Es una disciplina científica que estudia la distribución, la frecuencia, los determinantes, las predicciones y el control de los factores relacionados con la salud y con las distintas enfermedades existentes en poblaciones humanas específicas.
Evolución histórica
La epidemiología puede ser considerada como una práctica muy antigua y, al propio tiempo, como una ciencia relativamente joven. Su concepción, en el sentido más amplio, la idea de que algo es la causa y de que algo puede hacerse por evitar las enfermedades, es tan antigua como las propias epidemias. Las ideas que hoy caracterizan a la epidemiología han evolucionado históricamente en varias etapas que son las siguientes:
Etapa mítico-mágica. Esta etapa coincide en el decursar con la Comunidad Primitiva, en que se pueden considerar dos subetapas: el salvajismo y la barbarie. Se supone que los hombres de ese momento de la historia de la humanidad, no poseían la inteligencia suficiente para que pudiesen reflejar en su conciencia lo que sucedía en su islote de existencia; por eso, se dice que solo eran capaces de reflejarlo de forma distorsionada, creando mitos y reflejando de manera mágica aquellos elementos que para ellos resultaban incomprensibles, como una piedra que rodaba y los aplastaba, un río que se desbordaba arrastrando y matando a muchos o un volcán que arrojaba lava incandescente que los abrasaban. Para ellos nada de eso tenía explicación coherente, por lo tanto, se aplicaban la misma explicación que le daban al hecho de que, sus padres, una mañana se despertaran paralizados, para después morir, o sus mujeres que se desangraban y morían, o a sus hijos que se caían y no se podían levantar después. Todo ello obedecía a la acción de seres malévolos o sobrenaturales, que estaban detrás de todo lo que les sucedía, por eso, a esta etapa del desarrollo de los conocimientos de la epidemiología, se le ha denominado mítico-mágica.
Etapa clínico individualista o del esclavismo. Esta se caracterizó porque el esfuerzo de todos los médico-filósofos se dedicaron al estudio de los cuadros clínicos, los signos y síntomas que aparecían en cada proceso o enfermedad, a caracterizarlos, tratar de diferenciarlos unos de los otros y definir a cuál enfermedad correspondían. Debe destacarse que fue Hipócrates y la escuela de Cos, los que iniciaron estos estudios individuales. Los médicos de la época pretendían identificar enfermos en forma individual. De esta época data la eterna lucha entre el idealismo y el materialismo, hecho que permitió a Diógenes de Laercio dividir a los médico filósofos de la antigüedad en los pitagóricos, o sea, los seguidores de Pitágoras (idealistas) y los democristianos, seguidores del pensamiento filosófico de Demócrito (materialistas). La historia antigua nos habla de Empédocles (504-443), médico de la escuela materialista-ingenua, quien en su ciudad natal, Agrigento, combatió una epidemia -al parecer de paludismo– secando los pantanos y fumigando las casas. Demócrito (460-360), el más alto representante del materialismo en la Grecia antigua, señalaba que de la materia prima había surgido todo lo existente, y en comunicación a Hipócrates (460-355), célebre médico de la escuela de Cos, dejó sentado que los hombres en sus oraciones pedían salud a los dioses y desconocían que los medios para obtenerla, los poseían ellos mismos. Hipócrates escribió un volumen llamado: Sobre los aires, suelos y lugares, donde afirmaba que toda enfermedad tenía su propia naturaleza y se originaba por causas externas como el frío, el sol, o los vientos cambiantes, las estaciones, y continuaba planteando que los efectos de la alimentación, las ocupaciones y especialmente el clima, podían ser también causas de enfermedades. Él fue quien nos legó los términos epidemia y endemia. A él se debe las primera observaciones acuciosas y muy detalladas que recogía al pie de la cama de sus enfermos, de la evolución clínica, de la terapéutica que él utilizaba y sobre todo del pronóstico, que recogió excelentemente en su libro Epidemias y que forma parte del Corpus Hipocraticus. En esta época surgieron diversas teorías para explicar la causalidad de las enfermedades, entre ellas, las teorías astrológicas, la de los cuatro humores, la del pneuma, la miasmática, la ecológica (elaborada por Hipócrates) y otras.
Etapa de las grandes epidemias, clínico-colectivista o del feudalismo. Esta se caracterizó por pavorosas epidemias que asolaron todo el mundo civilizado de entonces, fundamentalmente por las epidemias de peste bubónica, viruela, lepra, sífilis, paludismo, tifus exantemático y otras. La teoría imperante en la época fue la teoría religiosa o mística, la cual preconizaba que el hombre debía venir a padecer en la tierra para, de esa forma, ganarse el reino de los cielos, aunque también existieron médicos que practicaron el materialismo, como fueron los árabes, Racis o Razes, Avicena, Averroes y Maimónides, durante el período de la invasión mora a la península ibérica, etc. Este fue un momento oscuro de la historia de las ciencias, se crearon los primeros hospitales que estaban bajo la égida de la iglesia católica, y la terapéutica empleada eran los cánticos religiosos y los rezos.
