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Curso fundamental de Cristología (página 2)


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Los testimonios cristianos son principalmente los 27 escritos del Nuevo Testamento, son un conjunto de libros que contiene el anuncio del mensaje de la fe, hay muchos datos históricos, más que en el resto de los libros no cristianos. Otros son los apócrifos que cuentan la historia con la exageración maravillosa.

A continuación estudia el ambiente político, social, económico y religioso en que vivió Jesús para comprender mejor el contexto, su mensaje, las incomprensiones y motivaciones. Jesús se dirige a la totalidad de Israel, asume lo mejor de la fe y tradición de Israel e inaugura una nueva continuidad con el Antiguo Testamento.

Hace ese análisis para después estudiar como era la persona de Jesús a través del estudio de sus palabras, su estilo y sus actitudes. Las formas de expresarse de Jesús son frases cortas, lógicas, evidentes, profundas, irónicas, punzantes, críticas y duras. Transmite un interés por las personas, lo que se quiere es que comprenda quién es y lo que se pide de él, hacerle salir de su reducido mundo, hacerle superar lo inmediato y que vea lo profundo de su vida y de su actuación. Muestra también un amor a la naturaleza y por todo lo natural, un gran respeto y se nota que Jesús ha sido un gran observador y admirador, usa muchos ejemplos en sus parábolas y sermones. Se reconocen estructuras de la expresión y cultura hebrea, con un ritmo poético, una poesía popular, musical y pedagógico. Tiene un fuerte sentido por lo concreto, por la historia, usa enigmas y género apocalíptico, muestra radicalidad y urgencia en su anuncio, es muy directo.

Al tener en cuenta las situaciones en que Jesús se encontró durante su vida se puede conocer algo más de su vida. Jesús es maestro, un buen pedagogo, popular por estar en contacto con toda clase de personas y enseña en toda ocasión, pero con autoridad. Tiene una personalidad muy fuerte, un profeta incómodo. Es compasivo, con gran poder de curación sobre enfermedades. Anda con gusto con los pecadores, pero también busca la soledad. Es un hombre religioso y no político. Todo su ser y su actuar está orientado y ordenado a hacer la voluntad del Padre. Según el autor lo más fundamental de su forma de ser es su libertad y su conciencia de la misión que tiene. Tiene conciencia de ser enviado para una misión ante todo Israel. Es una misión liberadora, salvadora. Esta misión es comprendida por Jesús como superior a la de los profetas y a la ley; es única, irrepetible y nace de su misma persona.

Una vez que se ha hecho este acercamiento el autor inicia el análisis sobre el mensaje de Jesús en sus predicaciones, para determinar sus contenidos y temas fundamentales. La predicación de Jesús del Reino de Dios es original expresión. El Reino viene para ser aceptado por las personas. Tiene sentido salvífico y un carácter escatológico. Es el fundamento de una nueva manera de comportarse. El Reino de Dios es inseparable de la Persona y obra de Jesús, la iglesia no se identifica con el Reino, pero es su signo. El reinado de Dios esta cruzado por tensiones, por paradojas: es un don que viene de Dios y contiene exigencias éticas: el hombre debe hacer algo para entrar en el reino. Es una llamada a la salvación que se realiza a través de un juicio. Está presente y es futuro; está viniendo y está entre nosotros. Es una llamada a la felicidad, pero que se realiza a través del dolor y del sufrimiento, a través de la aceptación de la cruz. Está en la iglesia y en el mundo, pero se distingue de ellos.

En cuanto a la imagen del Padre, el autor hace un estudio de la imagen de Dios en el Antiguo Testamento y concluye que es la imagen de Jesús, pero más profunda y clara. Dios para Jesús es su Padre, este es el cambio más significativo y trascendental, la definitiva superación de la imagen de Dios viene al confesar a Jesús como Hijo del Padre.

