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Desinfección en el control de enfermedades infecciosas en instalaciones pecuarias (página 2)


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  • Materia Orgánica: La presencia de materia orgánica tal como heces, tierra, sangre, plumas, pus, pelusas, camas, etc., tienden a proteger los microorganismos de la acción microbicida de los desinfectantes químicos. La materia orgánica también tiende a inhibir y en algunos casos a inactivar ciertos tipos de agentes desinfectantes. Algunos compuestos, sin embargo, son más resistentes a los efectos inhibitorios de la materia orgánica que otros. Los desinfectantes basados en el alquitrán y ciertos fenoles sintéticos, por ejemplo, son mucho más resistentes a los efectos inactivantes de la materia orgánica que los agentes clorados y los yodóforos. Los compuestos de amonio

  • cuaternario también son inactivados por ciertas formas de residuos.

    Si es posible, las superficies a ser desinfectadas deberán ser cuidadosamente limpiadas para remover toda la suciedad antes de la aplicación del agente desinfectante.

    Métodos de pruebas de desinfectantes

    El primero en crear un método de prueba de desinfectante fue Roberto Koch, en 1881, y recién en

    1903 Rideal y Walker en Inglaterra, desarrollaron un método preciso y reproducible para determinar la actividad germicida.

    En 1911, Anderson y McClintick en los EE.UU., MODIFICARON EL TEST DE Rideal- Walker, y el procedimiento se conoce como el método del laboratorio higiénico, que fue ampliamente utilizado en los EE.UU. hasta el año 1927, en que Radish desarrolló una prueba en la que combina los mejores rasgos de ambas.

    Este método, que se conoce con el nombre de "Prueba del coeficiente de Fenol", fue el método adoptado por la USFDA para analizar desinfectantes en 1931, y fue adoptado como prueba oficial de desinfectantes por la Association of Official Agricultural Chemist, en 1950.

    En 1953, Stuart y Col. Desarrollaron un test de desinfección adicional conocido como el test de confirmación de Dilución, con el propósito de determinar si la dilución es de uso de un germicida controlado por el coeficiente fenol (multiplicando el coeficiente fenol por un factor de 20) era realmente eficaz para desinfectar una superficie dura.

    Hasta la creación de este test, todas las reglamentaciones de control de germicidas en el comercio, se basaba en el test del coeficiente fenol. En la actualidad se usa el "Coeficiente Fenol y el Test de Confirmación de Dilución".

    El coeficiente de un desinfectante puede definirse como la relación del poder germicida del desinfectante en cuestión, comparado con el del fenol determinados en condiciones físicas.

    El valor numérico así calculado se llama coeficiente de fenol y se supone que indica la proporción en que el agente desconocido es mejor o peor germicida que el fenol.

    El coeficiente fenol de un desinfectante usado contra el bacilo de la fiebre tifoidea, se calcula de la siguiente manera:

    Se divide la mayor dilución del desinfectante capaz de destruir Salmonella typhi en 10 minutos (pero no en 5) por la dilución de fenol que provoque esta destrucción. Para no tener ideas falsas sobre precisión del método, se calcula el coeficiente hasta la primera décima, si es menor de 1, hasta el próximo 0,2 si está entre1 y 5, hasta el próximo 0,5 si está entre 5 y 10; finalmente, el 1,0 más cercano si esta entre 0 y 20.

    El efecto de la materia orgánica extraña sobre la potencia bactericida de un desinfectante es tomado comúnmente en consideración efectuando la prueba con materia orgánica añadida o sin ella.

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    Condiciones ideales de un desinfectante

    Podemos definir como desinfectantes los agentes que destruyen los microorganismos patógenos. El término esterilizante sustituye muchas veces la designación desinfectante, principalmente en la industria de alimentos en el tratamiento del agua de bebida.

    El desinfectante ideal debe reunir ciertas características. Si un desinfectante determinado se acerca a las condiciones del ideal, es útil para el empleo general. Las características más importantes son las siguientes:

    • Eficacia y Poder Germicida: Se refiere a la actividad germicida en cantidad y calidad, lo cual significa que el producto ideal debe ser activo contra toda la gama de agentes infecciosos incluyendo las esporas bacterianas y fúngicas. La acción debe estar caracterizada por ser rápida y letal. La capacidad germicida de un desinfectante suele compararse con la del fenol frente a una bacteria (la Salmonella typhi, agente productor de la fiebre tifoidea).

