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Género y afrocubanía religiosa en el Condado Norte de Santa Clara


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

En la presente investigación se fundamenta cómo las representaciones sociales provenientes de la oralidad religiosa afrocubana con relación a las diferencias de género está presente en los jóvenes de la comunidad Condado Norte de Santa Clara. Se empleó un paradigma de investigación cualitativo como referente metodológico esencial, sin perder de vista los elementos cuantitativos y demandando un análisis descriptivo e interpretativo basados en las representaciones. La relevancia de este estudio es que demuestra la relación que existe entre oralidad religiosa afrocubana y representaciones sociales.

Palabras clave

Religiosidad, afrocubanía, condado, género, oralidad, representaciones sociales, cultura popular

Introducción

A lo largo de la historia de Cuba se puede apreciar una religiosidad que parece emerger espontáneamente, pero que posee una relación dependiente a la historia patria y relacionada a la resistencia cultural que ha sido el basamento primero de la cultura popular.

A consecuencia de la trata negrera, prolongada por muchos años durante la Colonia, se introdujeron en Cuba diversas manifestaciones religiosas provenientes del continente africano.

Las religiones africanas originales fueron modificándose en las nuevas condiciones cubanas, al enfrentarse a otros medios naturales y sometidos a una interrelación étnica-cultural; por lo que los objetos de sus cultos y formas de manifestación religiosa tuvieron evidentemente que cambiar.

De este modo se conformaron varias expresiones religiosas cubanas de origen africano. Siendo este el caso de la Regla de Osha o Santería, como se le conoce popularmente, derivada de la cultura yoruba. La Regla de Osha, constituye una de las religiones más practicadas y que más ha influido en la cultura popular tradicional, formando maneras de pensamientos, formas de conducta y valores en gran parte de la población.

En estudios anteriores se ha demostrado que la Regla de Osha manifiesta una proyección de género discriminatoria, virilizadora, hegemonizante; que sitúa a la mujer como ser dependiente, sumisa al hombre. Esta situación se refleja de manera explícita en la oralidad religiosa afrocubana. Estos contenidos que son asumidos por los religiosos dentro de la Regla de Osha se traspolan a la sociedad no sacra, siendo asimilados ya sea consiente o inconscientemente, expresándose en representaciones sociales que asumen los no religiosos. Este fenómeno se da con mayor fuerza en comunidades de alta religiosidad, en la provincia Villa Clara se observa el caso del Condado Norte de Santa Clara.

Siempre la existencia de lo africano en este territorio fue significativa, incluso desde su constitución. De esta manera la mayor población que se fue asentando en este territorio fue la negra, en un primer momento y más tarde aquellos descendientes directos de la misma así como otras personas que aunque eran blancas carecían de los principales medios de producción para integrar la aristocracia de la ciudad. Uno de los principales escenarios que fomentaron las manifestaciones religiosas de ascendencia africana fueron los Cabildos.

Desarrollo

En el proceso de investigación dentro de la comunidad se registró la existencia de dos de estas agrupaciones; uno situado en la calle San Cristóbal # 382 entre Virtudes y San Pedro, nombrado "La divina Caridad" aun habitado por descendientes de los que llevaban a cabo las actividades religiosas en el lugar y otro ubicado en la calle Pastora entre 1ra y 2da, de este último ya no queda nada pues en su lugar se construyeron varias viviendas.

Estas instituciones fueron desapareciendo producto de la persecución que se les hacía a las prácticas de origen africano lo cual impidió el mantenimiento de este tipo de agrupación. La desaparición de los cabildos no impidió la expansión de las creencias religiosas de origen afrocubano y en su lugar surgieron las casas templos en aquellos lugares donde residieron sacerdotes de la Regla de Osha de gran prestigio religioso. De esta forma la tradición religiosa de esta comunidad se fue transmitiendo de generación a generación a través de las familias religiosas que se fueron conformando. El trabajo de campo permitió la constatación de una notable cantidad de casas templos que aunque no encuentran su origen en los famosos cabildos, constituyen un punto de reunión y de manifestación de los cultos populares sincréticos con su inherente carga de valores culturales.

Es importante hacer alusión a la cantidad de miembros que contienen las prácticas religiosas de origen africano, tanto la Palo Monte como la Santería, aunque es esta última la que adquiere mayor popularidad entre los creyentes que residen allí. Esta popularidad está sustentada fundamentalmente en el incremento sostenido de practicantes e iniciados. Lo anterior se evidencia en los símbolos y atributos religiosos que pueden apreciarse frecuentemente, como sucede con los collares, ropajes rituales y otras expresiones de vida ritual, como es el caso de las personas que optan por tomar la mano de Orula, portadores del típico iddé, rindiéndole tributo a este santo en particular.

