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Ruralidad, alimentos y participación ciudadana (página 2)

Enviado por Adán Ríos Parra


Partes: 1, 2

En el estado de Guerrero, se estima que anualmente se destina en superficie cultivada en alrededor de 474,865 hectáreas, la producción anual estatal oscila en 1,200,000 toneladas, con rendimiento promedio de 2.59 t·ha-1. La región de Tierra Caliente, Guerrero, se caracteriza por la importancia estatal de la producción agrícola y pecuaria; en el caso agrícola, el cultivo de maíz representa importancia por la superficie sembrada año con año (aproximadamente 70,000 hectáreas), sin embargo, la situación dentro del proceso de producción, en la mayoría de los productores, se encuentra serias deficiencias que finalmente se ve reflejado en los rendimientos bajos y las utilidades que obtienen, que muchas veces son negativas[2]

Subsistencia alimentaria local

Los pobres de la ciudad, cada vez están peor, porque para ellos no hay agua, pues sus terrenos son irregulares, producto de una invasión, y ni siquiera tienen transporte colectivo. Así, vivir en la ciudad y abandonar el campo y el sistema de producción agropecuaria es lo que ha dado al traste con la subsistencia, eso sin considerar que hay insuficiencia de agua en las poblaciones urbanas.

Pero, si los ayuntamientos como el de Mochitlán se niegan a dar a menor precio el fertilizante, se está hablando de una crisis alimentaria en productos básicos que llegan a la capital, desde cacahuates y sandías hasta jícamas. Pero, si Tixtla deja de producir hortalizas, y flores las cosas se complican y si a eso agregamos que los ayuntamientos de Chichihualco y Zumpango, Tierra Colorada y Quechultenango, no se han distinguido por producción agropecuaria, el problema se agrava.

Por fortuna Chilapa es centro comercial de productos del campo, que traen de los pueblos aledaños y de esa manera hay abasto popular, que permite a las clases bajas de la capital subsistir en condiciones precarias, a pesar de la lenta recuperación del peso en este mes.

Las tiendas departamentales no resuelven el problema alimentario y de subsistencia. No al menos de las personas que compran frijoles, chiles y tortillas a lo sumo al día. Para ellos no fueron pensadas las tiendas departamentales que en los últimos años se han instalado en la capital.

Ya fueron suficientes días de ayunos y penitencia, los gobiernos locales, no están haciendo su trabajo para subsidiar el fertilizante y el abasto agropecuario sea de autosuficiencia al menos.

La migración a la ciudad y los empleos burocráticos están siendo en mayor cantidad que la producción de traspatio o la siembra de regadío. Mientras no se realicen acciones menores, no habrá porqué contentarnos de los signos alentadores de recuperación de la economía mexicana. Porque es más importante subsidiar la producción agrícola local.

Es conveniente señalar que una cantidad nada despreciable de productos agrícolas de exportación tiene su origen en pequeñas unidades agrícolas. Grandes cantidades de café, cacao, verduras, tubérculos y frutas destinados a la exportación se generan en pequeñas unidades que han logrado alcanzar niveles sustanciales de tecnificación, rendimiento y calidad en su exportación. Especialmente en el cultivo de almácigos, cuido de plantas, cosecha, selección y empaque, las mujeres, niños y jóvenes de esas unidades familiares tienen un papel preponderante.

Al mismo tiempo, y desde el punto de vista del ahorro de divisas, las pequeñas unidades agropecuarias también desempeñan un papel importante, al producir con una proporción inferior de insumos aportados y al evitar o disminuir la importación de alimentos para llenar las necesidades del consumo nacional. Esa es una importante contribución de la pequeña producción agropecuaria a la economía nacional que, con frecuencia, pasa desapercibida[3]

Asunto de mercados

Desde mediados de los ochentas, el Estado, como gobierno se hizo de la "vista gorda" con respecto al modelo que venía desarrollándose como parte de las propuestas cepalinas, la de sustitución de importaciones y la de subsidios a los productores, sobre todo a los pequeños.