    • Estabilidad: Algunos desinfectantes en condiciones de laboratorios se muestran muy eficaces, pero en la práctica, la actividad germicida se ve disminuida por factores como: materia orgánica, temperatura, aguas duras, pH, y rápida descomposición. Algunos desinfectantes más activos se combinan con materia orgánica, formando compuestos insolubles y precipitándose casi totalmente. Por ello, su actividad puede disminuir rápidamente, hasta el punto de no ser letal para los microorganismos. Un producto ideal debe actuar eficazmente aún en presencia de factores adversos y ello depende de sus condiciones de fabricación y formulación.

    • Homogeneidad y Solubilidad: Es ideal que el desinfectante sea soluble en toda clase de solventes y a cualquier concentración; de ello depende su eficacia para desinfectar todo tipo de sustancia y elementos.

    • No debe ser Tóxico: Algunos desinfectantes producen reacciones secundarias como irritación en la piel y mucosas en los animales y en el hombre, llegando algunas veces a producir sensibilidad (principalmente en humanos). Un buen desinfectante no debe producir ninguna reacción indeseable.

    • Acción Detergente y Desodorante: Es un tipo de acción de algunos desinfectantes que favorece notablemente la eficacia, además de ayudar a la limpieza. La presencia de compuestos oleosos sobre una superficie que se va a desinfectar puede anular la acción del desinfectante. Son mucho más eficaces los que son capaces de desnaturalizar sustancias malolientes y eliminar suciedad y grasa de todas clases.

    • Penetrabilidad: Existen grandes diferencias en cuanto a la capacidad de penetración de los desinfectantes; algunos se absorben sobre superficies porosas o rugosas y no penetran. La presencia de tensioactivos en la fórmula favorece ampliamente esta cualidad. El desinfectante de tipo ideal debe penetrar rápida y eficazmente.

    • Homogeneidad: Los desinfectantes deben ser de composición homogénea. Muchos de los desinfectantes comerciales, particularmente los preparados a base de los derivados de alquitrán, pueden variar, de vez en cuando, considerablemente en su composición y, en consecuencia, en su valor germicida.

    • Neutralidad sobre Materiales Inertes: Los desinfectantes no deben afectar las superficies sobre las que actúan, es frecuente que la naturaleza oxidante de algunos de ellos ataquen los metales, lo cual puede evitarse utilizando anticorrosivos en su formulación.

    • Economía: Esta es una condición que debe ser analizada cuidadosamente. No se trata de encontrar el producto más económico, sino obtener la mejor relación costo– beneficio, puesto que en el análisis debe considerarse eficacia, espectro y formulación. Lo primero que se debe establecer, es la cantidad del principio activo en la solución desinfectante; ello depende de la concentración y la solución recomendada, pero los productos con igual concentración pueden tener diferente efectividad, de acuerdo con la formulación.

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    Etapas de la desinfección

    La desinfección de los establos puede realizarse por medios mecánicos, físicos y químicos. En la mayor parte de los casos se obtienen mejores resultados con la combinación de los tres medios anteriormente mencionados.

    Cepero et al., plantean que todo el proceso de desinfección está compuesto de varias operaciones, de las cuales las esenciales son: la limpieza mecánica y la propia desinfección. Hurtado et al., exponen que la desinfección de los establos representa un proceso de dos

    períodos. En el primero hay que realizar una limpieza mecánica perfecta de las superficies y en el segundo una desinfección adecuada. La eficiencia completa depende de los dos períodos, siendo ambos mutuamente insustituibles.

    Según Kubieek las principales actividades que hay que asegurar antes de la desinfección son las siguientes:

    • 1- Determinar la superficie y tipo de locales u objetos señalados para desinfectar, así como la meta de la misma.

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    • 2- Procurar equipos necesarios tanto para la limpieza mecánica como para la desinfección propia.

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    • 3- Asegurar la suficiente cantidad de mano de obra para realizar la limpieza mecánica.

    • 4- Eliminación del estiércol, líquidos residuales y otros desechos, los cuales deben ser desinfectados antes de su eliminación en las desinfecciones fecales.

    • 5- Asegurar un local para el alojamiento temporal de los animales durante el tiempo que dure la desinfección.

    • 6- Preparar la cantidad suficiente de solución desinfectante.

    • 7- Eliminar los defectos de higiene en el lugar, especialmente desde el punto de vista constructivo y funcional.

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    Limpieza Mecánica: Una desinfección sin limpieza previa no es una verdadera desinfección, porque no cubre su verdadero objetivo, o sea, la destrucción de los gérmenes patógenos.

