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Fundamentos de la formación ambiental permanente del profesional de la educación


  1. Introducciòn
  2. Hacia una definición del concepto formación ambiental permanente del profesional de la educación
  3. Fundamentos teórico-metodológicos de la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación: una aproximación necesaria
  4. Conclusiones
  5. Referencias bibliográficas

IntroducciònLa creciente conciencia de la problemática del medio ambiente y la comprensión de que desde la educación se puede dar la respuesta más efectiva al reto de buscar soluciones, ha condicionado el estímulo a la incorporación de la educación ambiental para el desarrollo sostenible (EApDS) al proceso pedagógico de todos los subsistemas del Sistema Nacional de Educación (SNE) y la consiguiente necesidad de la formación ambiental de sus profesionales.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo, el Seminario de Belgrado y la Conferencia Intergubernamental de Tbilisi marcan los pronunciamientos más enfáticos sobre la necesidad de la formación ambiental.

A partir de estos magnos eventos se concretan importantes programas, entre los que se destacan las acciones promovidas por el Centro Internacional de Formación de Ciencias Ambientales (CIFCA) para la incorporación de la educación ambiental (EA) en las instituciones de la Educación Superior, como una respuesta a las recomendaciones del informe final de la Conferencia de Tbilisi (1977), que evidencian que, desde esa época ya algo lejana, se consideraba que una de las claves para el desarrollo de la educación ambiental está en la formación de los profesionales de la educación. Estas recomendaciones se han convertido en líneas directrices para la formación ambiental, tanto inicial como permanente, de los profesionales de la educación.

Cuba no ha permanecido ajena a la necesidad de la formación ambiental de los profesionales de la educación. A partir del año 1975, el Ministerio de Educación (MINED) consideró la educación ambiental como una dimensión de la educación integral del individuo, fin de la educación cubana, y se ha trabajado por su incorporación al proceso pedagógico que se desarrolla en todos los subsistemas y niveles de educación del SNE, incluyendo, por supuesto, el subsistema de formación y perfeccionamiento del personal pedagógico.

En la Estrategia Nacional de Educación Ambiental (ENEA) se reconoce que:… "la formación de profesionales, tiene una especial importancia, si se toma en cuenta que constituyen actualmente y lo serán en el futuro, los que estén directamente vinculados a la toma de decisiones, la proyección de políticas sociales y de desarrollo, a la explotación y uso de los recursos naturales, y a la prestación de servicios a la población en su sentido amplio, por lo que de su actuación dependerá en gran medida el rumbo que tome el proceso de desarrollo en el país" (2010:4).

En este propio documento normativo del trabajo de EA, al definir sus proyecciones, se declaran dos lineamientos el de "La formación y capacitación de los recursos humanos" y el de "La dimensión ambiental en la educación formal", acompañados de un conjunto de acciones relacionados con la formación ambiental de los profesionales.

Lo expresado es ejemplo de la voluntad política del Estado Cubano en pro de la formación ambiental en el territorio nacional.

No obstante, hoy se impone la reflexión crítica sobre todo lo que se ha realizado para construir las propuestas que den cuenta de una formación ambiental para el desarrollo sostenible.

En este sentido, educadores investigadores de todo el mundo han llevado a cabo iniciativas muy variadas en el afán por reorientar hacia el desarrollo sostenible la formación inicial y permanente y elegir los temas y objetivos de sostenibilidad que debían ponerse de relieve en los planes de estudio, programas, prácticas y políticas para velar porque este proceso se adapte a las circunstancias y metas ambientales, sociales y económicas de cada país.

En relación con el tema, en los Talleres Temáticos de "Formación ambiental" y "Educación ambiental y empresa" del IV Congreso Iberoamericano de E A; se valora la necesidad de solucionar insuficiencias asociadas a la limitada formación ambiental de los recursos humanos, en general, y las carencias en la concepción teórico-metodológica de los programas de formación ambiental para lograr su reorientación hacia el desarrollo sostenible (DS).

Esas deficiencias que se evidencian en un plano general, tienen sus manifestaciones en el Sistema Nacional de Educación, en un plano particular.

