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Significado de perder el embarazo deseado en gestantes del Hospital Ginecobstétrico Fe del Valle


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Consideraciones teóricas fundamentales sobre la pérdida de embarazos deseados
  5. Los efectos del aborto
  6. Resultados
  7. Conclusiones
  8. Recomendaciones
  9. Bibliografía

Resumen

El presente trabajo es el resultado de la experiencia profesional de la autora y parte de la idea del significado que adquiere desde el punto de vista psicológico la pérdida de un embarazo deseado.

Nos proponemos con este trabajo crear un sistema de atención psicológica a las gestantes que han sufrido una pérdida de embarazo, permitir que por medio del tratamiento psicológico, puedan encontrar una vía para el alivio del dolor, pues desde el quehacer profesional se ha podido apreciar la existencia de diversos estados emocionales negativos en estas pacientes, asociados muchas veces a la significación que a le otorgan a la pérdida de un embarazo deseado. Por ello, se pretende que modificando el significado, se puedan disminuir los estados emocionales negativos, y crear una visión más optimista ante otros embarazos, y de este modo favorecer el afrontamiento al problema.

Palabras Claves: Pérdida de embarazo deseado, aborto, duelo,

Introducción

A menudo la mujer que ha sufrido una pérdida de embarazo se siente incomprendida ante la trivialización con la que personas de su entorno social hacen referencia hacia lo sucedido, en frases como "ya tendrás otro". Para la madre que ha perdido un futuro hijo, ese ser era importante y tenía entidad en si mismo que no es sustituible por otro. Es más recomendable el acompañamiento desde el reconocimiento del dolor en la dirección de la aceptación como proceso de pérdida y como proceso de maduración y de crecimiento. En realidad, como ocurre con la muerte de cualquier ser querido. Por ejemplo, es recomendable que los profesionales ofrezcan a la pareja posibilidad de que vea al mortinato para que pueda tener lugar una despedida a modo de ritual que, al marcar un antes y un después, permita que tenga lugar el proceso de duelo psicológico.

Desarrollo

Por todo lo anteriormente expuesto, el Problema Científico se enuncia de la forma siguiente:

¿Cómo modificar el significado que adquiere la pérdida de un embarazo deseado en las gestantes del Hospital ¨Fe del Valle Ramos¨?

El objeto de investigación: Las gestantes del Hospital ¨Fe del Valle Ramos¨

Establecida anteriormente la dirección en que vamos a trabajar, al enunciar en forma general el objetivo, se tienen en cuenta el Problema. De aquí que el Objetivo General de este trabajo sea el siguiente:

Modificar el significado que adquiere la pérdida de un embarazo deseado en las gestantes del Hospital ¨Fe del Valle Ramos¨

Objetivo especifico: Evaluar el significado que adquiere la pérdida de un embarazo deseado en las gestantes del Hospital ¨Fe del Valle Ramos¨

Metodología:

Se hará uso de la metodología cualitativa.

Tipo de estudio: Descriptivo

Método: Fenomenología, destaca el énfasis sobre lo individual y sobre la experiencia subjetiva, es la descripción de los significados vividos existenciales, procura explicar los significados en los que estamos inmersos en nuestra vida cotidiana.

La investigación se comenzó a realizar en marzo hasta septiembre del 2013.

Métodos empíricos e instrumentos de recogida de información:

Encuesta: se realizará para evaluar los estilos de afrontamiento, recursos y habilidades con los que cuentan las pacientes ante los problemas, así como la existencia de estados emocionales negativos.

Observación: estará presente durante toda la investigación, para evaluar la actitud de las pacientes, expresadas a través de gestos, expresiones faciales, movimientos corporales y nivel de motivación hacia las actividades realizadas.

Análisis documental: Se hará una revisión de la historia clínicas para obtener información sobre las pacientes que fueron atendidas.

La entrevista: es un medio de comunicación entre ambas personas que tiene como objetivo obtener información, suministrar información y modificar conducta.

Métodos teóricos:

Analítico- Sintético.

