En la actualidad uno de los objetivos del Estado y el gobierno cubano es elevar la cultura general e integral de la población, a través de las diferentes aristas: en lo estético, científico-técnico, intelectual, político-ideológico, físico-moral y por supuesto en lo cultural. Es por ello, que alcanzar un alto nivel de eficiencia, constituye una de las razones fundamentales de los esfuerzos que se realizan día a día para el desarrollo constante de la cultura cubana. De ahí, la ramificación de transformaciones en el campo cultural que permiten el desarrollo de las diversas manifestaciones artísticas.
Al ser descubierta Cuba por los españoles encontraron a los aborígenes y en sus prácticas se evidenciaron diversas manifestaciones musicales y bailables y poseían sus propios instrumentos. El exterminio de estos, debido a la explotación en los lavaderos de oro, hizo que esa parte de la cultura no trascendiera. Lo que se conoce es producto a crónicas de españoles. Por necesidad de mano de obra, se empiezan a importar negros africanos en la condición de esclavos. Así se extrajo variados elementos de estas culturas madres.
El florecimiento de la música cubana es resultado del proceso de interacciones culturales entre raíces hispánicas y africanas, a la que Fernando Ortiz denominó transculturación, donde se hizo partícipe también los pobladores. Estas culturas constituyen el antecedente de la identidad musical y bailables cubanos, por la incorporación de aportes que ha asimilado.
Ante esto el Argeliers León, estudioso de nuestra música planteó: "(…) tenemos una música cubana (…) de raíces hispánicas (…) y de raíces africanas; y son muchos los pobladores de nuestra población que participa de ambas expresiones, sirviéndose de ellos en diferentes ocasiones o momentos de la vida diaria. Estas son las dos corrientes que van a converger en nuestra música, ambas constituyen los factores antecedentes de la música en nuestro pueblo".
Así surgió una identidad musical de gran importancia en nuestra cultura como patrimonio universal, por el papel que tiene en la vida del hombre y en especial para nuestro pueblo, tanto por su idiosincrasia, como por las posibilidades que brinda como sistema de comunicación. Transmite información y comunica mensajes que pueden ser conocimientos, sentimientos y emociones entre distintos elementos de la cadena comunicativa desde el creador hasta el oyente. Cada uno de ellos con funciones diferentes en la sociedad.
Esta constituye un antecedente de nuestros bailes populares tradicionales. Para el desarrollo del baile tuvo que existir algún elemento sonoro. Surgió la música y dio paso al desarrollo del baile. Por ejemplo, la guaracha fue un género en sus inicios de representación teatral, pero para ello se tuvo que crear un número musical. El propio Enrique Jorrín aseguró en varias entrevistas realizadas, "no hay baile anterior a la música".
La danza es una de las manifestaciones del arte y constituye desde tiempos remotos una actividad cultural del hombre. De ahí que lo considere como una necesidad humana, por ser a través del lenguaje del movimiento, una forma de liberar y recrear emociones, desarrollar la sensibilidad y el gusto y disfrute de la belleza, satisfaciendo y motivando esa necesidad del arte.
La música y la danza se conjugan bajo la finalidad común, pero mantienen su independencia innata. Pueden aparecer simultáneamente bajo determinada manifestación artística o surgir en diferentes momentos y fusionarse después de satisfacer las exigencias de la expresión popular.
En cuba el universo popular tradicional lo mismo danzario que musical, constituyen un elemento mercantilista, utilizado por los medios de comunicación para reiterar e imponerse, impulsar la moda de cualquier género, autor y fabricar ídolos y estrellas. Pero es el pueblo, a través del tiempo, lo han hecho válido, son los que han hecho posible su trascendencia y permanencia.
La identidad es un concepto debatible por los estudiosos de las ciencias sociales y humanísticas hace varios años atrás, por ser uno de los elementos de unidad esencial de cada pueblo. Es un fundamento creado durante el proceso propia participación social, en su cotidianidad incesante y creadora, al asumir responsabilidades en la sociedad. Conjunto de tradiciones y hechos que el pueblo hace suyo y le aporta nuevos elementos, que con el paso del tiempo y acorde a su perdurabilidad adquieren el sentido de la tradición. Todo individuo nace y se desarrolla en una sociedad con una estructura social y cultural, donde aprende a autoidentificarse y a reconocer su propia identidad.
