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Producción de biodiesel a partir de la Jatropha Curcas

Enviado por Yanet Guerra Reyes


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    INTRODUCCIÓN

    El continuo aumento e inestabilidad del precio de los combustibles fósiles y la preocupación mundial por su agotamiento, ha originado la búsqueda de energías renovables más limpias para el ambiente que satisfagan el continuo aumento del consumo energético mundial, máximo estimado en una tasa anual de crecimiento del 2,6 % hasta el año 2030 en los países en desarrollo (Food Drug Administration, 2007).

    Siendo necesario que las políticas y programas gubernamentales contribuyan a aumentar la competitividad de las fuentes renovables de energía identificadas en estos países. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos nacionales e internacionales la participación de la energía renovable a nivel mundial será del 8 % de la energía total del consumo en el año 2030 (Food Drug Administration, 2007).

    La necesidad de contrarrestar la desertificación de bosques secos y suelos agrícolas en proceso de erosión constituye un espacio propicio para llevar a cabo programas de reforestación a través del cultivo de especies nativas, adaptadas al ambiente de estos suelos. La alternativa para contrarrestar los problemas de desertificación y fuentes para biodiesel es el cultivo de Jatropha Curcas especie que se adapta al ambiente y de la cual se tiene bien establecido el proceso de elaboración de biodiesel a partir de la semilla.

    Es necesario indicar que el biodiesel obtenido a partir del aceite de la semilla de piñón (Jatropha Curcas) tiene propiedades similares a las del diesel convencional y se ha demostrado que opera en motores de compresión de ignición tal como el combustible fósil, de esta forma no requiere modificaciones esenciales, por consiguiente no implica gastos en adecuaciones de tecnología para los consumidores (Ramesh, 2004).

    Nuestro país se está poniendo al tanto en el estudio e implementación de estas energías ya que en países de Europa y en EEUU se están implementando actualmente grandes proyectos de investigación y se encuentran funcionando plantas de obtención de biodiesel a gran escala. En Francia y Estados Unidos se comercializa combustibles diesel cortado (mezclado) con un porcentaje de combustible obtenido a partir de materias primas renovables al cual se denomina Biodiesel en una proporción de 5%. En otros países del viejo continente como Alemania y Austria se vende biodiesel puro.

    La causa que motivó a realizar el tema de investigación es lo difícil que es vivir en el planeta, ya que en los actuales momentos nuestra casa grande se encuentra completamente contaminada, por lo que creímos conveniente no dejar pasar por alto que estamos a tiempo en poder recuperar nuestro ambiente sano.

    1. ANTECEDENTES

    1.1 Biocombustibles.

    Los biocombustibles son combustibles orgánicos primarios y/o secundarios derivados de la biomasa. Estos pueden ser sólidos, gaseosos o líquidos (FAO, 2001).

    Las principales formas de utilización de los biocombustibles son: la combustión para producir calor aplicable a la calefacción urbana, a procesos industriales o a la generación de electricidad, y a la carburación en motores térmicos, tanto de explosión como de combustión interna (De Juana, 2003).

    Dentro de los biocombustibles se encuentran los biocarburantes, término que agrupa al conjunto de combustibles líquidos de origen vegetal que provienen de las distintas reacciones físico-químicas que ha sufrido la materia orgánica. Los biocarburantes se pueden dividir en dos grupos básicos. Por una parte, se encuentran los bioalcoholes, que provienen de la fermentación alcohólica de cultivos vegetales ricos en azucares y, por otra, los bioaceites, derivados de diversos tipos de especies oleaginosas, así como también de la transformación de los aceites vegetales usados. La ventaja de estos tipos de combustibles radica en su origen. Provienen de material de forraje vegetal, al cual se le ha extraído parte del dióxido de carbono que se podría liberar en la atmósfera. Por eso, su utilización como combustibles no implica un aumento neto de dióxido de carbono a la atmósfera, de manera que contribuye a minimizar el efecto de los gases invernadero (Fundación Terra, 2002; APPA & PricewaterhouseCoopers, 2005; UGT, 2007).

