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Arqueología e historia en el pueblo de San Martín Cuautlalpan (página 2)


Partes: 1, 2, 3

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Las poblaciones importantes aledañas al pueblo de San Martín, son: la población de Ixtapaluca (lugar de las salineras) al noroeste; Chalco (En el lugar del chalchihuite), San Lucas Amalinalco (En el lugar de la hierba torcida) y San Gregorio Cuautzingo (En el lugarcito del águila) al oeste; Cocotitlan (En donde abundan las tórtolas), Santa María Atoyac (En el río), y La Candelaria Tlapala (Donde abunda la tierra de color), al suroeste, Santa María Huexoculco (En el sauce torcido) al sur; San Marcos Huixtoco (En el lugar de espinas); San Jerónimo Cuatro Vientos al norte y Río Frío al Noreste. .

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Figura 2. Ubicación de la ex Hacienda de los González, en el pueblo de

San Martín Cuautlalpan. INEGI.

El terreno se ubica en la ladera sur de la loma en la cual se asienta el poblado de San Martín, sobre una serie de terrazas de cultivo, y continúa en una zona de planicie, limitada al norte y al sur por dos barrancas. El área total del predio es de unas 47.5 hectáreas (475,000 m2).

Las coordenadas geográficas del pueblo, a partir de la parroquia son: 19º 16´ 00 ´´ de Latitud Norte y 98° 50´00´´ de Longitud Oeste. Las coordenadas UTM son: 5 17 000 mE – 5 18 000 mE y 21 30 000 mN – 21 31 000 mN.

La altitud del pueblo desde el barrio de Santa María, alcanza los 2,300 m/ snm y va descendiendo hacia el oeste y sur, teniendo una altura en el predio, que va de los 2, 275 aproximadamente, desde la Parroquia de San Martín, hasta los 2,257 m / snm, en la parte más baja de la planicie. Su superficie es casi plana en gran parte al sur del terreno, mientras que en el noreste, es la ladera de una loma, con una pendiente de alrededor de 40°.

Clima

El clima predominante en toda la región es el templado subhúmedo, con lluvias en verano C (w).

La temperatura media anual oscila entre los 12° C y los 16° C, con un promedio anual de precipitación pluvial de 900 y 1000 mm[1]

Geología

Nuestra área de estudio se ubica en el denominado Eje Volcánico Transmexicano. Formado por rocas volcánicas del Plioceno y el Holoceno, de composición dacítico andesíticas y rocas basálticas. [2]

El pueblo de San Martín se encuentra asentado sobre una brecha sedimentaria o toba (tepetate) de color café claro y en algunas partes más altas, se pueden observar afloramientos de tobas basálticas y andesita. [3]En las barrancas se encuentran cantos rodados grandes y medianos, de toba basáltica y andesita, y algunos basaltos, arrastrados por las venidas de agua desde las partes más altas; en la parte al este, sobre la barranca Atlamaxa, en el llamado Parque de Las Piedras, se observa un afloramiento de grandes bloques de andesita. (Figura 3).

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Figura. 3. Parque de Las Piedras, en San Martín Cuauhtlalpan.

Orografía

San Martín se encuentra sobre una zona de lomas al pie de monte, entre el Valle de Chalco y la serranía. Destacan diversas elevaciones cercanas, como el C. Tlapipi, de 2,400 m; el C Ixtaltetlac, de 3,400 m; el C. Papayo, de 3,620 m.; el C. La Teja de 3, 620 m; el C. El Guajolote de 3,600 m; y el C. La Trampa, de 3,720 m, todos al este. Al oeste, se observa el C. del Elefante, de 2,400 m y el Xico (Lugar del ombligo), de 2,300 m., y el C. de Cocotitlan, de 2,300 m. Al noreste, el C. Tezoyo de 2,660 m; el C. Tejolote, de 3,020 m; Los potreros, de 3,600 m; el Telaron, de 4,060m y más lejos, el C. Tlaloc, de 4,120 m. Al este, se observa toda una serie de cañadas, y al este, el llano Xonacatla (En donde abundan las cebollas). [4]

Edafología

Los suelos predominantes en San Martín, con referencia en el Punto de Verificación No. 66 de la Carta Geológica de Chalco [5]es de tipo de aluvión, asociado a lomeríos; su edad es del cuaternario; de intemperismo somero; permeabilidad mediana, de uso actual industrial, principalmente usados en la fabricación de ladrillos y para la agricultura. Se trata de arcillas, limos y arenas finas.

Hidrografía

La fuente fluvial más importante, cercana a San Martín, es el río San Rafael, que pasa entre éste y San Gregorio. Existen también algunas cañadas con corrientes intermitentes que atraviesan el poblado, como la de San Francisco, la de Ocotenco, la Zopilotera, la Ortizco, la Atlamaxa y el arroyo de El Cedral, todas desaguan en el río San Rafael.[6]

Flora y Fauna

En las partes altas, es posible observar aun densos bosques mixtos con varios tipos de árboles, como encino (Quercus), arce (Acer), pino y ocote (Pinus), abeto y oyamel (Abies), nogal (Juglans), huizache (Acacia), tepozan (Buddleia), y algunos cuantos ahuehuetes (Taxodium), alisos (Alnus), fresnos (Fraxinus), olmos (Ulmus), también copalme (Liquidambar) y lames (Celtis); En las partes más bajas y laderas, se pueden observar ahuejotes (Salix) y especies introducidas como el pirul (Schinus Molle) y el eucalipto (Eucalyptus); otras plantas y arbustos son alacle (Malvastrum), chilacayote (Cucurbita ficifolia), colorín chiquito, encino amarillo, mezquite (Prosopis), laurel (Lauraceae); también diversas hierbas, como chilacatole (Argemone mexicana), tabaquillo (Nicotiana), helechos (Polypodium), ortiga (urtica), verbena (Verbena), exocatzin (Sida), toloache (Datura), costipactli (Thalictrum), quelite (Amaranhaceae), epazote (Chenopodiaceae), tomatillo (Physalis), tules (Cyperus, chilillo (Polygonum) y carrizo (Arundo donax).[7]

La agricultura en la zona, se limita a la siembra de diversas plantas tradicionales como calabazas (Cucurbita), chile (Capsicum), nopal (Opuntia), tomate (Lycopersicum), maíz (Zea mayz), frijol (Phaseolus), cempaxochilt (Tagetes), maguey pulquero (Agave) y diversas hierbas medicinales y árboles frutales como pera (Pyrus), naranja, limón y toronja (Citrus), aguacate (Persea) y zapote.

La fauna está constituida por conejos (Sylvilagus cunicularius y S. floridanus), liebres (Lepus mexicanus), tuzas ( Pappogeomys), pécaris (Dicotyles tajacu), mapache (Procyon lotor), tlalcoyote (Taxidea taxus), zorrillo (Mephitis), comadreja y hurón (Mustela), ardillas (Sciurus), ratones de campo (Microtus), cacomixtle (Bassaris), armadillo, tlacuache (Didelphus virginiana), zorrillo (Spilogale) y zorro (Vulpes). En las partes altas y boscosas, incluso aún se pueden observar venados (Odocoileus virginianus y O. hemionus) y coyotes (Canis)

Entre las aves podemos encontrar águilas (Aquila, Accipitridae, Buteo jamaicensis), buitre (Cathartes), gavilán (Accipiter), codorniz (Cyrtonyx), huilota (Zenaidura), tecolote (Buho), correcamino (Geococcxis), diversas variedades de patos (Aythya, Spatula clypeata, Anas acuta, A. Platyrhynchos), colimbos (Podiceps caspicus, Podilymbus, Aechmophorus), agachadizas y cochines (Scolopecedae) y fúlicas (Fulica americana).[8]

De igual manera, en los campos de cultivo existen algunas variedades de culebras, serpientes de cascabel (Crotalus), cincoatl (Pityophis deppei), lagartos escorpiones y lagartijos (Lacertilios), ranas y sapos (Rana, Bufo) y alacranes (Scorpionida).

Actividades económicas

La agricultura ha dejado de ser la actividad más importante entre los habitantes de San Martín, y solamente algunos cuantos pobladores se dedican a realizarla. Los cultivos preferidos son el maíz, trigo, sorgo, hortalizas y plantas medicinales, así como otras utilizadas como forraje de animales. La mayoría de las veces, está limitada al cuidado de pequeños huertos de autoconsumo, ubicados en el interior de las viviendas.

Otra actividades a la que muchos de los habitantes del pueblo se dedican, es trabajando para dueños de ladrilleras, por sueldos ínfimos, actividad que se remonta al siglo XIX. Estas aprovechan los suelos arcillosos y arenas locales, excavando grandes zanjas de hasta 5 o 6 metros de profundidad, llegando hasta la capa dura de tepetate. Dichas excavaciones ubicadas en la zona de planicie al oeste y sur del poblado, entre los límites entre San Martín con Santa María Huexoculco y San Gregorio Cuautzingo han dejado extensas cicatrices en la parte oeste del pueblo, y son causa de innumerables hallazgos de objetos arqueológicos, que no son registrados y que quedan en propiedad de quien los encuentra, o son vendidos por unas cuantas monedas a coleccionistas, o son destruidos por quienes los extraen del subsuelo, como es el caso de las vasijas, ya que se tiene la idea errónea muy arraigada, de que estas contienen objetos de valor, joyas o monedas de oro.

Estas grandes zanjas, son rellenadas en la actualidad con desechos de construcción, basura y aguas pestilentes, procedentes de los desagües que van a dar a las barrancas locales, y que terminan en estas fosas.

Los trabajadores de las ladrilleras, en su mayoría proceden de San Martín y de Huexoculco, y son quienes realizan la mayor parte del trabajo prácticamente artesanal de fabricación de ladrillo rojo cocido. Esta actividad es realizada tanto por hombres, como por mujeres y niños, ya que la falta de fuentes de trabajo no les permite realizar otras labores. En primera instancia, se extrae la arcilla del yacimiento, con pico y pala, la cual es procesada en montículos pequeños, moliendo los terrones y revolviéndolos con agua y arena que también es extraída del mismo yacimiento de arcilla, la cual se encuentra en lentículas o en capas de sedimentos y que fue depositada por las crecientes y venidas de los arroyos locales.

