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La relevancia de la obra de Moses Finley


     

     

    1) Datos biográficos del autor

    Moses Finley, nacido Moses Finklestein, ha sido considerado uno de los helenistas más destacados del siglo XX. Nació en Nueva York en 1912. Inició su carrera en los Estados Unidos en la Universidad de Columbia y en el City College de Nueva York, pero sus trabajos no se comenzaron a publicar hasta mediados de los años cincuenta. Para entonces, Finley había cambiado de nombre y había emigrado a Inglaterra, forzado por la presión del gobierno mcarthysta. En la Universidad de Cambridge, ejerció de lector, profesor y, finalmente, fue nombrado director del Darwin College.

    Fue uno de los primeros en atender el campo de la economía de la antigüedad. Se puede asegurar que él fue no de los propulsores del cambio de paradigma en las décadas de 1960 y 1970. Intentando buscar una síntesis superadora entre las posturas de los primitivistas y los modernistas

    Sus obras sobre el mundo antiguo y en concreto sobre la sociedad griega reflejan la influencia de Marx y Weber, pero sobre todo, son trabajos que nacen de un método de investigación muy sofisticado.

     

    2) Definir su marco teórico

    Dentro del marco teórico de Finley, hay dos puntos que según mi parecer toman una relevancia mayúscula. En primer lugar hay que tomar muy en cuenta la discusión aún vigente acerca de la situación social en la que se encontraban los labradores en la antigüedad. En segundo lugar, como ya se marcó en el punto número uno, hay que intentar comprender la síntesis superadora que desarrolló el autor tratando de tomar una distancia equidistante en el debate reinante desde la última parte del siglo XIX hasta mediados del siglo XX entre las posiciones primitivistas y modernistas.

    I

    Uno de los problemas que ha generado más dificultades en el estudio de la antigüedad, es sin duda, la definición de la situación social en la que se hallaban los labradores en el marco de la antigüedad. Como dice el Profesor Gallego: "La controversia ha quedado constituida básicamente en torno al eje delineado por los términos granjero (farmer) y campesino (peasant) que son usualmente aplicadas al análisis de los labriegos…" (1) .

    Cabe entonces definir el término campesino, entendemos por este a un pequeño productor autosuficiente mediante el cultivo de la tierra y la cría de animales, empleando mano de obra familiar. Vive agrupado en pequeñas comunidades y posee una cultura tradicional. Para terminar la definición hay que tener en cuenta que los campesinos suelen sostener a las clases dominantes, y por ende, ociosas y al estado mediante la entrega de sus excedentes. La principal diferencia que encontramos con el granjero, es que este último no es explotado ni dominado por ningún agente externo ni posee una cultura tradicional distintiva.

    Tanto Ste. Croix como Finley acuerda con la posición de Mossé, el cual construye la imagen de campesino antiguo tomando en cuenta Los trabajos y los días de Hesíodo y Las Geórgicas de Virgilio. Sin embargo los dos autores entran en polémica con respecto a un punto importante. Mientras que Ste. Croix plantea que el campesino antiguo se hallaba sometido a relaciones de explotación, y que los derechos políticos no fueron una garantía contra la explotación. Vemos entonces que Ste. Croix sostiene que mediante diferentes formas como podrían ser: servicios laborales, deudas, reclutamiento militar, impuestos. El campesinado era una clase sometida a las clases explotadoras. Por el contrario, según Finley la incorporación del campesinado a la comunidad política como miembro de pleno derecho significó un suceso sin igual en la antigüedad clásica. Por otra parte Finley dice: "… la exención de impuestos fue un cimiento importante para ese fenómeno nuevo y pocas veces repetido de la antigüedad clásica: la incorporación del campesinado a la comunidad política como miembro con todos los derechos. Esto se expresó ideológicamente en la celebración de la agricultura, cuya expresión más conocida y artística es, sin duda, las Geórgicas de Virgilio." (2) El fragmento citado marca que para Finley el campesino antiguo era propietario efectivo de la tierra y que la ciudadanía significó una protección eficaz contra la imposición de cargas económicas por parte de las élites dominantes.

    II

    El otro punto que parecería fundamental explicar para lograr una comprensión cabal del libro es el referido al debate entre modernistas y primitivistas. Estas corrientes no concuerdan en cual debe ser la ubicación de la antigüedad clásica en la evolución de la historia mundial. Para los modernistas las economías de Grecia y Roma eran muy parecidas a las del mundo moderno, pero con la diferencia de que era más pequeñas, por el contrario los primitivistas planteaban que la economía del mundo antiguo era simple, en pequeña escala y doméstica, cuyo máximo fin era el autoabastecimiento y que el comercio se limitaba a pequeñas transacciones de excedentes familiares.