Lógico -Histórico

Inductivo-deductivo

Definición del universo de estudio:

El universo está formado por todas las pacientes hospitalizadas con pérdida de embarazo deseado en el Hospital ¨Fe del Valle Ramos¨. La muestra estará constituida por 15 pacientes que cumplan con los criterios de inclusión, determinándose por un muestreo aleatorio simple.

Criterios de inclusión:

Que las pacientes estén en edades comprendidas entre 25 y 40 años de edad.

Que hayan experimentado pérdida de embarazo deseado.

Pacientes remitidas por consulta genética municipal.

Que estén dispuestas a participar en el estudio.

Criterios de exclusión:

Se excluirán aquellas pacientes que presenten algún retraso mental o trastorno psiquiátrico, y las que por alguna razón no puedan participar en el estudio.

Variables utilizadas:

  • 1. Socio demográficas (edad, escolaridad, estado civil, paridad, ocupación.)

  • 2. Depresión.

  • 3. Ansiedad.

  • 4. Estilos de afrontamiento.

Técnicas aplicadas:

Se emplearan técnicas proyectivas con el objetivo de conocer los principales deseos, intereses y necesidades de las pacientes, dentro de ellas: 10 deseos, Completamiento de frases Rotter, IDARE, IDERE, para conocer el estado de ansiedad y de depresión presentes, y cuestionarios de estilo de afrontamiento

Consideraciones teóricas fundamentales sobre la pérdida de embarazos deseados

¿Cuando se habla de pérdida de embarazo deseado?

Cuando un embarazo planificado o deseado y aceptado por ambos miembros de la pareja o al menos por la mujer, no logra sus realización por alguna causa ajena a la voluntad de la mujer generalmente de carácter biológico, o porque se ha tomado la decisión de interrumpirlo a partir de información brindada por los médicos acerca de sus inconvenientes.

Las causas más frecuentes de pérdidas son las siguientes:

  • Aborto espontáneo en el primer trimestre del embarazo.

  • Muerte fetal antes del parto.

  • Muerte intraparto.

  • Aborto inducido por causa genética.

El aborto espontáneo o aborto natural es la pérdida de un embrión o feto por causas no provocadas intencionalmente. Se distingue pues del aborto inducido. El término sólo se aplica estrictamente cuando dicha pérdida se produce antes de la semana 20 del embarazo, denominándose a partir de ese momento parto prematuro. A su vez el aborto se puede subdividir en temprano (antes de semana 12) y tardío (después de la semana 12 y hasta las 20 semanas de gestación) El aborto espontáneo puede ser retenido, cuando no se elimina nada, incompleto, cuando no se eliminan todos los productos de la gestación, o completo cuando todo es eliminado por completo.

Con atención médica adecuada, las consecuencias físicas del aborto espontáneo son mínimas y el organismo de la mujer se restablece en poco tiempo. Pero la pérdida de un embarazo deseado, además de ser una experiencia física, es una vivencia cuyos efectos psicológicos y emocionales pueden afectar profundamente a la pareja y a su relación.

Para empeorar el cuadro psicológico, y a pesar de la enorme importancia de este hecho, generalmente la atención médica y el interés de las personas cercanas a la pareja se centran exclusivamente en la recuperación corporal de la mujer que abortó de manera espontánea.

La incidencia real de pérdida de embarazos es mucho mayor que la observada clínicamente, incluso alcanzando un 30 a 40% de los embarazos. Uno de cada cinco embarazos termina en un aborto espontáneo, según la norma médica. Pero a menos que alguien sea una de sus víctimas, probablemente no se estará tan consciente de los traumas emocionales y físicos que implica esa experiencia.

La mayoría de los abortos espontáneo son causados por problemas que ocurren cuando los cromosomas del espermatozoide se unen a los cromosomas del óvulo. A menudo el feto no se desarrolla o lo hace anormalmente. En tales casos, el aborto es una especie de selección natural; es la manera que tiene el cuerpo de terminar un embarazo que no se está desarrollando normalmente. Otras causas posibles de aborto espontáneo son las infecciones o defectos en el útero, la diabetes y los desequilibrios hormonales.