    Tablada et al., Han reportado que una limpieza mecánica produce del 85-93 % de decrecimiento

    microbiano. Carrasco et al., señalan que la limpieza mecánica remueve del 30 al 70 % de los microbios.

    González Romano et al., manifiestan que la realización de una buena limpieza mecánica elimina del establo hasta el 90 % de los gérmenes y encontró un decrecimiento microbiano por medio de la limpieza mecánica en las áreas de defecación siempre por encima del 99 %.

    El objetivo principal de la limpieza mecánica es disminuir por medios mecánicos la cantidad de microorganismos en el ambiente que va a ser desinfectado y eliminar sustancias que podrían disminuir de forma significativa la efectividad del desinfectante usado o impedir que el m ismo se ponga en contacto con los microorganismos.

    En las unidades la limpieza mecánica representa el mayor problema de la desinfección, ya que es la más exigente desde el punto de vista de tiempo y trabajo.

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    Desinfección Propia: Según Cepero et al., después de una excelente limpieza mecánica tiene lugar la desinfección, que tiene como principio la utilización de desinfectantes físicos o químicos sobre las superficies.

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    Carrasco et al., para la mejor realización de esta etapa de la desinfección hay que tener presente: El resultado de la investigación inicial y de acuerdo a las características del lugar, la resistencia de los microorganismos que se pretenden eliminar, las características de los desinfectantes y su capacidad bactericida, temperatura, se determina el método más adecuado de desinfección. El producto desinfectante que se aplique sobre las superficies limpias debe ser lo más completo posible en su composición, para que se responda a los efectos deseados.

    De acuerdo a lo planteado por Tablada et al., los requisitos a tener en cuenta para los deferentes procedimientos de desinfección son: Eliminar los microbios indeseables, no dañar los materiales, no ser tóxicos, aplicación flexible, propiedades físicas y químicas adecuadas y deseadas, duración de la acción necesaria.

    Cepero et al., después de transcurrido el tiempo de exposición del desinfectante, es necesario airear bien los lugares desinfectados, sobre todo si tiene mal olor y según la toxicidad y concentración de la solución desinfectante, se aconseja un enjuague minucioso de los bebederos, comederos, o desactivar químicamente al producto utilizado.

    Control del proceso de la desinfección.

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    El control del proceso de la desinfección tiene como objetivo fundamental conocer en qué medida fueron considerados los factores que influyen en el efecto final de la desinfección. En Cuba se ha podido comprobar, mediante dichos controles, que las causas más frecuentes de resultados negativos en la desinfección de las unidades pecuarias son la limpieza mecánica deficiente y el empleo de soluciones desinfectantes en cantidades insuficientes por metro cuadrado de superficie. De lo antes expuesto se infiere la importancia que posee el control del proceso de la desinfección para evaluar su calidad y eficiencia, pudiendo realizarse de las formas siguientes:

    • Control directo: Es el realizado en el momento la desinfección por un técnico profesional.

    Esta forma de control es más aconsejable cuando se trata de enfermedades infecto- contagiosas y fundamentalmente durante la desinfección focal final.

    • Control indirecto: Se basa en el registro de un protocolo de todos los aspectos que deben cumplimentarse recomendados por el Servicio Veterinario. Se utiliza principalmente durante la desinfección preventiva.

    • Control químico: El control Químico se dirige en tres direcciones: Determinar la concentración del desinfectante. Determinar la concentración de la sustancia activa en las soluciones preparadas. Comprobar el desinfectante en la superficie de los objetos desinfectados.

    El control químico se recomienda efectuarlo en todos los casos por su sencillez, rapidez y escasos requerimientos. Cuando se realiza conjuntamente con los controles bacteriológicos, se logran conclusiones más exactas y objetivas.

    • Control Bacteriológico. Actualmente son pocos los que niegan lo indispensable de los controles bacteriológicos para evaluar la calidad de las desinfecciones. Solamente mediante esta forma de control es posible probar objetivamente la eficacia final de la desinfección, a pesar de ser exigentes en cuanto al tiempo, no poderse realizar directamente sobre el terreno y ser laboriosos y costosos. Entre los métodos de control bacteriológico de la desinfección se pueden citar los siguientes:

    • Método de desinfección en placas (método de las placas fijas o de Koch): Este método utilizado para la evaluación de la contaminación de aire consiste en tomar muestras del aire ambiental antes y después de la desinfección. Es muy exigente en la metodología del trabajo, los resultados obtenidos son muy variables y no permite realizar controles en forma inesperada. Los resultados no son proporcionales al esfuerzo realizado, pues solamente aporta datos sobre la intensidad del proceso de desinfección, pero no sobre el efecto final de la misma.

