La teoría estructuralista intenta explicar la pobreza rural por Ia excesiva concentración de la propiedad agrícola. El sistema de latifundios y minifundios sería una limitación al desarrollo rural (Rodríguez, 1980). La política a seguir es obvia: había que hacer la reforma agraria. En efecto se hicieron programas de reforma agraria en varios países de América Latina. Los datos muestran que el grado de concentración de la propiedad agraria ha disminuido a través del tiempo en varios países Pero Ia pobreza rural no se ha reducido.
En realidad, la potencialidad de la reforma agraria es muy limitada para reducir la pobreza rural. La razón es simple y tiene que ver con la estructura económica: los datos agregados muestran que en cada país el ingreso agrícola per. cápita es muy bajo comparado al ingreso nacional per. cápita. Luego aun si se llegara a la completa igualdad en el campo Ia pobreza no se reduciría mucho. Redistribuir ingresos dentro del campo parece llevar a redistribuir pobreza. La redistribución para tener efectos importantes sobre la pobreza rural tendría que ser muy selectiva, tanto sobre el grupo del cual se obtiene el ingreso como sobre el grupo al que se le transfiere.
La otra teoría a considerar es aquélla que supone que la economía rural peruana opera como si fuera una economía neoclásica. Esta proposición significa que los intercambios son esencialmente de mercado y que, además, todos los mercados son walrasianos. Podrían ser mercados de competencia perfecta o imperfecta, pero walrasianos. Si esta teoría fuera verdadera las causas de la pobreza rural estaría en las variables exógenas que enfrentan las unidades campesinas. La escasa dotación de sus recursos, su tecnología tradicional y los precios relativos estarían en la base de su pobreza. Para salir de ella habría que aplicar políticas de modemización de la agricultura campesina; con su actual tecnología, los campesinos serían "pobres pero eficientes" (Schultz, 1964). Las políticas estatales que distorsionan los mercados también estarían entre los factores que explicarían el atraso rural. Habría que liberalizar los mercados, tal como se ha hecho dentro de las reformas estructurales recientes. Sin embargo, las predicciones de la teoría no calzan con los hechos. Si la teoría neoclásica fuera cierta deberíamos observar que todos los que desean y pueden intercambiar deberían hacerlo. No deberíamos observar gente excluida de algunos mercados, como los desempleados o los que no logran obtener crédito bancario. Tampoco las políticas de aplicar reformas liberales han mostrado el efecto que predice la teoría. Se ha dado un proceso de modemización en la agricultura capitalista pero no así en la agricultura campesina. El nivel educativo de las familias campesinas ha aumentado con la expansión de la escuela rural y, sin embargo, no se ha dado la modemización tecnológica. Finalmente, las políticas macroeconómicas y comerciales, así como el grado de intervención del Estado, han cambiado varias veces de dirección en las últimas décadas, y la pobreza rural no se ha modificado mucho.
Otra formulación teórica consistirá en suponer una economía de mercado, pero donde coexisten mercados walrasianos y no walrasianos. Entre estos últimos estarían los mercados laborales y los de crédito, los cuales funcionarían con racionamiento cuantitativo. Así podríamos explicar las exclusiones que se observan en estos dos mercados. Pero esta teoría es inconsistente con otros datos de la realidad: en el medio rural no existen ciertos mercados. No existen algunos mercados a pesar de que hay una necesidad visible; por ejemplo, hay mucho riesgo y sin embargo no hay mercados de seguros.
Por otro lado, no todas las transacciones son de un bien por dinero, como se espera que ocurra en una economía de mercado desarrollada. Coexisten intercambios de crédito bancario y no bancario; intercambio de trabajo por salario y por no salarios (por tierra, por semillas); intercambio de producto agrícola por dinero y por no dinero (por crédito de los prestamistas y comerciantes), además del intercambio por reciprocidad y los intercambios eslabonados. Cualquier teoría que intentara explicar el funcionamiento de la economía rural tendría que dar cuenta de la coexistencia de estas distintas formas de intercambio, así como de la inexistencia de algunos mercados básicos.