Estas prácticas religiosas fueron introducidas por los descendientes directos de los esclavos africanos. Una de estas personas fue el descendiente de africano Cándido Vila, quien practicaba la Santería y se dedicó a trasmitir sus creencias a las personas que residían en el lugar.

Entre los santeros más conocidos que residieron en la comunidad se encuentran: Pascuala Ribalta, Urbana Ribalta, Isabel Rodríguez, José Vicente Ribalta (Picolino), Lucía Santo Suárez, Juan (el Cura), Santa Álvarez, Luis Olmo Angulo (Congón), Felicia Moré Moré (la Manca), Fernando Pérez y Carrasco, Gregoria Teherán (Goya), María Vicente Morales, Celestina Arencibia y Miguel Puri, por citar algunos. Aunque todas estas personas ya han fallecido, a partir del conocimiento y reconocimiento que los mismos adquirieron en medio de de la práctica santera se formaron nuevos creyentes que tomando como base los preceptos morales de los que les antecedieron han contribuido a la formación de las principales familias religiosas de la comunidad. Tal es el caso de Reinaldo Banguela López (obá), Alfredo García Valle (babalosha) y Carmen Norberta Fuentes Oses (iyalocha) por mencionar aquellos de mayor cantidad de ahijados.

Los datos de las entrevistas efectuadas demuestran que los principales motivos de iniciación en la Regla de Osha o conocimiento de algunos elementos de la misma radican en la tradición familiar y en menor medida los problemas de salud, lo cual demuestra la importancia que adquiere la familia y los valores que a través de ella se trasmiten. Lo cierto es que los elementos anteriores demuestran la tradición religiosa que caracteriza al Condado Norte, convirtiéndose esta en una de sus principales manifestaciones socioculturales.

Las prácticas religiosas además de constituir una vía de satisfacción espiritual también se convierte en un medio de subsistencia para algunos oficiantes. Expertos del tema y practicantes que fueron entrevistados aseguran que en la actualidad existe una gran diferencia con respecto a las prácticas de los ancestros, esta diferencia se advierte en la cantidad de santeros que trabajan la religión para lograr su beneficio económico personal. Anteriormente, "existía más respeto, discreción, humildad y había una mayor devoción hacia los santos", esto se puede escuchar de los practicantes más viejos constantemente.

Las fiestas en el interior de las casas templos se han convertido en una tradición. Estas se realizan en fechas conmemorativas o con motivo de la iniciación de algún aspirante. A estas fiestas no solo asisten creyentes sino todo tipo de personas y de todas las edades. La mayoría de los individuos que acuden a los festejos, realizan ofrendas al santo homenajeado y se insertan para disfrutar de estas celebraciones. Desde este punto de vista, estas fiestas se convierten en fenómenos socioculturales en los que confluyen música, danza y otras manifestaciones culturales, que aunque tienen un origen religioso se sobrepasa para abarcar lo sociocultural en general.

Estas prácticas alcanzan gran significación social desde el punto de vista en que se establecen interrelaciones entre las condiciones materiales y espirituales de la vida de la población, por lo que a través del análisis de las circunstancias en que se han desarrollado los cultos se puede interpretar la importancia que adquiere el fenómeno religioso en esta comunidad.

Es importante señalar que como todo fenómeno religioso, la Santería es portadora de contenidos, significados, que son asumidos por la comunidad en forma de representaciones sociales. Los jóvenes no religiosos constituyen la muestra que se estudia en esta investigación, específicamente por estar en una edad proclive a apropiarse de conocimientos fuera de valores correctamente guiados.

Resulta complejo identificar el origen de las representaciones sociales. En comunidades como el Condado Norte de Santa Clara es más difícil si se parte de sus particularidades. Dado el carácter histórico y las grandes dosis de violencia que tocan la formación de esta comunidad.

Las prácticas religiosas tienen la capacidad de incidir activamente en la concepción del mundo, y en la diversidad de intereses personales y grupales, así como promover formas de comportamiento. Esto no sucede solamente hacia la sociedad sacralizada, sino, sobre todo en comunidades de alta religiosidad, hacia los individuos no religiosos que comparten física o psicológicamente, el espacio social con la religión. De ahí que muchas personas creyentes o no, se apropien de representaciones sociales que se trasmiten desde el interior de las prácticas religiosas.

