2. Edipo demasiado grande: la Carta al padre es un retrato dentro de una máquina compleja. Hay un deslizamiento de un Edipo neurótico (que no deja de culpar al padre) a un Edipo perverso y luego un reproche paranoico. ¿Por qué perverso? 1º digo: yo soy inocente; 2º que el padre es culpable, pero 3º él también es inocente. ¿Por qué paranoico? La neurosis manifiesta el deseo subsumido, ella crea a Edipo, no a la inversa. El nombre del padre sobrecodifica los nombres de la historia. No obstante, es posible hacer del rostro de padre un mapa del mundo, una gigantografía que exhibe todas sus imperfecciones. Se rompe el callejón sin salida. Se conecta a una madriguera y sus múltiples salidas. Exagerar a Edipo, perversa y paranoicamente para liberar al deseo. Debajo del triángulo edípico actúan y se multiplican otras tríadas más activas, las tríadas son relaciones inconsistentes, difusas, en perpetua transformación recíproca por deformación o proliferación de sus elementos. "todos los niños tienen un mapa geográfico y político con contornos difusos y móviles" (Kplm. 21). Sus puntos de referencias son personas: el judío, el alemán, el checo. A las potencias fascistas les responde un devenir-animal (Gregorio en su devenir cucaracha en la Metamorfosis), pero no como sustituto del padre. En este sentido, el arquetipo re-territorializa y el devenir–animal desterritorializa; traza una línea de fuga. Movimiento, vibraciones, umbrales de intensidad. El sonido animal, el graznido de la cucaracha deforma la resonancia del significante: permite huir del burócrata, del negocio, del principal: la huída puede ser inmóvil, en el lugar, pura intensidad. Aunque siempre se corre el peligro de la re-edipización.
Una literatura menor
sólo la expresión permite hallar la salida. La literatura menor, es la de una minoría –étnica o de otro tipo- dentro de un idioma mayor. El alemán de los judíos checos. El alemán de Praga 1º es una lengua desterritorializada, igual que el inglés de los afro-americanos en EEUU; 2º en la literatura menor todo es político; en las grandes literaturas se subrayan los problemas individuales y familiares, se deja lo social como trasfondo; en la literatura menor el espacio es más reducido, y por eso lo personal se conecta de inmediato con lo político; 3º todo es colectivo, no hay enunciado individual, sino enunciado colectivo. El primer agente revolucionario para una minoría es la literatura. "La maquina literaria revela una futura máquina revolucionaria" (Kplm. 28). El enunciado no remite a un sujeto de enunciado, ni a un sujeto enunciador. Sólo hay agenciamiento colectivo de enunciado ¿cuáles son las condiciones revolucionarias de una literatura menor? Encontrar el punto de subdesarrollo –el propio desierto-. La literatura proletaria o marginal sólo pude establecerse como tal si se promueve una literatura menor. Así la literatura se convierte en máquina colectiva de expresión que puede arrastrar los contenidos. ¿qué es una máquina de expresión? es el dispositivo que hace de que la lengua produzca una desterritorialización múltiple. Hacer del alemán un uso intensivo. ¿cómo arrancar de nuestra propia lengua una literatura menor y hacerla huir por una línea revolucionaria sobria? La palabra es una desterritorialización de la boca, disyunción entre comer y hablar. Alimento o palabra (contenido o expresión. El sentido de la expresión es una re-territorialización que comienza con la desterritorialización del ayuno en la expresión. Sólo así nace el uso representativo del lenguaje: sujeto enunciador y del enunciado. Pero es preciso abandonar el sentido para que funcione la máquina de expresión. A) el sentido se desterritorializa a partir del sonido en el devenir-animal. Un lenguaje sin sentido, arrancado al sentido, materia viva expresiva no-formada. B) hacer de las cosas extensas una pura intensidad, diferencias de intensidad. La diferencia se marca gracias a los "tensores" o intensivos, a todo lo que trace un línea de fuga en el sentido común de una lengua mayor. Una misma comunidad puede usar hasta cuatro lenguas. 