La palabra cultura proviene del verbo latín colo que significa cultivo, elaboración y que por su origen es el resultado de la actividad social y transformadora del hombre.[1] A finales del siglo XVII el término cultura conservaba su originaria significación agrícola: relacionado con el cultivo de la tierra y lo agrario en general y posteriormente se concibió como el conjunto de prácticas y conductas sociales inventadas y transmitidas dentro de un grupo social[2]
Por tal motivo, la cultura está relacionada con la actividad del hombre y es producto de un determinado ambiente cultural, como resultado de determinadas relaciones sociales. Es un conjunto del ambiente natural que el hombre se crea y en el que es creado, donde posee medios (obras artísticas o utilitarias, palabras, imágenes, etc.) de acción múltiples para dominar este ambiente. El hombre lo va a transformar según su voluntad o para ajustarse a él. Es la manera como se conduce y reacciona en el mundo que lo rodea.
El hombre el centro de la cultura. En su accionar lo desarrolla. Como fruto del arduo trabajo creador se desarrolla nuestra identidad cultural. El sujeto va a transmitir esto de generación en generación y así forjándose la tradición, lo que va a identificar a cada pueblo.
La identidad cultural no es más que esa realidad de la imagen particular y aporte propio de cada tipo de civilización en la historia general de las sociedades, visión autárquica de la historia de las culturas. Es lo que cubre cierto número de rasgos específicos en los comportamientos de una comunidad humana relativamente homogénea y reflexiva en la manera de vivir, los sistemas de valores y modos de producción intelectual y artística.
La identidad musical cubana es contentiva de una diversidad de ritmos entre los que se encuentran: el punto guajiro o cubano, la rumba, la conga, el bolero, la guaracha, el danzón, el mambo, chachachá, son, la salsa y las diversas vertientes y nuevos ritmos como el pilón, el mozambique y otros. Estos han dado lugar a nuestros bailes de gran popularidad y tradición en la cultura de Cuba. Por lo tanto, cuando se habla de identidad musical e identidad danzaria, se diserta acerca de nuestra música y bailes cubanos, que nos identifica y define.
La danza en Cuba se distingue por su gran desarrollo, por contar entre sus mejores resultados de una rica historiografía a lo largo de los años, ha aportado a la lista de bailes internacionales, pero con la inserción de géneros foráneos, se han ido dejando a un lado.
En entrevistas realizadas a especialistas de diversas instituciones culturales se pudo constatar que históricamente han trabajado por el rescate de nuestros bailes populares y tradicionales cubanos, lo mismo por confección de grupos danzarios o de talleres de aprendizaje, pero actualmente este último no se encuentra en función. Los grupos danzoneros existentes, están integrados por personas de la tercera edad, no hay inserción de los jóvenes en sus actividades y reuniones-encuentros. Estos grupos trabajan la línea del danzón y el son, y aunque no tienen en su línea el casino lo saben bailar, e incluso, lo insertan en sus festividades.
Los escasos grupos de aficionados que existen en algunas Casas de Culturas, el trabajo es pobre. Los grupos o movimientos de jóvenes que bailan tienen formación empírica. Es un grupo de amigos que se reúnen periódicamente o cuando se realiza una convocatoria competitiva. En actividades como Semana de la cultura, Matamos Son, estos se reúnen en sus números danzarios fusionan los diversos bailes populares y tradicionales cubanos. Pero talleres para que aprendan no poseen. Si sabes bailar tienes oportunidad de ser matrícula de cualquier institución, si no, no.
Con respecto a la Casa del Estudiante, he tenido referencia de que seccionó un taller de aprendizaje para jóvenes donde tenían espacio los diferentes géneros bailables, pero en la actualidad se encuentra en remodelación.
