- Introducción
- El embarazo precoz
- Síntomas de Embarazo
- Consecuencias de un embarazo precoz
- Medidas preventivas de embarazos precoces
- Abuso infantil y embarazo precoz
- Conclusión
- Anexos
- Fuentes de Información
El Presente trabajo habla sobre el estudio de una adolescente embarazada con el fin de elaborar planes de atención para ella y su familia coopere a un feliz término de ese embarazo precoz.
Esta hecho con el fin de dar precauciones a las adolescentes que están activas en lo sexual, y que no piensan el riesgo en que están cuando tienen relaciones sexuales con su pareja.
El Embarazo en la adolescencia constituye un problema social, económico y de salud pública de considerable magnitud, que últimamente se ha expandido considerablemente en nuestro país.
Como se puede comprender los riesgos a que está sometida esta adolescente son de variado índole tanto biológicos, psicológicos, sociales, etc. Su evolución en tales campos se ha trastornado y se requiere de una apropiada atención integral para lograr el completo desarrollo de esta adolescente; así como para garantizar la disminución de los riesgos que experimenta el nuevo ser que ella ha concebido.
El Embarazo en la adolescencia es un impacto de considerable magnitud en la vida de los jóvenes, en su salud, en la de su hijo, su pareja, su familia, ambiente y la comunidad en su conjunto.
El Embarazo en adolescentes, cada vez más frecuente en países en desarrollo, es considerado como un problema prioritario en salud pública, especialmente en comunidades deprimidas, debido a su alto riesgo de morbilidad: bajo peso al nacer, prematuras y un alto riesgo de mortalidad materna, perinatal e infantil.
El embarazo en adolescentes es un producto de la patología social: negligencia paterna, carencia afectiva, inseguridad, pobreza, ignorancia, violencia. La adolescente embarazada es la presa de la hipocresía de una sociedad que perdona sus actividades sexuales y condena su embarazo. Consciente o inconscientemente, deliberadamente o por impotencia, se da mayor libertad sexual a los jóvenes, pero la sociedad permanece o vuelve a ser repentinamente moralizadora y represiva frente a las consecuencias de dicha libertad. Achacar la culpabilidad y la responsabilidad a la adolescente evita a los adultos el preguntarse por su propia responsabilidad y culpabilidad. El rechazo es la reacción más cómoda; se pone una simple etiqueta, a fin de no ver que se trata de un problema más general. Al condenar a la joven embarazada, se defiende a la sociedad y sus instituciones. El rechazo es a veces muy disimulado y puede adoptar el disfraz de una solución de acogida o de integración. Multiplicar los auxilios de carácter material o medico puede corresponder a un proceso de exclusión. Crear establecimientos donde las jóvenes viven su embarazo bien protegido y vigilado para no correr con el riesgo de herir el pudor y el equilibrio psíquico de los adultos, muestra más marginación que posibilidad de favorecer la integración social. Tener piedad de la joven embarazada es colocar a la "pobre chica" en una categoría aparte, víctima de falta de protección de la familia y del egoísmo de los hombres; es levantar una barrera entre el testigo impotente y silencioso, y los otros, los responsables.
El embarazo y la maternidad en la adolescencia tienen un alto carácter peyorativo, tanto para la misma joven como para su hijo si la gestación llega a término. Las dificultades son numerosas, a corto y a largo plazo: el adolescente es frágil y se vuelve más frágil aun por el embarazo; el pronóstico médico, escolar, familiar y profesional resulta sobrio, al igual que el futuro del niño y la relación madre-hijo; los embarazos seguidos y demasiado precoces constituyen un factor de alto riesgo y la joven madre tiene pocas probabilidades de llegar a formar un día una familia estable, o incluso de llegar a obtener un estatuto de autonomía social.
Más que por razones de inmadurez biológica o psicológica de la joven adolescente, están maternidades aparecen tan difíciles de asumir debido a que nuestro sistema social mantiene contradicciones respecto a los adolescentes. La muchacha puede concebir un hijo y darlo a luz, pero no está preparada por una educación, una madurez social y una autonomía suficientes para criarlo sin dificultad.
