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Crecimiento económico y desarrollo humano en América latina (página 2)


Partes: 1, 2

a) La ampliación de la educación primaria aumenta la productividad de los trabajadores urbanos y rurales, por ejemplo en la agricultura además que contribuye en la capacidad técnica y al cambio tecnológico en la industria. A su vez que esto conduce a una distribución más equitativa del ingreso, y estos a su vez indican que la distribución más equitativa de bienes e ingresos contribuye al crecimiento económico.

b) El mejoramiento de la salud y de la nutrición influye directamente en la productividad de la mano de obra, especialmente entre las personas más pobres, por ejemplo en África.

c) La enseñanza secundaria, incluso la técnico profesional, facilita la adquisición de destreza y la capacidad de gestión.

d) La enseñanza terciaría contribuye al desarrollo de la ciencia básica, a la selección adecuada de las importaciones de tecnología, a su adaptación y al desarrollo de tecnologías autóctonas

e) Los dos anteriores son elementos fundamentales para el desarrollo de instituciones claves para el desarrollo económico de un país.

f) Varios estudios empíricos han mostrado que la educación tiene efectos positivos en el crecimiento a nivel macroeconómico, los que varían según el grado de instrucción y el modelo de crecimiento macroeconómico elegido.

g) La educación afecta la naturaleza y el crecimiento de las exportaciones que, a su vez, influyen en la tasa global de crecimiento. Hay estudios que han demostrado que el incremento de las exportaciones de manufacturas está directamente relacionado con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).

h) Muchos estudios han mostrado que la escolaridad femenina está inversamente relacionada con la fecundidad, esto puede influir en el incremento del ingreso per cápita a través de sus efectos en el denominador, esto es, en la disminución de la población.

Como se observa en la cadena A, en la cadena B la solidez de los diversos eslabones es variable y no hay una conexión automática entre el mayor grado de desarrollo humano y el incremento del PIB per cápita. Naturalmente la educación, la salud y la nutrición no pueden por sí solas transformar la economía. El volumen y calidad de la inversión interna y externa, junto con el entorno general de políticas, son también factores importantes que determinan el desempeño económico. Tal como en la cadena A, en la cadena B la distribución del ingreso parece ser importante.

Resultados Empíricos

Se utilizaron regresiones comparadas que abarcaron entre 35 y 76 países en desarrollo, según los datos disponibles sobre determinadas variables para el período 1960-1992. Se puso a prueba las hipótesis que se indican a continuación, derivadas del análisis de la cadena A.

El desarrollo humano sería mayor: A1: A mayor crecimiento económico;

A2: Si es menor la proporción de la población que se encuentra por debajo de la línea de la Pobreza; para un determinado nivel de PIB per cápita, esto significaría que el desarrollo humano sería mayor si la distribución de ingresos fuera más equitativa.

A3: Si más ingresos destinaran los hogares al desarrollo humano en un determinado nivel de Ingresos. Esto puede relacionarse a la vez con la escolaridad de las mujeres y con el grado de control que ellas ejercieran sobre los ingresos del hogar;

A4: Si mayor fuera la proporción del PIB que el gobierno destinara al gasto social.

Utilizando como variable dependiente para el período 1970-1992 la variación del desarrollo humano, representada por la reducción del déficit de esperanza de vida, en el caso de la cadena A encontramos que:

a) El crecimiento del PBI per cápita resultó ser significativo y bastante sólido en todas las ecuaciones, y el mayor crecimiento del ingreso per cápita se convirtió en mejor comportamiento del desarrollo humano. En una de estas ecuaciones se estimó que el aumento de un punto porcentual en la tasa media de crecimiento del PIB per cápita reducía en más de tres puntos porcentuales el déficit de esperanza de vida en ese periodo.

b) La proporción de recursos nacionales destinados a gasto social casi siempre resultó ser significativamente positiva. Por cada punto porcentual de incremento de la proporción media del PIB invertida en salud y educación (retrasada), el déficit de esperanza de vida disminuyó alrededor de 1.75 puntos porcentuales.

c) La tasa inicial de matrícula femenina en la enseñanza primaria tuvo un efecto significativo pero pequeño en la tasa de mejoramiento de la esperanza de vida registrada posteriormente.

d) Contrariamente a lo previsto, la distribución más equitativa del ingreso no pareció influir en el desarrollo humano.

