- Resumen
- Introducción
- La relación objeto – sujeto
- La posición del sujeto frente al objeto
- La posición del objeto en el proceso de investigación
- Posición conciliadora de la relación objeto- sujeto
- El eslabón que une al sujeto con el objeto
- La investigación como fuente productora del conocimiento y de la interacción sujeto – objeto
- Hipótesis de trabajo final
- Conclusión
- Referentes bibliográficos
Resumen
Pensar en la relación objeto – sujeto en la producción del conocimiento, significa también pensar en los avances científicos y tecnológicos que vienen incidiendo en todos los órdenes sociales, políticos, económicos, comerciales. A su vez implican retos en perspectivas de las demandas crecientes de nuevas posturas ideológicas, teóricas, paradigmáticas y hasta pragmáticas que se conviertan en el sustento para la generación de nuevas aportaciones científicas.
En este marco de aprestamientos a la ciencia, las interacciones metodológicas y estratégicas resultan gravitantes para el enfrentamiento del fenómeno a ser intervenido, considerando también que la posición del objeto en su relación con el objeto, no puede ser aducida como un hecho acabado, sino que se trata de un andamiaje en constante construcción, pero además determinando que los dos actores forman parte de un todo y en igual forma, con antagonismos simultáneos.
La cuestión que aquí se plantea, no es nueva, más bien de lo que se trata es de generar una mirada al interior de la cavidad de la estructura donde se promueven las acciones que contempla la producción de ciencia, a sabiendas que en no pocas ocasiones socialmente se presenta un entretenimiento en los productos, pero que hay de los procesos y más allá de los procesos, que situaciones de ruptura científica son las que se alimentan y sobre todo cual es el rol de los protagonistas, entonces el análisis presentado se convierte en un elemento que aporta a un debate inmanente e indefinido.
Palabras claves
Relación Objeto – sujeto. Rupturas científicas. La posición del objeto. La posición del sujeto. Interés por el poder del conocimiento. El eslabón sujeto – objeto.
Introducción
Abordar el tema de identificación filosófica de la relación del sujeto con el objeto en la construcción del conocimiento a través de la investigación, mirar cuáles son sus posiciones y los nudos que los unen siempre será un tema apasionante, toda vez que la actuación concordada de estos dos actores, se convierte en la base de donde surge el conocimiento, de donde surge la ciencia. Pensar en esta relación significa idear – no idealizar – desde los diferentes momentos históricos de la sociedad, desde la posición, del Darwinismo Social, que compara a esta saciedad racional con la sociedad animal, donde se imponen los más fuertes sobre los más débiles; significa mirar desde las diferentes corrientes epistemológicas, del positivismo, del estructuralismo, desde la teoría critica, desde el modernismo, desde el pos-modernismo, etc. Todo con el objetivo de reflexionar desde y hacia donde tiene que estar orientada la construcción del conocimiento.
La concurrencia del hecho científico en demanda por ser interrogado y producido ubica diferencias entre las sociedades imperiales, capitalistas frente a las que aún no se encaminan hacia el desarrollo productivo del conocimiento. Las sociedades con grados mayores de crecimiento ha demostrado su primacía e interés por conocer y dominar con el poder que les faculta el control del conocimiento, para doblegar; mientras que desde las sociedades en desventaja también debe armonizarse la quietud para lograr engarzarse a un desarrollo equilibrado, equitativo, en ambientes de justicia y coherencia social de ciencia, que les posibilite reconstruir sus identidades individuales y recuperar la soberanía de sus estados, absorbida, por el inmenso pecado de no investigar y tener noción del conocimiento profundo construido desde sus propias habilidades, desde sus propias realidades y necesidades.
No se abordan y describen las características tanto del objeto como del sujeto, pues este, no se comporta como un documento instructivo que dice lo que otros dicen sin mediar consciencia, como lo que ha acontecido, que se reproduce lo que otros han hecho intencionadamente para alienar las mentes, sino que trata de instaurar un dialogo, con aportaciones que deberían ser fortalecidas, considerando que allí es precisamente donde debe empezar el proceso cognoscitivo. Si no conocemos como actúa el uno frente al otro, difícilmente los entendernos a la hora de producir conocimiento.
Hipótesis de trabajo
Al tratar el tema del conocimiento científico, los pensadores hasta el momento solo lo abordan como un producto acabado, descuidando la base fundamental en la que se produce ese conocimiento, que tienen que ver con las relaciones e interacciones del sujeto – objeto, lo que considerarlos en una primera instancia como los principales actores del proceso, garantizará que el conocimiento generado alcance niveles mayores de validez.
