Marx ve la teoría ética propuesta por Kant, y con ello ve que hay un error, porque la propuesta subjetiva moralista del deber, desecha la practica y se basa solamente en la teoría, pues la ética no se da en lo abstracto sino en lo practico, la idea de partir de lo abstracto a la praxis es una metodología de supuestos, porque al hacer una reflexión de lo universal hacia lo particular, no se tiene certeza, pues la vida de los hombres es diferente en cada uno y por lo tanto no puede existir un universal que condense toda la humanidad en las ideas morales universales subjetivas, sino que para tener un beneficio social, hay que analizar en qué parámetros y en qué condiciones viven los hombres, por lo tanto no hay que plantear ideales, sino que hay que buscar la forma de satisfacer a todos los hombres por igual desde la practica y su condición de vida. A partir de la búsqueda de la felicidad no universal, sino más individual y practica, Marx propone que la felicidad se halla en la igualdad de clases, la valoración del proletariado y la abolición de la propiedad privada, porque lo que hace esto es suprimir al hombre y marginarlo en una vida de maquinación y productividad en donde el hombre no puede ser feliz, nosotros partimos de un hecho económico, actual. El obrero es más pobre cuanta más riqueza produce, cuanto más crece su producción en potencia y en volumen. El trabajador se convierte en una mercancía tanto más barata cuantas más mercancías produce. El trabajo no sólo produce mercancías; se produce también a sí mismo y al obrero como mercancía, y justamente en la proporción en que produce mercancías en general. Este hecho, por lo demás, no expresa sino esto: el objeto que el trabajo produce, su producto, se enfrenta a él como un ser extraño, como un poder independiente del productor. El producto del trabajo es el trabajo que se ha fijado en un objeto, que se ha hecho cosa; el producto es la objetivación del trabajo. La realización del trabajo es su objetivación. Esta realización del trabajo aparece en el estadio de la Economía Política como desrealización del trabajador, la objetivación como pérdida del objeto y servidumbre a él, la apropiación como extrañamiento, como enajenación.[62]
En suma lo que pretende hacer Marx es una solución practica de la ética, derrocando las desigualdades históricas como el trabajo y la religión, porque en estas dos dimensiones culturales, el hombre deja de ser hombre y se convierte en un instrumento del poder para convertirse en objeto dejando su identidad como sujeto, y lo que es peor aún es que el hombre no despierta de esa opresión sino que continua y sigue manteniéndose en la enajenación de la aspiración al bienestar a través del trabajo y la felicidad de una vida eterna en la religión. Por consiguiente, la visión de Marx sobre el hombre es la siguiente: El hombre, sin embargo, no es sólo ser natural, sino ser natural humano, es decir, un ser que es para sí, que por ello es ser genérico, que en cuanto tal tiene que afirmarse y confirmarse tanto en su ser como en su saber. Ni los objetos humanos son, pues, los objetos naturales tal como se ofrecen inmediatamente, ni el sentido humano, tal como inmediatamente es, tal como es objetivamente, es sensibilidad humana, objetividad humana. Ni objetiva ni subjetivamente existe la naturaleza inmediatamente ante el ser humano en forma adecuada; y como todo lo natural tiene que nacer, también el hombre tiene su acto de nacimiento, la historia, que sin embargo, es para él una historia sabida y que, por tanto, como acto de nacimiento con conciencia, es acto de nacimiento que se supera a si mismo. La historia es la verdadera historia natural del hombre (a esto hay que volver).[63]
Nietzsche, Friedrich: (1844-1900) Filósofo alemán, nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, en la Turingia, en el seno de una familia profundamente protestante (tanto sus abuelos como su padre fueron pastores protestantes). Él era el primogénito, pero tuvo una hermana, Elisabeth, que jugó un destacado papel en su vida. En 1849 murió su padre, y la familia se trasladó a Naumburgo, donde realizó sus primeros estudios. A partir de 1859 estudió en la prestigiosa escuela de Pforta (la misma en la que habían estudiado Fichte, Klopstock, Schlegel y Novalis), donde recibió una esmerada educación y comenzó a experimentar la influencia de Schopenhauer. Posteriormente estudió filología clásica y teología en Bonn durante el curso académico de 1864-1865, aunque abandonó la teología
