Los siete hábitos de Stephen Covey: sus aplicaciones clínicas y utilidad práctica
Enviado por Felix Larocca
La Economía: Ciencia social que se ocupa de la aplicación y estudio de principios destinados hacia la producción, la distribución, el intercambio, y el consumo de mercancías y servicios. Los economistas se dedican a interpretar las normas por las cuales individuos, grupos, empresas privadas, y agencies del estado procuran la obtención exitosa y eficiente de los objetivos financieros que se trazan a sí mismos. Otros campos de estudio que contribuyen al conocimiento de esta disciplina son la Ética y la Psicodinamia. FEFL en Economista: Alquimista Leer más: http://www.monografias.com/trabajos50/economista/economista#ixzz3EeEhmGpR
Inspirados por la aparición del libro Seven bad ideas: How Mainstream Economists Have Damaged America and the World por Jeff Madrick (Afred A. Knopf), y luego de haber escrito y publicado sin apasionamiento, y en profusión relativa, análisis detallados de la economía — tanto como ciencia social y como disciplina aplicada — y de los economistas como alquimistas o (mejor aún) como malabaristas. Siento la inclinación y deseo de revisar de novo la biblia preferida de entre quienes pretenden inspirarnos a ser exitosos en el mundo complejo de los negocios con sus métodos motivacionales.
Me refiero, como todos intuyeran, a Los siete hábitos de la gente altamente efectiva por Stephen Covey.
Para simplificar esta tesis definiré cada uno de los 7 hábitos iniciales (ya que, como expresara en otra de mis publicaciones, Covey, como idea postrera — quizás por no ser menos que Erikson, o para hacer más ventas — añadió un octavo a la retahíla original), apartándose de la falta de singularidad de los 7 días con que El Supremo Hacedor procediera en su Creación, como se registra en Génesis.
Para quienes deseen saber el nombre del Octavo hábito, helo aquí: De la efectividad a la grandeza.
Los siete hábitos de Stephen Covey
Primer hábito: Sea proactivo
Este hábito de efectividad representa la posibilidad de asumir nuevos desafíos en un ambiente de libertad individual y responsabilidad social de la persona humana. Este es el hábito de la conciencia y conducta de responsabilidad, el que resulta determinante en cada persona para comprender sus realizaciones y frustraciones, sus retos y sus respuestas, sus ambiciones y sus logros.
Tomar la iniciativa para lograr un proyecto es un paso vital hacia el éxito. Covey destaca que cada individuo posee la libertad de decidir la manera como manejará situaciones específicas. Reaccionando con pensamientos positivos, prefiriendo actuar en lugar de que los demás actúen por uno, y reiterando el hecho de que hacer y cumplir con compromisos asistirá en el desarrollo del hábito de la proactividad.
Lo que — quienes, como Covey, predican las "bienaventuranzas" contenidas en sus principios, como hace el mismo Erikson — no alcanzan hacer es explicarnos exactamente cómo proceder para seguir encauzados en vivir una nueva vida llena de buenas intenciones después de leer un libro o haber participado en un taller. (Véanse mis ponencias al respecto).
Nos recuerda la repetición de los mismos propósitos efímeros que casi todos hacen, todos los años, para el Año Nuevo. (Véanse mis ponencias al respecto).
Genio que acuñara el término "proactivo" usado por Covey
Segundo hábito: Empiece con un fin en mente
Este hábito de efectividad refleja el liderazgo personal y satisface plenamente la necesidad de encontrar un sentido a la propia existencia. Este es el hábito de la primera creación o creación mental, el que resulta esencial en cada persona para comprender el cumplimiento de su misión existencial.
Este segundo hábito se basa en el principio de que todas las cosas "han sido creadas dos veces" (¿dos veces?). Uno debe imaginar y hacer planes antes de ponerlos en acción. Si se enfoca en el resultado final, uno no se desvía del camino que conduce a esa meta.
Así es como fallan tantos programas para perder de peso. (Consulten mis artículos acerca de estos temas).
Tercer hábito: Establezca primero lo primero
Este hábito de efectividad interpreta la idea de la administración personal, y su aplicación inteligente posibilita que las personas puedan encontrar la diferencia entre lo importante y lo urgente para ser más efectivas. Este es el hábito de la segunda creación o creación física, el que resulta básico para comprender la calidad de las decisiones y acciones en el día a día.
Pensamos que otra manera de decir elegantemente "establezca primero lo primero" se simplificaría (de acuerdo a la lingüista anglosajona de E. B. White) diciendo "establezca prioridades".