Objetivo general
Lograr mediante la identificación de la posición del objeto y del sujeto en el proceso de investigación, que el conocimiento producido alcance mayores grados de validez.
Objetivos específicos
Conocer las operaciones mentales que tienen que implementar el sujeto al momento de abordar al objeto, en un proceso de investigación.
Determinar mediante el análisis, cual es el estado del objeto antes de que el sujeto pueda abordarlo.
Establecer jerarquías entre el objeto y el sujeto en la interacción del conocimiento.
La relación objeto – sujeto
El pensamiento social y científico ha asumido como tradición el tratamiento del objeto – sujeto en la producción de ciencia la visión estrecha de su naturaleza, como si en este proceso el sujeto y el objeto se correspondieran invariablemente como un sistema en sentido normativo-utópico, del deber ser, con sistemas cerrados y en equilibrio, presididos por determinaciones inteligibles propuestas por un método científico concebido mucho antes del mismo Galileo.
Lo aseverado no dista de lo que ocurre en los hechos, puesto que no pude existir un objeto de investigación sin que se corresponda a un sujeto que lo investigue, o todo lo contario, sin embargo la disyuntiva estriba en la actividad independientemente de esta relación, en unidad y lucha de contarios, pero cada uno cumpliendo con un rol diferente, que es lo que en este caso de manera breve se pretende abordar.
El interés del tratamiento surge en circunstancias que los debates establecidos hacen un denominador común a la discusión por establecer grados de veracidad y legitimidad de las ciencias, vistas como un producto acabado del proceso investigativo. Al respecto J M Nodarse N Ursua, trae el tema de la filosofía de las ciencias humanas y sociales, Nota histórica de una polémica incesante, en la que no hace otra cosa que insertar al debate sobre el surgimiento de la ciencia y su validez, espiándola desde la posición Aristotélica y desde la postura Galileana, como encontrando dos momentos válidos que para muchos se engarza en lo que para la filosofía significa uno de los preocupantes problemas, pero que en definitiva tiende a mirar la incursión de las ciencias nuevas basadas en el encuentro de las causas que tienen lugar en el mismo mundo cognoscente y regidas por leyes de los mismos fenómenos capaces de ser explicados cuantitativamente. Y por la otra, está "la causalidad entre las premisas, causa formal, causa material, causa eficiente y causa final, comprendidas desde un modo teológico finalista", según lo aseverado, en el texto de Nodarse N Ursua.
Por su parte, Roberto Follari, en su armonización conceptual sobre el objeto y el surgimiento de las ciencias sociales, advierte, que si a nivel del objeto unas ciencias son sociales y otras naturales, a nivel de construcción, todas las ciencias son sociales. Como se observa, la advertencia marca distancia entre los dos actores fundamentales del proceso, les asigna un valor divergente tanto al uno como al otro, aunque para nada menos relevante entre sí, pero a pesar de aquello, en este caso, como en el anterior, la divergencia del análisis también toma partida por la veracidad de las ciencias nuevas frente a las físico-naturales. En una interpretación particular podría plantearse que aun en los albores del siglo XXI, ha sido difícil para el hombre, con la aparente revolución del conocimiento, aumento consiguiente de necesidades con requerimiento de soluciones, a las que ha acudido la tecnología; brindarse respuesta a lo que para la filosofía constituye uno de los mayores problemas, que es todavía lo complejo. Más sigue siendo complejo establecer los roles que cada uno de los actores cumplen en el proceso de producción de la ciencia, esta complejidad asoma por la diversidad de las formas en que se presenta el objeto especialmente en lo social, sin menos importancia de variedad en lo natural y sus diferentes manifestaciones que exigen grados de fluidez mental del sujeto para abordarlo.
La posición del sujeto frente al objeto
En la anterior descripción, como queda anotado, lo relevancia apunta a establecer la veracidad y hasta la calidad de la ciencia, internarse en la necesidad de encontrar respuesta a interrogantes de ¿Cómo el hombre produce el conocimiento? y ¿Cómo el hombre justifica el conocimiento?, significa no solo ubicarse en la teoría de la comprobación o de la falsación de Karl Popper, que sería válida al producto, por consiguiente contestar la segunda pregunta, sino que significa ir al encuentro de los métodos pertinentes para producir el conocimiento, estableciendo su coherencia lógica, su espacio histórico, su pertinencia empírica, además de sus motivaciones e intereses a la hora de enfrentar al objeto.