para dedicarse solamente a la filología clásica, cuyos estudios prosiguió en Leipzig, donde fue el protegido del eminente y prestigioso filólogo Ritschl, y donde trabó amistad con Erwin Rhode, que llegaría a ser otro eminente filólogo. Durante esta época se acentuó la influencia de Schopenhauer, y en 1868 conoció a Richard Wagner, con quien durante unos años estuvo unido por una estrecha amistad. También parece que fue durante este período que contrajo la sífilis, posible causa de su posterior enfermedad cerebral, aunque al parecer ya antes había experimentado problemas de salud. En 1869 fue nombrado profesor extraordinario en la Universidad de Basilea. Debido a sus méritos y a las alabanzas que Ritschl había hecho de su discípulo, la Universidad de Leipzig le concedió el grado de doctor sin necesidad de examinarse, basándose en sus publicaciones filológicas. En 1870 fue nombrado catedrático en la Universidad de Basilea de la que ya era profesor. Participó brevemente en la guerra franco-prusiana, aunque llevado por su antigermanismo, renunció a la ciudadanía alemana para nacionalizarse suizo.[64]
La propuesta nietzscheana acerca de la moralidad y la ética, es que son inventos de puro carácter utilitario, social y de solos intereses religiosos. La teoría de Nietzsche es una lucha contra la religión por interrumpir la vida del hombre, porque no permite que el hombre sea hombre, sino que esta religión se encarga de la aniquilación del sujeto y la negación de la vida humana, porque esta religión pone por encima del hombre a Dios un ser superior e inalcanzable, este Dios es totalmente falso y perjudicial para el hombre, ya que a través de este ser el hombre es limitado, porque el hombre no puede pensar más allá de Dios, y esta subordinado a ser una simple criatura, además desde que nace se le coacta de la libertad, pues según la religión el hombre que acaba de nacer ya tiene culpas de pecado y esta destinado a sufrir y a nunca alcanzar la plenitud de la felicidad en la vida humana, sino sólo en la negación y aniquilación del sujeto por la aspiración de un más allá que es incierto y produce terror, porque no se sabe qué y cómo vivirá el hombre. Con lo anterior sólo deja en claro que Nietzsche busca es rescatar al hombre de una carga que no tiene porque llevar, pero que nadie le ha dicho que la lleva Se deja oír una nueva exigencia. Enunciémosla: necesitamos una crítica de los valores morales, hay que poner alguna vez en entredicho el valor mismo de estos valores -y para esto se necesita tener conocimiento de las condiciones y circunstancias de que aquellos surgieron, en las que se desarrollaron y modificaron (la moral como consecuencia, como síntoma, como máscara, como tartufería, como enfermedad, como malentendido; pero también la moral como causa, como medicina, como estímulo, como freno, como veneno), un conocimiento que hasta ahora ni ha existido ni tampoco se lo ha siquiera deseado. Se tomaba el valor de esos "valores" como algo dado, real y efectivo, situado más allá de toda duda; hasta ahora no se ha dudado ni vacilado lo más mínimo en considerar que el "bueno" era superior en valor a "el malvado", superior en valor en el sentido de ser favorable, útil, provechoso para el hombre como tal (incluido el futuro del hombre). ¿Qué ocurriría si la verdad fuera lo contrario? ¿Qué ocurriría si en el "bueno" hubiese también un síntoma de retroceso, y asimismo un peligro, una seducción, un veneno, un narcótico, y que por causa de esto el presente viviese tal vez a costa del futuro? ¿Viviese quizá de manera más cómoda, menos peligrosa, pero también con un estilo inferior, de modo más bajo?… ¿De tal manera que justamente la moral fuese culpable de que jamás se alcanzasen una potencialidad y una magnificencia sumas, en sí posibles, del tipo hombre? ¿De tal manera que justamente la moral fuese el peligro de los peligros?[65]
Nietzsche plantea El hombre libre es el ser feliz, capaz de aceptar el azar, la inseguridad y la provisionalidad de la existencia después de la muerte de Dios. El ser que no actúa reactivamente, que en lugar de querer la inmortalidad, quiere el instante, la eterna repetición de su propia existencia.[66]
En conclusión la misión de Nietzsche es construir valores propios desde el sujeto, el cual se debatirá ante el continuo azar y dejará que todo suceda, aceptará el cambio y por lo tanto no tendrá más abstracciones que definan cuales deben ser sus acciones, en cambio a ello será el hombre mismo quien determine su propia existencia, es aquí donde el hombre será libre, sin coacciones universales que se han creado a través de la historia, pero sólo cuando el hombre destruya la vieja historia, podrá caminar por sí sólo, en el nihilismo, Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño? Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí. Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir si: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.[67]
