Aportes a la construcción medial de ciudadanos informados (página 2)
Enviado por Marco Herrera Campos
Todas estas preguntas tienen un denominador común: ¿qué tan humana es la sociedad chilena representada en la televisión? ¿Cuáles son los valores de la sociedad que vemos por televisión? Aquí no se discute la función social de la televisión en el marco legal chileno; sin embargo, sí nos preguntamos por el mundo que nos enseña, en tanto es el medio de comunicación que con mayor frecuencia cumple el rol de ser el intermediario entre el individuo y la sociedad.
La imposición en nuestro país de un modelo de libre mercado no sólo ha tenido efectos en el campo económico, social y político, sino que también en el campo cultural y en las comunicaciones. La aplicación de la "mano invisible del mercado" sobre los procesos de comunicación ha tenido como resultado el desplazamiento de lo social para dar paso irrefrenable a la mentalidad de los negocios, el pensamiento de la ganancia ilimitada, el deseo del lucro, la ambición sin límite, el pragmatismo económico a costa de lo que sea y la ideología de la posesión material como sentido de la vida, por encima de otros valores necesarios para la sociedad.
Tal como sostiene Javier Esteinou Madrid, investigador del Departamento de Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, los canales de difusión electrónicos gobernados por los principios del mercado han tendido a construir una atmósfera de desperdicio cultural al producir una cultura de la frivolidad, una cultura del hiperconsumo, una cultura de la novedad, una cultura de la transnacionalización, una cultura light , una cultura del chisme, una cultura del espectáculo, una cultura del Star System , una cultura del show, etc, que es altamente rentable a corto plazo, pero que lleva a despilfarrar la enorme energía humana que existe en los países para enfrentar los grandes problemas de crecimiento y de sobrevivencia humana.
Con el triunfo del modelo de comunicación-mercado, Javier Esteinou sostiene que, desde 1990 a la fecha, las principales cadenas de televisión, no sólo de México sino que de toda Latinoamérica, se han visto invadidas por una serie de programas calificados como "modernos", "avanzados" y "abiertos" que han impulsado desmedidamente la violencia, el amarillismo, el morbo, el exhibicionismo grotesco, la invasión de la privacidad, el sensacionalismo y la vulgaridad, con el único objetivo de conquistar audiencias y potenciales consumidores para sus auspiciadores.
El investigador mexicano asegura que junto con esta nueva mentalidad televisiva han surgido tres modelos de televisión: la "Televisión Vampiro", que para generar ratings recurre a seriales y películas altamente violentas y sádicas; la "Televisión de Lavadero", que se basa en el género de Talk Show , exhibiendo a las personas como mercancías, para lo cual se acude a la difusión pública de la vida privada, de los conflictos personales y crisis familiares, sobre todo, de personas de estrato popular; y el modelo de "Televisión Intrusiva", al estilo de los programas "Gran Hermano", donde el postulado es que la vida privada ya no debe existir como vida íntima, de esta manera, la intrusividad se convierte en norma social y en espectáculo.
Está claro que en la televisión chilena, en los últimos años, se ha impuesto el modelo social del individualismo por sobre las relaciones solidarias. El dinero como base del reconocimiento social, y la "cultura del narcisismo" como nuevo impulsor de conductas valoradas. Es la cultura del espectáculo devenida en farándula. Al respecto, Guy Debord sostiene, pasados ya veinte años de la publicación de su libro La Sociedad del Espectáculo, la idea de que el espectáculo moderno es esencialmente el dominio autocrático de la economía mercantil que alcanzó un estatus de soberanía irresponsable. De ahí que bajo su dominio se vaya constituyendo una política-espectáculo, una justicia-espectáculo, una medicina-espectáculo y otros excesos de los medios de comunicación. De esta manera, el espectáculo no es otra cosa que el exceso de los mass media .
Debord precisa que el espectáculo se ha mezclado con toda la realidad por efecto de irradiación. Valga esta extensa cita del autor para comprender el fenómeno que afecta también a nuestra televisión:
"En esta integración basada en el recurso de la falsificación, el gobierno del espectáculo falsifica la producción y la percepción, haciéndose, por ejemplo, dueño de los recuerdos y del porvenir a través de la exhibición de los proyectos. En ese contexto se explica un aparente fin de la división del trabajo que coincide con la desaparición de toda competencia verdadera: un panadero expone sus preferencias literarias, un actor se mete a gobernar, en fin, cada cual puede salir en el espectáculo para entregarse (o integrarse) en público. Allí la posesión de un estatus mediático adquiriere una importancia infinitamente mayor que aquello que uno ha sido capaz de hacer realmente".
