- Introducción
- Crecimiento económico y capital humano
- El crecimiento económico y el territorio
- Vida industrial
- Crecimiento económico y "desarrollo"
- Crecimiento económico sostenible y desarrollo
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
El crecimiento, como se ha visto, es una preocupación central de la economía, que se refleja en los paradigmas teóricos de la historia económica. El propósito de este trabajo es mostrar un análisis del pensamiento de los principales autores y corrientes que han reflexionado sobre este aspecto después de la segunda posguerra; además, la relación del bienestar con el crecimiento económico, el aporte de las unidades productivas al crecimiento y el concepto del territorio en el crecimiento.
Crecimiento económico y capital humano
Se entiende al capital humano como el nivel de habilidades y recursos productivos incorporados en el individuo a través de la educación. La acumulación de capital humano puede ser vista como una inversión. Es decir, como una actividad en la cual se usan recursos actuales con el fin de aumentar el potencial productivo futuro (aumentando también los ingresos futuros ), tanto del individuo como de la nación en su conjunto.
Cabe pues preguntar se cuáles son los mecanismos a través de los cuales el nivel educativo de la población influye sobre el crecimiento económico.
Cuando hablamos de crecimiento nos referimos a los aumentos reales de la producción, y que por lo tanto contribuyen, si son superiores a la tasa de crecimiento demográfico, para obtener un mayor nivel de ingreso para la población, y por ende se espera mejorar el acceso a más servicios y bienes.
Para que exista desarrollo es necesario que se dé un crecimiento que se prolongue por varios años y que además abarque a todos los sectores de la economía. El crecimiento es un concepto de corto plazo, se puede hablar del crecimiento de la economía para un determinado año, mientras que el desarrollo económico es un concepto de largo plazo.
El aspecto esencial de la corriente de los neoclásicos con respecto a la acumulación del conocimiento es el de plantear modelos que analicen los efectos de los cambios estocásticos de la productividad sobre las diferentes macromagnitudes económicas. Otros factores, según Gould y Ruffin (1993), como la estabilidad política, mínimas barreras comerciales, infraestructura física adecuada y un bajo gasto de funcionamiento del gobierno, se correlacionan de forma positiva con el crecimiento económico de corto y largo plazo.
Otro conjunto de teorías, referidas a países en desarrollo, pone el énfasis en la posibilidad de que sea la escasez de ahorro, interno y externo, la que obstaculiza las posibilidades de inversión.
Aunque todas las teorías reconocen el papel central del proceso de ahorro – inversión, muchas lo visualizan más bien como el mecanismo a través del cual se transmiten fuerzas motrices que tienen un origen o naturaleza diferentes. Una de tales fuerzas es el cambio técnico o, más en general, la creación de conocimientos.
La teoría neoclásica del crecimiento situó la acumulación del capital en el centro de atención, como una especie de bien público que se produce fuera de los circuitos económicos, al cual se accede sin costo alguno. La teoría del crecimiento endógeno, reconoce que tanto el capital humano como el conocimiento general tienen una característica adicional: su capacidad para generar nuevo conocimiento.
Los retornos crecientes a escala que caracterizan el desarrollo de la acumulación del conocimiento son, por tanto, el rasgo distintivo de estas teorías, que difieren, sin embargo, en el énfasis otorgado a la "transferibilidad" del conocimiento o a su "apropiabilidad". Mientras aquellas teorías del crecimiento endógeno que resaltan la transferibilidad del conocimiento se acercan a los análisis neoclásicos más tradicionales, aquellas que ponen el énfasis en su apropiabilidad están más próximas a otras, de origen más microeconómico, derivadas de Schumpeter, que destacan en especial la apropiación del conocimiento como fuente de poder del mercado.
La nueva teoría neoclásica enfatiza en la estructura productiva de los países, y principalmente en sus externalidades tecnológicas.
La teoría del capital humano, desde su aparición a mediados de la década del sesenta ha tomado importancia en el ámbito económico y social. Las hipótesis provisionales que se establecen son las siguientes: Los tres desafíos más exigentes y de mayor impacto en la actualidad son la sustentabilidad, la gobernabilidad y la cooperatividad.
Pero que quiere decir cada uno de estos desafíos o como están definidos a la hora de un crecimiento económico .¿Qué es la sustentabilidad? Su término se refiere al equilibrio que existente entre una especies con los recursos del entorno que propone satisfacer las necesidades de la actual generación sin sacrificar las capacidades futuras.
La sustentabilidad para una sociedad, significa la existencia de condiciones económicas, ecológicas, sociales y políticas, que permitan su funcionamiento en forma armónica en el tiempo y en el espacio.