La proclamación de la Buena Noticia, la manifestación de que Dios se muestra en Jesucristo definitivamente a las personas, para acogerles, perdonarles y sanarles, para hacerles hijos en el Hijo, es el fundamento de la nueva imagen del hombre que aparece en el Nuevo Testamento. El que se adhiere a Jesucristo descubre los principios y "criterios fundamentales para obtener una visión integral del hombre". A la pregunta ¿Qué es el hombre? El Nuevo Testamento contestaría así: ser que decide, que cree, que se convierte, que ama, que ora, el verdadero es el pobre, es lo más cercano a Dios, Dios se muestra a mundo a través del hombre, la dignidad del hombre se manifiesta en tres planos: es Señor de toda la creación, es hermano de todos los hombres y es hijo de Dios por medio de Cristo.

El mandamiento nuevo que nos da Jesús en Jn 13, 34 "…que se amen unos a otros, como yo los he amado a ustedes…lo nuevo de este mandamiento está en la conexión entre el amor a Dios y amor al prójimo; la universalidad, la preferencia por lo más bajo y perdido y que es amor en Cristo. El mensaje de Jesús sobre la Iglesia pertenece a la integridad del mensaje, el fin del mensaje de Jesús consiste en implantar la Iglesia, sino visible del encuentro de los hombres con Dios.

Arias dedica una lección completa para estudiar los milagros de Jesús y los misterios de su vida como las tentaciones y la transfiguración. En el tema de los milagros se parte de las narraciones de los Evangelios, y declara que no se puede dudar de ellas, aunque se den diversas tendencias y cada evangelista tenga su propia visión, usan y género literario común en su época, pero la atribución a Jesús tiene un sentido teológico e histórico importante. Si hay algo verdaderamente histórico en los Evangelios es que Jesús tuvo fama de hacer cosas extraordinarias. Hasta las fuentes judías testimonian indirectamente esto. Al estudiarlos en conjunto se percata que son muchos milagros como para haberlos inventado, que muchos pertenecen a los estratos más antiguos de los evangelios, aunque también se concluye que los evangelistas no necesitaban los milagros para anunciar la Buena Noticia, sin milagros también hubiera podido predicarse la llegada del Reino de Dios en Jesucristo.

Conviene preguntarse por el sentido de los milagros, existe esa experiencia humana que asegura la existencia de hechos que no tienen explicación científica. Es necesario reconocer esta experiencia como un hecho que descubre algo verdadero. Los milagros en el Nuevo Testamento no son tanto signo de omnipotencia de Dios (medida en función de potencia o impotencia del hombre), como de la actitud de servicio de Dios para con lo que El ha creado. Los milagros son signos del amor de Dios. Así las acciones milagrosas de Jesús quieren manifestar: la misericordia de Dios para su creación enferma; la presencia en Jesús de esta fuerza divina; la eficacia de la palabra de Jesús; la anticipación de la salvación futura; la liberación integral de la humanidad; la victoria de Dios sobre el mal.

Hablando del tema de las tentaciones de Jesús al analizar la historicidad, parecen originarse en Jesús y referir de manera dramatizada lo que se dio en diversas oportunidades de su vida. Los textos de las tentaciones se refieren al camino de Jesús, que es el de la escucha, el de la obediencia y el de la dependencia al Padre. Las tentaciones manifiestan su verdadera humanidad, pero también el misterio que se esconde en su vida. Como verdadero hombre Jesús fue tentado, la tentación no significa pecado, Jesús es tentado desde fuera, no se da una inclinación interna a desviarse de la voluntad de su Padre. Las tentaciones manifiestan lo que en Jesús hay de divino, de Hijo de Dios.

La transfiguración, hay un relato común que expone una verdad en dos actos referente a Jesús y referente a la revelación del Padre. La narración manifiesta el camino a seguir por los discípulos y la divinidad de j. se dan en el camino a Jerusalén para fortalecer a los discípulos, siendo cierto que Jesús está lleno de gloria y de luz, siendo cierto que él es el profeta del Nuevo Testamento, lo es también que hay que seguir el camino a Jerusalén, no es posible quedarse con un solo polo de la realidad. En Jesucristo está presente ya la victoria final, la imagen del hombre nuevo, el camino de Jesucristo hacia Jerusalén pasa por la renuncia y la cruz, pero la aceptación obediente de este camino en servicio a los planes del Padre le descubre como el verdadero Hijo.

