Indice1. Introducción2. Aspectos Básicos del Estudio de la Andragogía y de los Adultos de Edad Avanzada3. Algunos Cambios Físicos y Mentales en los Adultos de Edad Avanzada4. Principales Aspectos de los Adultos de Edad Avanzada que favorecen su Proceso de Aprendizaje5. Lineamientos Sugeridos para la Praxis Andragógica con Adultos de Edad Avanzada7. Bibliografía
Es casi seguro que ningún otro hecho puede influir en forma tan determinante en el ser humano como tener la posibilidad de retrasar o detener el proceso de envejecimiento.
La hipótesis contenida en la afirmación precedente, permite inferir la trascendencia que, desde tiempos pretéritos hasta nuestra era, ha adquirido el problema de la edad avanzada o vejez, no sólo en el ámbito del ciudadano común, sino también en áreas específicas del quehacer científico.
En la actualidad, el concepto de vejez está siendo sometido a un proceso de profunda revisión y exhaustivo análisis ya que el significado que por mucho tiempo ha prevalecido, resulta cada vez más ambiguo. Esta situación ha determinado el surgimiento de un buen número de conceptos, definiciones e interpretaciones en torno a este apasionante tema.
Esto queda evidenciado por las distintas y muchas veces controversiales posiciones de los autores en torno a dicho fenómeno, las cuales, por lo general están matizadas por las características propias de las disciplinas que profesan.
Así, en algunas especialidades médicas consideran que el envejecimiento en los seres humanos consiste en un conjunto de transformaciones que ocurren en el organismo de manera tal que modifican el estado de salud, incapacitan y limitan las facultades físicas y psíquicas de la persona. Según este criterio, el fenómeno del envejecimiento es una transformación degenerativa que se verifica a lo largo del tiempo de vida del ser humano.
Desde la óptica de las Ciencias Sociales, los profesionales de este campo del conocimiento afirman que el envejecimiento es el resultado de los cambios experimentados por el hombre a través de las edades en lo que respecta a las actitudes, capacidad biológica y las influencias del tiempo y el ambiente.
Considerando la posición adoptada por los científicos sociales, es evidente que, para ellos, el envejecimiento es un proceso largo y complejo de cambios actitudinales que se originan en la relación del hombre con su entorno social y cultural, con lo cual se quiere dar a entender que envejecer implica una modificación significativa del individuo humano con respecto a su hábitat.
En otro orden de ideas, se tiene a una parte considerable de psicólogos que sostienen como criterio que la vejez es un concepto indefinido que suele atribuirse a toda persona que se encuentre en el último lapso de su vida, argumentando que los seres humanos transitan por cuatro (4) etapas fundamentales: infancia, adolescencia, edad adulta y vejez.
La posición esgrimida por los profesionales de la Psicología, es contraria a lo que cree mucha gente corriente, pero bien informada, cuando aseguran que la vejez no está necesariamente relacionada con la edad del individuo y que son muchos otros factores tales como: sentirse inútil, pérdida de la ilusión por la vida, deterioro físico y mental y las presiones y limitaciones a las que están sometidas las personas por algunos estamentos sociales, los que determinan el inicio de esa, hasta ahora, inevitable etapa de la vida.
La pequeña muestra anterior indica que el concepto de vejez aún no está definido claramente ni para la gente común ni para los hombres de ciencia y profesionales que indagan en ese campo; es decir, puede afirmarse que, no existe una edad determinada en la que con mucha frecuencia ocurran hechos concretos y significativos que hagan al ser humano ingresar a la categoría de adulto viejo.
Aunque todo ser humano experimenta cambios, físicos y mentales, a medida que en él se desarrolla el fenómeno del envejecimiento, el cual se inicia, según algunos autores, a temprana edad y culmina con la muerte, no ocurre lo mismo con la educación ya que está plenamente demostrada la hipótesis con la cual se afirma que en el ser humano se conserva casi intacta, y de manera permanente, la facultad de adquirir nuevos conocimientos; es decir, el hombre puede aprender en cualquier etapa de su vida.
La proposición anterior permite sustentar el presente estudio con el que se intenta proponer un conjunto de lineamientos con los cuales sea posible precisar, entre otros aspectos, las características deseables para facilitar el aprendizaje en adultos de edad avanzada, cuyo contenido puede ser de utilidad para los participantes de la Maestría en Educación a Distancia de la U.N.A. y de todo aquel que se interese en el estudio de la Andragogía.