No puede haber sustentabilidad en una sociedad cuando se están destruyendo o terminando los bienes de la naturaleza, o cuando la riqueza de un sector se logra a costa de la pobreza de otro.
Gobernabilidad , se refiere a un proceso por el que los diversos grupos integrantes de una sociedad ejercen el poder y la autoridad, de tal modo que al hacerlo, influencian y llevan a cabo políticas y toman decisiones relativas tanto a la vida pública como al desarrollo económico y social.
La gobernabilidad no tiene ninguna connotación normativa automática. Sin embargo dado que existe en la actualidad una preocupación internacional sobre la gobernabilidad, en tanto que factor de influencia sobre el desarrollo humano y medioambiente, será útil intentar señalar algunos criterios básicos que permitan evaluar la gobernabilidad en un contexto concreto. Estos criterios podrían ser: el grado de legitimidad, la representatividad, la responsabilidad ante él público y la eficacia de la gobernabilidad, así como el grado en el que el contexto en el que actúa la gobernabilidad se ve influenciado por la gestión de los asuntos públicos.
Finalmente, una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para formar una organización democrática cuya administración y gestión debe llevarse a cabo de la forma que acuerden los socios, generalmente en el contexto de la economía de mercado o la economía mixta, aunque las experiencias cooperativas se han dado también como parte complementaria de la economía planificada. Su intención es hacer frente a las necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes a todos los socios mediante una empresa. La diversidad de necesidades y aspiraciones (trabajo, consumo, comercialización conjunta, enseñanza, crédito, etc.) de los socios, que conforman el objeto social o actividad corporativizada de estas empresas, define una tipología muy variada de cooperativas.
Fukuyama (1996), define el capital social como "la capacidad que nace a partir del predominio de la confianza en una sociedad o en determinados sectores. Puede estar personificado en el grupo más pequeño y básico de la sociedad, la familia, así como en el grupo más grande de todos, la nación, y en todos sus grupos intermedios, entre ellos las firmas productivas. El capital social difiere de otras formas de capital humano en cuanto que, en general, es creado y transmitido mediante mecanismos culturales como la religión, la tradición o los hábitos históricos".
El capital social es un recurso, pasivo que representa una deuda de la sociedad frente a los socios, originada por los aportes que éstos realizaron para el desarrollo de las actividades económicas contempladas en el objeto social. Esta cifra permanece invariable, salvo que se cumplan los procedimientos jurídicos establecidos para aumentar esta cifra o disminuirla.
El capital social contribuye a fortalecer los actores y redes sociales ( sociedad civil), por tanto facilita un sistema transparente y eficiente en la gestión pública en todos los niveles de gobierno y hace más eficiente la lucha contra la pobreza y la exclusión social, los pobres dejan de verse como un problema para convertirse en actores protagónicos en la búsqueda de un mejor destino.
El capital social influye en el proceso de desarrollo, pero también puede ser afectado (para bien o para mal) por el mismo, según la orientación de dicho proceso.
El capital social puede considerarse como un factor clave para el fortalecimiento de la democracia, al contribuir al crecimiento institucional y promover el desarrollo con equidad e inclusión social, con lo cual igualmente se facilita la integración de los países en desarrollo al mundo globalizado.
La introducción de nuevos valores dentro de las propuestas de desarrollo, significa no sólo reevaluar los instrumentos teóricos políticos e institucionales relevantes a los procesos de desarrollo; en el fondo, significa pensar en la noción de calidad de vida, en el sentido no solamente material, sino también como reflejo de las relaciones sociales entre todos los seres humanos.
El centro de todo desarrollo debe ser el ser humano y, por lo tanto, el objeto del desarrollo es ampliar las oportunidades de los individuos. Esto se traduce en aspectos tales como: el acceso a los ingresos, no como fin, sino como medio, para adquirir bienestar; la vida prolongada, los conocimientos, la libertad política, la seguridad personal, la participación comunitaria, la garantía de los derechos humanos.
La provisión de bienes es una condición necesaria, pero no suficiente, para ampliar esas opciones. Y lo que es más importante, la gama de opciones disponible y los logros que se alcanzan aumentan o disminuyen con relativa independencia del monto de bienes accesible, en función de variables culturales o distributivas o de la capacidad de una sociedad para proporcionar bienes públicos como la seguridad o la salubridad, que por lo general el mercado no puede proveer. El acceso a los bienes, en suma, puede proporcionar la base de un nivel de vida más alto, pero no son per se sus elementos constituyentes.