Se entra a continuación en el misterio pascual. La lección sobre la muerte de Jesús hace un excelente análisis de los textos de los evangelios donde demuestra que coinciden hasta en detalles. La relación entre la predicación sobre el Reino y la muerte de Jesús son dos realidades en las que hay una fuerte unidad, pero es conveniente mantener la diferencia y significada de cada una. Arias presenta el esquema de la pasión y muerte de Jesús según los evangelios llegando hasta el silencio del sepulcro. De ahí inicia la reflexión sobre la muerte salvífica de Jesús, se puede mostrar que Jesús vio venir sobre él la muerte violenta, que la acepta, que no la rehuye; que la entendió como muerte salvífica para todos los hombres, que la manifestó a sus discípulos en la ultima cena. Sobre la causa de la muerte de Jesús Arias lanza la pregunta que si fue causada por un conflicto político, y dice que ciertas interpretaciones actuales sobre la muerte de Jesús no corresponden a la doctrina de católica. La verdadera causa de la muerte es religiosa y se refiere a la "blasfemia" de j. los frutos de la muerte de Jesucristo significa una liberación de una falsa imagen de Dios, de las diferencias humana, del temor y de la muerte, de la esclavitud de la ley y tradiciones y del pecado; para dar a conocer al verdadero Dios, el amor, la vida, la libertad y el servicio.

Una vez estudiada la pasión y muerte se pasa a la Resurrección de j, los textos del Nuevo Testamento y la fe de la Iglesia nos dan a conocer que Dios ha resucitado a Jesús. El autor nos hace la anotación de la necesidad de aprender a leer estos textos, ya que tienen un carácter muy especial. En los textos se habla de Jesús resucitado pero no le vieron mientras resucitaba, nosotros creemos a los discípulos, creemos lo que nos dicen y creemos que ha sucedido lo que nos narran. Nuestra fe tiene por objeto el mismo suceso, pero también entran dentro de la fe el creer a los discípulos y el creer sus palabras. Para comprender se debe atender a tres realidades:

  • El mismo hecho de la resurrección no cae dentro de la investigación científica. Ocurre algo totalmente nuevo para lo que no hay medidas, ni instrumentos científicos. Es un hecho realizado por Dios, es la acción de Dios más importante y decisiva de nuestra historia.
  • Frente a la dificultad de narrar algo nuevo, los textos están determinados por el hecho que quieren comunicar, no se encuentra fácilmente un lenguaje que los transmita, se usa el indirecto, las semejanzas.
  • Las personas que han experimentado este suceso tienen suma importancia. Al no tener conocimientos ni intereses científicos, no desean dar a conocer cómo ocurrió la Resurrección, desean comunicar una buena noticia, un suceso ocurrido a una persona conocida, que es importante para ellos y para todos los hombres. Una acción salvífica de Dios.

Los textos de las escrituras no se limitan a las narraciones de la resurrección, son muchos y están esparcidos por todos los libros del Nuevo Testamento, con las investigaciones exegéticas están descubriendo fórmulas antiquísimas recogidas de textos anteriores. Hay así fórmulas de predicación, de fe, de catequesis, himnos litúrgicos y fórmulas aclaratorias. Se encuentran también anuncios que son textos que aparecen en la vida de Jesús y que anuncian su futura resurrección, hay implícitos y explícitos. Contamos también con los relatos que lo hacen de forma historiográfica ya sea la resurrección o su presencia resucitada.

Hay que reconocer que entre la muerte de Jesús y el nacimiento de la Iglesia sucedió "algo", este "algo" es lo que los discípulos narran como un encuentro con Jesús resucitado, el historiados tiene que reconocer que cuando Jesús fue apresado y condenado, muerto y sepultado, los discípulos no estaban en condiciones de entusiasmarse viendo visiones. Las mujeres que iban al sepulcro no estaban en la situación de creer que Jesús había resucitado, aunque vieran el sepulcro vacío. Las narraciones han ido evolucionando, por eso se encuentran múltiples diferencias, no hay un cuadro unitario de sucesos, no se pueden ni armonizar. El esquema común a todas las apariciones es: aparición del resucitado, siempre provocado por él, es el primero que habla, quien lo ve está en situación de búsqueda o de desesperanza, los toma por sorpresa, participa no solo la vista sino toda la persona. Hay una conversión, un reconocimiento y una misión.

