Desafíos en la gestión escolar del docente coordinador de escuelas rurales con función directiva
Enviado por Mery Márquez
- Resumen
- Introducción
- Desempeño actual del docente coordinador de escuelas rurales del municipio caripe con función directiva
- Contexto escolar rural en relación a los desafíos del docente coordinador con función directiva
- La función de gestión escolar desde lo rural
- Desafíos gerenciales del docente coordinador de la escuela rural
- Consideraciones finales
- Referencias bibliográficas
El docente coordinador con función directiva que labora en la escuela rural es una figura administrativa creada para cumplir los deberes del director de un Núcleo Escolar rural, atender obligaciones directivas que generalmente desconoce en gran manera el proceso de gestión educacional, sobre la modalidad de educación rural y de las competencias inherentes a la coordinación de una escuela rural como función de dirección; es notable su falta de formación, conocimiento y experiencia en gestión escolar al generar procesos educativos incongruentes y carentes de acciones que ayuden a atender de manera estratégica las necesidades y realidades a partir de acciones y tareas dirigidas a cambiar la escuela rural; su intento de dirección está basado en subjetividades y protagonismo jerárquico; frente a esta situación, es necesario problematizar su desempeño y función de dirección para especificar diferentes desafíos que debe presentar, reflexionar sobre el contexto escolar rural en relación a desafíos para dar cuerpo y movimiento a la función de dirección a fin de producir cambios y acciones orientadas al logro del crecimiento escolar y significar los desafíos de gestión en el escenario educativo contemporáneo para construir nuevos escenarios de gestión escolar rural; frente a este problema se desarrollará una metodología de investigación documental critica-reflexiva de la situación en conflicto, uso del diseño hermenéutico para interpretar y generar un cuerpo argumentativo que ubique los resultados del estudio en un planteamiento de un conjunto de desafíos que precisen que el docente con función directiva deberá adquirir como formación en gestión educativa, conocimientos y experiencias prácticas de dirección que se orienten a cambiar la escuela rural, dar a la dirección escolar rural un carácter científico, técnico, humanista, proponer retos y compromisos de dirección que se dirijan a transformar el trabajo de la organización en función a las verdaderas realidades presentes en la escuela rural.
Descriptores: Gestión en Educación, Educación Rural, Docente Coordinado
Hoy por hoy, el proceso de dirección educativa que se genera en una escuela adscrita a un Núcleo Escolar Rural, gerenciada bajo la responsabilidad de un docente coordinador con función directiva, da muestras que carece de una estructura definida y de competencias requeridas para llevar a cabo un procedimiento estratégico dirigido a la indagación, planeamiento, administración, control, supervisión, evaluación, toma de decisión y sostenimiento de la función de gestión en relación a las realidades socio-educativas de la institución escolar rural; donde hablar de excelencia y disposición por hacer una labor de dirección distintiva que justifique los intentos por cambiar al aislamiento y las actitudes conformistas con el cual la escuela ha desarrollado el proceso educativo y formativo de sus integrantes, conllevando a la construcción, continuidad y permanencia de procesos de gestión escolar centrados en planificaciones y acciones de enseñanza y aprendizaje caracterizados por reproducciones metodológicas a partir de modelos tradicionales de direccionar regidos por normas, reglas y controles, directrices emanadas por la autoridad central del núcleo, dejando al coordinador realizar tareas comunes de recabar información, registrar en instrumentos y presentar los datos solicitados; con lo cual deja la autonomía, creatividad, ingenio e inventiva a meras improvisaciones, actos que en su momento, nada tienen que ver con las necesidades e intereses de la organización escolar que le corresponde direccionar. El actual docente coordinador de la escuela rural con función directiva, no cuenta con estudios, formación, experiencia requerida en gestión escolar y de objetivos por conseguir cambiar el tradicionalismo de hacer dirección, al desconocer la esencia de sus competencias; este docente como gerente no cuenta con metodologías de dirección eficaces y eficientes, ni observa en sí mismo, el interés y la necesidad de desprenderse de condicionantes que no le ha permitido percibir aspectos educativos y de gestión considerados relevantes para concebir la transformación escolar rural que ayude sacar la escuela del olvido, para colocarla en dimensiones humanísticas que se constituyan en un pensar, sentir y actuar de logros, avances, progresos y desarrollo.
Frente a esta situación, la autora de la presente investigación, en consideración a su experiencia de trabajo en las escuelas rurales adscritas al Núcleo Escolar Rural 100, ubicado en Caripe estado Monagas, donde cumple funciones como Coordinadora Pedagógica, y en relación al estudio realizado a diferentes documentos formado por una continua revisión bibliográfica, uso de ejercicios critico-reflexivo, y a partir del diseño hermenéutico, plantea los propósitos de:
Problematizar el desempeño actual de la función de dirección que desarrolla el docente coordinador de escuela en lo rural para especificar los diferentes desafíos que presenta el docente.