Para quienes desconocen los detalles de la famosa "segunda creación", en seguida, y, antes de continuar, presentamos los detalles:
Génesis 2:4-3:24
En la segunda historia de la creación, el autor provee imágenes vívidas para la creación del hombre y de la mujer. La narrativa ofrece descripciones de la riqueza de la comida, los tesoros y la belleza de los minerales a través de la región. Dios nombra al hombre, a la mujer y a todas las criaturas. Para dar vida al hombre y a la mujer, Dios literalmente sopla vida en sus fosas nasales. El Dios de la historia J está íntimamente implicado con los detalles esenciales de la creación. Los estudiosos de la Biblia atribuyen la segunda narración de la creación a la tradición Yahwist, también llamada Fuente "J". (Leer más: http://www.ehowenespanol.com/hay-historias-creacion-genesis-info_232462/).
Prioridad #1: Vender galletitas
Prosiguiendo
Priorizando tareas, personas y objetivos son los trayectos más importantes para llegar a nuestras metas de manera organizada y efectiva. Poniendo primero lo primero, requiere autodisciplina, imaginación, reflexión minuciosa y administración del tiempo, pero nos impulsa a la obtención de nuestros propósitos más prontamente. (Como nos aconseja el viejo proverbio italiano: chi va piano va sano e va lontano)
Cuarto hábito: Piense en ganar/ganar
Este hábito de efectividad ejemplifica el beneficio mutuo y ayuda poderosamente a encontrar el equilibrio en las relaciones humanas con un sentido de bien común y equidad. Este es el hábito que posibilita el logro de satisfacciones compartidas entre todas aquellas personas que participan en un proceso de negociación.
Este hábito comprende el estudio de seis paradigmas de interacción humana: 1) ganar/ganar; 2) gano/pierdes; 3) pierdo/ganas; 4) pierdo/pierdes; 5) Gano; y 6) ganar/ganar o no hay trato. Cada uno de estos paradigmas es un modelo de relaciones humanas que conlleva determinados objetivos y logros; sin embargo, el primer modelo de los nombrados en una realidad interdependiente es el único viable. Este primer modelo representa beneficios mutuamente satisfactorios, además de que supone aprendizaje recíproco e influencia mutua. La historia de los conflictos en todos los ámbitos psicológicos y sociales refleja la ausencia de esta comprensión, primero, y la práctica desafortunada de las negociaciones, después. Los procesos de negociación colectiva llevados en forma periódica entre representaciones empresariales y sindicales reflejan, en la mayoría de las realidades empresariales, un modelo basado en el paradigma gano/pierdes, el mismo que a la postre se convierte en un paradigma pierdo/pierdes.
Trabajando juntos por el bien de la compañía es más eficiente que tratar de superar a los demás, como ocurre en una situación de gana o pierde. Este hábito requiere relaciones cooperativas y no competitivas. Si uno trabaja de manera que es mutuamente benéfica para todos, uno se vuelve más productivo y exitoso.
Quinto hábito: Procure primero comprender y después ser comprendido
Otro proverbio vetusto nos sirve en esta ocasión: medice cura te ipsum
Este hábito de efectividad describe la comunicación efectiva y conviene aplicarlo a los efectos de desarrollar los beneficios de la inteligencia emocional y obtener un clima social de respeto y convivencia armoniosa. Este es el hábito que sustenta la necesidad de comprender con empatía al otro para después ser comprendido y poder edificar relaciones interpersonales más constructivas.
Algunos ejemplos ilustrativos sobre el hábito de la comunicación empática, son los siguientes:
Aprenda mentalmente a ponerse en los zapatos del otro para empezar a comprenderlo.
Pregúntese si la calidad de su comunicación con las personas aporta el respeto necesario y posibilita una convivencia armoniosa.
Reconozca que para comprender al otro deberá aprender a escucharlo… con la mente abierta.
Entienda al otro para comunicarse, primero, y encontrar juntos una solución efectiva, después.
Compórtese con la necesaria firmeza y seguridad frente a los demás para ser escuchado.
Realice depósitos constantes y positivos en la cuenta bancaria emocional de los demás.
Aprenda a establecer una comunicación empática escuchando y dejándose escuchar.
Todo lo antedicho presupone una habilidad introspectiva semejante a la que nos sometemos cuando empezamos un entrenamiento didáctico psicoanalítico. Proceso de aprendizaje que es sujeto a un proceso de supervisión rigurosa y sólo en manos expertas. Algo que no se logra leyendo libros o participando en talleres.
Sexto hábito: Sinergice
Este hábito de efectividad implica la interdependencia y es el producto social de individuos, familias, equipos de trabajo y organizaciones bien integradas, productivas y creativas. Este es el hábito que fundamenta los logros sinérgicos del trabajo en equipo, vale decir de aquellos equipos en los que el resultado del colectivo es mayor que la simple suma de sus integrantes. También podría afirmarse que el cociente intelectual del equipo es mayor que el promedio del cociente intelectual de aquellos que participan en su composición.