Para una mujer que ha pasado por una experiencia de un aborto, es un tiempo de soledad, duda personal y un sentimiento de fracaso, "los siquiatras recalcan que la pérdida de un bebé sin nacer es la pérdida de sueños y fantasías hechas".

La culpabilidad y la ansiedad están relacionadas con la reacción del entorno de la mujer antes, durante y después del aborto.

El segundo factor que se debe tener en cuenta tras un aborto es la ansiedad, evidente en el espontáneo, pues genera la duda de si la mujer se volverá a quedar embarazada, si la pérdida sucederá otra vez o si hay distintos factores amenazantes escondidos. En el caso del programado, la ansiedad "pesa" más antes de tomar la decisión de interrumpir el embarazo, unida a la inquietud de enfrentarse a un proceso quirúrgico. Ambos factores, culpabilidad y ansiedad, están relacionados con la reacción del entorno de la mujer antes, durante y después del aborto, sea espontáneo o programado, puesto que su estado de ánimo es vulnerable a la opinión de los padres, los amigos y su núcleo más cercano. Es muy importante, por tanto, descartar cualquier tipo de reacción punitiva.

La tasa natural de fracaso de las gestaciones es muy elevada, aunque la mayor parte ocurre en las primeras semanas y en la mayor parte de los casos la madre no llega a enterarse. Se estima que uno de cada cinco embarazos detectados terminan por aborto espontáneo en las primeras semanas. La cifra aumenta a más del 30% en estudios de mujeres embarazadas cuyos niveles de la hormona gonadotropina coriónica humana ha descendido después de haber confirmado el embarazo.

Cuando una mujer aborta espontáneamente en tres o más ocasiones de forma consecutiva, se llama aborto de repetición. Las causas pueden ser genéticas en un 50% de los casos, el síndrome antifosfolípido en el 15% y otros motivos como alteraciones uterinas y trombofilias. Entre los factores de riesgo comprobados están la edad elevada, las enfermedades sistémicas y la ocurrencia previa repetida de abortos espontáneos.

Los sueños de algunas mujeres que esperan un bebé se pueden truncar por un aborto inesperado. La tasa de incidencia de este problema espontáneo oscila entre el 10% y el 15%: alrededor del 12% en gestantes veinteañeras y del 25% en mujeres mayores de 40 años. Pero, ¿qué le sucede a una mujer después de un aborto? ¿Qué sensaciones y emociones experimenta? ¿Cómo puede recuperarse? Un psicólogo responde a estas preguntas a las que cada año se enfrentan numerosas mujeres que deben asumir esta pérdida.

Entre la culpa y la ansiedad ¿Qué pasa por la cabeza y el corazón de una mujer tras un aborto? Tanto si es espontáneo e inesperado, como si es voluntario, se identifican aspectos en común. El primero es el síndrome de la culpabilidad. En el caso del aborto espontáneo, la mujer tiende a pensar que no ha actuado bien, que se ha esforzado más de la cuenta o que no ha cuidado su salud, entre otras cosas. Es un estado de ánimo que destruye por dentro.

Este efecto de culpabilidad surge, aunque menos, en el aborto decidido porque se ha dado una racionalización previa y el factor de la culpa ya se ha elaborado e, incluso, se ha debatido con médicos, psicólogos y familia en algún caso, lo que actúa como mecanismo de prevención. Gracias a ello, la palabra culpa se reduce a "responsabilidad implícita",

Cuando se pierde un embarazo, la pareja se enfrenta a uno de los momentos más difíciles. Todas esas ilusiones, ese amor ya dado, los planes, las emociones, todo se desmorona.Las consecuencias psicológicas y emocionales de un aborto natural pueden ser muy dolorosas para ambos.

Además de las secuelas físicas, ¿qué pasa por la mente de las mujeres? La madre primeriza tiende a sufrir miedo y ansiedad porque teme tener algún problema en su organismo y no poder quedarse embarazada. Cuando es una mujer joven, de unos 19 años, estos temores pueden ser más fáciles de dominar, pero a partir de 36 ó 37 años, se amplifican. Si la mujer que ha sufrido el aborto ya tiene hijos, hace el duelo acompañada y centrada en el cuidado de estos.

Estas madres superan la pérdida poco a poco, gracias a su propia realidad, las mujeres que han pasado por un aborto tienen el doble de riesgo de caer en una depresión, respecto a quienes no lo han sufrido. Hay estudios que revelan un 10,9% de depresión en mujeres que abortaron de manera espontánea, mientras que un 4,3% se vieron afectadas de algún modo por esta experiencia. En general, los cuadros de depresión se dan en el primer mes postaborto y afectan más a las mujeres sin hijos.

La reacción emocional ante la pérdida de un embarazo puede estar relacionada con la valoración y el significado que le otorga la gestante a este evento.

No hay que olvidar que el aborto no solo puede ser una experiencia traumática y angustiosa para la madre, sino también para su pareja. Ambos pueden quedar marcados por este acontecimiento. Algunas reaccionan de forma pasiva, con retraimiento y aislamiento, mientras que otras sienten deseos de hablar de ello. Una actitud no es más correcta que otra: cada pareja debe actuar según sus sentimientos.

Las mujeres sufren emocional y espiritualmente de lo que ya se ha identificado como el "Síndrome post-aborto." Estos efectos del aborto incluyen sentimientos de culpa, angustia, ansiedad, depresión, baja autoestima, insomnio, diversos tipos de neurosis y de enfermedades psicopáticas, tendencia al suicidio, pesadillas en las que aparecen los restos del bebé abortado, recuerdos dolorosos en la fecha en que hubiera nacido, etc. La Real Academia de Obstetricia de Inglaterra ha informado que las probabilidades de problemas psiquiátricos graves y permanentes después de un aborto pueden alcanzar hasta el 59% de las madres.

Los efectos del aborto

Trastornos emocionales: Llanto, Suspiros, Insomnio, Pérdida de apetito, Perdida de peso, Agotamiento, Tragar constantemente, Nerviosismo, Disminución de la capacidad de trabajo, Vómitos, Trastornos gastrointestinales, Frigidez.

Efectos psicológicos: Culpabilidad, Impulsos suicidas, Sensación de pérdida, Insatisfacción, Sentimiento de luto, Pesar y remordimiento, Retraimiento, Perdida de confianza en la capacidad de toma de decisiones, Inferior autoestima, Preocupación por la muerte, Hostilidad, Conducta autodestructiva, Ira/Rabia, Desesperación, Desvalimiento, Deseo de recordar la fecha de la muerte, Preocupación con la fecha en que "debería" nacer o el mes del nacimiento, Intenso interés en los bebés, Instintos maternales frustrados, Odio a todos los relacionados con el aborto, Deseo de acabar la relación con su pareja, Pérdida de interés en el sexo, Incapacidad de perdonarse a sí misma, Sentimiento de deshumanización, Pesadillas, Ataques/Temblores, Frustración, Sentimientos de ser explotada, Abuso de los niños.

Consecuencias emocionales, psicológicas y psiquiátricas del aborto

El aborto provoca serios problemas emocionales como: Remordimientos – La mayoría de las mujeres que abortaron tuvieron sentimientos de remordimiento por la falta del hijo que "debería haber dado a luz". La salud psicológica y física de la mujer se ve afectada por el aborto de aquel que siempre será para ella, a lo largo de toda su vida, su propio hijo, haya o no nacido. Los síntomas clínicos del remordimiento que ello provoca, varían y perduran hasta muchos años.

Ansiedad y depresión – Las adolescentes son más propensas que las mujeres adultas a sufrir las secuelas psicológicas.

Frente a un aborto espontáneo también hay que considerar si la pareja que enfrenta este problema tiene hijos previos, tiene estabilidad de pareja, tiene una familia que la apoye, tiene algún problema para tener hijos, debido a que todos estos factores agravan el síndrome postaborto o pérdida.

