Los primeros flujos de la migración
Los primeros flujos de los años setenta y ochenta provenían del Cono Sur, especialmente de Argentina, aunque también de otros países como Venezuela y Cuba. A mediados de los noventa fue claro el incremento de los grupos provenientes de Perú y República Dominicana, especialmente mujeres, que se instalaron en el sector del servicio doméstico. El último año de esa década, pero especialmente a partir del 2000 son los colectivos ecuatorianos y colombianos los que pasan a ocupar las primeras mayorías, y con el 2001 se incrementan nuevos flujos provenientes de Argentina (véase gráfico 1). Pero la evolución de la inmigración es percibida por los españoles en menor medida por su naturaleza real que por su naturaleza simbólica. En el caso de los latinoamericanos, tienden a concentrarse en ciertas zonas geográficas, con lo que, buena parte de la población no ha tenido un trato directo con ellos. Dicho de otro modo, es menos difundido el discurso científico-académico que explica las razones de expulsión/atracción de los movimientos migratorios, las condiciones de recepción de las economías de las sociedades receptoras, los beneficios de los flujos migratorios en sociedades, como la española con serios problemas demográficos, de envejecimiento y de una urgente necesidad de sostener su diseño de Estado de Bienestar, los avances y retrocesos en el plano jurídico-administrativo, etc. El discurso que más ha calado en la opinión pública proviene de la construcción mediática del discurso público dominante.
La mayor parte de nuestro conocimiento social y político, así como nuestras creencias sobre el mundo, provienen de las constantes informaciones que leemos en la prensa, vemos en la televisión o escuchamos por la radio. Casi no existe ninguna otra práctica discursiva, aparte de la conversación cotidiana, que se produzca con tanta frecuencia y por tanta gente como es el seguimiento de noticias (Van Dijk, 1997). En consecuencia, los inmigrantes son más conocidos y (re)conocidos por su presencia en los medios de comunicación: se sabe de ellos lo que aparece en las notas, los reportajes y las entrevistas. Esta sería una de las muchas explicaciones por las que los españoles perciben que son muchos o demasiados inmigrantes, porque su presencia real está sobredimensionada en el plano discursivo y esto hace que aparezca la idea de una presencia proporcionalmente mayor (de hecho, la ambigüedad de los términos demasiados o muchos implica una percepción comparativa más bien subjetiva y habría que repreguntar ¿muchos, en relación a qué?).
Construcción de la imagen simbólica
Si nos fijamos en algunos momentos mediáticos en los que la inmigración extracomunitaria ha cobrado especial protagonismo en el discurso público, nos encontramos con algunas piezas que ayudan a esclarecer los elementos con los que se ha ido construyendo su imagen simbólica a lo largo de estos años. En noviembre de 1992, el asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez conmocionó a la sociedad española por ser el primer suceso racista en el que se implicaba una inmigrante. Años más tarde, en febrero de 2000, otro brote xenófobo ocurrido en la zona de El Ejido, donde los pobladores de la zona atacaron a inmigrantes marroquíes por el asesinato de una joven española, trajeron al debate el malestar social y las preocupaciones en torno a la convivencia con los otros. Al año siguiente, en enero de 2001, doce ecuatorianos murieron al ser arrollados por un tren en Lorca. Este hecho conmocionó nuevamente a la opinión pública en torno a la idea de las nuevas formas de explotación laboral y la reciente presencia de los latinoamericanos en los campos españoles. Los meses siguientes, al hilo de las protestas por la nueva Ley de Extranjería, los encierros de los inmigrantes en diversas ciudades del país, provocaron el debate público sobre la situación administrativa de los que vienen a trabajar. Para entonces, ya la imagen del inmigrante-extracomunitario-irregular-ilegal-sin papeles había sentado las bases en el imaginario colectivo. En la segunda mitad de ese año, el 2001, fue la presencia de los sicarios colombianos la que produjo un nuevo impacto mediático: una serie de asesinatos entre delincuentes en las calles de Madrid ensombrecieron la imagen de los inmigrantes colombianos, que inmediatamente salieron a la calle a manifestarse en contra de esta falsa percepción de su colectivo en general. Pero ningún acontecimiento ha tenido tanta envergadura en los medios y en la opinión pública española como los atentados del 11 de marzo de 2004. Las diez explosiones en los cuatro trenes de cercanías del Corredor del Henares impactaron en las infraestructuras ferroviarias, en los cuerpos de las víctimas, en las almas de los familiares y en la conciencia de los españoles. Y los inmigrantes aparecieron en esta coyuntura construidos en el embalaje de las víctimas pero también en el de los victimarios.
