Resumen
Los partidos suelen nacer, en momentos propicios, congrega las huestes juradas, en su corazón…. Para encauzar el pensamiento y la acción patriótica, Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, máxima expresión de su genio político, que demostró su capacidad para aunar al pueblo, este partido nació del empuje de un pueblo aleccionado que ve sus intereses representados en el mismo. Es una organización política y surge por la necesidad de crear un órgano o agrupación que le proporcionara una línea programática a la nueva guerra en preparación, y a la vez fungiera de dirección partiendo del análisis del proceso emancipador latinoamericano y el propio caso cubano. Era inevitable su surgimiento por la necesidad de superar las principales causas que desunían a los patriotas; su objetivo unir a todos los que estuvieran dispuestos a participar en la acción revolucionaria, sólo podría lograrse con una organización capaz de obtener el consenso y apoyo de las grandes mayorías. Brío poseen sus ideas, ya que no se puede hacer ni llevar adelante una Revolución, sin una fuerte y disciplinada organización revolucionaria. El Partido Comunista de Cuba representa los ideales, el sueño y anhelo de nuestro Héroe Nacional; un sólo Partido, porque el pueblo lo quiere así.
Introducción
En la segunda mitad del siglo XIX ya era práctica habitual la creación de partidos políticos. Fue José Martí quien en 1882 adelantó la idea de que sólo a través de un Partido podía dirigirse la lucha del pueblo de Cuba por su independencia, para unificar los esfuerzos de todos los cubanos y desenmascarar las tendencias antinacionales nacidas en el seno de estos y refiere ¨…Por eso es llegada la hora de ponernos de pie¨[1]. Ponerse de pie porque era preciso fortalecer la tendencia independentista, en un momento en que la lucha política se expresaba cada vez más entre los partidos políticos bien estructurados y organizados.
A la vez, debían transformarse los métodos de dirección y superar las contradicciones principales entre: militares y civiles, cubanos radicados en la Isla y en el exilio, patriotas veteranos y de la nueva generación, ricos y pobres, patronos y obreros, habitantes de las provincias occidentales y orientales, cubanos y españoles, negros y blancos.
Brío poseen las ideas de Martí. Fidel refirió: que el Partido de la Revolución era una necesidad, ya que no se puede hacer ni llevar adelante una Revolución, sin una fuerte y disciplinada organización revolucionaria. Este Partido debe ser el gran vehículo de mérito, de vocación revolucionaria, el gran vehículo de la inteligencia, del mérito, que debe estar siempre por encima de los individuos, porque ese es el Partido que encierra el valor de decenas de miles y cientos de miles de inteligencias, el valor y el heroísmo de todos, el valor del espíritu de sacrificio de cientos de miles de ciudadanos, del espíritu de combate, del amor a la Revolución. [2]
En esta hora del recuento y de la marcha unida, recordemos a Nuestra América como obra pletórica de Martí, como manifestación del equilibrio del mundo, respondiendo al llamado de la unión tácita y urgente del alma continental.
Desarrollo
El Partido Revolucionario Cubano es la organización política fundada por José Martí el 10 de abril de 1892, así concluyó el proceso que había comenzado algo más de tres meses antes cuando se habían aprobado las bases y estatutos secretos de la organización, en Cayo Hueso.
Surge por la necesidad de crear un órgano o agrupación que le proporcionara una línea programática a la nueva guerra en preparación, y a la vez fungiera de dirección partiendo del análisis del proceso emancipador latinoamericano y el propio caso cubano, además de lo útil e impostergable que resultaba dar coherencia y unidad a los esfuerzos independentistas.
Se hace indispensable erradicar las principales causas que desunían a los cubanos, es la tarea más importante que Martí se traza, y fundamenta la necesidad de unir a todos los dispuestos a la acción revolucionaria. Se requería la existencia de un partido que inspirará confianza por sus cualidades: cohesión en las filas, modestia de sus miembros, sensatez en los propósitos, que juntara a cuantos estuvieran dispuestos, sin distinción, ni sin limitación alguna de color de la piel, el sexo, la nacionalidad, la posición social, el grado de desarrollo de sus criterios sobre el ordenamiento social, la ubicación dentro o fuera de la patria, la participación o no en las anteriores contiendas.
