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Mitos y Tradiciones como parte de la Transculturación en Cuba (página 2)

Enviado por Celia Sanchez Pereira


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Religión y sociedad: origen y tradiciones

En nuestro país: Cuba, encontramos un abanico de cultos y creencias, que inevitablemente, han pasado a formar parte de nuestro acervo cultural, evidenciadas en la música, bailes, comidas, lenguaje, y otros muchos aspectos de carácter psicológico, social y cultural. Las religiones que conforman nuestro quehacer religioso dentro de la sociedad, han aportado y aportan, elementos de un proceso culturizador, manifestado como parte integral de su idiosincrasia y modo de vida cotidiana.

Las creencias religiosas fundamentales llegan a Cuba desde otras latitudes, primero cuando se fundan las primeras poblaciones coloniales por España, se introduce el catolicismo, que como paso inicial para edificarlas, fue la realización de una misa, y en torno a las primeras casuchas se construyó una iglesia; en la que se invocaba el amor a Dios. Tras aquella misa de campaña, vinieron las siguientes y así siglos y siglos; y los descendientes quedaron cogidos en las redes de esta religión; desde que nacen son bautizados, se casan y mueren… creencias no arraigadas; fe a veces no analizada, costumbres y tradiciones.

Los colonizadores nos llegan con sus ansias de riquezas y sus ideas religiosas, preocupados por la salvación del hombre, para asegurar su fe terrenal y su esperanza en el más allá.

En la sociedad cubana se amalgaman diferentes culturas, a consecuencia de la colonización y corrientes migratorias que tuvieron lugar en diferentes etapas de nuestra historia; las cuales dejaron de algunas formas impregnadas las ideas o manifestaciones religiosas, que en cada una de ellas coexistieron con nuestra población autóctono. Sobreviven con mayor predominio, en la conciencia del pueblo, la raíz ética cristiana, introducida por los colonizadores españoles con la religión católica, a pesar que, con el paso del tiempo, fue mezclándose con las creencias africanas que entran con los negros esclavos procedentes de África, y con diferentes corrientes religiosas protestantes y espiritistas que nos llegan a finales del siglo XIX y principios del XX, también están presentes de alguna forma en nuestra idiosincrasia.

El catolicismo, impuesto por los colonizadores desde su "descubrimiento", fue impuesto a los negros esclavos llegados de África. Esto favorece el sincretismo con diferentes creencias de varias regiones africanas. A su vez estas creencias son mezcladas entre sí, ya que los esclavos son transportados en barcos negreros, que trasladan "piezas" de todas las regiones, y al llegar son instalados en barracones de igual forma, lo que hace que estas creencias, diferentes entre sí, también se mezclen, y se produce lo que calificara Fernando Ortiz como un "Ajiaco Criollo".

El poder español esclavista utiliza la religión para distanciar la explotación del esclavo de la idea cristiana del pecado, y lo asoció al concepto antropológico positivista de la inferioridad del negro y al razonamiento que la práctica de la esclavitud era buena, sensata y religiosamente deseable. Con el látigo y la cruz los colonizadores trataron de cristianizar a los esclavos, que si bien es cierto que con esto logran extender el catolicismo, ya no es en su forma pura, sino que se sincretiza como explicamos anteriormente, con las creencias que mantuvieron los esclavos ocultas tras los altares católicos. Estas otras prácticas religiosas que surgen, en la actualidad se conocen como "Santería", que se origina en la Regla de Ocha. Además sobreviven también otras manifestaciones llegadas de África, como son: La Regla Palo Monte, llamados popularmente paleros, y los Abakuá, que aunque no son propiamente una religión, sino más bien una organización fraternal, sí se fundamentan en leyendas, ceremonias y atributos religiosos de origen africano. Además se extienden prácticas animistas y supersticiones dispersas por la población.