Al respecto, Valdés (2003), reconoce que: "La formación de profesionales es insuficiente porque los currículos escolares no consideran íntegramente y de forma explícita las variables medio ambiente y desarrollo sostenible"

En una misma línea, autores como Santos (2002) y Amador (2008); apuntan que la concepción del DS forma parte más del discurso que de la acción, lo que afecta las posibilidades de reorientar hacia el desarrollo sostenible la formación ambiental de los profesionales de la educación; así como que las acciones de formación ambiental desarrolladas con los profesionales de la educación son aún insuficientes, asistemáticas y susceptibles de transformación en su concepción teórico-metodológica para dar cuenta de su reorientación hacia el desarrollo sostenible.

Como resultado de estas insuficiencias se observa con frecuencia en los profesionales de la educación limitaciones en el conocimiento de alternativas para la incorporación de la EApDS al proceso pedagógico, que afectan su desempeño profesional pedagógico ambiental.

Una de las causas de esta problemática se asocia a las fallas que aún se evidencian en la formación ambiental permanente de estos profesionales, a partir de las carencias que se manifiestan en su concepción teórico-metodológica para reorientar hacia el desarrollo sostenible este proceso.

La situación descrita situó a los autores ante la contradicción existente entre la necesaria reorientación hacia el desarrollo sostenible de la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación y las debilidades que presenta para responder a los retos que esto implica.

Constituyó esta la motivación principal para el desarrollo del presente trabajo, que constituye una investigación terminada del proyecto "Formación ambiental del profesional de la educación en condiciones de universalización", asociado al Programa Ramal # 11 "La Educación Ambiental para el Desarrollo Sostenible desde la institución escolar", del Ministerio de Educación (MINED).

En él se sistematizan los fundamentos teórico-metodológicos de la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación, con el propósito de que se conviertan en referentes para la planificación, organización, regulación y control de este proceso y para el desarrollo de la actividad científica educacional relacionada con la temática.

DESARROLLO:Hacia una definición del concepto formación ambiental permanente del profesional de la educación

El término formación ambiental fue utilizado, por primera vez, por el Dr. Mustafá Tolva, entonces Director de la UNESCO, en su discurso de apertura de la Conferencia de Tbilisi (1977). Más tarde, el PNUMA crea, en 1981, el Programa de la Red de Formación Ambiental, cuyo objeto era la capacitación de los profesionales de diferentes sectores. En ese entonces, la formación ambiental, en su concepción más ortodoxa era concebida como un proceso de capacitación destinado a la solución de problemas ambientales puntuales.

Por otra parte, Martha Roque, especialista del Centro de Información Gestión y Educación Ambiental, define la formación ambiental como "la incorporación de la dimensión ambiental al proceso pedagógico profesional" y señala que esta… "propicia el desarrollo de hábitos y habilidades que se traduzcan en competencias entre los individuos y grupos sociales que les permitan participar eficazmente en los procesos económicos, políticos, sociales y culturales a partir de una gestión ambiental que contribuya, desde diferentes posiciones tanto como ciudadano, como miembro de una familia, de una comunidad, como profesional, o como dirigente de cualquier sector y nivel, al desarrollo sostenible del país" (2003:34)

Al respecto apunta Enrique Leff que la formación ambiental es considerada como… "un proceso que va más allá del desarrollo de capacidades especiales, que alcanza la producción de conocimientos y la educación de valores". (1997:18)

Desde esta perspectiva, la formación ambiental de los profesionales, debe propiciar el desarrollo de valores de solidaridad intergeneracional y de respeto a la diversidad biológica y cultural, y demás elementos de la naturaleza, que den lugar a una nueva ética ambiental; debe contribuir a lograr un desarrollo en el sujeto que favorezca la unidad entre el pensar, el actuar, y el sentir,… "para poder enfrentar la problemática ambiental en sus múltiples dimensiones: ética, política-ideológica, económica, ecológica y sociocultural y que se concreta en el plano individual, con las pequeñas acciones cotidianas, en los pequeños colectivos, hasta las grandes acciones que resultan de la voluntad de muchos" (Roque, 2003:39). Por ello, este proceso no solo comprende la capacitación de los diferentes profesionales en conocimientos de ecología y técnicas para el manejo de los recursos naturales, sino sobre todo la creación de personas promotoras del DS.