El crecimiento económico y el territorio
El espacio geográfico, como perspectiva de análisis del crecimiento económico adquiere importancia en la actualidad, dado el proceso de globalización e internacionalización de la economía. La región, en todos los casos, alude a un territorio y a la dotación de recursos productivos. Sin embargo, en ella se da un conjunto de interacciones que conforman un sistema compuesto por subsistemas productivos, institucionales y culturales, que encierran en sí un cúmulo de relaciones, tales como: las relaciones capital – trabajo, los flujos de intercambio, las relaciones monetarias, las organizaciones y procedimientos para la toma de decisiones y las pautas de comportamiento social.
El territorio, como escenario de localización de firmas, responde a la flexibilidad de las dinámicas sociales que potencializan u obstaculizan la continuidad de los procesos productivos y sus encadenamientos, que trascienden los límites fijados administrativamente y las mismas relaciones sociales. Existen dos posibilidades tienen entonces los espacios geográficos para convertirse en espacios ganadores:
1) Los sistemas productivos locales,
2) Los medios innovadores.
Las diferencias entre ambos son considerables y generan ventajas competitivas desiguales. Como lo expresan Méndez y Caravaca (2001:1), los sistemas productivos locales apoyan su crecimiento en la explotación de recursos naturales y humanos a bajo costo, lo que genera externalidades negativas en los planos socio laboral y ambiental; los medios innovadores se centran en el conocimiento y la capacidad de hacer efectivas las innovaciones.
El crecimiento en las firmas genera progreso económico, y al mismo tiempo, unas condiciones macroeconómicas adecuadas permiten que las empresas puedan mantener su competitividad interna y externa. La deficiencia de espíritu empresarial ha producido la lentitud en el desarrollo de América Latina, comparativamente con los países asiáticos que emprendieron estrategias de desarrollo basadas en el conocimiento tecnológico y de recursos humanos, el respeto a la iniciativa privada, en un marco de sana competencia, donde el Estado regulador juega un papel central en los mercados imperfectos y el fomento empresarial.
Los sistemas regionales se recomponen, en parte por la misma dinámica de las empresas. Esta relación interdependiente amerita el diseño de instrumentos de política para responder a los cambios en los modelos productivos, a los procesos de urbanización y a las economías de aglomeración industrial. En otras palabras, la política afecta favorable o desfavorablemente las decisiones que toman en el espacio sectorial y en el espacio geográfico.
Las políticas tendientes a redistribuir la actividad económica tratan de fomentar el establecimiento de empresas en regiones desfavorecidas, incidiendo en los factores que determinan las decisiones de localización de las firmas, para lo cual se apela a la asignación de primas de localización a los agentes mediante: subvenciones en función del número de empleos generados, desgravaciones fiscales, condiciones preferenciales de crédito, o rebajas sobre ciertos costos del manejo de la administración pública (reducción de tarifas de ciertos servicios públicos), etc.
Porter (1990), asume que la competencia local tiene un impacto positivo en el crecimiento, ya que acelera la imitación y el grado de innovación de las firmas. Esta teoría asume que la competencia local acelera la adopción de nuevas tecnologías y como consecuencia, estimula el crecimiento económico. Esta discusión es importante tenerla en cuenta, ya que el crecimiento económico en ciertas regiones o en ciertos países, depende del grado de especialización o de diversificación de su aparato productivo y del nivel de competencia local que se establezca en ese mercado.
La globalización impulsa nuevas dinámicas de acumulación que provoca cambios importantes en los territorios, tanto en los factores productivos como de las firmas asentadas y con posibilidad de localizarse allí. Estas dinámicas afectan con distinta magnitud las estructuras económicas y sociales de los espacios regionales. Además, este proceso supone el paso de una economía semicerrada a un sistema dinámico, abierto e insertado en la economía mundial, lo que determina procesos de reestructuración a nivel regional en torno a las políticas de desarrollo, flexibilización y estabilización.
El crecimiento económico desde la dinámica delproceso industrial: análisis del ciclo de vida industrial
El crecimiento económico se define como el aumento productivo de bienes y servicios en la economía de un país, y por ende su renta también aumenta en un periodo de tiempo determinado. Dicho periodo puede ser muy corto. Habitualmente se mide en porcentaje de aumento del Producto Interno Bruto real. En realidad, el crecimiento económico es aquel en donde unos sectores económicos crecen y otros tienden a desaparecer, unas empresas surgen y otras se quedan rezagadas. Este proceso no es lineal, ya que no todos los sectores tienen la habilidad de inyectar dinamismo o progresar técnicamente en su campo.
El ciclo de vida industrial consiste en la inclusión de nuevas empresas en la industria, con el propósito de innovar productos y/o procesos, esto con la finalidad de crear competencia en el mercado en el que se desarrolle, para así desacelerar el surgimiento de otras empresas y la desaparición de aquellas empresas que no logren ajustarse a las nuevas expectativas del sector.
Para la creación de nuevas empresas se debe tener en cuenta cuatro principios primordiales:
Que ellas ofrecen nuevos empleos.