Posteriormente, es amasada y moldeada sobre el piso de tepetate, y vaciada a mano en moldes de madera, para darles la forma rectangular, donde se dejan secar al sol por varios días, tras los cuales se recogen y se apilan para ser transportados a los hornos de quema, que cuales están construidos con bloques de tepetate y adobe. En este lugar, los ladrillos sin cocer son colocados y quemados con llantas viejas y trozos de madera. La quema de ladrillos ocasiona una vista muy característica de la zona, ya que durante todo el día se levantan altas columnas de humo negro y gris.

La otra actividad a la que se dedican algunos de los habitantes del pueblo, en algunas ocasiones de manera ilegal, al corte de madera de los bosques cercanos ubicados en la zona más alta. Aunque existen permisos para la tala moderada por parte de las autoridades ejidales para los vecinos del pueblo, algunas personas inconscientes y con afán de lucro, cortan ilegalmente la madera de los árboles, actividad que ellos mismos denominan "el trozo", ya que la reducen a pequeños fragmentos que son vendidos a las ladrilleras para abastecer los hornos.

En mucho menor cantidad, se realiza la ganadería y la cría de animales domésticos, como vacas, chivos, cerdos y aves de corral, como pollos, gallinas y guajolotes; también caballos, mulas, y burros que son utilizados para el autoconsumo, los primeros o como animales de carga, los segundos.

Así también, unos pocos pobladores se dedican al cultivo de nopal para su venta al mercado, y a la siembra de maguey para la extracción de aguamiel y la preparación de pulque, que aun se consume como bebida preferida entre muchas personas, principalmente las de mayor edad, para acompañar la comida o en ocasiones importantes como fiestas o reuniones, mientras que los más jóvenes prefieren bebidas procesadas comerciales como alcohol y cerveza. Solamente unas cuantas mujeres de mayor edad se dedican, como actividad complementaria a las labores del hogar, a la elaboración de tlacoyos y tortillas elaboradas a mano, para vender en el mercado o para intercambiar en el mercado principal de Chalco mediante el trueque por otros productos de la canasta básica.

Muchos de los habitantes han decidido establecer locales comerciales donde se expenden artículos de primera necesidad, herramientas, objetos de uso cotidiano alimentos procesados y artículos domésticos, ropa, etc… El abasto local es complementado con el tianguis importante que se celebra los días lunes, en la plaza principal del pueblo.

Las demás personas, realizan su labor en las poblaciones aledañas más importantes, principalmente en Chalco, Iztapaluca y el D. F. Como empleados en empresas, oficinas, industrias y comercios. También como trabajadores generales de la construcción en dichos lugares, o en las empresas constructoras establecidas recientemente en toda el área. Es característico del lugar el fuerte sonido del claxon que anuncia el paso de los camiones de pasajeros que comienzan su actividad desde las 5 a m.

Fiesta principal

La fiesta principal y la más importante es la celebración del santo patrono del lugar, San Martín Obispo de Tours, quien se festeja el día 11 de noviembre. Dicha fiesta tiene una duración de toda una semana, siendo la fiesta grande celebrada el primer fin de semana siguiente al día 11. La celebración se realiza durante toda la semana con misas en la parroquia principal. (Figura4).

La imagen del santo patrono es objeto de veneración en todo el pueblo, ya que es sacado en andas y en procesión por todos y cada uno de los barrios, donde es recibido con júbilo y celebración de rezos, música de banda, cohetes y tamales de chile y jitomate con epazote y carne, atole, pan y café. Las calles son adornadas con flores y papal multicolor cortado, y un altar es preparado especialmente para recibir al santo y celebrar la misa, tras la cual nuevamente es regresado a la parroquia.

 

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Figura 4. Una de las muchas procesiones durante las cuales la imagen de San martín recorre el pueblo para visitar sus diferente barrios.

Antes de ser sacada la imagen recibe en la parroquia a sus padrinos o mayordomos, quienes se encargan de llevar y cambiar la vestimenta que llevará el santo durante las procesiones; esta consiste de una mitra, un báculo y el hábito y capa característicos de su rango de obispo, la cual se cambia diariamente. El cambio de vestimentas del santo es actividad exclusiva del sacerdote y de los mayordomos varones, y no se permite la entrada de mujeres a la iglesia porque se tiene la idea que el santo "se avergüenza" y "no se deja" cambiar ante la presencia femenina.

Estas procesiones duran hasta el primer sábado siguiente al 11 de noviembre, día en el cual se celebra la procesión y la celebración más grande de todas. Durante todo ese día, los festejos en la parroquia consisten en misas para bautizos y confirmaciones, acompañadas con bailables de grupos de banda y chinelos. Al anochecer nuevamente se cambia el vestuario del santo y comienza la procesión principal acompañado por todo el pueblo, con música de banda y cohetes.

En esta ocasión no se limita a la capilla o casa principal del barrio, sino que ahora se extiende a visitar todas las calles y las casas principales, donde es recibido con gran festejo de juegos pirotécnicos, toritos y música. La imagen recorre todo el pueblo, desde las zonas más sencillas, hasta los lugares donde viven las familias de posición económica acomodada. Es característico de esta procesión ver a las personas cubiertas por cobijas y coloridos gabanes de lana gruesa, que usan para protegerse de los cohetes, los toritos y para continuar y resistir el frío durante toda la noche, acompañados con botellas de tequila, mezcal, cerveza y garrafas de pulque natural o curado.

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Figura 5. Retablo estilo Estípite dorado, del siglo XVIII, en el altar mayor de la parroquia de San Martín Obispo de Tours.

Esta celebración se extiende durante toda la madrugada y el domingo siguiente, ya que bien entrado el día aún continúa la procesión y recibimiento del santo en los últimos y más alejados lugares del pueblo. Se concluye la fiesta el día domingo con celebraciones en todas las casas, con comidas y reuniones familiares, y por la noche un gran baile, bandas, grupos musicales, y la feria frente a la parroquia. (Figura 5).

A estas celebraciones acuden también los pobladores de otras localidades cercanas, como Huexoculco, Río Frió, Cuauhtzingo, Huixtoco y Chalco, ya que junto con la del Sr. Santiago Apóstol, en Chalco, la de Santa María en Huexoculco y las de La Candelaria y Santa Cecilia, en Tlapala, son las festividades más grandes en la zona.

Sitios Históricos

La Parroquia de San Martín Obispo de Tours

En el pueblo de Cuauhtlalpan, una pequeña estancia sujeta a Tlalmanalco y después a Temamatla, los frailes franciscanos erigen en el siglo XVI una pequeña capilla de visitación, que dedican a San Martín Obispo de Tours, la cual será ampliada y modificada durante los siguientes siglos XVII, XVIII y XIX, agregándosele nuevas construcciones como una capilla adosada dedicada al Señor del Sacromonte, del siglo XVII-XVIII, y un convento erigido en el siglo XIX.

La primera capilla del siglo XVI, mantiene toda la simbología franciscana, ya que sobre su fachada que es de forma cuadrangular, se puede observar un arco de medio punto, de andesita rosa labrada, sostenido por dos pilastras simples, con pedestales, que conforman la entrada principal a la parroquia; sobre el arco una cornisa, y a los costados del arco de la entrada dos pilastras decoradas con símbolos marianos de flores de cuatro pétalos o quincunces. Rodea todo el conjunto de la entrada el listón con nudos que indica su filiación franciscana.

Toda la fachada se encuentra recubierta con ladrillo rojo barnizado y colocado a manera de petatillo; entre estos se intercalan mosaicos blancos decorados con flores azules. Remata la fachada un imafronte piramidal que sostiene una base con una cruz; sobre el imafronte se observan los elementos que designan al santo al cual está dedicada la capilla, como son el báculo y la mitra de San Martín Obispo. La construcción fue realizada en su mayoría con cantos rodados y piedra careada. En el interior se puede observar un retablo de estilo barroco estípite dorado de dos cuerpos, que tiene al centro la imagen del santo patrono y otras de santos y arcángeles; este retablo fue recientemente intervenido por la Coordinación de Restauración CNRCPC para su limpieza y estabilización. (Figura 6).

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Figura 6. Dos vistas del área donde se localizaba la antigua Hacienda de los Gonzáles; al fondo, la parroquia de San Martín Obispo.

Al costado derecho de la capilla se erigió otra capilla dedicada a devoción del Señor del Sacromonte, cuyo culto es de tradición franciscana, en la cual se puede observar una torre con dos campanarios y un remate de forma prismática decorado con mosaicos. La fachada está constituida por un arco de piedra rodeado por dos pilastras que sostienen una cornisa; sobre esta, dos remates de pedestal que enmarcan el frontón y la ventana. Corona el conjunto un frontón triangular con nicho y cuatro remates de pedestal. Su interior muestra remodelación moderna, donde se puede observar una imagen del Señor del Sacromonte. A diferencia de la capilla de San Martín, esta se construyó usando adobes sobre un soporte de piedra, y fue cubierta con un aplanado de cal y arena. Sobre la torre se observa la fecha 1942 que se refiere a su reconstrucción.

Del lado izquierdo se ubica el convento y galerías, también elaborado con cantos rodados y piedra careada, compuesto de dos pisos, su fachada esta formada con amplios arcos sostenidos por columnas; cuatro arcos de medio punto en el primer cuerpo y cuatro arcos mixtilíneos en el segundo. Remata el conjunto el imafronte con una imagen moderna de un cristo y la fecha 1938.

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Figura 7. Antiguo retablo de estilo Barroco temprano, dorado, al interior de la Parroquia de San Martín Obispo.