Una muestra real de todo lo anterior es la reacción de padre y madre al enterarse del embarazo de la hija. Hay poca comprensión y ayuda afectuosa. Lo que primero acude al ánimo de los padres no es tanto que ocurre con su hija sino que va ocurrirles a ellos. Esta herida paterna profunda da lugar enseguida a severos e irracionales reproches. Ante esto la joven se siente sola para asumir el conflicto y con una gran carga de culpabilidad. A veces, la revelación del embarazo da lugar a un violento enfrentamiento entre los mismos padres. Esta es una actitud inmediatista, epidérmica e impulsiva que casi todos los padres adoptan.
Durante el período, del embarazo. Descubrirás cambios en tu cuerpo y sentirás los primeros síntomas del embarazo. Refiriéndonos a los síntomas de embarazo, suelen ser los normales, dentro de cada parámetro.
Los primero síntomas de embarazo, son:
* Náuseas durante las primeras doce semanas. La presencia de las náuseas, es consecuencia de hormonas propias, durante la etapa del embarazo. Es probable, también que aparezcan, molestias digestivas y vómitos. Para sentirte mejor, tomar líquidos fríos, helados, ingerir alimentos frescos, te recuperarán. Sí llegarán a transcurrir, aún después de las 16 semanas, debes consulta con tu médico tratante, al fin de descartar algún problema asociado.
* Presencia de calambres. Cuando esto te suceda, suavemente intenta estirar la zona, dolorida. Masajea con fuerza, dicha zona. Es recomendable, que ingieras alimentos ricos en calcio; como lo son la leche o el queso. Puedes también, ingerir calcio por la noche, como suplemento. El magnesio, como suplemento es apropiado, también. Para mejorar la circulación de las piernas, eleva con almohadas la altura, de los pies de la cama, entre 20 a 25 cm.
Más síntomas de embarazo: Estos son más síntomas de embarazo
* Dolores similares al tipo menstrual. Se debe al crecimiento del útero. Sentirás, como "tirones" por debajo del abdomen. Para recuperarte; cambia la posición en la que te encuentres o recueste durante 15 minutos, y te sentirás aliviada.
* Orinar frecuentemente. Esto se debe, a que el útero ejerce cierta presión sobre la vejiga. La capacidad de la vejiga, disminuye y es por eso que irás más seguido al baño. Debes prestar atención, a lo siguiente: si al momento de orinar, sientes ardor o molestias, es aconsejable que consultes a tu médico.
* Luego de comer, tener constipación y distensión. Por el efecto de la progesterona, que inhibe las contracciones del útero; provoca una demora en el tránsito intestinal. Te recomendamos, que ingieras alimentos, con alto contenido en fibra, también el aporte de los cítricos es bueno. De no ser así, consulta a tu médico para que te recete algún laxante.
* Es frecuente, tener insomnio. Debes evitar bebidas estimulantes, como el café, el té o el mate, en reemplazo, toma leche o infusiones de tilo. Adopta una posición cómoda para dormir, por ejemplo: con una almohada, entre las piernas y de costado. Estos son los síntomas de embarazo más frecuente, también notaras, la falta de memoria, sentir picazón en el abdomen, tener las piernas hinchadas. Es de suma importancia, que frente a la duda de un posible embarazo, consultes a tu médico, o también puedes realizarte, un test casero, que suelen aportarte, el primer diagnóstico de tu posible embarazo.
Consecuencias de un embarazo precoz
La joven corre el riesgo de experimentar anemia y complicaciones en el parto, así como un alto riesgo de mortalidad propia durante el embarazo. Los bebes de madres adolescentes tiene una alta tasa de mortalidad al igual que pueden experimentar mal formaciones congénitas, problemas de desarrollo, retraso mental, ceguera, epilepsia o parálisis cerebral. Estos niños experimentan muchos más problemas de conductas y funcionamiento intelectual disminuido.
Hay problemas maritales y mayor probabilidad de divorcio en parejas jóvenes que se unieron producto de un embarazo. Debido a esto, los hijos de adolescentes pasan gran parte de su vida en un hogar monoparental, y ellos se convierten en una población potencial para generar embarazos no deseados en su futura adolescencia.