    En cuanto a su aplicación en los motores de combustión interna, el biodiesel puede ser mezclado con diesel tradicional o incluso sustituirlo totalmente. Hecho similar ocurre con el bioetanol para sustitución o mezclado con la gasolina convencional (APPA & PricewaterhouseCoopers, 2005).

    Para que los biocombustibles de origen agrícola sean una alternativa energética real, se necesita que estos productos, no sólo presenten características equivalentes a los de procedencia fósil, sino también que, en el conjunto de procesos de obtención, se consigan balances energéticos positivos y lleguen al mercado a un coste similar al de los productos derivados del petróleo a los que sustituyen (Ballesteros, 2003). Las emisiones de CO2 evitadas debido a la utilización de los biocarburantes dependen de su proceso de producción. Se considera que por la utilización de un litro de combustible se emiten unos 3,2 kg de CO2 (incluyendo las emisiones derivadas de la producción, el transporte, etc.). Aunque los biocombustibles se consideran neutros desde el punto de vista de emisiones de CO2, se debe considerar que durante la producción del cultivo, su procesamiento y transformación en combustible, se emplean combustibles fósiles que emiten CO2 por litro de biocarburante, por lo que se puede considerar de una manera realista que se evitan alrededor de 2-2,5 kg de CO2 por litro de biocarburante de los 3,2 kg emitidos por diesel convencional (Ballesteros, 2003).

    En términos generales, la producción de biocarburantes puede ofrecer la oportunidad de diversificar la actividad agrícola, reducir la dependencia con respecto a los combustibles fósiles (principalmente el petróleo) y contribuir al crecimiento económico regional de forma sostenible (Reijnders, 2006; Comisión de las Comunidades Europeas, 2006; Hilal, 2007).

    1.1.1 Obtención de biocombustibles.

    Según la naturaleza de la biomasa y el tipo de combustible deseado, se pueden utilizar diferentes métodos para obtener biocombustibles: procesos mecánicos (astillado, trituración, compactación), termoquímicos (combustión, pirólisis y gasificación), biotecnológicos (micro bacterianos o enzimáticos) y extractivos. Cada uno de estos procesos se inicia con la biomasa vegetal que se forma a partir del proceso de fotosíntesis, con el aporte de la energía solar que captan y transforman estos organismos.

    Tabla 1.1 Proceso de obtención de biocombustibles.

    Técnicas

    Fermentación

    Digestión anaerobia

    Productos

    Etanol, Varios

    Biogás, CO2, CH4

    Aplicaciones

    Transporte, Industria Química

    Calefacción, Electricidad

    Cada técnica depende del tipo de biomasa disponible. Si se trata de un material seco puede convertirse en calor directo mediante combustión, el cual producirá vapor para generar energía eléctrica. Si contiene agua, se puede realizar la digestión anaeróbica que lo convertirá en metano y otros gases, o fermentar para producir alcohol, o convertir en hidrocarburo por reducción química. Si se aplican métodos termoquímicos es posible extraer metanol, aceites, gases, etc. El método de la digestión por el cual se obtiene biogás es el más empleado.

    1.1.2 Tipos de biocombustibles.

    Biodiesel: El biodiesel es un combustible renovable derivado de aceites vegetales o grasas animales que puede ser utilizado como sustituto o aditivo del diesel convencional, ya que sus características fisicoquímicas son muy similares, pero además presenta grandes ventajas: contribuye a la reducción del calentamiento global, tanto por la sustitución del uso de combustibles fósiles como por el balance positivo de CO2 en su ciclo de vida; permite una producción a pequeña escala aprovechando recursos locales; su utilización no requiere cambios en los motores diesel, debido a sus propiedades fisicoquímicas muy similares a las del diesel derivado del petróleo; reduce las emisiones de SO2 y CO, entre otros gases contaminantes, cuando se usa como aditivo o sustituto del diesel.