Producto del festival "Matamoros Son", que se realiza cada dos años en la provincia, en el año 2006 durante una conferencia el prestigioso músico cubano Adalberto Álvarez exhortó para que se creara una Casinoteca, idea que se materializó y tuvo gran acogida por los jóvenes. En su programa de acción tienen conformada la idea de realizar talleres de aprendizaje de nuestros bailes. Pero como no se ha realizado un estudio profundo en cuanto a horarios y comodidades de los que de una forma estarían interesados a asistir el funcionamiento de esta no es el adecuado. Estos últimos meses ha sido usado por sindicatos de diversos centros laborales (alquilado), para la realización de actividades.
El Museo del Carnaval, La Casa del Caribe y el Consejo Provincial de Artes Escénicas, agrupan a diversos grupos, que promueven el baile de la rumba, junto a sus diversas variantes. Pero la enseñanza de este baile no.
Hace dos años se creó la Casa del Son, donde se le dá vida a este género por grupos de la ciudad e invitados de otras provincias. Se promueve en género, pero no se baila son por todos, son escasas las parejas.
Como se puede apreciar las instituciones que deben dar el paso para el rescate de los bailes populares y tradiciones cubanos no están funcionando como lo requiere. Se deben realizar nuevos planes para la enseñanza danzaria de la ciudad de Santiago de Cuba. Esto a modo de conclusión lo expreso por/para:
crear espacios recreativos e instructivos sano para los jóvenes santiagueros.
lograr la integración de la enseñanza teórica y la práctica de los bailes populares y tradicionales cubanos.
ser una de las ocupaciones predilectas del cubano en sus ratos de ocio.
pretender estar a tono con nuestro pueblo en la batalla por la defensa de los valores culturales y nacionales.
desarrollar el amor, el gusto, la preferencia por el conocimiento de nuestras raíces y tradiciones, lo que se hace realidad con la participación de los pobladores.
contribuir a elevar el nivel cultural de los jóvenes santiagueros.
fomentar una cultura con más sentido de pertenencia, con mayor calidad de vida, más sensibles y consientes.
defender mañana con más fuerza y juicio el patrimonio humano-espiritual denominado Identidad Nacional.
Para resumir es convertir a Santiago de Cuba en una ciudad idónea en materia de bailes populares y tradicionales cubanos, trayendo consigo el conocimiento de la historia, el aprendizaje y el logro de un verdadero sentido de pertenencia e identidad hacia estos. Y el interés actual del país, en especial el Ministerio de Cultura, por reafirmar la identidad cultural cubana acorde a nuestra realidad sociocultural.
Bailes populares y tradicionales cubanos
El zapateo se evidencia a principios del siglo XVIII, en la segunda mitad del siglo XIX alcanza su mayor auge y ya en el primer cuarto de siglo XX desaparece. Es baile de parejas sueltas, ejecutadas en un tiempo y ritmo muy estables. La hembra baila erguida y elegante, mientras que el hombre se destaca por su destreza, estableciéndose entre una competencia, porque prima el coqueteo de la dama. En la actualidad no se encuentra en la práctica social, desapareció rápidamente. Se observa en estampas teatrales de ambiente campesino o festivales de aficionados.
El punto se va a ser notar más en la región central-occidental que en la oriental. Va a caracterizar una de las vertientes del canto campesino, la décima. En su evolución se le agregan instrumentos musicales como las tumbadoras, la marímbula; el conjunto instrumental actual es parecido al del son. Dentro del punto encontramos el punto libre y el punto fijo, y entre sus variantes: la seguidilla, el punto en clave o cruzado, las tonadas a dos voces y otras.
La rumba es una manifestación originada en el siglo XIX en los primeros tiempos de la llegada de los negros libres a las ciudades. Se va a combinar la música y la danza al igual que los anteriores, con gran influencia de aportes africanos y determinados elementos de raíz hispánica. Según Martha Esquenazi, se le atribuyen los géneros como el guaguancó, yambú, columbia y la conga. Los tres primeros comparten un origen similar y sus partes musicales afines, aunque manifiestan modificaciones locales de interpretación. Pero la conga, tiene génesis propia.[3]
La columbia tiene lugar en la zona rural de la provincia de Matanzas. Existía un caserío denominado Columbia donde se reunían músicos y bailadores. Con la abolición de la esclavitud es extiende el movimiento de negros libres a poblados marginales y suburbios de las ciudades, trayendo consigo esta modalidad, donde se modifica su lenguaje y temas. Es un baile de hombre solo. Exhibe coreografías complicadísimas y el baile sostiene un baso o una botella sobre la cabeza. Imita pasos del ballet, gestos de circo o ensaya una danza de cuchillos a ritmo rápido.