En consonancia, las acciones vinculadas a la formación ambiental de los profesionales de la educación de esta época se deben diseñar, ejecutar y supervisar en aras del desarrollo de una base sólida de conocimientos, actitudes y valores y su incorporación en los criterios para la adopción de decisiones y el fortalecimiento de las habilidades y capacidades de investigación sobre los problemas ambientales y su prevención, atención y/o solución.

En una misma línea, la sistematización teórica realizada y el criterio de la práctica en la dirección de acciones de posgrado con los profesionales de la educación como beneficiarios; permite asegurar que es preciso significar, sin ánimos de definir, los rasgos esenciales del concepto formación ambiental permanente.

Por ello, a juicio de los autores, la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación se asume como un proceso pedagógico, dinámico, flexible, continuo y sobre bases científicas; con una concepción teórico-metodológica de carácter interdisciplinario; que se realiza a partir de las acciones de posgrado planificadas, organizadas, reguladas y controladas en y/o desde las Universidades y por las instituciones escolares, como parte del trabajo metodológico, con el propósito de garantizar la producción de conocimientos, el desarrollo de habilidades, actitudes y valores en los profesionales de la educación para un adecuado desempeño profesional pedagógico ambiental.

Fundamentos teórico-metodológicos de la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación: una aproximación necesaria

Fundamentos filosóficos:

La formación ambiental permanente de los profesionales de la educación tiene su base en los postulados aportados por el marxismo-leninismo y en especial por la dialéctica materialista como método filosófico general, permitiendo guiar el examen sistémico y multilateral de los problemas ambientales y el aporte de los sistemas educativos para su posible solución.

Los progresos de la humanidad provocan objetivamente los conflictos del hombre y de la sociedad en general con la naturaleza. Para resolver estos conflictos, el hombre tiene que conocer las leyes de la naturaleza y ajustar su actividad a las mismas, tomándolas en cuenta debidamente y previendo las consecuencias de sus acciones.

Por ello, los sistemas educativos deben profundizar en el enfoque integrado de estos aspectos como dimensiones que permitan una integración conceptual y de acción hacia el desarrollo sostenible a escala humana, tomando en cuenta que el objetivo de la sostenibilidad del desarrollo implica satisfacer las necesidades básicas de la humanidad: alimento, ropa, calzado, vivienda, trabajo, de todas las clases , grupos y estratos, incluidos los más pobres del mundo, donde ya la pobreza es socialmente endémica, y esto presupone reconocer que los límites para el desarrollo no son absolutos, sino que dependen del nivel tecnológico y de organización social, su impacto sobre los recursos del medio ambiente y de la capacidad de la naturaleza para absorber los efectos de la actividad humana.

En una misma línea, el desarrollo sostenible pone énfasis en que las actividades de los hombres se desarrollan en un sistema natural que tiene sus leyes, por lo que los recursos deben usarse sin romper los mecanismos básicos del funcionamiento de la naturaleza.

Para lograr estos objetivos se requiere perfeccionar la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación, que asume la consideración del hombre como una realidad viva, bio-psico-social, individual-comunitaria, histórica y educable, y reconoce los postulados del antropocentrismo racional en las relaciones hombre-naturaleza-sociedad; al otorgarle un rol protagónico, en mayor o menor nivel, a todas las personas implicadas en el proceso de formación ambiental permanente.

Los fundamentos de la educación ambiental para el desarrollo sostenible constituyen contenidos esenciales de este proceso de formación, en interrelación armónica con los relacionados con los del currículo escolar de los distintos subsistemas y niveles de educación, asumiendo la interdisciplinaridad como principio metodológico.