    Bioetanol: Se produce por la fermentación de los azúcares contenidos en la materia orgánica de las plantas. En este proceso se obtiene el alcohol hidratado, con un contenido aproximado del 5 % de agua, que tras ser deshidratado se puede utilizar como combustible. El bioetanol mezclado con la gasolina produce un biocombustible de alto poder energético con características muy similares a la gasolina pero con una importante reducción de las emisiones contaminantes en los motores tradicionales de combustión. El etanol se usa en mezclas con la gasolina en concentraciones del 5 o el 10 %, E5 y E10 respectivamente, que no requieren modificaciones en los motores actuales.

    Biogás: Este gas es producido por bacterias en el proceso de biodegradación de material orgánico en condiciones anaeróbicas, es decir, sin oxígeno. El último eslabón de este proceso es el metano, un gas inflamable, que es el producto útil de este proceso y que mediante una sencilla adaptación puede ser utilizado en cualquier cocina o calefactor. Es importante recordar que como subproducto está el barro que, cumplido su ciclo en el digestor, es un excelente fertilizante natural. El digestor es el aparato que permite generar el biogás y del que hay diferentes modelos. En general, todas las variantes funcionan con un 18 % de residuos sólidos y el resto de agua. El componente fundamental es el sustrato de bacterias aclimatadas a comida constante, como las que hay en un criadero de cerdos o en un pozo ciego.

    Biomasa: Cuando la materia viva se descompone o se degrada, la energía contenida en ella se libera. Esto ocurre mediante el metabolismo de los alimentos, la descomposición de la materia viva o la combustión de la leña. Los elementos contaminantes directamente relacionados con el consumo energético afectan sobre todo a la atmósfera. La materia vegetal al quemarse produce anhídrido carbónico (CO2) y agua (H2O), compuestos que forman parte de la atmósfera en ciertas proporciones. Los constantes ciclos a que están sometidos estos componentes les permiten volver a pasar a la materia vegetal en el proceso de crecimiento de las plantas, en un ir y venir incesante, mientras que la composición de la atmósfera se mantiene dentro de valores constantes.

    Los combustibles fósiles, sin embargo, liberan grandes cantidades de CO2, que estaban retiradas de la dinámica de la biosfera, contribuyendo a elevar la proporción de este gas en al atmósfera. Una de las consecuencias del incremento de CO2 es el llamado efecto invernadero (calentamiento por retención de la radiación solar reflejada). Los combustibles fósiles, además, producen óxidos de azufre, carbono y nitrógeno (SO2, CO, NOx), partículas, hollines, metales pesados, etc., que son elementos extraños a la atmósfera y, por tanto, agentes contaminantes de la misma. Estos contaminantes ocasionan problemas ambientales tan graves como las lluvias ácidas o el deterioro de la capa de ozono, además de contribuir al efecto invernadero.

    1.1.3 Actividad productiva mundial.

    Los principales productores de alcohol como combustible son Brasil, Estados Unidos y Canadá. Brasil lo produce a partir de la caña de azúcar y lo emplea como "hidroalcohol" (95 % etanol) o como aditivo de la gasolina (24 % de etanol). El etanol derivado de la caña de azúcar proveniente de la región centro-sur de Brasil es el biocombustible más económico, ya que comienza a ser financieramente rentable cuando el precio del petróleo supera los 35 dólares el barril. La Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa), es responsable por las tecnologías que han convertido a Brasil en uno de los mayores graneros del mundo y en pionero en sectores como agroenergía y biotecnología, ya tiene acuerdos con algunos países de Centroamérica y el Caribe para apoyar sus proyectos de producción de etanol de caña de azúcar. El Programa Nacional de Alcohol establecido en Brasil en la década del 70 estuvo estimulado por la sobrecapacidad de la industria azucarera. Los excedentes en la producción de azúcar y un incremento en la producción de melaza impulsaron el programa de etanol en India.