Otra construcción se ubica al interior del convento, y adosada a la capilla principal es la sacristía, que fue construida también en su totalidad con piedra, la cual ostenta en una piedra grabada la fecha de dedicación de 1840.

Rodea todo el conjunto de construcciones un amplio atrio, sobre el cual se observan algunas lápidas labradas en piedra de finales del siglo XIX y principios del XX.

Durante mucho tiempo y hasta la segunda mitad del siglo XX, al poblado se les conocía con el mote de San Martín de las "torres mochas", debido a que la torre principal de la capilla del señor del Sacro Monte, fue derribada durante la Revolución por un grupo de soldados, quienes practicaron el "tiro al blanco" con cañón en el pueblo, destruyendo la torre. Otra versión es que cayó un rayo sobre la torre derribándola. Esta fue reconstruida hasta la segunda mitad de la década de los 40"s.

La Hacienda de los González

Hasta hace unas dos décadas, como se puede observar en las fotos aéreas[9]y por los relatos de los habitantes, aún se podían apreciar los restos del casco de la antigua hacienda de Los González, constituidos principalmente por restos de muros construidos con adobe, pisos de cantos rodados y remates de cantera y basalto labrados de puertas y ventanas, restos de los cuartos de la casa grande, asoleadero de animales, un camino y un gran estanque de agua de gruesos muros, conocido como "la alberca", así como un acueducto elaborado con ladrillos cocidos y bloques de basalto tallado del siglo XIX.

Los restos de la hacienda fueron totalmente arrasados hasta sus cimientos por uno de los propietarios, quien arrancó las piedras y derribo los muros, dejando totalmente plano el terreno. Algunas versiones locales señalan que buscaba el "tesoro" de la hacienda, otras que se saco beneficio de los restos vendiendo las piedras y la cantera de los muros como cascajo. Finalmente el terreno de 47.5 hectáreas, fue adquirido por una empresa constructora que lo destinó al proyecto de construcción de vivienda de interés social, denominado Villas de San Martín.

La Hacienda de San Martín Cuautlalpan o de los González, según relatos de los propios pobladores que la conocieron,[10] tenía una planta casi cuadrangular, orientada con un eje que iba de noroeste a noreste, siguiendo la traza de un camino artificial construido en la base de la loma; este camino estaba construido con cantos rodados, y con fragmentos de tepetate y ladrillos de arcilla cocida. El camino conducía directamente a la puerta principal de la hacienda, la cual estaba flanqueada por dos grandes árboles; la puerta principal estaba construida con bloques de cantera labrada que formaban un arco. (Figura8).

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Figura 8. Dibujo en planta del casco de la ex Hacienda de los González.

Este camino continuaba atravesando la hacienda de lado a lado, y separaba al noreste los cuartos de la casa grande y la troje de almacén de granos; al suroeste del camino y en el interior de los muros de la hacienda, se encontraba una gran cisterna de agua que se conocía localmente como "la alberca", construida con gruesos muros de piedra de alrededor de un metro; flanqueaban las esquinas gruesos contrafuertes de pedestal con remates piramidales. Toda la construcción se encontraba recubierta por un aplanado de cal y arena.

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Figura 9. Dibujo reconstructivo del área de la Hacienda de los González en el siglo XIX.

Al costado sureste de esta cisterna se ubicaban el asoleadero y los corrales del ganado; los pisos del asoleadero estaban construidos con cantos rodados de tamaño mediano. El camino atravesaba la hacienda por el medio y continuaba al sureste cruzando otra puerta, también con arco de cantera. La hacienda estaba rodeada en su totalidad por gruesos muros de adobes, asentados sobre una base de piedras careadas y cantos rodados y sostenidos de tramo en tramo por contrafuertes adosados a manera de pilastras; como remate, estos muros estaban decorados con un chaflán que los protegía de la erosión por el agua de lluvia.

Toda la construcción fue erigida sobre una gran base artificial de relleno de cascajo, tepetate, piedras y fragmentos de ladrillos, que le daban soporte. Las excavaciones arrojaron restos de ladrillos cocidos rojos, losetas de barro, fragmentos de vidrios de ventanales y una gran cantidad de tejas de barro cocido, así como ganchos para sostener las vigas sobre las cuales se colocaron las tejas. Esto nos da una idea de los materiales usados en la construcción de la casa principal, cuyos restos fueron reutilizados como relleno.

Sobre el camino corría un acueducto elaborado en ladrillo rojo, construido en el siglo XIX, según una inscripción que lo ubica en 1810. Este acueducto conducía el agua directamente desde la cisterna hasta las tierras de cultivo, ubicadas al sur en la parte baja. También en la zona alta sobre la loma, se excavó un canal que conducía el agua desde el pozo a la zona de cultivo sobre la loma, y quizá se continuaba hacia el pueblo. Este canal ya existía a principios del siglo XX. (Figuras 9 y 10).

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Figura 10. Restos del antiguo acueducto de ladrillo rojo de la hacienda, y dibujo en corte

del sistema constructivo.

Al momento de realizar la investigación histórico-arqueológica, la hacienda había desaparecido en su totalidad desde hacia ya décadas, y los pocos vestigios que quedaban, como la alberca y el acueducto ya habían sido destruidos por la maquinaria que emparejó el terreno. Algunos vestigios de los rellenos de la base de la terraza sobre la cual se construyo la hacienda, se recuperaron durante la excavación de las cepas de drenaje, consistentes en cerámicas, objetos de metal y restos de materiales constructivos.

Hasta hace unas dos décadas, como se puede observar en las fotos aéreas,[11] y por los relatos de los habitantes, aún se podían apreciar los restos del casco de la antigua hacienda de Los González. (Figura 11).

Figura 11. Antigua Fotografía aérea del Pueblo de San Martín Cuautlalpan, y vista de los restos de la Hacienda de los González.

Antecedentes históricos y de investigación arqueológica

Antecedentes Históricos.

El topónimo

El antiguo nombre con el cual se conoce desde la época prehispánica al actual pueblo de San Martín Obispo es el de CUAUHTLALPAN. Tiene sus raíces en la lengua náhuatl y etimológicamente significa "En la tierra de las águilas" o "En la tierra del águila".

Se compone de:

cuauh (tli) ………….. águila.

tlalli …………………. tierra.

pan …………………… locativo en, sobre.

Figura 12. Glifo prehispánico de Cuauhtlalpan, basado en el glifo del

Códice de Coatlinchan.

El glifo se puede encontrar como tal en el Plano de Coatlinchan, pero haciendo referencia a otro pueblo homónimo llamado Santiago Cuauhtlalpan. El glifo está compuesto por un rectángulo de color café, dentro del cual se pintaron puntos y semicírculos que indican que se trata de tierra; sobre éste, la cabeza de un águila o cuauhtli. Este conjunto de glifos indígenas nos da la lectura "Cuauhtlalli" a la cual se le agrega el locativo o distintivo que señala un lugar "pan", para formar la palabra o el toponímico CUAUHTLALPAN. (Figura 12).

Las fuentes etnohistóricas

Son varios los documentos, tanto indígenas como novohispanos, que nos hablan sobre la historia de la región en la cual se localiza el área que estamos estudiando: la cuenca del antiguo lago de Chalco, cuyo nombre significa "En el lugar del chalchihuite", como lo indica el glifo del lugar, o "a la orilla del espejo del agua". (Figura 13).

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Figura 13. Glifo prehispánico de Chalco, "lugar del chalchihuite".

Los datos históricos más antiguos que se tienen sobre la ocupación de Chalco, se remontan a finales del periodo tolteca, durante el Posclásico temprano, hacia el año 900-1150 d.C.; En San Martín Cuauhtlalpan, son los restos arqueológicos los que nos remontan a épocas mucho más antiguas, al periodo Preclásico, a las fases Zacatenco (700-400 a.C.) (figura 14), y Ticoman (400-200 a.C.). (Figura15).

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Figura 14. Antiguo brasero con la representación de un roedor y vasija de forma de calabaza, del periodo Zacatenco.

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Figura 15. Cajete trípode rojo, del periodo Ticoman.

La evidencia arqueológica también nos ofrece información sobre una ocupación en la parte este del pueblo, entre San Martín y Huexoculco, que data del periodo Clásico. Esta ocupación presenta una filiación teotihuacana, y presenta los elementos estilísticos en la cerámica de las fases Tlamimilolpan tardío y Xolalpan temprano (250-450 d.C.), típicos de Ciudad de los Dioses; seguramente este asentamiento teotihuacano estaba emparentado con la ocupación del la parte noreste del cerro Cocotitlan. (Figura 16).

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Figuras 16. Figurillas y jarra de estilo teotihuacano, elaboradas en arcilla.

No se encontraron en la Hacienda de los González otras evidencias posteriores a la caída de Teotihuacan, hacia el año 650 d.C. aunque es bien conocido que en otras partes de Chalco, como en la isla de Xico, se estableció una importante ocupación que pertenece al grupo que habitó la cuenca y el Valle de México, en los años 700-900 d.C. los Coyotlatelco, que son el antecedente directo de la cultura tolteca.

Durante el periodo de florecimiento de los toltecas, en Tula, en San Martín Cuauhtlalpan, un grupo Mazapa, de filiación tolteca, habitó en San Martín Cuauhtlalpan durante los años 900-1200 d.C., como lo demuestran los restos localizados en el lugar, como cerámicas domésticas y rituales, y figurillas. (Figura 17).

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Figura 17. Cerámicas toltecas de los tipos Joroba y Mazapa líneas ondulantes.

Tras la caída de Tollan, capital del Estado Tolteca, hacia finales del siglo XII d. C. toda el área central del altiplano quedó desolada y solamente unos cuantos centros sobrevivientes, mantenían viva la tradición tolteca. Entre ellos, algunos en Yucatán, Guatemala, Oaxaca, Michoacán y Guerrero, y otros como Cholula en Puebla; dentro de la cuenca, se encontraba Culhuacan, y otros puntos situados al norte y al sur del valle de México, donde sobrevivían algunos pequeños grupos de familias de origen tolteca. (Figuras 18 y 19).