1) vernácula (de aquí) 2) vehicular-estatal burocrática (por todos lados); 3) referencial-cultural (allá) 4) mística (más allá). A su vez, cada función se divide o multiplica los centros de poder. Un caldo de lenguas: las relaciones entre ellos determina lo que cada una puede decir o callar. Con la caída del Imperio Austrohúngaro, la lengua vehicular avanza sobre otras funciones, lo que no sólo implica una desterritorialización, sino que puede traer re-territorializaciones profundas basadas en el tradicionalismo: desterritorializaciones poblacionales y re-territorializaciones religiosas. Einstein desterritorializa el universo. Para Kafka lo vernacular es el checo, lo vehicular el alemán burocrático, lo referencial el alemán de Goethe y lo místico el Yiddish. Cada uno tiene un coeficiente de desterritorialización y re-territorialización. La sobriedad y el devenir-animal de Kafka hace del alemán de Praga una desterritorialización. Ser extranjero en la propia tierra, hacer un uso menor de la lengua estatal. El humano moderno es la producción de la lengua mayor estatal. El uso menor libera de la opresión política, desarrollar una lingüística del tercer mundo, injertar lo animal en lo humano: todo esto es una filosofía pop (Kplm. 43) Soñar el devenir de una literatura menor.
las formas contenido-expresión no configuran una relación estructural, sino una máquina de expresión capaz de desorganizar las formas de expresión y arrastrar las formas de contenido; lo que da a lugar a una confusión entre expresiones y contenidos en una materia intensiva. La expresión rompe las formas expresadas y los contenidos; su función es arrastrar la materia. Los componentes de la máquina literaria de Kafka son tres: cartas, cuentos y novelas. 1) Cartas: hay un uso perverso de las cartas, un pacto diabólico que sustituye el contrato matrimonial. Las cartas son rizomas, el epistolario exige un intercambio de energía para motorizar la creatividad literaria (las invenciones técnicas como el tren acortan las distancias, re-actualizan el vínculo cara a cara, las cartas mantienen un vínculo fantasmal) las cartas refluyen la dualidad del sujeto: enunciador y del enunciado. (a) En la carta hay un uso perverso de la dualidad subjetiva. Es el sujeto del enunciado el que se moviliza, y el enunciador permanece estático. (b) Las cartas crean la inocencia del doble sujeto y de la destinataria, sustituye el destino por el destinatario. (c) el viaje del sujeto del enunciado reintroduce la culpabilidad. Allí sólo hay una indicación de otro problema: el miedo a no poder controlar las nuevas formas creadas, lo que lleva a reterritorializar el rizoma-carta, a tapar sus salidas. 2) Cuentos: su objetivo es trazar una línea de fuga, muchos cuentos por este motivo son de animales. El devenir-animal es algo para lo que las cartas son insuficientes. En el metamorfosearse en animal hay una desterritorialización absoluta –en distinción a los viajes humanos como desterritorializaciones relativas-. A diferencia de las cartas en el devenir no queda nada del doble sujeto. No obstante, al cerrarse en sí mismo el cuento cierra, a su vez, la línea de fuga. El devenir-animal oscila entre un Eros-esquizo (comienzo de la Metamorfosis) y un Tánatos-edípico (fin del cuento). El cuento inspira a la novela, puesto que el devenir-animal ya se hace un devenir molécula, a partir del cual la multiplicidad de singularidades forman un agenciamiento maquínico que sólo puede desarrollarse en la novela. 3) Novelas: el devenir deja lo animal y pasa a lo maquínico y al agenciamiento. Así se llega a un Eros-burocrático-policíaco-judicial-político-económico. ¿cómo reconocer este cambio en Kafka? (-1– ) Cuando el texto trata de animales no puede desplegarse en novela. (-2-) Si el devenir-animal contiene suficientes índice maquínicos puede derivar en novela. (-3-) Un texto novelesco es abandonado si tiene una salida animal. (-4-) Si los índices maquínicos se organizan en un agenciamiento consistente se entra en una novela. (-5-) La máquina concreta se despliega si está conectada a un agenciamiento socio-político. Cuando la máquina cosificada se engancha de elementos humanos, ya no de animales, se logran efectos más violentos y "deseos deshumanos infinitamente más fuertes" (Kplm. 62). La maquina literaria contiene cartas y sus pactos diabólicos, cuentos y sus devenires-animales; novelas y sus agenciamiento maquínicos; más, la comunicación transversal entre los elementos en más de un sentido. Kafka no es apolítico, sus líneas de fuga arrastran lo socio-político. "La expresión precede al contenido y la lo arrastra" (Kplm. 65). Kafka enuncia el provenir, enunciado y deseo son la misma cosa: micropolítica.