    Finley crítica las dos posiciones. A los modernistas los critica ya que el autor, tal vez debido a la influencia de Karl Polanyi, afirma que la economía de la antigüedad de ningún modo estaba relacionada con el capitalismo moderno, ya que para hablar de mercado mundial hace falta más que un intercambio de bienes entre regiones lejanas. De los primitivistas critica que la no-relación con el capitalismo moderno, no esta marcada por la extensión de la economía sino porque los intereses económicos están subordinados a la política y la guerra. Justamente Finley comparte la definición de economía de Roll : "… el sistema económico como un conglomerado enorme de mercados independientes…" y la toma para elaborar su hipótesis de trabajo: "Como hipótesis de trabajo, sugeriré (…) la sociedad antigua no tenía un sistema económico que fuera un conglomerado enorme de mercados independientes (…) no había ciudades cuyo crecimiento pudiese ser atribuido al establecimiento de alguna manufactura. " (3)

    III

    En el punto de las motivaciones económicas es donde más fuertemente vemos la influencia de Max Weber en la obra Finley. La idea de la falta de iniciativa capitalista de los antiguos terratenientes esta íntimamente relacionada con la el tipo ideal Weberiano del tradicionalismo económico, magistralmente explicado en "La ética protestante y el espíritu del capitalismo": "Orgullosos de su independencia en el mercado como compradores, y de otros para sus propias necesidades, los terratenientes de la antigüedad operaban según la tradición, el hábito y las reglas del sentido común, y una de tales reglas decía que –un paterfamilias debe ser vendedor, no comprador-" (4) .

    Por último es interesante destacar que Finley no incluye al medio oriente en su análisis ya que: "…si mi definición de antigüedad abarcara ambos mundos, no habría un solo tema que yo pudiese analizar sin recurrir a secciones desconectadas, valiéndome de distintos conceptos y modelos" (5) . Finley entonces tratara al mundo greco-romano en el período comprendido entre los 1000 a.C. y 500 d.C.

     

    3) Ideas sustanciales a la luz del marco teórico

    Analizaremos en este punto los capítulos IV y V de la obra de Finley. En el capítulo IV que se titula "Terratenientes y campesinos" el autor no solo hace referencia a la situación en la que se encontraban estas clases, sino que también esboza algunas ideas esclarecedoras de la mentalidad económica de la época.

    I

    En primer lugar el autor marca la importancia del status en cuanto la posibilidad del acceso a la tierra y previamente a esto aclara que la economía de la antigüedad era básicamente agrícola derivándose de esto que la riqueza se traducía en la tenencia de la tierra. El autor marca una diferencia fundamental entre la ciudad-estado y el imperio, mientras que en la primera la tierra estaba libre de tributación, los imperios obtuvieron de las tierras sus mayores ingresos en rentas e impuestos. Esto a la luz del marco teórico resulta de vital importancia ya que es un claro ejemplo de la libertad que Finley le atribuía al campesinado y como sucesivamente, este fue perdiendo posiciones tanto en lo económico como en lo político, tomando como paradigma el caso de Roma: "los ricos griegos soportaban la parte más considerable de los costos del Estado (…) si los ricos romanos no lo hicieron (…) ello fue sólo porque la expansión territorial los capacitó para pasarles la carga a los pueblos sometidos. La situación cambio luego, durante los imperios: el impuesto a la tierra fue transferido en gran parte a los pobres…" (6)

    También afirma el autor que como dijo anteriormente en el mundo antiguo la mayoría de la gente vivía de la tierra, y que la misma gente reconocía que la tierra era fuente de todo bien material y moral. Mediante esta afirmación ya podemos empezar a entender lo planteado en el punto anterior, cuando decíamos que la utilidad en la antigüedad era un medio para otros fines y no un fin en sí mismo. Podemos afirmar que la economía no era una estructura separada de otras esferas de la vida del individuo.

    En lo referido a las crisis agrarias, Finley destaca que estas se producían entre los campesinos o en el reclutamiento militar pero que no significaban una disminución sensible de las ganancias de las grandes propiedades. Así mismo el autor plantea que el campesinado antiguo siempre estuvo en una posición de inseguridad, para el labrador la única fuente normal de ingreso era el trabajo estacional en época de cosecha en algún latifundio pero en la sociedad pre-industrial antigua la posibilidad de obtener algún empleo de tiempo parcial no eran demasiadas. Justamente Finley toma a la marina ateniense de los siglos V y IV como la excepción y la posibilidad de que Atenas no viviera problemas agrarios de importancia durante ese período. Por eso el Historiador cierra esta ida proponiendo la paradoja de que cuanto más libre el campesino en el sentido político, más precaria era su situación económica.

    La pregunta que surge es porque no encontramos grandes mejoras técnicas en lo relacionado a la producción agrícola en la antigüedad clásica. Este interrogante que esta íntimamente relacionado con la mentalidad tradicional no capitalista de la época es el que intenta responder Finley. El autor plantea que este estancamiento en cuanto al crecimiento cualitativo de las fuerzas productivas esta dado principalmente por: los grandes ingresos que recibían los latifundistas, el absentismo campesino y su Psicología de la vida en reposo, la propiedad de la tierra como no-ocupación, el arriendo y sub-arriendo en parcelas fragmentadas, las actitudes hacia el trabajo y la administración, el débil mercado urbano y la existencia de una numerosa fuerza de trabajo esclava. Finley plantea, en lo que se convierte un gran ejemplo de la mentalidad tradicional que tomaba lo económico como un medio y no como un fin: "Había otras ideas acerca del empleo óptimo de la tierra y sus productos; pero tales ideas estaban orientadas hacia lo social y lo polític, no lo económico" (7) En un ejemplo paradigmático el autor plantea que la preocupación del terrateniente representa el punto de vista del policía, no del empresario.

    Luego Finley plantea la utilización del dinero y nos dice que para los hombres de estatus había tres lugares para el dinero: tierras, prestamos personales a corto plazo, casi siempre no productivos o una caja fuerte. Con respecto a la inversión en tierras Finley deja muy en claro que esta nunca fue calculada ni sistemática y lejos esta de la "racionalidad económica" Weberiana. Para finalizar esta análisis parecería fundamental tener en cuenta algunos conceptos que plantea el autor: "… Primero, nuestra conocida trinidad: tierras, efectivo, dinero en préstamo. Segundo, que ni la ciudad ni el emperador vieron nada impropio en permitir que el dinero permaneciera ocioso. Tercera, la falta de tierras que comprar" (8)

    II

    En lo referido al capítulo V, Finley empieza aclarando que cuando mencionamos a la ciudad de la antigüedad clásica esta abarca tanto la ciudad, donde se encuentran la administración y los cultos públicos como también el Hinterland rural. Así mismo rompe con la idea de la ciudad autosuficiente, ya que muy pocas ciudades mantenían una relación simbiótica con su respectivo Hinterland.

    Luego Finley esboza una suerte de clasificación de los distintos tipos de ciudades de la antigüedad, más allá de la misma parece fundamental señalar que la idea de Weber de la ciudad antigua como un centro de consumo y no de producción esta todo el tiempo presente en el análisis del autor. En primer lugar Finley ubica a Roma y nos dice: "Roma no podía considerarse típica; era la absoluta ciudad parasitaria" (9) , luego nombra a las ciudades que por su ubicación geográfica actuaban como puntos de transferencia y obtenían ingresos por sus servicios prestados a los mercaderes y tripulaciones de barcos, como por ejemplo Rodas. Luego nombra al grupo mayoritario de ciudades de la antigüedad al cual define como aquellas que contaban como el núcleo de su ciudadanía a granjeros, hombres cuyo interés económico estaba principalmente ligado a la tierra. Y por último marca a las ciudades con una base agrícola insuficiente y una economía mixta.

    Seguidamente Finley hace una distinción entre las ciudades antiguas y las medievales y plantea que su contraste esta planteado por la diferencia en la cantidad y el significado de la producción para exportaciones en una y otra.

    El autor plantea que las ciudades para pagar por sus necesidades (alimentación, esclavos, metales y otros artículos) se basaban en cuatro variantes: la producción agrícola local, la existencia de riquezas especiales, el comercio y el turismo y por último el ingreso de la propiedad y explotación de la tierra. Con esto Finley destaca que la contribución de las fábricas era casi inexistente, y descalifica a aquellos que sostienen esta hipótesis.

    Para cerrar este análisis sería interesante marcar que una idea del autor que resulta esclarecedora con respecto a este tema: "… el poderoso afán de adquirir riqueza no se manifestó en un afán de crear capital: dicho de otro modo, la mentalidad predominante fue adquisitiva, no productiva" (10).