Al llegar Xolotl y su hijo Nopaltzin al valle de México guiando a las hordas chichimecas del norte en busca de un lugar donde asentarse, se encuentra con este panorama desolador: ciudades y pueblos abandonados y grupos de toltecas dispersos en varias partes a las orillas de los grandes lagos.

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Figura 18. Cerámicas Azteca I del tipo de Chalco, de tradición culhuacana y cholulteca. Fechadas entre el periodo final del Imperio Tolteca y los primeros años del siglo XIII.

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Figura 19. Cerámicas domésticas del tipo Chalco, de la fase Azteca I.

El cronista Alva Ixtlilxochitl nos dice sobre esta situación que:

"Los toltecas se habían destruido y estaba la tierra despoblada, cuando vino a ella el gran chichimeca Xolotl a poblarla, teniendo noticia por sus exploradores de su destrucción… Y habiendo entrado por los términos y tierra de los toltecas hasta llegar a la ciudad de Tollan, cabecera del imperio, en donde halló muy grandes ruinas despobladas y sin gente, por lo que no quiso hacer asiento en Tula, sino que prosiguió con sus gentes enviando siempre exploradores por delante para que viesen si hallaban alguna de las gentes que hubiese escapado de la destrucción y calamidad de esta nación, y cuales eran los mejores puestos y lugares para su habitación y población".[12]

Xolotl se asienta primero en Xoloc, cerca de Xaltocan y poco después toma como cabecera de su señorío a la ciudad de Tenayuca Oztopolco, situada en la parte norte del valle, desde donde reparte las tierras a los diversos grupos que lo acompañan, quedando en Azcapotzalco los tepanecas, en Xaltocan, los otomazahuas y en Coatlinchan, los acolhuas; también establece alianzas matrimoniales con los pobladores descendientes del linaje tolteca. Esto ocurrirá durante el siglo XIII. (Figura 20).

El príncipe Nopaltzin, hijo y sucesor al trono chichimeca de Xolotl, se casa con una Princesa culhuacana de estirpe tolteca llamada Azcatlxochitzin, hija de Pochotl, descendiente directo del linaje de Topiltzin y de Toxochipantzin, hija de Nauhyotl, señor de Culhuacan; de esta unión, nacerá el siguiente señor chichimeca, llamado Tlotzin, quien funda su señorío en las cercanías de Coatlinchan, al cual denomina Tlatzallan- Tlallanoztoc.[13]

Figura 20. Cerámica Azteca II de tradición de Chalco, ubicada para el periodo de fundación y apogeo de Tenayuca y Azcapotzalco, en los siglos XIII-XV.

Según nos cuenta el códice texcocano conocido como Mapa de Tlotzin, durante un recorrido que este hace por sus tierras de Coatlinchan, tiene ocasión un encuentro con un personaje de Chalco, de los últimos descendientes de la estirpe tolteca, llamado Tecpoyo Achcautli, quien tenía su casa y familia en Xico. Este personaje se convertirá en su ayo y desempeñará el papel de educador y civilizador de los chichimecas, enseñándole a Tlotzin la lengua náhuatl, a asar los alimentos y a gustar comidas preparadas; le muestra las ceremonias y las formas de culto a los dioses y a sembrar la tierra.

Tlotzin había ido allá a Coatlinchan, iba a cazar. Por ahí se le acerca un chalca, de nombre Tecpoyo Achcauhtli. Este como que tuvo temor cuando vio a Tlotzin con su arco y su flecha. Tecpoyo Achcauhtli dijo entonces a Tlotzin: "¡oh hijo mío, déjame vivir a tu lado!.

Tlotzin no comprende su lengua porque es chichimeca. Sin embargo, desde este momento, el chalca acompañó a Tlotzin en sus cacerías. Los venados, conejos, serpientes y aves que este cazaba, Tecpoyo Achcauhtli los levaba a cuestas.

Entonces por primera vez Tecpoyo Achcauhtli se puso a asar lo que había cazado Tlotzin. Por primera vez le dio a comer alimentos cocidos, porque antes Tlotzin comía crudo lo que había cazado.

Tecpoyo Achcauhtli largo tiempo vivió al lado de Tlotzin. En una ocasión le dijo, le pidió permiso: "¡Oh hijo mío! Deja que vaya a decirles a tus ciervos, los chalcas, los cuitlatecas; deja que vaya a decirles como he llegado a verte y como he vivido a tu lado.

Entonces Tlotzin comprendió ya un poco la lengua del chalca. Con el envió conejos y serpientes en un huacal.

Pero Tecpoyo Achcauhtli regresó al lado de Tlotzin. Le dijo: "¡Oh hijo mío, ven a visitar a los chalcas, que son tus servidores!

…Cuando llegó Tlotzin, salieron a recibirlo los chalcas. Le hicieron sentarse, le trajeron presentes. Le dieron tamales, atole… Entonces Tecpoyo Achcauhtli hablo a los chalcas, les dijo: "¿acaso no se ha hecho ya Tlotzin como un príncipe, como un hijo?

Enseguida se disponen a hacer ceremonias; ellos veneraban así a sus dioses. Tlotzin, como era chichimeca, no sabía como eran las ceremonias de los chalcas en honor de sus dioses. …ellos solo tienen por dios al sol, al que llaman padre. Así veneran al sol, cortan la cabeza a las serpientes, a las aves. Hacen agujeros en la tierra, rocían con sangre el pasto. Tienen también por diosa a la tierra, la llaman madre de ellos. [14]

Con este contacto se inicia el intercambio cultural entre los grupos toltecas y los chichimecas. Tlotzin se unirá también a una señora de linaje tolteca llamada Tocpachxochitzin, hija de Cuauhtlalpal, quien junto a Acatomatl, Cozcaquauh y Chalchiuhtlatonac habían sido nombrados por Xolotl señores de la provincia de Chalco.[15] De esta unión nacerán los siguientes señores que conformarán la dinastía texcocana, como Quinantzin, Techotlala e Ixtlilxochitl, quienes continuarán en el siguiente siglo XIV, con la labor de civilización de los grupos chichimecas, que heredarán la tradición de los grupos toltecas situados en el área sur de la cuenca, en Culhuacan y en Chalco y de otros llegados de la Mixteca, llamados tlailotlaques y chimalpanecas.

Jurado Quinatzin, y estando en sus ciudad, de allí a cuatro años que el era jurado, llegaron los tlaylotlaque de delante de la Misteca, los cuales eran del linaje de los tultecas; y llegados a Chalco, preguntaron por el monarca de la tierra en donde era su corte. Los de Chalco les dijeron como era Quinantzin, que en Texcuco, no muy lejos de allí estaba.[16]

Sobre lo que ocurría en la zona sur de la cuenca en esta época, nos dice el cronista Chimalpahin que la región de Chalco o Chalcayotl fue poblada hacia la primera mitad del siglo XIII, por grupos de inmigrantes procedentes del norte, como los xochimilcas y los chalcas quienes fundaron cuatro señoríos: Amaquemecan, Tlalmanalco, Tenanco–Tepopollan y Xochimilco–Chimalhuacan.[17]

Eran varios los grupos que conformaban la etnia chalca, pero los primeros en llegar a Chalco Atenco Chalchiuhtepec, fueron los acxotecas hacia 1229 d.C. [18]Siguieron los teotenancas, que fundaron cerca de Ayotzingo a Tepalcatetelco y Tenanco en 1238 d.C. y Tepopolan en 1260 d.C. Los totolimpaneca amaquemeque llegan y se asientan en Tepotoniloyan cerca de Atenco-Chalco en 1241. Los tecuanipantlacas, arribaron en 1295 a Tecuanipan Amaquemecan y en 1297 se asientan en Huixtoco Amaquemeca bajo el mando de Ocelotzin. Los nonualca, los teotlixca y los tlacochcalca se asientan en Tlacoculhuacatepec en 1296, quienes en 1297 se ponen en camino y se asientan en Tultitlan. Finalmente, los nonohualcas fundaron en 1299 d.C. Xallipzahuacan en Iztapalapa, y los nonoalcas poyauhtecas o panohuayantlacas en 1304 d.C. se asientan en Amaquemecan.[19]

Según Chimalpahin hacia 1229 llegaron de Tulla los acxotecas:

Y estos mencionados acxoteca, ciertamente son ellos los que primeramente se dieron el nombre de chalca. Y la razón de esto, según se dice, fue la chalchiuhcalli con la que vinieron a dar por aquí en tierras de Chalco… que una vez aquí, sobre la ribera del agua, en llegando lo tomaron los acxoteca por su relación con el lugar en donde esta el gran espejo de agua, ya que ha mucho tiempo… daban por nombre al agua Chalchiuhmatlalatl, y al gran espejo del agua lo llamaron Chalchiuhtlicue. Fue así… como se hicieron llamar chalca y así como queriendo significar "gente de las orillas del agua" o acaso "gente de las orillas del Chalchiuhmatlalatl"… otros dos grupos más que allí vinieron a dar… son los amaquemeque y tlacochalca, los que ahora ya se llaman tlalmanalca, también… tomaron el nombre de chalca.[20]

Para 1238 llegan los tenancas:

Aquí en este cumplieron 10 años en Cuitlatetelco los tenanca chichimeca cuixcoca temimilolca ihuipaneca. … de nueva cuenta vinieron a partir de allí; luego que se marcharon, solamente dos, habiendo entrado a Xicco, salieron precipitadamente de allí y vinieron a otro lugar; llegaron a la ribera, por sobre la orilla del agua, en las inmediaciones de Ayotzingo… y allí también trajeron a los hijos de los viejos tenancas, los que nacieron allá en Cuitlatetelco… Éstos ya jóvenes vinieron a mudarse allí por la orilla del agua, en Tepalcatetelco… Y Tenanco se construyó en la ribera; allí estuvieron agrandando la casa del que tenían por dios los tenanca…[21]

En 1241 llegan los totolimpanecas amaquemeque que también se harán llamar chalcas:

Aquí en este llegaron y con ello vinieron a establecerse los antiguos teochichimeca totolimpaneca itztlacozauhque amaquemeque allí en el lugar de nombre Tepotoniloyan, por la orilla del agua, en Chalco.[22]

En 1295 llegan los tecuanipan:

… dignamente mencionado huehue Tzihuhtlacauhqui, Tzompahuacateuhtli, que vino llegando a Tecuanipan Amaquemecan.