la ley, en cuanto forma vacía, sin contenido, su objeto es incognoscible. La ley se enuncia en la sentencia y se conoce en el castigo. Kant es el autor del paso del derecho griego al derecho judío-cristiano. En el platonismo, las leyes dependían de la Idea del Bien. A partir de Kant, la ley trascendental determina el deber-hacer lo correcto. La máquina sólo necesita esta imagen de la ley vacía para empezar a funcionar. Kafka realizar la primera diatriba a la razón burocrática. La ley se enuncia sobre el cuerpo en el castigo: enunciado práctico. La diatriba se formula como DESMONTAJE: 1) eliminar el a priori de la culpabilidad ya que es un movimiento aparente que impide al movimiento real. 2) la ley no es trascendental, sino que carece de interioridad, está en el infinito. Se enuncia, no por la exigencia de su trascendencia, sino que el enunciado hace a la ley, despliegue de un poder inmanente. No hay trascendencia de la ley, ni interioridad de la culpa, ni subjetividad de la enunciación. El desmontaje muestra que bajo el movimiento aparente hay un flujo molecular, composición de agenciamientos maquínicos. Cada engranaje de la máquina literaria tiene su tonalidad afectiva, pero no emanan de la culpabilidad. Las cartas: el miedo al contra-flujo; los cuentos: el placer por la fuga; la novela: el placer por el desmontaje. El que Kafka no emita una crítica social, no deriva a un tribunal íntimo, una autocrítica. Él crea líneas de fuga donde el mundo y su representación son arrastrados. Entonces, la función de la escritura es transcribir dispositivos, y desmontarlos. En la obra kafkaiana existen tres instancias: Índices maquínicos, máquinas abstractas y agenciamientos maquínicos. A) los índices son elementos, objetos, configuraciones; pero dadas las condiciones, no se conocen cómo están dispuestas, ni cómo funcionan. Mientras se esta montando la máquina, esta ya está en funcionamiento ¿qué función tienen cada parte? ¿cómo hacen funcionar a la máquina? B) la máquina abstracta ya está en pleno funcionamiento y a la vez comienza a desmontarse, ya desconecta sus elementos, persiste aquí un movimiento aparente. C) en las novelas reinan los agenciamientos maquínicos, donde los índices se agrupan en series y atraen figuras humanas. Las máquinas abstractas se propagan en los dispositivos concretos y mide cantidades maquínicas (Kplm. 76). El agenciamiento hace un desmontaje de la máquina y de su representación, funcionan como desmontaje. En cambio, la crítica sólo pasa por la representación. El agenciamiento acelera el movimiento de lo virtual, de lo porvenir, que es real sin ser actual. Funciona como desterritorialización, y descodificación de flujos. Se trata de un desmontaje, no de las instituciones, sino de procesos en un movimiento virtual; es decir, la experimentación de lo socio-político (ni crítica, ni interpretación). ¿cómo hace funcionar lo instituido? La ley es sólo apariencia del deseo, "la justicia es deseo, no hay ley" (Kplm. 77) tampoco Necesidad. Únicamente hay libido; deseo alado = Azar= deseo en movimiento. Emerge una polivocidad del deseo respecto a la multiplicidad de singularidades de la Máquina de justicia. Es el delito el que hace funcionar a la justicia. La justicia no es representación de la ley, no hay oposición entre deseo y ley. El deseo tampoco se distribuye, según un orden superior, entre dos ideas opuestas de ley; tal es la interpretación hegeliana de la Antígona de Sófocles: ley fraternal y ley estatal. Lo importante es lo que está debajo de todos estos conflictos dialécticos, a saber, un devenir molecular. El teatro realiza esta composición: en escena todo lo molar y visible, pero tras bastidores un movimiento molecular. La justicia