    El segundo mercado más grande de etanol es Estados Unidos y Canadá, lo producen a partir de maíz (con un poco de trigo y cebada) y es el biocombustible más utilizado en diferentes formulaciones que van desde el 5 % al 85 % de etanol. Más de 1 500 millones de galones (5 670 millones de litros aproximadamente) se agregan anualmente a la gasolina para mejorar el rendimiento de los vehículos y reducir la polución atmosférica.

    Alemania, un país que se ha incluido recientemente en la búsqueda del reemplazo de los combustibles fósiles por los biocombustibles. El Gobierno de Angela Merkel en asuntos de Medio Ambiente adelantó que las cantidades de biocombustibles producida en Alemania hasta el año 2030 cubrirán difícilmente el 10 % del consumo primario de energía. Alemania tendría que importar grandes cantidades de biocombustibles. Productos cuyos cultivos amenazan con causar graves daños ecológicos en los países que los producen, entre ellos varios latinoamericanos.

    En la Argentina el desarrollo de un mercado de biodiesel y bioetanol presenta ventajas que hacen que el gobierno esté impulsando proyectos de producción en diferentes regiones del país. Existe un Proyecto de Ley en Senado, presentado en el 2004 destinado a promover el desarrollo de energías alternativas limpias y a ayudar de forma significativa al desarrollo sustentable de los biocombustibles. La producción de biocombustibles en Argentina, se ve sustentado por la gran cantidad de soja, la cual cubre la demanda que se necesita para la producción. Además, existen grandes superficies aptas para el desarrollo de cultivos oleaginosos siendo el producto de estos (aceites) el principal insumo para la producción del biocombustible. Argentina es uno de los líderes mundiales en exportación de aceites vegetales. (Biocombustibles publicado en: http://es.wikipedia.org/wiki/Biocombustibles, visitado el 30 de abril de 2011).

    1.1.4 Beneficios de los biocombustibles: Alternativa al petróleo.

    El uso de biomasa vegetal en la elaboración de combustibles podría beneficiar la realidad energética mundial con una significativa repercusión en el medio ambiente y en la sociedad, como se detalla a continuación:

    • El uso de biocombustibles como fuente de energía renovable puede contribuir a reducir el consumo de combustibles fósiles, responsables de la generación de emisiones de gases efecto invernadero.

    • Son una alternativa viable al agotamiento ya sensible de energías fósiles, como el gas y el petróleo, donde ya se observa incremento en sus precios.

    • Se producen a partir de cultivos agrícolas, que son fuentes renovables de energía.

    • Pueden obtenerse a partir de cultivos propios de una región, permitiendo la producción local del biocombustible.

    • Permiten disponer de combustible independientemente de las políticas de importación y fluctuaciones en el precio del petróleo.

    • Producen mucho menos emisiones nocivas para los seres vivos, el agua y el aire.

    (Biocombustibles publicado en: http://es.wikipedia.org/wiki/Biocombustibles, visitado el 30 de abril de 2011).

    1.1.5 Biocombustibles en Cuba.

    En la década de 1970, aparecieron las primeras iniciativas de la industria azucarera para sustituir por biomasa de caña los insumos a base de petróleo al sector eléctrico. En la década siguiente, varias instituciones iniciaron estudios sobre alternativas para la producción y uso de biocombustibles en Cuba, y ya en la década de 1990, empezaron proyectos conjuntos sobre biocombustibles.

    El mayor potencial nacional de bioenergía en estos momentos lo tiene la industria azucarera, fundamentalmente por la combustión y generación de electricidad, a partir del bagazo y la paja, y por la producción de etanol. El 100 % de las centrales se autoabastece de energía a partir de biomasa durante la zafra. Se ha logrado como promedio 32 kWh/ton de caña molida.

