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La formación de valores (página 2)


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Al nacer adquirimos todas las posibilidades para un desarrollo, no están predeterminados la inteligencia, los sentimientos, los valores, entre otros. Es precisamente la interacción de este con el medio social lo que determina que puedan desarrollarse las potencialidades traídas al nacer. El sistema de influencias está dado por el medio familiar, escolar y social en general en el que se desarrolla el individuo, donde la calidad e integralidad de la atención temprana tienen una incidencia decisiva en la formación de profesionales competentes, críticos, reflexivos, capaces de aportar a las transformaciones sociales y de demostrar, en sus modos de actuación, habilidades, destrezas y valores tales como la solidaridad, la justicia social, la laboriosidad, y la responsabilidad, entre otros.

El problema de la formación de valores, no es nuevo en la sociedad por cuanto es una tarea esencial de la educación. Por su complejidad en el desarrollo de la personalidad está presente en el análisis multidisciplinario de filósofos, sociólogos, psicólogos, pedagogos y políticos los cuales están convocados a su reflexión, esclarecimiento y búsqueda de acciones a la luz de la realidad internacional y en particular de las condiciones históricas – concretas de nuestro país.

Materiales y Métodos

Los métodos aplicados dan respuesta a la necesidad de establecer la adecuada relación entre problema, objeto, campo y tareas investigativas para cumplir el objetivo trazado. Es asumido como método universal el dialéctico materialista.

Entre los métodos teóricos específicos se utilizaron:

Análisis y síntesis. Para el estudio de la bibliografía consultada y hacer la valoración de los limites de las investigaciones sobre la formación de valores y la incidencia de su tratamiento en la práctica laboral.

Histórico – lógico. Usado en el análisis de la evolución de la formación de valores y para precisar desde el punto de vista teórico aspectos esenciales a tener en cuenta en la práctica educativa.

Inducción y deducción. Ha permitido establecer las características esenciales, los nexos y relaciones entre los valores objeto de estudio y la incidencia para su formación ante las posibilidades que ofrece la práctica laboral.

En los métodos empíricos se ha usado:

La observación del comportamiento de los estudiantes en el cumplimiento de sus principales tareas durante la práctica laboral para el diseño de las acciones pedagógicas.

DESARROLLO

El hombre en su desarrollo como ser consciente se ha cuestionado sobre su existencia, el sentido de su vida, los objetivos a lograr, sus motivaciones, así como los fines y metas que movilizan su actuación y comportamiento. Estas interrogantes entre otras, han acompañado el transcurso de la existencia humana en su actividad práctica y transformadora.

Dichos cuestionamientos propiciaron el interés de los filósofos hacia los problemas axiológicos desde la antigüedad. Aparece en los momentos en que la sociedad capitalista se debatía en profundas contradicciones entre el ser y el deber ser, y entre los intereses por hacer prevalecer sus valores, antes las nuevas exigencias del desarrollo social, contradicciones que se manifiestan con mayor grado de agudización en la actualidad.

En el sentido etimológico el término axiología deviene del griego axia (valor) y logos (estudio, tratado). Su objeto es el estudio de la naturaleza de los valores. Al respecto, históricamente se han dado distintas posiciones filosóficas entre las que se destacan: la idealista objetiva, la idealista subjetiva y la materialista dialéctica.

Por lo general, para la filosofía burguesa es característica la interpretación idealista del valor y su significación social. El idealismo objetivo absolutiza los valores como esencias eternas, inmutables e invariables pertenecientes a un mundo trascendental, situado por encima de la sociedad en algún reino inmaterial .Aquí se niega el condicionamiento histórico concreto de los valores y el idealismo subjetivo considera los valores como nociones dependientes de la subjetividad humana, vinculado a la esfera de los sentimientos, emociones y deseos. En este enfoque, los valores existen en cada hombre en particular, al margen de las relaciones sociales en que se desarrollan.

A diferencia de lo anterior, se asume la posición dialéctico materialista que explica la naturaleza objetiva y subjetiva de los valores de forma integrada y compleja.

Dada la complejidad de los valores, existen distintas dimensiones en su tratamiento y conceptualización, de acuerdo al objeto de estudio que fundamentan las diferentes ciencias.

En su enfoque filosófico se plantea: "Por valor generalmente se entiende la capacidad que poseen determinados objetos y fenómenos de la realidad objetiva de satisfacer alguna necesidad humana, es decir, la determinación social de estos objetos y fenómenos consistentes en su función de servir a la actividad práctica del hombre. Este punto de partida indica tener en cuenta en la práctica educativa al menos tres planos de análisis de los valores que son.

