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Enigmas de Chan Chan, Perú en el siglo XI


  1. Una introducción necesaria
  2. Caracterización sociocultural del complejo arqueológico Chan Chan
  3. Naturaleza arquitectónica del complejo arqueológico Chan Chan
  4. Economía, agricultura y pesca
  5. Artesanía y otras manufacturas
  6. Problemáticas socioculturales que inciden en la conservación patrimonial del complejo arqueológico Chan Chan en Trujillo, Perú
  7. Una última acotación
  8. Bibliografía

Una introducción necesaria

Como nunca antes, la cultura de los pueblos está en peligro, amenazada por la globalización neoliberal que trata de borrar las identidades nacionales en detrimento de sus elementos autóctonos, imponiéndoles un modelo enajenante que los aleja de sus raíces culturales, para de esta manera hacer más angosto el camino hacia la preservación y conservación de la memoria histórica de los pueblos.

Con la llegada de Cristóbal Colón a América, se produce el denominado encuentro, choque o colisión de su cultura con la nuestra, también se habla de descubrimiento, lo que no se sabe a ciencia cierta es, ¿quién descubrió a quién?, ya que se ha sistematizado que los "descubiertos" poseían un importante desarrollo de la astronomía y la arquitectura; en muchos casos ya contaban con viviendas, medicina, religión, formas de vestir, además de sofisticados mecanismos de cultivo y otras manifestaciones culturales que perduran hasta nuestros días.

Muchas de estas culturas "descubiertas" tuvieron centro de coincidencia en el Perú, donde se desarrollaron sociedades de alta complejidad política y cultural entre el tercer milenio a. C y el año 1532, época en que se desata la conquista de país. Destacan la cultura Inca, Moche, Tiahuanaco, Huari, Nazca, Chimú y otras. Centraremos el presente artículo en el Complejo Arqueológico Chan Chan, sitio cultural que fue el suelo principal de la cultura Chimú; el mismo está ubicado en la costa norte del Perú. Sitio que desde 1986 fue declarado por la UNESCO, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Sin embargo, el lugar llega al siglo XI con un estado de deterioro, producto de la falta de recursos para su restauración y las afectaciones causadas por las inclemencias del tiempo. Asimismo, los problemas de identidad cultural y la falta de sentido de pertenencia en torno a este bien patrimonial, también, la inadecuada explotación turística de que es objeto el lugar.

Caracterización sociocultural del complejo arqueológico Chan Chan

Desde fines del intermedio temprano 600 d.C., y comienzos del horizonte medio 700 d.C. en la costa norte del Perú, surgen nuevos modelos de ciudades, donde la estructura principal no era únicamente una pirámide ceremonial, sino una gran cantidad de cuartos y edificios cercados por grandes muros o canchones, que era la urbe principal del reino Chimú, el cual logró extenderse en un territorio que superó los 1 300 Km., por la parte norte desde el Valle Moche hasta el río Zuramilla en Tumbes, y por el sur se extendieron hasta el río Chillón, cerca de Lima, Perú.

Su dominio abarcó desde las orillas del Pacífico hasta las primeros estribos rocosos de los andes en un territorio aproximado de 40 000 Km². Sin embargo es en el Valle Moche, frente al mar, a mitad de camino entre el balneario de Huanchaco y la ciudad de Trujillo, Perú; donde se establece la sede principal del reino y se erige el monumento arquitectónico que hoy conocemos como el Complejo Arqueológico Chan Chan.

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No existe una versión clara acerca del significado del vocablo Chan Chan, pero se presume que podría derivarse de jan-jan que significa sol – sol o del vocablo sian – sian o shian – shian. La voz shi se traduce como luna y an, como casa, siendo de esa forma que se entendería como Casa de la Luna, entendiéndose que la luna era su deidad principal y la que regía el tiempo.

Este reino expandió su poder en la región central y norte del Perú, gracias a su organización militar, a su fuerte estratificación política, social y religiosa; sin embargo, su núcleo principal de poder siempre permaneció en el Complejo Aruqoelógico Chan Chan, el cual es considerado como la ciudad prehispánica construida en barro, más grande de Latinoamérica y el mundo.