El concepto educación ambiental para el desarrollo sostenible (EApDS) se asume, a partir de los criterios de Santos y otros (2009) como: …"un proceso educativo, que incorpora de manera integrada y gradual las dimensiones económica, político-social y ecológica del desarrollo sostenible a la educación de los estudiantes y profesionales del Sistema Nacional de Educación y se expresa en modos de pensar, sentir y actuar responsables ante el medio ambiente" (11).

En otro orden de ideas, la formación ambiental permanente del profesional de la educación se considera un proceso complejo, al estudiarlo como un todo, no dividido en partes, sino por sus componentes y la manifestación de estos en determinados contextos. Por lo que toma en cuenta las carencias que presenta: los incentivos para esta formación, su carácter obligatorio o voluntario, su correspondencia con necesidades reales, la diversidad y calidad de las ofertas de formación, la implicación personal en el diseño de los programas de las formas organizativas y su contribución al desempeño profesional . Se reconoce que la eficacia de la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación para lograr un cambio conceptual, metodológico y axiológico debe caracterizarse por poseer un enfoque coherente y sistémico. Así, el sistema de formación ambiental permanente del profesional de la educación se asume como un todo, a partir de una concepción teórico-metodológica única que encuentra concreción en las diversas ofertas de formación ambiental (subsistemas) que se diseñen en correspondencia con el diagnóstico de estos profesionales y de su contexto de actuación.Fundamentos sociológicos:

La formación ambiental permanente del profesional de la educación adopta una visión sociológica el mundo al concebirlo como un todo único sistémico en el estudio de los problemas ambientales contemporáneos, dotando a estos profesionales con las leyes que gobiernan los procesos sociales para atender, prevenir y/o solucionar los problemas, desde su desempeño, para que puedan desarrollar con éxito sus tareas y funciones.

Por tanto, la formación ambiental permanente del profesional de la educación tiene el imperativo de abordar no solo los problemas ambientales con las causas directas que los provocan desde el punto de vista económico y social, sino que debe tratar también con profundidad las causas que desde el ámbito político llevan a la toma de decisiones que se revierten en leyes, decretos y medidas políticas; pues lo contrario conduce a un análisis extrínseco del problema y de sus causas, sin penetrar en la condición humana que lo provoca a partir de intereses de clases y grupos con poder.

Por otra parte, la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación se fundamenta, de un lado, "en la evidencia histórica de la centralidad de la educación, la investigación y el aprendizaje colectivo en los procesos de desarrollo; y de otro, en la necesidad de la educación a lo largo de la vida, apoyada en la autogestión del aprendizaje y la socialización en la construcción del conocimiento" (MES, 2004:1).

Desde este punto de vista, se concibe como un proceso de socialización en el que se alcance por los profesionales la apropiación de los contenidos de la formación y su objetivación, expresada en formas de conducta aceptadas.

Así se busca inculcar en los profesionales de la educación una conciencia crítica sobre la problemática ambiental. Para ello, promueve la vinculación de la teoría con la práctica, en la búsqueda de acciones críticas que posibiliten la transformación y el cambio de actitudes negativas o indiferentes ante la problemática ambiental; y se convierte "en una fuerza social transformadora… para promover el desarrollo sostenible de la sociedad" (MES, 2004:1). Por esta razón, se asume como una inversión prioritaria que redunda en el incremento de la calidad de los servicios educacionales, el desarrollo y la cohesión social.

En otro orden de ideas, en el proceso de formación ambiental permanente no es posible desestimar todos los demás factores de influencia de la situación social en la cual se desarrolla el hombre. Por lo que es necesario utilizar los recursos humanos de la comunidad (líderes formales y naturales) en el desarrollo de las diferentes acciones de posgrado, con el objetivo de aprovechar sus potencialidades y convertirlos en aliados para el trabajo de educación ambiental para el desarrollo sostenible (Moré, 2009:11). Esta idea está conceptualizada en la definición de educación en su sentido amplio, y es coherente con la concepción vigotskiana referida a la situación social del desarrollo.

La base o sustento axiológico de la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación requiere ahondar en la necesidad de adoptar un concepto sostenible de desarrollo, que permita preservar el medio ambiente desde una educación igualmente reestructurada hacia estos fines, que posibilite asumir creadoramente nuevas concepciones de desarrollo individual y social, a tono con las necesidades del mundo de hoy.