    Existe un programa basado en el ahorro y en el aumento de la eficiencia para lograr autoabastecer, a partir de biomasa, las necesidades de energía de todo el sector azucarero durante todo el año. Además, existen proyectos cooperados de investigación entre la industria azucarera y el Ministerio del Transporte sobre mezclas de alcohol hidratado con gasolina.

    El Ministerio de Agricultura cuenta con otras fuentes potenciales que podrían ser usadas para producir biocombustibles, incluyendo biomasa forestal y las áreas aprovechables para el cultivo de oleaginosas como materia prima para obtener biodiesel, para lo que se piensa destinar terrenos para bosques energéticos y, sobre todo en las provincias orientales, terrenos semiáridos potencialmente aprovechables para el cultivo de oleaginosas como la Jatropha Curcas.

    En la Isla de la Juventud se ejecuta un proyecto financiado por el GEF para la generación de energía a base de biomasa forestal, y en Guantánamo se realizan investigaciones con oleaginosas para la producción de biodiesel, para lo que se han plantado varias hectáreas de terrenos áridos de Jatropha curcas (Pereira, 2006).

    1.2 Biodiesel.

    El biodiesel es un combustible sustituto del gasóleo para motores diesel, el cual puede ser producido partiendo de materias primas agrícolas (aceites vegetales y/o grasas animales) (Schmidt, 1996). Posee las mismas propiedades del combustible diesel empleado como combustible para automóviles, camiones, ómnibus y puede ser mezclado en cualquier proporción con el diesel obtenido de la refinación del petróleo (Larosa, 2001, 2003; Ballesteros, 2003).

    La ASTM1 lo define como "Ésteres monoalquílicos de ácidos grasos de cadena larga derivados de lípidos renovables tales como aceites vegetales y que se emplean en los motores de ignición de compresión (motores diesel) o en calderas de calefacción".

    Para el caso chileno, este combustible es definido como "Combustible líquido compuesto por una mezcla de ésteres alquílicos obtenidos mediante la reacción química de transesterificación o conversión de ácidos grasos a ésteres metílicos o ésteres etílicos. A partir de aceites vegetales, grasa animal o el aceite comestible usado" (CNE, 2007).

    Este combustible puede utilizarse puro (B100, conocido como "gasoil verde"), o en mezclas de diferentes concentraciones con el diesel de petróleo. La mezcla más utilizada en nuestros días es al 20 %, es decir 20 partes de éter vegetal y 80 partes de petrodiesel. Cuando es utilizado como aditivo, sus concentraciones normalmente no superan el 5 % (Stratta, 2000; Demirbas, 2007).

    Uno de los principales beneficios del biodiesel es su bajo contenido de azufre y que, debido a la presencia de oxígeno en su composición química, su combustión es más completa, reduciendo la emisión de partículas, monóxido de carbono e hidrocarburos no quemados, entre otros contaminantes (Larosa, 2001, 2003; Ballesteros, 2003).

    Por otro lado, durante su proceso de producción se produce un subproducto altamente valorado, como es el caso de la glicerina, la cual luego de su purificación puede ser utilizada, en múltiples usos, en la industria farmacéutica y cosmética, donde cuenta con una gran demanda (Castro, 2006).

    Tabla 1.2 Características del biodiesel y diesel de petróleo.

    edu.red

    Fuente: Manzanares, 2007.