Dentro de la santería, la oralidad religiosa juega un papel extraordinario si se parte de que esta religión no posee textos sagrados como si es el caso de otras religiones como el Cristianismo o el Islam. Los contenidos específicos de esta manifestación religiosa, sus reglas y normas de comportamientos son transmitidos de generación a generación de forma oral. Al interior de esta oralidad los patakies juegan un papel fundamental que radica en que reúnen la tradición oral correspondiente a cada estadío de la religión yoruba, pues existen patakies que hablan de la fundación del mundo, quien lo formó y cómo se fue desarrollando el universo. Además lo fundamental radica en el lugar primordial que ocupa en la decodificación cultural incluso para la sociedad desacralizada.

Se le llama patakí al conjunto de historias, leyendas y fábulas concernientes a los orishas, sus caminos o avatares, con una moraleja que ayuda a la definición de sus dones o atributos. A ellos se devuelven los creyentes para esclarecer hechos de la cotidianidad o para comprender el Diloggún, cada odun o signo del oráculo de Ifá. (Bolívar, 1990:186).

Si se realiza un análisis de los patakies, sobre todo aquellos que giran alrededor de deidades más conocidas según el criterio de experto y teniendo como núcleos de análisis: la visión sobre la mujer y el hombre, las relaciones que se establecen entre el hombre y la mujer, respecto a las profesiones y el papel social que desempeñan (la jerarquía); se puede encontrar cómo se manifiesta la feminidad en las orishas mujeres entre las que sobresalen Oshún, Yemayá, Obbatalá (en sus caminos femeninos), Yewá, Obba y Oyá.

En estas historias se reflejan las distintas formas en que la personalidad femenina se expresa: sensual, atrevida, joven, dulce, madre, poderosa, curiosa, trabajadora, esposa, sumisa, apacible. La mujer también es danza, movimiento, naturaleza, fidelidad, traición, vida, muerte, pureza, dolor, origen y final.

La masculinidad está presente en el discurso religioso afrocubano, en la personalidad de Changó, Obbatalá, Elegguá, Oggún, Ochosi, Orishaoco, Orúmbila, Babalú ayé, Olokun y el mismo Olofin entre otros. En este caso las descripciones muestran al hombre en relación a la fuerza, la violencia, la valentía, virilidad, laboriosidad. Identifican a los hombres con las distintas profesiones, la caza, la pesca, la adivinación, la música, la agricultura etc. (Aguilar, 2007: 28-29)

Al analizar el patakí "Obba" (Lachatañeré, 2001: 39), leyenda que narra la historia de una mujer que tiene por destino casarse con un guerrero de profesión, se perciben símbolos de contenidos discriminatorios. En el caso de esta historia la mujer es maltratada por el hombre. Esto ocurre cuando este llega de las batallas, de lo que podemos inferir que la violencia hacia la esposa es un acto de desahogo del guerrero. Obba, deidad protagonista de esta historia, siempre trataba de complacerlo pero un día tuvo que sacrificar su belleza en función de acceder a sus caprichos. En otro momento de esta leyenda se hace referencia a la masculinidad "Changó de Ima, vencedor en cruentos combates y guapo y seductor mozo". Esta muestra de la oralidad religiosa afrocubana, manifiesta estereotipos sexuales a partir de que en ella, a la vez que se narran las vidas de los Orishas, se proponen patrones conductuales que tienen como núcleo descripciones físicas y morales.

En el patakí "Las cotorras de Orúmbila" (Lachatañeré, 2001: 46) podemos ver otro ejemplo de descripción física (masculina): "Oggún Arere, rey forjador de metales, rudo e intempestivo, que intimidaba las comarcas con el solo gesto de pisar fuerte en las tierras que él abarcaba con su poderío". De esta forma en la mayoría de las leyendas el hecho de describir las diferentes características de las deidades ocupa un papel fundamental a la vez que quedan establecidos patrones de belleza, de masculinidad y feminidad. El hombre debe ser fuerte, implacable, debe seducir a las mujeres y estas ante todo deben ser bellas y dóciles.

Algunos relatos narran escenas casi eróticas sobre Oshún, paradigma de belleza, astucia y sabiduría. Tal es el caso del relato "Orúla se casa con Oshún" (Colectivo de autores, 2002: 331) "gustaba de bailar desnuda y voluptuosa, luciendo sus formas excitantes" "desnuda completamente luciendo su cuerpo sudoroso y untado de miel". Otro patakí que manifiesta lo antes planteado es el "Sacrificio" ya mencionado. "Cierta vez despojándose de su túnica danzó pegada a los tambores, todo el cuerpo untado de oñí hasta derramarse por sus finos dedos y al caer al suelo como gotas de oro" Al mismo tiempo que descubrimos esta mujer poderosa y deseada, indoblegable, se van reproduciendo imágenes degradadas sobre el sexo femenino. Oshún, díjole a Changó "-dígnate a compartir el lecho de la mujer más codiciada que haya nacido". A lo que en varias ocasiones el oricha responde: "Omordé no tienes habilidad para tratar a los hombres", "eres torpe y pesada como un elefante", "permaneces pegada como una babosa en el instante en que toda mujer prudente se retira". Esta leyenda responde a varios prejuicios como el que la mujer debe saber tratar a los hombres, debe tener conocimientos y habilidad en cuestiones del amor y del sexo y debe ser ligera.