     

    4) Análisis de las conclusiones

    Sin ningún tipo de dudas, la tesis central del libro, es decir el interrogante máximo que intenta resolver es el de la posibilidad de construir un modelo que permita comprender una economía de la antigüedad en un lugar y un tiempo determinado: 1000 a.C. hasta 500 d.C.

    Si pensamos en la ordenación de los capítulos del libro, creo que podemos encontrar algunas regularidades que nos permitirán ver cómo el autor intenta explicar el tema.

    Finley plantea modelos dicótomicos todo el tiempo y va explicando no solo a las clases sociales sino también al estado mediante un análisis comparativo con su par opuesto, es decir el capítulo III se titula "Amos y esclavos", luego el IV "terratenientes y campesinos", y el V "ciudad y campo". Sin temor a equivocarme se puede ver claramente la influencia marxista en este tipo de análisis.

    Finley plantea como conclusión principal en su estudio que la fuente de riquezas en la antigüedad era la tierra, o mejor dicho, la tenencia de la misma, de aquí partirá el autor para ir explicando más profundamente las motivaciones económicas de la época y si podemos hablar de un sistema económico a modo del planteado por Roll, para la antigüedad.

    Podemos decir entonces, que las principales motivaciones no eran económicas sino políticas y sociales, es decir, como dijimos anteriormente lo económico no era un fin, sino un medio para otro fin distinto.

    Por otro lado, también es importante la conclusión que elabora Finley con respecto a lo que el mismo autor llamó "estacionamiento" agrícola. Donde explica que el progreso técnico, el crecimiento económico, la productividad y aún la eficiencia no habían sido objetivos importantes desde el principio de los tiempos. Y que mientras se pudo mantener un estilo de vida aceptable, otros valores ocupaban el primer plano.

     

    5) Metodología empleada por el autor.

    Finley en el prologo de la segunda edición de La economía en la antigüedad propone dos alternativas. En primer lugar intenta desarrollar un pequeño estudio lingüístico comparativo con el fin de probar que utilizar determinados conceptos modernos para analizar la antigüedad es caer en anacronismos, ya que esos conceptos no existían tal como los conocemos hoy en ese entonces. Por ejemplo analiza la palabra griega oikonomikos.

    En segundo lugar Finley nos alerta planteando que un grave problema para el estudio de la economía de la antigüedad es la casi inexistencia de fuentes confiables. Por lo tanto el autor no trabaja mediante la recolección de datos estadísticos, su ordenamiento y posterior deducción sino que propone un análisis más cualitativo que cuantitativo. En este punto es innegable la influencia de los métodos de estudio de Weber.

    Así mismo Finley intenta extraer sus conclusiones a partir de algunas fuentes, que podríamos considerar de importancia cualitativa. El autor mayormente formula hipótesis basadas mediante el estudio comparativo de fuentes, otra influencia de Weber, aunque encontramos algunos fragmentos que son más bien de índole descriptiva. Como bien plantea Finley, cualquier análisis de la economía de la antigüedad tiene que utilizar modelos (los tipos ideales de Weber). Y continua explicando acerca de los tipos ideales: "Los modelos son aproximaciones sumamente subjetivas (…) pero son valiosas al oscurecer el detalle incidental y permitir que aparezcan aspectos fundamentales de la realidad." (11)

    Sin dudas el principal objetivo del autor en este libro es intentar encontrar mediante el método recién expuesto determinadas regularidades que le permitan entender, comprender y explicar el sistema económico de la antigüedad.

     

    Notas

    1. Julián Gallego "¿peasant o farmer? Definiendo a los antiguos labradores griegos", p. 172
    2. Moses Finley "La economía en la Antigüedad", p. 132
    3. Moses Finley. "La economía en la Antigüedad", p. 18
    4. Moses Finley. "La economía en la Antigüedad", p. 153.
    5. Moses Finley. "La economía en la Antigüedad", p. 26.
    6. Moses Finley. ""La economía en la antigüedad", p. 132.
    7. Moses Finley "La economía de la antigüedad", p. 154.
    8. Moses Finley "La economía en la antigüedad", p. 165.
    9. Moses Finley "La economía en la antigüedad", p. 183.
    10. Moses Finley. "La economía en la antigüedad", p. 203.
    11. Moses Finley "La economía en la antiguedad", p. 223

     

     

    Daniel Augusto Cóndor Luchetti