El yambú es originaria de siglo XIX, en los primeros tiempos de la llegada de los negros libres a las ciudades. Surge por influencia de los cantos entonados por acompañamiento de percusión por sectores populares de la Habana y Matanzas. Se caracteriza por la lentitud y suavidad en los movimientos de la pareja danzante. Se ubica dentro de los bailes pantomímicos de contenido erótico tan extendido en el ámbito afroamericano. La pareja escenifica un diálogo amoroso en la que la hembra se desplaza frente a él con coquetería y el la intenta conquistar.
El guaguancó nace a finales del siglo XIX en los barrios suburbanos de La Habana y Matanzas. Inició su desarrollo junto a coros líricos y de claves. Desde el punto de vista poético y melódico es la modalidad de mayor lucimiento. El guaguancó es un baile de pareja. Al comenzar la danza los espectadores se separan para dejar espacio libre a los bailarines y hacen el centro del círculo. El hombre bailará extrovertidamente y todos sus gestos y movimientos son para vacunar a su compañera. Ella realiza pequeñas contracciones de moviendo de afuera hacia dentro, cubriéndose el sexo siempre para no se abrochada por su compañero.
La conga originaria de fiestas de negros, tuvo su presencia en las procesiones religiosas. Fue usada para propiciar campañas electorales y marchas revolucionarias. Escrita en compás binario, se baila dando tres pasos continuados a los que sigue un marcado movimiento de todo el cuerpo. Es una danza muy alegre, de carácter popular, masivo y general.
La guaracha surge a mediados del siglo XIX. Género eminentemente teatral, su surgimiento se observa dentro del teatro bufo habanero. Tiene como antecedente la guaracha española y guarda lo melódico no tanto lo rítmico de lo español. Por su forma musical es deudora de la tonadilla escénica hispana, aunque fue permeada por la rumba antillana. Son consideradas formas de catarsis criollas, medio enmascarado de denuncia y resistencia, utilizando la sátira.
El bolero nace en Santiago de Cuba en la segunda mitad del siglo XIX. Se expandió por todo el Caribe y demás países latinoamericanos. Del bolero español solo conservó el nombre y su compás ternario, aunque en la actualidad corresponde a dos por cuatro. Se considera como primer bolero Tristezas de José Sánchez (Pepe), cantor, guitarrista y autor de canciones y guarachas. Empiezan a desarrollarse otros géneros y se fusiona con el son específicamente en tríos y septetos.
Desde el punto de vista coreográfico el bolero y la guaracha como en los demás el baile es generado por el pueblo. Se abandona el estilo zapateado tan ricamente expresado en España. Se transforma al arrastre o escobillado de los pies.
En el Liceo de Matanzas, hoy Casa de Cultura "Jose White", el 1 de enero de 1879, se estrena por una orquesta de viento y el creador Miguel Fraílde (1852-1921), el primer danzón " Las alturas de Simpson". Posteriormente se dan a conocer otros números como: El delirio, La ingratitud, Las quejas. El danzón asimiló diversos géneros del repertorio nacional. El danzón lo forman hasta veinte parejas provistos de arcos y ramos de flores y sus movimientos se ajustan al compás de la habanera.
José Urfé (1879-1957) en 1910, inserta en la parte final del danzón "El bombín de Barreto" un montuno de son, comenzando así una nueva etapa dentro del son. El cornetista Aniceto Díaz (1881-1964), saca a la luz una modalidad, fusionando el son y el danzón, y como resultado el danzonete. Esto ocurrió en 1929, con la obra "Rompiendo la Rutina". Va a presentar una introducción amplia y el canto como elemento novedoso.