La nueva teoría institucional ha desarrollado la proposición de que las diferencias en el desarrollo de las economías se debe a las diferencias en sus instituciones (North, 1990). Luego, la pobreza rural que se observa en América Latina sería un resultado de la ineficacia de las instituciones con las que opera la economía rural. En particular, seria el resultado del poco desarrollo de los intercambios de mercado. La proposición teórica es que la forma de intercambio depende de los costos de transacción. Prevalecerá aquella forma de intercambio que tenga los costos menores. Aquí definiremos "costos de transacción" como aquellos que están asociados a los riesgos del intercambio, debido a que, en algunos casos, el intercambio se basa en promesas y, por tanto, en la confianza 2. Entre los componentes de estos costos tememos: costos de información, búsqueda, negociación, selección, monitoreo, coordinación y cumplimiento de los contratos. Los costos de transporte no se considerarán parte de los costos de transacción. Luego, la pobreza rural se podría explicar de la manera siguiente. Las transacciones de mercado no son muy desarrolladas debido a los costos de transacción. El mercado es la institución más eficiente para lograr el desarrollo. EI mercado da lugar a un sistema de incentivos que conducen al individuo a tomar riesgos, a ser emprendedor. Las relaciones de no mercado se dirigen, por el contrario, a crear un sistema que asegura la sobrevivencia del individuo, donde las redes sociales operan como un sistema de protección social.
La nueva teoría institucional parece ser consistente con los datos. Las economías rurales mas desarrolladas son aquéllas que están más articuladas a los mercados. Pero esta observación empírica bien pudiera ser consistente con otra teoría, como se verá mas adelante.
La economía campesina es el grupo social dominante en la economía rural latinoamericana. Si se supone que la economía campesina se encuentra en un equilibrio estático, donde su estructura productiva ha sido ya adaptada, por prueba y error, a sus restricciones, tales como su conocimiento de la tecnología y sus dotaciones de tierra, capital físico, capital financiero y capital humano; y que es un sistema productivo donde no hay redundancia de ningún factor, excepto la mano de obra, concluiríamos que en este sistema productivo no hay un único factor limitante. Esto significa que no hay un único factor cuyo aumento o provisión sea una condición necesaria y suficiente para aumentar la producción. A la economía campesina le faltaría de todo para desarrollarse.
Uno de esos factores limitantes para lograr la modemización tecnológica en una economía campesina, que opera dentro de una sociedad capitalista, lo constituiría el escaso desarrollo de los mercados. No se trata de un factor limitante físico, sino institucional. Esta seria la hipótesis que emerge de la nueva teoría institucional. Los datos empíricos también parecen ser consistentes con esta teoría. Dentro de una misma región, áreas rurales con mayor proporción de unidades campesinas son más atrasadas. El mercado es una institución con reglas y organizaciones que contribuye a la eficiencia en el desempeño de un sistema económico porque introduce un juego de incentivos que favorece el progreso económico. Sólo el desarrollo de los mercados no llevaría al desarrollo rural, pero sin mercados desarrollados no habría forma de llegar al desarrollo rural. Uno de los hechos que caracteriza a las aéreas rurales del tercer mundo es, en efecto, el poco desarrollo de los mercados. Algunos mercados no existen (mercados de seguros) y otros son escasamente desarrollados (mercado financiero, de mercancías, de asistencia técnica). La hipótesis de este estudio es que en el medio rural los intercambios de mercado coexisten con los de no mercado 4. En la sección siguiente, se desarrollará esta hipótesis, analizando para ello tres mercados de servicios que son básicos en la economía rural: el de asistencia técnica y aprendizaje tecnológico, el de crédito y el laboral. Se busca así entender mejor el funcionamiento de la economía rural.
3. Lógica campesina en mercados poco desarrollados
Mercados de asistencia técnica y aprendizaje tecnológico En el corto plazo, donde el conocimiento tecnológico es constante, los agricultores tendrían necesidades de asistencia técnica. Habría una demanda para el control de plagas y enfermedades en el proceso productivo. En el largo plazo, donde hay nuevos conocimientos tecnológicos, los agricultores tendrían necesidades de capacitación, de aprendizaje, para adoptar y adaptar las innovaciones tecnológicas.
En el caso de los servicios de asistencia técnica, la proposición que se postulará aquí es que la demanda dependería del aporte del servicio al incremento de la producción y del precio del servicio. Cuanto mayor el aporte del servicio mayor la demanda; cuanto menor el precio mayor la cantidad demandada del servicio, aunque la capacidad económica del productor puede ser tan baja que no demande estos servicios en un rango amplio de precios del servicio. La demanda campesina por servicios de capacitación dependería de los rendimientos esperados que lograría con la innovación tecnológica, el tipo de riesgo involucrado (soportable o insoportable) y del precio del servicio. Cuanto mayor el rendimiento esperado y menor el riesgo, mayor la demanda por el servicio pues los nuevos conocimientos serían respuestas tecnológicas útiles a los problemas que enfrentan los pequeños agricultores. La modernización tecnológica generaría una demanda derivada de servicios de capacitación agrícola. Cuanto más bajo el precio del servicio mayor la cantidad de servicios que desearía tener el agricultor, aunque, de nuevo, la capacidad económica de un pequeño agricultor puede ser muy limitada para pagar por esos servicios dentro de un rango amplio de precios.
