- Resumen
- Introducción
- ¿Cómo analizar la cuestión?
- ¿Cuál es el contexto actual de la docencia?
- ¿Cuáles son los desafíos de la docencia universitaria?
- ¿Cuál es la responsabilidad del docente? Sentido de excelencia
- ¿Y las condiciones institucionales de la docencia?
- Conclusiones
- Bibliografía y notas
RESUMEN
El presente trabajo se basa en un documento elaborado para el concurso de ensayos sobre las responsabilidades del docente de una universidad privada en Arequipa Perú.1
Se plantea que la educación superior se da en un contexto social de globalización y sociedad de mercado que incentiva el consumismo e individualismo, además vivimos en un país emergente con necesidad de profesionales comprometidos con su desarrollo y una universidad que intenta enrumbarse por la calidad, la excelencia, el humanismo y la solidaridad en sus principios.
La universidad debe comprender la expectativa pragmática de profesionalización competitiva de los estudiantes y enfrentar una tradición de docencia como transmisión de conocimientos que obvia las demás potencialidades humanas.
Se propone la exigencia por la excelencia académica que implica: actualización científica, solvencia profesional e investigación. La formación humanista debe motivar en los estudiantes al desarrollo de sus potencialidades. Es necesaria la renovación académica y la identidad institucional que surge de la realización de los docentes como personas y profesionales al interior de la universidad.
Las condiciones que la universidad debe ofrecer son la apertura a nuevas oportunidades para los estudiantes, sus familiares y los docentes, que incluyan los deportes, el arte y la discusión abierta y tolerante de los temas de actualidad. También una revisión de los criterios de ingreso a la docencia que la rejuvenezca y garantice la calidad.
A. INTRODUCCIÓN
Son las 8 de la noche y un profesor cruza hacia la salida, los pabellones de la universidad conocida como "la cato"2, lleva en su maletín los exámenes finales para calificarlos y le surge interiormente una inquietud: "¿he sido buen profesor para mis alumnos?", "¿cómo me recordarán? Sobre esto trata el presente ensayo.
Nos proponemos en primer lugar, sustentar una metodología para responder a la interrogante: ¿cuál debe ser la responsabilidad académico – formativa del docente de nuestra universidad? Luego analizaremos los desafíos de la docencia universitaria, propondremos las responsabilidades del docente y las condiciones institucionales para su realización.
Para este trabajo nos hemos basado en una revisión sustantiva y actual de los enfoques pedagógicos acerca de la universidad, los resultados de investigaciones locales sobre el tema, así como la experiencia personal en la docencia y el ser padre de hijas que han estudiado diferentes profesiones universitarias.
B. ¿CÓMO ANALIZAR LA CUESTIÓN?
Tracemos la cancha.
La educación es un proceso que relaciona básicamente a dos sujetos: el docente y el alumno, relación que se desarrolla dentro de un contexto institucional y social, que es necesario caracterizar pues establece las condiciones de lo posible.3
Para analizar la docencia se puede partir en abstracto de algún enfoque pedagógico que se asuma.4,5 Pero en el caso particular de la UCSM (Universidad Católica Santa María) la función docente se ha formalizado e institucionalizado básicamente en su visión y los principios; ellos pueden ser los referentes directos.
Así, la visión se propone: "Acreditar niveles superiores de calidad, competitividad, ética y excelencia en el cumplimiento de su misión institucional; y contribuye a la descentralización y fortalecimiento de la macroregión sur, consolidando a Arequipa como patrimonio cultural de la humanidad, bajo una concepción humanística y cristiana".6
Los principios que sostiene son: "La búsqueda de la verdad, la afirmación de los valores nacionales, morales y espirituales, el respeto de los derechos humanos y el servicio a la comunidad. El pluralismo y la libertad de pensamiento, de crítica, de expresión y de cátedra, con lealtad a los principios constitucionales y a los fines de la Universidad y, el rechazo de toda forma de violencia, intolerancia, discriminación y dependencia".1
Por otro lado, los estudiantes y sus familiares llegan a la universidad con gran confianza y fuertes aspiraciones para obtener una formación profesional que definirá su vida y su futuro. Traen además diversos valores y experiencias que son el sustrato para su educación.