Entre sus objetivos principales estaba organizar, dirigir y llevar a cabo lo que Martí calificara como la Guerra Necesaria. Una semana antes de la constitución oficial del partido, Martí se refería en el Periódico Patria a las características de la organización que ya se gestaba y cito: "El es, de espontáneo nacimiento, la grande obra pública. Es, sin más mano personal que la que echa el hierro hirviente al molde, la revelación de cuanto tiene de sagaz y generosa el alma cubana"
La creación del Partido Revolucionario Cubano fue la máxima expresión del genio político de José Martí, demostró su capacidad para aunar al pueblo y dirigirlo hacia el logro de sus más altos propósitos: Sólo podría triunfar una organización capaz de obtener el consenso y el apoyo de las grandes mayorías y vencer los temores que inmovilizaban y las prevenciones que desviaban los esfuerzos.
———-el partido revolucionario cubano es la unión de pensamiento y voluntad de todas las organizaciones cubanas y puertorriqueñas del destierro, y que el represemntante electo por ellas, después del examen y voto persobnal de cada uno de sus miembros , no ews la canbeza imperante e inamovible de cuyo capricho o alucinación depende el sacudimiento y llamado a muerte del país en que nació, sino un comisionado de su pueblo; con los deberes y las restricciones que a su pueblo le plugo fijar…
…ahora mismo cva a ejercer su voto anual el prc, a elegir a los que deben representar; y el que es delegado hoy de los cubanos emigrados, puede dejar de serlo mañana. El poder de la idea, ordenada y aciva que va hoy con él ,mañana,sin más que un cambio de hurna, puede ir con otro. L a grandeza es esa del del prc: que para fundar una República , ha empezado con la República: Su fuerza es esa: que en la obra de todos, da derechos a todos. Es una idea de lo que hay que llevar a Cuba: no a una persona…—————-
La labor organizativa de Martí fue intensa; pronunciaba discursos en las reuniones de los emigrados, en los que llamaba a organizarse y unirse. En enero de 1892 José Martí y Carlos Baliño[3]suscribieron las Bases del Partido Revolucionario Cubano, aprobadas y proclamadas por las emigraciones cubanas y puertorriqueñas el 10 de abril de ese mismo año y reseña que no se propone perpetuar en la República Cubana, con formas nuevas o con alteraciones más aparentes que esenciales, el espíritu autoritario y la composición burocrática de la colonia, sino fundar en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer, por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los peligros de la libertad repentina en una sociedad compuesta para la esclavitud.
Los partidos políticos que han de durar; los partidos que arrancan de la conciencia pública; los partidos que vienen a ser el molde visible del alma de un pueblo, y su brazo y su voz; los partidos que no tienen por objeto el beneficio de un hombre interesado, o de un grupo de hombres, -no se han de organizar con la prisa indigna y artificiosa del interés personal, sino, como se organiza el Partido Revolucionario Cubano, con el desahogo y espontaneidad de la opinión libre (…) a veces, esperar es morir. A veces, esperar es vencer. Y esto ha sucedido en el Partido Revolucionario Cubano."
Se esperó, donde la espera parecía conveniente a la dignidad y firmeza de la organización, a la opinión de desinterés absoluto y naturaleza popular que merece por sus métodos y fines el partido; y la espera ha sido la victoria. Con un gran sentido de la responsabilidad y con infinita modestia, José Martí aceptó y asumió las funciones de Delegado del Partido Revolucionario Cubano.
El 8 de abril de 1892, dos días antes de constituirse oficialmente la organización, el Consejo de Presidentes y Delegados de Club, presidido por José Dolores Poyo, confirmó la elección de Martí como Delegado, y de Benjamín Guerra como tesorero.
Martí pronunció palabras de agradecimiento cito: ¨ la obedezco y cumpliré con los deberes que me impone, seguro, y por esto sólo orgulloso, de que en el descargo de ellos nada podré hacer que supere el patriotismo previsor, sagaz y abnegado de los que me eligen.¨
Martí se refirió a las virtudes de su pueblo, y expuso acerca de las funciones específicas del delegado del Partido Revolucionario Cubano sobre las cuales aseveró que no eran mera fantasmagoría y creación del papel, o corona hipócrita y visible de un edificio político artificial. Precisó que el Partido Revolucionario Cubano constituía la ordenación final, y ya en grado de acción, de los esfuerzos continuos de los emigrados de Cuba por tener a la patria en condiciones de vida digna y próspera, y por tales motivos proclamó que aceptaba orgulloso, como si sintiera la consagración sobre su frente, el oficio de Delegado con que su pueblo libre lo honra.
Tras la muerte de José Martí, en 1895, el Partido se queda por un corto período de tiempo sin Delegado, hasta que el 10 de julio de 1895 por votación unánime de todos los clubes se elige a Tomás Estrada Palma, estrecho colaborador de Martí en Estados Unidos y figura prestigiosa entre los emigrados cubanos, como delegado del Partido Revolucionario Cubano.