Los datos estadísticos no hacen la distinción entre estos conceptos. Pero en cualquier caso, las informaciones censales muestran que la demanda por ambos es de bajo nivel. Esta observación indicara que (a) no hay muchas novedades tecnológicas para la agricultura campesina; (b) la capacidad económica de la economía campesina es muy limitada para generar una demanda importante. Oferta y demanda se encontrarían pero en un equilibrio de bajo nivel. Para reducir la pobreza rural habría que expandir ambos componentes: nuevos conocimientos tecnológicos para los campesinos y acceso al crédito para financiar la inversión en conocimiento tecnológico. Aquí, implícitamente, se reconoce que existe un costo de información y de aprendizaje para elevar el stock de conocimiento tecnológico. Se contradice así el supuesto de la teoría neoclásica de que el mercado entrega a los individuos infonnación tecnológica sin costo alguno.
Mercado crediticio Todo proceso de producción requiere reponer su capital, tanto el fijo como el circulante. En el caso de la agricultura el capital circulante, llamado también capital de trabajo, es el principal tipo de capital a reponer. Debido al supuesto de que las unidades campesinas se encuentran en un equilibrio estático, el sistema productivo es de autoreemplazamiento, y no hay demanda de capital, ni físico ni circulante. En este sistema estático, el campesino tiene la capacidad de reponer su capital circulante, tomando parte de su propia producción, período tras período. Supondremos que cuando el agricultor campesino enfrenta innovaciones tecnológicas, sus necesidades de financiamiento se elevarán. Hay que financiar la compra o construcción de bienes de capital. El otro efecto de una innovación es que el nivel del capital de trabajo aumentará. Así surge una demanda de crédito anual. Luego, una hipótesis plausible diría que cuanto mayor es el grado de modernización tecnológica mayor será su demanda de crédito . El crédito es una demanda derivada.
Los datos estadísticos no hacen la distinción entre demanda de crédito para capital físico o para capital circulante. Pero en cualquier caso, los datos censales muestran que la participación de los campesinos en los mercados de crédito bancario es muy reducida. La visión usual que se tiene sobre el funcionamiento del mercado financiero rural es que hay muy poco acceso de los agricultores campesinos al bancario; es decir, el problema está en la restricción institucional a la demanda. Si se observa que solo 10% de los campesinos obtuvieron crédito bancario se concluye usualmente que el 90% restante constituye el exceso de demanda. Se podría decir que la teoría implícita en este argumento, que es muy común en la literatura, es que el mercado de crédito es perfectamente elástica a una tasa de interés dada y la cantidad demandada a esa tasa en muy vasta, de la cual sólo una pequeña fracción obtiene crédito, que son aquellos que pueden presentar garantías, es decir, que tiene títulos de propiedad. Tomando en cuenta esta restricción institucional, la demanda relevante se referirá sólo a aquellos agricultores que tienen títulos de propiedad todos obtendrían crédito. Es decir, el crédito a la agricultura se podría multiplicar por varias veces, sin ningún problema por el la de la oferta. Esta teoría tiene predicciones que no parecen ser consistentes con los datos que usualmente observamos, tales como: En los bancos no hay tanto exceso de fondos no prestados como sugiere la teoría. No sabemos exactamente cual es la magnitud de este exceso, pero ciertamente los bancos no podrían expandir sus prestamos en diez veces si la demanda así lo dictará (si se extendieran títulos de propiedad). A las condiciones en que se ofrecen los créditos, la demanda tampoco parece ser tan vasta. Como veremos más adelante, ni siquiera es cierto que todos los que tienen títulos de propiedad obtienen crédito bancario.
¿Cuál es la lógica de la banca comercial frente a la unidad campesina? Una hipótesis sobre la lógica de la banca comercial frente a la pequeña agricultura se puede expresar así. El principal problema con los prestamos a la pequeña agricultura es que el costo relativo (relativo a prestatarios de mayor tamaño) es más alto. El costo unitario de llevar a cabo la operación, así como los costos unitarios de supervisión y de ejecución de la garantía, son relativamente más elevados para el banco; es decir, los costos de transacción son más altos. La mora en la pequeña agricultura no tiene por que ser muy distinta de la que existe para los demás prestatarios del banco. La lógica de aversión al riesgo del campesino le llevaría a evitar sobre-endeudarse. El crédito al pequeño agricultor no tiene que ser más riesgoso. La diferencia parece estar en el mayor costo de transacción con una unidad de pequeña escala de operación. Las prácticas usuales de los bancos son que usualmente racionan el crédito, no otorga prestamos de libre disposición y supervisan el uso del dinero para asegurarse el repago.