La mayoría de los patakies analizados reproducen estereotipos que presentan a la mujer como amante, otros ofrecen representaciones sobre la mujer como madre. El patakí "La revelación" (Lachatañeré, 2001: 14), narra cómo Changó arrojado del cielo por su madre Obbatalá va a parar a las manos de Yemayá quien hace hasta lo imposible por complacer a su hijo, quien considera una bendición de Olofi. A todos sus esfuerzos este responde: "-dame mi amalá mujer mezquina", "-ahora quiero dormir en una estera que no esté tan mugrienta como la tuya", "holgazana, atiende a tu hijo", "mi criada no puedes bailar, lo mejor es que te ocupes más de mí, vete al monte y tráeme unos oguedés", "oh veo que no sirves para nada; me marcho."

Existen otras leyendas, que alrededor del papel de madre validan posiciones irrespetuosas u hostiles, tal es el caso de "Incesto" (Lachatañeré, 2001: 37) donde se narra la relación que se establece entre Changó y su madre Yemayá[1]Cuenta la historia que Changó acostumbraba dormir para dejar pasar las horas y su madre Yemayá lo acompañaba, hasta que un día la madre se enamoró del hijo. La historia concluye "ruedan sus cuerpos invertidos en confusos movimientos y largo rato se poseen contra natura", "desde entonces la madre amó al hijo".

Los patakies anteriores muestran posiciones que no están acordes con lo permisible socialmente, de aquí que diversas interpretaciones de los mismos traigan como consecuencia el cuestionamiento del papel que esta creencia otorga a la relación madre-hijo.

A pesar de lo planteado en estas leyendas, es significativo señalar que la madre es considerada importante para los practicantes en la Regla de Osha. El respeto a la madre como a los ancestros es manifiesto por parte de los religiosos, sin embargo esta debe respeto a su hijo, sobre todo cuando este ejecuta una jerarquía mayor dentro del culto.

En las leyendas consultadas nunca se expresa que la actitud asumida es incorrecta, los que maltratan, irrespetan y explotan no son requeridos o castigados. Manifestándose por el contrario que la jerarquía, la posición, la importancia del santo están por encima de la acción, lo que la hace justificada y correcta. Muestra de esto es la expresión de Yemayá cuando dice refiriéndose a Changó "Ah, ya comprendo por qué no puedo tenerte bajo mi crianza, eres el tirador del Ékuele." Se entiende que este final del referido patakí "La revelación" hace énfasis en la importancia de dicha función (la adivinación).

En el caso específico de los Orishas hombres los relatos siempre se refieren destacando la violencia, el ímpetu, la virilidad y la masculinidad hegemónica. Nunca se le da importancia al papel del hombre como padre. Es válido mencionar que no se encontró dentro de los patakies estudiados alguno que hiciera referencia a la importancia de la paternidad.

Si se hace un análisis general de las leyendas se puede percibir respecto a las profesiones que solo a los hombres se les atribuye una profesión. Esto se puede corroborar en varios de los patakies consultados. En el patakí "El río" (Lachatañeré, 2001: 5) leyenda que cuenta la vida de Agallú Solá, se manifiesta "Agallú Solá un labrador entrado en años pero fuerte y brioso como un joven guerrero", en otro momento del relato se hace referencia a la deidad como un labrador convertido en barquero.

En el "Patakí de Oshún" (Bolívar, 1990:116) se narra el amor de esta deidad por Changó y a su vez el de Oggún por Oshún, en un fragmento se expresa "Oggún herrero infatigable que vive en la manigua" referenciando una vez más una profesión otorgada a una deidad masculina. Así sucede con otras deidades como Orisha oko el labrador, Ochosi cazador, Osain es médico yerbero y conocedor de las propiedades curativas de las plantas, etc.

