejor manera de ayudar a reducir la polución atmosférica.
Si conduce, tenga en cuenta lo siguiente:
• Evite circular a alta velocidad
• Cuando compre un vehículo, elija uno que tenga alto rendimiento en millas por litro de gasolina.
• No sobrellene el tanque de gasolina
• No cargue gasolina en días de alto contenido de ozono. Trate de hacerlo después de que oscurezca.
• Use un modelo de vehículo que sea lo más nuevo posible, ya que los modelos nuevos son, en general, menos contaminantes.
• Utilice un vehículo alternativo, como por ejemplo el automóvil eléctrico, o uno que funcione con otro tipo de combustible.
• Conduzca suavemente y evite que su automóvil permanezca sin uso durante mucho tiempo.
• Si su automóvil es de un modelo anterior a 1995, haga cambiar el peligroso sistema de aire acondicionado R-12 (clorofluocarbonado) por el R-134-a, que es más seguro, con lo cual contribuirá a reducir el agujero de ozono.
• Mantenga su automóvil en buen estado, poniendo especial atención en el sistema de escape.
• Asegúrese de que los neumáticos tengan la presión de aire adecuada.
• Mantenga en buen estado el sistema de aire acondicionado de su vehículo, asegurándose de que no haya filtraciones.
• Haga menor cantidad de viajes. Planifique su itinerario, de manera de evitar las zonas de tránsito congestionado.
• Reduzca el uso de gasolina tanto como le sea posible –la forma y el diseño del automóvil pueden ser factores determinantes del consumo.
He aquí otras prácticas mediante las cuales Ud. puede contribuir a disminuir la contaminación del aire:
• Posponga las tareas de jardinería que requieran el uso de herramientas a gasolina en días de alto nivel de de ozono.
• Consuma alimentos orgánicos o al menos aquellos no hayan sido sometidos a un uso tan intensivo de agroquímicos.
• Restrinja la limpieza en seco.
• Evite el uso de pinturas, aceites y solventes en días de alta concentración de ozono.
• Reduzca el consumo de electricidad, lo cual contribuirá a disminuir las emanaciones de SO2, NOx, VOC y partículas.
• Prenda el carbón de leña con un encendedor eléctrico en vez de hacerlo con combustible líquido.
• Restrinja-reutilice-recicle. Un menor consumo redundará en menor contaminación atmosférica de todo tipo.
II.2. Contaminación del agua
Los comienzos de la contaminación del agua
La contaminación del agua causada por las actividades humanas se comienza a producir desde los primeros intentos de industrialización, para transformarse luego en un problema tan habitual como generalizado.
Durante la revolución industrial (entre la segunda mitad del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX) los procesos de producción requerían de la utilización de una gran cantidad de agua para la transformación de las materias primas. A su vez, los efluentes de dichos procesos productivos eran vertidos en los cauces naturales de agua sin ningún tipo de depuración, con sus desechos contaminantes correspondientes. Aquí comenzó a extenderse el grave problema de la contaminación del agua.
¿Cómo se produce la contaminación del agua?
Generalmente, la contaminación del agua se produce a través de la introducción directa o indirecta en los acuíferos o cauces de agua (ríos, mares, lagos, etc) de diversas sustancias que pueden ser consideradas como contaminantes.
Existen dos formas principales de contaminación del agua:
Una de ellas tiene que ver con su ciclo natural, durante el que puede entrar en contacto con ciertos constituyentes contaminantes (como sustancias minerales y orgánicas disueltas o en suspensión) que existen en la corteza terrestre, la atmósfera y en las aguas.
Pero el otro tipo de contaminación del agua -que tiende a ser la más importante y perjudicial- es aquella que tiene especial relación con la acción del ser humano. Aquí se abre un amplio abanico de causas. Entre las más habituales podemos mencionar:
el vertido de sustancias tóxicas residuales de los procesos industriales, que son arrojados a ríos y lagos.
la contaminación derivada del uso de pesticidas, fertilizantes y otros químicos en la agricultura que se escurren desde el suelo hacia acuíferos subterráneos o a otras fuentes de agua.
la basura que es arrojada en las costas y que es arrastrada por los cursos del agua, tal como en el caso de los gigantescos parches de basura en los océanos, formadas con desperdicios que tardan cientos o miles de años en degradarse.
el uso de combustibles contaminantes en embarcaciones, que muchas veces van a parar al mar como resultado de la limpieza de las embarcaciones, o bien como consecuencia de accidentes, como el Prestige.
el vertido de las aguas residuales provenientes del sistema de aguas de las ciudades.
Actualmente, se leva a cabo un control de la contaminación del agua por parte de la administración, y se obliga a las empresas contaminantes a depurar el agua deshechada.
II.2.1. Consecuencias de la contaminación del agua
Como sabemos, esa contaminación del agua puede llevar a la contaminación de los ríos, a la contaminación de los mares, o incluso a la de lagos, embalses, presas… A fin de cuentas, todo aquello que contenga agua.