¿Por que ocurriría este racionamiento entre los elegibles? Algunas teorías sostienen que el mercado de crédito bancario es un mercado no walrasiano. Los precios y cantidades que se transan actualmente son de equilibrio con exceso de demanda. Este mercado operaría con racionamiento de cantidades. La tasa de interés no podría subir para eliminar el exceso de demanda porque a mayores tasas de interés los préstamos tendrían un mayor riesgo, haciendo que los beneficios esperados de los bancos no sean los máximos (Stiglitz y Weiss, 1981). Tampoco la solución podría ser con exceso de oferta porque en ese caso se puede bajar la tasa de interés y tener prestamos con menores riesgos. La tasa de interés operaría como instrumento de selección (screening- device). Bajo esta teoría se debería observar que una mayor demanda de crédito no daría lugar a un aumento en la tasa de interés, pero si a cambios en las cantidades a racionar. Una reducción en la cantidad de crédito que los bancos pueden ofrecer no daría lugar a una subida en la tasa de interés, sino a variaciones en el racionamiento.
Los bancos agrícolas estatales fueron creados como una forma de resolver esta falla del mercado, para que el crédito llegara a los pobres del campo. Necesitamos una hipótesis sobre la lógica de los bancos estatales frente a los pequeños agricultores. Este es un banco formalmente especializado en la pequeña agricultura. Pero atender a este sector significa incurrir en costos unitarios mayores que el que enfrentan los bancos comerciales. Bajo estas condiciones el banco estatal trataría de evitar el trabajar con la pequeña agricultura y buscaría, más bien, maximizar el numero de unidades de mediana propiedad, sujeto a la restricción del tope de crédito autorizado por prestatario. A ello se une los costos que tiene para el prestatario los trámites burocráticos y lentos de este banco que para el caso del pequeño agricultor, con reducido tamaño de su producción, eleva sus costos unitarios de manera significativa. El crédito del banco estatal tampoco es de libre disponibilidad. Aunque el banco estatal tiene topes para los préstamos, lo cual lo obliga a especializarse en la pequeña y mediana agricultura, no tiene incentivos para llegar a los más pequeños agricultores porque ello incrementaría sus costos unitarios y reduciría su desempeño financiero global. Por razones puramente económicas la pequeña agricultura quedaría excluida. En este sentido, un banco estatal operaria con la misma lógica de un banco comercial, con la diferencia que está sujeto a topes en el monto de los prestamos individuales.
Si se le agregan objetivos políticos, que también son parte de su racionalidad, esa exclusión posiblemente se refuerce. Pero en la practica el banco estatal llegaba a los pequeños agricultores en una mayor proporción en comparación a la banca comercial. La fungibilidad del crédito implica que el crédito bancario (comercial o estatal) se vuelve parte del capital total del agricultor y que este total puede asignarlo a cualquier uso. A cada asignación de sus recursos, el agricultor obtendrá un resultado económico diferente. Pero no es posible atribuir un uso particular al crédito bancario, como a veces se pretende. Entonces, ¿por qué el banco no otorga crédito de libre disponibilidad al agricultor campesino y se esfuerza en otorgar crédito con un destino especifico, como crédito para maíz, por ejemplo? ¿Y por qué el banco incurre en el costo de supervisión para que ese uso se cumpla? La lógica del banco parece basarse en la idea de que si el campesino asigna el crédito al uso acordado, la devolución del préstamo está más asegurada que si lo asignara a otro uso. Si se diera un resultado adverso, el prestatario es el que asume la perdida y la obligación de devolver el préstamo, aunque el prestamista tiene que incurrir en costos para recuperar el dinero. Si el resultado es el esperado, entonces prestatario y prestamista cierran bien el intercambio. Si el prestatario asignara el crédito de otra manera, en la evaluación del banco el riesgo de fracaso seria mayor y también el riesgo de devolución del crédito seria mayor.
La otra razón del prestamista para supervisar el crédito se basaría en su idea de que el prestatario podría desviar el crédito a un uso no productivo. Si se le dejara a su libre elección, el repago de la deuda estaría en riesgo desde el comienzo. Este seria el caso para agricultores pobres. Si el agricultor pone el crédito al cultivo señalado por el contrato y fracasa también tiene que responder por el crédito, aunque el prestamista tiene que incurrir en costos para recuperar el dinero. Luego, el prestamista, bajo condiciones de infonnación incompleta, tiene todo el incentivo para supervisar el préstamo. En ambos casos el costo de la supervisión se carga al prestatario. Los créditos de libre disponibilidad serían más baratos para los agricultores, pues ellos no tendrían que pagar los costos de supervisión. Pero la información incompleta lleva al problema del tipo "principal agente" y el banco se ve en la necesidad de supervisar el crédito.