En las siete primeras décadas del siglo XIX cubano, con toda su complejidad y riquezas de matices, encontramos un sector blanco librepensador el cual se nutre de personalidades eclesiásticas como el padre José Agustín Caballero, el Obispo Espada y el propio Varela; que darán pasos progresívos en nuestra cultura, y serán rápidamente reprimidos por Tacón, Capitán General de la Isla. En estos primeros años la cultura cubana echa sus raíces fundamentales, donde es innegable el papel que jugó la religión, sobre todo la Católica, y que se han mantenido hasta ahora, como referencia obligada y nutrientes estables de la cubanía. A pesar que la jerarquía católica fue aliada de España contra la formación de la nación cubana. Este es el período en que los dos más importantes sistemas mágicos religiosos de origen africano son introducidos en Cuba. La Regla de Ocha o Santería que llega con los yorubas, y la Regla de Palo Monte que entra con los congos y que darán pasos definitivos para su transformación en creencias llamados popularmente afro-cubanas, con lo cual se amplía tremendamente la cultura popular tradicional cubana. También a finales de este siglo y principios del XX ya comienzan los protestantes su labor proselitista en el país; se conocen primero por corsarios y piratas, que logran introducir la Biblia, después se amplían estos conocimientos con la Toma de La Habana por los ingleses, y toman auge con las intervenciones norteamericanas a principios de siglo XX. En la seudorrepública logran entrar diferentes denominaciones, las cuales alcanzan extender en el país su feligresía, fundamentalmente en el sector campesino, a los que no les llegaba la Iglesia Católica. A esto podemos unir el espiritismo de diferentes modalidades y algunos mitos y creencias aisladas, en su mayoría de carácter animista, que generalmente se desarrollan en los campos y barrios marginales en las ciudades, ya que estos lugares eran el mejor caldo de cultivo para la proliferación religiosa, dado el grado de pobreza e ignorancia de su población.

Por lo anteriormente expuesto, podemos deducir el alcance del "mestizaje religioso" que caracteriza a la población cubana. Además de esto hay que tener en cuenta que en Cuba siempre se ha manifestado una tendencia al ateísmo y a una especie de religiosidad sin dogmas, cuya explicación no es objeto de este trabajo. Con esta especificidad del pueblo y en dependencia de factores sociales, históricos, morales, sicológicos y otros, las creencias, prácticas y organizaciones religiosas en Cuba son disímiles; y éstas inciden en mayor o menor medida en la vida cotidiana de la población. Se afirman en costumbres, hábitos morales, gustos, formación de ideales, y de modelos de conducta. Para algunos es la base para explicarse la creación del mundo y del hombre, y hasta algunas personas acuden a sus creencias como una manera de resolver sus problemas, y otros toman estos principios sólo como elementos que enriquecen nuestra cultura.

Nos percatamos de la presencia religiosa en nuestro pueblo, desde tiempos atrás, que comprobamos cuando observamos iglesias, conventos, alegorías religiosas que adornan las casas así como personas que conservan las tradiciones de sus ancestros, que usan cadenas, pulsos, medallas o crucifijos con imágenes cristianas y otras que muestran atributos o vestimentas pertenecientes a las creencias de origen africano. La mayoría de las personas sostienen que conservan estas creencias o costumbres heredadas por tradición familiar. Encontramos gentes que asisten a ceremonias, ya sean católicas, protestantes o de cultos afro-cubanos o espiritistas. Muchos bautizan sus hijos, aún sin saber qué significado tiene esta ceremonia. Existen en el pueblo curas, monjas, pastores, babalaos, curanderos y hasta quienes hacen promesas a San Lázaro, a Santa Bárbara o a la Virgen de la Caridad del Cobre. Otros realizan bembés o toques de santos, ponen vasos de agua para los espíritus, llevan resguardo y consultan caracoles. Aunque hay que señalar, que la población cubana no es adepta al fanatismo religioso, y en su gran mayoría practican sus creencias sin interferencias institucionales.

La forma específica de manifestarse la religión en la vida cotidiana en Cuba, se debe enfocar desde diversos ángulos: como factor objetivo y subjetivo. En ambos casos lo podemos encontrar como expresión cultural o como fe religiosa. De esta manera se revela en el pueblo la fuerza que han tenido, y tienen, las creencias, para marcar de una forma u otra el quehacer diario del hombre. Con frecuencia estas motivaciones suelen ser asociadas a problemas muy diversos, referidos en su mayoría a su vida material y no a una espiritualidad mística y por otro lado predomina en la religiosidad una práctica sistemática, que en el mayor de los casos se realiza por costumbre familiar y refleja poca instrucción religiosa. Cuando hablamos de religiosos, se piensa en aquellos que pertenecen a una organización, específicamente católicos, protestantes, o cultos afro-cubanos; pero, no se toma generalmente en cuenta a los que tienen creencias de otro tipo y no acuden necesariamente a los templos o a otros lugares de culto.