Respecto de la cadena B, se probaron las siguientes hipótesis:

El crecimiento del PIB sería mayor:

B1: Mientras mayor fuera el desarrollo humano; B2: Mientras mayor fuera la tasa de inversión;

B3: Mientras más equitativa fuera la distribución del ingreso.

Considerando como variable dependiente el PIB per cápita en el período 1970 – 1992 en el caso de la cadena B se encontró que:

a) Las medidas del grado inicial de desarrollo humano eran invariablemente significativas, aunque con coeficientes bajos.

b) Con una sola excepción, la variación de la esperanza de vida (1962-1982) era positiva y significativa.

c) La tasa de inversión interna era siempre significativa, salvo cuando se incluyeron las variables ficticias regionales.

d) Casi todas las variables retrasadas de la distribución del ingreso dieron resultados del signo esperado (esto es, la distribución más equitativa del ingreso iba unida a un mayor crecimiento económico) y casi en todos los casos eran significativas, salvo cuando se incluyeron las variables ficticias regionales.

e) Las variables ficticias regionales correspondientes a América Latina resultaron significativamente negativas en todos los casos, y sucedió lo mismo en un caso correspondiente a África.

En síntesis, ambas cadenas mostraron que el crecimiento económico tenía efectos positivos significativos en el desarrollo humano y que, por su parte, este último tenía un efecto significativamente positivo en el crecimiento económico.

Ciclo Virtuoso, Ciclo Vicioso Y Desarrollo Asimétrico

En consecuencia, los resultados que se obtuvo respaldan la existencia de dos cadenas que vinculan el desarrollo humano con el crecimiento económico. Esto significa que una economía puede encontrarse en una espiral ascendente de desarrollo humano y crecimiento económico que se refuerzan mutuamente, con niveles altos de desarrollo humano que llevan a un crecimiento elevado, y un alto crecimiento económico que a su vez estimula aún más el desarrollo humano. A la inversa, si el desarrollo humano es precario, puede que conduzca a un crecimiento bajo y, en consecuencia, a un escaso avance hacia el mejoramiento del desarrollo humano.

De esta manera clasificamos el desempeño de los países en cuatro categorías: la de ciclo virtuoso, la de ciclo vicioso y dos categorías de desarrollo asimétrico, una con sesgo pro desarrollo humano (esto es, con fuerte desarrollo humano y escaso crecimiento económico) y otra con sesgo pro crecimiento económico (es decir, con escaso desarrollo humano y marcado crecimiento económico).

En conclusión lo más interesante de este trabajo es que de los países que comenzaron con un sesgo pro desarrollo económico pudieron pasar de allí a un ciclo virtuoso; todos ellos volvieron a caer en el ciclo vicioso (desarrollo humano deficiente, escaso crecimiento económico). En consecuencia, el análisis anterior de alcance mundial reveló que no se puede avanzar a un ciclo virtuoso si hay sesgo en favor del crecimiento económico, ya que ello conduce a un punto muerto, en cambio, algunos países que comenzaron con un sesgo pro desarrollo humano efectivamente lograron avanzar hasta situarse en el grupo de ciclo virtuoso.

El panorama latinoamericano

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En el panorama mundial, al período 1960-2000, presente en el gráfico donde Línea divisoria vertical representa la reducción media del déficit del desarrollo humano en su conjunto. Mientras que la horizontal representa la tasa media de crecimiento del PIB per cápita.

Además al realizar la comparación entre países latinoamericanos en el decenio de 1980, se observa que el crecimiento es negativo.

Al comparar entre países de América Latina en 1960-2000, clasificados únicamente en relación con el desempeño medio, la cual se observa en el cuadro siguiente.

Los Cuatro países que aparecen en la categoría de ciclo virtuoso son: Chile, Costa Rica, México y Panamá.