¿Y cuál es la lógica de la unidad campesina frente al mercado de crédito? La hipótesis que quisiera proponer aquí es que, bajo las condiciones actuales de producción, no todos los agricultores campesinos demandarían crédito bancario. La demanda de crédito depende de la introducción de innovaciones tecnológicas. Como la mayoría de la unidades campesinas operan con una tecnología tradicional, la demanda de crédito se limita sólo a los innovadores. Luego habría agricultores que aunque tuvieran títulos de propiedad no demandarían crédito bancario, pues su auto-financiamiento es suficiente para su escala de producción y su conocimiento tecnológico. Este es el sentido de considéralo como unidades en equilibrio de bajo nivel. Por otro lado, aunque fueran innovadores y tuvieran necesidad de crédito no siempre estarían dispuestos a tomar crédito bancario por su lógica de aversión al riesgo. Es este papel de la demanda de crédito de las unidades campesinas lo que se ha ignorado en los análisis sobre el mercado de crédito rural y es lo que ha dado lugar a confusiones sobre las causas de la exclusión de los campesinos del mercado crediticio. Esta exclusión se ha atribuido enteramente a las restricciones legales, como el derecho de propiedad y la falta de garantías. El factor más importante de la exclusión sería la propia lógica campesina frente a las condiciones bajo las cuales operan los bancos.
Esta proposición teórica es consistente con la observación empírica de que la proporción de unidades campesinas que obtienen crédito de los bancos estatales es superior a la de la banca comercial. El riesgo de una perdida en el colateral es mayor en ésta que en aquélla. En ciertas ocasiones la banca estatal hasta ha condenado las deudas y su capacidad de ejecutar las garantías son menores. En suma, hay poco crédito bancario que se otorga a las unidades campesinas porque su demanda de crédito sería reducida, tanto porque no hay innovaciones tecnológicas que puedan adoptar e inducir esa demanda, como porque sus limitaciones económicas les llevan a evitar el riesgo de incurrir en una perdida significativa. Por el lado de la oferta, el costo de transacción para el banco es muy alto para otorgar prestamos a la agricultura campesina. Se sabe que los campesinos recurren al crédito no bancario, al que podemos denominar "crédito informal". ¿Cuál es la lógica campesina de recurrir al crédito informal? ¿Por qué el crédito bancario no hace desaparecer el crédito informal y por qué el mercado no prevalece como la institución más eficiente? La unidad campesina puede obtener crédito con menos riesgo y mayor oportunidad de un comerciante, terrateniente, amigo o familiar porque en todos estos casos los intercambios no son de mercado. Analíticamente, es una contradicción en los términos hablar de "mercado de crédito informal" para referirse a los intercambios basados en relaciones personales y redes sociales, como aparece en la literatura. El crédito informal se basa sólo en la confianza. Luego, el costo de transacción es más pequeño tanto para el prestamista como para el prestatario en comparación a la transacción de mercado 5. También el monto transado es más pequeño porque la demanda de crédito de una unidad campesina tradicional es muy reducida. Pero el intercambio es "eslabonado": se intercambia crédito conjuntamente con bienes (cosecha, insumos), trabajo, tierra. En esta forma de intercambio la tasa de interés está calculada sólo de manera implícita. Y, ciertamente, no se da la ley del precio único.
La persistencia de los prestamistas informales parece consistente con esta teoría. Los pequeños agricultores encuentran que el crédito bancario es muy riesgoso. Ellos prefieren a los intermediarios quienes no les ejecutarán la garantía, como si lo podría hacer el banco. Así se economizan costos de intermediación y también los costos de transacción. Otra razón por la cual el crédito informal compite favorablemente con los bancos en la pequeña agricultura es que el crédito es oportuno. La tasa de interés es alta pero es también de muy corto período por lo cual el peso del costo financiero en el ingreso anual no es tan significativo. La tasa relevante para el campesino es la mensual. Pero anualizada, esta tasa está muy por encima de la que rige en el mercado de crédito.