Otro rasgo característico de nuestra televisión se puede visualizar al analizar los programas llamados "Reality Show". Fanny Titium, en su artículo "El reality, fenómeno mediático", sostiene que son fenómenos destacables que se vinculan con la tendencia hacia la espectacularidad a partir de la exhibición de contenidos que poseen algún nivel notorio de agresividad: exhibicionismo (sin pudor de la intimidad, en un contexto racional, reglas de los juegos, competencias, concursos donde "todo vale'), voyerismo (cuando la realidad supera a la ficción el televidente se emociona), vigilancia y sumisión (contrapartida: control en los programas de concurso).
Cuando se analizan los temas abordados, no sólo notamos ciertas recurrencias, sino también dos fenómenos asociados: recurso espectacular de lo cotidiano (a través de la emoción que evoca ver a otro emocionarse -fenómeno inmediatista) y la lejanía de un cotidiano social -fenómeno de distanciamiento respecto de lo que no está presente o a la mano de las propias emociones.
En esta rápida revisión de algunos contenidos de la televisión chilena se puede deducir que hay una pérdida del carácter ciudadano frente a la emergencia del consumidor de televisión, fundado en el principio cada vez menos supuesto y más real de que lo que no circula por la televisión no existe.
Investigación de áreas temáticas
Lo que se propone en este trabajo es la selección e investigación de áreas temáticas que puedan contribuir al ejercicio de una ciudadanía plena. La idea que subyace a la selección es la definición de ámbitos en torno a los cuales los medios, y la televisión en particular, representan ciertos contenidos, a nuestro entender clave para la constitución de un público integrado por ciudadanos de pleno derecho, informados, conscientes y activos en el respeto de sus derechos.
En este sentido, los criterios para la delimitación de las áreas temáticas de contenidos que deberían ser abordadas en una investigación de este tipo, corresponderían a las siguientes premisas:
-Temas que favorecen la autoconciencia ciudadana a través de la información, conocimiento y sensibilización.
-Temas que promueven la difusión de contenidos imprescindibles y útiles para el ejercicio de los derechos.
-Temas que sean abordables desde la perspectiva de un modelo de intervención que propicia una sociedad integrada por individuos autovalentes y activos -participativos – con iniciativa.
-Temas que dicen relación con los intereses públicos por excelencia, en atención a que la televisión es el medio más masivo.
-Temas susceptibles de ser abordados con alto nivel de pertinencia por la televisión, a nivel de formato, facilidad de exposición – comprensión pública, lo que los convierte en temáticas especialmente apropiadas para ser tratadas en televisión.
-Temas que permitan la exhibición de alternativas, de diversidad de enfoques interpretativos, con pluralidad de puntos de vista, situaciones que cotidianamente favorecen la discusión, el respeto y la tolerancia.
Definición de las áreas temáticas de análisis
• Derechos ciudadanos:
Más allá del énfasis empresarial que hoy caracteriza a nuestra industria mediática, el negocio de la televisión sigue fundándose en la oportunidad privilegiada que ofrece de informar, educar y entretener, aun cuando el orden de prioridades sea discutible. Estas "promesas' constituyen la oferta y paradojalmente, es precisamente en ellas donde radica el rol social de la institución.
Cabe preguntarse entonces por la presencia y características en las transmisiones televisivas de las representaciones de ciudadanía, desde la perspectiva de sus derechos. ¿Cuáles son los derechos representados? ¿Cuál es la presencia de los derechos humanos en los contenidos televisivos? ¿Con qué perspectiva son abordados: divulgación de la legalidad, situaciones de transgresión a la misma, conflictos civiles individuales, respeto a la diversidad, promoción de la conciencia ciudadana, apoyo asistencial?
Dada la preeminencia de los espacios de entretención en las parrillas de programación, la investigación no sólo debería abordar espacios informativos o de "utilidad pública', sino también espacios de ficción y variedad de factura nacional.
b) Políticas públicas:
La difusión de las políticas públicas es una responsabilidad reconocida por los canales de televisión, siendo de vital importancia para la participación ciudadana, la valoración de la política y del ejercicio de la misma. Si no se realizan programas que permitan comprender lo que está en juego en las decisiones del gobierno, del parlamento y del mundo empresarial, el ciudadano no dispondrá de las informaciones necesarias para crear sus propias opiniones respecto del quehacer gubernamental que le atañe directamente.
Una ciudadanía que no cuenta con las informaciones suficientes acerca de las decisiones, políticas, proyectos y leyes que regulan los aspectos centrales y límites de su convivencia, se distanciará de las decisiones políticas, lo que contribuye, por una parte a debilitar la imagen de las instituciones democráticas y, por otra, a perder el derecho que posee a controlar y participar de las propuestas de sus representados.