La formación ambiental permanente de los profesionales de la educación propicia el aprendizaje y la enseñanza de las metodologías y técnicas de la investigación-acción-participativa (IAP), para que sean aplicadas en el contexto de actuación profesional con el propósito de transformar, aprender e investigar con una nueva visión del mundo, del conocimiento y la ciencia.

Jurídicamente se sustenta en la Constitución de la República de Cuba (1999:25), Artículo # 51, cuando reconoce el derecho de todos a una educación que responda a las necesidades del desarrollo económico-social y en la Ley # 81 del Medio Ambiente (2004:3004), Capítulo VII, Artículos # 48 y 56, en los que se responsabiliza a los Ministerios de Educación, de Educación Superior y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente con la formación ambiental de los profesionales. Igualmente toma en cuenta otros documentos normativos del trabajo referidos a la temática: estrategias, resoluciones e indicaciones ministeriales, cartas circulares.

Fundamentos psicológicos:

Siendo consecuente con la concepción psicológica histórico-cultural de esencia humanista, basada en el materialismo dialéctico y particularmente en las ideas de Vigotski y de sus seguidores, en la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación están presentes los diferentes presupuestos psicológicos.

El aprendizaje en la formación ambiental permanente del profesional de la educación se concibe como un proceso social en el que la intersubjetividad es cuestión desencadenante de la intrasubjetividad; por lo que este profesional que aprende participa activamente en la producción del conocimiento a partir del contexto socio histórico cultural en interacción con su mundo interior, en el que se encuentran sus intereses, necesidades, motivos, conocimientos precedentes.

La formación ambiental permanente de los profesionales de la educación se considera un proceso de apropiación de contenidos que se desarrolla a partir de actividades que incluyen como componentes el objetivo, el motivo, el objeto, las acciones y operaciones y las condiciones. Durante este proceso, mediante la comunicación se enseña y educa a los profesionales de la educación y a su vez se ejerce una influencia sobre ellos en un medio donde todos aportan y comparten conocimientos.

Por otra parte, la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación se proyecta a partir de su diagnóstico que toma en cuenta el desarrollo alcanzado e incluye, no solo la zona de desarrollo actual, sino también y sobre todo, la zona de desarrollo próximo; lo que contribuye a la planificación de un proceso consciente y preciso.

En este proceso se es consecuente con las consideraciones vigotskianas acerca de la formación y desarrollo de la personalidad como un sistema integral, por lo que se promueve la producción de conocimientos, el desarrollo de habilidades y la educación de actitudes, sobre la base de las particularidades individuales de estos profesionales, para tributar a la transformación de su desempeño profesional pedagógico ambiental, definido por Santos (2002) como:… "un conjunto de funciones y acciones pedagógicas del profesional que garantizan la correcta incorporación de la dimensión ambiental a la dirección del proceso docente educativo y aseguran el logro de una educación ambiental para el desarrollo sostenible, en la medida que realice una práctica educativa para el logro de nuevos conocimientos, valores y competencias sobre las relaciones armónicas del hombre con su medio ambiente del que forma parte" (75).

Fundamentos pedagógicos:

La formación ambiental permanente del profesional de la educación se fundamenta en los Principios de la política de formación de los profesionales de la educación en Cuba y en los Principios para la dirección de todo proceso pedagógico, de manera general, y en los Principios de la educación ambiental, de forma particular.

Tomando en cuenta la diversidad de criterios existentes al respecto, se decide agrupar estos sistemas de principios mediante la determinación de ideas básicas, que sirvan como guía metodológica para la formación ambiental permanente del profesional de la educación.

Estas ideas básicas son:

– El carácter sistémico de la problemática ambiental.

– El carácter de proceso continuo y permanente de la formación ambiental del profesional de la educación.

– La interdisciplinariedad como criterio metodológico.

– La formación y desarrollo de conocimientos, habilidades, sentimientos, actitudes y valores como resultado.