¿De dónde provienen los fondos prestables de los prestamistas informales? Ciertamente, una parte debe provenir de sus propios fondos. Pero quisiera proponer la hipótesis de que hay otra parte que proviene de prestamos que ellos obtienen de los bancos. En este caso, los prestamistas actuarían como intermediarios financieros informales en el medio rural. La evidencia empírica sobre este tema es, sin embargo, casi inexistente. Mientras exista la economía campesina tradicional (fuera del proceso de modernización) habrá "crédito informal." El crédito informal cumple una función importante en el funcionamiento de la economía rural: satisface las necesidades de crédito de la economía campesina. Entre estas necesidades hay que incluir el crédito debido a contingencias aparte de la producción. Pero si se diera un proceso de modernización tecnológica masiva para la agricultura campesina, donde el crédito informal sería insuficiente, la falta de un mercado crediticio desarrollado puede ser un factor limitante que impida la adopción de innovaciones tecnológicas.
Mercado laboral El mercado laboral en el medio rural también muestra un escaso desarrollo. En muchos casos, el intercambio de mano de obra es parte de transacciones eslabonadas, pues se intercambia con otros bienes o servicios, como crédito, bienes agrícolas, alquiler de tierras, y no con el dinero. Bajo estas condiciones los salarios no son ni explícitos ni uniformes. Esta característica obedece al poco desarrollo de los mercados rurales en general, donde el intercambio de mano de obra no puede ser un intercambio independiente. Es frecuente observar en el campo que los campesinos respetan mucho mas la obligación de un intercambio de trabajo por reciprocidad que un contrato de trabajo asalariado. Es sorprendente como el mercado no puede imponerse sobre las relaciones de no mercado. Otra característica se refiere a la estacionalidad del empleo asalariado. Debido a que la demanda de trabajo para la agricultura es estacional, se genera un desempleo estacional agrícola. ¿Cómo se ajusta este desempleo estacional? Los trabajadores del campo llevan a cabo migraciones temporales a otras zonas rurales o a ciudades; otros producen bienes no agrícolas en su propia unidad. El salario no parece ajustarse a las variaciones estaciónales en la demanda de mano de obra. Debido al escaso desarrollo del mercado laboral rural no hay desempleo abierto. La consecuencia es que no se mantiene un mercado laboral activo en el medio rural a lo largo de todo el año. Los trabajadores rurales tienen, entonces, que incurrir en costos de transacción y de transporte cuando tienen que hacer migraciones temporales para obtener empleos.
Para los campesinos la seguridad alimentaría parece ser un objetivo central dentro de su estrategia de sobrevivéncia. Se puede comprender ahora que este objetivo está asociado al problema de que los mercados de bienes agrícolas y de otros bienes y servicios no están suficientemente desarrollados en el campo. Si fuera posible obtener un empleo asalariado y comprar alimentos cuando la propia producción no es suficiente no se justificaría la búsqueda de la seguridad alimentaria basada en la propia producción. El problema es que estos mercados no operan así. Es claro que esta estrategia implica un costo para la unidad campesina, pues podría producir otros bienes más rentables o emplearse como asalariado. Pero esto requeriría que los mercados estuvieran desarrollados.
4. Dinámica
En un contexto de modemización tecnológica, la demanda de crédito aumentará. Para que la modemización se lleve a efecto en la pequeña agricultura, habrá necesidad de aplicar políticas para crear y desarrollar el mercado financiero rural. Bajo las condiciones actuales, no hay manera de llegar con crédito a la pequeña agricultura a través de los bancos, sean estos privados o estatales. Simplemente el sistema de incentivos de los bancos no lo permite. La lógica de las cooperativas de crédito y ahorro no es muy distinta tampoco. Las ONGs también tienen limitaciones. Bajo las condiciones actuales en que opera el mercado financiero rural, la mayor demanda de crédito no podría generar su oferta.
Por estas fallas del mercado es que existe el crédito informal. No se trata entonces de buscar la desaparición del crédito informal, pues cumple una función en el actual sistema económico rural; se trata, más bien, de transformado, de echar a andar un proceso de evolución que lo lleve a operar como un mercado, con mayor eficiencia. El crédito informal tiene la ventaja de que sus costos de transacciones son bajos comparados a los de las empresas financieras. La desventaja para el agricultor es la alta tasa de interés. Esta tasa es fundamentalmente implícita y el prestamista informal lo obtiene del conjunto de intercambios eslabonados que hace con el prestatario. Estos intercambios no se dan bajo relaciones de mercado sino bajo relaciones personales. Los pequeños agricultores quedan así atrapados en un sistema del cual les es difícil salir, aún si tuvieran innovaciones tecnológicas rentables que poner en práctica. Y parece que hay potencialidades para ello, como lo muestra el Cuadro 3, donde se observan diferencias significativas en la productividad dentro de la economía campesina . Pero el crédito puede convertirse en el factor limitante para salir de la pobreza.