El sistema objetivo de valores. Entendido… "como parte constitutiva de la realidad social, como una relación de significación entre los distintos procesos y acontecimientos de la vida social y las necesidades e intereses de la sociedad en su conjunto"

Este sistema es objetivo, cada objeto, fenómeno, suceso, tendencia, conducta, idea o concepción desempeña una determinada función al tener una significación social positiva, en el sentido que contribuye al progreso social. Es dinámico, cambiante, dependiente de las condiciones históricas concretas y se estructura de forma jerárquica.

El sistema de valores subjetivos. Se refiere a la forma en que la significación social es reflejada en la conciencia individual o colectiva "Cada sujeto social como resultado de un proceso de valoración, conforma su propio sistema subjetivo de valores, en dependencia, ante todo, del nivel de coincidencia de los intereses particulares del sujeto dado con los intereses generales de la sociedad en su conjunto, pero también en dependencia de las influencias educativas y culturales que ese sujeto recibe y de las normas y principios que prevalecen en la sociedad en que vive. El sistema de valores institucionalizados. "Se encuentra constituido por los valores instituido y reconocido oficialmente… y emanan de la ideología oficial, la política interna y externa, las normas jurídicas, el derecho, la educación formal" y otras actividades sociales.

Partiendo del criterio de que existen tres niveles para comprender la relación entre lo objetivo y lo subjetivo en los valores, como se apunta anteriormente, es oportuno destacar que entre los filósofos burgueses predomina la absolutización de la objetividad o de la subjetividad en el proceso de formación y desarrollo de los valores.

Se puede apreciar, que existe un componente objetivo del valor y otro subjetivo. Los valores constituyen una función de los fenómenos y objetos, consistentes en la posibilidad de servir de alguna forma a la actividad práctica de los hombres. Por lo que en su significación social expresan las necesidades objetivas de la sociedad. Son subjetivos al considerarlos como fruto de la cultura y de la sociedad, en tal sentido cambian y se modifican en dependencia de los intereses, ideales, necesidades y deseos de las personas en particular y también de la sociedad y de las relaciones sociales que en ella se desarrollan. Este punto de vista, es el más difundido entre los filósofos marxistas y es a nuestro entender el que posee un carácter más consecuentemente científico.

Otro de los autores que percibe dicha relación es Risieri Frondizi al explicar que… "en el concepto de valor se presenta la relación entre lo objetivo y lo subjetivo" .Como se ha dicho, se logra mediante la actividad práctica que desarrolla el sujeto para satisfacer sus necesidades.

Es necesario esclarecer, que sin desconocer los planos de análisis anteriores, se ha considerado como objeto de este estudio, el sistema subjetivo de los valores a partir del presupuesto que la significación social del valor se asume por los individuos y conforman los valores espirituales relacionados con los niveles de desarrollo de la sociedad.

Los valores espirituales son proyectos ideales que surgen sobre la base de las necesidades y la actividad humana y que contienen anticipaciones acerca de qué es lo que hay que transformar en la realidad y en el propio hombre. Son fines que regulan la conducta humana. Los valores son la expresión concentrada de las relaciones sociales, existen asociados a las formas valorativas de la conciencia social y al sistema de ideas que están relacionados con la vida espiritual e ideológica de la sociedad. Dentro del sistema se encuentran los valores políticos, jurídicos, morales, estéticos, religiosos, científicos El contenido del sistema de los valores adquiere tal connotación en correspondencia con las tendencias del desarrollo social, tienen enfoque clasista e histórico concreto.

Por la importancia que representan en la práctica educativa , se comparten los criterios de autores que señala que los valores morales, por su carácter de orientadores y reguladores internos, ocupan un lugar especial como integradores en el ámbito social de los restantes valores ya que ellos se manifiestan en cualquier esfera de la vida. Los valores no son estables y eternos, se modifican, dependen en gran medida de la época histórica, al ser resultado de la práctica histórico social y de las necesidades del sujeto. Cada sociedad, clase y grupo social en su concepción educativa defiende y potencia los valores que se consideran necesarios que se formen en sus ciudadanos.

De modo que existe una estrecha relación entre los valores y las necesidades.