Reflexionar sobre el contexto escolar rural en relación a los desafíos que tiene el docente coordinador con función de dirección a fin de producir cambios y acciones mejor orientadas al logro del crecimiento escolar.
Significar los desafíos gerenciales del docente coordinador de escuela con función directiva en el escenario educativo contemporáneo de lo rural para construir nuevos escenarios de gestión escolar rural.
Los desafíos planteados en este trabajo, están sobre la base del estudio realizado, por resultados y consideraciones finales que señalan que el docente con función directiva, a partir de una mostrada voluntad y disposición por estudiar y formarse en gestión escolar, puede en gran medida, contactar nuevos modelos y enfoques de gestión educativa-organizacional que le ayude a transformar la institución escolar desde intencionalidades de interacción productiva, con el fin de realzar la propiedad educativa hacia mejores oportunidades por asumir un rol diferente que contribuya al cambio esperado en la escuela rural.
Los aportes principales del trabajo están orientados a la propuesta de que el docente con función directiva, consiga a partir de su iniciativa, adquirir un perfil de gerente educativo acondicionado a las necesidades y prioridades que requiere la escuela rural; que como administrador, proyecte la instrucción dentro de un continuo aprender de valores, obtenga habilidades que faciliten la acción de procedimientos socios-educativos que condesciendan cumplir funciones de planificación, administración, coordinación, organización y control; además, demostrar cualidades y competencias personales como profesionales característicos e inherentes al director educativo; así como honestidad, constancia, seguridad, creatividad, liderazgo y dominio de un estilo de comunicación distintivo, actuar con idoneidad el desempeño de gestión que le concierne actualmente realizar. La investigación presenta una estructura por capítulos expuestos de la siguiente manera: Capítulo I, Desempeño actual del docente coordinador de escuelas rurales del municipio Caripe con función directiva, en este espacio se describe la situación problemática actual del trabajo que realiza el coordinador con función directiva; causas, efectos y consecuencias del origen del problema de estudio; Capítulo II, Contexto escolar rural en relación a los desafíos del docente coordinador con función directiva; presenta un conjunto de caracterizaciones actuales que del desarrollo escolar rural en cuanto a sus debilidades y relación con el planteamiento de los desafíos a proponer; Capítulo III, La función de gestión escolar desde lo rural, denota las diferentes prácticas y acciones que se realizan en la escuela rural en cuanto a estructuras, reglas y normas implantadas por la dirección del núcleo y las razones que debilitan la acción direccional en la escuela rural; Capítulo IV, Desafíos de gestión escolar del docente coordinador de la escuela rural; aquí se desarrolla una paráfrasis argumentativa de los desafíos que debe asumir el docente coordinador para a confrontar los sistemas, norma, reglas que solo han dado permanencia a un tipo de escuela para un estilo especifico tradicional de gestión; Capítulo V, Consideraciones finales, plantea los resultados obtenidos de la argumentación del estudio indagatorio realizado, todo dentro de una específica relación a la conclusión alcanzado por el estudio; por último las Referencias Bibliográficas que permitieron realizar la revisión, estudio, discusión y argumentación epistémica que dan soporte investigativo al trabajo.
CAPÍTULO I
La disposición del sistema educativo venezolano está conformada de manera flexible, con tendencia a crear subsistemas escolares por niveles y modalidades con el objetivo de dinamizar, optimizar, activar y atender los procesos educativos que se producen en diferentes contextos y necesidades educacionales poblacionales; entre estos subsistemas, se hallan unidades específicas escolares instituidas para dar atención de gestión a todo lo concerniente a lo educativo; estas unidades reciben la denominación de Núcleos Escolares Rurales (N.E.R.) que en términos organizacionales, "Son instituciones técnico-administrativas integradas por Escuelas Concentradas y Unitarias, que se encuentran ubicadas en un determinado medio geográfico, y su finalidad es garantizar la escolaridad a los niños del campo " (Duarte, J., 2009), lo que representa ser entidades académicas introducidas con la finalidad de aglutinar en un solo sistema administrativo, un determinado número de escuelas que son gerenciada por la figura principal de un docente que actúa como director; quien en consecuencia a su responsabilidad del trabajo de gestión escolar, le corresponde gestionar de acuerdo a las micro organizaciones escolares, al lugar, tipo de sociedad, cultura e historia, su labor la hace de manera centrada, donde sus relaciones administrativas son propias, instaladas y desarrolladas por las políticas educativas emanadas de la planifican del nivel central. Para que un núcleo funcione de acuerdo a número determinado de escuelas y comunidades adscritas, dar cabal cumplimiento a las líneas generales dirigidas a la dirección educativa rural, la gestión en cada una de sus escuelas se organiza de manera interna y por consenso entre el director y el personal docente al cual dirige, a partir de la asignación de la figura de su Coordinador general con función directiva, funcionario que le corresponde desempeñar el Proceso de conducción de una institución educativa por medio del ejercicio de un conjunto de habilidades directivas orientadas a planificar, organizar, coordinar y evaluar la gestión estratégica de aquellas actividades necesarias para alcanzar eficacia pedagógica, eficiencia administrativa, efectividad comunitaria y trascendencia cultural. (Manes, J. M., 2003) Sin embargo, esta nueva representación administrativa establecida es dada con responsabilidades a un docente bien por años de servicio, por destacarse en áreas específicas del saber, por "imposición" de la cofradía partidista, o simplemente, por la urgencia de contar con un encargado que ayude con la cuestión directiva, que de acuerdo a la normativa legal, este tipo de cargo no cuenta con ningún soporte de ley que respalde su creación, asignación, inclusión, desempeño y determinación de responsabilidades de trabajo.