Síndrome post-aborto: No cabe duda que la práctica del aborto provoca graves tensiones. La mujer posee un instinto materno dado por la misma naturaleza. Violentarlo significa acumular traumas que a veces se manifiestan poco después, pero en otras ocasiones quedan latentes y explotan años más tarde, en las formas más inesperadas como patologías y reacciones psicológicas anómalas.

Es cada día más evidente que, en algunos casos, la respuesta de la mujer a ese trauma es similar a la neurosis post-traumática de algunos veteranos de guerra.

Algunos de estos reflejos son: angustia, ansiedad, uso de drogas, pérdida de la autoestima, sentimiento de culpa, insomnio, pesadillas aterradoras, abuso de fármacos, afecciones psicosomáticas, agotamiento, dificultad de concentración, misantropía y depresión.

Entre los factores de riesgo comprobados están la edad elevada, las enfermedades sistémicas y la ocurrencia previa repetida de abortos espontáneos.

Cuanto más avanzado está el embarazo, más dura resulta la pérdida del futuro bebé, puesto que entre madre e hijo surge un estrecho vínculo, que se genera a medida que la madre toma conciencia emocional de que en su interior crece una criatura, que forma parte de ella y de su realidad. Al inicio, la noticia del embarazo es un shock frente al que se puede reaccionar con ilusión o con miedo. Pero pasada "esta emoción dura y que caduca", en el embarazo surgen otros sentimientos. La mujer empieza a buscar el bebé en su barriga; puede sentir dolor, que sufre cambios físicos y que le invade un torrente hormonal. Las primeras emociones se convierten luego en apego, la unión madre-hijo. "Cuanto más se desarrolla el apego, más difícil y más duro es romperlo en el sentido emocional. Es un vínculo inherente a todas las especies vivas, que avanza más a medida que lo hace el embarazo".

Ante un aborto espontáneo, se pone en marcha otro proceso mental: el duelo, que será más o menos intenso según cada mujer, en función de su apego y de las habilidades que tenga para afrontar la frustración que ello supone. En madres de edad más avanzada y que ya tienen un hijo o dos, la pérdida de otro no resulta tan dolorosa como en una madre primeriza, sobre todo si es de edad avanzada.

Pese a que el aborto natural es algo que sucede con bastante frecuencia la sociedad no está preparada, ni las madres tampoco, para asumirlo y comprenderlo. Más bien se niega, se evita hablar de ello, se silencia, como si nunca hubiera pasado y como si la pena debiera enterrarse. Pero también se puede cometer el error de decir cosas que nunca deben decirse a una mujer que ha tenido un aborto.

Cuando una mujer ha perdido un embarazo necesita apoyo y comprensión. Necesita llorar, darle un nombre a ese hijo que no nacerá, asumirlo en su vida, despedirlo, sentirse acompañada de él, como de otro hijo. Nunca debemos negar que tiene derecho a la desesperación, la pena, la angustia y el miedo, estando a su lado para que no se sienta sola, y vigilando que el dolor no la abrume hasta dejarla en una depresión. Parece que tememos hablar de ello, por pudor, pero para una mamá que ha perdido un embarazo deseado resulta incomprensible vivir rodeada de seres queridos que hacen como si nada hubiera pasado.

Para la madre que ha sufrido un aborto las emociones están a flor de piel, pero, sobre todo si su dolor no ha sido reconocido por su entorno, asumir un feliz embarazo en su entorno puede ser una prueba muy dura. Pues, si otras personas del entorno, familiares o amigos, esperan otro hijo o quedan embarazados inmediatamente después, la madre se pueden sentir traicionada, por ellos, por la vida, por ella misma.

Es una situación muy delicada y a veces la mujer reacciona enfadada o alejándose de los que si tienen un embarazo feliz. No deberíamos sentir rencor por ello, si entendemos su pena podemos disculpar que sus reaccciones sean incomprensibles. Hablar con el corazón y respetar el dolor o la necesidad de alejamiento ayuda a que puedan reconstruir su fuerza para enfrentarse a lo sucedido,

Factores que puedan entorpecer la fase de evolución de los síntomas:

  • No aceptar la pérdida, inhibir la manifestación de la pena (Ney y colaboradores,1994)

  • No brindar a la mujer explicación de las causas de lo ocurrido (Duna y colaboradores,1991)

  • Que el ambiente social no se solidarice con la pareja (Rajan y Oakley,1993)

  • Que el marido no apoye a su mujer, o que no comporta con ella sus sentimientos (Black, 1992, Swart 1992) ya que las mujeres tienden a experimentar niveles de pena más altos (Tueder 1991, Gol Bach y colaboradores 1991) alegrarse por los hijos de otros y prepararse para un nuevo embarazo.