despliega la conexión entre deseo y poder. Se refiere entonces a renunciar a la trascendencia de la ley. Lo incognoscible no remite a una supuesta teología negativa en Kafka, ni a una jerarquía infinita: sino a la contigüidad del deseo. Contigüidad y segmentariedad del poder. Todo pertenece a la justicia. Allí se revela la inmanencia del deseo. La representación es una interposición entre una singularidad y su deseo: una restitución en la trascendencia de la imagen de la ley. Sin embargo, la justicia persigue su libido, la ley es sonido-intensidad en el enunciado que fluye. "la trascendencia era sólo máquina abstracta, pero la ley existe en la inmanencia del agenciamiento maquínico de la justicia" (Kplm. 79). El Proceso de K es el desmontaje de la trascendencia de la ley, la justicia es experimentada como proceso, es decir, como desarrollo intensivo del deseo. Existen tres modalidades de juicio procesal: (1) el perdón definitivo, como fin del proceso y del deseo. (2) el perdón aparente, propio de la maquina abstracta de ley, que contrapone deseo y ley. (3) el aplazamiento ilimitado, donde el agenciamiento maquínico produce una ley descodificada y un deseo desterritorializado. Rechazar el perdón aparente no conduce a desear el perdón real o a aceptar la culpa. El perdón aparente es un círculo infinito, pero limitado y discontinuo. El círculo vicioso crea una oscilación entre inocencia y culpabilidad debido a lo discontinuo de sus elementos, y crea la apariencia del límite final del proceso. En cambio, el aplazamiento es finito, pero ilimitado y continuo. Lo continuo está asegurado por la contigüidad de sus segmentos y por eso el proceso no tiene límite.
3. ¿Cómo funciona el agenciamiento? Se debe explicar el desmontaje, los elementos y sus conexiones. Las conexiones forman series, una proliferación de series que desbloquean las salidas. Existen series dobles o tríos que siempre remiten a triángulos familiares y estos a triángulos burocráticos, en los dobles o en sus resonancias hay algo bloqueado. La novela hace estallar a los triángulos y hace que sus elementos formen series, "multiplicar los dobles y los triángulos hasta lo ilimitado y lo indefinido para abrir el campo de inmanencia, para el desmontaje, para conectar con las corrientes sociales" (Kplm. 86). La máquina de expresión precede y arrastra a los contenidos. Transforma la función de los elementos de representantes de una jerarquía a agentes y engranajes de un agenciamiento maquínico. Cada funcionario burocrático revela una posición de deseo "no hay deseo de poder, el poder es deseo, el deseo es plenitud, ejercicio, funcionamiento" (Kplm. 87). Poder de la máquina, deseo de hacer funcionar o de ser materia prima para ella. El poder no es piramidal, ni una trascendencia infinita, sino que sus elementos forman síntesis conectivas, segmentos, líneas por contigüidad. Cada segmento es una máquina y a la vez, una pieza de máquina. "El deseo es polívoco, la polivocidad hace de él un solo deseo único que lo baña todo" (Kplm. 98). La literatura de Kafka es una máquina célibe, por su sobriedad; y que sin embargo, no deja de llevar lo segmentario a un movimiento virtual, propagar los segmentos: deseo capitalista, fascista, burocrático. Arrastrar los contenidos en líneas de fuga. El deseo se cristaliza en formas de expresión y contenidos, y así mismo, las arrastra en expresiones libertarias y contenidos deformados; es allí que da con lo ilimitado del campo de inmanencia. Un Eros burocrático que restituye la ley trascendente paranoica y líneas de adyacencia que imponen la ley esquizo-inmanente, todo constituye un bloque histórico: aquellas fuerzas que para Kafka están golpeando a nuestras puertas.