Esta contaminación afecta para empezar a la fauna y a los diferentes seres vivos que pueden vivir en la misma. De esta forma los productos contaminantes se introduce en la cadena alimenticia, y van invadiendo la misma hasta llegar a los eslabones superiores, es decir, nosotros. Al alimentarnos de los seres vivos que viven en el agua contaminada, como por ejemplo el pescado y el marisco, ingerimos y acumulamos las toxinas que ellos consumieron, lo que tiene consecuencias fatales a largo plazo, como la aparición de enfermedades como alergias, o incluso cáncer.
Además, debemos señalar que el agua contaminada puede ser portadora de una gran variedad de enfermedades, algunas de ellas mortales.
Enfermedades producidas por la contaminación del agua
De las 37 enfermedades más comunes entre la población de América Latina, 21 están relacionadas con la falta de agua y con agua contaminada. En todo el mundo estas enfermedades representan 25 millones de muertes anuales.
Las enfermedades transmitidas por medio del agua contaminada pueden originarse por agua estancada con criadero de insectos, contacto directo con el agua, consumir agua contaminada microbiológica o químicamente y usos inadecuados del agua. Las enfermedades transmitidas por medio de aguas contaminadas, insectos y bacterias son: cólera, tifoidea y paratifoidea, disentería bacilar y amebiana, diarrea, hepatitis infecciosa, parasitismo, filariasis, malaria, tripanosomiasis, oncocercosis, schistosomiasis, tracoma, conjuntivitis y ascariasis; entre otras. El agua de piscina también puede transmitir enfermedades como pie de atleta, garganta séptica, infecciones del oído y ojos.
La enfermedad transmitida, los síntomas y su tratamiento dependen del tipo de microorganismo presente en el agua y de su concentración.
Las bacterias más comunes seguidos por la enfermedad/infección causada y los síntomas son:
Aeromonas spnteritis
Diarrea muy líquida, con sangre y moco
Campylobacter jejuni
Campilobacteriosis
Gripe, diarreas, dolor de cabeza y estómago, fiebre, calambres y náuseas
Escherichia coli
Infecciones del tracto urinario, meningitis neonatal, enfermedades intestinales
Diarrea acuosa, dolores de cabeza, fiebre, uremia, daños hepáticos
Plesiomonas shigelloides
Plesiomonas-infección
Náuseas, dolores de estómago y diarrea acuosa, a veces fiebre, dolores de cabeza y vómitos
Salmonella typhi
Fiebre tifoidea
Fiebre
Salmonella sp.
Salmonelosis
Mareos, calambres intestinales, vómitos, diarrea y a veces fiebre leve
Streptococcus sp.
Enfermedad (gastro) intestinal
Dolores de estómago, diarrea y fiebre, a veces vómitos
Vibrio El Tor (agua dulce)
Cólera (forma leve)
Fuerte diarrea
Las protozoos más comunes seguidos por la enfermedad causada y los síntomas son:
Amoeba
Disenteria ameboide
Fuerte diarrea, dolor de cabeza, dolor abdominal, escalofríos, fiebre; si no se trata puede causar abscesos en el hígado, perforación intestinal y muerte
Cryptosporidium parvum
Criptosporidiosis
Sensación de mareo, diarrea acuosa, vómitos, falta de apetito
Giardia lamblia
Giardiasis
Diarrea, calambres abdominales, flatulencia, eructos, fatiga
Toxoplasma gondii
Toxoplasmosis
Gripe, inflamación de las glándulas linfáticas;
en mujeres embarazadas, aborto e infecciones cerebrales.
¿Cómo podemos contribuir a reducir la contaminación del agua?
Gran parte de la contaminación se debe a la agricultura intensiva, que requiere de pesticidas y fertilizantes cuya fabricación consume gran cantidad de agua y conlleva vertidos de sustancias contaminantes a los cauces. Por otro lado, el uso de estos pesticidas y fertilizantes contamina el suelo y los acuíferos. Podemos contribuir a reducir la contaminación derivada de esta actividad consumiendo menos productos de la agricultura intensiva. Si optamos por consumir productos ecológicos estaremos contribuyendo a la salud de nuestro planeta.
Otra actividad que consume y contamina el agua es el blanqueado del papel, por lo que consumir papel reciclado contribuye a una menor contaminación del agua.
Muchas veces algunos deshechos, como por ejemplo las bolsas de plástico, terminan en el agua al ser arrastradas por el viento. Estas van al mar y permanecen allí largo tiempo hasta su total descomposición. Podemos evitar esto reduciendo el uso de las bolsas de plástico y depositando aquellas que ya no sirven en el contenedor amarillo para su posterior tratado y reciclaje.
Las fuertes concentraciones de población contribuyen a la rápida contaminación del agua y otros tipos de contaminación. Agua contaminada es el agua a la que se le incorporaron materias extrañas, como microorganismos, productos químicos, residuos industriales o de otros tipos, o aguas residuales. Estas materias deterioran la calidad del agua y la hacen inútil para los usos pretendidos.