Las necesidades devienen como fuerza motriz de toda actividad humana incluyendo la axiológica, impulsan las acciones del individuo, encaminadas a su satisfacción y en esa medida, el sujeto es capaz de discriminar aquello que es negativo de lo útil, positivo y esencial que concuerda con lo que desea y tiene significación vital. En la formación de valores se debe considerar que la satisfacción de las necesidades del sujeto, también transita por un proceso donde juega un papel fundamental la valoración, la capacidad valorativa y las orientaciones valorativas. La valoración tiene un fundamento objetivo y un carácter predominantemente subjetivo, al ser un proceso donde el hombre siempre valora las consecuencias de sus actos, no le interesa sólo que son las cosas que conoce sino para qué le sirven. Hace un juicio crítico, analiza, compara los objetos y fenómenos de la naturaleza y la sociedad, de acuerdo con sus necesidades, intereses y motivaciones, después decide y actúa. Estamos en presencia de la valoración cuando el valor es conscientizado por el hombre, cuando éste asimila la relación entre sus necesidades y las cualidades de los objetos y fenómenos. Es el reflejo individual del valor en la conciencia de los hombres.

En la significación social del valor: "… se integran tres dimensiones de la actividad humana: la actividad gnoseológica, la actividad valorativa y la actividad práctica. Pupo Pupo, Rigoberto., 1990. P-83.

La actividad valorativa requiere de la actividad cognoscitiva, es imposible que el sujeto llegue a valorar si no tiene conocimiento de los hechos y procesos o fenómenos que debe valorar, para lo cual necesita de la observación, de poseer un pensamiento independiente, de la emisión de juicios y conclusiones, de las habilidades para reconocer situaciones problémicas, y a la vez requiere de la disposición de saber escuchar, aceptar nuevas informaciones, ponerse en el punto de vista del otro, la flexibilidad de los conceptos y la disposición a la elaboración conjunta de las conclusiones.

De hecho la práctica condiciona toda la relación valorativa, siendo la base, fin y criterio de veracidad de los valores. Por ello, los límites de la valoración se mueven entre el conocimiento y la práctica y es expresión de la relación subjetiva con el valor.

Se toma en cuenta en el proceso de valoración, la objetividad, entendida como la adecuación, lo más integral posible del reflejo psíquico a la existencia del objeto o fenómeno en la realidad.

La objetividad de la valoración depende de factores internos y externos:

Los factores externos están relacionados con las condiciones en que se realiza la actividad, por ello debe dedicarse atención a la calidad y precisión de la percepción en el acto valorativo. Cuando las condiciones no son idóneas se tiende a falsear la valoración y a tergiversar la información.

Los factores internos son propios del sujeto que valora. Una valoración objetiva requiere de la personalidad, cualidades como la honradez, honestidad, el sentido de la justicia, responsabilidad, solidaridad, laboriosidad, modestia, el sentido del compromiso y del cumplimiento del deber, entre otros.

Para ello, debe fomentarse la capacidad valorativa. Esto presupone el modo de actuación humana que conduce a valoraciones objetivas tanto individuales como colectivas.

Educar la capacidad valorativa es preparar al individuo para adquirir nuevos valores y desarrollar habilidades, tales como: determinar si posee la información necesaria para hacer valoraciones, sobre el objeto o fenómeno a valorar, caracterizar los aspectos esenciales, establecer los criterios y patrones, comparar con los aspectos esenciales, elaborar y expresar los juicios de valor.

El perfeccionamiento de la capacidad valorativa del hombre será uno de los más importantes resultados que se obtengan en una adecuada formación en valores, lo cual le mostrará su utilidad más allá de su perfil laboral.

Influye también en la valoración la capacidad del hombre de reaccionar a los estados interiores, aspiraciones y sentimientos de otros, incorporándolos a su propia experiencia o rechazándolo. En este acto realiza valoraciones influidas por la opinión social y a la vez por su propia opinión.

Otro aspecto a considerar es la orientación valorativa; "que es el valor hecho consciente y estable para el sujeto que valora que le permite actuar con un criterio de evaluación, revelando el sentir que tienen los objetos y fenómenos de la realidad para él, hasta ordenarlos jerárquicamente por su importancia, conformando así la escala de valores a la que se subordina la actitud ante la vida.

Las orientaciones valorativas constituyen una formación psicológica compleja de carácter generalizador, que expresa la jerarquía de valores del sujeto y le permite orientarse en el mundo en que vive; expresa en qué medida el individuo acepta o rechaza determinadas normas de relación, así como sus intereses fundamentales al dirigir su comportamiento: personales, familiares, escolares, laborales, grupales y sociales.

La interacción de todos estos aspectos de la valoración hace que ésta sea una de las actividades más complejas que realiza el hombre, sobre todo durante la interacción social y el necesario intercambio de opiniones que conduce a la aceptación colectiva de postulados y normas que se convierten en valores.