4. Conectores: las series tienen unos elementos que permiten conectar con otras series, "aumentan las conexiones de deseo en el campo de inmanencia" cada uno está en el gozne, la contigüidad, que hace al proceso, como "fuerzas ilimitadas de lo continuo" (Kplm 97). En Kafka las jóvenes ocupan ese lugar, revelan la identificación entre justicia, deseo y esas jóvenes; "la joven se parece a la justicia, sin principio, azar" (Kplm 98). El deseo más erótico opera una carga política y social. Ellas pueden crear líneas de fuga, establecer o restablecer el poderío de lo adyacente. Hermanas, putas, sirvientas: anti-conyugales, anti-familiares; en todos los casos personajes secundarios, minoritarios. 1) la hermana ofrece la fuga de la máquina familiar: libertad de movimiento. 2) las empleadas: conjugan una queja colectiva dentro de la máquina burocrática; libertad en las formas de expresión. 3) las putas: liberan el deseo de cualquier máquina: familiar, burocrática, conyugal. Para Kafka deben ser figuras intercambiables, hacer pasar la hermana por una sirvienta, y por una puta: un incesto esquizo (Kplm 101). El psicoanálisis se equivoca al tomar a la hermana como sustituto de la madre, a la criada como un derivado y a la puta como una formación reactiva. Las figuras conectivas de Kafka fueron interpretadas como expresiones de masoquismo; pero éste no se abriga en Kafka. Aunque exista una relación de afinidad entre Sacher Masoch y Kafka que el psicoanálisis no consigue ver; por ejemplo, ambos comparten una fascinación por las criadas y las putas como partes de las minorías sociales. ¿Qué es un incesto-esquizo? Se contrapone al incesto-neurótico, en este último se tiene a la madre como su territorialidad. Responde a la ley paranoica trascendente de la prohibición (y de la transgresión como su contracara). Está unida a las fotos, retratos, recuerdo, representaciones que aíslan las conexiones, postulan un significante único, se neutraliza el campo socio-político. El incesto-esquizo está del lado de las minorías sociales, y por es ya una desterritorialización inmanente, forma líneas de fuga, es progresivo, huída en el sonido, multiplica las conexiones. Todo inicia, finaliza, y se acelera merced a los conectores. Cada uno marca un territorio y hace pasar a otros segmentos. Asimismo, hay en la literatura kafkaiana dobles homosexuales que actúan como figuras conectivas; hermanos, burócratas con vestidos entallados. En resumen, se presentan tres conectores. 1) series ordinarias (dobles homosexuales). 2) series excepcionales (jóvenes mujeres). 3) el artista homosexual que atraviesa todos los segmentos y arroja directamente a la inmanencia. Punto de conexión, punto excepcional, punto singular parecen impresiones estéticas (subjetivas) pero en Kafka reina el realismo. No son impresiones subjetivas, sino puntos objetivos, son piezas, engranajes de la máquina de expresión, que debemos calificar como una máquina célibe; ésta produce cantidades intensivas directamente en el campo social. Solitaria y social (Kplm 109).