Estrada Palma es proclamado oficialmente Delegado el 18 de julio en un mitin celebrado en Hardman Hall. Continúa contando con la colaboración de Gonzalo de Quesada como Secretario particular y cambia la sede de las oficinas de la Delegación de Front Strest al número 66 de Broadway. Contaba Martí con 39 años al fundar el Partido, Estrada Palma al convertirse en Delegado ya tiene 60 años y ha dedicado su madurez temprana a las arduas tareas de la guerra.
Para agudizar los trabajos nombra agentes federales encargados de recibir los fondos de los clubes y remitirlos a la Delegación. Los primeros fueron: José Dolores Poyo para Cayo Hueso, Fernando Figueredo para Tampa, Domínguez Cowan para México, Dullende para Haití y Hatton para Santo Domingo.
Entre las funciones del Partido encontramos la recaudación de dinero y medicamentos. La fuente más valiosa, no por su monto, sino por su significado patriótico, fueron los pequeños aportes que a costa de grandes sacrificios realizaban los trabajadores. Colectas públicas, cuotas a través de los clubes y aportes de particulares cubanos y extranjeros eran la fuente más digna, además de recaudar fondos con el cobro de contribuciones a los dueños de valiosas propiedades en Cuba, a cambio de concesiones para que estos continuaran realizando sus actividades económicas.
La tarea principal de la Delegación una vez que comenzó la guerra, consistió en organizar y enviar expediciones armadas a la Isla. Para tal efecto fue creado el Departamento de Expediciones que envió más de 30 entre 1895 y 1898. Hubo que luchar arduamente contra la formación anárquica de ellas, que en muchas ocasiones trataron de materializarse.
El Partido bajo la guía de Tomás Estrada Palma comienza a perder su carácter democrático, en gran parte debido a los métodos autoritarios de dirección que empleaba, convirtiéndose cada vez más en una institución puramente recaudadora de fondos para la guerra, en la cual no se discutían las perspectivas futuras. Una vez concluida la guerra de liberación sólo unos pocos, entre los sectores más avanzados de la emigración, habían luchado por divulgar y mantener vivo el ideal martiano de la República democrática.
La falta de proyecciones de la labor política creó en la mayoría de los cubanos del exterior una imagen del Partido como una agrupación de reducido radio de actuación, lo que unido a la propaganda tendente a presentar la intervención yanqui como la vía para alcanzar la independencia, condujo a diversos grupos al retraimiento en las contribuciones, a la pérdida de interés por el Partido y a poner todas sus esperanzas en el retorno a la patria tras la destrucción del poder colonial, que consideraban inminente. Estas tendencias alcanzaron tal magnitud que a mediados de mayo de 1898 se tomaron acuerdos contra la disolución del Partido y "reafirmando el propósito de continuar cumpliendo con los deberes patrióticos hasta la constitución del gobierno en la Isla ".
En el Partido Revolucionario Cubano penetran individuos sospechosos de haber servido como voluntarios o espías, y que podrían hacerse pasar por revolucionarios furibundos mientras alentaban aquellas ideas desmovilizadoras. Para contrarrestarlas se realizaron grandes asambleas en una y otra localidades, con la presencia de Juan Gualberto Gómez, comisionado especial de la Delegación. El objetivo fundamental de aquellas reuniones era fomentar las recaudaciones de fondos y cohesionar al Partido, que aún no había terminado su obra.
¿A quién se vuelve Cuba, en el instante definitivo, y ya cercano, de que pierda todas las esperanzas que el término de la guerra, las promesas de España, y la política de los liberales le han hecho concebir? Se vuelve a todos los que le hablan de una solución fuera de España. Pero si no está en pie, elocuente, erguido, moderado, profundo, un partido revolucionario que inspire, por la cohesión y modestia de sus hombres, y la sensatez de sus proyectos, una confianza suficiente para acallar el anhelo del país— ¿a quién ha de volverse, sino a los hombres del partido anexionista que surgirán entonces? ¿Cómo evitar que se vayan tras ellos todos los aficionados a una libertad cómoda, que creen que con esa solución salvan a la par su fortuna y su conciencia? Ese es el riesgo grave. Por eso es llegada la hora de ponernos en pie.[4]
Los partidos suelen nacer, en momentos propicios, ya de una mesa de medias voluntades, aprovechada por un astuto aventurero, ya de un cónclave de intereses más arrastrados y regañones que espontáneos y unánimes, ya de un pecho encendido que inflama en pasión volátil a un gentío apagadizo, ya de la terca ambición de un hombre hecho a la lisonja y complicidad por donde se asegura el mando.