Etapa etiológico-unicista. Esta tiene un largo período que va desde el derrumbe de la sociedad feudalista hasta que se instaura esta etapa en el decenio de 1880 a 1890. Durante este tiempo descollaron por sus descubrimientos, Hieronimus Fracostorius, Paracelso, Fernelius, Hieronimus Cardano, J. Graunt, F. Redi, Thomas Sydenham y Antón van Leeuwenhoek, que inventó el microscopio, con lo que se vieron por vez primera en la historia los microbios. J. Peter Frank en la Alemania kaiseriana, escribía su genial obra sobre un sistema de policía sanitaria, y Edward Jenner descubría la vacunación antivariólica utilizando la cepa del virus del Cow-pox.
Unos cuantos años más tarde, en 1867, el médico cubano Carlos J. Finlay (1833-1915) aplicó una metodología de la investigación, similar a la utilizada por John Show, para descubrir el mecanismo de transmisión del cólera en 1854; llegó a determinar cómo controlar un brote epidémico de esta enfermedad en la barriada del Cerro en la ciudad de La Habana. Algunos años después, alcanzó la gloria cuando tras concienzudos trabajos y grandes esfuerzos científicos, logró elaborar la hipótesis, más tarde comprobada, acerca de la función del mosquito Aedes aegypti, como vector transmisor del virus de la fiebre amarilla. Finlay reconoció y planteó magistralmente los principales eslabones de la cadena de transmisión de esa enfermedad, y legó a la posteridad la teoría metaxénica en la transmisión de las enfermedades por vectores biológicos. Pero los trabajos que le dan nombre a esta etapa fueron los realizados a finales del siglo XIX por Louis Pasteur y después por Roberto Koch, quienes demostraron que las enfermedades infecto-contagiosas tenían en los microbios u agente causal, que sin la presencia de estos, las enfermedades no se producían.
Estas investigaciones permitieron que una pléyade de cazadores de microbios se lanzara por los caminos que ellos indicaron, por lo que se descubrió, en una veintena de años, casi todas las bacterias causantes de enfermedades en el hombre. A partir de estos trabajos se supo, según los postulados, que Koch enumeró que la causa de las enfermedades transmisibles eran los microbios, que había descubierto siglos antes Lewenhoeck. Esto representó un paso de avance trascendental para la historia de la medicina, que hizo que W. Welch, célebre epidemiólogo norteamericano de principios de siglo, denominara la era bacteriológica, "Primera Revolución" en el campo de la epidemiología.
Etapa ecológico multicausal. Pero muy pronto se supo que tenían que existir otros factores, además de la presencia necesaria de la bacteria, para que la enfermedad ocurriese. ¿Cómo, si no fuera así, se explicaría la presencia de individuos a los cuales la prueba de Mantoux les daba positiva, sin que hubieran padecido clínicamente de tuberculosis? La presencia del bacilo descubierto por Koch era la causa necesaria para que se desarrollase las enfermedades, pero no fue suficiente. Se demostró que además de la micobacteria, eran necesarios el hambre, la miseria, la desnutrición, la insalubridad, en una palabra, la explotación del hombre por el hombre, para que se produjese la tuberculosis, como habían planteado los anticontagionistas Villermé, en Francia, Rudolf Virchow, Salomón Neuman y otros en Alemania, en su célebre polémica con los contagionistas en el siglo XIX.
Se demostró hasta la saciedad que existían al menos tres factores necesarios para que la enfermedad apareciera y se produjera: un agente causal, una vía para la transmisión y un huésped susceptible, lo que constituiría la tríada ecológica para todas las enfermedades transmisibles y no transmisibles. Después surgirían diversas teorías que tratarían de explicar la causalidad de las enfermedades, como son la cadena epidemiológica, la historia natural de las enfermedades, las redes de la causalidad, la maraña de la causalidad, la de los campos de la salud, la del modo de vida, etc., pero tal vez la mejor acabada fue la teoría marxista-leninista del modo de producción, que le encuentra explicación lógica a las grandes desigualdades en los niveles de salud que se encuentran entre las naciones subdesarrolladas, explotadas durante siglos por regímenes colonialistas y las naciones del mundo desarrollado. Después se produciría lo que el profesor Milton Terris denominó la "Segunda Revolución" en la epidemiología, al demostrar que los mismos principios, métodos y bases, que permitieron prevenir y eliminar las enfermedades transmisibles, se podían aplicar a las enfermedades no transmisibles y otros daños a la salud.