    1.2.1 Antecedentes históricos.

    La transesterificación de los aceites vegetales fue desarrollada en 1853 por los científicos E. Duffy y J. Patrick, muchos años antes de que el primer motor diesel funcionase. El primer modelo de Rudolf Diesel, un monocilíndrico de hierro de 3 metros con un volante en la base funcionó por vez primera en Augusta (Alemania), el 10 de agosto de 1893. En conmemoración de dicho evento, el 10 de agosto se ha declarado "Día Internacional del Biodiesel". Diesel presentó su motor en la Exposición Mundial de París de 1898. Este motor es un ejemplo de la visión de Diesel, ya que era alimentado por aceite de cacahuete, un biocombustible, aunque no estrictamente biodiesel, puesto que no era transesterificado. Diesel quería que el uso de un combustible obtenido de la biomasa fuese el verdadero futuro de su motor. En un discurso de 1912, dice: "el uso de aceites vegetales para el combustible de los motores puede parecer insignificante hoy, pero tales aceites pueden convertirse, con el paso del tiempo, importantes en cuanto a sustitutos del petróleo y el carbón de nuestros días".

    Durante los años veinte, los fabricantes de motores diesel adaptaron sus propulsores a la menor viscosidad del combustible fósil (gasóleo) frente al aceite vegetal. La industria petrolera amplió así su hueco en el mercado de los carburantes porque su producto era más económico de producir que la alternativa extraída de la biomasa. El resultado fue, por muchos años, la casi completa desaparición de la producción de combustibles a partir de biomasa. Sólo recientemente la preocupación por el impacto ambiental y la menor diferencia de precios han hecho de los biocombustibles una alternativa válida.

    A pesar del increíble uso de los derivados del petróleo como combustibles, durante los años veinte, treinta y la posguerra mundial, varios países (entre ellos Argentina) informaron de haber usado aceites como sustituto del diesel. Se detectaron problemas por la diferencia de viscosidad entre el aceite y el diesel, que producía depósitos dentro de la cámara de combustión y los inyectores. Algunos intentos para superar esto fueron aplicar una pirólisis y craqueo al aceite, mezclarlo con diesel de petróleo o etanol, o calentarlo.

    El 31 de agosto de 1937, G. Chavanne de la Universidad de Bruselas, Bélgica, obtuvo la patente por "transformar aceites vegetales para su uso como combustibles". La patente describía la transesterificación del aceite usando etanol o metanol para separar la glicerina de los ácidos grasos y reemplazarla con alcoholes de cadenas cortas. Esta fue la primera producción de biodiesel.

    Más recientemente, en 1977, Expedito Parente, científico brasileño, inventó y patentó el primer proceso industrial de producción de biodiesel. Actualmente, Tecbio, la empresa de Parente, trabaja junto con Boeing y la NASA para certificar bio-queroseno.

    Entre 1978 y 1996, el National Renewable Energy Laboratory (NREL) estadounidense ha experimentado el uso de algas como fuente de biodiesel, dentro del Aquatic Species Program. La experimentación del NREL, tras 16 años, está estancada debido a que el programa de investigación carece de financiación.

    En 1979 se iniciaron en Sudáfrica investigaciones sobre cómo transesterificar aceite de girasol en diesel. Finalmente en 1983, el proceso de cómo producir biodiesel de calidad fue completado y publicado internacionalmente. Gaskoks, una industria austriaca, obtuvo esta tecnología y estableció la primera planta piloto productora de biodiesel en 1987 y una industrial en 1989. Durante la década de los 90, se abrieron muchas plantas en muchos países europeos, entre ellos la República Checa, Alemania y Suecia.

    En los años noventa, Francia ha lanzado la producción local de biodiesel (conocido localmente como diéster) obtenido de la transesterificación del aceite de colza. Va mezclado en un 5 % en el combustible diesel convencional, y en un 30 % en el caso de algunas flotas de transporte público. Renault, Peugeot y otros productores han certificado sus motores para la utilización parcial con biodiesel, mientras se trabaja para implantar un biodiesel del 50 %.