En tal sentido se produce una influencia mutua de intereses individuales y sociales que tienen una manifestación personológica en cada individuo, proceso en el cual surgen, se modifican y se desarrollan las necesidades humanas y por lo tanto se enriquecen y forman los valores en el individuo.

En síntesis, cuando se trata de la formación de valores hay que asumir la estrecha relación que existe entre la valoración, la capacidad valorativa y la orientación valorativa, al mismo tiempo que son categorías rectoras en el proceso de formación de la personalidad, constituyen una manifestación concreta de la correlación de lo cognoscitivo, lo valorativo y lo práctico en la actividad humana.

Esto es importante, por cuanto en la práctica educativa se trata de formar en los niños, adolescentes y jóvenes la capacidad de valorar, que sean reflexivos, críticos, autocríticos, y cuenten con argumentos en la interpretación de los objetos y fenómenos de la realidad en tanto los valores lleguen a formar parte de los patrones orientadores de su conducta, modos de actuación y de sus potencialidades creativas.

A su vez, en el enfoque psicológico señalan diferentes autores: "Entendemos los valores como una compleja formación de la personalidad contenida no sólo en la estructura cognitiva, sino fundamentalmente en los profundos procesos de la vida social, cultural y en la concepción del mundo del hombre que existe en la realidad, como parte de la conciencia social y en estrecha correspondencia y dependencia del tipo de sociedad en que niños, adolescentes y jóvenes se forman" Aquí se hace énfasis en la significación social que adquieren los valores para la sociedad en su conjunto.

Por otro lado, destaca la acepción personal de los valores en tanto existen a nivel individual a partir fundamentalmente de su función reguladora tanto inductora como ejecutora al referirse a que .Los valores son un reflejo y expresión de las relaciones verdaderas y reales que constituyen reguladores importantes de la vida de los hombres.

Otro criterio a considerar es la relación entre valores, normas y actitudes, al respecto, González Lucini plantea: "Los valores son proyectos globales de existencia que se instrumentalizan en el comportamiento individual, a través de la vivencia de unas actitudes y del cumplimiento, consciente y asumido, de unas normas o pautas de conducta".

Las actitudes se forman como los valores, en la actividad del sujeto (alumno), se adquieren a partir de influencias que lo hacen reaccionar ante las realidades vividas. Las normas, son pautas de conductas o criterios de actuación que dictan como debe ser el comportamiento de las personas ante de determinadas situaciones.

En la práctica educativa de la escuela se establecen normas para ser cumplidas por todos los educandos a la vez de implicarlos en la elaboración de sus normas de comportamiento; de modo que puedan tomar conciencia de los valores que se desarrollan.

Los valores no son, por tanto, simples conceptos intelectuales, son formaciones motivacionales de la personalidad que orientan e inducen la actividad humana y dentro de la estructura de la personalidad tiene una estrecha relación con los conocimientos, las vivencias afectivas, los ideales, la voluntad; tienen la capacidad de regular la conducta y se manifiestan en el comportamiento. O sea, el proceso de interiorización en la personalidad transita por los componentes: cognoscitivo, afectivo, volitivo y conductual.

Los valores y su formación en la personalidad es un proceso complejo que en el sentido evolutivo se forma en cada etapa del desarrollo humano: la niñez, la adolescencia, la juventud; en el sentido temporal no tiene fecha, ni se logra en una actividad, un programa, una clase, es un proceso sistemático y su tratamiento no es sólo un problema práctico sino también científico.

Un eslabón esencial al tratarse la formación de valores, lo constituye la comunicación.

La comunicación es el proceso esencial a través del cual un sujeto se implica con el otro en una dimensión social general, no solo personal. Es social por su contenido e individual por la forma en que se manifiesta, implica un proceso de interacción sujeto- sujeto. No debe entenderse… "como instrucción o como transmisión, sino como comunicación dialógica real, donde se cree un espacio común y las partes que intervienen compartan necesidades, reflexiones, motivaciones y errores. Es decir que a través de las comunicaciones todos deben tener un espacio para opinar y ser escuchados.

En el proceso de apropiación de la cultura, el hombre no está aislado, desde las primeras edades está en relación con otros y en esa interacción obtiene conocimientos y experiencias contenidos en los objetos, en la vida, los cuales le sirven de modelo en las relaciones con otras personas y le permiten el conocimiento de sí mismo. Esto hace por tanto, que el proceso de comunicación, adquiera singular importancia en la formación de la personalidad y de los valores, como componentes fundamentales de ésta.