La religiosidad en la sociedad cubana nos obliga a un análisis particular en cuanto al contenido de las creencias en el contexto histórico. Se observan tradiciones que en determinada etapa pudieron tener un significado religioso y con el tiempo se han ido modificando y forman parte para muchos de su idiosincrasia con una interpretación propiamente laica. Incluso algunas han desaparecido pero han dejado huellas en nuestra cultura.

En la actualidad las expresiones religiosas derivadas de creencias africanas son objeto de cierta revalorización social, y se les ha otorgado la importancia que han tenido y tienen en nuestra cultura. No es desconocida la influencia de estas en nuestros bailes, música, comidas, lenguaje, etc., que por el contrario en la etapa de la neo-república, sobre las creencias y prácticas de este tipo, se ejercía una subvalorización, desprecio y discriminación, mientras que, la Iglesia Católica en ese mismo tiempo logró una posición, por encima de las restantes instituciones y grupos religiosos, en la que predominó la educación religiosa católica en los colegios particulares y establecen organizaciones y mecanismos que fortalecen su doctrina. Es lógico entonces pensar, que en la etapa neo-republicana se introduce en la población cubana, la enseñanza religiosa católica con más fuerzas que todas las demás, unido a la influencia derivada de la preponderancia de la Iglesia en la etapa colonial, con monopolio establecido entonces y establecido hasta estos días. Por lo tanto, tienen necesariamente que formar parte de la conformación espiritual que interviene en el quehacer diario de las gentes del pueblo. Esto no quiere decir que se manifiesta siempre como expresión religiosa, por el contrario, la podemos apreciar mayormente, formando parte de nuestra ética, tradiciones sociales y en general en nuestro acervo cultural, pero invariablemente deja sus huellas perceptibles.

Actualmente la Iglesia Católica realiza su labor religiosa con los mismos derechos y deberes para con el Estado, que todas las demás organizaciones religiosas existentes en el país.

La religión forma parte de la vida cotidiana del hombre, y es asimilada, consciente o inconsciente en sus hábitos y relaciones con su medio. La humanidad está marcada por mucho de estos signos religiosos, hasta donde tenemos conocimientos históricos. En Cuba se puede destacar algunos mitos, supersticiones y tradiciones con gran influencia en la población; ceremonias de matrimonio, bautizos, conmemoración de Semana Santa, Día de fieles difuntos, procesiones de santos, misas, y otros. Muchas de estas manifestaciones se llevan a veces por costumbre o tradición familiar y otras han desaparecido dejando siempre algunos elementos enraizados en nuestra conciencia. Cuando buscamos hasta qué punto las religiones han marcado muestro acervo cultural, nos percatamos que existe siempre algún rasgo que las identifica. Es imposible señalar todas las incidencias al respecto, porque además estas pueden presentarse como elementos dentro de la sociedad, o como características personales; pero al menos se señalarán algunas de estas manifestaciones, que no todas mantienen su sentido mítico y otras aunque lo mantienen han perdido su fervor religioso, y algunas han desaparecido. Veremos los casos siguientes:

  • La Semana Santa. En el período de cuaresma los días son guardados muy estrictamente por los creyentes – principalmente la Semana Mayor – que concurren a los oficios que se efectúan en los templos y guardan recogimiento. Pero es notable la diferencia que encontramos en la actualidad, tanto en la cantidad de personas asistentes, como al rigor de recogimiento en esta conmemoración, si lo comparamos más o menos mediados de siglo XIX y hasta bien avanzado el XX, donde estos rituales eran extremadamente rigurosos. Transcurrido el tiempo esta conmemoración se ha ido haciendo cada vez más discreta y solamente asisten los creyentes habituales.

  • Las Fiestas de Pascuas, es otra de las costumbres o tradiciones religiosas que se conmemora desde que se introduce el catolicismo, y que aún se mantiene, pero no tienen ya ese fervor religioso. Se une la conmemoración de la Iglesia al júbilo popular; sobre todo sus tradicionales comidas de "nochebuena" el día 24 de diciembre, que la gran mayoría de la población realiza sin tener ninguna creencia religiosa.