Con la entrada en vigor del TLC, y luego de que nos vendieron la falsa esperanza de que entrábamos al primer mundo, el progreso no llegó, y en cambio, sí llegó, la crisis de hace un año de la cual todavía no salimos del todo bien, sin considerar la influenza porcina que pegó a las tripas a la economía mexicana, la economía campesina, ésta última se refiere al modo de administrar la tierra y sus recursos naturales con la participación de la familia para garantizar la reproducción de la unidad familiar, generando ingresos producidos en el predio y adicionalmente ingresos extra prediales para la satisfacción de las necesidades familiares.[4]

Pero, en el fondo es lo mismo macro y microeconomía, y también con los gobiernos locales, en donde ha habido alternancia y las cosas siguen igual o peor. Tixtla es un mero ejemplo de ello. Porque en este municipio, lo mismo ha habido gobernantes del tricolor que del sol azteca y los problemas sociales y agrícolas continúan. Así la emblemática ciudad de los héroes nacionales, tiene como centro histórico un "cuchitril", pasar por ahí a comprar no sólo es indeseable sino que apesta, un dizque mercado, al que los líderes se niegan a abandonar. Un mercado local, de pequeños productores que no están organizados de acuerdo a los estándares de calidad de servicios que desea la población.

Y un municipio que lejos de considerar este foco como un problema social, lo minimiza y a pesar de los incendios, como el del mercado de Chilapa en el trienio pasado y en Chilpancingo, que se quemó el mercado hace casi seis años, los munícipes no están haciendo prácticamente nada por resolver este problema que debería dedicarles todo su esfuerzo y preparación, para generar verdaderos cambios que impacten tanto en la economía local, como en la imagen histórica y política de esta región que lejos de ser considerada como atractivo por los visitantes, está olvidada del mapa político y social.

De ello, gran culpa tienen los locatarios que se niegan a ser reubicados, contribuyen también, quienes les quieren vender los espacios. Lo ideal es que la comuna sesione y determine el apoyo real que pueden aportar, que se rente a los locatarios y que éstos espacios sean por contrato que se renueven cada tres años, de lo contrario se tendrá que recurrir al desalojo, lo cual no es nada recomendable, pero que ya no es posible que los locatarios se adueñen de espacios públicos, que el mediano plazo consideran de su propiedad.

Sin embargo la economía local tiene, importantes implicaciones para el desarrollo sustentable, En primer lugar, el efecto  de retención de la población en las zonas rurales, cuya migración a las ciudades ocasionaría aún más desempleo y deterioro social urbanos, situaciones que requieren para se solucionadas medidas muy complejas e inversiones muy elevadas. En segundo lugar, es importante recalcar el imputo positivo que tiene sobre el ambiente la presencia de unidades campesinas, generalmente pluricultoras, que sirve para balancear los efectos ecológicos nocivos que se derivarían de una producción agrícola  basada exclusivamente en unidades monocultoras, mecanizadas y altamente tecnificadas, Esos efectos tienen un impacto negativo en especial sobre suelos, laderas, cuenca, ríos y bancos marinos. En ese sentido, hay que recalcar también que la pequeña producción, agrícola, al utilizar cantidades menores de plaguicidas, contribuye a evitar que las consecuencias derivadas de la utilización masiva de plaguicidas y otros insumos químicos sobre la salud humana y el equilibro biológico asuman proporciones catastróficas"[5].

Por lo tanto la producción rural campesina, sobre todo de alimentos básicos, permite el desarrollo rural sustentable.

Pobres y más pobres

La crisis que ha vivido nuestro país desde principios de los ochentas, se debe a que se entró al juego neoliberal, sólo por presiones internacionales. De esos que, lo mismo, creyeron que con la llegada de Obama a la presidencia estadounidense las cosas iban a cambiar y sólo era cuestión de esperar.

Los pactos aminoraron la caída del peso en los primeros años, de la entrada en vigor de esas políticas neoliberales, pero eso era insostenible como lo fue la idea que nos legó el presidente Salinas que con la firma del TLC entrabamos al primer mundo.

Nos han hecho creer que sólo es cuestión de esperar, y así ahora los panistas se sienten con suficientes derechos revolucionarios que hasta han adoptado como suyo el bicentenario y el centenario de la revolución y de la independencia que de seguro también se sentirán orgullosos beneficiarios.