Y en 1297:

Aquí en este vino a dar con la gente la persona de Ocelotzin, teuhctli, que vino fungiendo como tlahtohuani de Huixtoco Tecuanipan… vino a dar con el mencionado huehue Tziuhtlacauhqui, Yaopol allá en Tecuanipan Amaquemecan Chalco; fue así mismo cuando vino a asentarse en Huixtoco.[23]

También ese año se asientan los nonualcas:

Y también en ese año 12 tecpatl mencionado, allí por donde está el lugar de nombre Tlacoculhuacatepec llegaron a asentarse los nonualca, los teotlixca, los tlacochcalca; allí tardaron dos años.[24]

En 1304:

7 Tecpatl, 1304. En este año llegaron los nonohualcas poyauhtecas llamados panohuayantlacas; los venía conduciendo Tlotliteuctli, y se asentaron en amaquemecan.[25]

El Códice Ramírez menciona lo siguiente acerca de la tribu chalca:

El segundo linaje es el de los chalcas, que quiere decir gente de las bocas, por que challi significa un hueco a manera de boca, y así, lo hueco de la boca llaman camachalli, que se compone de camac, que quiere decir la boca, y de challi, que es lo hueco, y de este nombre challi y de esta partícula ca se compone chalca, que significa los poseedores de las bocas.[26].

Sobre la llegada a la región de los grupos chalcas nos dice el padre Durán:

Los segundos que llegaron, no mucho después (de los xochimilcas), fueron los de la parcialidad y generación chalca, el cual en su llegada se juntó con el de Xochimilco y partió términos con él quieta y pacíficamente: tomó por cabecera y principal asientos a Tlalmanalco y de ahí se dividieron… a vivir en… Amecamecan, Tenanco … Ayotzinco, Chalco Atenco, San Martín … lo cual es mucho menos que lo que Xochimilco ocupó por ser más la gente de la de aquel tribu que la deste otro. [27]

La provincia chalca se localizaba en el extremo sudoeste de la cuenca del Valle de México, teniendo por un lado los límites con los xochimilcas hacia la parte del oeste y la sierra y los volcanes al este. Los Anales de Chalco indican que dicha provincia tenía una influencia de menor extensión que la de Xochimilco. La región chalca se extendió en un tiempo a Coatepec y Chimalhuacan Atenco al norte y a Mixquic en el noroeste.[28]

A fines del siglo XIV los chalcas conquistaron a los pueblos matlazincas del Valle de Toluca. También mantenían frecuentes guerras con varios pueblos de Tlaxcala, Huejotzingo, Tepeaca y Cuauhtinchan, y otros del sur como Atlatlauhca y Totolapa. Dentro del Valle de México los tepanecas, acolhuaque y tenochcas emprendieron diversas campañas militares para derrotar a los chalcas. Los tepanecas los atacaron en el siglo XIV sin lograr dominarlos; a fines del siglo XIV y principios del XV hay un estado de guerra que los Anales de Chalco describen como Xochiyaoyotl.[29]

1 Tecpatl, 1324. En este año se enseñoreo Huehue Acamapichtli como tlatohuani de Colhuacan. También en este año comenzaron las guerras floridas en Chalco; las hicieron los chalcas y los tlacochcalcas.

1 Tecpatl, 1376. En este año, según dejaron pintado algunos, se enseñoreó Acamapichtli en Tenochtitlan. También en este año llegó la guerra a Chalco Atenco; durante ocho años hubo guerras floridas: los chalcas liberaban a los principales mexicas que capturaban y, de la misma manera, los mexicas liberaban a los principales chalcas que capturaban, pues solo los macehuales eran sacrificados.

1 Acatl. 1415. En este año finalmente degeneró la guerra; los chalcas ya no liberaban a los principales mexicas que capturaban, y, de la misma manera, los mexicas tampoco liberaban a los principales chalcas que capturaban. En este año terminaron las llamadas guerras floridas, que duraron 40 años. [30]

A fines del siglo XIV y las primeras décadas del siglo XV, la lucha por la hegemonía y el poder sobre la cuenca se inició entre el soberano de Texcoco Ixtlilxochitl y Tezozomoc, soberano de Azcapotzalco, nietos de Xolotl. Ambos soberanos se adjudicaban el título de Chichimeca Tecuhtli, que les confería el dominio sobre los demás pueblos del valle de México. Además el señor aculhua no había querido tomar como esposa a la hija del soberano tepaneca, sino que se había unido a una hija de Huitzilihuitl señor mexica.

Tezozomoc inició las hostilidades contra Ixtlilxochitl, atacando y destruyendo primero unos poblados cerca de Iztapalucan, y dejando en los lugares cercanos gente lista para enfrentarse a Ixtlilxochitl. por lo cual, el señor acolhua coloca sus fronteras y defensas entre Ixtapalocan y Chalco y convoca a sus aliados de Huexotla, Cohuatlinchan, Cohuatepec, Iztapalocan, Tepepulco, Tlalmanalco y Chalco, para enfrentarse a los tepanecas.

Nos cuenta el cronista Alva Ixtlilxochitl que en el año ce tochtli 1370, el señor de Texcoco fue jurado como soberano de toda la tierra por sus súbditos y su hijo Netzahualcoyotl, como príncipe heredero. Ixtlilxochitl solicitó a Tezozomoc el reconocimiento y la obediencia bajo la amenaza de guerra, a lo cual respondió el señor tepaneca negándose y levantando su ejército contra Texcoco.

Tezozomoc entonces hace tratos con los señores de Otumba y de Chalco, quienes se unen a su ejército en contra de Ixtlilxochitl, quien será capturado y muerto en Tepanohuayan por los ejércitos chalcas y otumpanecas.[31]

Muerto Ixtlilxochitl, Tezozomoc se jura como señor de toda la tierra, colocando como señores a Tlacateotzin en Tlatelolco, a Chimalpopoca en Tenochtitlan, e instalando como cabeceras del vencido reino acolhua a Acolman con Teyolcocohuatzin y a Quetzalmaquiztli en Coatlinchan. Para Chalco señaló a Tocitecuhtli y para Otumpan a Quetzalcuixtli.

Tras la muerte de Tezozomoc hacia 1427, nuevamente la lucha por el poder dará origen a un nuevo conflicto, ahora entre el sucesor tepaneca Tayautzin, y Maxtla señor de Coyoacan quien se apodera del trono.

Maxtla asesina a su hermano Tayautzin y al señor mexica Chimalpopoca. Es aquí donde entra a escena Netzahualcoyotl, heredero del trono acolhua. Este, solicita la ayuda del señor de Chalco para levantarse contra Maxtla, y atacar y destruir la cabecera de Coatlinchan. El nuevo señor mexica Izcoatl, viendo los atropellos de los cuales era objeto el pueblo mexica por el usurpador Maxtla, decide unirse a Netzahualcoyotl en contra de los tepanecas. Los chalcas, viendo esta alianza con los mexicas, a quienes tenían como odiados enemigos, retiran el apoyo que habían dado al señor de Texcoco.

Tras una cruenta guerra, Maxtla y el imperio tepaneca caen en manos de los aculhuas y mexicas hacia 1428, determinándose nuevas cabeceras con Izcoatl en Tenochtitlan, Netzahualcoyotl en Texcoco y Huehue Totoquihuatzin en Tlacopan, quienes se repartirán los pueblos anteriormente sujetos a Azcapotzalco.[32] (Figura 21).

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Figura 21. Cerámica Azteca III perteneciente al periodo de apogeo del Imperio Azteca encabezado por Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan.

Entre 1446 y 1465 d.C., los mexicas lanzan una ofensiva militar contra la región conquistando las cabeceras de las cuatro divisiones políticas (Altepetl) de la provincia de Chalco (Chalcayotl) y sus 13 señoríos (Altepetl Tlayacatl o Tlahtocayotl):

* Tlalmanalco-Tlacochcalco (Opochhuacan, Itzcahuacan y Acxotlan).

* Amaquemecan (Itztlacozauhcan, Tlaltotlacan, Tzaqualtitlan Tenanco, Tecuanipan y Panohuayan).

* Tenanco-Tepopollan (Tenanco Tepopollan, Tenanco Atenco Ayotzinco y Xochitepec)

* Chimalhuacan (Xochimilco y Tepetlixpan).[33]

Bajo el gobierno de Motecuhzoma Ilhuicamina la provincia de Chalco entra al sistema imperial mexica, quedando como sujetos y tributarios; sin embargo, los chalcas intentaron en varias ocasiones liberarse de este dominio. Debido a esta acción militar, durante 22 años no hubo un gobierno legítimo en ninguna de las cuatro partes de la región de Chalco, siendo estas gobernadas por los cuauhtlatoque o jefes militares mexicas; no sería sino hasta 1486 que el gobernante mexica Ahuizotl designo para Tepetlixpa a Quetzaltototzin como su nuevo tlatoani.[34]

De los 13 señoríos de la provincia sólo 10 recuperaron sus tlatoque, pero no les fue permitido organizarse bajo el sistema tradicional en el que había dos tlatoque, uno para la política exterior y otro para el gobierno.[35]

Chimalpahin nos dice que:

6 Tochtli, 1446…. En este mismo año… comenzó la guerra en que vencieron a los chalcas;… y Chalco estuvo asediado durante 20 años. Así comenzó la guerra; los señores (mexicas) enviaron a Chalco a cuatro principales….fueron enviados por Huehue Moteuczoma Ilhuicamina y por el cihuacohuatl Tlacaelel para que fueran a solicitar maderos grandes, vigas y tablas, que se necesitaban para techar el templo de Huitzilopochtli… a los tlatoque de Tlalmanalco… a los tlatoque de Amaquemecan… A estos tlatoque de Chalco… suplicaron con humildad, porque por entonces, estos eran sus iguales y no sus sujetos.