Se involucran en un gran porcentaje en las innovaciones para la economía.
Se relacionan con políticas o instituciones que incentiven la creación de nuevas empresas y el desarrollo de las mismas.
Se relaciona con la existencia de diferencias interregionales en las tasas de formación de empresas.
Existen otros enfoques y criterios que le dan suma importancia a los aspectos estructurales e institucionales, las cuales se basan en los agentes representativos, por lo que en términos de resultados totales no son neutros. Desde el punto de vista de la Cepal la interacción entre las dinámicas macro, meso y microeconómicas es esencial para entender el crecimiento económico y orientar a las políticas públicas de América Latina.
No es posible entender los factores de la vida social, como la economía de una sociedad y los elementos que la conforman, o la manera de pensar de un individuo, su caracterización política, u otros aspectos de su vida social. A esto se le conoce como visión holística de la sociedad.
El estructuralismo (mantiene la concepción de que hay unas reglas establecidas que influyen en cualquier valoración que se pueda hacer) y el funcionalismo (es una teoría sociológica que pretende explicar los fenómenos sociales por la función que ejercen las instituciones en la sociedad) también son corrientes holísticas pero se diferencian entre sí, con respecto a cuál es el enlace con los aspectos de la vida social.
Los funcionalistas piensan que el enlace está en las instituciones, porque forman un espacio social en donde todos los principios se enlazan entre sí, formando un equilibrio social. Mientras que, el estructuralismo manifiesta que ese lugar social es la estructura, en donde se enlazan todos los elementos de una sociedad, ó cada uno de sus sectores se relacionan entre sí en formas determinadas que conforman modelos.
Por otro lado el planteamiento institucionalista se basa en un enfoque de las ciencias sociales, particularmente de la economía, la historia, la ciencia política y las relaciones internacionales, que plantea la comprensión de la sociedad a partir de sus instituciones formales, de su funcionamiento y su efectividad; al entender que cada sistema social desempeña una serie de funciones de todo tipo (sociales, políticas, económicas y culturales), para cuya realización se ha dotado de un conjunto de instituciones específicas a través de las cuales se regula el comportamiento de los individuos, por lo que esto genera múltiples tipos de análisis, los cuales deben vincularse entre sí.
El institucionalismo se basa en las investigaciones psicológicas, antropológicas y sociológicas del comportamiento humano, lo que determina que esto se fundamenta de una visión abstracta a una visión específica.
Las instituciones económicas están limitadas a un conjunto de organizaciones sociales, estas instituciones se forman gracias a la movilización de recursos de dichas organizaciones, partiendo de las delimitaciones obtenidas por el desarrollo histórico anterior a la sociedad, la política, el mercado y la tecnología. De esta manera se puede visualizar que las instituciones como entidades perdurables proporcionan un buen vinculo, micro y macroeconómico.
Crecimiento económico y "desarrollo"
Se dice que el desarrollo ha sido utilizado, en referencia a la historia contemporánea, en dos sentidos contrarios El primero, se refiere a la evolución de un sistema social de producción en la medida que éste, mediante la acumulación y el progreso de las técnicas, se hace más eficaz, es decir eleva la productividad del conjunto de su fuerza de trabajo.
Conceptos tales como eficacia y productividad son ambiguos cuando nos enfrentamos a sistemas sociales de producción, cuyos inputs y outputs son heterogéneos y se modifican con el tiempo. Este sentido es el que desarrolla Schumpeter en su teoría del desarrollo económico.
La teoría del desarrollo ha ejercido una innegable influencia sobre la mente de los hombres que se empeñan en comprender la realidad social.
La función principal del mito es orientar, a nivel intuitivo, la construcción de lo que Schumpeter llamó la visión del proceso social, sin la cual el trabajo analítico no tendría ningún sentido. Así pues, el desarrollo consiste tanto en una serie de cambios espontáneos y discontinuos en los causes de la corriente, como en las alteraciones del equilibrio existente con anterioridad.
Las condiciones para el desarrollo no sólo se definen por la acumulación de conocimiento y capital físico en un territorio; este va más allá de eso, se trata de crear los instrumentos para gestionar los procesos de ordenamiento social, y las instituciones y el marco regulatorio que permitan potencializar las diferentes expresiones del capital en las regiones.
El crecimiento de la economía, tal como se refleja en el crecimiento de la población y de la riqueza, no se debe entender como desarrollo. Este fenómeno no representa características cualitativas. El desarrollo, en nuestro sentido, es un fenómeno ajeno a lo que puede observarse en la corriente circular o en la tendencia hacia el equilibrio.