No así, los que hoy pasaron a engrosar las listas de los vendedores ambulantes, que lo mismo venden hortalizas, que elotes cocidos, o frutas de temporada, no así de los que han perdido su empleo y han tenido que autoemplearse en el comercio informal, no así, los que acostumbrados a salir de viaje, de regreso tendrán que buscar financiamientos alternativos a su maltrecha economía, esa economía atascada, que no se ve salida en el mediano plazo y que los plásticos, o dinero virtual ha decidido blindar sus finanzas, frenando la emisión de plásticos bancarios o limitando su uso. Son otras las condiciones del mercado.

Son los mismos que han señalado los que no quieren que las cosas cambien, que vuelvan a ser como antes de los ochentas, donde hubo desarrollo estabilizador a partir de la sustitución de importaciones y donde el Estado benefactor era fuerte y subsidiaba la pobreza, ahora la migración hacia el vecino país del norte ya no es garantía de nada.

Por ello, el narcotráfico crece, peor sería legalizar la mariguana o la cocaína y que fuera el Estado quien administrara el embrutecimiento. Al menos habría producción de enervantes en las zonas rurales, pero ahora de manera legal, para efectos medicinales.

Participantes natos

La Sociedad y la ciudadanía que es parte de ella, forman y transforman las poblaciones rurales en ciudades, y de acuerdo a cuestiones laborales, económicas, productivas, sociales, profesionales, por servicio, el clima o comodidad, estos asentamientos humanos cada año aumentan o disminuye el número de habitantes.

Cuando quienes dirigen políticamente estos conglomerados sociales, cuentan con el respaldo y apoyo de la población se logran mejores resultados al término de la administración burocrática que les toca vivir. Aunque hay que aclarar que hay veces que a pesar de los gobernantes la ciudadanía logra su sobrevivencia y desarrollo y a veces es al revés, los gobernantes se quejan de la poca responsabilidad y respuesta por parte de la ciudadanía hacia las políticas instrumentadas.

En ese escenario, la participación ciudadana no es fácil construir, así como en la mayoría de los casos el sistema autoritario en México no permite que la sociedad busque de manera organizada alternativas, mucho menos exige lo básico a que tiene derecho, a participar de las decisiones que benefician o afectan el lugar donde viven y también a exigir resultados y a ser escuchados por los gobernantes.

Los ciudadanos son confundidos con electores, cuentan como votos, para legitimar decisiones y mediante presión en las movilizaciones callejeras o en las manifestaciones.

La ley estipula que los gobernantes tienen la obligación de escuchar el clamor popular, de crear consensos, de convocar a la participación ciudadana, pero los núcleos poblacionales de más de cien mil habitantes, o quizá menos, no permite en la mayoría de los casos las asambleas y la discusión directa de ideas, pero, hay otras formas como el plesbicito, el referéndum, la consulta ciudadana, la representación piramidal, foros o congresos que complementen las opiniones de los expertos, de los técnicos y de los políticos con las ideas de la ciudadanía, así se tomarían mejores decisiones y estas tendrían el respaldo popular.

Las ideas democratizadoras podrían comenzar por el desarrollo del medio rural, su participación, su organización, y en el mediano plazo para el financiamiento de proyectos productivos. Sobre todo en zonas clasificadas de la nueva ruralidad.

Época de sembrar

Parece sencillísimo, el problema, no lo es en lo absoluto. La tala inmoderada de árboles se da por complacencia de quienes otorgan los permisos, con el pretexto de que bajo un riguroso pago, se acabe con los bosques de Guerrero. Total, has de suponer todavía hay mucho árbol de donde cortar.

Porque no son ni los campesinos que hacen leña del árbol caído, mucho menos el fuego en época de estiaje, al contrario, son los campesinos quienes tienen mayor cuidado de su medio ambiente, pero es la industria maderera la que lejos de amarrarle las manos, la dejan que haga y deshaga.