Es importante mencionar que excepcionalmente existe un patakí (Lachatañeré, 2001: 222) dentro de los consultados que muestra una mujer, como poseedora de un oficio o profesión. Este ashé es otorgado a Oshún a partir de su disputa con su esposo Orúmbila. La disputa se origina porque Oshún en ausencia de Orúmbila consulta con el tablero del Ekuelé. Entonces Olofin divinidad suprema le dice a Oshún "-no debiste registrar a nadie con el Ekuelé." A lo que esta responde "- ¿Y como he de vivir sin nada?", entonces Olofin le concede el ashé de consultar por el Di-loggún[2]

Aún así, la mujer juega un papel importante en la Regla de Osha. Como se ha ejemplificado, diversas restricciones son impuestas a las mujeres dentro de la Santería y son evidentes a través de la oralidad religiosa afrocubana. Estas limitaciones, entre otras, evidencian una masculinización considerable de este culto lo que permite dependencia y subordinación a la virilidad como manifestación hegemónica de la masculinidad.

Estas representaciones son apropiadas socialmente, a veces de manera inconsciente, a veces de manera acrítica, siendo asimilados no solo por la comunidad religiosa sino por la sociedad toda en formas de estereotipos que estos reproducen e incorporan a su vida de forma acrítica. No debemos negarnos a la apropiación de representaciones sociales provenientes de la oralidad religiosa afrocubana ya que ella ha sido una parte esencial de la cultura cubana de todos los tiempos.

Sin embargo, hay que tener cuidado ya que la apropiación fuera de valores correctamente guiados puede traer consecuencias notables en cuanto a la asunción de la violencia de género como forma de actuar respecto a las relaciones entre los sexos. Se trata entonces de no oponerse a la casi inevitable apropiación sino a la forma acrítica y por tanto dañina en que esta suele realizarse. Tal es el caso de comunidades donde lo religioso juega un papel fundamental como defensa cultural, como resistencia cultural, la comunidad Condado Norte de Santa Clara es un ejemplo de ello.

Después de realizar un análisis de los patakies, reflexionar y aseverar que contienen representaciones sociales respecto a las relaciones de género, se aplicaron diferentes instrumentos metodológicos a especialistas, investigadores y líderes religiosos de gran prestigio y a una muestra representativa de jóvenes entre 15 y 25 años de la comunidad Condado Norte de Santa Clara.

Mediante el método de la observación, así como la ratificación a través de encuestas y entrevistas aplicadas en la comunidad Condado Norte, se pudo detectar en los jóvenes, comportamientos identificados con lo antisocial, tal es el caso de la guapería, el escándalo, pleitos, violencia verbal y gestual en conversaciones, donde las ofensas se han convertido en cotidianidad para la comunidad.

En los diferentes escenarios sociales, esta agresividad impide que la comunicación fluya adecuadamente, atentando contra el éxito de sus relaciones interpersonales. Quienes conviven en medio de situaciones como esas, llegan a autoidentificarse con las mismas, asumiéndolas como algo inherente a sus vidas. ¿Hasta qué punto tiene esta situación que ver con la apropiación de representaciones sociales provenientes de la oralidad religiosa afrocubana, respecto a las relaciones entre los géneros?

A través de las encuestas aplicadas a los jóvenes de la muestra, se constató que a pesar de no practicar ninguna religión en específico, poseen conocimientos de la Santería, así como de sus deidades más representativas. La mayoría reconoce pertenecer a familias religiosas y los demás al menos tienen un familiar creyente, solo una persona alega no tener en su familia creyentes, ni practicantes de la Santería.

Los líderes religiosos que fueron entrevistados hacen alusión al hecho de que se ha convertido en una moda para los jóvenes iniciarse en la religión o poseer algún conocimiento sobre la Santería. Algunas de las opiniones son: "Todos quieren conocer esta religión y hablar de ella", "en muchos casos es cuestión de embullo". También aseguran que se ha perdido el respeto hacia lo sagrado y el respeto a los mayores dentro de la Regla de Osha. Algunos de los entrevistados comentan que muchas veces los jóvenes siguen o se apropian de representaciones o conductas que no son correctamente guiadas, de ahí la incorrecta interpretación de estos contenidos.

Se evidencia en los encuestados la asimilación de elementos originalmente religiosos. Se puede mencionar al respecto la utilización de ropas y prendas, así como la utilización de palabras provenientes de la cultura afrocubana como "acere", "monina", "ashé", "osorbo", etc. Palabras que la muestra desconoce su significado primario y que han sido refuncionalizadas. Esta situación se trasluce a veces en estilos comunicativos que se tornan agresivos aunque su utilización suele evidenciarse en el lenguaje coloquial no caracterizado por la violencia o los conflictos. Los encuestados aseveran no poseer ninguna creencia religiosa (oficial), demostrando que sus creencias están marcadas, más que por la religión por una alta religiosidad.

En relación a las representaciones sociales, específicamente las concernientes al género, entendido como la visión sobre la mujer, la visión sobre el hombre, las relaciones que se establecen entre el hombre y la mujer obtuvimos que existe una apropiación acrítica de estas representaciones.