– La toma de decisiones a partir de una educación coherente y creíble, como expresión de la transformación.

En otro orden de ideas, la formación ambiental de los profesionales de la educación se fundamenta en las leyes de la pedagogía (Álvarez de Zayas, 2004:18-19):

– Primera Ley: La relación de la escuela con la vida, con el medio social (por responder la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación a una necesidad de la sociedad, en general, y de la educación, en particular).

– Segunda Ley: La relación entre la instrucción y la educación (pues, como consecuencia de la Primera Ley, la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación debe formarlos para resolver el problema relacionado con la incorporación de la educación ambiental para el desarrollo sostenible al proceso pedagógico y, para ello, establece relaciones entre los componentes del proceso pedagógico que garantizan que el profesional sepa resolver el problema, alcance el objetivo, a partir de la tríada objetivo-contenido-método; sin desdeñar el resto de los componentes).

Sobre la base de estos presupuestos, la categoría objetivo ocupa un lugar destacado en la dirección del proceso de formación ambiental permanente del profesional de la educación; pues cumple la importante función rectora en la determinación del contenido, los métodos, los medios y la evaluación, al expresar las transformaciones planificadas que se desean lograr en el desempeño profesional pedagógico ambiental del profesional de la educación.

Por ello, el objetivo esencial de la formación ambiental permanente del profesional de la educación debe ir dirigido a la producción de conocimientos, el desarrollo de habilidades, actitudes y valores en los beneficiarios de las acciones de formación para garantizar su adecuado desempeño profesional pedagógico ambiental.

En correspondencia, el contenido de la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación se concreta en aquellos aspectos necesarios e imprescindibles para cumplir con el objetivo planteado.

Al respecto, Amador (2008), sistematizando los resultados científicos de McPherson y otros (2004) acerca de la formación ambiental inicial de los profesionales de la educación, propone el establecimiento de un sistema de relaciones entre ideas rectoras, conceptos y planteamientos en forma de interrogantes, con una función orientadora para la determinación de los contenidos de la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación.

Los autores de la presente investigación, a partir de la asunción de posiciones epistemológicas a las que se afilian, coinciden con los conceptos propuestos por Amador (2008): medio ambiente, EApDS y desarrollo sostenible; aunque consideran lógico reordenar el sistema de relaciones que se establecen entre ellos, declarando el concepto desarrollo sostenible como un antecedente del de EApDS. Igualmente, reelaboran la tercera idea rectora, al no aceptar posiciones proteccionistas, ni conservacionistas, y sí aquellas que sean el fruto de un proceso de educación en la responsabilidad.

Sobre esta base, se facilita la comprensión de la evolución del concepto educación ambiental y de la necesidad de la reorientación conceptual, metodológica y axiológica que exige la incorporación del concepto desarrollo sostenible al interior del proceso pedagógico de los diferentes subsistemas de educación.

En una misma línea, la selección y organización adecuada de los métodos, es vital para garantizar las metas propuestas. Para ello, es necesaria la combinación de disímiles variantes que, junto al uso de las técnicas participativas y el desarrollo de proyectos, favorecen la dinámica del grupo.

A partir de posiciones a las que se afilian los autores de este trabajo, entre las características que deben reunir los métodos, independientemente de la clasificación que se asuma, se encuentran las siguientes: ser esencialmente productivos; promover la participación activa en la búsqueda de información, la formulación de cuestionamientos, el planteamiento y resolución de problemas, la aplicación y valoración de soluciones, garantizando la repercusión de estas actividades en las esferas cognoscitivas, afectivas, prácticas y valorativas; propiciar el trabajo grupal, sin abandonar la atención de lo individual y garantizar el trabajo coordinado y cooperado y permitir el pleno desarrollo de la persona en el grupo; estimular el desarrollo de los procesos de autocontrol, autovaloración y autoevaluación en correspondencia con las exigencias de la actividad en aras de la autorregulación ante su realidad ambiental y motivar la revisión crítica de la práctica pedagógica y la solución de problemas inherentes al desempeño profesional pedagógico ambiental.