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). Aunque convencionalmente se ha enfocado la respuesta emocional de la pérdida, el duelo también tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano y que ha sido muy estudiado a lo largo de la historia.

Duelo es el nombre del proceso psicológico, pero hay que tener en cuenta que este proceso no se limita a tener componentes emocionales, sino que también los hay físiológicos y sociales. La intensidad y la duración de este proceso y de sus correlatos serán proporcionales a la dimensión y al significado de la pérdida. Sigmund Freud definió el duelo como "la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción equivalente".

En el duelo, el sujeto ha experimentado una pérdida real del objeto, y en el proceso, que se prolonga un tiempo necesario para la elaboración de esta pérdida, éste pierde el interés por el mundo exterior, sustrayendo la libido de todo objeto que no remita al objeto perdido.

La pena (duelo) pasa por varias fases:

Impacto y negación: Reacción de sorpresa, crisis de riza o llanto, bloqueo afectivo, desorganización psicomotora, incredulidad, desconcierto y ansiedad.

Ira: Sentimiento de enojo y condena hacia el esposo, la madre, los médicos, los símbolos religiosos.

Depresión: Tristeza mantenida.

Resolución y alivio: Si finalmente se logra aceptar la pérdida (Fernández McGregor 1988)

El dolor de la pérdida será intenso pero variará según las espectativas de la mujer, sus ideas, y también de su carácter. Para el padre también hay mucho dolor, un dolor al que raramente se atiende, y, aunque para el hombre la pérdida no se produjera en su cuerpo, siente igualmente el haber perdido a su hijo, aunque sus reacciones suelan ser diferentes que las de la madre, siempre desde la diversidad de las personas.

La mujer, pues en ella nos centraremos inicialmente, debe afrontar el luto por el niño no nacido. La pena se mezclará con miedo y ansiedad, temor ante no poder tener más hijos, culpabilidad por pensar que pudo ser culpa de ella y una gran tristeza pensando en todo ese amor que siempre guardará para su hijo. Aunque intentemos animarla, minimizar su pérdida o hablarle de los otros hijos que tendrá, no vale de mucho. Hay que ser capaces de reconocer ese luto, que lleva un proceso de aceptación, y que se curará cuando ella esté preparada, pero nunca negando que lo que ha pasado tiene gran importancia en su trayectoria vital.

El dolor puede ser muy intenso y en algunos casos desembocar en una depresión que podría durar años. Realmente, cuando el embarazo se pierde bastante avanzado la tragedia es vivida intensamente y más comprendida, aunque no hay que negar ni ignorar la pena que se produce incluso cuando el aborto natural se ha producido en el primer trimestre. Se considera que al menos un tercio de los embarazos terminan en aborto y en la mayoría de los casos no hay una causa cierta para explicarnos lo ocurrido. Si la hay, al menos saberlo puede curar la incertidumbre de la madre, pues la mayoría de las mujeres que sufren un aborto natural pueden tener hijos sanos sin problemas. Incluso si hay una causa médica conocida, saberlo ayuda a prevenir o a estar preparado para las dificultades. Pero en la mayoría de los casos la pérdida se produce sin que se llegue a saber la razón y es simplemente que forma parte de lo delicado que es el proceso reproductivo. Aunque eso, al principio, no calmará el dolor.

Importancia de la pérdida de un embarazo deseado desde el punto de vista psicológico:

  • 1. El embarazo deseado representa la satisfacción de una necesidad de la pareja.