5. Bloques, series, intensidades: bloques discontinuos o fragmentos distantes que dependen de la ley trascendental, ley paranoica del déspota. Ésta impone una apariencia del mundo que redunda en los cuentos pero remite a un agenciamiento de justicia, a la ley esquizo. Es allí que se pasa del perdón aparente al aplazamiento ilimitado. "la trascendencia del deber deja lugar a una inmanencia del deseo nómada a través de todo el campo social" (kplm 111). Al poder del déspota se opone el deseo de los nómadas –finito, ilimitado, continuo-. Se pasa de un círculo de arcos discontinuos a una línea recta ilimitada, y la contigüidad es asegurada por las puestas traseras de las oficinas. Hay dos burocracias que coexisten: una moderna y otra arcaica de la época imperial. Lo paranoico revive el poder despótico de las burocracias arcaicas (en la torre infinita imperial) y lo esquizofrénico se despliega en la aplazamiento ilimitado del proceso (línea recta ilimitada de las oficinas). Lo moderno nace en las formas arcaicas. Kafka es el gozne entre ambas. Los bloques en Kafka se ordenan en series: 1) bloques arcos, en forma de círculos discontinuos. 2) bloques segmentos, en línea recta ilimitada por la contigüidad de los segmentos que se mantienen alejados unos de otros. 3) bloques-series, cuando los segmentos pierden la distancia ganan obstáculos móviles, segmentación continua. 4) bloques de intensidades, los obstáculos se vuelven umbrales, para series intensivas, la tarea es hacer mapas de intensidades. 5) bloque de infancia: no un recuerdo que siempre es edípico y territorial; sino el bloque infantil es deterritorializante e intensivo (incesto con la hermana, homosexualidad con el artista) inyecta niñez en el adulto y adultez en el niño: un manierismo kafkaiano, plena sobriedad expresiva. El manierismo aparece por ejemplo cuando los niños castigan a los dos policías; mantiene los elementos cercanos. En cambio hay también un manierismo cortesano, por ejemplo los señores que matan a K; alejan lo continuo. Dos polos y en el medio un devenir esquizo kafkaiano.
6. ¿Qué es un dispositivo? El dispositivo tiene dos fases: un agenciamiento colectivo de enunciado y un agenciamiento maquínico de deseo. La máquina es técnica y a la vez social cuando apresa a hombre y mujeres como sus engranajes. No sólo como trabajo enajenado, sino –con más fuerza aún- en sus descansos, sus protestas, sus amores. En la oficina hay una distribución administrativa, social y erótica, la maquina es deseo –no deseo de máquina- el deseo forma la máquina, forma conexiones y sus desmontajes. El enunciado es parte de la máquina, Kafka está en gozne de la máquina técnica (como forma de contenido para el campo social) y el enunciado jurídico (como forma de expresión para todo enunciado). Debe entenderse como real la siguiente operación: máquina + deseo + enunciado = agenciamiento. El enunciado no remite a un sujeto (aunque sea doble), en Kafka reina un máquina célibe, una singularidad que cuando produce enunciados lo hace en relación a su comunidad. La literatura se adelanta al mundo y todo lo expresado es enunciación colectiva: el célibe actual y la comunidad virtual son parte de un mismo agenciamiento colectivo. Éste no reemplaza al sujeto, hace de este un engranaje. K no es un sujeto del enunciado, sino una función general que se multiplica por sí mismo. Cumple un función social y erótica ¿por qué en el deseo, lo jurídico rebasa lo maquínico? La enunciación precede al enunciado, la expresión al contenido; aunque el dispositivo
De lo estudiado hasta aquí, podemos indicar dos cosas:
Primero, respecto de la obra Kplm, no se trata de una nueva interpretación de la literatura kafkiana, de una nueva variante hermenéutica para este caso. No hay allí una escueta diferencia interpretativa, sino conceptual (y en última instancia, filosófica), que está más allá de las criticas literarias y tesis lingüísticas que se hayan realizado sobre Kafka. Deleuze y Guattari insisten en la diferencia entre interpretación y experimentación. De ahí que la expresión pueda arrastrar un contenido, ya que la relación lingüística: expresión-contenido toma en los autores una función maquínica y no meramente estructural. Asimismo, se advierte la conexión entre una literatura mayor con el individuo y la familia; mientras que una literatura menor se conecta con lo social y lo político. El caso Kafka les sirve a los autores para mostrar la relación entre literatura y micropolítica, y que esta conexión se centra en la prioridad socio-político del deseo y del inconciente. De allí se deduce la inversión causal entre el complejo de Edipo y la neurosis, según los autores, esta última patología sería generadora de la figura edípica, y no al revés como lo piensa el psicoanálisis en general. Estos aportes también permiten especificar a la literatura proletaria como una parte secundaria de la literatura menor; así como que el desmontaje se diferencia en cuento experimentación esquizoanalítica de cualquier crítica politólogo.