A través de las entrevistas a expertos, entre los que contamos a babalawos, santeros, iyaloshas e investigadores con experiencia en el tema, se constató que efectivamente existe una marcada influencia de la religión y las representaciones sociales que esta contiene hacia la sociedad no creyente. En la comunidad tomada como caso de estudio esta influencia está dada, según los entrevistados, por un fuerte carácter histórico.[3]

En el cuestionario, ante la primera pregunta, orientada a detectar si los jóvenes se sienten identificados con alguna deidad afrocubana, todos plantearon afirmativamente. Las distintas identificaciones versan en relación a las deidades más populares del santoral afrocubano. Dentro de los cuales las más mencionadas fueron Changó, Oshún, Yemayá, Oggún y Elegguá.

Al preguntar el motivo de su elección, se pudiera dividir en dos direcciones, la elección interior (parte del juicio propio) y la ajena (parte del juicio guiado por una tercera persona). Al respecto de la elección propia planteaban "porque tiene que ver conmigo", "es como yo", "el rojo es mi color, me gusta bailar, me encantan las mujeres, soy como él", "soy bella y satísima"," me gusta", "soy fuerte, me gusta que me tengan miedo", "me gusta imponer respeto". En relación de la ajena existen planteamientos como:"porque me dijeron que era mi santo", " aunque no crea en nada, me siento bien al saber que otros me identifican como la diosa más bella de todas", " un día me dijeron eres hija de Yemayá y cuando leí una de sus leyendas, me encantó".

Todas estas respuestas demuestran una fuerte identificación de los jóvenes con las diferentes deidades y el reconocimiento de sus características, las cuales identifican con sus diferentes personalidades y formas de actuar.

Se evidencia en los jóvenes la creación de modelos de conductas negativos a partir de la imitación de las figuras religiosas objeto de culto, por ejemplo muchos quieren ser como Changó producto de su personalidad y de las características de esta deidad, que responden a estereotipos ya establecidos en relación a la masculinidad y la virilidad hegemónica. Es válido aclarar que no se encontraron identificaciones con valores positivos, ni el enjuiciamiento de los negativos.

Se perciben prejuicios en relación a los homosexuales y en estos casos los relacionan a deidades que manifiestan la feminidad como es el caso de Oshún. En relación a lo anterior se puede hacer referencia a una pregunta donde los integrantes de la muestra tienen que dar su opinión sobre la afirmación de que los homosexuales son hijos de Oshún. La mayoría plantea afirmativamente, incluso no aceptan el hecho de que pudieran ser hijos de deidades como Oggún o Changó, lo que demuestra una vez más, la apropiación de la masculinidad y la virilidad hegemónica. "Deben ser hijos de Oshún porque no los imagino siendo hijos del mujeriego Changó", en algunos casos se habla incluso de castigar la homosexualidad, "si fueran hijos de Changó hace rato que les hubiera dado candela", "los homosexuales deben ser hijos de Oshún, porque esta diosa es símbolo de todo lo que tiene que ver con ser femenino" porque para ellos ser femenino es ser sata, sensual, mujer de muchos, etc.

Una minoría de la muestra afirma que quizás estos casos estén relacionados a deidades que tienen el don de trasmutar la personalidad y ponen el ejemplo de Obbatalá.

Alrededor de la personalidad de Oggún, vinculan todo lo referido a las discusiones, los problemas, la fuerza física. "Soy bien macho como Oggún", "a mi me tiene que respetar mi mujer porque yo mando". En relación a esto podemos mencionar la pregunta en la que dan su opinión sobre la frase "los hijos de Oggún son problemáticos" todos dijeron estar a favor del planteamiento incluso los que se sienten identificados con la deidad, lo que demuestra una apropiación de la violencia sin juicios de valores correctamente guiados.

La mayoría de los entrevistados y encuestados aseguran que la Regla de Osha manifiesta una proyección de género discriminatoria, virilizadora, hegemonizante; que sitúa a la mujer como ser dependiente y sumisa al hombre. En investigaciones consultadas para este trabajo hemos constatado criterios que sustentan lo anterior. En la tesis de grado: Propuesta de Promoción Sociocultural de figuras femeninas de la Regla de Osha destacables como gestoras de Identidad y Protagonismo Comunitario en Villa Clara de Jeisil Aguilar Santos y la tesis de maestría: de Lázaro Leiva Hoyo, "Vindicación de género en la Regla de Osha. Un estudio de caso en Placetas".