  • 2. La accesibilidad de los servicios de la salud aumenta la confianza de la pareja en el sentido de que su deseo puede ser realizado. Mientras menor es el número de embarazos deseados que se frustren en un ambiente social determinado, mayor es el impacto emocional de una pérdida (este es el caso de Cuba y países desarrollados)

Recursos para superar un aborto

La soledad que he reflejado hace que muchas madres busquen a otras mujeres con las que compartir sus miedos y su pena. Y muchas lo hacen a través de internet. Especialmente es recomendable el foro Superando un aborto" donde se trata este tema desde todos los puntos de vista, lo fisiológico y lo emocional, compartiendo experiencias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), teniendo en cuenta aspectos psicológicos, indica que al menos seis meses son los necesarios para superar el trauma emocional del aborto.Sin poder dar una fecha general, sin duda, para que una mujer pueda afrontar un nuevo embarazo es necesario que pase su proceso de duelo y supere, aunque nunca olvide, el dolor de la pérdida del hijo que no llegará a nacer.

Resultados

Las pacientes que ingresaron al Hospital ¨Fe del Valle Ramos¨ con pérdidas de embarazo deseado, se comprobó que todas tenían niveles alto de depresión, ya que no contaban con los recursos suficientes para enfrentar el problema y presentaban estilos de afrontamiento inadecuados, y niveles medios y altos de ansiedad, así como trastornos del sueño, conflicto y temor de embarazo futuro, tensión para hablar sobre la experiencia de las perdidas y temas relacionados con la maternidad.

Es por ello que resulta necesaria una intervención psicológica. El psicólogo interviene sobre los dos factores que aparecen más aumentados en la mujer, como la ansiedad y la culpabilidad, e, incluso, es posible que también deba hacerlo en el entorno, más que sobre la misma afectada. En algunos casos, la mujer que lo ha sufrido ya ha racionalizado lo sucedido, mientras que el entorno tiende a perder más la cabeza, a enzarzarse en peleas y, en ocasiones, a acrecentar los sentimientos de culpabilidad y ansiedad que experimenta la mujer.

Conclusiones

  • 1. La perdida de embarazo deseado es un problema de salud que requiere de una adecuada aproximación psicológica.

  • 2. La puesta en práctica de intervenciones de ayuda psicológica pueden evitar complicaciones y dificultades emocionales a largo plazo en las personas que han sufrido pérdidas, e incluso favorecer a su vida reproductiva futura.

  • 3. Deben tomarse en consideración los aspectos psicológicos. Es deseable una estrecha colaboración entre los psicólogos y los especialistas que prestan estos servicios.

Recomendaciones

  • 1. Crear nuevos recursos persono lógico y fortalecer o modificar los que ya existen.

  • 2. Fomentar estilos de afrontamiento adecuado para enfrentar el problema y así disminuir los estados negativos que vivencian esas pacientes que han atravesado la pérdida.

Bibliografía

  • Bayés, R. (2001). Psicología del sufrimiento y de la muerte. Barcelona: Martínez Roca.

  • Gómez Sancho, M. (2004). La pérdida de un ser querido. El duelo y el luto. Madrid: Arán ediciones.

  • Navarro Serer, M. (2006). La muerte y el duelo como experiencia vital: acompañando el proceso de morir. Información Psicológica, (88). ISSN 0214-347 X – D.L. V-841-1983. p. 17.

  • a b c «Protocolo: Muerte Fetal Anteparto». Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología (Junio, 2008).

  • Santos Leal, Emilio; Claramunt Armengau, M. Àngels; Álvarez, Mónica; Jové, Rosa (2009). La Cuna Vacía, El Doloroso Proceso de Perder un Embarazo. La Esfera de los Libros. ISBN 9788497348508. http://www.casadellibro.com/libro-la-cuna-vacia-el-doloroso-proceso-de-perder-un-embarazo/2900001324750.

 

 

Autor:

Lic. Mayela M. Roblejo Mompié.

edu.red

MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA

HOSPITAL GINECOBSTÉTRICO

"FE DEL VALLE RAMOS"

MANZANILLO, GRANMA

C U B A

Diciembre del 2013