La aparición del docente coordinador, está sujeta a la necesidad que tiene el director del núcleo para poder cumplir con el trabajo de gestión en las escuelas adscritas, él es quien designa a este docente por consenso, le asigna responsabilidades "parecidas" a sus funciones, para que cumpla con las diferentes labores que no puede "atender" y ejecutar por cuestiones de gestión distintivas y carentes de formación, o por la falta de un mínimo conocimiento de tan grande compromiso de dirección; es así, sin otro mecanismo legal, como organiza y nombra al docente coordinador con función directiva.
El docente coordinador de escuela en un N.E.R., se asume como una jerarquía más, como personal técnico-administrativo que estando fuera o dentro de aula, "actúa como director"; a este delegado le corresponde remediar compromisos administrativos, de gestión, toma de decisiones; de planeación, organización, dirección y control; de supervisión, pedagógico y ser evaluador en ambientes bastantes complicados si se consideran los aspectos como el tener que depender de una dirección que se caracteriza por el poco o ningún contacto con el personal que le acompaña; imposición de políticas y estrategias de gestión descontextualizadas con respecto a las realidades de la escuela que debe tener en cuenta por lo geográfico, vía de acceso, comunidad, población estudiantil, cultura e historia; como lo expresan Cárdenas, 1998 y Odremán, 1997, citados por Rodríguez, Elda María en su trabajo sobre Aproximación a un modelo de gerencia educativa para la tercera etapa de educación básica, media diversificada y profesional:
al hecho de que muchos gerentes de este nivel no se sienten identificados con los propósitos institucionales ni con las necesidades y requerimientos de sus gerenciados; situaciones estas que sumergen en un letargo de indiferencia y de pasividad a los miembros de la comunidad escolar (pp. 115-134).
Lo que congrega las orientaciones educacionales a coacciones de sosiego, apatía, conformismo y un alto grado de ausentismo al no poder efectuar las innumerables tareas concedidas por los sectores superiores con autoridad a sus funciones.
Este tipo de personal debe desarrollar el trabajo que la dirección general del núcleo no puede cubrir, el coordinador debe ser garante del funcionamiento de la escuela al monitorear actividades escolares, dirigir asambleas y reuniones, planificar en conjunto los diferentes instrumentos de trabajo como Plan Anual, Proyecto Educativo Integral Comunitario (P.E.I.C.), Plan de Coordinación Académica (P.C.A.); asesorar sobre los Proyectos de Aprendizajes (P.A.), lo pedagógico, lo didáctico y la planificación diaria; registrar y controlar lo concerniente a estadística, oficios, constancias, asistencias del alumnado, docentes, obreros y de las madres procesadoras; coordinar y orientar los planes y programas emanados del ente central, consignar y vigilar todo lo referente al Programa de Alimentación Escolar (P.A.E.); promover y ejecutar jornadas de trabajo, formación, talleres, encuentros, visitas guiadas, intercambios de saberes; trabajar en concordancia a las diferentes leyes y normativas que regulan la actividad educativa, suministrar información sobre las debilidades y fortalezas presentes en el ámbito escolar; así como, gestionar recursos, materiales, equipos, personal calificado para colaborar con el proceso educativo, instrumentos didácticos, entre otros. En cuanto a la toma de decisiones, la mayoría están sujetas a la dirección central del núcleo, perdiendo autonomía sobre las realidades del contexto sobre el cual hay que actuar.
Hoy día el docente coordinador enfrenta numerosas situaciones bastante tensas para poder cumplir con las funciones asignadas porque existen diferentes debilidades técnicas-administrativas para estructurar, organizar y desarrollar acciones directivas consustanciadas con la actualidad educativa del plantel que ayude a desplegar labores de gestión emprendedoras; hay dificultad para diseñar y componer estrategias que beneficien el buen progreso escolar; es así como en reiteradas ocasiones, se observa caer en improvisaciones procesales porque siempre está limitado a un mínimo de tiempo para consumar toda posibilidad de logro; aunado a esto, la lejanía de la unidad educativa, la poca voluntad y disposición por obtener información veraz desde la fuente principal, lo conducen a realizar operaciones rutinarias de "cuadrar" datos, cifras, estadísticas como regla para crear algún tipo de solvencia direccional, originando reseñas erradas de la realidad que a larga desfiguran la gestión escolar.