Ya para la década de 1930 la orquesta de Arcaño y sus Maravillas, crean el llamado danzón de nuevo ritmo. El músico Orestes López (1908 – ?) agrega a la parte final del un danzón mambo, que en 1938 Dámaso Pérez Prado lo estructura como mambo. Como complejo musical agrupa al mambo y al chachachá.
El Mambo se da a conocer por Orestes López en 1938, con su danzón de nuevo ritmo como había dicho. Dámaso Pérez Prado (1916 – ?) es el creador del ritmo y le agregó la instrumentación. Según su creador es un ritmo sincopado. Los saxofones llevan la sincopa en todos los motivos, las trompetas llevan la melodía, y el bajo el acompañamiento, combinado con tumbadoras y bongoes. El ritmo responde al a métrica de cuatro por cuatro y posee una superposición de planos sonoros. El auge del mambo es para la década del 50, destacándose disímiles músicos. El mambo se puede ejecutar solo o en pareja. Es un baile de pista y teatral.
El Chachachá tiene como creador a Enrique Jorrín (1926-1988) en la orquesta América de Ninón Mondéjar. Jorrín crea una serie de danzones con coros montunos como "Doña Olga", "Lo que sea varón", "Central Constancia" y otros, a los que le agregó un coro, que se repetía al unísono. Se coreaba "chachachá, chachachá, es un baile sin igual". Surgió como resultado de la necesidad de crear algo diferente partiendo del propio danzón. Para 1953 Enrique Jorrín da a conocer el número musical "La engañadora", catalogado por el como mambo rumba. Es considerado el primer chachachá.
El nombre del género fue producto de un proceso evolutivo por los propios bailadores del SILVER STAR[4]los primeros en bailar eso y luego se denominaría chachachá, en salones de Prado y Neptuno y sitios habaneros al ejecutar el paso. La estructura del baile dio la estructuración del ritmo.
El Son Tuvo su origen en los suburbios montuneros de algunas ciudades de la zona oriental de cuba, como Guantánamo, Baracoa, Manzanillo y Santiago de cuba. Se trasladó a La Habana hacia el año 1909 por soldados del Ejército Permanente. Se bailó en accesorias, salones y academias de baile aunque al principio fue rechazado en los salones elegantes. Este se compone por el son urbano y el son montuno. Dentro del son montuno encontramos diversas modalidades que presento a continuación.
En el son urbano los movimientos son pausados, suaves y elegantes. La posición social de baile es erguida. Las flexiones de las rodillas son menos pronunciadas y no se ejecutan los movimientos continuos de brazos.
El son montuno es propio de zonas rurales del país y en la actualidad está diseminada en todo el territorio cubano. Presenta un carácter laico y su motivación es netamente festivo. El conjunto instrumental lo integra el tres, bongó, claves, güiro, marímbula, guayos y quijada. Se compone de cuatro compases y en donde el coro interviene dos veces entre cada solo. Es un baile de parejas independientes y carece por su espontaneidad de una organización determinada, aunque en ocasiones varias parejas pueden integrar un círculo y una pareja situarse en el centro. Se adopta la posición de baile social y se caracteriza por un movimiento acentuado del torso hacia los lados, profundas flexiones de las piernas que provocan un constante subir y bajar del cuerpo, y la acción frecuente de los brazos arriba y abajo, parecido a la acción de extraer agua del pozo. No se realizan figuras fijas, es común que la mujer realice giros sobre sí misma o alrededor de su pareja. Dentro de esta vertiente se encuentran diversas modalidades como: sucu sucu changüí, nengón, kiribá, chivo capón y la guanajá.
Un sin número de autores continuaron su labor dentro del son y se dieron a la tarea de hacerlo un poco más complejo. Lo fusionaron con diversos ritmos, un ejemplo de ello fue Ignacio Piñeiro (1888-1968), director y contrabajista. Le agrega elementos del guaguancó y antiguas claves habaneras, dando lugar al son-guaguancó. Con Moisés Simons (1889-1945), surge el son-pregón, con la obra El manisero, esta modalidad se observa a través de músicos como Enrique Bonne y David Álvarez. El Trío Matamoros (1925) logra gran auge, va a dar lugar al bolero-son. Y por último Antonio Fernández (1902 – ?) conocido como Ñico Saquito, crea las guarachas-son se destacan Compay gallo, María Cristina, No dejes camino por vereda y otras.