Los comportamientos mediáticos
Entre la compasión y el miedo; las emociones cuentan, y mucho, en los contenidos de los discursos mediáticos sobre los inmigrantes (Rizo 2000, Alsina, 2000). En el caso de los colectivos latinoamericanos, se evidencia el tono compasivo de las informaciones cuando se trata de noticias sobre ecuatorianos. En el caso de los colombianos, por ejemplo, es más clara la mirada atemorizada cuando se trata de informar sobre ellos (Retis, 2003, 2004). Desde el 11M, las informaciones sobre los inmigrantes extracomunitarios, en general, también giraron en torno a estas emociones que despiertan estas alteridades. Miedo al terrorismo, a la violencia, a esos otros que perturban la seguridad ciudadana y que atentan contra la estabilidad y la paz social: la Comisión de Investigación del 11M en el Congreso pregunta a los expertos sobre el mundo árabe, sobre esos otros", y se preguntan qué pueden hacer los españoles con esos otros que antes estaban fuera de las fronteras y ahora viven y conviven con nosotros. Y el sociólogo Manuel Castells responde que urge la "creación de plataformas de diálogo intercultural, aceptando la alteridad y la diversidad del mundo sin cerrarnos en la superioridad proclamada de nuestra civilización", y la experta arabista Gema Martín Muñoz contesta que aunque se podrían haber esperado reacciones xenófobas que no ocurrieron de manera tan manifiesta como en los Estados Unidos después del 11S, sin embargo "otra cuestión es esa otra porosidad, mucho más silenciosa y mucho más tranquila, que a la larga se enraiza de manera muy fuerte, como es ese sentimiento de generar sospecha hacia lo musulmán en todos los ámbitos". Y en la otra percepción, la mirada compasiva, también aparecen los inmigrantes, esos trabajadores que iban en los trenes rumbo a sus jornadas laborales amparados o no, por su documentación en regla (de hecho, a través de los noticieros televisivos de aquel fatídico día hubo que hacer llamamientos para que se animaran a reconocer y reclamar a sus familiares sin miedo a las deportaciones). Son también víctimas, son esos otros que son como nosotros, los españoles. Tragedia mestiza. Los fallecidos, un tercio de ellos inmigrantes, pertenecen a 11 nacionalidades (El País). De Perú a Atocha, con parada en el infierno (El Mundo) Adrián y Kalina: una pareja de búlgaros que iban a casarse el 15 de mayo. Él trabajaba en el tajo y ella era camarera. (El Mundo). Bombas de aquí para cinco ciudadanos colombianos(El Mundo). La comunidad polaca se reúne en una parroquia para despedir a los cuatro compatriotas muertos en el atentado: un bebé de siete meses, su padre y dos mujeres (El País). Ecuador llora a sus víctimas en Atocha. La Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha se vio inundada ayer de cientos de ecuatorianos convocados por su Embajada en España para homenajear a seis víctimas mortales que poseían esta nacionalidad.
Todos abandonaron Ecuador llenos de ilusión por encontrar en España una vida mejor. Un futuro, un trabajo, una forma de mantener a los que quedaron junto a la Cordillera de los Andes. Abandonaron su tierra cargados de sueños. Unos sueños que el pasado 11 de marzo se vieron truncados a bordo de un tren de Cercanías… Madrileños con la colonia inmigrante más extensa de la región. Madrid no puede ser hoy sino una ciudad agradecida (El Mundo). Vidas rotas. Búlgaros, rumanos, peruanos, dominicanos, ecuatorianos… que llegaron en busca de un futuro mejor (El País). Los políticos de Madrid arropan a las víctimas inmigrantes (El País).