Los sujetos entrevistados y/o encuestados en esta investigación refieren que la oralidad religiosa afrocubana manifiesta estereotipos (símbolos-significados) respecto al género, en consonancia con la sensualidad, el poder sexual, la masculinización, etc. En los instrumentos aplicados recogimos frases como las siguientes: "en la oralidad religiosa afrocubana se evidencia una sensualidad no controlada", "existe sobre valoración del macho".

También se legitima la sumisión de la mujer a partir del establecimiento de una masculinidad que se fundamenta en el poder y la fuerza física. El hombre como protagonista de los patakies "nunca es presentado como un buen padre", ni como buen esposo. Las imágenes masculinas se relacionan a la violencia, las profesiones, la jerarquía. Al respecto de esto un encuestado plantea: el hombre dentro de estas historias es "siempre mujeriego y violento". Debemos tener en cuenta además que, en materia de sexualidad, específicamente en torno a las relaciones sexuales, las historias recrean actos de sexualidad violenta (de posesión más que de consenso).

Por otra parte "son las mujeres las que siempre se sacrifican por los hombres" y "son presentadas como objeto del deseo sexual". La mujer, según lo recogido en los instrumentos aplicados a la muestra es vista como esposa y madre, nunca como ser social que trabaja o es independiente. En las representaciones manifestadas por los encuestados se evidencian imágenes compartidas, respecto a la mujer. Estas aluden a la ligereza, la baja autoestima (excepto en el caso de Oshún y Oyá), el sentido distorsionado del sacrificio, la sumisión, etc. Todas imágenes que disminuyen a la mujer como género, en algunos casos degradantes de sus características como ser humano.

Los encuestados encuentran como algo normal y aceptable el hecho de que Oshún mantenga relaciones con diferentes deidades. Además plantean conformidad en relación al sacrificio de las diferentes deidades femeninas por Changó. Alrededor de ideas como la antes expresadas surgen planteamientos como" si es por amor vale el sacrificio", lo negativo de esta situación está en que nunca es el hombre quien se sacrifica.

Investigaciones anteriores a esta comprueban que las limitaciones otorgadas a la mujer dentro de la Regla de Osha, ahora asumidas por algunos grupos sociales y/o comunidades, no poseen un basamento natural o siquiera originario. En relación a lo anterior Bárbaro Urbano Ruiz (Kende o Kendengue) Presidente de la filial en Villa Clara de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba hace alusión al hecho de que en un principio la Regla de Osha no limitaba a ninguna mujer. Entre los primeros Obases que existieron, se encuentran muchas mujeres, que reunían las condiciones y los conocimientos para serlo y no se hacía distinción entre uno y otro sexo. En el acta del Consejo Cubano de Obases Mayores de la "Regla de Osha" se pone de manifiesto el nombre de las primeras mujeres que desempeñaron este cargo.

Estas representaciones, según los entrevistados, son apropiadas por los jóvenes en su forma de vida, desencadenando conflictos dentro de la comunidad y al interior de algunas familias. Respecto a lo anterior, algunos de los entrevistados señalan que estos modelos conductuales son seguidos por los jóvenes para alcanzar la popularidad dentro de la comunidad, producto del fuerte arraigo de estas prácticas en la población del lugar.

También se pudo constatar que existe una fuerte tendencia a distinguir entre lo que es propio de una mujer y lo que es propio de un hombre, es decir en ningún momento declaran la igualdad entre el hombre y la mujer. Tampoco se sienten identificados con una deidad del sexo opuesto, incluso ninguna mujer de la muestra se siente identificada con Oyá, siendo esta la única mujer que en las leyendas se presenta como fuerte, guerrera, a pesar de sus debilidades por Changó.

Es válido aclarar que las representaciones sociales que contiene la oralidad religiosa afrocubana no son solo en relación al género. Incluye también representaciones sobre la familia, la amistad, la ley, la vida, la muerte, etc.

Conclusiones

A partir del análisis de los resultados obtenidos se puede plantear que en los jóvenes de la comunidad Condado Norte de Santa Clara existe una marcada apropiación acrítica de representaciones sociales negativas, respecto a las relaciones de género, provenientes de la oralidad religiosa afrocubana. En esta situación influye la ausencia de valores correctamente guiados en relación a la cultura afrocubana, donde la oralidad juega un papel fundamental.

En el Condado Norte de Santa Clara las manifestaciones religiosas alcanzan gran significación ya que han constituido un eslabón fundamental en la conformación de la identidad del lugar. La religiosidad que emana de estas prácticas se ha convertido en una forma de vida alrededor de la cual se establecen relaciones que van más allá del ámbito religioso.