En otro orden de ideas, se asume la evaluación de la formación ambiental permanente del profesional de la educación como un proceso sistemático de búsqueda y recopilación de información viable y fiable, incorporada al sistema de actividades que permite valorar y tomar decisiones, con el objetivo de mejorar las propuestas de posgrado.

Para realizar este proceso se deben tener en cuenta cuatro requerimientos básicos: decisión sobre qué evaluar, planificación de cómo hacerlo, realización de la evaluación y utilización de los resultados.

Por otra parte, al definir las dimensiones e indicadores para evaluar la formación ambiental permanente de los profesionales de la educación, diferentes investigadores (Santos, 2002; Mcpherson, 2004 y Amador, 2008) coinciden en que se deben medir los objetivos propuestos, en los cuales se valore el nivel de conocimientos (dimensión cognitiva, conceptual), el desarrollo de habilidades (dimensión procedimental) y de sentimientos, valores, actitudes (dimensión axiológica, actitudinal, comportamental) alcanzados por los beneficiarios de las acciones de posgrado.

No obstante, no se explicita en las investigaciones consultadas cómo evaluar el impacto de la formación ambiental permanente del profesional de la educación, entendido como "las transformaciones intencionalmente logradas de concepciones, actitudes y prácticas de la comunidad educativa… que contribuyen a la educación desarrolladora de las personas" (Valdesprieto y otros, 2004:8).

En contraste, Valdesprieto y otros (2004), en correspondencia con precisiones realizadas por el Ministerio de Educación Superior (MES), propone un sistema de dimensiones e indicadores para la evaluación del impacto de la superación profesional, como una de las formas de la educación de posgrado que tiene como objetivo la formación permanente de los profesionales.

Los autores de la presente investigación sugieren la reconsideración de las dimensiones e indicadores de Valdesprieto y otros (2004), pues en ellos se expresa la pertinencia de valorar las necesidades de formación de los profesionales y el nivel de satisfacción que se alcanza con las acciones de posgrado desarrolladas; así como la de tomar en cuenta los motivos, intereses, ideales, aspiraciones que mueven a estos profesionales a continuar desarrollando cada vez más sus conocimientos, habilidades, actitudes, valores, lo que se evidenciará en el desempeño exitoso de sus funciones.

Este resultado científico se introduce en la práctica pedagógica desde la labor que realiza el Centro de Estudios de Educación de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas, en la coordinación y dirección de acciones de formación ambiental permanente, a partir de ser consecuente con los postulados defendidos por los autores de la presente investigación.

Sobre esta base, se han diseñado diversos cursos que han logrado un impacto positivo en la transformación del desempeño profesional pedagógico ambiental de profesionales de la Universidad, de otros Centros de Educación Superior, de los municipios, de la Escuela Pedagógica y de otras instituciones, como son: Fundamentos de Educación Ambiental para el Desarrollo Sostenible en la formación profesional; El cambio climático como contenido de la Educación Ambiental para el Desarrollo Sostenible; Fundamentos de la formación ambiental de los profesionales de la educación; La Educación ambiental en las escuelas del Plan Turquino; Formación ambiental permanente del directivo educacional, La Educación Ambiental para el Desarrollo Sostenible como contenido del trabajo metodológico.

ConclusionesLa formación ambiental permanente de los profesionales de la educación se fundamenta en las posiciones filosóficas, sociológicas, psicológicas y pedagógicas marxistas-leninistas sobre el fenómeno educativo, en general; en la política actual en relación con la formación permanente de los profesionales de la educación y en lo mejor de las tradiciones del pensamiento pedagógico cubano.

Los fundamentos teórico-metodológicos propuestos, se convierten en referentes para la planificación, organización, regulación y control del proceso de formación ambiental permanente de los profesionales de la educación.

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AUTORES:

Prof. Titular, Dr. C. Mavel Moré Estupiñán, Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas

Prof. Auxiliar, MSc. Ariel J. Fragoso Martínez, Centro Universitario Municipal, Sagua la Grande

Prof. Asistente, Dr. C. Eulalio Aguiar Guillermo, Centro Universitario Municipal, Sagua la Grande