El perdón y el premio
Además de la idea de la compasión y la solidaridad con las víctimas, en el discurso mediático apareció la idea del perdón, de la anuencia del gobierno, del premio a su sacrificio: los papeles: El vagón de los indultados. Una pareja colombiana y su hijo son los primeros ‘sin papeles’ que reciben la tarjeta de residencia por ser víctimas del 11-M. Es la primera buena noticia desde que vivo en España, dice Jairo. (El Mundo) Alguien puso la bomba, Dios los papeles. Hace siete días, Ioan era un rumano indocumentado que se ganaba el pan poniendo ladrillos; hoy está a punto de ser ‘legal’ y recibe regalos del arzobispo de Madrid. (El Mundo) Heridos pero muy pronto ‘con papeles’. Decenas de inmigrantes ‘sin papeles’, heridos en los atentados del pasado jueves, acuden hasta la comisaría de Extranjería, en la calle de General Pardiñas, para obtener la nacionalidad española y regularizar su situación. (El Mundo) Hemos pagado muy cara la tarjeta de residencia (El País). Casi un centenar de víctimas pidieron la nacionalidad española. 169 solicitudes de regularización: 69 de Rumanía, 49 de Ecuador, 29 de Colombia, cinco de Bolivia, cuatro de Perú, cuatro de Venezuela, tres de Chile, dos de Argentina, uno de Paraguay. (El Mundo). Los nuevos españoles. Más de 300 inmigrantes, víctimas de la masacre del 11-M, han pedido la nacionalidad o regularizar su situación en el país versa el titular de la portada de las páginas de Madrid del periódico El Mundo, mientras que a pie de las fotos de los primeros planos de los inmigrantes mostrando sus nuevos papeles se lee: Mercedes, ecuatoriana, herida en Santa Eugenia. Melchor Carranza, ecuatoriano, herido en Atocha. Jerónimo, ecuatoriano, junto a su hermano Miguel, herido en Santa Eugenia. Aníbal, 22 años, ecuatoriano herido en Atocha. Gloria, colombiana, junto a su marido, herida dentro del tren de Atocha. Javier Tapia, ecuatoriano, herido en los andenes de Atocha. Juan Carlos, colombiano, herido en la calle de Téllez, muestra una radiografía de su cuello (El Mundo).
Sin duda, en el imaginario colectivo las imágenes sobre los inmigrantes, cuyas raíces venían asentándose hace algunos años, después del 11M, han tomado tintes más radicales: son esos otros más o menos cercanos, según su país de origen, su raza y su religión. La sociedad española se encuentra ante un reto crucial que resolver para su futuro inmediato. Y mientras, las imágenes mediáticas de los inmigrantes continúan representando solo aquellos elementos más vendibles para la prensa, mientras se continúan priorizando las connotaciones negativas sobre esos nuevos ciudadanos que llegan no solo para delinquir o para crear conflicto social. Llegan, fundamentalmente, para incorporarse a los mercados laborales, contribuir a la seguridad social y con ello a la economía española; y llegan a menguar los efectos del envejecimiento de la población, a cubrir labores domésticas dejadas de lado por la incorporación de las mujeres españolas al trabajo. La inmigración ha de ser vista también como una oportunidad de desarrollo para la sociedad española. Y sobre esto los medios aún tienen mucho que decir.
Cuadro 1: Comparación de simpatía de los inmigrantes por región de origen Pregunta: Voy a leerle una lista de personas de varios países o regiones del mundo. Dígame, por favor, en una escala de 0 a 10, la simpatía que usted siente por cada uno de ellos, teniendo en cuenta que 0 significa "ninguna simpatía" y 10 "mucha simpatía
Media 1996 | Media 2000 | Media 2001 | Media 2002 | Media 2003 | |
Norteafricanos (marroquíes, etc.) | 6.0 | 6.0 | 5.9 | 4.9 | 5.3 |
Africanos (resto del continente) | 6.3 | 6.4 | 6.3 | 5.5 | 5.9 |
Norteamericanos | 6.2 | 6.3 | 6.1 | 5.5 | 5.5 |
Europeos del Este | 6.8 y 6.6 | 6.6 | 6.5 | 5.7 | 5.8 |
Portugueses | 6.7 | 6.7 | 6.7 | 6.2 | 6.5 |
Otros europeos occidentales y de la UE | 7.2 | 7.2 | 7.1 | 6.7 | 7.1 |
Latinoamericanos | 7.2 | 7.1 | 7.1 | 6.5 | 6.6 |
Fuente: Tomado de PEREZ-ALVAREZ-GONZÁLEZ (2002) Basado en datos del CIS, Barómetros sobre inmigración 1996-2000. A partir de 2001 los datos han sido tomado de los informes de CIS, Barómetros 2001,2002,2003.
Gráfico 1: Evolución de los flujos inmigrantes latinoamericanos por nacionalidades
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
Jéssica Retis,
peruana, Investigadora del Doctorado en América Latina Contemporánea , Instituto Universitario Ortega y Gasset
Revista Chasqui Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para
América Latina (CIESPAL)
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Quito – ECUADOR
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