2. Aspectos Básicos del Estudio de la Andragogía y de los Adultos de Edad Avanzada
(1) Adulto
- Dícese del que ha llegado al término de la adolescencia
(Visor,1999).
- El Código Civil Venezolano no hace referencia al adulto; en vez de ello, define al mayor de edad. En efecto,, en el Libro Primero, Título I, Capítulo I, Sección I, De las personas naturales, Artículo 18 de dicho Código, se expresa textualmente:
Es mayor de edad quien haya cumplido dieciocho (18) años. El mayor de edad es capaz para todos los actos de la vida civil, con las excepciones establecidas por disposiciones especiales.
De lo anterior se infiere que quien tenga dieciocho (18) o más años de edad es, para efectos legales, una persona adulta.
- La Ley Orgánica de Educación al tratar lo concerniente al adulto en situación de aprendizaje, en el Capítulo X, parte del Artículo 39, dice lo siguiente.
La educación de adultos está destinada a las personas mayores de quince (15) años……
El contenido del mencionado artículo da a entender que para efectos educacionales, los estudiantes de dieciséis (16) o más años de edad, son personas adultas.
- Según Félix Adam (1977).
Etimológicamente la palabra adulto, de la voz latina adultus, significa crecer. El crecimiento de la especie humana a diferencia de las demás, se manifiesta de manera ininterrumpida y permanente desde el punto de vista psico-social y no biológico, que finaliza en un momento dado al alcanzar el máximo desarrollo de su fisiología y morfología orgánica. Se la podría definir como la plenitud vital al que arriban los seres vivos en un momento dado de su existencia, siendo variable según las especies biológicas. En muchas, este estado aparece temprano y, en otras, más tarde. El período de crecimiento y desarrollo se prolonga considerablemente en la especie humana y, a diferencia de las demás, se desenvuelven en etapas sucesivas, en forma prelativa hasta alcanzar progresivamente la adultez.
Por lo general los autores que se dedican a estudiar Andragogía aceptan como características del adulto, entre otras, las siguientes: Persona capaz de: procrear, de asumir con entereza responsabilidades en torno a ciertos asuntos inherentes a la vida social y de tomar decisiones con plena libertad.
- Papalia y Olds (1997), consideran que la edad del adulto se extiende a partir de los veinte (20) años y establecen tres (3) tipos de adultez: (1) Edad Adulta Temprana (entre los 20 y 40 años), (2) Edad Adulta Intermedia (de los 40 a los 65 años) y (3) Edad Adulta Tardía (después de los 65 años de edad), siendo ésta la última fase de la vida de la persona.
Todo lo expresado permite afirmar que, hasta el presente, no ha existido acuerdo entre lo investigadores cuando han tenido que definir al adulto y asignarles las edades correspondientes a sus diferentes etapas vitales. Para efectos del presente trabajo, se considera adulto a todo individuo de dieciocho (18) o más años de edad, independientemente del lapso de vida en el que se encuentre.
(2) Andragogía
- La Andragogía es la ciencia y el arte que, siendo parte de la Antropogogía y estando inmersa en la Educación Permanente, se desarrolla a través de una praxis fundamentada en los principios de Participación y Horizontalidad; cuyo proceso, al ser orientado con características sinérgicas por el Facilitador del aprendizaje, permite incrementar el pensamiento, la autogestión, la calidad de vida y la creatividad del Participante adulto, con el propósito de proporcionarle una oportunidad para que logre su autorrealización. (Alcalá, 1997)
Aunque la definición anterior está referida al adulto sin especificar límites de edad, con frecuencia se suele admitir que la Acción Andragógica abarca el lapso de vida del individuo desde los dieciocho (18) años hasta el último momento de su edad más tardía. En lo sucesivo, en este escrito, se considerará como Adulto Participante a toda persona que, en situación de aprendizaje, tenga cualquier edad comprendida en el lapso de vida mencionado.