    Francia empezó una producción local de biodiesel el cual se mezclaba en un 30 % con diesel para transporte público. Renault y Peugeot certificaron motores de camiones con uso parcial de biodiesel (alrededor del 50 %). Durante el año 1998 se identificaban 21 países con proyectos comerciales de biodiesel. En septiembre del año 2005, Minnesota fue el primer estado estadounidense que obligaba un uso de, al menos, un 2 % de biodiesel. En 2008, la ASTM (American Society for Testing and Materials) publicó los estándares y especificaciones de mezcla de biodiesel. (Biodiesel publicado en: http://es.wikipedia.org/wiki/Biodi%C3%A9sel, visitado el 10 de mayo de 2011).

    1.2.2 Materias primas para la producción de biodiesel.

    1.2.2.1 Aceites.

    Características químicas de los aceites.

    Los aceites, así como las grasas, son triglicéridos de glicerol (también llamado glicerina, 1, 2, 3 propanotriol o solo propanotriol). El glicerol es capaz de enlazar tres radicales de ácidos grasos llamados carboxilatos. Dichos radicales grasos por lo general son distintos entre sí; pueden ser saturados o insaturados. La molécula se llama triacilglicérido o triacilglicerol.

    Los radicales grasos pueden ser desde 12 carbonos de cadena hasta 22 y 24 carbonos de extensión de cadena. Existen en la naturaleza al menos 50 ácidos grasos.

    Algunos radicales grasos característicos provienen de alguno de los siguientes ácidos grasos, Tabla 1.3:

    Tabla 1.3 Ácidos grasos insaturados.

    Ácido linoleico

    C18:2

    Ácido linolénico

    C18:3

    Ácido oleico

    C18:1

    Ácido palmitoleico

    C16:1

    Estos ácidos son los llamados ácidos grasos insaturados o ácidos grasos esenciales, llamados así porque el organismo humano no es capaz de sintetizarlos por sí mismo, y es necesario por tanto ingerirlos en los alimentos.

    Los ácidos grasos saturados son los siguientes, Tabla 1.4:

    Tabla 1.4 Ácidos grasos saturados.

    Ácido esteárico

    C18:0

    Ácido palmítico

    C16:0

    Para el caso de los aceites los carboxilatos contienen insaturados o enlaces dieno o trieno, que le dan la característica líquida a temperatura ambiente. Los aceites son mezclas de triglicéridos cuya composición les da características particulares.

    Los aceites insaturados como los casos ya expuestos, son susceptibles de ser hidrogenados para producir mantecas hidrogenadas industriales de determinado grado de insaturación o índice de yodo, que se destinan para margarinas y mantecas de repostería.

    Son aceites de gran importancia los omega 3 y los omega 6, que son polinsaturados, muy abundantes en peces de aguas heladas.

    La fuente de aceite vegetal suele ser aceite de colza, ya que es una especie con alto contenido de aceite, que se adapta bien a los climas fríos. Sin embargo existen otras variedades con mayor rendimiento por hectárea, tales como la palma de aceite (Elaeis guineensis), la curcas o jatropha, etc. También se pueden utilizar aceites usados (por ejemplo, aceites de fritura), en cuyo caso la materia prima es muy barata, y además se reciclan lo que en otro caso serían residuos.

    Existen otras materias primas de las cuales se puede extraer aceite para utilizarlas en el proceso de producción de biodiesel. Las materias primas más utilizadas en la selva amazónica son la jatropha o curcas (piñón en portugués), sacha inchi, el ricino (mamona en portugués) y la palma aceitera.

    Además, otra materia prima utilizada es la grasa animal, la cual produce mayores problemas en el proceso de fabricación, aunque el producto final es de igual calidad que el biodiesel de aceite, exceptuando su punto de solidificación.

    Una gran variedad de aceites pueden ser usados para producir biodiesel. Entre ellos:

    • Aceite vegetal sin usar. Los aceites de colza y soja son los más usados. El aceite de soja representa el 90 % de la materia prima para biodiesel en los Estados Unidos. También puede ser obtenido de carraspique (zurrón boliviano), jatropha, lino, girasol, palma, cocotero y cáñamo.

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