Poco se sabe acerca de las políticas públicas, los foros, debates y documentales que aproximen el quehacer de las autoridades y que permitan sentirse involucrados a los ciudadanos. En esta perspectiva se debería estudiar qué representación de las políticas públicas construye hoy la televisión, indagando acerca de qué tipo de políticas tienen espacio en sus contenidos, cuál es el enfoque con que son abordados: adecuación y nivel de profundidad de la información manifiesta, la presencia de un enfoque positivo, de crítica o denuncia sobre sus aplicaciones y el tipo de orientación de la acción del ciudadano que promueve: favorecedor de la autonomía o del asistencialismo.
La elección de los dos temas siguientes constituiría dos entradas complementarias al análisis en la perspectiva de un ciudadano con responsabilidad en la construcción de su democracia.
Por una parte, entendemos que la creación artística es fundamental en la formación de una opinión pública atenta y conocedora de los procesos de creación en una perspectiva de diversidad cultural. Además, estudiar la forma en que ha sido abordada por la televisión un tema del dominio de las políticas públicas, donde el respeto de derechos fundamentales es probablemente la razón de ser de su preponderancia, y para el que las experiencias internacionales ofrecen distintas perspectivas.
c) Valoración de la creación artística y literaria:
Tanto la legislación vigente en nuestro país, como la propia dirección de los canales de televisión abierta reconocen como uno de sus deberes ofrecer programas culturales y artísticos dirigidos a públicos que, o no tienen acceso a la televisión pagada, o bien esperan encontrar en la televisión libre contenidos acerca del quehacer artístico. En su condición de espacio compartido de la escena nacional, le corresponde apoyar la creación dando a conocer la literatura y las manifestaciones musicales, teatrales y pictóricas tanto chilenas como extranjeras.
Es necesario preguntarse por el espacio que la televisión le otorga a la creación artística y literaria en la perspectiva de establecer cuál es la valoración que posee para el medio, a través del análisis de lo que ofrece en términos de horas de programación, ámbitos de la creación abordados, existencia de espacios destinados específicamente a esta divulgación y características de la exhibición en términos de dar cuenta de qué contenidos se divulgan respecto del arte, la literatura y sus creadores.
d) Seguridad Ciudadana:
Los temas relativos al crimen y la delincuencia ocupan un lugar preponderante en la programación tanto de noticieros como de otros formatos.
En una investigación de áreas temáticas es urgente preguntarse qué caracteriza la representación social de lo que se ha llamado "seguridad ciudadana', a qué contenidos está asociado el tratamiento de este tema, qué contenidos están fuera, dónde está puesto el acento: en las causas o más bien en las consecuencias de la inseguridad – seguridad ciudadana, cuál es la presencia de contenidos como la ley, penalidades, la preponderancia del miedo y las medidas de resguardo. ¿Existe heterogeneidad en el discurso en torno a este tema o es más bien unívoco?
Conclusión
El área de las comunicaciones, sobre todo audiovisual, es una de las de mayor expansión económica y de alta penetración socio-cultural en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Para muestra, un solo ejemplo, las horas que pasa un escolar latinoamericano frente a una pantalla muchas veces supera las horas que pasa en una aula escolar.
Para la consolidación de la convivencia democrática en nuestros países se hace necesario velar por la calidad de los mensajes que emite la televisión. Una propuesta de investigación para evaluar la calidad de los contenidos televisivos sería el análisis de contenido de cuatro temas considerados como representativos a la hora de aportar a la construcción de ciudadanos informados, opinantes y capaces de tomar decisiones de interés público: derechos ciudadanos, políticas públicas, creación artística y seguridad ciudadana.
Referencias bibliográficas
ESTEINOU MADRID, Javier (2004): "Los medios de comunicación y el triunfo de la cultura idiota", en Revista Información Pública, Vol. II, Nº 1, Escuela de Periodismo, Universidad Santo Tomás.
DEBORD, Guy (1999): La sociedad del espectáculo, Valencia, Pretextos.
FUENZALIDA, V (1997): "Televisión y cultura cotidiana, la influencia de la televisión percibida desde la cultura cotidiana de la audiencia", Santiago, Ediciones CPU.
SUNKEL, Guillermo y Esteban Geoffroy (2001 ): Concentración económica en los medios de comunicación . Santiago, LOM.
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ESTEINOU MADRID, Javier: Los medios de comunicación y el triunfo de la cultura idiota, en Revista Información Pública Vol. II, Nº 1, Escuela de Periodismo, Universidad Santo Tomás, Junio 2004, pp.110.
DEBORD, Guy: La sociedad del espectáculo , Pretextos, Valencia, 1999.
Autor:
Marco Herrera Campos
Periodista
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