La mayoria de los países latinos se sitúa en el cuadrante de ciclo vicioso, y un número reducido en los cuadrantes de sesgo pro desarrollo humano o pro crecimiento económico.

Una vez más es muy importantísimo examinar los movimientos de los países en el tiempo. En el cuadro siguiente se muestra las posiciones de los países latinoamericanos.

América Latina: Clasificación de los países según las variaciones del desarrollo humano (DH) y el crecimiento económico (CE), 1960-2000

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Que son clasificados según su crecimiento y la reducción del déficit del HDI* en cuadrantes de ciclo vicioso, de ciclo virtuoso, de sesgo pro desarrollo humano y de sesgo pro crecimiento económico, y la forma en que los países cambian de categoría de un decenio a otro. Estas transiciones que se determinan por el desempeño de estos países en relación con el promedio de América Latina, no del mundo.

Los países de América Latinos entran y salen de las categorías de desempeño virtuoso y vicioso con mayor frecuencia. Y esto se debe en parte a la existencia de menor número menor de países y que la semejanza entre ellos es mayor, lo que significa que las variaciones leves pueden conducir a cambios de categoría

Veamos el caso de la cadena A. (FIG.01)

Examinando las reducciones del déficit de la esperanza de vida y del déficit en disminuir la mortalidad infantil; como posibles variables dependientes (columnas 1 y 2 del cuadro).

Columna 1:

Se observa una relación positiva no significativa entre la tasa de crecimiento y un mejor HDI en el período 1960-2000; donde el avance del desarrollo humano se mide por:

La disminución del déficit de la esperanza de vida.

El gasto público en educación como proporción del PIB al comienzo de cada decenio resultó positivo, y significativamente relacionado con la reducción de dicho déficit.

Columna 2:

la matrícula femenina en la enseñanza primaria tiene efectos positivos y significativos en la reducción del déficit en materia de disminución de la mortalidad infantil.

cadena A: Evidencia recogida de la experiencia de América latina,1960-200ab

(mínimos cuadrados ordinarios(MCO):cambio en desarrollo humano en un decenio como variable dependiente)

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El caso de la cadena B. (FIG.02)

Encontramos dos medidas diferentes de los logros en materia de desarrollo humano. Al comienzo de cada período

la tasa de alfabetismo.

el logaritmo de la esperanza de vida.

Estaban positiva y significativamente relacionadas con el crecimiento del ingreso per. cápita.

En conclusión; en el contexto latinoamericano la cadena A parece más débil que la cadena

B; esto es:

Si bien es mayor el desarrollo humano, conduce a más crecimiento,

Las tasas de crecimiento en América Latina no están significativamente relacionadas con las variaciones en materia de desarrollo humano (Esto puede deberse en parte al gran peso que tuvieron en América Latina en comparación con nuestros resultados a nivel mundial la crisis de la deuda y los ajustes consiguientes, que a menudo se hicieron a expensas de los gastos en desarrollo humano).

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IV.- ÉXITOS Y FRACASOS EN CUANTO A DESARROLLO HUMANO

Y A CRECIMIENTO ECONÓMICO: CASOS DE PAÍSES

Chile.- Se desempeño bien durante los cuarenta años considerados, a pesar de los cambios radicales en su régimen político y la orientación de sus políticas. Desde comienzos del siglo veinte, asumió un fuerte compromiso con el desarrollo humano. Para 1930, tres cuartas partes de la población adulta sabían leer y escribir. En los 60, y primeros años de los 70, durante el gobierno de Allende, se mantuvieron estos avances gracias a las grandes inversiones estatales en educación y salud. Para fines de los 60, el gasto social ascendía a un 20% del PIB; la matrícula en la primaria abarcaba un 95% de los niños de 6 a 14 años de edad, y un 81% de los partos eran atendidos por profesionales. El incremento del ingreso per cápita fue poco (1.6% anual), e igualitario en relación con América Latina en su conjunto, el cual dio lugar a una evolución sesgada en pro del desarrollo humano. Para