Etapa actual. La grandes potencias mundiales en su afán de dominar al mundo y de imponer su doctrina capitalista, una vez que se derrumbó el campo socialista europeo que mantenía una necesaria bipolaridad, trata de llevar adelante su doctrina unipolar de la globalización neoliberal, con el único interés de adueñarse por la fuerza de los recursos naturales de los países que no se plieguen a sus designios. Esto ha dado lugar a múltiples teorías novedosas en el mundo, para tratar de explicar la causalidad, algunas sociologizadoras, otras psicologizadoras, pero todas con un fondo reduccionista y biologicista. Cuba mantiene que la teoría que explica todos los aspectos de la causalidad en la salud-enfermedad es lo biopsicosocial, basada en el modo de producción, en los factores socioeconómicos, sin olvidar que ellos se dan sobre una base biológica y psicológica, que también interviene en el proceso, no de una forma determinante, pero cuya intervención no puede ser obviada.
Propósitos
Los propósitos fundamentales de la epidemiología son los siguientes:
Describir la magnitud y distribución de los problemas de la salud en las poblaciones humanas.
Obtener información que pueda combinarse con la procedente de otras disciplinas, tales como genética, bioquímica, microbiología y otras, para identificar factores causales.
Determinar los hechos que dan consistencias a las hipótesis desarrolladas, tanto en la clínica como en la práctica social, en la experiencia de terreno o en los experimentos de laboratorio.
Describir la historia natural de una enfermedad.
Descubrir los factores que aumentan el riesgo de contraer una enfermedad (su etiología).
predecir las tendencias de una enfermedad.
Determinar si la enfermedad o problema de salud es prevenible o controlable.
Determinar la estrategia de intervención (prevención o control) más adecuada
Ofrecer la información fundamental para la planificación, la organización, la dirección y el control de los servicios encargados de la prevención, el control y la erradicación de enfermedades, incapacidades y muerte, así como establecer prioridades respecto a los problemas de salud.
Ramas
Epidemiología descriptiva: es la rama de la epidemiología que describe el fenómeno epidemiológico en tiempo, lugar y persona, cuantificando la frecuencia y distribución del fenómeno mediante medidas de incidencia, prevalencia y mortalidad, con la posterior formulación de hipótesis.
Epidemiología analítica: busca, mediante la observación o la experimentación, establecer posibles relaciones causales entre factores a los que se exponen personas y poblaciones y las enfermedades que presentan. Las medidas empleadas en el estudio de esta rama de la epidemiología son los factores de riesgo, cuyo resultado es una probabilidad. Es posible distinguir dos tipos: riesgo absoluto y riesgo relativo.
Riesgo absoluto: probabilidad de una enfermedad (baja, moderada, alta); si se considera la probabilidad de la enfermedad durante un periodo de tiempo, de lo que se está hablando es de una incidencia y no de un riesgo absoluto.
Riesgo relativo: cuando se comparan dos riesgos absolutos entre sí; se trata de una probabilidad relativa (más alta o más baja que el otro); se ha de tener en cuenta que un riesgo relativo, por muy alto que sea, puede ser irrelevante; por ejemplo, fumar aumenta 100 veces el riesgo de sufrir una enfermedad, el riesgo sin fumar es de 1/100000000, por lo que el incremento por fumar es muy pequeño, prácticamente despreciable.
Epidemiología experimental: busca, mediante el control de las condiciones del grupo a estudiar, sacar conclusiones más complejas que con la mera observación no son deducibles. Se basa en el control de los sujetos a estudiar y en la aleatorización de la distribución de los individuos en dos grupos, un grupo experimental y un grupo control. Se ocupa de realizar estudios en animales de laboratorio y estudios experimentales con poblaciones humanas.
Ecoepidemiología: busca, mediante herramientas ecológicas, estudiar integralmente como interaccionan los factores ambientales con las personas y poblaciones en los medios que los rodean y como ello puede influir en la evolución de enfermedades que se producen como consecuencia de dicha interacción.
Fuentes
Apao Díaz, J. y Luna Marcell, L. Epidemiología. Generalidades
Modulo II
Batista Moliner, B. Curso sobre interculturalidad y extensión de la cobertura de la protección social en salud paratrabajadores agrícolas y pueblos indígenas. modulo vi.
http://www.who.int/topics/epidemiology/es/
http://es.wikipedia.org/wiki/Epidemiolog%25C3%25AD
Autor:
Mirna Futrille