Acerca de esto, Aristóteles dijo que "el todo es más que la suma de sus partes"… considerándolo como un resultado obtenido en conjunto, mayor o mejor que el posible de alcanzar por sus partes individualmente.
La sinergia es un producto resultante de la calidad de las relaciones internas y externas de característica singular. Así, la sinergia intrapersonal es consecuencia de la práctica de los tres primeros hábitos que propician la victoria privada o maestría personal; en tanto que la sinergia interpersonal es el resultado de la práctica de los tres segundos hábitos que generan la victoria pública o maestría interpersonal. Otra manera de enfocar la sinergia interpersonal es considerarla como un producto de la mentalidad de abundancia, la cuenta bancaria emocional y el esfuerzo por procurar primero comprender. Un ejemplo notable de sinergia son los círculos de calidad comprometidos, productivos y creativos.
El sexto hábito se basa en el principio que el todo es mayor que la suma de sus partes, como ya hemos expresado, y que valorando las diferencias en otros conduce a una labor de equipo más provechosa.
Séptimo hábito: Afile la sierra
Este hábito de efectividad interpreta la mejora continua y ofrece un horizonte de superación personal en todas y cada una de las áreas de nuestra personalidad. Este es el hábito que permite entender el mejoramiento personal en las dimensiones físicas, mentales, socio-emocional y espirituales.
Stephen R. Covey denomina a este hábito "afilar la sierra" por aquella historia que relata acerca de un leñador que se encuentra en pleno bosque tratando con mucho afán de derribar árboles con su hacha. Sin embargo, no le pasa por su mente que su hacha también requiere ser afilada cada cierto tiempo para que recupere su filo y pueda seguir brindando un buen servicio. Pues eso es precisamente lo que acontece con las personas cuando no son capaces de hacer un alto en el camino de su vida para recuperar nuevas energías con el descanso reparador, la lectura de estudio, la ayuda solidaria al prójimo o la meditación. Las personas requerimos renovación en todas y cada una las dimensiones de nuestra personalidad: física, mental, socio-emocional y espiritual. En cualquier caso, la falta de una apropiada renovación en estas dimensiones puede tener un costo muy elevado para las personas.
La mejor regla en la respuesta a emergencias es cuidarse bien a uno mismo para entonces poder cuidar a otros. "Afilando la sierra" se refiere al auto-cuidado. Uno debe de cuidarse por su propio estado físico, mental, espiritual, social y componentes emocionales para lograr ser efectivo y exitoso con las tareas confrontadas.
Algunos ejemplos ilustrativos sobre el hábito de la mejora continua, son los siguientes:
Descanse plácidamente las horas que necesita para reponer sus energías físicas y mentales.
Lea, estudie y reflexione. . . todavía sigue siendo una de las maneras más inteligentes de informarse, educarse y cultivarse.
Mejore todo lo que realiza, siempre existirá la posibilidad de optimizar.
Aliméntese en forma nutritiva y sana para estar siempre en buena forma.
Desarrolle su carácter expresando en su conducta principios y valores positivos.
Ofrézcase a sí mismo la posibilidad de renovarse en todos las dimensiones de su personalidad.
Cultive una vocación de servicio sirviendo a los demás con simpatía.
Leer más: www.ehow.com/info_8296506_seven-habits-highly-successful-people.htmlhttp://www.ehow.com/info_8296506_seven-habits-highly-successful-people.html
Nuestro propósito en esta instancia
Una de nuestras preguntas en este trabajo es la de determinar si, de veras, este tipo de manifiesto, como el que Covey y su plétora de seguidores en profusión alarmante producen, garantizan resultados y beneficios permanentes a quienes los adoptan con fervor cuasi religioso.
El problema se torna más agudo y su resolución se hace más complicada cuando pensamos que, de manera muy propagada, se hace uso de los talleres motivacionales para las industrias basadas en los principios trillados ad nauseam de la auto-ayuda o Self-help. (Ver más: http://www.monografias.com/trabajos101/habitos-covey-pasos-aa-y-grupo-apoyo-mutuo/habitos-covey-pasos-aa-y-grupo-apoyo-mutuo).
Esquema de la teoría de cuerdas
El problema aquí es el de la distorsión generalizada en la creencia de que estos talleres tienen su soporte científico proveniente de la Economía como "ciencia". Disciplina que, para aparentar el rigor científico del que adolece se embarduna con los aceites cosméticos de otras. Como es la neurociencia, que incorpora la "neuroeconomía" entre sus ramas ancilares. Que otorga sus premios nobeles a psicólogos, quienes como Daniel Kaneman hablan con autoridad serena acerca de la psicología del juicio y discernimiento como proceso psíquico, para hacer decisiones en todo aspecto del vivir. De la economía conductista, de la psicología hedonista y de otros procesos esotéricos que aproximan la confusión creada en el campo de la física con el descubrimiento de la teoría de cuerdas o la del entrelazamiento que transforman (o es ¿trastornan?) la física en algo misterioso y espiritual. (Leer más: http://planetsave.com/2013/05/30/particle-physics-news-entangling-photons-from-different-times-first-direct-viewing-of-electrons-a-puzzling-new-particle-debated/).