Pero cuando los tlatoque de México presentaron sus peticiones a los tlaloque de Chalco, a éstos les molestó que quisieran imponerles obligaciones, porque aún no estaban sujetos al mexica tenochca, sino que eran sus iguales. Por esta causa comenzó la guerra y Chalco fue asediada…

2 Acatl, 1455… En este año llovió mucho…. También por primera vez fueron derrotados los chalcas.

11 Tecpatl, 1464. En este año los mexicas llegaron por primera vez a Chalco, sobre el amaquemeque….Hacia el final de este año… pereció la ciudad de Chalco, la destruyeron los mexicas; la ciudad estuvo primeramente en Chalco- Atenco, pero en ese año se mudo, cuando los chalcas fueron a establecerse donde ahora esta la ciudad de Tlalmanalco.

12 Calli, 1465. En este año pereció la ciudad de Amaquemecan, la traspasaron los mexicas cuando nos conquistaron; al atardecer hicimos las paces con los mexicas. Desde el amanecer nos estuvieron combatiendo, a las cuatro ciudades de Chalco: Amaquemecan, Tlalmanalco, Tenanco y Xochimilco Chimalhuacan. [36]

El Códice Ramírez nos dice que durante la coronación de Motecuhzoma I :

… fue en persona a hacer guerra a la provincia de Chalco, que se les habían declarado por enemigos, donde peleó valerosamente y trajo muchos cautivos con que hizo un solemnísimo sacrificio el día de su coronación, aunque no dejo rendida la provincia de Chalco, por ser la gente más esforzada y valerosa que hasta entonces habían encontrado los mexicanos…. La guerra en que más dificultad tuvo fue la de la provincia de Chalco… y así estuvieron mucho tiempo en rendirlos… Y así fue que acudiendo este rey en persona a la guerra con todo su poder destruyó aquel reino tan valeroso… [37]

Ixtlilxochitl menciona que tras su conquista en 1465:

…comenzaron los chalcas a edificar salas y aposentos de increíble grandeza en las casas y palacios del rey, y en los demás de los señores y caballeros de su reino y en las de los otros dos reyes y cabezas del imperio, por castigo de su obstinación y rebeldía, trayendo de su provincia madera, piedras y los demás materiales para los edificios referidos, con tan grave y excesivo trabajo suyo que más no podía ser en el mundo ,y como con las guerras pasadas que ellos habían tenido tantos años, se había muerto la mayor parte de los varones, era aún hasta las mujeres compelidas a este trabajo. El rey Netzahualcoyotzin acertó a ver esta calamidad que padecían los chalcas y lo peor de todo que padecían de hambre,…mando que hiciesen unas muy grandes casas…que llaman jacales, y que en ellas… tuviesen grandísima máquina de comida para los chalcas que andaban ocupados en los edificios…"[38]

Según la Matrícula de los Tributos y el Códice Mendocino, la provincia de Chalco-Amecameca, junto con otros pueblos como Tecmilco, Tepuztlan, Xocoyoltepec, Malinaltepec y Cuauhxomulco, tributaban a la Triple Alianza:

800 cargas de mantas grandes cada 6 meses y

2 trajes de guerrero.

2 escudos o rodelas de plumas ricas.

4 trojes de maíz desgranado.

2 trojes de frijoles.

2 trojes de chían.

2 trojes de huauhtli una vez al año.[39]

Después de la conquista de la provincia, Axayacatl (1469-1481) asignó dos unidades de tierra con una extensión de 400 por 80 medidas para el huey tlatoani de Tenochtitlan Moctezuma II (1502-1520); les exigió además otros tributos destinados a gastarse en las fiestas estatales, las conquistas y las obras públicas.

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Figura 22. Cerámicas Azteca IV, usadas durante el periodo final de existencia del Imperio Azteca, poco antes de la Conquista.

El hueytlatoani de Tenochtitlan puso calpixque en la provincia de Chalco, la cual se dividió en tres redes distintas de calpixcazgos. La red de Chalco cuya cabecera era Tlalmanalco, con seis calpixcazgos: Chalco-Tlalmanalco, Tecmilco, Tepuztlan, Xocoyoltepec, Malinaltepec y Quauxumulco, ubicados al oriente de la provincia. La red de Petlacalco tenía otros cinco: Cocotitlan, Tepopollan, Ayapanco, Atoyac y Tecalco. La red de Citlaltepec, incluía a Chalco-Atenco, y la obligación de esta era contribuir con servicios militares.[40]

Al llegar los españoles a la región en 1519, fueron recibidos por los habitantes de Xochimilco–Chimalhuacan, Tlalmanalco, Amecameca y Ehcatzinco, en el puerto de Ayotzingo,[41] y como primer tributo ofrecieron a Cortés el pago de 2400 fanegas de maíz,[42] que le tributaban con anterioridad a Motecuhzoma Xocoyotzin.[43] (Figura 22).

Desde mediados del siglo XVI hasta el periodo Virreinal Tardío, Chimalhuacan y Tenango fueron las principales comunidades que continuaron pagando el tributo de maíz al marqués del valle.

Esta región se alió a los españoles durante la Conquista para sitiar a la Ciudad de México; también vencieron a la guarnición mexica de Huaxtepec en marzo de 1521, al mando del Cptan. Gonzalo de Sandoval; y en abril, unidos a Cortés conquistan Yautepec, Tepoztlan y Cuernavaca, con una guarnición de 20,000 guerreros de Chalco, Texcoco, Huexotzinco y Tlaxcala.[44]

Hacia 1520 la encomienda de Chalco, que incluía Tlalmanalco, Amecamecan, Tenango y Chimalhuacan, pertenecía a Cortés, pero para 1528 se apropian de ésta Nuño de Guzmán y otros, cuando éste viaja a España. En 1533 la encomienda pasa a manos de la Corona.[45]

Al terminar la conquista y durante los siglos XVI y XVII, la enfermedad y la peste asolaron la región, por lo cual, la población antes numerosa se redujo drásticamente en todos los poblados de la provincia de Chalco, que era hacia principios del siglo XVI una de las regiones más pobladas de la cuenca; Cortés reporta unos 20,000 habitantes tan solo para Amecameca, a mediados del siglo se reportan unos 45,000 habitantes; hacia 1570 en Chalco se reportan 13,050 tributarios. En 1644 Chalco ya tenía solo 2,910 y en 1692 solo había 2,689. Chalco fue asolada y la población acabada por epidemias como viruela y zahuatl en 1532; matlazahuatl entre 1545 y 1548; sarampión y otras entre 1563-1564-1570: cocoliztli en 1592, 1629 –1631.[46]

Tras la conquista militar la conquista espiritual de los pobladores indígenas estuvo a cargo de tres órdenes: los franciscanos, los dominicos y los agustinos. Los conventos religiosos se convirtieron en el núcleo organizador y concentrador de la población y en el centro de los recorridos evangelizadores hacia otros poblados de la región. Así, Los franciscanos visitan Cuitlahuac y Mizquic; en Tlalmanalco fundan un convento desde el cual dirigen sus recorridos hacia Tenango y Amecameca, que terminan hacia 1533; En Chalco fundan otro convento cuya importancia radicaba en estar ubicado en el punto de desembarco de todos los productos procedentes del valle de Cuernavaca y Cuauhtla; y en Coatepec para realizar recorridos por Iztapaluca y Tlapacoya.

Por su parte los dominicos fundaron en 1528 el convento de Chimalhuacan – Chalco; en 1550 fundan el de la Asunción Amecameca; en1568 se aceptan los conventos de San Pedro Cuitlahuac y el de Coatepec Chalco; Para 1570 se establecen en San Juan Bautista Tenango. Mientras tanto, los agustinos se sitúan hacia el extremo sur de la provincia y hacia 1536, ocupan San Andrés Mixquic, y fundan Santa Catarina Ayotzingo en 1580. [47]

Los franciscanos fundaron en 1524 un sitio de visita en la localidad de Ozumba, y en San Lucas Amalinalco hacia 1534; los dominicos fundaron otros más en Tepetlixpla, Ecatzingo, Atlautla y Juchitepec.[48]

Como ya se mencionó, hacia 1532-1535 se establece una misión franciscana que funda el pueblo de Chalco, la cual, en los años siguientes, construye un primer convento y parroquia en el lugar dedicada al Apóstol Santiago; a partir de ésta, comienzan la evangelización de los pobladores de algunas localidades de la región, construyendo capillas de visita. Los frailes se encontraban bajo la guía de fray Martín de Valencia.

El convento franciscano del señor Santiago Apóstol de Chalco puede marcar el sitio de lo que fue un centro ceremonial ubicado en el eje del antiguo camino de Tenochtitlan, que cruzaba Chalco y proseguía hacia los demás pueblos ubicados en la margen sur del lago.[49] Sin embargo, el lugar no aparece señalado como un sitio importante en la época prehispánica, y fueron pocos los poblados congregados a su entorno.