Freud ve la necesidad de los hombre por ser feliz y a partir de ello ve las contradicciones que han mantenido los pensadores al tratar de buscar la felicidad en términos prácticos o abstractos, por que cuando se enfocan a buscar fundamentos o medios para que el hombre alcance la felicidad, siempre se tiende a proponer una solución para un determinado grupo de hombres, pero cuando se plantea como una posible globalización ética, se esta aniquilando a la misma ética y también se esta perjudicando al hombre, pues en vez de encontrar igualdad, lo que se esta generando es una inconformidad aún mayor que la anterior. La felicidad desde la ética de Kant no se puede lograr porque si el hombre es quien se plantea los deberes ¿acaso este mismo no los puede desobedecer, siendo él mismo el que hace sus leyes?, sólo queda en pensar que la vida feliz no se logra sin el hombre no es por sí mismo EI super-yo cultural ha elaborado sus ideales y erigido sus normas. Entre éstas, las que se refieren a las relaciones de los seres humanos entre sí están comprendidas en el concepto de la ética. En todas las épocas se dio mayor valor a estos sistemas éticos, como si precisamente ellos hubieran de colmar las máximas esperanzas. En efecto, la ética aborda aquel punto que es fácil reconocer como el más vulnerable de toda cultura. Por consiguiente, debe ser concebida como una tentativa terapéutica, como un ensayo destinado a lograr mediante un imperativo del super-yo lo que antes no pudo alcanzar la restante labor cultural. Ya sabemos que en este sentido el problema consiste en eliminar el mayor obstáculo con que tropieza la cultura: la tendencia constitucional de los hombres a agredirse mutuamente; de ahí el particular interés que tiene para nosotros el quizá más reciente precepto del super-yo cultural «amarás al prójimo como a ti mismo». La investigación y el tratamiento de las neurosis nos ha llevado a sustentar dos acusaciones contra el super-yo del individuo: con la severidad de sus preceptos y prohibiciones se despreocupa demasiado de la felicidad del yo, pues no toma debida cuenta de las resistencias contra el cumplimiento de aquéllos, de la energía instintiva del ello y de las dificultades que ofrece el mundo real. Por consiguiente, al perseguir nuestro objetivo terapéutico, muchas veces nos vemos obligados a luchar contra el super-yo, esforzándonos por atenuar sus pretensiones. Podemos exponer objeciones muy análogas contra las exigencias éticas del súper-yo cultural. Tampoco éste se preocupa bastante por la constitución psíquica del hombre, pues instituye un precepto y no se pregunta si al ser humano le será posible cumplirlo. Acepta, más bien, que al yo del hombre le es psicológicamente posible realizar cuanto se le encomiende; que el yo goza de ilimitada autoridad sobre su ello. He aquí un error, pues aun en los seres pretendidamente normales la dominación sobre el ello no puede exceder determinados límites. Si las exigencias los sobrepasan, se produce en el individuo una rebelión o una neurosis, o se le hace infeliz.[68]
En suma, los pensadores que han elaborado teorías para poder proporcionarle al hombre la felicidad "ya sea en sus ideales o en sus pasiones", han desarrollado desde la practica de la moral y la teoría de la ética a través de la historia, varios y diferentes puntos de vista para llegar a una posible forma de alcanzar la felicidad del hombre, lo que sucede es que estas proposiciones carecen de universalidad, porque cada vez que se plantea una solución ética a los problemas actuales de la humanidad, se enfoca en un determinado número de hombres y ello genera que la propia ética en vez de ser una solución ante los problemas humanos se convierta en la génesis de nuevos conflictos, porque genera desigualdades las cuales traen como consecuencia guerras y malentendidos entre los hombres. A partir de la falla de la ética, sólo queda que el sujeto trate de hacerse así mismo, unas normas y unas leyes que le ofrezcan felicidad y bienestar propio y que tal convicción propia e individual sea benéfica para los demás, a través de esta realización propia se podrá erigir hombre, libre y feliz, pero, ¿qué hacer con los otros? si los otros igualmente son hombres y tienen anhelos de libertad, y también querrán ser felices como el hombre que lo es o que lo fue. Por lo tanto al tratar de dar una solución de carácter netamente individualista, se cae en un error y es aquí donde pareciese que el hombre estaría destinado a nunca ser feliz. De esta manera se reconsidera la proposición de la felicidad del hombre y se formula que la felicidad al no lograrla en forma individual, habrá que construirla de forma colectiva, teniendo en cuenta las complicaciones del colectivismo, porque este colectivismo llevará a la perdida del sujeto. En conclusión, opino que, la mejor forma de ser feliz es creando por sí mismo una convicción de querer ser prudente en los actos cotidianos, junto con la construcción de un ideal que me lleve a determinar lo que debo hacer. De lo anterior se seguirá la interacción con el otro, durante esta interacción no habrán propuestas meramente teóricas, sino puramente practicas, porque si hay un fundamento teórico de mis convicciones, tal fundamento implicará que todo ha de ser igual y que no habrá la posibilidad de que ocurran cambios en la cotidianidad y por ello se caería en el dogmatismo extremo. De esta manera propongo que la ética y la moral no se deben entender como lo que significan sino como las acciones diarias entre hombres que viven en sociedad, un nuevo planteamiento sin fundamentos, con la aceptación del cambio de la naturaleza y la individualidad de cada hombre.
EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN EL PENSAMIENTO GRIEGO. Platón, Ética Y Política. Origen, Partes Y Fin De La Sociedad Política. Págs. 112 – 127.
ARISTÓTELES. Sobre La Felicidad Humana. Texto 1: Numeral 3 (3.1.)
CAMPS, Victoria. Historia De La Ética. La Filosofía Política En El Renacimiento. Maquiavelo. Págs. 546 – 551.
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NIETZSCHE, Friedrich. La Genealogía De La Moral. Traducción de A. Sánchez Pascual, Alianza, Madrid 1980, Pág.24.
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
Ciencias Humanas Y Sociales
Filosofía
Martínez, Martín. M, Buscarais Estrada, María R, Esteban Bara, F (2002). La universidad como espacio de aprendizaje ético. Revista Iberoamericana de Educación. Mayo/Agosto. Pág 17.
Autor:
MSc. Fidel Juan Vega Delgado
Escuela de Hotelería y Turismo
Isla de la Juventud
Octubre
2010
[1] /trabajos10/modes/modes.shtml
[2] BERRONES LEIJA, JOSE DAVID. /trabajos10/modes/modes.shtml
[3] Jose Marti- Carta al Sr. Director de El Partido Liberal, D.C. 7 de 1891. Edit. Nal. de Cuba, La Habana, l964, T.12 p.504.
[4] Jose Marti. Nuestra America. Edit. Nacional de Cuba, La Habana, l963. T.6. pag. 22
[5] Jose Marti.- Wendell Phillips. Obras Completas. Edit. Nat. de de Cuba. La Habana, l964. T.13. p.61.
[6] Jose Marti. Al Director de La Opinion Nacional. Obras Completas. Edit. Nacional de Cuba, La Habana, l964, T.14 p.268.
[7] Jose Marti.- Elecciones…. Obras completas. Edit. Nal. de Cuba. La Habana, l963. T.6. p.264.
[8] Jose Marti.- Al director de La Opinion nacional. Obra Cit. p.60.
[9] Jose Marti.- La Revolucion Obras Completas. Edit. Nal. de Cuba, La Habana, l963. T.3. p. 79.
[10] Jose Marti. El Partido Revolucionario Cubano. Obras Cpletas. Editorial Nacional de Cuba. La Habna. l9963, T.1 p.369
[11] Ibidem. p. 366
[12] Jose Marti.- Discurso en el Liceo Cuabno, Tampa, 26 de nov. de l891. Obras Completas. Edit. Nal. de Cubna, La Habana, l963. T.4. p.270.
[13] J. Marti, M. Gomez.- Manifiesto de Montecristi. Obras Completas. Edit. Nal. de Cuba, La Habana, l963. T.4. p.100.
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[33] DICCIONARIO DE FILOSOFÍA EN CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos Los Derechos Reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató Y Antoni Martínez Riu.
[34] DICCIONARIO DE FILOSOFÍA EN CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos Los Derechos Reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató Y Antoni Martínez Riu.
[35] GRAN DICCIONARIO ENCICLOPEDICO VISUAL. Copyright © 1992. Programa Educativo Visual. ISBN 958-642-045-0.
[36] MACINTYRE, Alasdair. Historia De La Ética. Paidos. 1970.
[37] DICCIONARIO DE FILOSOFÍA EN CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos Los Derechos Reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató Y Antoni Martínez Riu.
[38] EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN EL PENSAMIENTO GRIEGO. Platón, Ética Y Política. Origen, Partes Y Fin De La Sociedad Política. Pág. 112.