La combinación de materiales y fuerzas significa producir. Producir otras cosas o las mismas con distinto método significa combinar estos materiales de una manera diferente. Mientras la nueva combinación pueda surgir de la antigua mediante continuas adaptaciones, hay un cambio, tal vez un crecimiento, pero no se da un nuevo fenómeno ni desarrollo en nuestro sentido. Cuando no sea este el caso, y las nuevas combinaciones aparezcan de modo discontinuo, entonces es cuando surge el fenómeno característico del desarrollo.
Por tal razón, Schumpeter (1963) distingue al desarrollo del mero crecimiento de la economía, porque este último no representa fenómenos cualitativos distintos, sino sólo procesos de adaptación. En este orden de ideas, se debe considerar esta visión como un fenómeno histórico, que reposa sobre el desarrollo precedente y, a su vez, que todo proceso de desarrollo crea las condiciones necesarias para el siguiente.
La influencia de la obra de Schumpeter fue difusa pero significativa. Partiendo de la concepción wickselliana de demanda de capital como factor de inestabilidad, Schumpeter formuló una teoría del empresario innovador, agente transformador de las estructuras productivas, de evidentes afinidades con la visión dialéctica de la historia que sirvió de fundamento a la sociología económica de Marx (Furtado, 1987).
Otros aportes al desarrollo económico, son notables en los años posteriores a la segunda postguerra. El segundo sentido en que se hace referencia al concepto de desarrollo se relaciona con el grado de satisfacción de las necesidades humanas.
Las sociedades son desarrolladas en la medida en que el hombre logra de forma cabal satisfacer sus necesidades y renovar sus aspiraciones.
Existe un plano en el cual es posible utilizar criterios hasta cierto punto objetivos al tratar el tema del desarrollo humano desde la concepción de la satisfacción de las necesidades humanas: cuando se estudian las satisfacciones elementales, tales como la alimentación, el vestido, la habitación. También es verdad que la ampliación de la esperanza de vida de una población constituye un indicador de mejoramiento en la satisfacción de sus necesidades elementales.
Las primeras ideas sobre el desarrollo económico, definido como un aumento del flujo de bienes y servicios más rápido que la expansión demográfica, fueron sustituidas en forma progresiva por otras referidas a transformaciones del conjunto de una sociedad a las cuales un sistema de valores presta coherencia y sentido(Furtado, 1987:39). Medir flujos de bienes y servicios es una operación que sólo tiene consistencia cuando esos bienes y esos servicios se vinculan a la satisfacción de necesidades humanas definibles, es decir, identificables de forma independientes de las desigualdades sociales existentes.
Esta subordinación del tema del desarrollo al tema de la distribución se ha hecho desde dos ópticas distintas y en cierta medida opuesta (Razeto, 2000.
El problema importante, desde esa perspectiva, no es el desarrollo económico en sí mismo sino la óptima y equilibrada organización del mercado, libre y abierto, siendo el desarrollo su lógicaconsecuencia,
Nurkse (1965), afirma que en los países pobres, las propias fuerzas del mercado perpetúan la pobreza; dado que para salir de ella se requiere invertir para aumentar la productividad, ello resulta difícil, no sólo por el escaso ahorro de los pobres, sino por la falta de incentivo de beneficios para construir plantas de alta productividad, cuando el mercado local existente para su producto es demasiado pequeño. De ahí que un comportamiento atomístico por parte de los productores podía encerrar a una economía dentro de su frontera de posibilidades de producción.
De igual forma, Hirschman (1958) señala que la mayoría de los países pobres sólo pose recursos para invertir en unos pocos proyectos modernos, y que, por tanto, pueden intentar el crecimiento equilibrado sólo a largo plazo, mediante un proceso secuencial de construir primero una y después otra planta, corrigiendo con cada paso el desequilibrio consideradocomo más dañino para acercarse de forma gradual a una estructura más equilibrada.
En esta misma lógica, Giddens (1999), establece que el capitalismo no permite acceder a una nueva y superior fase del desarrollo por que establece un tipo de relaciones sociales de producción que pone límites al desarrollo de las fuerzas productivas. Asimismo, establece, que:
El desarrollo contiene una dinámica donde se entrecruzan producción de formas de conocimiento, relaciones de poder, instituciones del desarrollo y practicas desplegadas. Analizar la relación conocimiento poder implicar entonces analizar a los técnicos y a las instituciones del desarrollo antes que a sus "beneficiarios".
La economía es una acción humana libre, que debe ajustarse al fin natural del hombre.
Aristóteles insiste varias veces en que el fin de la economía es el eu zen, la vida buena del hombre, cuyo acabamiento se da en la polis.
El mismo Adam Smith estudia la economía como una parte de la política. Debemos avanzar unos años, tal vez hasta John Stuart Mill, para comprobar la emancipación neta de la economía respecto a la política y la moral en el ámbito del saber económico. Esta separación responde a la que se opera entre la economía y la búsqueda de lo necesario para la vida buena. El "principio de necesidad" – correspondiente a la naturaleza – es reemplazado por el "principio de maximización", que también, aunque con otros términos, conocía Aristóteles. Se produce, como señala Polanyi (1971),
La economía neoclásica canoniza esta última tentativa como un principio científico y se aboca a su logro.
Nuestra sociedad actual se rinde ante el éxito del dinero. La economía, su ciencia, tiene un hálito de prestigio, y su influjo se hace sentir sobre el resto de las actividades y saberes del hombre. Según Crespo (2003), el modelo maximizador tiende a generalizarse. El mercado es un instrumento que se procura aplicar a todos los ámbitos, aún a la misma política. Hemos pasado de una situación en que la economía estaba subordinada a la política a otra en la que tiende a imponerle sus moldes.
Crecimiento económico sostenible y desarrollo
El crecimiento económico, desde esta vertiente, ha sido cuestionado por cuatro líneas distintas pero convergentes. La primera hace referencia a una supuesta decreciente disponibilidad de recursos, afirmada en base a la proyección de las actuales tendencias de aceleración del crecimiento, que hacen prever que en las próximas décadas se verificará el agotamiento o disminución crítica de ciertos recursos naturales indispensables. La segunda línea enfoca los efectos que el crecimiento económico está provocando en el medio ambiente
La tercera línea alude a los efectos que el crecimiento, sobrepasado cierto nivel, ha comenzado a provocar en la vida cotidiana de las personas y en la organización de la sociedad, deteriorando la calidad de vida y llevando a formas de convivencia en forma creciente insatisfactorias. La cuarta línea de argumentación hace referencia al problema demográfico y las formas de encarar el crecimiento de la población (Razeto, 2000:27).
Estas consideraciones, nos permite enfocar el tema del crecimiento económico, que se diferencia del análisis económico convencional, que lo considera y mide en cuanto expansión del producto económico.
Las diferentes formas de concebir la naturaleza dentro de la economía implican una de las rupturas más profundas dentro de las teorías modernas del crecimiento (Galindo y Malgesini, 1994:125). La visión tradicional parte de considerar a la economía como un sistema aislado, como un flujo circular de producción – consumo, como un conjunto de valores de cambio de empresas a hogares a empresas, y así, sin necesidad de contemplar el entorno natural. Según Solow (1956),
El proceso económico recibe recursos naturales valiosos y despide desperdicios. El producto verdadero del proceso económico no es un flujo material de desperdicios, sino un flujo inmaterial: el disfrute de la vida, opina esta postura.
La teoría limitacioncita advierte que la economía es un sistema parcial, que se halla circunscrito por un límite a través del cual se intercambia materia y energía con el resto del universo material. Este proceso ni produce ni consume materia – energía, sólo los absorbe y expele de forma continua. La interpretación es que el proceso económico recibe recursos naturales valiosos y despide desperdicios sin valor.
En consecuencia, las innovaciones tecnológicas no pueden poner fin a este problema irreversible, porque es imposible producir "mayores y mejores" productos, sin producir "mayores y mejores" desechos.
Por tanto, según Galindo y Malgesini (1994), el desarrollo económico basado en la abundancia industrial sería "una bendición para nosotros y para quienes lo puedan disfrutar en un futuro cercano, pero de forma definitiva atenta contra los intereses de la humanidad como especie".
Las manifestaciones del crecimiento económico procedían, en gran medida, de la consideración de las externalidades negativas46 que se producen dentro de las sociedades de consumo más satisfechas.
Es en este contexto, en el que se difundió la preocupación por el medio ambiente y los límites naturales. En concreto, la teoría limitacioncita sugiere que: 1) el mundo se quedaría sin materias primas estratégicas; 2) el aumento de la contaminación tendría efectos serios, y 3) la población sobre pasaría las posibilidades desabastecimiento del planeta.
Estos planteamientos fueron criticados, principalmente por los neoliberales, quienes argumentaban que: 1) No se había tenido en cuenta la innovación tecnológica a la escasez de los recursos; 2) Son los precios los que suponen un gran aliciente para realizar mayores descubrimientos de recursos y, por tanto, la ampliación sistemática de sus horizontes de disponibilidad; 3) Si los recursos son limitados, obstaculizar el crecimiento sólo pospondría el colapso final; 4) Los niveles de contaminación pueden corregirse y reducirse cada vez más, si se aplican políticas de precios que internalicen las consecuencias negativas y 5) A pesar que la oferta mundial de alimentos ha crecido de una forma más rápida que la población en las últimas décadas, nos encontramos con que la realidad nos muestra que la aceleración del crecimiento económico induce a una reducción del crecimiento demográfico (Galindo y Malgesini, 1994).
En el debate económico se ha generalizado el planteamiento del concepto de desarrollo sostenible. La idea central, según Galindo y Malgesini (1994), es que se genera una disyuntiva entre el crecimiento económico y el medio ambiente. El antagonismo dio lugar a plantear los siguientes aspectos:
El desarrollo sostenible implica que la calidad medioambiental mejora el crecimiento económico a través de varias formas: mejorando la salud de los trabajadores, creando nuevos empleos en el sector medio ambiental y creando empleos en el sector de dicado a combatir la contaminación.
El desarrollo sostenible acepta que, de todos modos, deberán existir algunos trade offs si se contempla un concepto restringido de crecimiento económico, en donde se destaca el hecho que el crecimiento está en conflicto con el medio ambiente porque se pone poco esfuerzo en integrarlo dentro de las inversiones de capital y de otras decisiones de producción.
El desarrollo sostenible modifica el enfoque del crecimiento económico basado en las medidas y en los elementos tradicionales de la economía. Se critica la utilización del Producto Interno Bruto PIB – como una medida básica para calcular el crecimiento económico, porque éste tiende a no desviarse de uno de sus propósitos fundamentales, que sería reflejar el nivel de vida de la población, lo que se consideraría como desarrollo económico. El concepto del crecimiento se entendería, dado todos los planteamientos esbozados en este literal, como el aumento de tamaño con la adición de material por medio de la asimilación de nuevos procesos productivos; esta medida es cualitativa y se contrapone al concepto de desarrollo.
EL APORTE DE LAS UNIDADES PRODUCTIVAS MICRO, PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS (mipyme) AL CRECIMIENTO ECONÓMICO
La investigación empírica en el área del crecimiento económico, se ha concentrado en los grandes agregados macroeconómicos y en la actividad de las grandes empresas. Esto enfrenta las posiciones clásica y neoclásica con la postura Schumpeteriana frente al papel en el crecimiento y desarrollo económico; las primeras asociadas a impulsar empresas pequeñas, y la segunda a favor de las grandes empresas, ya que son las mejores dotadas para explotar las oportunidades de innovación.
Los neoclásicos consideraban a las empresas como una caja negra, que se diluye en cuanto" no tiene importancia describir o analizar lo que pasa dentro de ella o que la eficiencia económica es independiente de la organización interna de la empresa" (Santos, 1996.
Para Castells (1995), la nueva forma de organización económica es aquella que se construye en torno a la empresa red, como un nuevo modo de acción. No son solamente redes de empresas sino firmas que trabajan en redes que constituyen cooperación entre ellas, redes de subcontratación y de relación con empresas más grandes. De esta manera, emerge como el factor económico la red de empresas como una estrategia de competitividad.
Si el mayor riesgo de desaparición se sitúa en los primeros años de existencia (entre tres y cinco años), momento en que fracasan muchas iniciativas que no consiguen implantarse en el mercado de forma competitiva, en los años siguientes se mantiene un alto grado de movilidad espacial. La gran empresa, en cambio, suele tomar sus decisiones con mayor conocimiento y realizar fuertes inversiones en capital fijo allí donde se instala, por lo que su estabilidad es mayor.
La teoría sobre las pequeñas unidades productivas en la economía como eje fundamental puede encontrarse en teóricos como Jean Baptiste Say y Richard Cantillon, que focalizaron su idea del desarrollo en la función empresarial.
Say, el empresario también asume los riesgos que subyacen al momento de serlo y son aquellos que con innovación trabajan los que logran el éxito: "En el curso de todas estas complejas operaciones hay una gran cantidad de obstáculos que remontar, de ansiedades que reprimir, de contratiempos que subsanar y de expedientes que proyectar. Los que no posean una mezcla de todas estas cualidades necesarias fracasarán en sus empeños; sus empresas pronto se derrumbarán y su trabajo se retirará del capital en circulación, dejando sólo a aquel que esté dirigido con éxito, es decir, con habilidad. La capacidad y el talento requeridos limitan, de esta manera, el número de competidores" (Spiegel).
Cantillón, desde antes de Smith, asumía la relevancia de un empresario dentro del sistema económico. Este teórico Pre – clásico asumía que: "Los empresarios son los comerciantes, al por mayor, de lana y cereales, los panaderos, carniceros, artesanos y mercaderes de toda especie que compran artículos alimenticios y materias primas del campo, para elaborarlos y revenderlos gradualmente, a medida que los habitantes los necesitan. Estos empresarios no pueden saber jamás cuál será el volumen del consumo en su ciudad, ni cuánto tiempo seguirán comprándoles sus clientes, ya que los competidores tratarán, por todos los medios, de arrebatarles la clientela: todo esto es causa de tanta incertidumbre entre los empresarios, que cada día algunos de ellos caen en bancarrota". El autor argumenta que aquellos empresarios con mayor visión para prever los avatares del mercado serían quienes saldrían airosos ante la incertidumbre que se generara.
Entre las principales barreras a la entrada de las MiP y ME y los factores que explican el corto ciclo de vida que experimentan éstas, se encuentran una estructura financiera inadecuada, un elevado costo de los recursos ajenos, la inadecuada formación financiera y contable de sus dirigentes (Lora, 2001). Se mencionan otras barreras que dificultan su crecimiento e inserción en los mercados mundiales y que no les permite mejorar su productividad y competitividad como son las relacionadas con la falta de una cultura exportadora y de profesionalización de la administración; además, la escasez de capital, el limitado y desigual acceso a los mercados institucionales de crédito, el acceso irregular a los insumos nacionales e importados unido a un costo más elevado, además de la utilización insuficiente de la capacidad de producción
Estas reestructuraciones tienen como resultado la reducción en personal. En consecuencia, se alentaría el autoempleo y el abastecimiento de pequeños negocios por parte de empleados despedidos que fomentarían el desarrollo de pequeños emprendimientos de naturaleza defensiva.
De acuerdo con Burachik (2000), pueden reconocerse dos tipos de abordajes teóricos sobre las discrepancias sectoriales de dinámica industrial, uno basado en el estudio de ciertos rasgos de la estructura de mercado; el otro, se apoya en diferencias originadas en las distintas formas de generación de conocimiento tecnológico. El logro de economías de escala pasó a ocupar un papel central en la determinación del nivel competitivo de las empresas. Pero para alcanzar dichas economías se requería la utilización de equipamientos muy especializados que sólo eran rentables si eran aplicados a la producción estandarizada de productos de consumo masivo. Bajo estas condiciones, las grandes empresas aparecían como las únicas capaces de lograr altos niveles de eficiencia en la producción y la comercialización (Motta, 1998.
La década de 1960, el "modelo" de empresa eficiente fue el de la gran empresa, capaz de beneficiarse de las economías de escala características de la producción en masa de productos estandarizados para un consumo masivo. En contrapartida la pérdida de importancia gradual de las MiPyME parecía inevitable.
Pero, este modelo de la gran empresa, a partir de 1960 y comienzo de la década de 1970, empieza a entrar en crisis. Motta (1998) cita tres aspectos relevantes: 1) Se desacelera el crecimiento de la productividad y las economías de los países industrializados entran en una etapa de lento crecimiento; 2) Se generan una serie de cambios que afectan el funcionamiento de la economía. Dichas modificaciones se refieren a la introducción de nuevas formas de organización de la producción, a la creciente globalización de la economía y a los cambios de la demanda, cada vez másdireccionadaalasatisfaccióndenecesidadesconunmayorgradodeespecificidad.
Marcada por la crisis de rentabilidad, la crisis del fordismo, se expresó en la crisis de la gran empresa. Según Zerda y Rincón (1996:18), "El sistema socioeconómico vigente desde la segunda posguerra encuentra un virus que le carcome. El símbolo de la Gran Industria puede ser derribado y, momentáneamente, las pequeñas y medianas industrias pierden su funcionalidad: el desempleo creciente y el asomo de nuevas tecnologías se encargarán de crearle un nuevo papel"
El desarrollo y el crecimiento económico contienen una dinámica donde se entrecruzan producción de formas de conocimiento, relaciones de poder, instituciones del desarrollo y practicas desplegadas. Analizar la relación conocimiento poder implicar entonces analizar a los técnicos y a las instituciones del desarrollo antes que a sus "beneficiarios".
Las dinámicas macroeconómicas y estructurales (meso y microeconómicas) permiten establecer el proceso y las decisiones de los empresarios en términos de inversión y generación de empleo.
Se describe la economía como una ciencia social encargada de estudiar un aspecto importante de la sociedad y, por lo tanto, es de suponer que esta disciplina sea capaz de aportar bastante al entendimiento de las sociedades y de sus problemáticas complejas. La complementariedad esencial entre los factores de producción y entre distintos sectores productivos es la base para fundamentar una teoría del crecimiento.
La aplicabilidad de los distintos modelos teóricos de crecimiento económico a la realidad de los países es compleja, ya que cada estructura productiva responde a diferentes factores del mercado y de la misma construcción social de cada comunidad. Además, los territorios y las ventajas que de este surgen son radicalmente distintos en cada país. Los axiomas, por lo tanto, serán diferentes, sin embargo, son supuestos necesarios para la elaboración de un modelo de crecimiento industrial.
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