Las muchachas embarazadas tienen pocas probabilidades de continuar sus estudios debido a que algunas instituciones educativas optan por negarles la entrada por temor de que puedan influir desfavorablemente en otros alumnos. Estas chicas que han abandonado los estudios, raramente vuelven a tener oportunidad de retomarlos donde los dejaron. De igual manera los padres jóvenes corren un alto riesgo de experimentar periodos de desempleo o menor salario.
Otra consecuencia del embarazo en edades tempranas es el riesgo de aborto. Por lo general, las adolescentes a él en edades de gestación tardías (más de 12 semanas). Las causas por las que se producen estos retrasos son muy variadas.
En primer lugar, existe un desconocimiento de los signos de embarazo, una dificultad de comunicárselo a la familia, una falta de posibilidades económicas, deseos expresados de tener el hijo y una ambivalencia en relación con este hecho, a pesar de las dificultades, falta de consultas apropiadas donde consejo y la solución les puedan ser facilitados.
La reacción depresiva de la adolescente en curso de su embarazo puede ser supremamente fuerte que puede llevarla al intento de suicidio teniendo en cuenta que esta es la segunda causa de muerte en esta edad después de los accidentes. El embarazo y los problemas que este puede traer, el drama sentimental de una separación, el aislamiento, el pánico, pueden ser fácilmente considerados como "factores de suicidios circunstanciales".
La situación psicológica de la adolescente embarazada es compleja y difícil. En ella se acumulan las dificultades propias de la adolescencia; los problemas afectivos observados a lo largo de cualquier embarazo; las dificultades personales o familiares que traen consigo el embarazo, las que originan ciertas reacciones, reales o simplemente temidas, del entorno, la inquietud de un futuro incierto; la perturbación por las decisiones que se han de tomar; es vacío afectivo; etc.
Medidas preventivas de embarazos precoces
Prevención primaria: es el conjunto de medidas que tienden a evitar que llegue a producirse un fenómeno no deseable. En este nivel hay que evitar el embarazo. Puede intentarse poniendo en acción medidas de orden general, educativas o sociales, dirigidas a todos los jóvenes; puede intentarse también una acción mucho más amplia, a nivel comunitario, para modificar ciertos comportamientos sociales que fomentan la actividad sexual y los embarazos de las jóvenes. También se debe dirigir la acción hacia los que tienen la responsabilidad educativa (familia, maestros). Entre las medidas generales es necesario trabajar sobre la educación de la responsabilidad sexual y el poner a disposición de los jóvenes medios de control de fertilidad.
La puesta en práctica de medidas particulares, destinadas a ciertos grupos de adolescentes más concretamente expuestos al riesgo de la concepción y de embarazo, supone que se detecten los sujetos o grupos de alto riesgo. Este esfuerzo puede ser concebido de forma distinta según el grupo. A parte de estas estrategias es necesario un cambio de mentalidad con respecto a los jóvenes dándoles a estos las responsabilidades sociales que les permite su desarrollo biológico.
Prevención secundaria: acciones encaminadas a limitar la gravedad del problema que ya se ha iniciado. Este supone cuando el embarazo ya se ha iniciado la continuación del embarazo hasta su término. Se debe asegurar una evolución satisfactoria del embarazo para el equilibrio psíquico de la madre; preparar el nacimiento; aportar una ayuda a las familias de los jóvenes padres, al mismo joven padre si se conoce y está decidido asumir su paternidad.
Prevención terciaria: consiste en el conjunto de medidas que cuando el fenómeno ya se ha producido, tiene por finalidad limitar sus consecuencias a largo plazo así como las secuelas y reincidencias. En este aspecto implica medidas adoptadas para asegurar el futuro del niño y de sus padres y evitar el advenimiento de nuevos embarazos no deseados
En el nivel de prevención primaria son sumamente importante medidas educativas a nivel sexual, como ya se mencionó, para lo cual es necesario tener en cuenta que los profesionales encargados de esta formación cumplan con las siguientes características:
Un profesional bien informado, orientador, que le brinde confianza.
Un profesional que tenga resueltos y sepa manejar sus propios conflictos sexuales, éticos, religiosos o morales, para que no interfieran en la orientación del adolescente.