En la génesis de la historia de la humanidad, el mundo objeto, siempre se presentó al hombre como un conjunto de fenómenos complejos y misteriosos, desconocidos aun tanto en su conjunto como en sus casos singulares, siendo éste hombre a diferencia de los otros integrantes del reino natural, que ha tenido la capacidad no solo de adaptarse al mundo en que vive, sino fundamentalmente lo ha interiorizado para luego transformarlo en su provecho, pero para obrar de tal manera ha sido menester que a través de su existencia vaya de a poco conociendo la serie de cosas existentes, claro que al inicio dado su limitado conocimiento, debió acudir a la magia para explicar los diferentes fenómenos naturales. Posteriormente el mito asociado a la creación de seres materiales con características sobrenaturales, seres hacedores de todo lo que existía, para pasar a la concepción religiosa en reemplazo a la mitología, dándole a los seres materiales la forma de espíritus, para finalmente al urdir un pensamiento más complejo producir lo que más tarde y hasta hoy se denomina ciencia como forma más coherente de explicación ya que nace y se desarrolla con el sujeto (hombre) en contacto permanente con el mundo objetivo.
Lo anterior presupone alcanzar diferentes peldaños del conocimiento, determinado asimetrías en las múltiples formas de interpretación, entendiendo que no surgieron de un procedimiento rígido, sino más bien fueron sufriendo modificaciones, correspondiéndose dialécticamente, respondiendo a la ley del desarrollo, negando las concepciones viejas y elaborando nuevas formas de interpretación y explicación, sistematizando un cúmulo de experiencias, uniendo diferentes pensamientos, en suma creando un nuevo lenguaje que estructurado por juicios, conceptos, categorías y leyes condensaba todo el hacer humano a través del tiempo, la cuestión es que para llegar a este nivel, el sujeto ha necesitado modificar su propia estructura, separando la forma sensitiva de dar respuestas basadas en realidades inverosímiles, para pasar a la aplicación de la razón, que es la que en la última fase le ha permitido y le permitirá ubicarse en condiciones libres tanto de sus prejuicios, como de las implicaciones surgidas precisamente por haber permanecido como un sujeto domable, vulnerable, obediente, sin reacción deliberante.
Separada esta etapa, es decir la actuación meramente sensitiva, se entiende que el conocimiento en cualquier áreas de aplicación práctica, se construye en un proceso, donde el sujeto lleva a su cerebro todos los aspectos que constituyen su mundo objetivo; los diferentes efectos, la multiplicidad de fenómenos y sus relaciones, las leyes que los rigen, etc., para luego en función de su actividad práctica transformarlo acorde a sus intereses.
Desde esta mirada se asume que la posición del sujeto a la hora de enfrentar al objeto, siempre ha de estar movido por los intereses que subyacen en la estructura del modelo de producción en vigencia que busca beneficiarse de sus acciones, de ahí que sus métodos, sus técnicas, estrategias no serían más que solo instrumentos.
Claro que en la aplicación estricta del proceso de internación del objeto en el mundo del sujeto, el estudio de la naturaleza del pensamiento ha de comenzar primero definiéndolo como el reflejo de la realidad (mundo objetivo), donde se elaboran "modelos mentales" o "imágenes cognoscitivas" cuyos procesos terminan separando el contenido y la forma de este contenido. Sin embargo hay que considerar que las "imágenes cognoscitivas" y el objeto en ellas reflejado, forman una unidad indisoluble, una unidad y lucha de contrarios, siendo únicos, ya que la imagen es una copia del objeto, una fotografía del mismo; aun cuando también son contrarios pero con puntos de cohesión, ya que uno respecto del otro guardan la misma relación que lo ideal y lo material. Perspectiva que lleva a reflexionar que aunque los dos ocupan espacios diferentes, a la hora de intentar establecer supremacías, sería difícil sentenciarlas. Pero más que determinar aquello, lo importante que se avizora, es que el desarrollo de la humanidad le ha comportado atravesar dos espacios, o lo que podría decirse, actuar en una transición de lo irracional a lo racional.