Naturaleza arquitectónica del complejo arqueológico Chan Chan

Si se tratase de definir la arquitectura de Chan Chan, se podría concluir que fue pensada para ceremonias y rituales religiosos, como adoración a dioses o actividades funerarias.

En los muros interiores que rodean a las plazas, se aprecia una variada decoración, donde se utilizó la técnica de alto y bajo relieves, los cuales se presume que respondían a cálculos calendáricos, por sus cantidades asociadas a cifras que tenían que ver con los movimientos de la luna.

Las imágenes esculpidas predominantes eran relacionadas a la vida marítima, pues hay muestras de verdaderos paisajes marinos que narran hechos acaecidos en las orillas del mar o dentro del mismo. Otras imágenes muestran aves marinas, una especie de ardilla marina y peces de diferentes especies y formas geométricas.

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Economía, agricultura y pesca

La agricultura fue la base fundamental de la economía Chimú. Poseían grandes extensiones de tierras dedicadas exclusivamente a la actividad agrícola. También aprovecharon el agua del subsuelo, para ello construyeron huachaques o chacras hundidas, que les permitían obtener mejores cosechas al año, sobre todo en tiempos de sequía.

En el valle se producía una variada gama de alimentos como el camote o boniato, la yuca, varios tipos de zapallo o calabaza, frijoles, pallares, maíz y otros. Entre los frutales cosechaban huabas o pacaes, guayabas, ciruelas, chirimoyas, guanábanas, lúcumas y otras más como el mango.

Los chimú utilizaron embarcaciones de distintos tipos y formas, pero la más conocida fue el Caballito de Totora, con los que se adentraban en el mar para obtener mejores piezas de pesca o de recolección.

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El sistema económico y social tuvo una organización estatal que les permitió el manejo, organización y monopolización de la producción, así como el almacenamiento, la redistribución y el consumo de bienes y productos.

Artesanía y otras manufacturas

Se conoce que la metalurgia fue una manifestación de gran importancia cultural, económica y política para los chimúes, pues el uso del bronce para sus herramientas y armas les permitió las conquistas en amplios territorios de los Andes Centrales.

Trabajaron el enchapado, troquelado, estampado, dorado, y con muchas otras técnicas que sirvieron para hacer exclusivas obras que hoy podemos encontrar en vasos, máscaras funerarias, cuchillos, recipientes, figuras de animales sólidas o vacías, brazaletes, alfileres, coronas, y otras.

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Moldearon la arcilla y obtuvieron de ella una muy variada producción de vasijas, recipientes, figuras, esculturas, y muchas otras obras que fueron usadas para las ceremonias funerarias o en el embellecimiento interno y externo del sitio sagrado.

La cerámica para sus ceremonias obtenían todas las variaciones del gris en los hornos cerrados, de reducción o por ahogación del calor. En la greda cocida o cerámica se han plasmado muchas representaciones realistas de seres humanos, de animales, frutos y personajes, así como de escenas mitológicas y eróticas.

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Otro logro significativo de la cultura Chimú fue su textilería, expresada a través del dominio de las técnicas de confección y de diseño, basadas con gran refinamiento estético e iconográfico. Confeccionaron telas, gasas, brocados, bordados, telas dobles, telas pintadas y otras confecciones textiles que fueron adornados con plumas, así como con placas de oro y plata.

De igual manera tallaron la madera. Esculpían retratos de personas, cetros, vasos ceremoniales o pequeñas imágenes de seres sobrenaturales y de dioses.

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Hacia la segunda mitad del siglo XV, los chimú fueron sometidos por otra sociedad en expansión: la sociedad inca; pero hasta nuestros días llegan los fulgores de esta cultura que se desarrolló después de los mochicas, en el mismo territorio de estos que venían a ser sus antecesores y que siendo preincaica, su inteligencia política sirvió de modelo a estos conquistadores incas.