En otros mercados, algunas medidas para llegar a las unidades campesinas mediante la creación de mercados no han funcionado. Este es el caso de los servicios de extensión agrícola. Frente al fracaso de los programas públicos de extensión agrícola, en muchos países se ha buscado sustituirlos por programas privados. Se ha intentado desarrollar un mercado de asistencia técnica. El caso más conocido fue el que se aplicó en Chile en 1978-83. El Estado otorgó un subsidio a los precios por la entrega del servicio de asistencia técnica que hiciera una empresa privada a los pequeños agricultores. Se buscaba así la creación de muchas empresas y por el lado de la demanda, los campesinos tenían los incentivos para solicitar los servicios de extensión agrícola a un precio más bajo; se esperaba que el subsidio estatal seria sólo un gasto inicial para lograr el desarrollo del mercado. Una vez que el mercado estuviera desarrollado se reduciría o eliminaría el subsidio y el campesino pagaría el precio total del servicio. Este programa no fue exitoso. El mercado no se desarrolló y no pudo sustituir de manera significativa a la extensión agrícola pública. Las razones del fracaso serían: la falta de un programa coherente en lugar de las acciones independientes y desordenadas que realizaban las empresas; la falta de evaluación, fiscalización y control de las acciones de las empresas por parte de estado y de las organizaciones campesinas (Gómez, 1991). Para otros la causa del fracaso fue el falso supuesto del programa de que existía un mercado de servicios de asistencia técnica en el área rural chileno (Berdegué y Marchant, 1995). Para aplicar una política que busque desarrollar un mercado de servicios de extensión agrícola para campesinos hay que comprender los factores que determinan el desarrollo de esos servicios. Un factor que limita ese desarrollo es el bajo poder adquisitivo de los campesinos, quienes demandarán sustitutos de menor calidad, los llamados "bienes inferiores". El otro factor es de oferta: ¿qué tendría para ofrecer una empresa privada en materia de solución técnica a los problemas específicos de la agricultura campesina?
Y aún si la empresa privada tuviera respuestas que ofrecer y el campesino tuviera el poder adquisitivo necesario, el desarrollo del mercado estaría limitado por los costos de transacción. Contratar un servicio en el mercado tiene sus riesgos. En el caso del campesino, estos costos de transacción incluye el riesgo de no obtener el servicio deseado a plena satisfacción, así como los costos de información. Estos factores explicarían por que un mercado de asistencia técnica para campesinos es casi inexistente. En realidad este mismo problema se da en otros mercados. ¿Por qué el campesino no demanda el servicio de un médico y más bien utiliza los servicio de un boticario o curandero? ¿Por qué el campesino no compra los servicios de un abogado y acude más bien a un tinterillo? Los factores explicativos parecen ser los mismos. El campesino no compra los servicios de un ingeniero agrónomo o de una empresa consultora sino que acude al vendedor de insumos del pueblo (el equivalente al boticario) o al extensionista estatal. Cuando la capacidad económica de los agricultores es elevada aparecerán los mercados de servicios de extensión. La evolución de los mercados laborales parece seguir patrones distintos. En la primera etapa, el mercado laboral opera con intermediarios (el "sistema de enganche"), donde el intermediario utiliza sus redes sociales en las comunidades rurales para contratar trabajadores y llevarlos a las áreas de demanda laboral. En una etapa posterior, el enganche desaparece y los trabajadores y empleadores contratan directamente. Este cambio se debe a las migraciones que aumentan el tamafio de las ciudades intermedias y, con ello, la oferta laboral local. Figueroa (1983) presenta esta evolución para el caso de la costa peruana.