Desde otra perspectiva no lejos de la anterior, en el intento de mejorar el entendimiento sobre la posición del objeto frente al sujeto, vemos que el pensamiento, que solo es capaz de producirlo el sujeto, es el reflejo mediato y generalizado de la realidad, por consiguiente la representación mental del objeto, es una imagen ideal de lo que existe en una vida real. Siendo así, el cerebro (sujeto) al elaborar el conocimiento establece modelos de objetos, reproduce las propiedades del objeto de un modelo ideal, por ello que entre el contenido del pensamiento y el objeto que refleja, hay una diferencia de principio, conocida según el materialismo dialéctico, como la diferencia entre lo material y lo ideal.
Lo material será el objeto mismo, con sus propiedades particulares, con sus formas de comportamiento y las relaciones que establece con otros objetos, mientras que lo ideal no es otra cosa que el objeto material, trasplantado al cerebro del sujeto en forma de imagen. Mas no puede pensarse que hay dos objetos; uno material que existe al margen del pensamiento, y el otro ideal, que existe dentro de él. Hay un solo objeto. El pensamiento no crea su propio objeto, material o ideal, crea la imagen del objeto material.
Confuso resultaría, en muchos momentos tales deducciones, empero para desvanecer, habría que acudir a la teoría Marxista, que enfatiza que aunque el sujeto es producto de un largo proceso del mundo material, la capacidad de modificar las cosas por el ejerció de la mente o conciencia es producto de la misma materia, pero solo de una materia altamente organizada. No se debe caer en confusiones, aunque se esté tentado y se tome en cuenta solo el espacio histórico del objeto, más la respuesta estaría en el mismo sujeto que trata de explicarse la acción de representar al objeto en sus modelos mentales.
Resulta indispensable precisar que en el desarrollo del conocimiento, no se debe únicamente caracterizar el pensamiento en sus relaciones con el objeto representado, es necesario analizar las relaciones de la imagen cognoscitiva, creada por el pensamiento, por un lado con el objeto, y por otro con el sujeto que lo crea, de ahí que sea importante conocer las características del objeto – sujeto; subjetivo y objetivo.
La posición del objeto en el proceso de investigación
No esta demás asicar la necesidad de distinguir las concepciones epistemológicas y filosóficas que permitan explicar, entender e identificar la construcción del conocimiento científico de hechos naturales y sociales, desde diferentes posiciones, producto de la relación entre objeto – sujeto con un sujeto que conoce y un objeto a conocerse.
Desde el Marxismo cabría interpretar una supremacía del objeto sobre el sujeto, toda vez que sería quién lo condiciona. Observado así, supone imprimir mayores grados de complejidad en el pensamiento del hombre para actuar en la descripción del objeto, con intrincadas propiedades y obediente a sus propias leyes de su desarrollo universal y categorías filosóficas.
Conlleva definitivamente a reflexionar en la realidad de que el mundo objetivo es complejo y multifacético, lo que hace que el conocerlo no sea un aspecto simple, sino por el contrario, difícil, pues el objeto muchas veces resulta mutante mirado desde diferentes espacios y momentos y desde la misma ubicación intelectiva del sujeto, como ejerciendo poder, por ser sobre quien va detrás el sujeto, de ahí que se le ha hecho imprescindible encontrar formas a través de las que pueda explicar y transformar el mundo en el que vive, sin olvidar que el hombre vive, trabaja, utiliza los objetos y fenómenos de la naturaleza, los modifica a fin de satisfacer sus necesidades, todo esto porque se ha empeñado en conocer y de hecho conoce las propiedades de los objetos y fenómenos, así como las leyes que rigen su aparición y desarrollo, en un aparente dominio del conocimiento del porque suceden, pero resultaría tal cosa, si se considera que los objetos representados en hechos o problemas de la sociedad, de la naturaleza o del pensamiento, están allí, o aparecen bajo condiciones externas, y el sujeto es quien sale a su encuentro, en una lucha denodada por encontrar respuestas y soluciones.
Posición conciliadora de la relación objeto- sujeto
La yuxtaposición de los hechos o fenómenos sociales hace que os objetivistas establezcan una clara separación entre los dos polos de la relación, entre sus respectivas existencias, en la que el objeto es re-presentado sin que la acción del sujeto aparentemente incida en esa relación.
Mientras que para los subjetivista la constitución de la realidad del objeto se deriva de la acción significadora del sujeto sin, aparentemente, la incidencia del objeto, el objeto queda limitado a un fenómeno de conciencia, susceptible de sufrir un proceso de "constitución" como una unidad de sentido cognitivo, valorativo o praxiológico en esa conciencia del sujeto. En términos diferentes, el sujeto con conciencia condiciona al objeto.