Toda la deslumbrante obra de esta sociedad, en cualquiera de sus áreas, tiene presencia en el territorio que hoy conocemos como el Complejo Arqueológico Chan Chan; el cual fue declarado por la UNESCO en 1986, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Problemáticas socioculturales que inciden en la conservación patrimonial del complejo arqueológico Chan Chan en Trujillo, Perú

En el presente artículo se asume la complementariedad metodológica o síntesis multimetodológica, con el objetivo de facilitar el uso combinado de diferentes perspectivas teóricas y metodológicas con la de los estilos investigativos: cualitativos y cuantitativos y de esta manera, identificar las principales problemáticas socioculturales que inciden en la conservación patrimonial del Complejo Arqueológico Chan Chan en Trujillo, Perú.

Como fruto de la observación científica pudimos constatar que existe en el interior de las áreas intangibles, parcelas agrícolas, canales de regadío y desarrollo urbano, también una alarmante acumulación de residuos sólidos tanto en las áreas circundantes, como al interior de la zona. Asimismo, es notorio un deterioro progresivo de los muros piramidales como producto de las inclemencias del tiempo. Existe el riesgo y/o peligro de la inseguridad, pues el conjunto arquitectónico está rodeado por grandes estructuras de adobe, las cuales no son vigiladas por parte de la policía del turismo u otra entidad, por lo que el lugar se presta para la ocurrencia de actividades delictivas.

Otro aspecto medular es que actualmente solo se realizan acciones de conservación, acontece que desde hace meses no se ha implementado en el lugar ningún proyecto de restauración, solo se hace mantenimientos y no labores de restauración sostenidas. Por otra parte, no existen techos destinados a la protección de los muros y demás estructuras del Complejo Arqueológico Chan Chan que ya han sido restaurados.

Con el objetivo de identificar estos problemas socioculturales se aplicó una entrevista a directivos, expertos e investigadores. La misma arrojó que existen problemas de identidad cultural producto de la falta de elementos sociales que se traducen en: desconocimiento, desmotivación, desinterés, falta de sensibilidad, desarraigo e indolencia por las tradiciones culturales, también se aprecia, falta de autoreconocimiento, falta de identidad étnica, adopción de patrones culturales extranjerizantes entre otros.

Otro factor señalado es la pérdida de las manifestaciones culturales como la tradición del Caballito de Totora y su reconocimiento oficial como Patrimonio Cultural de la Nación. El déficit de investigaciones socioculturales realizadas en el sitio, y en su caso no tienen el peso ni la profundidad científica necesarias. Ello coadyuva con una escasez de información en torno a la problemática cultural del complejo y su importancia para la formación histórico-cultural de los habitantes de la región y visitantes. También fue subrayada la inexistencia de propuestas objetivas para evitar que la agricultura, que continúa realizándose en la zona, dañe las estructuras y muros de las nueve ciudadelas y de las huacas, que forman parte del Complejo Arqueológico de Chan Chan.

A estas problemáticas se le puede adicionar que no existe personal que pueda trabajar a nivel institucional con prontitud y conocimiento, pues cuando cambian los gobiernos, cambian los trabajadores y contratan a otros sin ningún conocimiento previo. No se cuenta con un Plan Regional de Desarrollo Turístico que permita organizar la gestión turística del sitio, lo cual limita el desarrollo regional y la difusión de tan importante legado cultural.

Por otra parte se señaló que existe una deficiente promoción del producto en los medios de difusión masiva del territorio, ya que no se destaca en ellos el amor por lo nuestro, de igual manera no gozan de espacios o secciones donde se resalten los valores de nuestro patrimonio cultural. Asimismo la insuficiente producción literaria en relación con el tema, ya que no existe una política editorial definida y argumentada a partir de la conservación del patrimonio cultural en la región.

En este orden, la aplicación de una encuesta corroboró que muchas instituciones carecen de vocación de servicio y de sensibilidad. De esta manera no atienden a tiempo cualquier gestión que se haga a favor del monumento histórico. Se reprocha el falso indigenismo político; por una parte los discursos plantean recuperar la cultura ancestral y por la otra se mantienen indolentes ante la pérdida de las obras arquitectónicas hechas por nuestros antecesores.