Hacia 1585 en una visita del padre Ponce se dice que:

El convento es moderado, acabado con su iglesia, claustros, dormitorios y celdas, su vocación es de Santiago y residían en el dos frailes, tiene una buena huerta en que se dan muchas hortalizas, muchos duraznos, higos y ciruelas de Castilla y muchos espárragos… y ahí junto al convento está el embarcadero.[50]

Hacia 1558, los franciscanos de la Provincia de Tlalmanalco realizan la congregación de los pueblos de San Martín Cuautlalpan, San Lucas Amalinalco, San Marcos Huixtoco, San Gregorio Cuauhtzingo, Santa María Huexoculco, Santo Tomás Atzingo, Cocotitlan, Temamatla, San Mateo Huitzilzingo, Tlapala, San Cristóbal Puctla, San Francisco Centlalpa y Ayapango.[51]

A fines del siglo XVI, se realiza una nueva serie de congregaciones de pueblos y comunidades indígenas en la región. Muchas de las anteriores estancias sujetas a la provincia franciscana de Tlalmanalco, se redistribuyeron ahora entre Tlalmanalco, Santiago Chalco y una nueva fundación en San Juan Temamatla.

Para Tlalmanalco quedaron sujetas las estancias de San Jerónimo, Contla, Tlaylotlan, San Bartolomé Mihuacatzingo y el barrio de Xoloapa; en el pueblo de Centla se congregaron las estancias de La Visitación Chalma, San Esteban y Santiago Ayapango, y el pueblo de San Cristóbal Puctla.

Santiago Chalco tenía hacia 1570 once visitas, algunas de las cuales estaban subordinadas a otras cabeceras, teniendo para 1570 solo cinco. En el siglo XVII, al poblado lo componían los barrios de Coyatitlan, Chichihuatepec, Tizapan, Ometusco y San Pablo, y sus pueblos sujetos eran San Lucas Amalinalco, San Marcos Huixtoco, San Mateo, San Juan Bautista Tlapizahuac, San Lorenzo Chimalpa y Tlapacoya.

Mientras que a la Provincia de Temamatla quedaron incorporados los pueblos de San Martín Cuautlalpan, Santa María Huexoxculco y Cocotitlan.[52]

En el pueblo de Cuauhtlalpan, una pequeña estancia sujeta a Tlalmanalco y después a Temamatla, los frailes franciscanos erigen en el siglo XVI una pequeña capilla de visitación, que dedican a San Martín Obispo de Tours, la cual será ampliada y modificada durante los siguientes siglos XVII, XVIII y XIX, agregándosele nuevas construcciones como una capilla adosada dedicada al Señor del Sacromonte del siglo XVII-XVIII, y un convento erigido en el siglo XIX. La primera capilla del siglo XVI, mantiene toda la simbología franciscana.

Para 1743, la cantidad de familias de indios casados en San Gregorio Cuautzingo ascendía a 49; en San Martín Cuautlalpan ascendía a 78 familias, y en Santa María Huexoculco a sólo 19 familias. Mientras que en un censo efectuado entre 1769-1760 se reportan 77 indios casados, 22 indios solteros, 4 no indios casados y 1 no indio soltero en Cuautzingo; 136 indios casados, 18 indios solteros, 32 no indios casados y 18 no indios solteros en Huexoculco, mientras que en San Martín la población ascendía a 125 indios casados, 22 indios solteros, 7 no indios casados y 2 no indios solteros.[53]

Según un documento fechado para 1764, en el pueblo de San Martín Cuautlalpan se realizaban ya elecciones para escoger oficiales y gobernantes para el pueblo.[54]

Durante el siglo XVIII, la jurisdicción de la provincia de Chalco-Tlalmanalco, comprendía desde la sierra nevada hasta Tlayacapan, a lo largo de la cual existía una gran variedad de climas y suelos, así como una diversidad étnica en la población residente. La provincia de Chalco destacó como una de las más importantes productoras de cereales, maíz y trigo, y además también se explotaban los bosques en las zonas altas y los recursos de la ciénaga. Otros productos de la provincia eran cebada, paja, leña, carbón, frutas y legumbres, y materiales de construcción como madera, tezontle y piedra. Todos estos recursos eran enviados a la ciudad de México desde el pueblo de Chalco y el puerto de Ayotzingo, desde donde partían canoas que realizaban el transporte lacustre. También tenía cierta importancia el cultivo del maguey, con el cual se producía pulque y otros artículos derivados de sus fibras. Otros productos que llegaban a la provincia eran maíz, azúcar y miel, procedentes de tierra caliente, desde Cuauhtla y Puebla.[55]

Según una relación geográfica de 1743, existían en la región de Chalco, unas 46 haciendas y ranchos de labor de trigo, maíz y cebada, de las cuales, solo cuatro eran de riego y las demás de temporal, las cuales producían alrededor de 250,000 fanegas de maíz y 30,000 cargas de trigo, con las cuales abastecían tanto a la ciudad de México como a los poblados de la región.[56] Y para 1792 ascendían a 77 haciendas y ranchos.[57] Estas haciendas se dedicaban, además del cultivo de granos, cereales, magueyes y a la explotación de los bosques, a la cría de ganado como vacas, cerdos, reses, cabras y borregos, además, de animales de carga.

En Chalco:

La hacienda procuró siempre funcionar con núcleo de trabajadores permanentes reducido a lo indispensable, y utilizó a la población de las comunidades como un inmenso ejército de reserva.

La articulación de la comunidad permitió a la hacienda tener disponible esta masa de trabajo sin costa para ella, y emplearla cuando hacía falta a un costo mínimo.

La comunidad indígena permitió asegurar la alta eficiencia económica de las haciendas.[58]

Hacia principios del Siglo XVIII, existía ya en el lugar la Hacienda de San Martín Cuauhtlalpan. Un documento fechado para 1699-1718, adjudica la propiedad de la hacienda de San Martín a Don Antonio Domínguez Samudio, quien fue demandado por Diego Sarmiento de Luna y Juana de Luna, dueños de las haciendas de San Jerónimo y Nextipac, debido a un problema sobre posesión de tierras.[59] A fines del Siglo XVIII, la hacienda pertenecía ya a Don José González Cevallos y Monterde; dicha hacienda se adjudicaba la posesión de los montes cercanos, y algunas tierras, impidiendo el corte de madera a sus pobladores.

Don José González Cevallos y Monterde, igual que otros dueños de haciendas en Chalco, pertenecía a una de las familias más importantes de la oligarquía de la ciudad de México. Era nieto, igual que Pedro Gil de Rosas, dueño de la Hacienda de Guadalupe, de Don Luis Monterde y Antillón y de Doña Catalina Lazo, fundadores de un mayorazgo valuado hacia 1717 en más de 450,000 pesos. Este mayorazgo incluía haciendas ganaderas en Santa María de los Lagos y León, así como una casa en Veracruz y otra en la ciudad de México. También eran primos de los primeros condes de la Prensa de Jalpa.[60]

Según un documento de 1774, los naturales del pueblo de San Martín Cuautlalpan se quejan y levantan una demanda contra José González, dueño de la hacienda, ya que este les impedía cortar los árboles de los bosques de Pinahuac, ubicados en el monte de Río Frío.[61] En varias ocasiones se presentaron quejas por parte de los pobladores por propiedad de tierras y despojo de los montes.[62]

Para 1777, los pobladores levantan otra demanda contra los arrendatarios y exactores del ramo de alcabalas, solicitando que no se les exigiera el pago de las contribuciones en especie, sobre los productos que en sus tierras producían.[63]

Otro documento fechado para 1780-1821, nuevamente señala los problemas existentes entre los pobladores y los dueños de las haciendas, por la posesión de las tierras; en este caso, se cita a Ignacio Herrera, Luis Paradela, Francisco Monterde y otros, de las haciendas de Chalco, La Compañía, Los Jardines y San Martín Cuautlalpan.[64] (Figura 23).

Para 1790, el pueblo de San Martín levanta otra queja por propiedad de tierras contra Julián Lezaun, administrador de la hacienda de San José de Chalco.[65]

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Figura 23. Mayólicas virreinales de los siglos XVII-XVIII, periodo de auge de la Hacienda de los González.

Otros problemas locales sobre propiedad de tierras se registraron entre los mismos pobladores de San Martín, como en el caso de la demanda en 1776 de Teodoro Martín, tributario, contra Diego Martín sobre la propiedad de un pedazo de tierra de repartimiento que se nombraba Ahuguatitlan.[66] Otro caso es el de Ángel Antonio y Bernarda María, tributarios, en 1801 sobre la propiedad de la tierra nombrada Tequitlali, y una casa vieja.[67]

En un documento que abarca los años desde 1808 hasta 1866, se señala que la hacienda de San Martín nuevamente se ve involucrada en otra queja que hacen los habitantes del pueblo, ya que esta vez se apropia del monte,[68] así como en otros conflictos por la propiedad de las tierras de los indígenas de Cuautlalpan entre 1824-1890.[69]

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Figura 24. Antiguos objetos de metal recuperados entre los restos de

la antigua Hacienda de los González.

Para el 16 de abril de 1875, se erige la municipalidad de San Gregorio Cuautzingo que quedaba como cabecera de los pueblos aledaños, como San Martín Cuautlalpan, La Candelaria Tlapala, La Asunción de Santa María Huexoculco, y Río Frío. Así como las Haciendas de Guadalupe, el Moral, Los González, La Compañía y Atoyac. Toda la municipalidad tenía una extensión de 364 Km. cuadrados.[70] Para el 7 de septiembre de 1894, es derogado el Decreto No. 8 del 16 de abril de 1875 que erigió el municipio de San Gregorio Cuautzingo, del distrito de Chalco, quedando finalmente agregado a la Municipalidad de Chalco.[71] (Figura 24).

Hacia 1867, durante un breve tiempo se da en Chalco y Texcoco un movimiento armado encabezado por un campesino de la región y ex soldado del ejército liberal llamado Julio López, quien junto con los demás grupos oprimidos, se levantaron en contra de las grandes haciendas que explotaban a los pueblos y despojaban a sus legítimos dueños indígenas de sus tierras.