"El Partido Revolucionario Cubano se funda para asegurar a la patria esclava, de parte de sus hijos ausentes, la voz y el voto que le niegan sus dueños presentes; para componer la guerra imprescindible de modo que no falle por el temor o desconocimiento del país, sino que triunfe por el concierto de espíritu y de forma con la voluntad explorada de él; para que entren en la guerra de la república, en justo equilibrio, todos los elementos necesarios a su constitución; para que no caiga el sacrificio de la guerra bajo el poder de los anémicos o de los autoritarios; para salvar a la revolución, ahora que vuelve a estallar, de los peligros, igualmente graves, de la invasión desconcertada de afuera, o la explosión desordenada de adentro; para vivir en habla amorosa con los cubanos verdaderos de la patria. Treinta y cuatro asociaciones cubanas y puertoriqueñas están afiliadas al Partido, repartidas en New York, Cayo Hueso, Tampa, Ocala, Filadelfia, Boston, Nueva Orleans y Jamaica, se han formado de su propio impulso para contribuir a los fines del Partido Revolucionario Cubano, por los métodos que él mismo establece, o han conformado a él su organización antigua"[5].
"Este movimiento no ha sido fomentado por el Partido. Los hombres que en él participan son miembros del Partido que actúan independientemente. Si fue o no provocado por la vigilancia española es cosa que se ignora, pero si Cuba lo secunda el Partido está listo para respaldarlo y brindarle toda la ayuda posible"[6]. Estos fragmentos forman parte de una entrevista hecha a Martí en relación con el alzamiento de los hermanos Sartorius; y señala que "El Partido Revolucionario Cubano no existe por un deseo ciego de independencia o para promover, al final del siglo diecinueve, una guerra o invasión a un país que no la desee, ni para sustituir la colonia española con una república meramente nominal que se destruya a sí misma. El carácter cubano es muy distinto de lo que piensan jueces superficiales".
"Hay crímenes en política, y hay política baja y superior, y en las dos hay crímenes. Pero hay una política sin crimen, que es la que conoce y mueve los elementos reales de un país para su mayor bienestar, y la habitación decorosa del hombre en él. Y ésta, y jamás otra, es la política del Partido Revolucionario Cubano"[7].
Finalizada la guerra, Tomás Estrada Palma decidió que el Partido Revolucionario Cubano ya no cumplía ningún objetivo y el 21 de diciembre de 1898 publica en el periódico Patria una circular donde expuso las razones por las que se disolvía, tal actitud, refleja su miopía política y su falta de fe en la capacidad del pueblo cubano.
El Partido Revolucionario Cubano y el periódico Patria (publica el 31 de diciembre de 1898 su último número); habían llegado a su fin, no sólo como resultado inmediato, coyuntural, de la voluntad de un hombre o de la totalidad de los miembros de la Delegación, sino también como consecuencia del largo proceso iniciado desde el ascenso de Estrada Palma al cargo de Delegado, quien se caracterizó por la aplicación de métodos de dirección unipersonales, autoritarios y antidemocráticos.
Carlos Baliño que estuvo junto a Martí en la creación del Partido Revolucionario Cubano mantuvo estrechos vínculos con Julio Antonio Mella, Juntos organizaron la Universidad Popular José Martí y el 16 de agosto de 1925, integraron la vanguardia que hizo posible el surgimiento del Partido Comunista de Cuba (gobierno de Machado).
El Che señaló que en la creación del hombre nuevo, juega un papel importante el Partido: sus cuadros deben ser ejemplo vivo, deben dictar cátedra de laboriosidad y sacrificio, deben llegar a las masas, lo que entraña duro bregar contra todas las dificultades que afrontaran. Hay que lograr que en nuestro Socialismo el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y mucha más responsabilidad.
El poder del Partido descansa directamente en su autoridad moral, en la influencia que ejerce sobre las masas en la claridad con que exprese los intereses y aspiraciones de éstas, en la conciencia que les imbuye de sus deberes revolucionarios, económicos y sociales y en la confianza que las masas ponen en el. Por lo que su acción se basa ante todo en el convencimiento.[8] ¨El Partido es la vanguardia del pueblo, la seguridad del pueblo…¨[9]
El Partido Comunista de Cuba representa los ideales, el sueño y anhelo de nuestro Héroe Nacional; un sólo partido, porque el pueblo lo quiere así.
Referencias Bibliográficas
1.- Artículo La creación del Partido Revolucionario Cubano publicado por Víctor Pérez-Galdós Ortiz en Radio Habana el 3 de mayo de 2007.