.Es necesario destacar que en el intercambio valorativo es condición indispensable la persuasión y no la imposición, en la relación dialógica hay que lograr la disposición de escuchar opiniones y criterios de otros respetándolos. "Sin esa comunicación es una falsedad hablar de valores. Estimular la discusión y la reflexión sobre los valores personales y los sociales puede contribuir a desarrollar en los alumnos la capacidad de pensar y actuar éticamente en todos los órdenes de la vida. Por eso se requiere la creación del espacio necesario, un ambiente en el que la palabra del alumno pueda gozar de la misma libertad y respeto que la del docente.

Una condición indispensable en la formación de valores lo constituye el adecuado equilibrio que se debe lograr entre las funciones de la comunicación: la informativa, la reguladora y la afectiva.

Con respecto a la información, el docente debe tener presente el continuo perfeccionamiento de los métodos que emplea para hacer llegar al alumno la información argumentada, con riqueza histórica y cultural, al propio tiempo de perfeccionar las técnicas del debate y propiciar la reflexión individual y grupal al asignar las responsabilidades. Paulo Freire llamaba a la reflexión en el sentido que…"la información es un momento fundamental en el acto del conocimiento, lo que hay que preguntarse es cómo y en qué contexto se proporciona esa información. En la relación entre el educador y los educandos, mediatizados por el objeto que ha de descubrirse, lo importante es el juicio de la actitud crítica frente al objeto y no el discurso del educador… nunca hay que olvidar que toda información debe ir precedida de cierta problematización. Sin estos elementos la información se convierte en una simple transferencia que hace el educador a los educandos.

En tal sentido hay que recordar siempre lo que dijera Félix Valera hace más de un siglo referido a que la gloria de un maestro es hablar por boca de sus discípulos, y para lograrlo debe tener conocimiento de la maestría, saber comunicarse con claridad y tratar a sus alumnos con respeto, consideración y dignidad.

En su función reguladora, actúan la estimulación y control del comportamiento en cuanto a fines, motivos, necesidades, intereses y conductas de las personas implicadas. En lo afectivo, se produce el intercambio de estados emocionales, sentimientos, afectos, lo que permite la comprensión y percepción mutuas al lograrse una comunicación enfática.

La formación de valores es incompatible con el estilo de comunicación autoritario, unidireccional, no participativo; este tipo de educación, durante mucho tiempo ha caracterizado la escuela tradicional. En la práctica educativa actual se aboga por la comunicación democrática donde la función afectiva ocupe un lugar cimero y el alumno se sienta autorizado, en confianza y seguro en el rol protagónico que le corresponde desarrollar en su aprendizaje.

Los valores son compartidos, por lo que supone un consentimiento, convenio o acuerdo sobre determinado tipo de relación entre muchas personas. Esto implica potenciar una comunicación donde quede regulado el comportamiento de cada uno, y se logre una relación afectiva adecuada.

CONCLUSIONES

La educación cubana como proceso y en su carácter social, tiene como fin la preparación del hombre para la vida, está fundamentada en la concepción dialéctico – materialista y martiana que permite el desarrollo de la personalidad basada en el enfoque socio – histórico cultural que responde a las aspiraciones e intereses de nuestra sociedad

La formación de valores es un proceso complejo, que transcurre en el desarrollo de la personalidad a través de la actividad y la comunicación que realiza cada persona en sus relaciones sociales. Precisamente, la actividad educativa dirigida sistemáticamente de forma coherente, garantiza la formación y el desarrollo del individuo.

En el proceso de formación de valores, es significativa, la influencia educativa que recibe la personalidad (niños, adolescentes, jóvenes) de la familia, de la escuela, de los medios de difusión masiva, de las organizaciones estudiantiles, del colectivo estudiantil, del laboral, de la comunidad; en fin, toda la sociedad tiene la responsabilidad con este complejo proceso, así como el propio individuo.

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Autor:

Carlos A. Tadeo González

Datos del Autor

Nombres y Apellidos: Carlos A. Tadeo González

Lugar de Nacimiento: Matanzas. Cuba

Profesión: Licenciado en Economía

Categoría Docente: Instructor

Profesor de: Investigación de Operaciones y Estadística

Estudios Realizados: Dirección por Objetivos, Metodología de la Investigación Contabilidad General

Trabajo Realizado: Cuba, Matanzas, Los Arabos, abril 2008

SEDE UNIVERSITARIA MUNICIPAL

RAFAEL TREJO. LOS ARABOS

MATANZAS

Partes: 1, 2
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