Ahora bien, desde la relacionalidad de la investigación necesariamente se tiene que encontrar conciliaciones para la interacción sujeto-objeto, como dos entes formando parte de un todo e influyéndose mutuamente. No se reduce el papel del objeto o del sujeto, si no que se ven en una complementariedad intercambiable, dialógica, considerando reiterativamente al "sujeto" ya como polo activo (agente, constituyente), ya como polo pasivo (paciente, constituido), y al "objeto", a su vez, también reiterativamente ya como condicionante y constituyente, o como condicionado y constituido.
Las definiciones anteriores hacen precisar sustancialmente que entre el sujeto y el objeto no pueden establecerse jerarquías, por su importancia. Los dos son importantes a la en la producción del conocimiento. El objeto por ser la misma cosa que está allí reflejado como problema, hecho o fenómeno, con sus leyes o categorías, con poder aparentemente condicionante; y por otro lado el sujeto, quien a través del espacio y del tiempo ha logrado descubrir esas leyes del sujeto y con su experiencia sintetizada en teorías que le permiten acudir a su encuentro, intervenirlo, descubrirlo, describirlo e intervenirlo para modificarlo a discreción. Porque hay que considerar que aunque el sujeto describe al objeto tal cual esta, tampoco en un ente meramente receptivo, lo que implica que, necesariamente tiene que intervenirlo y modificarlo dado que le invade una responsabilidad social.
El eslabón que une al sujeto con el objeto
La materia, la naturaleza han existido siempre, entonces quien ha surgido luego, resulta ser el sujeto, inocente primero, pensante más tarde. Resulta ser la metamorfosis de esta materia, pero no una materia cualquiera, como se anotó anteriormente, sino una materia altamente organizada – Marx. Materialismo dialéctico. La cuestión es, entre la materia, la naturaleza, dígase objeto, ¿cuál es el eslabón que lo une con el sujeto con conciencia a la hora de producir conocimientos? Elocuente pueden resultar las respuestas y tendrían relación con la simple satisfacción de sus curiosidades y del aumento de necesidades, como en los tiempos de las sociedades primitivas, pero en la actual sociedad con el grado de aparente progreso, la respuesta tiene que provenir de un análisis mucho más profundo, que involucra a los estadios del desarrollo, considerados como modos de producción. Entonces desde allí, los eslabones podrían decirse que se tejen por los intereses y el poder que brinda el dominio del conocimiento en relación con los momentos históricos de la humanidad.
Al respecto del poder, Foucault, a propósito de del tema traído por Pablo Romero, "la dimensión teórica, histórica y política de la didáctica – reproducir o transformar" enfatiza en la relación saber/poder. "Desde su perspectiva el hombre se ha hecho a través del ejercicio del poder, que aparece como una estructura que se inmerge globalmente con múltiples manifestaciones de fuerzas", tomando como referente esta definición, de poder, diríamos que lo que el eslabón que une al objeto con el sujeto, va presidido por la acción del sujeto cuyas motivaciones están en el interés por conocer, este interés por el dominio del conocimiento que es lo que dará el poder. De lo deducido, existen experiencias, y múltiples. ¿Qué colectivo se ha impuesto sobre las sociedades, por el solo hecho de controlar el conocimiento? ¿Quién articula sus estrategias para hacerse fuerte mientras los otros acusan mayor debilitamiento? ¿Cómo se expresado y se expresa el uso del conocimiento que ha dado poder a determinados países, personas e instituciones? No se necesita mayor demanda de esfuerzo para encontrar respuestas a las interrogantes descritas, lo importante estriba en entender, cual es la única forma de despegar hacia espacios de satisfacción de inquietudes y necesidades cada vez más complejas, por factores medioambientales, demográficos y de desvalorización del mismo sujeto.
La investigación como fuente productora del conocimiento y de la interacción sujeto – objeto
Sin la investigación como actividad humana de carácter social, sería imposible que los individuos descubran la existencia de cosas nuevas, conozcan sus distintas propiedades, determinen sus relaciones con otras cosas, fijen su composición y sus vínculos entre sus elementos componentes, comprueben las conclusiones previstas o averiguan la necesidad de modificar dichas conclusiones, y lo que es más importante, encuentren las maneras de intervenir en el desarrollo de los procesos naturales y sociales, para cambiar consecuentemente sus efectos.