    • Determinación de patógenos: Lo mejor y más objetivo en el control bacteriológico de la desinfección seriadeterminar los agentes patógenos causantes de las enfermedades en las superficies de los objetos desinfectados. Sin embargo, estos métodos no son usualmente debido a las dificultades de detectar estos agentes en el ambiente exterior con los métodos convencionales; además, es poco confiable su demostración antes de la desinfección.

    • Indicadores indirectos de la contaminación: Las dificultades antes expuestas dieron origen a utilizar los indicadores sanitarios que permiten determinar la contaminación del ambiente exterior en forma indirecta. En el caso específico del empleo de estos indicadores para evaluar la calidad de las desinfecciones, deben poseer las características siguientes:

    ?? Deben detectarse en el ambiente externo antes de la desinfección en la mayoría de los casos, con el empleo de métodos convencionales y aún después de una esmerada limpieza mecánica.

    ?? Deben poseer similar o mayor resistencia a los medios desinfectantes que los gérmenes patógenos que se desea eliminar con la desinfección

    Los gérmenes que generalmente son recomendados para evaluar indirectamente la calidad de la desinfección son los coliformes, de la familia micrococaceae y el Bacillus subtilis, debido a su frecuencia en los establos y que su presencia se detecta en la mayoría de las muestras tomadas en las superficies donde viven o tienen acceso los animales.

    La presencia de estos microorganismos después de la desinfección indica un resultado desfavorable, pues la resistencia a los medios químicos de desinfección es igual o superior que la de los microorganismos patógenos animales, según fue explicado anteriormente.

    En la figura 1 se expone la secuencia general que se sigue para evaluar la calidad de la desinfección según el método de Heiftz, actualmente normado en Cuba.

    En la figura 2 se explica la secuencia general del método del caldo Bromotimol Azul con lactosa para detectar coliformes y con ácida sódica para enterocos.

    Para la identificación de estafilococos, se sembrara 0,5 ml del sedimento en una placa con caldo carne-peptona con 50% de sacarosa y se incuba dirante 24 h a 37 gradosC.

    Se podrán utilizar otros medios de cultivos selectivos para estafilococos. El cultivo desarrollo se observara al microscopio para dar conclusiones. Interpretación de los resultados.

    • 1- para coliformes.

    • 2- Heifetz modificado: Se observara que el color de frambuesa del medio de cultivo pasara a verde con enturbiamiento del verde y producción de gas.

    • 3- Para Estafilicocos: Caldo carne pectona: Se observara enturbiamiento del medio. Agar sacado carne peptona. Se observara crecimiento de colonias, el cual se llevara al microscopio, para confirmar que se trata de estafilococos.

    Evaluación:

    En caso de desinfecciones profilácticas se sembrara solo para identificación de coliformes, debiendo el resultado ser de ausencia de crecimiento en el 100 % de las muestras, para que la desinfección se considere como excelente, aunque puede aceptarse el 90 % de los resultados negativos, si el crecimiento no se produce en comederos o bebederos.

    En caso de desinfecciones corriente se sembrara para identificación de coliformes o estafilococos, en dependencia del germen contra el que va dirigida la desinfección.

    Los estafilococos se usan como indicadores en los desinfectantes contra Tuberculosos, Viruela, Leptospirosis y enfermedades exóticas y los coliformes en los restantes.

    Para que la desinfección se considere como buena se precisa ausencia de crecimiento en el 90

    % de las muestras como mínimo, pudiendo tomarse como aceptable hasta un 80 % si los hallazgos no corresponden a comederos o bebederos.

    En caso de desinfección final se usará el estafilococo como indicador, exigiéndose la presencia de crecimiento en el 100 % de las muestras tomadas.

    Productos apropiados y frecuencia en algunas enfermedades específicas

    • Brucelosis, vibriosis y Trichomoniasis: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 2 %; emulsión caliente de creolina al 5 %; solución de productos clorados con 2 % de cloro activo; solución de formaldehido al 2 %; solución caliente de carbonato de sodio al 5 % o lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 30 días y después de cada extracción de animales positivos, así como desinfecciones parciales en las maternidades o locales, después de cada parto o aborto.