La escasez de sagacidad en el tratamiento comunicacional y de relaciones específicas con los grupos de trabajo por quien es garante de hacer dirección, conlleva a la práctica desmedida de reglas redirigidas que solo hacen es alterar la planeación y todo resultado que es obtenga, lo que para Cornejo (1996) " se evidencia en el desconocimiento de los cambios científicos suscitados en estos últimos tiempos en comunicación educativa, lo que genera una perspectiva muy estrecha de la función gerencial." (Citado por Rodríguez, Elda María; 2002). Todo lo anterior mencionado, implica desconocer compromisos propios y característicos de la función de dirigir; lo que siempre lleva a proceder de forma imperativa, exigir rigurosidad y subjetiva en el trabajo al personal docente, originando en mayor grado de reclamos, respuestas e informaciones relativas al hecho educativo en cuanto a dirección; aunado a esto, es evidente que hay un tipo de dirección accidentada de tareas con poca relevancia para el interés de la organización escolar en cuanto a asesorías acerca de la planificación, metodologías, evaluación, supervisión general y elaboración de proyectos en conjunto, lo que se ha convertido en tensiones creadoras de presiones en cuanto a tener que dejar el quehacer diario de la clase para dedicarse a dar inmediata respuesta a las "ordenes" administrativas de: revisar y rediseñar proyectos, actualizar el movimiento estadístico, constatar la relación de asistencia diaria de los educandos que reciben el beneficio del programa alimentario con el número de platos servidos; asistir a reuniones, jornadas, talleres y actividades a las que no puede o suele frecuentar el docente coordinador.
En gran manera, el docente con función directiva siempre tiende a improvisar estratégicas para tratar en lo posible, resolver las numerosas situaciones en conflicto, que en la generalidad del hacer dirección, desconoce o por omisión, las evita debido al poco contacto con las situaciones que suceden, por la inexactitud en la toma de decisiones o por la falta de conocimientos, práctica y disposición confiable de metodologías que favorezcan o contribuyan a generar ambientes, procesos y actos de dirigir cónsonos con la realidad sobre la cual hay que actuar.
La mayoría de las escuelas adscritas a un núcleo, trabajan de acuerdo a un modelo curricular, políticas educativas y procesos de dirección que no están a la orden con lo que en ellas se vive en la actualidad, se obvian intereses, necesidades, fortalezas, el sentido de desarrollo educativo, escenarios que en ocasiones el docente coordinador no los percibe, por eso se le observa esforzarse por hacer "algo" sin líneas específicas de trabajo y con desmedida carencia de actitudes directivas sobre lo que tiene que lograr, lo que lo hace intentar gestionar a partir de su manera de entender y aplicar planes y programas; asesorías, materiales y equipos que por ningún lado hay o se consiguen en las escuelas, comúnmente no confirma la validez, idoneidad, pertinencia o necesidad de estos aspectos en relación a la intencionalidad de dirección, solo lo asiste la atenuante idea-compromiso de cumplir con sus labores como tareas asignadas. La poca dinámica actual educativa de desempeño, funcionalidad y aplicación acertada de un proceso gestión educacional en las escuelas adscritas a un núcleo, exhibe un docente coordinador carente de desafíos por y para emprender compromisos formativos, actitudes y disposición del trabajo directivo que ayude a confrontar ciertos sistemas de dirigir que dominan e intervienen en las tareas de administración, dirección, control, supervisión y toma de decisiones, actos que solo han servido para "entorpecer" la labor educativa en la escuela nuclearizada en comodidades funcionales que diseminan el saber en desaciertos, donde la cultura e historia escolar han pasado ser simples accesorios para la aplicación de formalidades instrumentales administrativos.
Para el docente coordinador con función directiva, denota implicaciones estratégicas para conseguir sacar a la organización escolar del claustro histórico tradicionalista, por dirección, nada ha hecho por gestión debido a la exclusión generada por orientaciones de ciertas políticas educativas erráticas diseñadas como educación rural, modalidad que solo ha servido para trazar elementos distintivos de "clase", para dar estatus diferenciales al grupo social localizado en lo rural; este docente coordinador, no tiene la suficiente gestación y oportunidad de lograr diseñar, gestionar, elaborar y aplicar un modelo curricular local desde la generación de datos e información que se deriven de un proceso consciente de investigación, estudio y por la factibilidad de que este instrumento será un recurso educativo favorecedor de cambios socio-educativos, y por ende, un apoyo para desarrollar un hacer de dirección en función a la optimización educativa de la organización escolar.
Para comprender un poco más la conflictividad planteada, es necesario decir que lo rural, es una referencia de territorio que posee diferentes insinuaciones, códigos y definiciones que en concreto no consienten asimilar desde lo educativo un conocimiento firme, un principio base y pertinente que prefigure o disponga de aproximaciones de un significado con el cual se pueda objetivar y mirar la labor de dirección en las escuelas que se hallan en esta área.
Las debilidades estructurales y procesos educativos en el reinante escenario rural en cuanto a gestión escolar, observa un acelerado interés y necesidad de disponer de un procedimiento de dirección centrado con la modalidad de educación rural como guía y receta; además, los emergentes gerentes educativos no están debidamente formados en gestión educacional, son agentes impregnados de todo aquello que denote lo rural, sus relaciones con las instituciones educativas son meramente funciones del orden placebos, porque ciertos es, que los "modernos" docentes coordinadores como gerentes, están quedando en una especie de esfera cosmológica educativa tradicional, sin que adviertan que lo global y lo integral minimizan, lo integran y contextualizan en un modelo unísono de procesos de dirección estamentado y regulado por imperativos modulares de "ordenes" que no producen cambios sobre los sistemas o mecanismos de formar y dirigir la educación socio-escolar.
El coordinador de la escuela rural con función directiva, con certeza, no cuenta con los suficientes estudios de formación en gestión educativa, de educación rural y por supuesto, de dirección escolar; de este actual docente coordinador, solo existe la pesada e irrespondible incertidumbre sobre qué hacer con la dirección, la conformidad placentera con la que dice hacer las tareas administrativas, la comodidad con la que ejerce su responsabilidad, el tradicionalismo y costumbrismo con el que asume la jerarquía y autoridad directiva, muestra un ejemplo de desconocimiento acostumbrado a no saber qué gestar, lo que continua privando las posibilidades de indagar, estudiar y planear acciones dirigidas a generar cambios, desarrollo, transformación e innovación en la dirección de la escuela rural anexa a un núcleo; de innovar la línea, el orden o regla de hacer la gestión que procede del mando local, regional y nacional que lo instala como figura administrativa fija de dirigir sin dirección, con ideas endógenas que sucumben frente al dinamismo socio-educativo rural hoy día presente en lo rural; muy lejos está la motivación por la innovación, habilidad con la que consigue diseminar la efímera, difusa y personalista función de escenificar la dirección como acto sin distinción. Preocupados por la forma en la que se llevan los ejercicios de dirección en la escuela rural, existen las premisas de desafíos, desafíos que no son simples cuestiones deliberadas por sujetar y encadenar ideas; cada reto representa un conjunto de estudios que forman parte integral de la experiencia, vivencia y necesidad que observa el coordinador de escuela en un núcleo frente al cumulo de expectativas propuestas en los desafíos y ante las situaciones que se están generando en la dirección escolar, frente a esta posición, cabe preguntar ¿Cuenta el docente coordinador de la escuela de un núcleo con las competencias y conocimientos de gestión necesarios para ejercer con idoneidad y responsabilidad la función de dirección? ¿Conoce el sistema educativo que se aplica en la escuela rural como proceso de formación dirigido a educar determinadas personas?; de cara a estas inquietudes, vale decir que "Los sistemas educativos formales que llegan a las zonas rurales terminan justo como muchos otros factores por producir pobreza", (CESDER, 1998; p 20). Corresponde al docente coordinador tomar como aprendizaje, la importancia de que debe existir una firme disposición gestionaría de confrontar, cuestionar y reflexionar sobre las imprecisiones que traen los modelos educativos como inventos instrumentados y recetarios normados que solo tienden a regular su acción directiva a sencillas aplicaciones de diferentes planes y programas que con lo único que contribuyen es a la generación de una cultura de pobreza, conformismo y aislamiento.
Una cosa es cierta, los conocimientos de gestión educativa hasta ahora dispuestos por el docente coordinador en la escuela rural, no comprueban particularidades con las funciones de dirección que debe cumplir en atención a las realidades escolares y de dirección para el desempeño eficiente y eficaz; hasta ahora lo observado y registrado, son prácticas antípodas: "llevar y traer documentos", tarea que desubica las funciones que en sí misma, no significan ni tienen sentido de dirección; estas acciones son solo ocupaciones regulares que no están escritas ni sujetas a planificaciones o a procesos importantes dentro de la dirección; todo lo que puede hacer y gestionar para la escuela, queda de lado, solo atiende a intereses, ordenes de la dirección del núcleo y del distrito escolar, lo que lo conlleva a oficios, rutinas, improvisaciones, desatenciones e intentos de dirigir de forma infructuosa actividades y comportamientos que en nada vitalizan la escuela; el impacto desafiante al cual debe dirigirse, debe estar más allá de esa simple cuestión de realizar tareas sin objetivos claros.
El docente coordinador con función directiva en situaciones referidas a su quehacer, no desempeña determinadas actividades de gestión, en muchos casos, no rinde mental, física, ni espiritualmente con el ánimo por redimir de manera eficiente sus compromisos; siempre se observa desmotivado, desinteresado, plácido y contemplativo frente al acontecer rutinario del hecho escolar; suele suceder e influenciar que aspectos como la lejanía al lugar de trabajo en relación a la ubicación de la dirección general, no le permite acudir a las actividades que se desarrollan en la escuela, en reiteradas oportunidades la falta de transporte y las condiciones climáticas son razones de abandono y descuido al trabajo, lo que lleva a pensar, que si este estado de ánimo es persistente ¿Qué sucede en la escuela cuando y quien dirige se excluye a sí mismo?, ¿La motivación al trabajo de dirección está condicionada a una posición de jerarquía, a la eventualidad y no al interés de un plan estratégico por desarrollar una labor orientada al beneficio escolar?; sin lugar a dudas, el docente coordinador no está posesionado por meros compromisos, sino por la visión con la que puede irrumpir en las formas plácidas que restan voluntad de intentar hacer "algo".
¿Hasta qué punto la gestión escolar rural se da con la efectividad que se demanda? ¿Cómo es la acción y la actuación del personal que no cuenta con un coordinador que dirija?; realizar actos de dirección sin contar con quien dirija, es igual a dirigirse sin ser dirigido. Esta complicación merece de responsabilidades en cuestiones de gestión con disposición y conocimiento para cultivar la función de dirección, si el docente coordinador asume el trabajo sin tener en cuenta la toma de decisiones sujetas a medidas dictadas por la dirección general del núcleo, la autonomía y dirigencia frente al personal, pierde vigor; las insuficiencias de la escuela pasan al descuido porque el trabajo se limita a consumar requisitos e intereses que nada coinciden con la labor que se espera aporte alternativas consustanciadas a las necesidades del plantel y comunidad; ahora bien, se sabe que quien toma estas responsabilidades de administrar, gestionar y de manera pertinente tomar decisiones con independencia, consigue en la entidad educativa niveles óptimos de funcionamiento, esta consideración en sí misma otorga la posibilidad de estimar y valorar para desafiar las estructuras establecidas que limitan los intentos por realizar una buena labor educativa.
El contexto rural es un espacio influyente sobre los docentes coordinadores, la ideología, cultura, política, historia y estilos de vida establecidos a través de la escuela y sistemas educativos, encarna para este aparente gerente rural, orientaciones proclives de dominios para planificar sobre la base de un proceso educativo que modifique las bases de lo sembrado por educación, y en cuanto a saber que "En las sociedades campesinas no hay postración; hay obstáculos o incertidumbres, pero también, hay actividad, hay movilización, imaginación e iniciativa" (Warman, A. 1998. P. 19), y oportunidades para confrontar y movilizar el pensamiento de la transformación mediante el cambio gerencial. Gestionar para administrar la institución escolar rural, hoy día implica dirigir determinados planes o programas, le corresponde encargarse y desarrollar labores como la del Programa Alimentario Escolar (P.A.E.), buscar alimentos, organizar por rubros, buscar quién cargue y transporte hasta llevarlos a la escuela, entidad que comúnmente se localiza bastante retirada del centro de acopio y distribución; además, vigilar el proceso de pesado, condiciones del producto, preparación de los alimentos y colocación final a los estudiantes, todo por cumplir con una exigencia y sistematización mal planificada, situación laborar inadecuada que aleja al docente coordinador dos días a la semana de la escuela, del trabajo de dirección; cabe señalar que estos quehaceres no lo convierte en un gerente, sino en un gestor intermediario del tipo "cargador".
La manera en la cual el coordinador de escuela con función directiva "dirige", deja en evidencia estilos cognitivos inusuales en cuanto a estudios, práctica y sentido de trabajo de dirección, lo que origina de acuerdo a la autora de esta investigación, problemas notables en cuanto a cómo organizar y administrar la escuela rural, producir cualidades para el desarrollo educacional; vigilar, registrar, controlar, supervisar, evaluar y orientar lo concerniente a la gerencia, comisión y toma de decisiones de importancia que tienen que ver con la eficacia y eficiencia de cuestiones por optimizar el proceso educativo y social de la institución que le corresponde regentar.
Administrar una escuela rural no es tarea fácil, pero tampoco difícil, las condiciones de estas instituciones requieren de procesos de dirección firmes y decididos, de un docente con idoneidad y responsabilidad, conocedor por estudios y experiencias del proceder de dirección, que demuestre apego a la investigación y al interés por desarrollar situaciones de validez y vigor en la escuela rural, intrínsecamente de un compendio de estrategias encaminadas a la transformación educativa del personal que le concierne tutelar y que tenga por finalidad, constituir un proceso de dirección firme, claro, objetivo y con pertinencia a lo que debe ser como sistema escolar organizado.