  • "Día de Reyes". A finales del siglo XIX estas fiestas tenían mucha popularidad, hasta a los esclavos se les admitía por sus amos un día de asueto y fiesta, y se unía cada uno a los cabildos de sus respectivas naciones y efectuaban bailes alrededor de las casas de los gobernantes. Este día, ya hasta muy entrado el siglo XX, también se convirtió en el día donde a los niños se les engañaba, poniendo juguetes debajo de sus camas y después se les decía que había sido los Reyes Magos. Era un día para la mayoría de los niños y padres cubanos, donde debajo de sus camas no podían aparecer ningún juguete, producto de la miseria tan grande que asoló nuestro país durante muchos años. Esta costumbre fue abolida después del triunfo revolucionario, donde todos los niños tienen su día, y no son engañados.

  • El bautizo, es uno de los rituales de la religión católica que se ha convertido también en tradición popular. Actualmente algunos padres bautizan a sus hijos, aún sin conocer que significa este ritual; como sucedía en la población humilde y campesina que generalmente asistía a la iglesia para bautizar algún hijo o familiar, en los siglos XVIII y XIX, aunque ya no es tan significativo, ni en cantidad ni en el sentido mítico con que es realizado. Este es un acto que generalmente se tiene como una actividad social, y se ha utilizado como fiesta de recibimiento a un recién nacido; lugar de reunión de familiares y amigos, donde se realiza brindis de bebidas y comidas tradicionales.

  • "Día de los Fieles Difuntos", el 2 de noviembre, tradición que se mantiene en el pueblo, y que no se ha podido precisar exactamente desde que tiempo se conmemora, pero lo cierto es que se pierde en el recuerdo de nuestros mayores, lo que quiere decir que viene de siglos atrás. Aunque según Frazer el día de todos los Santos (esta misma fecha) " es la continuación de una antigua fiesta gentílica a los muertos". Actualmente esta tradición no se puede enmarcar solo en las creencias católicas, porque ese día, creyentes de otras religiones también efectúan sus rituales. Ha perdido adeptos en la población como creencia religiosa, pero se mantiene como una tradición popular, y ese día acuden masivamente al cementerio gentes del pueblo de todo tipo, creyentes y no creyentes, a poner flores a sus familiares muertos.

  • En el siglo XIX y principios del XX, la población cubana conmemoraba los "Día de San Juan" (24 de junio). Fue un gran acontecimiento en la mayor parte de las poblaciones en el país hasta bien avanzada la República. Esta celebración viene de tiempos coloniales, que así como a Roma se le daba circo y pan al pueblo, los colonizadores propiciaban en Cuba las fiestas religiosas, y corridas de toro, y permiso a los esclavos para bailar. Para mejor dominar había que dar rienda suelta, para estos inocentes regocijos que ataban por la fe. Pero también en la seudorrepública se mantienen estas fiestas donde el campo se vaciaba en las ciudades. Se hacían ferias y corría el dinero en juegos y compras. En los San Juanes hasta las autoridades tomaban parte en las diversiones. Se efectuaban fiestas populares en muchos lugares y quemaban un muñeco en medio de la algarabía de las gentes. Estas fiestas eran el marco apropiado para que se reunieran alegremente vecinos y amigos donde tendrían la oportunidad de hablar, jugar, bailar y cantar. Actualmente no se realizan las fiestas de San Juan, sin embargo hay muchas personas que las recuerdan y cuentan anécdotas de esos tiempos, por ejemplo en barrios campesinos, donde estos días eran fiestas populares de la población.

  • "Día de los Santos Inocentes" (28 de diciembre). Antiguamente se conmemoraba ese día jocosamente entre amigos y familiares. Esto consistía en buscar la forma de engañarse unos a otros, para hacerlos pasar por "inocentes" como solían calificarlos. Se hacían maldades, se engañaban y se burlaban unos y otros, momentos estos que se utilizaban como expansión espiritual, y demostración de amistad y cariño. Todavía hay personas que lo recuerdan y hacen pasar por "inocente" a algún desprevenido, pero ya no se realiza popularmente como años atrás, y mucho menos con el sentido fraternal con que era utilizado.