1973 cuando Pinochet toma el poder esto fue indicador de cambios radicales especialmente en: política económica, hubo un notable giro hacia la apertura y reducción del papel del Estado. En los 10 años siguientes, esto se tradujo en el estancamiento del ingreso (tras un alza inicial) y en un creciente desempleo, que de 6% en los 60 se elevó a más de 16% a comienzos de los 80. Aun así, parte de estos efectos en cuanto a desarrollo humano se contrarrestó con grandes programas de empleo. La distribución del ingreso empeoró, al punto que en Santiago el coeficiente de Gini se elevó de 0.47 en los años 60 a 0.51 en el período 1978-1982. A partir de 1986, la economía se expandió rápidamente (la tasa de crecimiento alcanzó los niveles más altos de toda América Latina), en gran medida estimulada por el incremento de las exportaciones de productos básicos no tradicionales.

Desde los años 60 Chile contaba con un amplio conjunto de programas estatales de asistencia social en los campos de la seguridad social, la salud y la educación. Además, de acceso universal a los servicios médicos curativos y a programas de atención preventiva para todas las embarazadas, recién nacidos y niños menores de 6 años que no tenían acceso a servicios de salud. En general, estos programas se mantuvieron pese a fuertes reducciones del gasto social global, que entre 1975 y 1990 cayó de 4% a 2% del PIB. Pese a esto, en general el desarrollo humano de este país siguió mejorando, sobre todo gracias a una mejor focalización, en parte lograda por descentralización de los servicios. En el campo de la educación, el gasto público se centró en la enseñanza primaria y secundaria y se apartó de la terciaria; de hecho, en esta última bajó de 38% del gasto público total en educación en 1980, a 19% en 1990. Además, el gobierno creó una serie de programas y subsidios especiales destinados a proteger a los miembros más vulnerables de la sociedad, en especial madres e hijos. Entre ellos cabe mencionar el subsidio familiar al grupo de pobreza extrema, un programa complementario de alimentación para las madres y los preescolares, así como programas para los niños con déficit nutricional, y un programa de alimentación escolar que tenía por objeto reducir la deserción escolar y la tasa de repetición (Raczynski, 1987). En las escuelas públicas, la tasa de deserción escolar bajó de 7% en 1977 a 5% en 1984. La entrega de los servicios de salud a los municipios significó tener que destinar el menor presupuesto a la prevención de las enfermedades y no a la medicina curativa. La mortalidad infantil se redujo de 73 por cada mil nacidos vivos en 1972 a 17 en 1989.

En consecuencia, los diez primeros años del período de Pinochet no fueron exitosos en lo que se refiere a crecimiento económico. En los últimos años del régimen se reanudó el crecimiento económico y el país avanzó hacia un ciclo virtuoso. La aplicación de políticas económicas más eficaces, unida a mayores niveles de desarrollo humano, facilitó la expansión sostenida del PIB per cápita. En los años sesenta y setenta el crecimiento fue bastante bueno (5% a 6% al año). Un amplio sistema de prestaciones sociales tuvo cobertura casi universal.

Costa Rica.- Invirtió casi el 6% del PIB en educación. Se alcanzó la matrícula universal en la enseñanza primaria, mientras que en la secundaria se elevó a cerca de dos tercios; un 20% de los jóvenes de 20 a 24 años de edad asistía a la educación superior, y la matrícula masculina y la femenina eran relativamente equivalentes. En los años 60, el analfabetismo de adultos se redujo en un 8%; en 1980, sólo el 13% de los costarricenses mayores de diez años eran analfabetos, y en 1999 esa proporción había bajado a 4.5%. En los años sesenta los avances en salud fueron relativamente lentos, pero más adelante se aceleraron. En 1960, el país destinaba alrededor de 3% del PIB a gasto en la salud pública, cifra que a fines de los años noventa se había elevado a más de 5%, en gran parte a fines del período. Mientras que en 1960 la esperanza de vida era de 67 años, en 1980 se elevó a 73 años, y a 76 años en el período 1995-2000. Durante los años sesenta, la mortalidad infantil se mantuvo en un nivel bastante elevado: 68 por mil en 1960 y una leve caída a 62 por mil en 1970. Después bajó significativamente a 19 por mil en 1980 y a 12 por mil en 1999. Las reducciones de que fue objeto el gasto en el sector social costarricense durante la primera mitad del decenio de 1980 afectaron principalmente a las áreas prioritarias, de modo que la proporción del gasto en educación que se destinaba al 40% de los hogares situados en el tramo inferior de ingreso bajó de 42% en 1980 a 36% en 1986 .Por otra parte, el salario mínimo se mantuvo, la distribución del ingreso no empeoró y se reanudaron los avances en materia de desarrollo social. Como resultado, el país pudo mantenerse en un ciclo virtuoso.