Los pueblos todos estamos prontos a levantarnos en masa, apropiarnos de nuestros terrenos a la viva fuerza y hacerles la guerra a muerte a los verdaderos opresores, a los tiranos hacendados.[72]

Según las noticia de la época, Julio Chávez y su tropa atacaron e invadieron diversas haciendas en Chalco, Texcoco, San Martín Texmelucan, Tlalpan y Morelos, tomando los caballos, las armas y repartiendo las tierras a los campesinos. Para defender sus intereses, los dueños de las haciendas de La Compañía, Miraflores, Los González, y otras más de la región se organizaron por su cuenta con las autoridades locales, para enfrentarse en caso necesario, a los insurrectos, quienes ya se encontraban hacia Tlalmanalco en 1868.[73].

El Gobierno Federal, el general Rafael Cuellar nombrado jefe de operaciones contra la rebelión campesina, el prefecto de Texcoco, las autoridades locales y los hacendados, organizan entonces una campaña de represión contra los pueblos y los campesinos de la región, debilitando el movimiento revolucionario. La madrugada del 7 de julio de 1868, Julio López es capturado en el pueblo de San Nicolás del Monte, y al día siguiente pasado por las armas.[74]

Hacia fines del siglo XIX, la hacienda de González pertenecía a un español de nombre Cantero M.[75] Hacia 1890, la hacienda producía 6,000 fanegas de maíz, 1,000 fanegas de cebada, y 1,000 barriles de pulque. Contaba con 110 trabajadores residentes y 50 peones no residentes que recibían un salario diario de 31 centavos.[76] (Figura 25).

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Figura 25. Ganchos de metal utilizados para sostener las vigas de madera que sostenían las tejas de barro del techo de la casa principal de la Hacienda de los González.

Datan de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Hacia 1867, la población de Chalco ascendía a 47,000 personas, mientras que para 1900 alcanzaba casi las 70,000. Dentro de la población, entre 1878 y 1885, el 75% u 85% de la población residente en Chalco era de filiación indígena, o de habla nahuatl.[77]

Hacia 1890, Iñigo Noriega, prominente hacendado de la región, adquiere el rancho de Xico al Sr., Carlos Rivas en 20,000 pesos, con la intensión de adueñarse de los terrenos sobre los que se asentaba el lago; por esta razón, en 1894 solicita al Secretario de Estado y del Despacho de Comunicaciones y Obras Públicas del gobierno de Porfirio Díaz, un permiso para abrir un canal que vertiera las aguas del antiguo lago de Chalco hacia el de Texcoco, con el fin de desecar el lago y crear nuevas tierras y áreas de cultivo para sus nuevas fincas en Xico, que tenían derechos sobre la posesión de sus aguas. Iñigo Noriega practicó este sistema de desecación y creación de ricas y fértiles tierras de desecación en otra de sus propiedades: la hacienda de La Compañía en Cuautzingo, muy cerca de San Martín Cuautlalpan.

En 1895, finalmente es aceptada su solicitud y se le concede canalizar las aguas del lago y la de los manantiales que lo alimentan, para desecar el lago de 10,000 hectáreas. Para 1903, el hacendado traslada a los 200 habitantes de San Martín Xico Viejo a un terreno comprado a la hacienda de San Juan de Dios; allí construyó una capilla y ubico el poblado de San Martín Xico Nuevo. Con la desecación del lago, desaparecieron las carpas, los patos, las chinampas y solo se tenía el agua de la lluvia.[78]

Entre 1870 y 1910, Chalco experimentó una combinación de expansión económica que beneficiaba a los terratenientes, y presionaba a los campesinos. La expansión comercial, la presión social y la desintegración familiar, conduce a muchos a unirse a la insurrección revolucionaria. La transformación del paisaje, motivada por la intensificación de una economía capitalista, se aparejaban con la creciente situación aflictiva para los campesinos, ambos elementos fueron centrales para explicar el levantamiento en armas de los campesinos de los pueblos ribereños de Chalco.[79] (Figura 26).

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Figura 26. Antiguos cartuchos percutidos de balas y un pequeño proyectil, que datan del periodo de la Revolución Mexicana.

Después de 1910, los aldeanos de Chalco se unieron a los zapatistas establecidos al sur, para atacar las grandes fincas que dominaban la economía agraria regional.[80] El levantamiento armado en Chalco tuvo un inicio lento, con poca movilización, hasta 1913, tras el derrumbe del Estado nacional, cuando la insurrección armada se extendió y sostuvo en la región. Para 1914-1915, la mayoría de las fincas se encontraban bajo el control zapatista. Hacia 1916, los administradores de las haciendas se enfrentaron a una rápida disminución en el número de sus trabajadores, y a una demanda de salarios más altos a los pagados antes del conflicto.[81]

Antecedentes de Investigación Arqueológica.

Son diversos los trabajos de investigación que se han llevado a cabo en la región de Chalco y sus alrededores, contándose con toda una serie de proyectos y de salvamentos y rescates arqueológicos; así tenemos que:

Las primeras investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en la región, son las realizadas por Don Manuel Gamio en 1911, quien realiza un recorrido de superficie para el reconocimiento de vestigios arqueológicos en la "Hacienda de Zavaleta", en Tlalmanalco. [82]

Para 1952-1953, la Universidad de Columbia, de New York, realiza investigaciones en Chalco y en Xico, para establecer una secuencia cerámica en el área sur del valle de México. [83]

En 1955, Beatriz Barba excava en el sitio de Tlapacoya, localizando un asentamiento que ubica cronológicamente, tras la identificación de los materiales arqueológicos y las estructuras, para el Periodo Formativo Tardío-Terminal (500 –150 a.C.) [84]

En 1960, el Departamento de Prehistoria inicia investigaciones que se enfocan al estudio de la época prehistórica; dentro de éstas se encuentran los trabajos de Lorena Mirambell de 1967 en Tlapacoya,[85] sitio en el cual se localizaron restos de antigua fauna plehistocénica, hogares y artefactos líticos que fueron fechados en 22,000 y 21,000 años antes del presente.

Otros trabajos de investigación son los de Cristine Niederberger (1969-1976) en el sitio de Zohapilco, cerca del pueblo de Tlapacoya, donde encuentra evidencia de ocupación humana pre cerámica durante las fase Playa, (5500 – 3500 a. C.) y Zohapilco (2500-2000 a. C.), y cerámica de la fase Nevada (1400 – 1200 a.C.) hasta la fase Ticoman (400 – 200 a. C.) así como una antigua figurilla de barro que fecha para niveles Zohapilco. [86]

En 1967, Muriel Porter realiza el análisis del material arqueológico obtenido al construirse la autopista México- Puebla. [87]

Hacia 1969 y 1972, la Universidad de Michigan realiza un importante proyecto de reconocimiento arqueológico de superficie a gran escala para analizar el patrón de asentamiento en la Región de Chalco – Xochimilco, bajo la dirección de Jefrey R Parsons [88]Este reconocimiento tuvo como objetivo, el registro de sitios y el análisis del patrón de asentamiento en la región,

En 1973, Jürgen Bruggeman realiza trabajos de registro y delimitación del sitio de Tlapacoya. [89]

En 1973, Tolstoy realiza excavaciones en Coapexco, en la zona oriente de Amecameca, donde localiza estructuras habitacionales. [90]

Para 1986, Noel Morelos y Mari Carmen Serra,[91] Luís Barba y Serra.[92] y Valadez,[93] realizan trabajos de prospección y excavación arqueológicas y estudios de fauna en el sitio de Temamatla, donde se localizan dos grandes estructuras alargadas del Formativo Medio de 65 metros de largo y 10 de ancho.

En el Atlas Arqueológico Nacional del Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicas, aparece registrada el área aledaña a nuestro sitio, con la clave E14B31-15-002, denominado "La Ladrillera"; este sitio fue registrado con base en bibliografía y verificación en campo en 1987. (Figura 27).

En la década de los 90, diversos trabajos de salvamento y rescate arqueológico son llevados a cabo en Xico, como los de Salvador Pulido, en El Mirador, quien localiza varios entierros y restos de estructuras como muros y apisonados que datan para el Formativo Final, [94]y otros como los de Castillo y Aranda, en el sitio El Naranjo, que también ubican para el Formativo Superior.[95]

Figura 27. Ubicación de los restos arqueológicos situados en san Martín Cuautlalpan y Santa Maria Huexoculco.

Para 1991, del 3 al 14 de septiembre, se realizó un salvamento arqueológico, por Ulises Ortega y José María Lawrence en el predio denominado "La Mina de Santa María Atoyac", Municipio de Chalco, Estado de México. El lugar de excavación se encuentra ubicado en el poblado de Cocotitlan, que esta asentado en el cerro localizado en el kilómetro 4.5 de la carretera federal a Cuautla, denominado como cerro Santa María Atoyac.[96] En el predio se hicieron recorrido de superficie y pozos de sondeo, pero los trabajos fueron suspendidos por problemas suscitados entre la compañía Giroc y la población de Cocotitlan; sin embargo las excavaciones mostraron que el material arqueológico se encuentra a una profundidad de 1.00 m, pero debido a la extensión del terreno y las limitantes del tiempo no se excavo en su totalidad el predio. [97]

A partir de 1992, en el Art. 27 Constitucional y con la promulgación de la Ley Agraria, se establece el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y de Titulación de Solares (PROCEDE), integrando al Estado de México en 1996. Queda bajo la coordinación de la Arqlga. Olivia Torres Cabello, del Centro INAH Estado de México, la verificación del patrimonio arqueológico en las propiedades ejidales y comunales.

Los trabajos de salvamento en La Mina Santa María Atoyac, se reanudaron en marzo de 1992, a cargo de Olivia Torres Cabello y Juan Carlos Alvarado Villamar, después de formalizarse las platicas entre autoridades del CRINAH Estado de México y la empresa Giroc; cuando se llevo a cabo la excavación el cerro de Santa María Atoyac se encontraba dividido al sur, por el poblado de Cocotitlan y al norte por la empresa Giroc. [98]Los trabajos concluyeron en febrero de 1993. En esta ocasión se realizó un recorrido de superficie y se recolecto material cerámico, lítico y figurillas con el objetivo de conocer su filiación cultural y la cronología del lugar.

Partes: 1, 2, 3
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