Es por ello que para la elaboración de una propuesta de acciones socioculturales que vaya encaminada a contrarrestar esta situación, es importante tener en cuenta las particularidades de la comunidad, así como la utilización de las potencialidades que ofrece la cultura afrocubana.

Los practicantes de la Regla de Osha disfrutan de conocimientos sobre las plantas, los astros, las enfermedades, artesanía, etc. Esta sabiduría se debe trasmitir a los jóvenes para lograr la apropiación de contenidos y representaciones positivas en detrimento de otras que repercuten negativamente en sus vidas.

Es necesario por la importancia y multidimensionalidad que tendría la propuesta que se impliquen en su realización las instituciones culturales del municipio, las organizaciones políticas y de masas, la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, así como los promotores culturales de la comunidad.

Bibliografía

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11. Aguilar Santos, J. Propuesta de Promoción sociocultural de figuras femeninas de la regla de Osha destacables como gestoras de Identidad y Protagonismo Comunitario en Villa Clara. [Tesis de licenciatura en Estudios Socioculturales]: UCLV; (2007).

12. Lachatañeré, R. El sistema religioso de los afrocubanos. La Habana: Editorial Ciencias Sociales. (2001).

13. Leiva Hoyo, LJ. Vindicación de género en la Regla de Osha. Un estudio de caso en Placetas [Tesis de Maestría en Sociología]: Universidad de La Habana; (2007).

14. Martínez Casanova, M. La religión como fenómeno social. In: Pablo Guadarrama y, Carmen Suárez Gómez, editor. Filosofía y Sociedad. La Habana: Editorial Félix Varela; (2001).

15. Martínez Casanova, M. Religión y discurso. Una reflexión desde lo comunitario. COMUNIDADES, COMPLEJIDAD Y PERSPECTIVA MULTIDISCIPLINARIA DE SU PRÁXIS. Santa Clara: Ed. FEIJOO; (2007).

16. Oralidad Anuario#11"para el rescate de la Tradición Oral de América Latina y el Caribe". Habana. 2002.Nota Editorial pág. 3.

 

 

Autor:

Quemado de Güines septiembre 2012

Currículo

1-Lugar de nacimiento: Santo Domingo Villa Clara

2-Carné de Identidad- 88011614274

3- Dirección actual: Finca Sevilla Quemado de Güines

4-Ciudadanía: cubano

7- Graduado de Licenciada en Estudios Socioculturales

8-Cargo Actual: Profesora en la SUM Enrique Núñez Rodríguez

Otros estudios

Propuesta de acciones para contribuir a la educación ambiental de los estudiantes de socioculturales, una experiencia desde lo comunitario. Publicado en el evento X Taller Internacional de Comunidades: Historia y Desarrollo. Articulación de lo local y comunitario en el desarrollo municipal. Marzo 20011

La oralidad religiosa afrocubana en la trasmisión de representaciones sociales, respecto a las relaciones de género en la comunidad Condado Norte de Santa Clara. Tesis de licenciatura Junio 2011

Las representaciones sociales de origen religioso afrocubano en los jóvenes del Condado Norte de Santa Clara. Publicado en el evento I Jornada Territorial de Estudios socioculturales: La gestión para el desarrollo social. Abril 2012

Postgrados recibidos.

Problemas sociales de la Ciencia y la Tecnología. Febrero 2012

Ideología de la revolución cubana: Historia y pensamiento. Noviembre- Junio 2012

Introducción a la Economía. Noviembre- Junio 2012

Problemas actuales de la Educación Superior. Noviembre- Junio 2012

Ideología, valores, proyecto y modelo del profesional. Noviembre- Junio 2012

Currículo y Didáctica. Noviembre- Junio 2012

Dirección y Asesoría de proyectos de Investigación Científico. Enero 2012

Estética Contemporánea. Mayo 2012

Pensamiento Cultural Latinoamericano. Febrero 2013

Cultura Cubana. Enero 2013

Arte Contemporáneo. Noviembre-Enero 2013

Experiencia profesional.

Graduada de Licenciatura en Estudios Socioculturales en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas en el 2011.

Profesora en la UCLV en el Departamento de Estudios Socioculturales en la Facultad de Ciencias Sociales durante dos cursos 2011-2012 y 2012-2013.

Actualmente soy profesora en la SUM Enrique Núñez Rodríguez

Eventos

X Taller Internacional de Comunidades: Historia y Desarrollo. Articulación de lo local y comunitario en el desarrollo municipal. Marzo 2011

I Jornada Territorial de Estudios socioculturales: La gestión para el desarrollo social. Abril 2012

II Jornada Territorial de Estudios socioculturales: La gestión para el desarrollo social. Abril 2012

Taller de Pensamiento Abel Santamaría. 2012