(3) Praxis Andragógica
El autor de este trabajo, la define como:
- Un conjunto de acciones, actividades y tareas que al ser administradas aplicando principios y estrategias andragógicas adecuadas, sea posible facilitar el proceso de aprendizaje en el adulto. (Alcalá, 2.000)
La Andragogía proporciona la oportunidad para que el adulto que decide aprender, participe activamente en su propio aprendizaje e intervenga en la planificación, programación, realización y evaluación de las actividades educativas en condiciones de igualdad con sus compañeros, participantes y con el facilitador; lo anterior, conjuntamente con un ambiente de aprendizaje adecuado, determinan lo que podría llamarse una buena praxis andragógica.
(4) Horizontalidad
- Puede entenderse como una relación entre iguales y más explícitamente como una relación compartida de actitudes y de compromisos hacia logros y resultados exitosos. Es una relación entre iguales que se entienden mutuamente, con una comprensión y un entendimiento que generan compromiso por metas comunes y objetivos individuales que no son vistos como "del otro" o "ajenos", sino propios, míos o nuestros. Por los cuales un individuo va a trabajar y ayudar a que "el otro" llegue hasta donde sus potencialidades se lo permitan. Del mismo modo y al mismo tiempo él logrará llegar. Por esta horizontalidad los participantes sea cual sea su rol, estarán en mayor capacidad de interpretar y respetar el autoconcepto que cada uno tiene de sí mismo. (Torres P.; Fermín I. y otros, 1994).
(5) Participación
- La participación es entrega. La participación debemos entenderla como la acción de tomar decisiones en conjunto o tomar parte con otros en la ejecución de una tarea determinada. La participación es el acto de compartir algo: es un dar y recibir, involucrarse en un proyecto común. Es buscar explicaciones a los indicios de temor, desconfianza, incomunicación, competencia. Revisar con frecuencia las metas, adaptarlas o cambiarlas. Es oír sugestiones, compartir liderazgo, tomar en cuenta motivaciones y capacidades personales; es aportar. (Adam, F. 1987)
Los principios de horizontalidad y participación son los fundamentos de mayor relevancia de la praxis andragógica.
La horizontalidad se fundamenta en el hecho de que tanto el facilitador como el participante poseen, entre otros aspectos, adultez y experiencia, factores tales que al interactuar con criterio andragógico contribuyen a propiciar acciones relevantes para un aprendizaje efectivo.
La participación permite asegurar que cuando el grupo de participantes, debidamente motivado, emprende una actividad, ésta resulta más fácil si en la misma intervienen activamente todos sus miembros. Al finalizarla queda la satisfacción de que el éxito y los beneficios logrados constituyen el producto de un trabajo en equipo.
(6) Envejecimiento
- Transformación continua, durante toda la vida, de un organismo (biomorfosis). La rama de la ciencia que se ocupa del proceso del envejecimiento se denomina gerontología, mientras que la geriatría constituye la medicina de la vejez. La vejez es hereditaria; la longevidad materna y paterna conlleva una edad alta de los descendientes. No existe ninguna medida absoluta de envejecimiento biológico, ya que los órganos del cuerpo envejecen cada uno de forma diferente. (Visor, 1999).
- Fernández Ballestros, Fresneda y otros (1999), opinan: En realidad, el proceso de envejecimiento empieza cuando se inicia la vida, de forma tal que no hay vida orgánica sin envejecimiento. Así, podría decirse que el envejecimiento es vida y vivir conlleva, necesariamente, envejecimiento. A lo largo de ese proceso se producen unos patrones de cambio y de estabilidad así como de desarrollo y declive.
(7) ¿Qué es un viejo?
La mejor respuesta a esta pregunta se encuentra en el libro Creatividad en la Tercera Edad (1998):
- La palabra latina vetus (relacionada con la griega etos=año) significa añejo, de años; y en una etapa posterior se refirió a los muchos años. Parienta próxima suya es la palabra vetusto.
- Anciano, viene de antianus, y ésta de ante (como Martianus viene de Marte). Significa, pues, "el de antes", "la persona de antes".
- Otra palabra latina es senex, de donde derivan senetud, senado y señor. Señor traduce la forma senior, que la lengua inglesa aún conserva.
- En griego, guérontes significaba por igual los ancianos o los jefes o el senado. El adjetivo gueraios quiere decir venerable, y el verbo guerairein quiere decir honrar.
- También en griego, presbytes sigificaba viejo. De esta palabra derivan presbicia y presbítero.
Actualmente existe una fuerte tendencia a devaluar la vejez, lo cual ha determinado el surgimiento y uso frecuente de varios eufemismos para referirse a ella sin nombrarla tales como: la tercera edad, los viejitos, la edad de la fruición, los años dorados, el otoño, los abuelos.
En este documento escrito se utilizan, preferentemente, las expresiones: Adultos de la tercera Edad o Adultos de Edad Avanzada.
(8) Personas de Edad Avanzada
- Las personas de edad avanzada o de la tercera edad, constituyen un grupo diverso muy complejo, cada vez con mayor cantidad de miembros, con fortalezas y debilidades individuales, con un gigantesco inventario de experiencias, con su propio carácter especial, con sus tareas específicas de desarrollo y con muchas y variadas oportunidades para continuar su crecimiento educativo, psicológico y social.
- En el presente estudio, las personas de la tercera edad o de edad avanzada, estarán conformadas por adultos sanos desde sesenta (60) hasta ochenta (80) años de edad.
(9) Tasas de Mortalidad
- El aumento relevante en la expectativa de vida a partir de comienzos del siglo XX, evidencia una notable disminución en la tasa de mortalidad; paralelamente se han manifestado cambios ocurridos en las más importantes causas de muerte. Han ocurrido menos muertes en tiempos próximos al nacimiento y como resultado de enfermedades infecciosas, y una mayor cantidad de defunciones debidas a ciertas condiciones de salud relacionadas con la edad.
- Las enfermedades del corazón continúan siendo, la primera causa de muertes de personas de más de sesenta y cinco (65) años. Otras causas de muerte en personas de edad avanzada son: cáncer (22%), y apoplejía (10%), seguidos por neumonía, influenza, diabetes, accidentes, ateroesclerosis, enfermedades del riñón, infecciones bacteriológicas y septicemia. Las muertes debidas a enfermedades del corazón y apoplejía han descendido en los últimos cuarenta (40) años pero las defunciones ocasionadas por el cáncer han aumentado considerablemente.
- Los investigadores del área de la salud han determinado que si los avances de las ciencias médicas lograran eliminar el cáncer como una causa de muerte, es bastante probable que el promedio de vida aumentaría en dos (2) años; pero si fuera posible evitar las muertes ocasionadas por las enfermedades del corazón, se sumarían cinco (5) años a la esperanza de vida de las personas de edad avanzada.
3. Algunos Cambios Físicos y Mentales en los Adultos de Edad Avanzada
(1) Visión
- La presbicia, entendida como la dificultad que tiene una persona para ver las cosas de cerca, se puede corregir usando anteojos o lentes de contacto; de esta manera, la mayoría de las personas de la tercera edad que padecen esta enfermedad, pueden ver bien.
- Una gran cantidad de adultos de edad avanzada tienen problemas para ver claramente niveles de profundidad y el color. Algunos presentan serias dificultades para leer escritos con letras muy pequeñas o muy grandes, ejecutar tareas cerca de los ojos, seleccionar objetos y comprar alimentos.
- Conducir automóviles es muy riesgoso, especialmente en la noche, debido a que los ojos de las personas de edad avanzada no pueden adaptarse bien a la luz deficiente o tenue, son bastante sensibles a la luz directa e intensa, y tienen mucha dificultad para situar y leer señales de tránsito. Además de los problemas mencionados, los trastornos de la visión pueden causar accidentes dentro y fuera del hogar.
(2) Audición
- Dificultad progresiva para oír bien.
- Limitación para escuchar una conversación cuando hay ruidos.
- Aunque muchas personas oyen perfectamente bien durante toda su vida, la mayoría inicia la pérdida de la función auditiva de manera gradual a partir de los veinte (20) años. La disminución de la capacidad auditiva normal comienza con las frecuencias más altas y, a los sesenta y cinco (65) años también se afectan las frecuencias más bajas.
Existen varias soluciones efectivas a los problemas de audición que presentan muchos adultos de la tercera edad lo cual facilita el proceso orientación-aprendizaje de este importante sector social.
(3) Fortaleza
- Las personas de la tercera edad son capaces de hacer la mayoría de las actividades que realizan las de mucho menos edad, pero las llevan a cabo con bastante lentitud. Por lo general, estos adultos tienen menos fortaleza que la que tenían en su juventud; en consecuencia, presentan dificultades para hacer tareas que requieren resistencia. Estos problemas pueden superarse con un adecuado entrenamiento físico.
(4) Esqueleto y Músculos
- Se encorva la columna vertebral.
- Disminuye la estatura.
- Las funciones musculares se deterioran en proporción mayor cuanto menor haya sido la actividad física desarrollada en edades anteriores.
(5) Sistema Nervioso
- Alrededor de los treinticinco (35) años mueren diariamente miles de los varios millones de neuronas que tienen los seres humanos.
- La muerte de tantas células corticales determina un deterioro de los reflejos y torpeza al ejecutar los movimientos propios del cuerpo.
- Este fenómeno produce una disminución de oxígeno cerebral.
(6) Memoria
- Aunque en la edad avanzada la función más afectada es la memoria de lo ocurrido recientemente, existe una compensación efectiva basada en una actitud serena y una adecuada capacidad de juicio.
Si las enfermedades mentales se tratan a tiempo y adecuadamente, es muy probable una mejoría significativa de los pacientes.
4. Principales Aspectos de los Adultos de Edad Avanzada que favorecen su Proceso de Aprendizaje
- Por lo general el adulto de edad avanzada tiene una actitud muy abierta en su relación con las personas. La cooperación, los deseos de participar, la aceptación de los demás, las actividades de relación y la creatividad solidaria, son factores de mucha importancia para lograr un aprendizaje andragógico.
- El concepto de libertad en el adulto de la tercera edad se expresa como la capacidad de asumir sus propios condicionamientos. Las aptitudes para corresponder, apreciar, respetar y estimar se fundamentan en la comunicación de aquel que queriéndose a si mismo quiere al otro. Sentirse libre facilita la praxis andragógica.
- La creatividad consiste en combinar y transformar elementos para producir algo novedoso. Las personas de la tercera edad suelen tener un rico inventario que les permiten ser creativos en historia, psicología, política, educación, arte y ciencia.
- Las grandes organizaciones se administran con experiencia, reflexión, prestigio, equidad, juicio y sindéresis; estas cualidades se acrecientan en la edad avanzada; las características mencionadas permiten a esos adultos, además de desempeñarse como buenos gerentes, ser exitosos en actividades relacionadas con su crecimiento educacional.
5. Lineamientos Sugeridos para la Praxis Andragógica con Adultos de Edad Avanzada
- El facilitador de adultos debe tener en cuenta que no se aprovecha, ni se memoriza, ni se aprende igual cuando se está desmotivado, aburrido, desinteresado o indiferente a cuando se permanece bastante activo o dinamizado mental, intelectual, corporal y emocionalmente durante el proceso orientación-aprendizaje.
l En la praxis andragógica, el facilitador deja de ser la figura central del proceso de aprendizaje; a tal efecto, destierra la jerarquía lineal y rígida a la que el estudiante está acostumbrado para pasar a desempeñar un nivel compartido con el adulto de edad avanzada en situación de aprendizaje, interacción que debe caracterizarse por ser motivante, intercambiable y dinámica.
l El facilitador del aprendizaje de adultos de la tercera edad, debe saber que las investigaciones científicas más recientes han determinado que las personas pueden retener cerca del 98% de sus capacidades mentales hasta los 80 años siempre y cuando en ellas no existan deterioros físicos. Los estudios también demuestran que los apoyos y estímulos pueden impulsar el desarrollo continuado en los adultos de edad avanzada.
l El andragogo que labora con adultos de edad avanzada, debe tener presente que en la vejez existe una diversidad muy marcada en lo que respecta a los diferentes aspectos de su comportamiento (curiosidad, cortesía, memoria, atención, timidez, espontaneidad y extraversión). Esto permite afirmar que a medida que envejecen, los seres humanos son muy diferentes entre sí. Existen infinidad de personas que mantienen sus capacidades funcionales, su vigor físico y sus capacidades intelectuales hasta edades muy avanzadas de su vida en contraposición a muchas otras que se recluyen en sus casas y presentan enfermedades severas, como la demencia y el mal de Parkinson.
l Ayude al participante a utilizar su memoria con mayor provecho. Por ejemplo: presente información útil para el aprendizaje haciendo uso de medios diferentes: escrito, hablado, radioeléctrico, televisivo y electrónico, entre otros. Tenga mucha paciencia e infórmese adecuadamente con relación a los lapsos de memorización de las personas de edad avanzada.
l Amplíe su dossier de conocimientos en función de la experiencia de la persona de edad avanzada especialmente en lo que se refiere a lo aprendido durante su vida, su sabiduría, sus vivencias y su vasto caudal de recuerdos. Todo esto ayuda a mejorar la praxis andragógica correspondiente.
l El facilitador del aprendizaje, además de ser experto en su área, debe tener sólidas competencias para acercarse, comunicarse, aproximarse, llegar y contactar a su complejo auditorio a fin de cautivarlo, entusiasmarlo y estimularlo para que sea capaz de procesar y perfeccionar lo que se le transmite, en aprendizaje real, pertinente, efectivo y de utilidad inmediata, para que mejore métodos, aptitudes, destrezas, actividades, tareas, hábitos, habilidades y competencias.
l El andragogo es mejor facilitador del aprendizaje, cuando planifica y ejecuta actividades interesantes, pertinentes y oportunas que garanticen al adulto que aprende sentirse atendido integralmente y que pueda percibir claramente que su participación en las diferentes tareas está en función de intereses, necesidades y deseos tanto de su persona como las del resto de grupo que lo acompaña.
l El facilitador debe garantizar un ambiente acogedor, humanizado y estimulante; para éllo, se ocupará de organizar físicamente el lugar donde se realizarán las actividades de aprendizaje para que resulte atractivo, motivante, inspirador, agradable, con espacio suficiente para que los participantes interactúen, tengan libertad de ubicación y puedan desplazarse cuando lo deseen. Además de lo mencionado, son necesarias condiciones adecuadas de iluminación, ventilación y ubicación alejada de ruidos molestos.
l El facilitador del aprendizaje en el adulto de la tercera edad debe proporcionar soluciones a situaciones que puedan conducir al grupo:
- A tener temor de emprender una actividad.
- A evidenciar dudas frecuentes para tomar decisiones trascendentes.
- Al frecuente verbalismo de un integrante del grupo que intenta callar al participante tímido.
- A crear permanente desconfianza ante la colaboración que pueda prestar cualquier participante.
- A que cualquiera del grupo intente sobresalir con prepotencia para tratar de minimizar las acciones relevantes de los otros participantes.
l La experiencia acumulada por el adulto le permite a éste construir las formas con las cuales se enfrentará a la nueva experiencia; para éllo, primero selecciona la información y luego procede a determinar conceptos, aplicaciones, significados, valores, aptitudes, estrategias y destrezas que sean las más adecuadas a sus intereses inmediatos. El facilitador debe saber esto para lograr un aprendizaje eficiente y productivo.
l Algunas veces la experiencia pasada del adulto puede presentarle problemas al tratar de relacionarla con el nuevo aprendizaje. Muchos no perciben las conexiones entre las experiencias pasadas y las situaciones actuales; para ellos, sólo muy pocos aspectos del pasado son relevantes. En estos casos, el adulto aprendiz necesitará que el facilitador haga uso de medios audiovisuales, comparaciones, experiencias pertinentes, analogías y simulaciones, para que el aprendizaje pasado pueda tener mayor importancia en su quehacer educacional.
l El andragogo que labora con adultos de la tercera edad, debe crear conjuntamente con sus participantes en el proceso de aprendizaje, experiencias que permitan solidificar e incrementar la sinergia, la cooperación, el apoyo mutuo, el interés en lo que se hace, el trabajo en grupo y la innovación como metas importantes para el logro de una sana y efectiva competitividad.
l El andragogo de adultos de edad avanzada debe tener muy claro el hecho de que, aunque existen algunos aspectos comunes en la experiencia humana, cada persona es un ser individual, y que la individualidad aparece más acentuada en los años más tardíos de la vida.
6. Conclusiones y recomendaciones
- En la era actual se está observando un fenómeno demográfico único en la historia de la humanidad, ocasionado por el conjunto de personas con edades comprendidas entre los 60 y 80 años denominado de la Tercera Edad, o Edad Avanzada, que está experimentando un aumento numérico nunca antes registrado en los anales de la dinámica poblacional mundial.
- Lo expresado en este trabajo, debe tenerse en cuenta para entender y considerar, con interés y gran responsabilidad, que los adultos de edad avanzada no son un insignificante estrato marginal de la sociedad, sino que constituyen un grupo social muy relevante que requiere con urgencia investigarse, planificarse, atenderse y educarse.
- El desarrollo físico del hombre llega a su máximo aproximadamente a la edad de treinta (30) años, pero el crecimiento de la mente humana parece no tener límites. Muchos adultos de la tercera edad cambian cada vez más sus empleos y profesiones y continúan progresando de muchas maneras especialmente cuando reingresan al sistema educativo.
- Cada adulto de edad avanzada en situación de aprendizaje reingresa al proceso educativo con un modelo propio y preciso de la realidad, pero también trae, conjuntamente, intereses, necesidades, inquietudes, objetivos y metas personales.
- Las estrategias de aprendizaje dirigidas a participantes adultos de la tercera edad, deben ser compatibles con la realidad del grupo y han de ser aplicadas adecuadamente con el propósito de promover la actividad creadora y experiencial de los participantes para consolidar sus intereses, objetivos y metas.
- Muchos educadores piensan que todo lo que van a hacer en la actividad docente consiste en impartir información, presentarse como un modelo a seguir por los participantes o de capacitar personas para ejercer ciertas funciones en la sociedad. Tales profesionales no tienen una clara distinción entre el aprendizaje y las funciones de orientación, facilitación y consejería; esto significa que se espera que los educadores de adultos de la tercera edad deberían manifestar un interés activo, una acción permanente y un intercambio inteligente en las vidas de las personas con las cuales interactúan andragógiamente.
- El aprendizaje del adulto de edad avanzada, constituye un aspecto fundamental y continuo de su conducta que absorbe los más importantes rangos de la experiencia humana y los principales grupos de la sociedad. Guarda correspondencia con experiencias de aprendizaje sistemáticas, organizadas y secuenciales que han sido planificadas y programadas con la finalidad de satisfacer necesidades e intereses, de aquellos adultos a los que se ha hecho referencia.
- Contrariamente a lo que la gente cree, la edad avanzada no necesariamente es sinónimo de enfermedad. Es innegable que muchos ancianos padecen de males crónicos tales como el cáncer, la artritis, y las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Pero son pocos los que, aun cuando se benefician de los avances de la ciencia médica moderna, se hallan totalmente incapacitados antes de los ochenta (80) años de edad. Los investigadores en el campo de la geriatría, han comprobado que la mayoría de las personas de la tercera edad se mantienen activos, a pesar de sus dolencias.
- La jubilación puede ayudar, a las personas que han estado desempeñando una profesión, a entender que aún pueden tener otras ocupaciones. En estos casos, es muy importante considerar la educación como un proceso que dura toda la vida. Los cursos de entrenamiento y actualización, las Universidades Abiertas, la Andragogía, y las Universidades de la Tercera Edad deben satisfacer estas necesidades.
- Sería muy conveniente que los andragogos que laboran con adultos de edad avanzada, tengan conocimientos relacionados con las siguientes disciplinas: Geriatría, Gerontología, Sociología de la Vejez y Psicología de la Vejez.
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Resumen
Actualmente, científicos, ingenieros, médicos, psicólogos, economistas, políticos, sociólogos, trabajadores sociales, entidades bancarias, compañías de seguros y medios de comunicación de masas, entre otros sectores de la sociedad, están muy interesados en el estudio del fenómeno de la vejez. Este significativo interés, cada vez mayor a nivel planetario, probablemente surge como una de las posibles respuestas a las múltiples consecuencias, de diversa índole, que origina la creciente problemática del envejecimiento de la población mundial. La educación, dentro de su ámbito de acción, no ha sido insensible ante la situación planteada y es por ello que muchos facilitadores, a través de actividades y estrategias propias de la Andragogía, han venido administrando, desde hace varias décadas, el proceso orientación-aprendizaje al adulto en cualquier etapa de su vida. El objetivo de este artículo es presentar un conjunto de lineamientos, fundamentados en teorías, revisión bibliográfica pertinente y experiencias personales del Autor, que permitan caracterizar la praxis andragógica en personas de edad avanzada, las cuales, para efectos de este estudio, son aquellos adultos en situación de aprendizaje cuyas edades oscilan entre sesenta (60) y ochenta (80) años.
Autor:
Adolfo Alcalá Ingeniero Civil y Doctor en Andragogía.