Otras ideas giraron en torno a que las personas que tienen que ver con la gestión cultural, carecen de ejercicios para estas tareas o no cuentan con una preparación especializada para estas funciones. A lo que se agrega la organización de actividades nocturnas en las plazas interiores del sitio (conciertos, rifas, ferias y otros) que atraen la multitud. Está comprobado que estas actividades ocasionan un daño social en el lugar, que se traduce en: canchones rallados y sucios, estructuras debilitadas por la potencia de los equipos de audio, arrojo indiscriminado de residuos sólidos y otras indisciplinas sociales como la delincuencia a raíz del consumo de bebidas alcohólicas que ello trae consigo.

Todo lo señalado, suponen amenazas permanentes, porque cuando muchas personas no logran comprender lo que significa convivir en un monumento declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad y ponen sus intereses personales por encima del bien colectivo, se corre el riesgo de caer en la desmemoria histórica que corroe y/o socaba lo más importante y legítimo de nuestras cultura e historia, en el caso de las indisciplinas sociales (arrojos de residuos sólidos y líquidos, escalar lo canchones, práctica de motocross, guaqueo y otras) estas constituyen una carencia social de los valores más elementales del hombre en relación con la conservación del patrimonio cultural que ha heredado.

Una última acotación

El Complejo Arqueológico de Chan Chan está ahí, en pleno siglo XI, etapa en que el hombre es protagonista de muchos cambios de todo tipo que tienen lugar a escala global, pero con una sensibilidad cada vez más difusa para enfrentar los problemas socioculturales que el mismo ha creado. Una etapa donde la tecnología y la información ofrecen herramientas esenciales para el desarrollo y auge de casi todas las cosas, sin embargo seguimos padeciendo de un obscurantismo cultural que crece lastimosa y desmedidamente, pero queda la esperanza de que "el hombre origina la cultura y se enraíza en esta, en cooperación con los demás hombres" (Fariñas; 2005)

Pero encima de todo esto, el Complejo Arqueológico de Chan Chan, como muchos otros sitios históricos y culturales del mundo, sigue ahí. Sigue esperando por el hombre, esperando porque nosotros, no solo rescatemos lo que parece perdido, sino que comprendamos que con el hecho de legar a nuestros sucesores un patrimonio sano, cuidado y bonito, no solo estamos haciendo historia, sino que estamos reconociéndonos hacia dentro, como grupos humanos definidos e identificados con nuestra propia historia y cultura.

Bibliografía

  • Abranches, H., (1988) Identidad y patrimonio cultural. Editorial Ciencias Sociales. La Habana.

  • Alegría, C., (2012) "Defensa de Chanchán" en Vergara, A. (comp.) Chan Chan: Ayer y hoy. Perú, Ediciones Sian.

  • Arjona, M., (1986) Patrimonio cultural e identidad. Editorial Letras Cubanas. La Habana.

  • Campana, C., (2012) "Memorias del viento frente a Chan Chan" en Vergara, A. (comp.) Chan Chan: Ayer y hoy. Perú, Ediciones Sian.

  • Campana, C., (2012) Arquitectura y ceremonia en Chan Chan. Fondo Editorial UPAO. Perú.

  • Fariñas, G., (2007) Psicología, Educación y Sociedad. Editorial Félix Varela. La Habana. Cuba.

  • García Canclini, N., (2011) "Los usos sociales del Patrimonio Cultural". [En línea] Disponible en: http://www.methesis.fcs.ucr.ac.cr/blogs/abonilla/wp [Accesado el 28 de julio de 2012]

  • Guadarrama, P., (1995) Lo universal y lo singular en la cultura. Editorial Letras Cubanas. La Habana, Cuba.

  • M´bow, Amadou-Mahatar., (1982) "La dimensión humana" en El correo de la UNESCO. No. 7. Julio 1982, p 5.

 

 

Autor:

M.Sc. Enaidy Reynosa Navarro