El procurador de Protección Ecológica del estado, Tulio Ismael Estrada Apátiga siempre es alarmista, al señalar que se pierden casi 50 mil hectáreas al año, lo que sería bueno que con un mapa en la mano señalara donde están ubicadas dichas áreas para que Semaren las reforeste.

Estrada Apátiga señala que la sierra de Petatlan y en Omiltemi, pero la extracción de agua para la Capital del Estado es un verdadero crimen, siendo que no se le devuelve nada a dicha comunidad, más que la explotación del agua. Semaren dice que la tala se da en Tierra Colorada y Ayutla de los Libres. Como que son declaraciones contradictorias por lo que sería sano un diagnóstico, para remediar el problema.

Porque la ausencia de una cultura ecológica es lo que ha ocasionado que año tras año se den cifras alarmantes, cuando debería ser la población rural la encargada de cuidar sus bienes naturales, deberían darle mayor facultad a los municipios, para que asignara, así como hacen con el programa apadrina un niño para ir a la escuela, o adopta un árbol así empresas de razón social podrían bien proteger determinada zona boscosa. A cambio de condonación de impuestos al municipio, finalmente, la legislación tendría que prever como sanción que sea sustentable la zona asignada y cualquier anomalía inmediatamente sea reparada por la empresa o razón social que se ha asignado determinada área forestal, bajo su protección.

También a diferentes sectores de la población deberían convocarse para sembrar árboles. Pero, el urbanismo pareciera que nos aleja de la naturaleza, de lo rural, y en ese distanciamiento es que a los de la ciudad no les preocupa que no haya árboles en los alrededores.

La naturaleza no llega a la ciudad, sí los campesinos en busca e empleo, aunque sea mal remunerado, son esos campesinos, los que vienen a engrosas la mano de obra de las ciudades, y contribuyen a que el campo deje de producir, de que haya menos alimentos y de que éstos encarezcan, pero a los campesino no les queda opción, porque las políticas públicas son elaboradas para eso, para incentivar la migración del campo a la ciudad, y los terrenos agrarios no cuentan, la producción forestal ha dejado de ser prioridad y organizar a los campesinos para producir o para vender sus productos no es una preocupación de los que gobiernan desde las grandes ciudades o conglomerados urbanos.

Bibliografía

Economía Campesina ¿Qué criterios tenemos para analizar la capacidad económica y social de nuestros sistemas de producción sostenibles? Santa Cruz, Bolivia, del 10 al 12 de julio de 2006.

www.misereor.org/fileadmin/user…/econimiacampesina2.pdf

Osorio Jaime. "Fuentes y tendencias de la teoría de la dependencia", en "La teoría social latinoamericana, subdesarrollo y dependencia" Tomo: II, Coordinadores Ruy Mauro Martini y Márgara Millán

http://fitochapingo.blogspot.com/2008/08/produccion-de-maiz-en-tierra-caliente.html

 

 

 

 

 

 

Autor:

Adán Ríos Parra

El autor es profesor de educación primaria, cuenta con una maestría en investigación educativa por el ICCCP de La Habana Cuba, es articulista de Novedades Chilpancingo y actualmente cursa un posgrado en desarrollo regional en la UCDR de la UAG. Dirección: Guadalupe Victoria No.1 Petaquillas, Mpio. de Chilpancingo, Guerrero, México.

[1] Osorio Jaime. "Fuentes y tendencias de la teoría de la dependencia", en "La teoría social latinoamericana, subdesarrollo y dependencia" Tomo: II, Coordinadores Ruy Mauro Martini y Márgara Millán.

[2] http://fitochapingo.blogspot.com/2008/08/produccion-de-maiz-en-tierra-caliente.html

[3] http://www.mailxmail.com/curso-cambio-global-sociedad/potencial-economia-campesinadesarrollo-rural.

[4] Economía Campesina ¿Qué criterios tenemos para analizar la capacidad económica y social de nuestros sistemas de producción sostenibles? Santa Cruz, Bolivia, del 10 al 12 de julio de 2006. www.misereor.org/fileadmin/user…/econimiacampesina2.pdf

[5] http://www.mailxmail.com/curso-cambio-global-sociedad/potencial-economia-campesina-desarrollo-rural

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