La física, que comenzara como filosofía natural, actualmente aparenta haber recorrido una trayectoria circular en pleno. Poniendo sus investigadores más destacados sus teorías a tela de juicio por sus elaboraciones cuasi místicas y por sus "observaciones" de partículas imaginarias que se transforman en otras si uno atenta medirlas u observarlas, cualquiera que el caso fuera.
A veces sus lucubraciones son muy difíciles de tragar. Como lo demuestran Brian Josephson (ganador del 1973 Premio Nobel en Física) y otros, científicos igualmente prestigiosos que abandonaran la ciencia pura por el misticismo en muchas de sus formas.
En resumen
Pero, no sólo somos nosotros quienes en la vanguardia criticamos la Economía y sus presunciones teóricas, sino que dentro de sus propios rangos existen desertores que critican esta disciplina con aspereza.
De acuerdo a Paul Krugman en su revisión del libro mencionado de Madrick que motivara en parte esta tesis, las siete ideas que el crítico autor critica no son tan distintas entre sí.
La primera mala idea que Madrick desvela en su libro excelente, es el concepto de la Mano Invisible de Adam Smith que no puede distinguirse de la mala idea número 3, que constituye el caso de Milton Friedman contra la intervención de los gobiernos en los mercados libres, la cual fluye sin problemas dentro de la séptima que propone que la globalización es siempre buena.
Adam Smith usó en su obra clásica de economía La Riqueza de las naciones, quizás no queriendo decir lo que se cree que él quisiera haber dicho. La frase se construye hoy como la proposición que las economías de mercados desregulados, puede confiarse que lograrán todo propósito económico satisfactoriamente, sin ninguna influencia o intervención gubernamental.
¿Es esta creencia bien arraigada en teoría y evidencia? No, dice Krugman.
Madrick asimismo recuerda que Milton Friedman expresara que los modelos económicos deben de juzgarse no por el realismo de sus suposiciones sino por la certeza de sus predicciones, lo que no es más que una muestra evasiva del razonamiento circular.
Krugman, quien fuera ganador del Premio Nobel en las ciencias económicas en honor a Alfredo Nobel que otorga el Banco Central de Suecia, concluye llamando a su profesión "la ciencia lúgubre".
Esta ciencia "lúgubre" es la misma que inspira a quienes nos ofrecen promesas insulsas cuando nos aseguran, sin resquemores, que sus talleres van a proporcional cambios permanentes en la estructura de las organizaciones que los utilicen. Que van a afectar positivamente la mentalidad de los empleados que apliquen sus conceptos. Haciéndolo todo por fíat y sin proveerles monitores entrenados, supervisión continuada y cursos de actualización frecuentes.
En mi experiencia estoy familiarizado con empresas gigantescas internacionales donde el proceso de renovación y cambio es una actividad continua. (Véase: http://www.ask.com/web?q=pernod-ricard+australia&qsrc=0&o=0&l=dir&qo=homepageSearchBox).
Esas empresas logran éxitos rotundos en el mundo complicado de la competencia.
Para finalizar esta tesis repito una anécdota atribuida al ilustre héroe británico Sir Winston Churchill quien dijera (en referencia, y quizás en deferencia irónica al coloso de las disciplinas económicas, John Maynard Keynes): "Si se ponen dos economistas en una habitación, se obtienen dos opiniones, a menos que uno de ellos es Lord Keynes, en cuyo caso se obtienen tres opiniones".
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: Economista: Alquimista en academia.edu, researchgate.net y monografías.com
Covey, S: Los siete hábitos de la gente altamente efectiva Ed. Piados. México
Larocca, FEF: La neurociencia en las pascuas en academia.edu, researchgate.net y monografías.com
Larocca, FEF: Los hábitos de Covey, los pasos de AA y el grupo de apoyo mutuo en academia.edu, researchgate.net y monografías.com
Larocca, FEF: La Sincronía y la Neurociencia Aplicada en academia.edu, researchgate.net y monografías.com
Larocca, FEF: Self-Help, auto-ayuda o asistencia mutua: La magia curativa del poder singular de los grupos en academia.edu, researchgate.net y monografías.com
Madrick, J: (2014) Seven bad ideas: How Mainstream Economists Have Damaged America and the World (A. A. Knopf)
? Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:
Academia.Edu
ResearchGate.net y
Monografías.com
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca