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El español de América. El español en el mundo: situación y perspectivas de difusión (página 2)

Enviado por Cristina Ferrís


Partes: 1, 2

La primera tarea de cualquier política lingüística será dibujar el perfil internacional de nuestra lengua. El español es una gran lengua por varios motivos: el extenso número de hispanohablantes, su riqueza léxica y gramatical, su pasado y su presente literarios y su uso internacional. En efecto, aunque el número de hispanohablantes en el mundo es claramente inferior al de los anglófonos y notablemente superior al de los hablantes de francés, estas dos lenguas crecen muy poco más que el español, quizá por las posibilidades de expansión que les proporciona su oficialidad en países de elevadas tasas de crecimiento de la población. En sí mismo, el español podría subsistir en el contexto internacional sólo por su mera instalación en Estados Unidos, ya que dicha circunstancia le brindaría unas posibilidades comerciales y un desarrollo económico muy superiores a los propios de la mayoría de las lenguas existentes. La lengua española, al aglutinar a una de las escasas comunidades lingüísticas multinacionales que hay en el mundo, supone un bien económico de primer orden para que los países hispanohablantes se integren exitosamente en la sociedad de la información y comunicación que se avecina; una sociedad que cada día tendrá más peso. No en vano, para Juan Ramón Lodares estamos en la hora industrial del español donde negocio y tecnología parecen tan relevantes para el futuro del español como cualquier otra variable cultural o educativa.

Por si este dato fuera poco, desde su estructura, nuestra lengua presenta algunos perfiles positivos, como la relación que existe entre, por ejemplo, grafía y pronunciación. Otra de las ventajas procede de la actitud de los hablantes, que, en lugar de tomar a las restantes lenguas como invasores del español, han sabido convertirlas en auxiliares capaces de enriquecerlo con préstamos.

En cambio, algunos políticos y lingüistas de nuestro tiempo suelen dar por sentado que al español le aguarda un porvenir brillante y por eso se desentienden de aplicar a nuestra lengua una política determinada. Sin plantear una acción reflexiva sobre el papel del español en las instituciones inter-nacionales, como la Unión Europea, o su posible futuro en un mundo globalizado en el que cada vez menos lenguas servirán para la comunicación de un número progresivamente mayor de hablantes, sin duda, el español perderá terreno y fuerza.

Actualmente, el español se encuentra frente a dos corrientes antiuniversalistas que frenan su expansión: el nacionalismo y el indianismo. La fuerza de la primera es evidente en España; la de la segunda, en América. Ambas pueden tener notable influencia a la hora de corregir el curso de la comunidad lingüística hispanohablante. Pues si los criterios de una y otra actuaran con éxito, el español podría verse mermado dentro de su propio ámbito.

Es un hecho que si al español le falla hoy por hoy un espacio funcional, éste no es otro que el de la ciencia y la técnica. Es más, parece que el vocabulario científico en español es tan poco común entre los propios científicos hispanohablantes que a éstos les resulta casi inútil. Prefieren otra lengua para tener más eco, uniformidad y garantías de que su trabajo se exponga ante la comunidad internacional. La carencia del español de léxico científico, o la incapacidad de proyectarlo, no es una cuestión meramente idiomática; es, en el fondo, una cuestión relacionada con el escaso poderío industrial y económico del mundo hispanohablante moderno. En efecto, el español no es todavía el idioma del pensamiento científico.

2.4.1. Características del español como lengua internacional

Podemos resumir en seis puntos las características de la lengua española, como sistema lingüístico y como vehículo de comunicación de una amplia comunidad:

. El español es una de las grandes lenguas de cultura.

. Como hemos visto en apartados anteriores, es una lengua sumamente homogénea y unitaria y, en consecuencia, sin apenas riesgos de fragmentación. Ésta es una de sus grandes ventajas en el competitivo mercado del aprendizaje de lenguas extranjeras, porque no todas las lenguas más difundidas ofrecen esa posibilidad.

. Es asimismo una lengua geográficamente compacta: la mayor parte de los países hispanohablantes ocupa territorios contiguos, lo que convierte este dominio en una de las áreas lingüísticas más extensas del mundo. El español ocupa una de las áreas lingüísticas más extensas del mundo; pero mientras el inglés y el francés se encuentran dispersos por todos los continentes, el español es fundamentalmente lengua de sólo dos de ellos: en primer lugar, del continente americano, donde viven casi nueve de cada diez hablantes; después, del continente europeo, donde está su cuna, pero donde reside apenas el 10% de quienes la hablan.

. El español es una lengua en expansión; el aumento del número de hablantes ha sido continuo desde la época de la colonización americana, si bien el mayor crecimiento demolingüístico se ha producido a lo largo del siglo XX.

. El español es una lengua internacional que se considera útil para la vida profesional, las relaciones económicas y el ocio.

» Aunque la zona geográfica correspondiente al mundo hispánico incluye grandes zonas bilingües o plurilingües, asegura un índice de comunicabilidad muy alto (el español sirve de medio de comunicación en toda la sociedad) y un índice de diversidad bajo o mínimo (probabilidad de encontrar dos hablantes elegidos al azar, que hablen lenguas diferentes), índices que cobran una importancia especial cuando se comparan con los de territorios no hispánicos.

2.4.2. El español en Europa

El español es una lengua más americana que europea. Sólo uno de cada diez hispanohablantes vive en España. En número de hablantes natos la superan en la Unión Europea: el alemán, el inglés, el francés y el italiano. Si bien, como advierte Marcos Marín: «Aunque dentro de la Comunidad Europea ocupa la quinta plaza demográficamente, en otros aspectos se sitúa en un puesto inferior». Efectivamente, en peso económico y comercial el español está en la Unión Europea por detrás del holandés, y el sueco se sitúa a no mucha distancia de él en este terreno.

El español no puede competir en Europa, o lo hace difícilmente, con el inglés, el francés o el alemán (en algunos casos incluso con el italiano). Ahora bien, si consideramos el contexto mundial para las lenguas anteriormente citadas, la clasificación varía considerablemente.

El español es, además, la única lengua en nuestro ámbito europeo (descontado de nuevo el inglés) para la que se prevé un crecimiento demográfico notable a lo largo del siglo XXI. Mientras que para el francés se prevé en términos internacionales una disminución de hablantes, no sucede así con el español: si en el año 2025, el 7,5 por ciento de la población mundial podrá comunicarse en español, sólo podrá hacerlo en francés el 1,7 por ciento, que habrá quedado por debajo del ruso y el árabe e igualado con el japonés, el alemán y el turco.

Así pues, de las nueve lenguas oficiales de la Comunidad, cinco podrían ser consideradas lenguas de difusión internacional: el inglés, el español, el portugués, el francés y el alemán.

2.4.3. El español en el mundo

En el actual índice de importancia internacional de las lenguas, el español ocupa el tercer lugar. Está por detrás del inglés, a poca distancia del francés y por delante del hindi, el ruso y el chino. Ésas son las seis mayores lenguas del mundo.

El español necesita una política idiomática exterior que pueda reportar al medio hispanohablante una rentabilidad en los terrenos económico, comercial, industrial y tecnológico en el ámbito internacional. Para ello es necesario que se pondere el peso internacional de la lengua en el ámbito demográfico, cultural y de representación en organismos internacionales.

Para Juan Ramón Lodares, por lo pronto, no es previsible que el español gane mucho más terreno internacional del que ya ocupa. Por ello, no es previsible que se convierta en una lingua franca, es decir, que se utilice como código de comunicación para el exterior de aquellos países donde no se habla como lengua materna; todo apunta a que el inglés irá llenando este espacio progresivamente. Es previsible, sin embargo, que el propio grupo de lengua materna hispanohablante crezca demográficamente; que casi un 10 por ciento de la población mundial se entienda en español dentro de tres generaciones. No es aventurado augurarle fortuna en el terreno económico, comercial o mercantil.

Dicho esto, lo que sí parece probable es que la lengua española se sitúe en uno de los puestos clave de la internacionalización lingüística con la creación de macro-comunidades de hablantes a que se asiste en el mundo. Hay una tendencia humana que va de lo pequeño a lo grande y que parece que en los últimos años se está acelerando a pasos agigantados gracias, entre otros aspectos, al inusitado desarrollo de los medios de comunicación.

. El español en los EEUU

Según las últimas estimaciones, los hispanos suman ya más de 41 millones de personas y represen-tan el 50% del crecimiento de la población norteamericana. Dicho de otra manera, Estados Unidos es ya el tercer país con mayor número de hispanohablantes tras México y España, y las previsiones apuntan a que en el año 2050 habrá casi 100 millones de hispanos.

La cuestión es si los hispanos mantendrán su lengua materna, o bien se convertirán en hablantes monolingües de inglés con el paso de las generaciones. Hay todo tipo de respuestas, pero descartemos de entrada el spanglish, al que se puede considerar un caso particular y transitorio de bilingüismo adaptativo que afecta no tanto al español como al inglés. Para Marcos Marín la elección de la grafía inglesa en vez de la más hispanizada espanglish es deliberada. Con ella se quiere resaltar desde el principio que el spanglish es un problema del inglés y no del español, aunque éste se halle en sus cimientos.

Tan importante como la masiva presencia de hablantes de lengua materna española en Estados Unidos es la actitud de los estadounidenses hacia el español. El futuro para el español en Estados Unidos no pasa tanto por ganar hablantes nativos en futuras generaciones como por establecerse como segunda lengua entre sectores influyentes de la muy notable mayoría anglohablante y, por supuesto, como primera lengua extranjera en el sistema educativo. Con todo ello, el español debería dar un salto cualitativo en Estados Unidos, un salto por el que deje de ser la lengua de una numerosa y variopinta emigración, pero fundamentalmente lengua de comunicación oral, para ser una lengua de transmisión cultural y valor económico interesante entre quienes hablan inglés.

De acuerdo con estos datos y con el papel que desempeña Estados Unidos en el mundo parece claro que este país será uno de los centros que definirán el futuro del idioma. El arraigo del español en Estados Unidos es la plataforma decisiva para que se confirme como una de las dos grandes lenguas de comunicación internacional del siglo XXL

. La enseñanza del español en el mundo

La capacidad de expansión de una lengua no debe valorarse exclusivamente por su número de hablantes o por la cuantía de las transacciones comerciales que se realizan utilizándola como instrumento de comunicación; también es importante atender al interés que ha suscitado su aprendizaje como lengua extranjera o como segunda lengua, aunque todo ello está estrechamente relacionado. Desde este punto de vista, el interés por el español parece haber aumentado en los últimos años de un modo significativo en todo el mundo. Veamos los detalles más relevantes de este interés.

. La acción educativa española en el exterior

En 1993 se publicó en el BOE el Real Decreto que regula la acción educativa española en el exterior, siendo principal responsable el Ministerio de Educación. Sus objetivos son:

. Atender las necesidades de la población española residente en el extranjero.

. Responder a la demanda del español como lengua extranjera por parte de la población no española.

. Contribuir a la promoción y difusión de la lengua y la cultura españolas en el mundo.

. La enseñanza oficial del español como lengua extranjera: el Instituto Cervantes

El Instituto Cervantes fue creado en 1991 con el objetivo preciso de difundir la lengua y la cultura españolas en el mundo. Se trata de una entidad pública, dependiente de los Ministerios de Asuntos Exteriores, Educación y Ciencia y Cultura. Actualmente el Instituto Cervantes está presente en 56 ciudades de 37 países y su número de matrículas crece anualmente en torno al 15%. Aparte de su labor difusora de la lengua española, el Instituto es el encargado de gestionar la obtención de los Diplomas de Español como Lengua Extranjera, que expide el Ministerio de Educación.

Sin embargo, el optimismo ha de ser moderado si tenemos en cuenta que centros similares presen-tan unos datos muy superiores; así el Goethe Instituí tiene 152 centros, y 86 el British Council.

. Enseñanza de la lengua española fuera de España

« En Europa: el idioma extranjero más enseñado es el inglés, seguido del francés y del alemán. En cuarta posición vendría el español, pero la enseñanza de este idioma en Europa, si exceptuamos a Francia, aunque incluso aquí no es el idioma elegido por la mayoría de los alumnos, es poco significativa.

Si bien el número de alumnos de español en la educación secundaria europea ha aumentado de forma importante, con todo sigue ocupando una posición de relativa inferioridad en el conjunto de la Unión.

En Estados Unidos de América: el 80% de las escuelas de enseñanza elemental ofrece español. En la educación secundaria se enseña en más del 90% de los institutos con lenguas extranjeras. Otro 20% da clases de español para hispanohablantes. Añádase que más de 17 millones de es-colares de entre 5 y 17 años confiesan que el español es su lengua habitual para las relaciones personales. En las universidades, hace ya tiempo que dos de cada tres alumnos que estudian lenguas extranjeras eligen el español.

En Brasil: en 1993 se presentó ante el Congreso Nacional un anteproyecto de ley encaminado a establecer la obligatoriedad de la enseñanza de la lengua española en los niveles primario y secundario, pero las vicisitudes políticas de Brasil en los últimos años han retrasado la aprobación del anteproyecto. Sin embargo, este retraso se ha visto paliado por las acciones de las secretarías de educación de los estados y de las universidades, que han creado centros de lenguas para estudiantes de español. En el viaje realizado por los reyes de España a Brasil en julio de 2000 se sentaron las bases para una próxima ley que declare la obligatoriedad del español en la enseñanza secundaria en este país.

En Japón: la enseñanza oficial del español no empezó a ser importante hasta después de la segunda guerra mundial y el momento en que se fue consolidando la emigración a los países americanos de habla española. En los niveles de primaria y secundaria el español recibe escasa atención.

En África, territorio subsahariano: la presencia del español en los sistemas educativos es una realidad en los países de África francófona, mientras que es prácticamente inexistente en las escuelas y universidades del África anglófona.

En el mundo árabe: la creación y existencia de centros culturales, desde Irak hasta Marruecos; a lo largo de los años han cumplido misiones distintas, entre ellas la de formación de arabistas es-pañoles. Indiquemos que hay o había enseñanzas de español en universidades de Jordania (dos), Irak, en Egipto, Túnez, Argelia y Marruecos también en centros tecnológicos. En la enseñanza media destacan Argelia y Marruecos, con miles de alumnos.

Para concluir podemos afirmar que existe una conciencia en la sociedad de los países en donde está presente el español de su valor y de su importancia como lengua de amplia comunicación internacional, y como lengua valiosa en sí misma, en su entidad, en sus manifestaciones literarias, y ello unido a la importancia dada a la cultura hispánica y a la creciente presencia de nuestros pueblos en el concierto universal.

. Claves en la futura expansión del español

Según Francisco Marcos Marín, uno de los motivos más serios del despegue del español como segunda lengua internacional ha sido el incremento de la capacidad inversora y adquisitiva de los hispanohablantes, apoyado en cuatro ejes:

1. España y su modernización económica y política, que ha llevado a una intensificación de su presencia en el mundo y, muy especialmente, en América Latina, coincidiendo con los procesos de privatización de grandes empresas públicas y los cambios en las estructuras políticas.

2. México, su desarrollo demográfico y su penetración en la población hispana de los Estados Unidos de América.

3. Argentina como alternancia latina de desarrollo y crisis.

4. Chile como desarrollo sostenido.

El reto fronterizo del español es que los hablantes de español en los Estados Unidos o entre Brasil y los países limítrofes recuperen la conciencia de pertenecer a una comunidad lingüística de prestigio, mediante la adecuada política cultural. Instituciones como el Instituto Cervantes y las hispanoamericanas que el tiempo traerá tienen ahí un campo amplísimo para trabajar.

Como posibles puntos que tendríamos que mejorar para el bien del español destacamos:

. Reforzar la calidad de su enseñanza (a extranjeros y nativos).

. «Conectar» la lengua a los vertiginosos avances tecnológicos.

. Velar por su unidad terminológica y convencernos de la importancia económica y estratégica de dominar los aspectos de ingeniería lingüística.

. Favorecer la unidad, el enriquecimiento y la actualización de la lengua española.

. Garantizar el derecho a la comunicación en español en situaciones públicas en los países hispanohablantes.

. Conseguir un puesto en los organismos internacionales.

. Difundir la cultura, científica y humanística, que en ella se escribe.

. Proteger el derecho a hacer un uso correcto y prestigioso de la lengua española.

. « Consolidar una creciente conciencia lingüística, en todos los niveles de la sociedad hispanohablante, del valioso patrimonio de la lengua que poseemos como bien común, instrumento que posibilita la educación, la comunicación, la negociación y toda relación humana en la que se hace puente la palabra.

. Asumir por parte de los medios de comunicación y las industrias culturales, en su grado, la responsabilidad que les cabe en colaborar a la unidad de la lengua española, y en mantener lejos la pobreza y la vulgaridad expresivas.

La internacionalización del español requiere, pues, un proyecto que incluya al mundo académico, artístico, intelectual y literario, la iniciativa privada y los gobiernos. Así pues esta acción debe abarcar los campos de la educación, investigación, industria, comercio y economía. De lo que se trata es de ir más allá del tópico, de apuntar las necesidades a las que se enfrenta ante la cada vez mayor globalización de las comunicaciones.

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Autor:

Cristina Ferrís

 

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