México.- En 1960, más de un tercio de su población adulta seguía siendo analfabeta. Por ejemplo, al finalizar el período indicado, la esperanza de vida era de 67 años, esto es, poco menor que el promedio de América Latina (69 años) y muy inferior a los 75 años alcanzados en Chile y los 77 años logrados en Costa Rica Hasta 1970, durante el gobierno de Echeverría, México disfrutó de lo que se denominó "crecimiento con estabilidad", y también avanzó en materia de desarrollo humano.

La economía tuvo un comportamiento vigoroso a fines de los 60 y en los 70, cuando el PIB aumentó en promedio 7% a nivel global (3% per cápita), y el sector manufacturero, que era el de mayor crecimiento del país, atrajo un volumen apreciable de inversión extranjera. La pobreza extrema declinó de 76% en 1960 a 45% en 1981, aunque la distribución del ingreso siguió siendo insatisfactoria. En los 70, el gasto en educación ascendió a un promedio aproximado de 18% del gasto público total, mientras que el gasto medio en salud fue de 5%. Como resultado, entre 1960 y 1980 el desarrollo humano mejoró significativamente; la esperanza de vida aumentó de 59 a 66 años; la mortalidad infantil declinó de 74 a 53 por mil nacidos vivos; el alfabetismo adulto se elevó de 66% a 83%; y la matrícula escolar bruta casi se duplicó (subió de 106% a 120% en la enseñanza primaria, de 23% a 49% en la secundaria y de 5% a 14% en la terciaria). Entre 1983 y 1988 el número de maestros y alumnos por escuela se redujo, y otro tanto sucedió con el número de consultorios médicos, camas de hospital y médicos per cápita. Sin embargo, pese a sus deficientes resultados en materia de crecimiento económico y desarrollo humano. En la década de 1990, en su conjunto, la tasa media de crecimiento fue de 1.25% al año (en los años ochenta había sido negativa). En la primera parte de los años noventa se elevó la proporción del PIB destinada a los sectores sociales. Entre 1989 y 1993, el gasto en educación aumentó 90% y, en salud 79%.

En resumen, México estuvo en la categoría de ciclo virtuoso en los años sesenta y setenta debido a su crecimiento económico y gasto social. Otro elemento que ha reforzado el desarrollo humano en el país ha sido el mejoramiento de las funciones de género gracias a la mayor institucionalización de los derechos de la mujer.

Jamaica.- En 1970, la esperanza de vida era de 68 años y la tasa de alfabetización de 86%, ambas muy superiores al promedio regional. Sin embargo, graves problemas económicos y la consiguiente aplicación de programas de ajuste duros se tradujeron en un deterioro de los resultados en el campo del desarrollo humano y empujaron a Jamaica hacia un ciclo vicioso por gran parte del resto del período.

La economía Jamaiquina en el periodo 1986-1990 el PIB per cápita aumento 2.4% al año. Sin embargo a comienzos de los años noventa dicho gasto se recuperó al punto que en 1995 el gasto en salud pública se elevo a 3.2% del PIB y en educación pública llego a 5.4%.

En los años 90, la economía del país seguía teniendo resultados mediocres. El crecimiento medio del PIB per cápita fue negativo (alrededor de -0.6% al año entre 1990 y 1999, comparado con 1.2% en el decenio anterior) pese a lo cual los indicadores de desarrollo humano mejoraron sustancialmente, lo que podría augurar un mejor desempeño futuro en materia de crecimiento económico. Hacia fines del decenio, la esperanza de vida del país era de unos 75 años, la tasa de alfabetismo de adultos de 86%, la tasa bruta de matricula en la enseñanza primaria del 98% y en la enseñanza secundaria de 90%. La mortalidad infantil bajo a 20 por 1000 nacidos vivos.

Guyana.- Este caso se asemeja al de Jamaica, solo que más desfavorable, puesto que en los años 60 la precariedad del comportamiento económico influyo negativamente al desarrollo humano, lo que después se agravo debido a programas de ajuste que incluyeron reducciones de gasto social. En los 90 hubo un leve repunte económico, pero este no se acompaño de una mejora importante del desarrollo humano.

Al comienzo del periodo tomado como referencia, la esperanza de vida del país era relativamente baja, de aproximadamente 60 años y la mortalidad infantil elevada, de cerca de 99 por 1000. Tras su independencia en 1966 hubo un periodo inicial en que el PIB y el gasto social aumentaron de manera significativa. Por ejemplo, en el periodo 1970-1975 el gasto en educación creció más de 60% y en salud más de 40%. La tasa de matricula de enseñanza primaria de la enseñanza secundaria se elevaron. En los años 70, el gobierno amplio sustancialmente su control de la economía, estimándose que dominaba un 80% del sector formal. La expansión inicial se dio paso a una crisis económica casi permanente, originada por una combinación de factores externos. Entre 1975 y 1983 la caída del PIB fue mayor que su expansión anterior a lo largo de los años 70 el crecimiento del PIB per cápita promedió un 0.7% al año. En los años 80 persistieron las crisis externas y la inadecuada gestión interna. El racionamiento de las divisas y el control de las importaciones desembocaron una escasez de insumos productivos. En los años 80 se mostró un retroceso en el ingreso per cápita, se redujo a 3.9% al año. Durante el decenio de 1980, el PIB acumuló una caída de 28%.

En los 90 se modificó la política macroeconómica cuando el gobierno liberalizó las normas aplicables a las divisas; esto dio lugar a una racha de crecimiento entre 1990 y 1999 el PIB per cápita creció una tasa media anual de 4.2% (muy por encima del promedio regional). Hacia 1990 el gasto público en salud y educación comenzó a mostrar alguna mejora y al finalizar la década el primero se situaba entorno al 9% del PIB y el segundo se había elevado al 8% del gasto público total.

Nicaragua.- Se distinguen tres periodos diferentes: la era de Somoza, que abarco entre los años 60 y 70; la revolución Sandinista (guerra civil); y el periodo de post guerra de los años 90. Nicaragua fue uno de los últimos países de América latina en lograr algún avance sustancial en materia de desarrollo humano. En 1996 más de la mitad de la población adulta era analfabeta y la esperanza de vida llegaba solo a 47 años.

Durante la era de Somoza se registraron altas tasas de crecimiento. Pero su distribución fue muy desigual. Los propios Somoza eran dueños o tenían el control del 60% de la actividad económica del país. El gasto social estaba desigualmente distribuido, era bajo. Hacia fines de los 70, solo un 65% de los niños en edad escolar estaban matriculados en la escuela y tres cuartas partes de la población rural era analfabeta. La tasa de mortalidad infantil bordeaba los 100 por cada mil nacidos vivos.

Entre 1965 y 1975 se duplico el número de niños menores de 5 años que padecía de mal nutrición.

El crecimiento económico se altero notablemente con la revolución de 1979, año en que el PIB se contrajo a un 25%. En los primeros años del régimen, en 1980 y 1981, el PIB se elevó 5% y hubo una gran expansión del gasto social y de la cobertura de los servicios sociales. Se duplico la proporción del PIB destinada a la enseñanza primaria y secundaria y el analfabetismo de adultos se redujo de 50% a 23%.

El sector salud también mostró una fuerte expansión y se hizo hincapié en la atención preventiva y primaria, mediante la focalización de los servicios en las principales causas de la mortalidad materno – infantil.