Los principales contaminantes del agua son:
• Agentes patógenos: bacterias, virus, protozoarios y parásitos que entran al agua proveniente de desechos orgánicos.
• Desechos que requieren oxígeno: los desechos orgánicos pueden ser descompuestos por bacterias que usan oxígeno para biodegradarlos. Si hay poblaciones grandes de estas bacterias, pueden agotar el oxígeno del agua, matando así las formas de vida acuáticas.
• Sustancias químicas inorgánicas: ácidos, compuestos de metales tóxicos (mercurio, plomo) que envenenan el agua.
• Los nutrientes vegetales que pueden ocasionar el crecimiento excesivo de plantas acuáticas que después mueren y se descomponen, agotando el oxígeno del agua y de este modo causan la muerte de las especies marinas (zona muerta).
• Sustancias químicas orgánicas: petróleo, plásticos, plaguicidas y detergentes que amenazan la vida.
• Sedimentos o materia suspendida: partículas insolubles de suelo que enturbian el agua, y que son la mayor fuente de contaminación.
• Sustancias radiactivas que pueden causar defectos congénitos y cáncer. • Calor: ingresos de agua caliente disminuyen el contenido de oxígeno y hace a los organismos acuáticos muy vulnerables.
II.2. Contaminación del Suelo
Explicado de una forma sencilla y sobretodo resumida, podemos indicar que el suelo viene a ser el material suelto no consolidado que se produce inicialmente de la disgregación física de las rocas, o bien fruto de alteraciones meteorológicas en el medio ambiente.
El suelo tiende a evolucionar hasta poder formar incluso un sistema complejo, pasando a una estructura estratificada y de composición específica, precisamente bajo la influencia de los seres vivos.
Pero al igual que la atmósfera (contaminación atmosférica), el suelo también puede verse afectado por la contaminación, algo que –como te puedes imaginar- recibe el nombre correcto de contaminación del suelo.
La contaminación natural del suelo
Existen dos tipos de contaminación que pueden repercutir en la estructura y formación del suelo: contaminación natural (que frecuentemente es endógena) y la contaminación antrópica (totalmente exógena).
Como bien sabemos, y tal y como comentamos al comienzo de esta nota, los diferentes fenómenos naturales pueden ser causas importantes de la contaminación del suelo.
Por poner sólo un ejemplo, un volcán activo puede ser capaz de aportar mayores cantidades de sustancias externas y contaminantes que varias centrales térmicas de carbón juntas.
La contaminación del suelo por las actividades humanas.
La contaminación del suelo puede tener una amplia variedad de causas. Algunos de los motivos más frecuentes son:
el uso de pesticidas en la agricultura
la ruptura de tanques de almacenamiento subterráneo
filtraciones desde zonas de rellenos sanitarios o vertederos
acumulación directa de desechos de productos industriales
Los químicos más comunes que son responsables de la contaminación del suelo son: derivados del petróleo pesticidas, solventes y otros metales pesados. Éste fenómeno es una consecuencia del alto grado de industrialización, la cada vez más creciente utilización de químicos y la falta de gestión y control por parte tanto de las empresas como de los mismos gobiernos de los distintos países.
Cuando la contaminación del suelo llega a un nivel crítico, se afecta el equilibrio natural que tienen estos complejos sistemas, lo que se traduce en un cambio en el comportamiento de los suelos. Lo que ocurre es que las sustancias nocivas que se acumulan se vuelven tóxicas para los organismos que allí habitan. Esta degradación química puede ocasionar la pérdida parcial o incluso total de la productividad del suelo.
Muchas son las consecuencias negativas de la contaminación de los suelos. Entre ellas podemos mencionar graves riesgos para la salud humana, tanto sea de forma directa o indirectamente -dado que los contaminantes del suelo al entrar en contacto con fuentes de agua potable también la pueden contaminar.
Para poder llevar a cabo un buen estudio de contaminación del suelo, se deben definir los máximos niveles admisibles de contaminantes, y analizar factores que puedan influir en la respuesta del suelo a estos agentes. Por lo que no sólo basta con detectar la presencia de suelo contaminado.
Una vez que se han delimitado las zonas contaminadas se puede proceder a la limpieza del área. Pero esto no constituye una verdadera solución, ya que -por supuesto- los efectos de la contaminación pueden haber afectado para entonces tanto a los animales y plantas del lugar, como a la salud de los pobladores y a la calidad productiva del suelo. Además las tareas de limpieza insumen mucho tiempo y dinero, y usualmente no pueden ser afrontadas por las comunidades afectadas.
CAPITULO III
Contaminación del mar y del suelo
III.1. Contaminación del Mar
Se considera que el agua tiene importancia fundamental en el desarrollo de las actividades humanas, y su uso se puede aplicar en los siguientes ámbitos: doméstico, agrícola, industrial, pesquero, recreativo y de transporte; por lo tanto, se hace indispensable que el agua tenga calidad y que sea utilizada racionalmente.
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