    • Tuberculosis y paratuberculosis: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de formaldehido al 7,5 % solución caliente de formaldehido al 3 %, con la adición de un 3 % de sosa cáustica; solución de productos clorados con5 % de cloro activo o la solución de ácido paracébico al 1 %. También se pueden emplear la solución caliente de formaldehido al 3 % con 10 h de exposición, y específicamente en la paratuberculosis, la emulsión caliente de creolina al 5 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 10 días y después de cada extracción de animales positivos.

    • Antrax, Carbunco sintomático e Icterohemoglobinuria bacilar bovina: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución de formaldehido al 4 %; la solución de productos clorados con 5 % de cloro activo o solución caliente de sosa al 3 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 30 a 45 días y desinfecciones parciales en los lugares de muerte o enterramiento de animales, cada vez que eso ocurra.

    • Leptospirosis: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 2 %; solución de formaldehido al 2 % emulsión caliente de creolina al 5 % o la solución de productos clorados con 3 % de cloro activo. Se realizarán desinfecciones corrientes cada 30 a 45 días.

    • Paratifus y enfermedades diarreicas agudas: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 2 %; solución de formaldehido al 2 %; solución de productos clorados con 2 % de cloro activo; emulsión caliente de creolina al 5 % o la lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones cada 30 días.

    • Peste porcina clásica, Neumonía y Gastroenteritis virales porcinas y Viruela en todas las especies, excepto aviar: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al

    • 2 %; solución de productos clorados con 2 % de cloro activo; solución de formaldehido al 2 % o lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 14 a 21 días.

    • Anemia infecciosa equina y encefalomielitis infecciosa equina: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 4 %; solución de formaldehido al 2 %; emulsión caliente de creolina al 5 % o solución de productos clorados con 3 % de cloro activo. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 30 a 45 días.

    • Enfermedad de Aujeszky: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 3 %; solución de formaldehido al 1 %; solución de productos clorados con 3 % de cloro activo o lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 30 días.

    • Erisipela porcina: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución de formaldehido al 0,5 %; solución caliente de sosa al 2 %; solución de productos clorados con 3 % de cloro activo; lechada de cal recién preparada al 20 % o solución caliente de carbonato de sodio al 5 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 30 a 45 días.

    • Dermatomicosis: Los desinfectantes a utilizar serán: solución de formaldehido al 2 % con adición de 1 % de sosa cáustica. Como desinfectante para desinfección con medios propios de la unidad, se puede utilizar la lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 15 días.

    • Rabia: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución de formaldehido al 4 % o la solución de productos clorados con 5 % de cloro activo. Las jaulas metálicas de perros se desinfectaran por flameo con un soplete manual. Se realizaran desinfecciones corrientes cada vez que se presente un caso de la enfermedad y después de su eliminación.

    • Pasterellosis aviar: Los desinfectantes a utilizar serán: la emulsión caliente de creolina al 3 %; solución caliente de sosa al 2 %; solución de productos clorados con 1 % de cloro activo; solución de formaldehido al 0,5 % o lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes en crianzas no intensivas, cada 15 días.
    • Pullorosis: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 2 %; solución caliente de carbonato de sodio al 10 %; solución de formaldehido al 1 %; solución de productos clorados con 3 % de cloro activo o lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes en crianzas no intensivas, cada 10 días.

    • Colibacilosis, Salmonelosis y Seudotuberculosis aviar: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 2 %; solución de formaldehido al 2 %; emulsión caliente de creolina al 5 %; solución de productos clorados al 2 % de cloro activo o lechada de cal recién preparad al 20 %. Si no resulta posible sacar las aves de las instalaciones se desinfectaran con la lechada de cal. Solo en brotes muy severos de colibacilosis y Salmonelosis, se realizaran desinfecciones corrientes cada 15 días.

    • Laringotraquieitis infecciosa aviar: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 2 %; solución de formaldehido al 2 %; solución de productos clorados con 2 % de cloro activo; solución caliente de carbonato de sodio al 10 % o lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 15 días solo en brotes epizóoticos.

    • Viruela aviar: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución caliente de sosa al 3 %; solución de productos clorados al 2 % de cloro activo; solución de formaldehido al 2 % o lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 15 días solo en crías no intensivas.

    • Micoplasmosis aviar: Los desinfectantes a utilizar serán: la solución de productos clorados con2 % de cloro activo; solución caliente de sosa al 2 %; solución de formaldehido al 2 % o lechada de cal recién preparada al 20 %. Se realizaran desinfecciones corrientes cada vez que se presente casos de la enfermedad.

    • Loque americano: La desinfección se realizara por separado, en dependencia del tipo de material y del equipo. Las cajas, añadiduras, cuadros y otras piezas de madera, se desinfectaran mediante el flameo con soplete manual, hasta que la madera adquiera un color pardo ligero, o mediante la solución de peróxido de hidrogeno al 10 %, con la adición de un 3 % de ácido fórmico o acético, aplicando tres dosis de 1 L/m² cada 1 h.

    Una hora después de la tercera desinfección, las cajas ya serán aptas para su utilización. Se podrá utilizar la solución alcalina de formaldehido al 5 %, con adición de un 5 % de sosa caústica, aplicando dos dosis de 0,5 L/m² cada una hora. Después de transcurrir 5 horas, las cajas desinfectadas se enjuagaran con agua y se secan. Los panales se desinfectaran por inmersión en la solución de peróxido de hidrogeno al 3 %, con la adición de un 3 % de ácido fórmico o acético; solución de monocloruro de yodo al 5 % o formaldehido al 4 %. En vez de sumergirlos, los panales se podrán asperjar por ambas partes con las soluciones indicadas, hasta que se llenen las celdas, manteniéndose durante 24 horas; después se enjuagan los panales y se secan. Las ropas de trabajo y otros utensilios blandos, se sumergirán en solución de peróxido de hidrógeno al 2 % durante 3 horas o en solución de formaldehido al 4 % durante 4 horas. Los utensilios metálicos del apicultor se desinfectaran mediante el flameo, por inmersión en solución de peróxido de hidrogeno al 3 % durante una hora o hirviéndose en solución de carbonato de sodio al 3 % durante 30 minutos o en solución de sosa al 0,5 % durante 15 minutos. Se enjuaga bien y se desinfecta mediante la solución alcalina de formaldehido al 5 % con adición de un 5 % de sosa caústica, durante 5 horas, después de lo cual se enjuaga y se seca.

    • Loque europeo, Paraloque, Paratifus, Septicemia, Cría ensacada, Parálisis viral, Acarapidosis, Nosematosis y otras enfermedades de las abejas: Las desinfecciones se realizaran según lo descrito para el lo que americano, excepto los panales, los que se tratan por inmersión o aspersión mediante la solución de peróxido de hidrogeno al 2 %, con adición de un 1 % de ácido fórmico o acético: monocloruro de yodo al 5 % o formaldehido al 4 %, durante 24 horas de exposición, después de lo cual se enjuagan y se secan. Se realizaran desinfecciones corrientes cada vez que se presenten casos de la enfermedad.

    • Enfermedades infecciosas de los conejos: Los desinfectantes a utilizar serán: en las jaulas, el flameo con un soplete manual o con solución caliente de sosa al 2 %; solución de productos clorados con 3 % de cloro activo; lechada de cal recién preparada al 20 % o formaldehido al 2 %. Los bebederos, comederos y otros elementos ligeros, se desinfectan sumergiéndolos 30 minutos en agua hirviente o por inmersión durante 3 horas en las soluciones desinfectantes anteriormente señaladas en este apartado. Se realizaran desinfecciones corrientes completas cada 5 días; las jaulas, comederos y bebederos diariamente.

    • Enfermedades infecciosas de los caninos: Los desinfectantes a utilizar serán: La solución caliente de sosa al 2 %, solución de productos clorados con 2 % de cloro activo; lechada de cal recién preparada al 20 % o formaldehido al 2 %. Si la enfermedad padecida en los perros es la tiña o rabia, se utilizaran los productos establecidos en los apartados 10 y 11. Se realizaran desinfecciones corrientes cada 5 días.

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    Autor:

    Omelio Cepero Rodríguez,

    Yolanda Suárez Fernández,

    Elsa Pimienta Rodríguez.

    Jorge Orlay Serrano Torres.

     

    Curriculum Omelio Cepero Rodriguez

    Graduado en la carrera de Medicina Veterinaria. Defendió su doctorado en Leipzig, Alemania. 1988. Tiene publicado 184 trabajos en revistas Nacionales e Internacionales. Miembro titular de la Sociedad de Epizootiologia. Desde el año 1992, dirige el tema de Investigación: "Impacto de los desastres en la salud y producción animal y vegetal en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Central de las Villas. Autor de veinte libros. Profesor Titular.

    Partes: 1, 2
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