Hay otras expresiones de popularidad que no describimos, pero que son fechas muy reverenciadas, como por ejemplo: en septiembre la Virgen de la Caridad del Cobre, el día 8; el 7, La Virgen de Regla o Yemayá y el 24 la Virgen de las Mercedes u Obbatalá. En diciembre, el día 4, Santa Bárbara o Changó y el día 17, San Lázaro o Babalú Ayé. Estas son fechas muy señaladas que arrastran multitudes de creyentes.

Vemos también, como en estudios realizados sobre el lenguaje de la población, se demuestra la influencia que han tenido y tienen las religiones existentes en el país; donde se reflejan unas veces en sentido figurado y otras directamente en el léxico popular. Frecuentemente escuchamos: "con el favor de Dios", "si Dios quiere", "Dios te guarde", "Dios mediante" y lo escuchamos en otras expresiones "Jesús te ampare", cuando una persona estornuda; "con todos los hierros", cuando hacemos algo bien hecho, refiriéndonos a una terminología de la Santería Cubana de un ritual llamado "los guerreros" que se simbolizan con instrumentos de hierro. Otros exclaman que tienen "aché", palabra también de la santería que significa más o menos, buena suerte. "Te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena", si nos acordamos de algo o de alguien cuando nos hace falta; refiriéndonos a esta Santa católica que es patrona de los truenos. Se exclama ¡Aleluya! cuando se quiere alejar a alguien y también se dice; "Dios aprieta pero no ahoga" cuando se encuentran con graves problemas. Así podemos mencionar múltiples manifestaciones del lenguaje donde se refleja la influencia religiosa en el habla popular, donde en la mayoría de los casos, desconocemos su procedencia.10

Reconociendo también el aporte de otras culturas al lenguaje cotidiano, se puede poner el ejemplo de la común frase: "A ese no lo cura ni el médico chino" la cual asegura todo cubano cuando se encuentra con alguien que tiene una afección de muy difícil curación, cuyo pronóstico se sabe de antemano y es incambiable.

¿Quién fue el relevante galeno, cuya presencia se eternizó en el modismo popular? Sepamos que fueron tres, y no uno solo, los médicos chinos que alcanzaron fama entre nosotros.

En 1858 llegó a La Habana el médico chino Cham Bom-biá. Este vivió en Matanzas, con consultorio en Mercaderes, esquina a San Diego y apareció en Cárdenas alrededor de 1872 donde se instaló en una casa de la Sexta Avenida, casi esquina a la calle 12. Fue un notable hombre de ciencias, de amplia cultura oriental, que mezclaba sus profundos conocimientos en la flora cubana y china, como sabio herbolario que era, con los adelantos médicos occidentales. Actuaba con absoluto desprendimiento, cobrando honorarios a los ricos, y conformándose con decirle a los pobres: "Si tiene linelo paga pa mí. Si no tiene, no paga." Vivía solo, y una mañana lo encontraron sin vida. Se habló de un probable asesinato por celos de sus colegas. Se trata, sin lugar a dudas, del más famoso de los tres médicos chinos en Cuba.

Además se encuentran el célebre Medico Botánico chino Sr. Kan Shi Kon y Don Damián Morales; este último curaba el cólera con el inédito método de hacer vibrar los tendones de los sobacos.11

El uso de la Medicina Natural y sus antecedentes

Un sabio escribió, con razón, que la medicina alternativa no es una opción de la pobreza, sino una riqueza de la naturaleza. Cuba es pródiga en este sentido.

Tanto los indios como los negros africanos constituyen los principales representantes de la utilización de la medicina natural, los cuales, sabiendo aprovechar con eficacia las ventajas de la flora cubana, resolvieron curar y aliviar muchos de sus males.

¿Cuáles de las plantas empleadas por estos se siguen usando hoy por nuestra población con fines terapéuticos?

De las 244 plantas que fueron empleadas por aborígenes y esclavos, unas 150 especies se siguen desarrollando en su hábitat natural con buenas u óptimas condiciones para su reproducción, y forman parte de nuestra biodiversidad. Otras 40-50 han perdido representatividad, por múltiples razones; por ejemplo, la piña ratón y el cardón, debido a que durante mucho tiempo fueron muy explotadas para construir las cercas de los potreros. Algo análogo podemos decir del guamá, una típica víctima del desarrollo de la industria azucarera y la agricultura, que exigió el desbroce de grandes extensiones de bosques: muchas especies de árboles, entre ellos el guamá, sufrieron la fragmentación de su hábitat; y hoy, en el mejor de los casos, se preservan como especies raras. Una situación similar afrontan diversas especies propias de lugares de determinada altura en el entorno del ingenio y en terrenos pedregosos utilizados en el cimarronaje. No menos de 40 especies han visto disminuir sensiblemente su población, y algunas son ya consideradas raras.