Entonces el significado de la resurrección es:

  • Dios ha intervenido en nuestra historia y ha realizado en Jesús la acción más grande posible. Ha dado a la historia aquello a lo que, aun sin saberlo, ella aspiraba.
  • Jesucristo mismo, verdadero Dios y verdadero hombre, ha sido resucitado de la muerte.
  • Dios da su sello a la vida de Jesús. lo que Jesús había dicho y hecho recibe la certificación divina, Jesús es puesto como meta, medida y realización de todos nuestros anhelos.
  • La vida humana en Cristo y por Cristo tiene sentido eterno.
  • J vive y es el Señor.
  • El cuerpo no es ningún obstáculo para gozar de Dios. Nuestro cuerpo al igual que nuestra historia, son asumidos y transformados por Dios y han sido "introducidos" en la vida divina.

Hoy podríamos preguntarnos a nosotros mismos si esta verdad es coherente con nuestro pensar y si nuestra vida es coherente con esta verdad. Hoy en día hay muchos obstáculos para creer en la Resurrección. El autor invita a creer, esta fe no es alienatoria, al contrario cuando se comprende la vida humana desde la resurrección, cuando se piensa que esto que se hace aquí tiene sentido eterno, entonces, es más positiva la postura fuerte de nuestra vida y de la vida de los demás. Sobre una vida limitada, caduca, finita, no sabríamos realizar nuestra existencia. Pero además sabemos que la fe y la esperanza en a resurrección no nos impiden luchar y transformar este mundo en que vivimos, sino que nos da fuerzas para ello, tenemos el ejemplo de tantos y tantos hombres y mujeres que creyendo en la resurrección han dado sentido a su vida, a su trabajo. Por eso somos capaces de proclamar nuestra esperanza a todos los hombres.

Arias dedica su décima lección a la Madre de Jesús, inicia planteando que a primera vista, aparece una tensión entre el lugar que ocupa María en el Nuevo Testamento y el que le es asignado por los católicos en su vida. La devoción a María es un elemento cualificador e intrínseco de la genuina piedad de la Iglesia y del culto cristiano. Guiada por el Espíritu Santo, la Iglesia avanza y crece en la fe y el conocimiento, con María la Iglesia se ha acercado más a su Señor, ha crecido, se ha fortalecido y ensanchado, se ha mostrado más servidora y más maternal.

La cristología dogmática es estudiada en la undécima lección, donde se explica porqué la Iglesia se ha visto en la necesidad de explicar el contenido de las Escrituras sobre Jesucristo, el proceso que ha llevado y las principales confesiones de fe. El primer Concilio Ecuménico de Nicea concluye declarando que Jesucristo es verdadero Dios, esto frente a los errores cristológicos del mundo judío, pagano y la influencia de las doctrinas orientales. San Ignacio de Antioquia, San Justino, martir, San Irineo de Lyon, son los grandes defensores y luchan contra las herejías. Contra el arrianismo, el símbolo de Nicea declaró y definió la divinidad de j, este concilio pone las bases de un desarrollo cristológico que se continúa hasta nuestros días. En el segundo Concilio Ecuménico de Constantinopla declararon que Jesucristo es verdadero hombre, pues había corrientes que lo mostraban solo como Dios, entre ellos Apolinar. En el Tercer Concilio de Efeso: Jesús es una sola persona, pues había quienes decían lo contrario. En Calcedonia declaran Jesucristo una sola persona en dos naturalezas. En el Concilio III de Constantinopla se concluyen las definiciones dogmáticas de la Iglesia. Los errores cristológicos más importantes han sido descubiertos. Posteriormente, si acaso se repites son fácilmente detectables. Este es uno de los más grandes servicios de la dogmática: nos da criterios para recocer los pasos falsos que se dan en cristología, sin embargo hay que seguir elaborando una cristología según las necesidades de las personas, fiel a las definiciones, pero actualizada, renovada, que incluya los nuevos problemas y les dé contestación.