En segundo lugar, es posible ver una serie de conceptos que persisten desde el AE, tales como "resonancia", "terrritorialización", "línea de fuga", lo mismo que la crítica al psicoanálisis freudiano-lacaniano. Como también podemos observar una nueva batería conceptual, que luego constituirá, en buena parte, el marco teórico de MP. Como ejemplo de esto nombremos simplemente tres de ellos: el "Rizoma", la "Máquina abstracta", el "Agenciamiento". Si recordamos que el esquizoanálisis es presentado en el AE como una orientación materialista de la psiquiatría, alternativa a la psiquiatría sustentada en las teorías freudianas y lacanianas. El cuarto capítulo de la introducción del AE se explaya detenidamente sobre la cuestión. Entre otras cosas, afirma al inconciente como máquina productiva de deseo, que el deseo pertenece al plano de lo real y no puramente al simbólico; en fin, que las categorías freudiana-lacanianas presentan una concepción idealista de la psique humana (AE 29-42).
Entonces, la preocupación semiológica y lingüística que es posible constatar en MP, sobre todo en las mesetas tres, cuatro y cinco (MP 47-154), se encuentra ya desarrollada en Kplm. Un concepto como "Máquina abstracta" es prácticamente imposible se ser pensada dentro del marco teórico del AE. La principal discontinuidad está fijada en el hecho de que el concepto de "máquina deseante", fundamental en el AE, no sólo desparece a partir de Kplm, sino que es reemplazada por el de "Agenciamiento". Debemos aclarar que es algo más que un reemplazo nominal, puesto que el agenciamiento brinda una comprensión conceptual que la máquina deseante carecía. Esta diferencia podemos observarla en la relación expresión-contenido que emerge con la máquina política kafkiana. Los aportes de Hjelmslev apenas son notificados en AE, sobretodo en su conexión con el lenguaje capitalista (AE 250-251), mientras que son apropiados y reelaborados en MP. Y como vimos, tal reelaboración conceptual es observada ya en Kplm.
Por todo esto, podemos afirmar que el AE es la obra más marxista, (y por ello, para algunos menos metafísica) de Deleuze. Así también, señalamos que el problema de la virtualidad, es decir, del plano virtual de lo real, inexistente en el AE, vuelve a parecer a partir de Kplm, y con mayor fuerza en MP. De seguro, la influencia bergsoniana haya sido más contundente en la filosofía deleuziana, que el marxismo en general. Aunque esta problemática no pueda ser trabajada en toda su extensión aquí. Ya que lo que nos propusimos aquí fue advertir las discontinuidades teóricas entre el AE y MP; además, que tal discontinuidad tiene su gozne en la obra Kplm, al que dedicamos la mayor por parte de nuestro análisis.
Por último, debemos aclarar que los aportes deleuzianos no pueden ser entendidos como un nuevo idealismo del lenguaje, sino como concepción positiva y tan importante para la vida humana como las condiciones económicas existentes en cada sociedad. Las formas expresivas son un elemento constitutivo, tanto de los dispositivos de dominación, como de los mecanismos de resistencias y líneas de fuga frente al sistema capitalista y cualquier otro sistema de opresión.
Deleuze Guilles y Guattari Félix. El Anti-Edipo Capitalismo y esquizofrenia. Bs. As. Paidós. 2005. Trad. M. Monge. 1º edición en francés 1973
——————–Kafka, por una literatura menor. Madrid. Editorial Nacional, 2002. Trad. J. Aguilar Mora. 1º edición en francés 1975.
——————- Mil Mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia. Pretextos. 2002. Trad. J. Vazquez Pérez. 1º edición en francés 1980.
Autor:
Peralta Darío
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