Que tenga un enfoque integrativo (cuerpo-espíritu-mente-sociedad) en lo que se refiere a sexualidad.
Que respete los principios básicos de educación dirigida a los adolescentes: con acción participativa del propio joven, con enfoque individual, familiar e institucional; que hago énfasis en cambio de actitudes y comportamiento.
Que respete los principios de confidencialidad, consentimiento, pudor y dignidad del paciente (con las excepciones indicadas en la Ley de Ejercicio Médico y Código de Etica Médica).
Un profesional que estimule la reflexión y promueva comportamientos más elevados en el orden moral.
Abuso infantil y embarazo precoz
El abuso sexual en la infancia es un factor de riesgo para la existencia de embarazos en la adolescencia
El rechazo parental puede provocar baja autoestima y se asocia con problemas de conducta tales como bajo rendimiento escolar, agresión física y abuso de drogas. A su vez, se lo ha vinculado con actividad sexual precoz y embarazo en la adolescencia, en lo que se denomina sustitución de amor por sexo.
Investigadores de la Universidad de Colorado y de la Universidad de Rochester evaluaron la relación entre abuso sexual, físico y emocional en niños, y la edad del primer embarazo. Las cifras obtenidas luego de ajustes a parámetros como forma de vida, separación paterna, residencia urbana y tabaquismo, evidenciaron que el abuso sexual se asociaba con edades más bajas para el primer coito y el primer embarazo.
El abuso físico, por su parte, demostró pocos efectos sobre los parámetros enunciados. La existencia de abuso emocional durante la niñez tampoco modificó la edad de la primera relación sexual y el primer embarazo. La población sobre la que los investigadores llevaron a cabo este estudio consistió en 126 mujeres de raza negra que cursaban las primeras etapas de su primer embarazo. Todas ellas pertenecían a un nivel de bajos ingresos económicos, no registraban más de 2 abortos (espontáneos o inducidos) y eran solteras, desempleadas o de escaso nivel de estudios (menos de 12 años).
El cuestionario al que fueron sometidas incluyó datos sobre distintos tipos de abuso entre los 6 y los 12 años, edad de la primera relación sexual y edad del primer embarazo. Se analizaron las variables que podrían introducir confusiones (separación paterna, residencia urbana). De los resultados de su investigación, los autores sugieren que aquellas adolescentes con antecedentes de abuso sexual deberían recibir asesoramiento sobre planificación familiar. Asimismo, descartan la hipótesis de sustitución de la aceptación familiar por actividad sexual precoz. Por último, remarcan la importante asociación entre factores socioeconómicos y abuso sexual en la edad del primer embarazo, y la necesidad de llevar a cabo estudios con mujeres pertenecientes a otros grupos étnicos y socioeconómicos.
Un embarazo es lo más maravilloso que le puede suceder a una mujer o a una pareja, siempre y cuando ambos estén preparados para ser frente a este reto o desafío, en cual consiste en criar y educar a un nuevo ser que piensa y siente como nosotros.
Nosotros los adolescentes debemos estar conscientes que para convertirnos en padres solamente debemos elegir el momento y nada más, podemos truncar nuestro futuro e incluso el del bebé que pueda nacer por un instante de placer o de locura, por eso debemos ser responsables en nuestras acciones, por eso para evitar los embarazos no deseados existen los preservativos.
Las adolescentes cuando inician su actividad sexual a temprana edad se deben a diversos factores que influyen en las adolescentes, entre ellos podemos destacar: los de los órdenes físicos y emocionales, aunados a la falta de comunicación en familia, miedo a la soledad, incorporación al mundo adulto, curiosidad, necesidad de cariño y afecto, reafirmación de la identidad sexual y la falta de orientación en la información sexual.
Todos estos conflictos se superan con una comunicación mutua, basada en el amor, ternura y la comprensión de un período que es difícil para ambas partes.
Bibliografía:
Enciclopedia "Mi ayuda escolar" el cuerpo humano y la salud/Editorial Clase
Páginas web:
http://www.monografias.com/trabajos42/embarazo-precoz/embarazo-precoz
Autor:
Alejandra Pereira