Las realidades reinantes en la escuela rural siempre complican la labor del docente coordinador con función directiva, en primer lugar, la mayoría de estos docentes al no contar con la debida gestación en dirección escolar, genera un estilo de ocupación de muy bajo perfil, por lo cual se ve en la necesidad de realizar acciones gestionarías de modo improvisada, siempre con la idea de solucionar en función a cómo se suceden las situaciones; en segundo lugar, dadas las pocas estrategias que pueda aplicar, permite sin que este se dé cuenta, desarrollar componentes educativos que distan de las realidades, necesidades e intereses existentes para la enseñanza y aprendizaje, que en lo general son ignoradas, ¿Qué debe prevalecer en la escuela rural en cuanto a realizar dirección? ¿Por qué sucede continuamente esto?, para la autora, por desconocer generalmente los talantes y conocimientos indispensables que son inherentes al ejecútese de ejercicios de gestión escolar.
De acuerdo a la autora, son muchas las escuelas rurales que hoy día no cuentan con diagnósticos socio-educativos "reales" originarios y consustanciados con las realidades de lo escolar rural, lo que origina el accionar de un estilo de dirección sin dirección, siendo esto lo que en gran manera ha acarreado que los docentes sigan dedicando de forma cotidiana la recetaría concreta como reiterada líneas curriculares y normativos pragmáticos que han logrado denominar "la fórmula", en comentarios como –Esos contenidos y estrategias siempre me han ayudado a enseñar, y los muchachos aprenden-. Es evidente que al no haber una dirección en la escuela rural, persistirá el aislamiento cognitivo, la "sensación" de pobreza espiritual, el conformismo social, el mismo modelaje y ejemplo de formación escolar, el mismo docente reciclador de metodologías, copiador de instrumentos, el esquemático articulador de recetas; de continuar la asignación de docentes coordinadores con función directiva en igual circunstancias, disfrutaremos de los mismos ejercicios y resultados; en todo caso, los mayores perdedores siempre serán los estudiantes. Ante estas tensiones, es necesario examinar que con estas "actuaciones" de dirección, el docente será como dicen Deming, (1989) y Guédez, (1998) citados por Estudiantes UPEL, Guanare, 2011en el trabajo: La Gerencia Educativa " como cualquier otro Gerente, para conducir las entidades educativas se vale de las funciones típicas como son la planificación, organización, dirección y control de sus tareas, que son las funciones gerenciales típicas para conducir cualquier entidad " (Ob. Cit), si no hay premisas y formación en gestión educativa, igual serán los resultados como la permanencia de los idénticos y acentuados problemas, o se seguirá con el mezquino desempeño, que en nada es alentador y productivo.
La numerosas situaciones de conflictividad que exhibe la escuela rural, no son hechos aislados; la deserción escolar, el ausentismo estudiantil y docente, la falta de apoyo de padres y representantes, las deficiencias estructurales de la planta física, el bajo rendimiento escolar, la concentración de planes y programas con objetivos de reproducir lo rural, el embarazo precoz, consumo de psicotrópicos, tabaquismo, alcohol, desintegración de la familia, agresiones físicas y mentales, violencia escolar, confrontación ideológicas, inclusión, proselitismo y activismo político partidista tanto docente como de cualesquiera actores extra escolares, uso de los espacios escolares para actividades no conducentes a su categoría, son consecuencias generadas en gran parte por la falta de un modelo de dirección con propiedad que permita organizar y orientar lo educacional hacia fines como de propósitos claros y firmes, que constituyan la escuela como centro de estudio; con esto no se quiere responsabilizar a los docentes con función directiva, más bien, como antes se señaló, todo esto recae sobre la carencia de formación, experiencia, motivación e indisposición de trabajo direccional, de escenarios definidos donde actuar que compongan el continuo aditivo de causantes de principios y valores generativos de cambios socio-educativos que influyan en la vida escolar.
El problema más evidente que observa el docente coordinador con función directiva en la escuela rural, es intentar en pocas ocasiones, resolver diferentes complicaciones de dirección de modo tradicional, al emplear escabrosas maniobras que se inventan de forma "espontánea"; todo esto sucederá siempre mientras no se direccione y se tome disposición por buscar conveniencias para la preparación y formación en dirección escolar que anime profesionalmente a desarrollar diplomacias acordes a las realidades y necesidades a las que tiene compromiso, saber y actuar, por lo menos en lo que expresa Otoniel Alvarado Oyarce, citado por Esther Calderón de Carrero en su ensayo Funciones y Objetivos (2010), que la gerencia básicamente, es una función administrativa, de naturaleza profesional, inherente a un cargo directivo. Por tanto, el ejercicio de dicho cargo implica una serie de cualidades y exigencias personales, sobre todo un conjunto de actitudes específicas que le favorezcan para la conducción exitosa de las funciones que dicho cargo conlleva.