El casino es denominado a la forma de bailar la salsa en Cuba. Surgió en el municipio Playa[5]de Ciudad de La Habana, por grupos sociales. Los viejos camineros aseguran que la denominación casino se tomo del famoso Conjunto Casino fundada en 1940, una de las orquestas más populares de la época. Surge como una manifestación danzaria anónima en el seno de las clases populares urbanas. No corresponde a ningún género, intergénero o modalidad musical específica. Es un estilo para la diversión individual y colectiva. No identifica a ninguna religión y sus movimientos no tienen significación alguna.
Se baila con una secuencia completa del paso consta de ocho tiempos musicales. La ejecución está dividida en dos partes que abarca cuatro tiempos cada uno, tres de movimiento y uno de espera. Se pueden realizar en el lugar para lo cual existen dos variantes, con desplazamiento hacia delante o detrás y con giros rápidos o lentos sobre el mismo eje. En todos los casos se alternan los pies. En la rueda de casino se forma con varias parejas que se colocan en posición de baile social cerrado, quedará hacia dentro del círculo el hombro derecho de la mujer y el izquierdo del hombre. Los pasos se realizan al unísono por todos los integrantes.
En la década del 60 la música tuvo un período de decadencia debido a cambios socioeconómicos, éxodo de artistas y agrupaciones musicales de gran calidad, y muerte de otros. Los cantantes y compositores para lograr un sitio en el gusto popular crearon nuevos giros como el Mozambique, creado por Pedro Izquierdo, el pilón del compositor Enrique Bonne y popularizado por Pacho Alonso, el pacá de Juanito Márquez, el dengue, ideado por Dámaso Pérez Prado y entre otros como el guapaché, el chiqui-chaca, el mozon-chá, guagua, que no trascendieron. Unas de las causas fue el estancamiento en la difusión de los ritmos cubanos dentro y fuera del país. Esto produjo la penetración de géneros extranjeros como el twist, bossa nova, beat, beyé, rock y otros, que cobraron mayor auge y la producción musical cubana en plena crisis.
Bibliografía
Alén, Rodríguez, Olavo: Géneros de la música cubana I. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1985.
Carpentier, Alejo: La música en Cuba. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1979.
Chió, Evangelina: "Se baila nengón y kiribá", en Revolución y Cultura # 3, marzo-abril, 1984, p. 64.
Elí, Victoria y Gómez, Zoila: …haciendo música cubana. Editorial Félix Varela, La Habana, 2005.
Gómez Cairo, Jesús: "Acerca de al interacción de géneros en la música cubana", en Panorama de la música popular cubana. Selección y prólogo de Radamés Giro. Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1998.
León, Argeliers: Del canto y el tiempo. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1974.
Linares, María Teresa: La música y el pueblo. Editorial "Pueblo y Educación", La Habana, 1974.
Orovio, Helio: Diccionario de la música cubana. Editorial "Letras Cubanas", La Habana, 1992.
Orovio, Helio: El son, la guaracha y la salsa. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 1994.
Ruiz, Rosendo (hijo): "Acerca de la interacción de los géneros en la música popular cubana", en Panorama de la música popular cubana. Selección y prólogo de Radamés Giro. Editorial Letras Cubana, La Habana, 1998.
Autor :
Yirka Maceo Ferrera
[1] Referencia tomada del artículo " La cultura en la salud", de Rosa Aguirre y Doris Prieto, p.25.
[2] Referencia tomada del sitio WEB: www.wikipedia.org/wiki/es. 9 de noviembre del 2006, 4:00pm.
[3] Tomado del libro, Del areíto y otros sones, p. 15.
[4] La SILVER STAR (estrella de plata) era una sociedad de negros que con frecuencia contrataba a la Orquesta América, donde se gestaron los primeros resultados del chachachá.
[5] Bárbara Balbuena, en el Casino y la Salsa en Cuba, p.15.