En estas dimensiones identificaremos las tensiones entre las perspectivas propuestas por la universidad, las aspiraciones de los estudiantes y la realidad de la práctica docente. Finalmente frente a ellas definiremos las responsabilidades académicas y formativas de la docencia en nuestra universidad.
C. ¿CUÁL ES EL CONTEXTO ACTUAL DE LA DOCENCIA?
Desde hace 2 décadas el Perú se incorporó al modelo neoliberal de Estado y de sociedad dominantes. El Estado fue cuestionado por su ineficiencia y corrupción. En cambio se alentó la privatización de la economía y de los servicios sociales. Esto se expresó particularmente en las facilidades para la constitución de empresas educativas, cuya finalidad era la mayor rentabilidad con la educación, diferente a los fines de universidades como la UCSM, que siendo privada, siempre la motivó los más altos valores humanistas y académicos.
En las universidades públicas se mantuvo su aislamiento de las necesidades del desarrollo nacional, desmotivación para la renovación académica y deterioro en la gestión, que no ha mejorado a pesar del significativo aumento de sueldos que han recibido sus docentes.7
El sector de nuevas universidades privadas y sus filiales se multiplicaron como hongos en todo lugar del país, generando una especie de alternativa para muchos sectores de la población de una profesionalización fácil y accesible.
En el contexto mundial nos encontramos en un mundo globalizado que trasciende la economía y el comercio, también extiende sus valores: el consumismo, el individualismo y la homogenización de los estilos de vida. A ello se debe sumar el crecimiento rápido de la tecnología de la comunicación con nuevas y sorprendentes posibilidades. Ambos procesos tienen sus riesgos, pero no se puede discutir su realidad, vigencia y posibilidades. La docencia debe responder a la necesidad de perfiles profesionales internacionalizados8, al incremento exponencial del conocimiento y a la velocidad de los cambios.9
¿Cómo ser universidad? ¿Cómo competir?, incluso: ¿cómo sobrevivir en estas nuevas condiciones?
D. ¿CUÁLES SON LOS DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA?
En primer lugar se percibe a la universidad principalmente como un centro de profesionalización dirigida a las expectativas laborales. La familia y los mismos estudiantes desean capacitarse con alguna ventaja comparativa. Son también conscientes que la oportunidad laboral tiene otras leyes: las redes sociales a las que pertenecen o se pueda incluir, la especialización y el postgrado o la emigración a algún polo internacional. Esta motivación pragmática exige por lo tanto que la Universidad y los docentes ofrezcan una educación de calidad, actualizada y pertinente. Este es el primer desafío de la docencia.
El mundo globalizado y liberal también implica una competencia exigente y excluyente. La juventud actual está hiperconectada pero no interpreta el ritmo del mundo, ignora la cultura nacional, las demandas de nuestro país donde la pobreza, la exclusión, la corrupción y otros males oscurecen el desarrollo. Estas condiciones ponen en cuestión el cómo darle coherencia a la finalidad humanista o integral de los estudiantes que se propone la universidad con la nueva ética de la modernidad. Esta es el segundo desafío de la docencia.
Los docentes y estudiantes son productos de un modelo de educación tradicional dominante que se puede resumir como de "transmisión de conocimientos" y experiencias de los profesores a los estudiantes. La técnica central es la clase magistral, el texto es la herramienta por excelencia y se evalúa la adquisición de conocimientos. Esto no ha sido cuestionado en la práctica con las nuevas estrategias educativas como el de competencias10. ¿Cómo hacer una docencia que implique academia y formación? Este es el tercer desafío de la docencia.
Observando con lente de mayor aumento la cotidianidad de la docencia encontramos a docentes de alta calidad y reconocimiento por su trayectoria profesional y estilo académico. También existe una mayoría de anónimos profesores que asisten a sus clases para cumplir sus funciones formales y contractuales, esfuerzo suficiente para ser ratificados con carga horaria en el siguiente año.
Otros profesores y profesoras distraen las energías de los estudiantes en tareas escolares vanas de reescribir libretas, recortar figuritas a colores, decorar láminas, que califican subjetiva e injustamente a ojo de buen cubero, que tienen alumnos predilectos, son retóricos resistentes a la discusión y discrepancia, jurados de tesis que actúan arbitrariamente y al ritmo de sus estados de ánimo, que terminaron su ejercicio profesional hace muchos años y no han avanzado en algo nuevo.
E. ¿CUÁL ES LA RESPONSABILIDAD DEL DOCENTE? SENTIDO DE EXCELENCIA
Frente al primer desafío a los docentes, ellos tienen la exigencia para ser coherentes con los fines y principios fundadores de la universidad que se proponen la alcanzar la calidad, competitividad y excelencia. Así como se afirma que las organizaciones son las personas que la componen, las universidades son los docentes y estudiantes que cotidianamente se encuentran en las aulas.
La excelencia significa hacer las cosas bien y siempre lo mejor. Implica un docente con una formación y práctica profesional de alto nivel, que conecte a los alumnos con los avances y debates mundiales. Pero no para repetir lo que otros han escrito, sino para motivar al estudiante al desarrollo del conocimiento. Es consustancial que el docente sea un investigador, alguien que se interroga sobre la realidad y crea nuevos conocimientos y tecnologías.
Aprendí de viejos maestros que no existe la vocación por la docencia, ella se descubre y alienta en la misma experiencia, donde la fe de los jóvenes que nos esperan y escuchan, que nos preguntan y discuten, hace que germine en los auténticos docentes el compromiso con ellos. También me enseñaron que la mejor motivación para un estudiante es un profesor capaz y brillante.
Otro amauta hace un siglo dijo: "El estudiante de mentalidad y espíritu cortos y mediocres, mira en el profesor su dechado o su figurín; con un profesor desprovisto de desinterés y de idealismo, el estudiante no puede aprender ni estimar una ni otra cosa.
Antes bien, se acostumbra a desdeñarlas prematuramente como superfluas, inútiles y embarazantes. Un maestro –o, mejor, un catedrático– en quien sus discípulos descubren una magra corteza de cultura profesional, y nada más, carece de autoridad y de aptitud para inculcarles y enseñarles extensión ni hondura en el estudio. Su ejemplo, por el contrario, persuade al discípulo negligente de la convivencia de limitar sus esfuerzos, primero a la adquisición rutinaria del grado y después a la posesión de un automóvil, al allegamiento de una fortuna, y –si es posible de paso– a la conquista de una cátedra –membrete de lujo, timbre de academia"11.
Aceptémoslo, quizá muchos no tengamos la energía ni la corteza para la excelencia, pero siendo honestos al reconocerlo y no defendernos desde el podio de la disciplina debida, sí podemos crear los medios para que los estudiantes se encuentren con la ciencia, la cultura mundial, con su país y su prójimo. Este es el perfil esencial del maestro, como lo reveló "El Profeta": "El maestro que camina a la sombra del templo, en medio de sus discípulos, no les da de su sabiduría, sino más bien, de su fe y de su afecto. Si él es sabio de verdad, no os pedirá que entréis en la casa de su sabiduría, sino que os guiará, más bien, hasta el umbral de vuestro propio espíritu"12.
FORMACIÓN HUMANISTA
Antes de ser profesionales, los estudiantes deben ser personas y ciudadanos, así definía el sentido de la educación el maestro Luis Jaime Cisneros, fallecido el presente año: "La educación debe ser, por lo tanto, el proceso capaz de transformar al peruano en el actor social autónomo de su propio destino y en partícipe solidario de la colectividad en que se halla inserto. La escuela debe conducir a que el ciudadano se redescubra en su espíritu creador13".
El docente debe actuar como un explorador y guía que encuentra la veta de conciencia en cada estudiante, donde yacen sus mejores ansias de realización personal, sus potencialidades por el saber, los valores y la belleza14. La educación sólo es una herramienta, oportunidades y medios para desarrollar todas las potencialidades de la persona, este es su encuentro con el humanismo. Este puede ser, a manera de un caso particular, el sello de la "Marca UCSM", fuente y expresión de la identidad con la universidad.
Una actitud adormecida y rutinaria del docente no podrá descubrir el "ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones… si la dejas apagar no se reenciende jamás…"15 que nos decía José Ingenieros acerca de la emoción del idealista, contraria a la mediocridad de las mayorías que no se capacitan, que no leen, ni investigan ni escriben.
La modernidad y la tecnología crecen y se mueven con rapidez, pero no deben sacrificar la paz, la democracia, el medio ambiente y el desarrollo sustentable. No debe reducirse la vida al mercado, a la competencia salvaje y egoísta por el éxito a costa de todo.
El docente no debe separar esta ecuación o extraviarse en una mirada corta. "Las universidades no podrán evitar preguntarse sobre la formación que les darán a sus estudiantes para que conozcan, se sensibilicen y actúen sobre la realidad nacional en la que se van a insertar, de modo que colaboren con la paz social y la estabilidad democrática, elementos íntimamente vinculados, además con la economía y el progreso de las empresas"16.
ACADEMIA E IDENTIDAD
Los docentes deben proponerse la renovación pedagógica y académica, para guiar al alumno en el mundo cada vez más complejo, que exige creatividad e iniciativa, flexibilidad de pensamiento, actitudes para el trabajo en equipo y multidisciplinario. Así deben ser las vivencias cotidianas de la docencia universitaria.
Requiere de un profundo afecto con el estudiante y su futuro, que es la razón del compromiso docente. "Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden"17.
Nuestras tareas se deben dirigir al nuevo perfil de los futuros profesionales en este siglo que lo resume Leon Tratemberg: "el éxito de un profesional dependerá, cada vez más, de que haya cultivado sus talentos humanos más primarios, que se desarrollan sobre todo en la educación básica, antes que de las habilidades y conocimientos adquiridos en la educación superior – que debe reforzarlos -; talentos tales como la creatividad, capacidad de innovación y originalidad; la capacidad de cuestionar y romper las rigideces y las fronteras de las apariencias del sentido común, o los saberes convencionales, para ir a replanteamientos severos de todo lo que se supone válido. Debieran formarse personas con seguridad en sí mismas, alta autoestima, independencia de criterio y capacidad de funcionar autónomamente"6.
Luego de entronizar los fundamentos de la educación superior debemos darle coherencia con las estrategias didácticas y la evaluación. Los sílabos deben orientar y normar el aprendizaje, los talleres tener guías y ser tutorizados, las evaluaciones ser coherentes con los objetivos de las asignaturas, las exposiciones y seminarios reales investigaciones y discusiones, hacer revisión de exámenes con los alumnos y las clases renovadas de nueva información e investigación.
F. ¿Y LAS CONDICIONES INSTITUCIONALES DE LA DOCENCIA?
Celia López Dópico, entrañable monja de origen español y educadora incansable, dejaba la puerta abierta del colegio para que los estudiantes no se escaparan por los muros, sino por la puerta, "es que a veces extrañan su casa" decía. Pero también dejaba la puerta abierta hasta las 9 de la noche, "para que regresen porque a veces extrañan su colegio", decía con su dulce voz de madre universal.
Necesitamos abrir en todo sentido las puertas de nuestra universidad. Abrirlas para que los estudiantes se encuentren como jóvenes y con los docentes, que aquí tengan un espacio que les pertenece y los quiere, conversen con libertad y tolerancia de los temas mundiales, de sus pasiones y cotidianidad, incluso para que se tomen un café, bailen, jueguen o se enamoren.
Recordemos esa pregunta que les solemos hacer a los padres: ¿sabe dónde están sus hijos?, ahora nos debemos devolver la pregunta: ¿sabemos dónde están nuestros estudiantes luego que terminan sus clases?
También la universidad debe perder un poco su acartonamiento y sonreír a los padres de familia, pues somos socios en la formación de los estudiantes. Ofrecerles nuevas oportunidades para estudiar y hablar de experiencias mutuas.
Las autoridades deben reconocer que se necesita nuevos criterios y reglamentos para el ingreso a la docencia, para que ingresen los mejores y con potencial. Los docentes posiblemente pasaran en estas aulas 2 ó 3 décadas y gran parte de sus días, por ello deben sentir que aquí se realizan como personas y profesionales. El docente es también un fin de la universidad y no un medio.
Las tensiones entre antigüedad y juventud recorren todas las áreas profesionales y laborales. Se parecen a las diferencias generacionales familiares, con el añadido que los mayores tienen el poder de las instituciones y pueden hacer de "tapón generacional". En las universidades españolas están alarmados por el envejecimiento pero han concluido en un justo equilibrio entre la necesidad de rejuvenecer la universidad y la prioridad por la calidad18. Esta es otra necesidad.