Entre las plantas que hoy día siguen siendo utilizadas con los mismos fines que siglos atrás, pueden destacarse las siguientes: tilo, espinaca, sábila, bija, palma real, hierba de la sangre, aguacate, esclaviosa, caisimón, fruta bomba, caisimón de anís, guanábana, romero, anón, romerillo, chirimoya, guisazo de caballo, cucaracha, salvia, caña mexicana, lengua de vaca, bledo blanco, güira cimarrona, bledo carbonero, verbena cimarrona, anoncillo, mastuerzo, pasiflora, almácigo, cilantro, algodón, perejil, coco, culantro, ceiba, orozuz de la tierra, curujey, hierbabuena, maravilla, escoba amarga, saúco blanco, ponasí, mejorana, guacamaya criolla, toronjil de menta, guacamaya francesa, zapatón o barquito, sen, calabaza, verdolaga, gandul, limón, cundeamor, llantén, mango, paraíso, itamo real, paraíso francés, albahaca blanca, estropajo, albahaca morada, orégano, salvadera, colonia, nitro, quimbombó, rompezaragüey, anís y caña santa.12

Conclusiones

La dependencia de factores y procesos sociales y religiosos en la formación de la vida espiritual de los hombres varía, no obstante, de cierto modo todos imprimen en ella su sello, y sería una equivocación no tenerlo en cuenta en el análisis de nuestra realidad.

Es evidente que los mitos y tradiciones se estructuran de forma tal que influyen directa o indirectamente en la vida cotidiana del pueblo, y ejercen una acción espiritual dentro de ella. En particular, estos se expresan de modo variado en múltiples manifestaciones, constituyendo en algunos casos un elemento socialmente movilizador y en otros tiende a la pasividad produciendo un efecto de autoafirmación, consuelo y satisfacción.

Con este trabajo se ha identificado, de una forma u otra, el proceso de transculturación en Cuba, precisando y ejemplificando los mitos, las tradiciones y su significación actual.

Bibliografía

1 Ortiz Fernández, Fernando. Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983, pág 86-90.

2 Víctori Ramos, María del C. [Internet]. El mito y la leyenda en Cuba, [actualizado 2001; citado 12 Nov 2014]. Disponible en: http://www.la jiribilla.cu/887_33.html

3 Misas, Rolando E. "La mitología aruaca insular", en rev. Temas, N°9, La Habana, 1986

4 Alexandrenkov, Eduardo y Arístides Folgado. "El casabe", en Anuario de Etnología, 1988, La Habana, 1989, pág.36-46.

5 __________________. Diccionario provincial casi-razonado de voces y frases cubanas, 5ta. Edición, La Habana, 1976, pág. 365.

6 Ortiz, Fernando, Historia de una pelea cubana contra los demonios, Las Villas, 1959.

7 __________________. Directorio Eclesiástico de Cuba, La Habana, 1986, pág. 41 y 75.

8 Guanche Pérez, Jesús. Etnicidad cubana y seres míticos populares, en Oralidad 4, La Habana, 1990, pág 58-66

9 Feijóo, Samuel. Mitología Cubana, 2da. Edición, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2007, pág. 23-304

10 María T Peña González [Internet]. Religión y sociedad en Cuba, [actualizado 2009; citado 12 Nov 2014]. Disponible en: http://www.google.com.cu/ Cuba. Una identità in movimento — Religión y sociedad en Cuba.html

11 Satiesteban Argelio. Uno y el mismo, Ediciones Unión, 1995, pág 196-197.

12 De Lhaye Guerra, Rosa M. La medicina del esclavo (Tercera parte y final), [actualizado Jun 2011; citado 12 Nov 2014] Disponible en: http://www.cubadebate.cu/La medicina del esclavo (Tercera parte y final).html

 

 

Autor:

Julio César Castillo Alejo

Samuel Herrera Alba

Enviado por:

Msc. Celia Sánchez Pereira

Manicaragua, 2014 "Año 56 de la Revolución"

Partes: 1, 2
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