El conocimiento científico se origina con la búsqueda de las causas que explican los fenómenos y se va perfeccionando a medida que obtiene conocimientos, en la forma más cercana a la realidad y siguiendo métodos lógicamente estructurados, que contribuyen al establecimiento de leyes rigurosas predecir e intervenir procesos.
El enjuiciamiento de los fenómenos sociales puede ser abordo desde diferentes aristas, pero de una cosa si se debe tener conciencia, es el paradigma o las líneas teóricas sobre las que se asienta la investigación con su formato. De allí que el método científico, suponga principalmente la observación, la formulación de hipótesis, el acopio y análisis de información y la deducción de resultados, obtenidos con objetividad.
Algunas ciencias sociales y la misma investigación en algunos momentos han sido impugnadas al tratar de adjudicarles la categoría de ciencia, especialmente por los pensamientos más conservadores que reservan el término ciencia solamente para las ciencias naturales o exactas como ya la abordara J M Mardones N Ursua, "para unos lo era y para otros no. Unos exigían que las nuevas ciencias (sociales) se acomodaran al paradigma o modelo de las ciencias verdaderas. Es decir a las físico-naturales". Quizá el problema fundamental porque a la investigación se le niega la categoría científica, son los intereses que entran en juego al practicarla. Intereses como el deseo de impedir que una realidad se conozca porque implique una relación de injusticia, o la oposición a los cambios con objeto de seguir manteniendo privilegios, o que se llegue a practicar con vicios metodológicos para justificar un status. Sin embargo la investigación tiende a obtener mayor validez y su presencia se hace indispensable para el progreso de la humanidad.
Como queda advertido, el problema de la validez de las ciencias sociales resulta en el resultado de un proceso donde la investigación es fundamental, pero sobre todo identificando que en el fondo de la actividad yacen los actores principales, objeto – sujeto, que desde un sentido filosófico explican el universo y nos remiten al conocimiento de nuestra propia condición humana.
Hipótesis de trabajo final
En la relación filosófica del sujeto – objeto aparecen una serie de entramados motivados por los intereses, condicionados en una primera premisa básicamente asida por el poder. Poder que solo da el dominio del conocimiento, dándose sentado una vez más el análisis y conclusiones de Foucauult, al referirse a las "relaciones saber – poder", sea definitivamente el eslabón que los une a la hora de producir saberes mediante la investigación.
Conclusión
La base para producir el conocimiento está articulada al entendimiento de la interacción- todo – parte, entre el sujeto y el objeto. Siendo así, no se encuentra otra fórmula que procure conducir a mejores momentos de satisfacción, que ubicarse también en el interés por descubrir cosas que le prodigan "poder" de acción, de intervención, de generar propuestas viables y sostenibles. Solo entendiendo esa base es posible hablar de producción de conocimientos, de producir ciencia.
No producir conocimientos, no investigar, significa no recrear el pensamiento y ni siquiera ejercitar las facultades del cerebro. Representa seguir aplicando modelos prediseñados como los educativos, aplicados justo a la medida de la medianía de los individuos que para imaginar caminar al unisonó solo tratan de imitar, aunque el imitar o copiar no sería malo, lo nocivo resulta ser que si no se tiene la capacidad de pensar, ni siquiera se podrá copiar. Por lo tanto allí está la clave.
No interesarse en el análisis profundo de la relación, objeto – sujeto, resulta altamente riesgoso, en tanto no se determine cuál debe ser la preparación intelectual del sujeto – investigador para abordar al objeto. Considerándose que de su capacidad, del dominio de conocimientos, dígase, técnicas, métodos, entre otros, garantizara que los resultados sean válidos y legítimos.
Siempre será importante profundizar en el análisis y la discusión de la relación entre el sujeto y el objeto, tomando en cuenta que son los actores claves del procedo de producción del conocimiento.
La finalidad es generar las condiciones posibles para que desde la academia se formen investigadores altamente capacitados para mediante la observación e intervención directa del objeto presentado como problema, hecho o fenómeno, promuevan el conocimiento.
La formación filosofía y epistemológica será la base fundamental para entender cualquier relación en la investigación, por tanto no se podrá prescindir de las mismas bajo ninguna circunstancia, al menos si de procesos serios y sostenidos se trata.
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Autor:
Manuel H Valdiviezo Cacay
PROFESOR DE LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA
ARTÍCULO CIENTÍFICO
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
Machala – El Oro – Ecuador
2014