G. CONCLUSIONES
– Las responsabilidades del docente universitario las debemos ubicar en el contexto mundial de globalización y sociedad de mercado que incentiva el consumismo e individualismo, un país emergente con necesidad de profesionales identificados con su desarrollo y una universidad que ha optado por la calidad, excelencia, humanismo y solidaridad.
– Los desafíos que tiene la universidad son la expectativa pragmática de profesionalización competitiva de los estudiantes, las exigencias y cambios del mundo globalizado e individualista y la concepción de la docencia como transmisión de conocimientos obviando sus demás potencialidades humanas.
– Las responsabilidades que proponemos para el docente son la exigencia por la excelencia académica que implica actualización, solvencia profesional e investigación y la formación humanista que deben motivar en los estudiantes al desarrollo de sus potencialidades, la renovación académica y la identidad institucional que surge de la realización de los docentes como personas y profesionales.
– Las condiciones que la universidad debe ofrecer son la apertura a nuevas oportunidades para los estudiantes, sus familiares y los docentes que incluya los deportes, el arte y la discusión abierta y tolerante de los temas de actualidad. También una revisión de los criterios de ingreso a la docencia que la rejuvenezca y garantice la calidad.
– ¡Retomemos nuestros fundamentos de universidad! Así, cualquier mañana el docente universitario se levantará temprano con la alegría y entusiasmo de regresar a las aulas donde lo esperan sus discípulos que lo respetan y recordaran como su mentor.
BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS
1 Este ensayo obtuvo el primer puesto en el concurso que fue organizado por la Sociedad Académica de
Doctores – SADUC de la UCSM, Arequipa Perú, diciembre 2011.
2 "La cato": Universidad Católica Santa María, Universidad privada de Arequipa – Perú, que este año cumplió 50 años de existencia.
3 OPS/OMS, Planificación Estratégica de Recursos Humanos, Washington D. C. 2006.
4 ABBAGNANO N., VISALBERGHI A., Historia de la Pedagogía, Fondo de Cultura Económica, México 2000.
5 WEIMER Hermann, Historia de la Pedagogía, UTHEA, México 1978.
6 UCSM, Acerca de la Universidad, http://www.ucsm.edu.pe/, consulta 11/11/11
7 En los últimos 2 años, las remuneraciones de los docentes de universidades públicas se han homologado con los de los jueces, lo que ha significado un aumento sustantivo en comparación con otras remuneraciones del sector público.
8 UNESCO, Internacionalización, regionalización y mundialización, http://www.unesco.org/es/the-2009- world-conference-on-higher-education/sub-themes/internationalization-regionalization/, consulta
12/11/11
9 Peter Drucker: La Sociedad Post Capitalista, Grupo Editorial Norma, Colombia 1994.
10 UCSM, Revista Escuela de Posgtrado 2008, Arequipa 2008, p. 31.
11 MARIÁTEGUI José Carlos, Estudiantes y Maestros, Temas de Educación, Editorial Amauta, Lima
1985.
12 GIBRAN Kahlil, El Profeta, P. L. Editor, Lima 1985.
13 CISNEROS Luis Jaime, Educación y ciudadanía, motores de una democracia, La República 14 enero
2006.
14 ROUSSEAU Jean-Jacques, Emilio o de la Educación, Universidad Veracruzana, México 2008.
15 INGENIEROS José, El Hombre Mediocre, Editorial Mantaro, Lima 1998.
16 TRAHTEMBERG León, Los Profesionales y Gerentes Peruanos del Siglo XXI, QUEHACER 85, Lima
1993.
17 Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria (Córdoba 1918), http://es.wikisource.org/wiki/, consulta 11/11711
18 AUNIÓN J. A., La universidad pública española envejece a pasos de gigante, El País, Madrid 2008.
Autor:
Alejandro Vela Quico
Médico cirujano, licenciado en Antropología, doctor en Medicina, magíster en Salud Pública, magíster en Filosofía, profesor principal de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de San Agustín – UNSA y profesor de postgrado de la Universidad Católica Santa María – UCSM, Arequipa Perú.
Arequipa, Perú, diciembre 2011