2.- Artículo El partido que José Martí fundó, publicado en la Revista Bohemia con fecha 3 de enero de 2006 por Ibrahím Hidalgo, Investigador del Centro de Estudios Martianos.
3.- Artículo publicado en la Revista Bohemia el 16 de marzo de 2009 bajo el título de Cuba 1899: Cuando falta la unidad. Consultado el 21 de febrero de 2011.
4.- Artículo Disolución del Partido Revolucionario Cubano publicado en La Jiribilla. Consultado el 21 de febrero de 2011.
5.- Enrique Collazo: Cuba Heroica. Editorial Oriente. 1980.
6.- Tomás Estrada Palma: Comunicación al General Emilio Núñez, Octubre 8, en Disolución del Departamento de Expediciones, Patria, 18 de octubre de 1898.
7.-Ibrahím Hidalgo: Cuba, 1895-1898. Contradicciones y disoluciones. Centro de Estudios Martianos, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello. 1999.
8.- Rolando Rodríguez: La forja de una nación. Tomo I, II y III. 2005.
9.- La neocolonia, organización y crisis. Instituto de Historia de Cuba.
10.- Partido Revolucionario Cubano: El Partido de la unidad por Gerardo Cabrera Prieto, Investigador del Instituto de Historia de Cuba publicado el 7 de abril de 2007 en El Habanero Digital.
11.- Periódico Granma, jueves 1ro de diciembre de 2011, p.1
12.- Patria, Nueva York, 23 de abril de 1892, t. 1, p. 414.)
13.- Discurso con motivo de la proclamación del Partido Revolucionario Cubano en Hardman Hall, Nueva York, 17 de abril de 1892, t. 4, p. 330.
14.- Martí, José. Carta al general Máximo Gómez del 20 de julio de 1882.OE. T I .Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992. p.324.
15.- ————– Carta al general Máximo Gómez del 20 de julio de 1882.OE. T I .Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992. p.324
16.- ————– Carta al general Máximo Gómez, Nueva York, 20 de julio de 1882, Epistolario, t. 1, p. 239.
17.- —————– Carta o comunicación a los presidentes de los clubs del Partido Revolucionario Cubano" [Bath Beach, 22 de julio de 1893], Epistolario, t. 3, p. 372.
18.—————— Carta a Gonzalo de Quesada y Benjamín J. Guerra [Montecristi], 26 de febrero [de 1895], Epistolario, t. 5, p. 82.)
19——————– Martí, José. Carta o comunicación a los presidentes de los clubs del Partido Revolucionario Cubano" [Bath Beach, 22 de julio de 1893], Epistolario, t. 3, p. 372.
20.- Monografía El Partido Revolucionario Cubano tras la muerte de Martí del profesor Gustavo José Díaz García. Consultada el 21 de febrero de 2011.
Autor:
MSc. Delfina Elvira Mesa Zamora.
Lic. Alicia Carrillo Zulueta.
MSc. Dayamí Rodríguez Esmorí
Filial Universitaria Ciencias Médicas.
Dr.¨Eusebio Hernández Pérez¨
Enviado por:
Ileana Álvarez Fundora
Colón. Matanzas
2012
[1] Martí, José. Carta al general Máximo Gómez del 20 de julio de 1882.OE. T I .Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1992. p.324
[2] Periódico Granma, jueves 1ro de diciembre de 2011,p.1
[3] Artemiseño de Guanajay, gran amigo de Martí, incansable colaborador en la tarea de reiniciar la lucha libertadora. Mantuvo estrechos vínculos con Mella, Juntos organizaron la Universidad Popular José Martí y el 16 de agosto de 1925, integraron la vanguardia que hizo posible el surgimiento del Partido Comunista de Cuba durante el gobierno de Machado. Muere el 18 de junio de 1926.
[4] Martí, José. Carta al general Máximo Gómez, Nueva York, 20 de julio de 1882, Epistolario, t. 1, p. 239.
[5] Periódico Patria. "Los funcionarios electos", Nueva York, 23 de abril de 1892, t. 1, p. 414.
[6] Periódico The New York Herald, Nueva York, 5 de mayo de 1893, t. 28, p. 354.
[7] ¡Para Cuba!", Patria, Nueva York, 4 de noviembre de 1893, t. 2, p. 411
[8] Castro Ruz, Raúl. Discurso pronunciado por el Comandante de división, ante los cuadros y funcionarios del CCPCC., 4 de mayo de 1973. p.60
[9] Castro, Fidel, Castro, Raúl. Selección de discursos acerca del Partido. Editorial de Ciencias Sociales. Habana. P.104.