La ampliación de la cobertura y el logro de una mayor participación de la comunidad. En consecuencia, tanto en salud como en educación los coeficientes de prioridad fueron favorables. El desempeño de ambos sectores registro mejoras; en 1980, la esperanza de vida se había elevado a aproximadamente a 59 años (desde 47 años en 1970)

Con el tiempo el colapso económico y los trastornos causados por la guerra terminaron por debilitar los sectores sociales, pese a los esfuerzos de los sandinistas.

En el periodo de posguerra en los años 90 predominaron los problemas de la deuda y el ajuste, y también causados por los desastres naturales, como una sequía y un huracán. Nunca se inicio una recuperación económica y que el gasto social se redujo.

En Resumen, los años de Somoza ilustran hasta que punto un crecimiento económico favorable puede no traducirse en desarrollo humano cuando es inequitativo, cuando la distribución del ingreso y los bienes son desiguales, y cuando el gasto social es bajo y se acompaña de un coeficiente de prioridad desfavorable.

Conclusiones

Haciendo una comparación lo que ocurrió en América latina en el periodo de 1960- 2000 se ha caracterizado por niveles relativamente altos de desarrollo humano y de avances en este. A comienzos de 1960 la esperanza de vida de América latina era superior a la del resto del mundo en desarrollo. Al mismo tiempo, entre las regiones fue latinoamericana la que registro la mayor desigualdad en la distribución del ingreso (Berry,1998).

Se aprecia que el crecimiento económico y el desarrollo humano varían más en América latina que a nivel mundial. El coeficiente de gasto social no es muy cuestionable, pero el crecimiento del PIB no siempre se tradujo en una mejora significativa del desarrollo humano.

Los casos de países analizados ilustran de que manera las circunstancias concretas influyeron en la solidez de los diversos eslabones de las cadenas A y B. el estudio abarco tres países (Chile, Costa Rica, México) situados en el cuadrante de desempeño virtuoso; y tres que cayeron en el, desempeño vicioso (Guyana, Jamaica, y Nicaragua)

En caso de los países exitosos, el crecimiento alto acompañado de un elevado coeficiente de gasto social se tradujo en mejoras del desarrollo humano (México en los años 60 y 70, y Chile en los 60).

En el periodo intermedio 1975-1990, Chile mostró un tercer camino para llegar aléxito, que se caracteriza por gasto social bien focalizado.

En Nicaragua durante el periodo de Somoza el crecimiento y la distribución del ingreso privado y servicios sociales eran deficientes.

En los años 80 el comportamiento era relativamente deficiente del desarrollo humano para Jamaica y durante gran parte del periodo de estudio para Guyana y en los años 90 para Nicaragua.

En los años 80, la guerra y el embargo comercial trajeron a disminuir las mejoras en desarrollo humano de Nicaragua y por los desastres naturales que se produjeron durante todas las décadas. La elevada deuda externa como consecuencia de la guerra en caso de Nicaragua.

Se menciona que es preciso promover el desarrollo humano para poder situarse en un Ciclo virtuoso de crecimiento económico y mejoramiento del desarrollo humano; ningún país de América Latina logró pasar de un comportamiento sesgado a favor del crecimiento económico al ciclo virtuoso. Esto es que aumentado el desarrollo humano efectivamente se mejorará el crecimiento económico.

· Crecimiento económico y desarrollo humano en América Latina

Gustav Ranis y Francés Stewart; REVISTA CEPAL 78 (Diciembre 2002); Pág. 7 – 23.

DEDICATORIA

Este trabajo esta dedicada a todas las personas especiales que aportaron para su exposición en pleno y con éxito del mismo en las clases expositoras.

Y Deseo agradecer a los alumnos de los interesantes comentarios que hicieron en el desarrollo de las clases. Asimismo a los que aportaron valiosas sugerencias, del Departamento de Ingeniería de Sistemas informática de la Universidad de ANCASH.

 

Autor:

ARANIBAR REGALADO, Nelson.

ASCENCIOS SILVA, Kelly.

GUERRA CALDERÓN, Lenin.

JULCA OLIVERA, Ivonne.

MINAYA SALINAS, Segundo.

VEGA RODRÍGUEZ, Manuel.

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