[39] EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN EL PENSAMIENTO GRIEGO. Platón, Ética Y Política. Origen, Partes Y Fin De La Sociedad Política. Pág. 126.
[40] EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN EL PENSAMIENTO GRIEGO. Platón, Ética Y Política. Origen, Partes Y Fin De La Sociedad Política. Pág. 126.
[41] EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN EL PENSAMIENTO GRIEGO. Platón, Ética Y Política. Origen, Partes Y Fin De La Sociedad Política. Pág. 126 – 127.
[42] EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN EL PENSAMIENTO GRIEGO. Platón, Ética Y Política. Origen, Partes Y Fin De La Sociedad Política. Pág. 127.
[43] EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN EL PENSAMIENTO GRIEGO. Platón, Ética Y Política. Origen, Partes Y Fin De La Sociedad Política. Pág. 117.
[44] EL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN EL PENSAMIENTO GRIEGO. Platón, Ética Y Política. Origen, Partes Y Fin De La Sociedad Política. Pág. 117.
[45] DICCIONARIO DE FILOSOFÍA EN CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos Los Derechos Reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató Y Antoni Martínez Riu.
[46] FOTOCOPIAS. Aristóteles. Sobre La Felicidad Humana. Texto 1: Numeral 3 (3.1.)
[47] FOTOCOPIAS. Aristóteles. Sobre La Felicidad Humana. Texto 1: Numeral 3 (3.3.)
[48] DICCIONARIO DE FILOSOFÍA EN CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos Los Derechos Reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató Y Antoni Martínez Riu.
[49] CAMPS, Victoria. Historia De La Ética, Critica. Barcelona. 1999. La Edad Media. Numeral (3) Santo Tomás De Aquino. Vol. I Pág. 421
[50] CAMPS, Victoria. Historia De La Ética, Critica. Barcelona. 1999. La Edad Media. Numeral (3) Santo Tomás De Aquino. Vol. I Pág. 423.
[51] CAMPS, Victoria. Historia De La Ética. La Filosofía Política En El Renacimiento. Maquiavelo. Pág. 546.
[52] CAMPS, Victoria. Historia De La Ética. La Filosofía Política En El Renacimiento. Maquiavelo. Pág. 549.
[53] CAMPS, Victoria. Historia De La Ética. La Filosofía Política En El Renacimiento. Maquiavelo. Pág. 551.
[54] HOBBES, Tomás. Leviatán, Cáp. 6. Editora Nacional, Madrid 1979, Pág. 156-157.
[55] HOBBES, Tomás. Leviatán, XIII. Editora Nacional, Madrid 1977, Pág. 224-227.
[56] DICCIONARIO DE FILOSOFÍA EN CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos Los Derechos Reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató Y Antoni Martínez Riu.
[57] KANT, Immanuel. Crítica De La Razón Práctica, Conclusión. Losada, Buenos Aires 1977. Pág. 171.
[58] DICCIONARIO DE FILOSOFÍA EN CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos Los Derechos Reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató Y Antoni Martínez Riu.
[59] KANT, Immanuel. Fundamentación De La Metafísica De Las Costumbres. ED: Ariel, S.A. Barcelona. Pág. 160 – 107.
[60] KANT, Immanuel. Fundamentación De La Metafísica De Las Costumbres, Cáp. 1. Espasa Calpe, Madrid 1994, 10ª ED. Pág. 63.
[61] KANT, Immanuel. Fundamentación De La Metafísica De Las Costumbres. Cáp. 2. Espasa Calpe, Madrid 1994. Pág. 80-81.
[62] MARX, Karl. Manuscritos: Economía Y Filosofía. Alianza, Madrid. 1974. Pág. 105 – 115.
[63] MARX, Karl. Manuscritos: Economía Y Filosofía. Alianza, Madrid. 1986. Pág. 193 – 196.
[64] DICCIONARIO DE FILOSOFÍA EN CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos Los Derechos Reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató Y Antoni Martínez Riu.
[65] NIETZSCHE, Friedrich. La Genealogía De La Moral. Traducción de A. Sánchez Pascual, Alianza, Madrid 1980, Pág.24.
[66] FOTOCOPIAS. CAMPS, Victoria. Presentación. Pág. 15.
[67] NIETZSCHE, Friedrich. Así Habló Zaratustra, Alianza, Madrid 1981, 9ª ED. Pág. 49-51.
[68] FREUD, Sigmund. El malestar en la cultura. Alianza, Madrid 1970. Págs. 84-85.
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