En general, ¿cuáles son las causas del escaso desarrollo de las relaciones de mercado en el medio rural y cuales sus consecuencias para la reproducción de la pobreza rural? En el caso de los mercados de crédito y de asistencia técnica la causa estaría en los bajos niveles de demanda y oferta; mientras que en el caso del mercado laboral, estaría en el bajo nivel de demanda. A los bajos niveles de demanda y oferta les subyacen los factores que tienen que ver con el atraso del medio rural, tales como falta de nueva tecnología campesina, bajos ingresos, baja escala de producción de las unidades campesinas y altos costos de transacción. El grado de desarrollo de los mercados sería, pues, endógeno. En economías de bajos ingresos los mercados son poco desarrollados. En una perspectiva del análisis dinámico, la consecuencia del escaso desarrollo de los mercados es la reproducción de la pobreza rural. No hay mercados porque hay pobreza rural y hay pobreza rural porque no hay mercados. Para salir de este circulo vicioso se tiene que entender cuales son las variables exógenas del sistema dinámico. Según la teoría presentada aquí, estas variables exógenas serían la tecnología, instituciones y también la cantidad de bienes públicos en el campo (infraestructura de comunicaciones). Estas variables tendrían efectos sobre los costos de transacción y costos de adopción de innovaciones tecnológicas en la economía campesina. Un argumento central de los teóricos de la economía institucional es que los derechos de propiedad son esenciales para el funcionamiento eficiente del mercado. Es una fuente de los altos costos de transacciones. Luego, el desarrollo de los mercados rurales requiere que los derechos de propiedad estén claramente establecidos. Aquí hay innovaciones institucionales que hacer tanto en asegurar estos derechos en cuanto a títulos de propiedad, cuestión que no esta resuelta en un gran segmento del medio rural, y también asegurar un sistema judicial eficiente. Con la creación y expansión de las relaciones de mercado perderá importancia el intercambio de no mercado y, con ello, las familias pobres del campo perderían sus redes sociales. Tendría que crearse, entonces, nuevas formas de protección social junto al desarrollo de los mercados. Un aspecto pocas veces señalado para el caso de los países capitalistas desarrollados es que junto con el desarrollo de la economía de mercado se tuvieron que crear formas organizadas de protección social (como el seguro de desempleo). Una forma de protección social podría darse a través de políticas de empleo rural o regional. El desempleo agrícola estacional se puede reducir con programas de empleo en obras públicas. Estos programas podrían cumplir el papel de una política de ingresos mínimos para la familia rural, concentrando su atención en el empleo de mujeres, por ejemplo. Las familias pobres rurales tienen que absorber todo el costo de la seguridad económica; ellos mismos se auto aseguran con la diversificación de sus actividades. No tienen mecanismos para transferir parte de estos costos al mercado, pues para ello se necesitaría un mercado de seguros, que no existe en el medio rural. Pero podrían transferir parte de sus costos de seguridad a la sociedad, a través de la política de empleo en obras publicas. El Estado actuaría como empleador de ultima instancia.
La economía rural latinoainericana puede ser vista como la combinación de dos formas de producción: Ia capitalista y la campesina. La economía campesina constituye el mayor grupo social donde la pobreza se encuentra concentrada. Esta economía se caracteriza por unidades donde la dotación de recursos es muy limitada y la tecnología es estática. Estas unidades operan en un contexto donde coexisten las transacciones de mercado y transacciones que no son de mercado. El mercado no ha logrado imponerse (y destruir la economía tradicional) en la economía rural. La conocida afirmación de Schumpeter sobre el comportamiento de mercado que domina hasta en comunidades campesinas ("the peasant sells his calf just as cunningly and egoistically as the stock exchange member his portfolio of shares") no calza con los hechos. Este comportamiento puede darse en los mercados urbanos donde el campesino vende su ternera a compradores que apenas conoce; pero en las relaciones de intercambio en comunidades campesinas hay normas sociales que implican relaciones personales, redes sociales y estrategias de sobrevivencia. Aquí hay lugar para el intercambio de no mercado. Las proposiciones teóricas presentadas aquí se pueden resumir en las siguientes relaciones. De un lado, el nivel del ingreso rural depende del desarrollo de los mercados; pero de otro lado, el desarrollo de los mercados depende del nivel del ingreso rural. Estas dos variables son endógenas. ¿Cuáles son Ias variables exógenas? En la primera relación la variable exógena es la tecnología, mientras que en la segunda están el costo de transacción (en relación inversa) y la oferta de bienes públicos en cuanto a comunicaciones. Esta teoría contrasta con la de la nueva economía institucional. Allí el ingreso rural dependería del desarrollo de los mercados. Pero esto es sólo una de las relaciones del sistema teórico que hemos establecido. El nivel de la demanda también juega un papel importante, y no sólo los costos de transacción. La observación empírica de que comunidades más ricas están más cercanas a economías de mercado (grandes y medianas ciudades) es una correlación que no se puede tomar como una relación de causalidad. Ambas variables son endógenas. Las variables exógenas fundamentales son las innovaciones tecnológicas e institucionales. La visión convencional de los diseñadores de políticas es que los mercados rurales están allí y que lo único que hay que hacer para que esos mercados funcionen bien es eliminar las intervenciones estatales. La proposición central de este estudio ha consistido en mostrar que las relaciones son otras: no hay mercados que liberar en el medio rural; más bien, hay que crearlos. Crear y desarrollar algunos mercados básicos, mediante innovaciones tecnológicas e institucionales, debería ser, por lo tanto, parte de las reformas estructurales que están llevando a cabo los gobiernos en América Latina.
www.google.com www.altavista.com www.yahoo.com www.hispavista.com
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |