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La revolución de las consciencias (Parte dos)


    La revolución de las consciencias – Monografias.com

    La revolución de las consciencias

    (Parte dos)

    Al analizar la situación económica y política que prevalece en México en el inicio del 2,014, tomo como punto de partida mi formación como psicólogo social, que me permite comprender la interacción e interinfluencia que existe entre el individuo contemporáneo y la sociedad. En este camino retomo tres premisas importantes:

    • a) Vivimos tiempos de cambios que se presentan en forma discontinua e impredecible (cambios tecnológicos, económicos, políticos, culturales, etc., que nos generan un ambiente de incertidumbre y afectan el proceso de toma de decisiones a nivel individual, grupal, organizacional y comunitario. Esta nueva situación nos plantea nuevos retos que no podemos enfrentar con los comportamientos que en otro contexto social nos dieron resultado, por lo que tenemos necesidad de desarrollar nuevos comportamientos. Un ejemplo de ello es el hecho de que ante el desarrollo tecnológico nos vimos en la necesidad de aprender a usar una computadora, aprender a usar internet, utilizar las redes sociales, etc. Por eso afirmo que la clave del éxito para enfrentar estos cambios sociales, está en nuestra capacidad para desarrollar nuevos comportamientos.

    • b) El ser humano tiene una naturaleza cambiante, se encuentra en constante proceso de transformación. Tiene al mismo tiempo una evolución ontogenética y filogenética, es decir, pasa de una etapa de desarrollo psicológico a otra sin detenerse (niñez, pubertad, adolescencia, juventud, adultez y vejez), paralelamente como especie, la humanidad va generando cambios en sus comportamientos, los mexicanos de hoy no somos los mismos que los de hace 15 años.

    • c) La realidad social la construimos los seres humanos a través de nuestra interacción individual en diferentes grupos sociales, organizaciones, instituciones y comunidades. Es decir, existe un proceso de construcción social de la realidad. Si nosotros construimos nuestra realidad, también podemos cambiarla y darle el rumbo que queramos.

    Al analizar la relación que existe entre el individuo y la sociedad, podemos ver que la sociedad influye de muchas formas al individuo contemporáneo, pero también el individuo influye a la sociedad con su comportamiento cotidiano. Es decir, existe una constante interacción e interinfluencia entre el individuo y la sociedad.

    ¿Cómo se da esto?, veamos lo siguiente:

    El individuo es un ser social, a través de la interacción social satisface sus necesidades básicas y psicológicas. Pertenece a diferentes grupos simultáneamente, al grupo familiar, al grupo escolar, al grupo laboral, al grupo de amigos, etc. De igual forma podemos ver que la sociedad actual basa su funcionamiento en la existencia de un sinnúmero de organizaciones formales e informales que surgen para ofrecer un producto o servicio a la sociedad. Lo que le da dinamismo a las organizaciones es que están conformadas por individuos que interactúan entre sí en el marco de una estructura para alcanzar objetivos comunes.

    A pesar de la pertenencia a diferentes grupos y organizaciones, la mayoría de los individuos contemporáneos rige su comportamiento en base a una ideología individualista y competitiva que nos es construida por el accionar de los medios masivos de comunicación y otras instancias que participan en el proceso de socialización psicosocial.

    Esta ideología individualista nos impide integrarnos a los grupos y organizaciones a los que pertenecemos ya que no pasamos de una identidad individual. Es necesario dar ese salto cualitativo que nos permita construir una identidad psicológica a nivel grupal y organizacional.

    Una manera de comprender esto es retomando una definición de grupo en los términos siguientes: "Un grupo es la reunión más o menos permanente de varias personas que interactúan entre sí en la realización de un conjunto de actividades que les permite alcanzar objetivos comunes, en una interacción donde cada integrante del grupo se percibe a sí mismo como miembro integrante de éste y percibe a los demás como miembros pertenecientes al mismo."

    Esta definición nos permite comprender que el vínculo que debe prevalecer en forma ideal al interior de los grupos es el de colaboración, ya que, en la medida de que cada integrante del grupo aspira a lograr el objetivo general del grupo y al percibir a los otros como personas que persiguen el mismo objetivo, lo natural es que colaboren entre sí para lograrlo en forma unida.

    Analicemos ahora el sistema de democracia que prevalece en México. Este sistema está basado en el sistema político prevaleciente donde se toma como punto de partida la existencia de un determinado número de partidos políticos que se supone representan a la población. Cada determinado período se lleva a cabo elecciones para elegir desde Presidente de la república, Senadores, Diputados federales, Gobernadores, Diputados locales, Presidentes Municipales, etc.

    Una vez en el poder, se supone que las personas elegidas gobernarían para todos independientemente del partido de procedencia. La realidad no es así, ya que los políticos gobiernan para beneficio de su propio partido de procedencia, de la oligarquía en el poder tanto nacional como extranjera y para su beneficio personal.

    Suele suceder lo que nos planteo Serge Moscovici en su libro La era de las multitudes, que los líderes que llegan al poder se olvidan de quienes los pusieron ahí.

    La motivación principal para participar en política de estos sujetos, se basa en la percepción de que la política es una forma rápida de enriquecimiento personal, ya que parten de la premisa "a mí no me den, a mí pónganme donde hay", para desviar los recursos públicos para beneficio de sus personas y del círculo de allegados inmediatos. Esto es lo que ha prevalecido durante setenta años de vivir bajo presidencias priístas y 12 años más de presidencias panistas.

    Durante todas estas décadas de "dictadura perfecta" por parte del PRI y los dos sexenios de Presidentes panistas, ha predominado el autoritarismo, la corrupción, la impunidad y el fraude. Casi un siglo de existencia de ausencia de justicia, democracia y libertad en nuestro país bajo un régimen que se llama a sí mismo "democrático" y "revolucionario".

    Generaciones enteras de mexicanos hemos crecido bajo una cultura que llegó a considerar la corrupción como "algo natural" en el quehacer de la política (el que no transa no avanza). Por esto mismo, amplios sectores de la población se han alejado de la actividad política, asqueados y hartos del oportunismo político y cuando mucho, solo se limitan a participar políticamente mediante el voto electoral.

    En las elecciones presidenciales del 2,012, un amplio sector de la sociedad participó en las campañas políticas, entre ellos un numeroso sector de la juventud mexicana inició por primera vez su participación en política. http://www.monografias.com/trabajos93/revolucion-y-cambio-social-mexico/revolucion-y-cambio-social-mexico

    Paradójicamente lo que motivaba la participación en política de millones de mexicanos era su deseo de que Enrique Peña Nieto no llegase a la presidencia de la república, por haberse demostrado que quien financiaba su campaña era Televisa. Los resultados ya los conocemos y por ese motivo millones de mexicanos se decepcionaron de la actividad política.

    Sin embargo, hoy vemos que la desigualdad social es cada vez más evidente en México, que cada vez hay más pobres y cada vez menos ricos, pero mucho más ricos. La crisis económica no es pareja para los mexicanos, afecta a millones de personas, pero unos cuantos salen beneficiados de ella.

    La crisis económica que se vive en el país, no solo se complica por la existencia de una crisis política, sino también por la presencia de otro tipo de crisis, una crisis psicológica.

    Las constantes decepciones políticas, la permanente frustración económica nos ha generado una pérdida de confianza en todos los niveles.

    Hemos perdido la confianza en la figura del presidente de la República, porque quienes han ocupado la silla presidencial no sólo han llegado a ella por medio del fraude electoral, burlando la voluntad popular y pisoteando los deseos de democracia de la población mexicana, sino que la han utilizado para enriquecer sus cuentas bancarias.

    Hemos perdido la confianza en los partidos políticos, porque son ello los principales causantes de que nos hayamos decepcionado de la política, ya que presentan una enorme distancia entre el discurso y la acción. Los partidos políticos son quienes aprueban el presupuesto del gobierno federal, son las instituciones que se llevan miles de millones de pesos para repartirse entre ellos y son quienes han convertido al sistema electoral mexicano como el más caro del mundo y el más corrupto a nivel mundial.

    Hemos perdido la confianza en los Senadores y Diputados como representantes populares, ya que ellos son quienes olvidaron a quienes dicen representar y vendieron sus votos al poder en turno actuando como viles prostitutas de burdel, sin importarles que con sus acciones traicionan a la población mexicana y la condenan al hambre y a la miseria, mientras enriquecen sus bolsillos entregando los recursos de la nación a las transnacionales extranjeras.

    Hemos perdido la confianza en la figura de los gobernadores estatales, porque a lo largo de la historia, han dado grandes muestras de corrupción e impunidad, robando del presupuesto público para aumentar sus cuentas bancarias personales, las de sus familias y también las de sus cómplices en el robo de los dineros del pueblo. Hemos perdido su confianza porque estos gobernantes al tomar el poder acostumbran despedir a los empleados de gobierno del sexenio anterior para ocupar sus plazas con sus amantes de turno, amigos y personas cercanas, sin importarles que los despedidos tengan mayor experiencia, mas calificación y que los nuevos empleados sean unos verdaderos palurdos.

    Hemos perdido la confianza en la figura de los presidentes municipales que han seguido el camino de los gobernadores y se enriquecen en su paso por este puesto al desviar los recursos destinados a obra pública, seguridad, educación, etc., para enriquecer sus bolsillos.

    Hemos perdido la confianza en las instituciones y autoridades policiacas, ya que han demostrado estar al servicio del poder en turno y actuar como aparato represor en beneficio de este ultimo.

    Hemos perdido la confianza en las autoridades educativas, rectores de universidades públicas, porque lo que menos les interesa es la educación, ya que su principal motivación es utilizar los recursos de las instituciones educativas para su beneficio económico personal.

    Hemos perdido la confianza en los líderes sindicales que se alían con el patrón (olvidando la defensa de los intereses de los trabajadores), para obtener una cuota de poder y beneficios económicos basados en un vínculo de corrupción. Como universitario sindicalizado, debo mencionar que el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora, es una honrosa excepción entre los sindicatos ya que su funcionamiento se caracteriza por la independencia sindical y democracia interna.

    Hemos perdido la confianza en el potencial que tenemos para defender nuestros derechos cuando somos objeto de algún fraude en nuestro comportamiento como consumidores. Si una empresa nos da un mal servicio o nos cobra un precio demasiado alto, optamos por dejarlo pasar y seguir adelante, sin reconocer que podríamos pelear la defensa de nuestros derechos como consumidores.

    Nos encontramos entonces en medio de una crisis de las instituciones que forman parte del país, en todas ellas se refleja una crisis de la relación dirigente dirigido, es decir, estamos enfrentando una crisis de liderazgo, en la medida que la relación dirigente-dirigido se ha visto modificada, debido a que los seguidores no aceptan ya más en forma acrítica los planteamientos de sus líderes, toman la iniciativa y se movilizan haciendo surgir grupos sociales emergentes que substituyen estos vacíos de liderazgoLeer más:

     /trabajos95/apuntes-psicosociales-huelga-universitaria/apuntes-psicosociales-huelga-universitaria2#procesosda#ixzz2rTsYe85Q .

    Pero lo más grave es que hemos perdido la confianza en nosotros mismos, al pensar que la corrupción y la impunidad es algo natural, que forma parte de nuestra cultura y que es normal que haya ricos y que haya pobres.

    Hemos desvirtuado la percepción que de nosotros tenemos al pensar que no podemos hacer nada para cambiar esta sociedad injusta y nos contentamos con lamentarnos de la situación y tratar de pasarla lo mejor posible para nosotros y nuestras familias.

    Hemos perdido el control de nosotros mismos al dejarnos manipular por quienes ejercen el liderazgo formal en las diferentes instituciones de nuestro país y que dicen que nos benefician cuando en realidad nos están perjudicando con los cambios a la Constitución mexicana aprobando reformas que afectan nuestros derechos como seres humanos.

    Cabría en este punto precisar algunas cosas sobre el término liderazgo. En Psicología definimos al liderazgo como "la capacidad para influir sobre otras personas en la realización de un conjunto de actividades que permitan alcanzar objetivos comunes.

    La percepción popular piensa que el liderazgo es una capacidad individual para influir sobre otras personas, pero en realidad el liderazgo es un proceso de interacción social. Para aclarar esto me permitiré abundar con un ejemplo. Anteriormente se pensaba que en las relaciones interpersonales existía un proceso de comunicación unilateral, en la cual un emisor enviaba un mensaje hacia un receptor que recibía el mensaje y ahí terminaba la comunicación.

    Pero los estudios en Psicología social demostraron que en las relaciones interpersonales efectivamente hay un emisor que envía un mensaje hacia un receptor, pero que el receptor, reacciona al mensaje enviando su respuesta actuando como emisor, hacia el emisor que lo recibe en calidad de receptor.

    ¿Qué significa esto? Que todos somos emisores y receptores simultáneamente, es decir que todos nos influimos unos a otros, que existe un proceso de interinfluencia interpersonal y que el liderazgo es un proceso de interacción social, no solo una cualidad que posee un individuo en lo particular, sino que todos podemos influir en los demás.

    Si partimos de que el liderazgo es un proceso de interacción social, más que una cualidad individual y si recordamos que existe un proceso de interinfluencia en las relaciones interpersonales, que influimos a los demás y somos influidos, entonces podemos concluir que TODOS ejercemos un liderazgo en algún momento, en alguna situación o en algún grupo. Si aplicamos esto a nuestra actividad cotidiana en los roles que desempeñamos en los diferentes grupos sociales a los que pertenecemos, entonces nos damos cuenta que también podemos influir en el liderazgo de los mismos. Este reconocimiento debe elevar nuestra autoestima y seguridad interna para aumentar nuestra participación en los diferentes grupos sociales a los que pertenecemos.La crisis social económica y política agudizada por la aprobación "en lo obscurito" de las reformas estructurales por parte del PRI, PAN, Partido Verde, Nueva Alianza y PRD, se traduce en la violación de nuestros derechos humanos, laborales e inclusive sexuales.

    Afectan nuestros derechos a la salud, a una educación laica, gratuita y obligatoria, a tener una vivienda digna, a tener un trabajo bien remunerado, a tener una alimentación suficiente para tener un sano desarrollo.

    Es decir, la crisis económica y política afecta nuestras condiciones de vida como seres humanos y sin embargo, no decimos nada. No decimos nada porque no estamos conscientes de nuestros derechos. Pero en el momento presente nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos y de las siguientes generaciones de mexicanos están condenados a la miseria si no ponemos un alto al saqueo de que estamos siendo objeto.

    Por ello mismo es que se requiere un cambio social en México que tienda a desaparecer de raíz la corrupción, la impunidad, la injusticia, la desigualdad social, etc. La única alternativa que nos queda es realizar una revolución en México para arrebatarle el poder a la oligarquía política y financiera enquistado en el mismo y que está entregando nuestro país al extranjero a través de las reformas estructurales mediante las cuales provocan el desmantelamiento de la soberanía nacional y la destrucción de los derechos y conquistas logradas por el pueblo mexicano.

    Está comprobado que quienes tienen el control económico y político de nuestro país, no lo dejarán fácilmente ya que su comportamiento está regido por la ambición y la soberbia. Sin dudarlo un segundo intentarán aplastar con la fuerza de los aparatos represivos cualquier intento de rebelión de parte del pueblo, utilizando no solo la fuerza militar, sino también a sus valiosos aliados los medios masivos de difusión, para desinformar, manipular y criminalizar a quien se atreva a protestar.

    Por eso mismo necesitamos pensar en forma inteligente y actuar de tal forma que no nos pongamos abiertamente como blanco de la represión. Una forma de hacerlo es empezar el cambio con una revolución de las consciencias individuales, una revolución psicosocial que nos permita cambiar la forma de pensar, sentir y actuar que hemos hecho hasta el momento. Es decir, para poder garantizar el cambio social, necesitamos cambiar nuestra ideología individual por una ideología social.

    edu.red

    Necesitamos una revolución de las consciencias que incluya entre otras cosas:

    • 1. Cambiar nuestra percepción del liderazgo como una cualidad individual y verlo como un proceso de interacción social a través de cual podemos influir en los grupos, organizaciones y comunidades a las que pertenecemos

    • 2. Rechazar el vínculo de dependencia que ha frenado nuestro crecimiento individual y social, para construir un vínculo de colaboración en todas nuestras relaciones sociales.

    • 3. Despojarnos de la ideología individualista que nos impide ampliar nuestra identidad psicológica en los grupos y organizaciones a los que pertenecemos.

    • 4. Romper con el proceso de enajenación social que realizan los medios masivos de comunicación que nos inculcan hábitos y tendencias consumistas como metas principales de nuestra existencia. Para lograrlo debemos reducir el impacto que los medios masivos tienen en nuestra forma de pensar sentir y actuar y boicotear empresas como Televisa, TV Azteca, Milenio y demás corifeos.

    • 5.  Reconocer que con nuestra actividad social en los diferentes grupos y organizaciones a los que pertenecemos, construimos nuestra realidad y que en consecuencia tenemos el poder de transformar la situación actual

    • 6. Eliminar la pasividad, indiferencia y temor que nos han producido décadas de autoritarismo gubernamental y aumentar nuestra participación social, tanto en los diferentes grupos sociales y organizaciones a los que pertenecemos, como en la comunidad en general

    • 7. Reconocer la importancia de nuestra participación en la política nacional como medio para lograr el cambio social

    • 8. Fomentar el crecimiento de valores positivos en nosotros mismos, en nuestra familia y en los grupos a los que pertenecemos. Estos valores positivos pueden ser de solidaridad, de autenticidad, de honestidad, de generosidad, etc.

    • 9. Tomar consciencia de que una colectividad organizada, con consciencia de sí misma y con un fuerte sentimiento de pertenencia de sus integrantes, adquiere una fuerza que difícilmente podrá ser detenida.

    edu.red

    Esto es sólo el inicio del cambio, la revolución de las consciencias empieza por el cambio individual, pero no termina ahí, en la parte final de este escrito, intentaré describir cómo podemos lograr que a través de nuestra participación social podamos reconstruir nuestro país de tal forma que combatamos la corrupción y la impunidad que son la causa de que nuestro país este en constante crisis económica y social.

     

     

    Autor:

    Oscar Yescas Domínguez