Desde esta percepción, hay que ocupar el estudio epistémico del proceso de dirección como paso esencial para la posibilidad de desafiar y confrontar en condiciones profesionales el papel direccional en función a formalizar y conseguir cambios notables en el contexto educacional en la escuela rural, lo que representa desarrollar un arquetipo de trabajo coherente, pertinente y con adecuación a la contextualidad de lo rural, en íntima relación con toda las verdaderas necesidades de cambio.
La mayoría de los docentes que cumplen funciones mínimas de un algo de dirección, vagamente manejan información y estrategias sobre este tipo de responsabilidad, escasean capacidades como cualidades, conocimientos y disposición por desarrollar compromisos de dirección de carácter animado vigoroso; con el pasar del tiempo, la dirección en la escuela rural se ha convertido en un proceso de reciclado, recopilación, reinstalación y reproducción de actos de dirección muy concernientes a "copias" de planificaciones y resultados de gestión obtenidos en otras escuelas, información que el docente coordinador por iniciativa falsa, cree aprovechar y emplear por considerar que pueden ayudar.
El docente coordinador con función directiva en la escuela rural, forma parte de una categorización de mando superficial de ocupaciones estratégicas de dirección, que lo ocupa más en "bajar" información al personal docente, obrero y representantes sobre planes y programas, de buscar y retirar los alimentos del P.A.E., solicitar la estadística mensual sin revisar, analizar y comparar, entregar a la dirección del núcleo los recaudos administrativos exigidos en determinado tiempo, asistir a toda reunión de eventos referidos a: Manos a la Siembra, P.A.E., Educación en Valores, Plan Café, de coordinadores, limitándose a llevar solo anotaciones correspondientes; nunca tiene tiempo para asistir y participar a jornadas de formación docente, de dirección, talleres, encuentros pedagógicos, ¿Por qué?, porque siempre están cumpliendo con actividades no conducentes al proceso de dirección que exige la escuela rural.
Supervisar, evaluar, guiar, asesorar y organizar un sistema de trabajo orientado a atender el proceso educativo, administrativo, de gestión en la escuela rural, no aparecen como prioridad; por conocimiento y experiencia de la autora de esta investigación, quien cumple funciones actuales de coordinadora pedagógica de colectivos de formación docente en el Núcleo Escolar Rural Nº 100-B, ubicado en Caripe Estado Monagas, hay evidencias de que existe una notable falta de conocimientos, estrategias, ideas sobre gestión, de lo que es hacer dirección escolar como proceso inherente a la educación, dirección entendida y realizada como aquella actividad que lleva a cabo un empleado de empresa responsable de buscar, recoger, llevar y entregar paquetes, sin la menor idea o interés por saber qué hacer por dirección.
A grandes rasgos, los docentes coordinadores con función directiva en la escuela rural, descubren intensas debilidades como significativas insuficiencias en tareas que son propias al rol directivo, que en consecuencia, forman parte primordial de las competencias propias de un gerente educativo, como requerimiento para diseminar y establecer los cambios que conciernen en lo administrativo, gestión y toma de decisiones; este docente poco o casi nada obedece a la dedicación profesional de los quehaceres operativos en cuanto direccionar, debido quizás, a la dispersión o perdida de enfoques y perspectivas de objetivos por alcanzar excelencias académicas.
Es indudable que las capacidades que poseer el docente coordinador con responsabilidad de dirección en la escuela de lo rural, no se concretan en referencia a un desempeño de funciones de gestión, intervención, formación y de liderazgo, esto último, inexistente; en lo común es tomado como un funcionario más que debe cumplir con sus asignaciones, más si esta fuera de aula.
Siempre se ha esperado que el docente coordinador de la escuela rural se ocupe en cumplir con las competencias por gestionar información, tecnología, materiales, equipos y personas que impliquen una toma de decisiones benefactoras que atinen a mejorar las relaciones socio-educativas, en contextos y ambientes optimizados y estimulantes por cambiar la organización en la cual le corresponde ser participe i director.
Se infiere que en la acción del docente coordinador en la escuela rural con función directiva, existe en términos de formación, ausencia de un modelo de competencias de dirección relacionado con un perfil de trabajo definido, aunado a la falta de conocimientos y propiedades profesionales en gestión que admitan dirigir la organización escolar de acuerdo a teorías, procesos y principios que tengan en cuenta las necesidades e intereses educativos; sin lugar a dudas, genera la práctica de ocupaciones de dirección inadecuadas, poco pertinentes y fuera de contexto de lo que verdaderamente requiere la escuela rural y comunidad en general.
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