La cristología escolástica desde el siglo VII hasta el siglo XX, los teólogos trataron de profundizar y comprender las definiciones de Calcedonia con radicalidad. Cuando hablan de Jesucristo están hablando también de cómo debe ser el hombre. están elaborando una antropología teológica, ven al hombre a través de Jesucristo. Se define a Jesús como salvación. Dios salva por medio de Jesucristo.

Este periodo se puede resumir en tres puntos:

  • La comprensión de la unión en la persona del verbo de las naturalezas humana y divina.
  • Consecuencias de la unión hipostática. La Kenosis es la situación de Jesús durante su vida terrena, de vaciamiento, de limitación en sus propiedades divinas. Jesucristo renuncia voluntariamente, asume la condición de hombre, es Dios porque puede renunciar voluntariamente, por amor y por obediencia.
  • La relación entre Jesucristo y el mundo. Es el problema que hoy está en el centro de la teología, el concilio Vaticano II significó la apertura de la Iglesia y de la Teología sobre esta relación. En Jesucristo la creación ha sido salvada. La tarea es decir cómo.

Maximino termina su curso dedicando la última lección a Jesucristo en América Latina, haciendo su estudio principalmente desde el documento de la conferencia general que se realizó en Puebla donde el lugar de Jesucristo en el documento final es la base para una sólida praxis, reconoce la primacía de la verdad sobre Jesucristo. Lo más significativo de esta reflexión de los Obispos latinoamericanos continúa siendo la conexión, la confluencia de la situación y de la verdad que hay que evangelizar. De esta conexión se derivarán las opciones, encaminadas a cambiar la situación y darle un rostro más humano.

Después de haber visto la vida de Jesucristo y su presencia en la historia de la Iglesia y de América Latina, sólo hace falta reflexionar sobre la situación personal ante él, se puede resumir en una palabra: seguimiento. Esto implica: elección por parte de Jesucristo, estar con Jesús y preferirle a él ante todo y todos, compartir el destino de Jesús, aceptar sus palabras, asumir sus actitudes, aceptar ser enviados, despojarse de todo, hacer parte de una comunidad. En Puebla se dan también unos lineamientos para seguir a Jesucristo hoy en América Latina: Adhesión a la persona de Jesucristo, identificándose con él. Participación plena y consciente en la formación de la Iglesia, proclamación y defensa de la dignidad de todo hombre y en un sentido de conversión personal.

Hoy es el tiempo de América Latina, hoy es el tiempo del seguimiento de Jesucristo. El imperativo original de esta hora de Dios en nuestro continente es realizar una audaz profesión de fe cristiana y una eficaz promoción de la dignidad humana, sobre todo entre quienes más lo necesitan.

Ante esta exposición de los principales contenidos y el hilo conductor de este curso de Cristología, deja una cierta sensación de incomodidad, pues está tan bien fundamentado, y tan estructurado el estudio de Jesús el Cristo que de repente es estar como por primera vez frente a este hombre que es el Hijo de Dios, por quien he entregado mi vida y por quien tantas personas en la historia la han entregado hasta el final. Este Jesús de repente es alguien nuevo, por no decir desconocido, que me deja desconcertado ante tanta profundidad, tanta conciencia, tanta libertad, tan humano, tan plenamente realizado.

Me parece que nadie que lea este libro puede quedarse tranquilo y de brazos cruzados, es un curso fundamental que lleva a profundizar en los diferentes aspectos, a desear comprender mejor a Jesús, a conocerlo y acercarse a él. Que va con la corriente latinoamericana de enraizar la experiencia de Jesús en la vida real, diaria, cotidiana, pero especialmente en la pobreza, en los pobres, los excluídos, la situación de caos que viven nuestras sociedades. Jesús sigue siendo una propuesta válida que tenemos que dar a conocer, principalmente en el tiempo que nos ha tocado vivir de cambio de época y paradigmas, donde lo racional esta dejando su lugar, donde están naciendo nuevas propuestas, donde todo el mundo está en espera de "algo" que venga a dar orden, luz, dirección ante la globalización, el neoliberalismo, el relativismo y la indiferencia.

Quien lea este libro se verá beneficiado con la inquietud por Jesús, el Cristo.

 

 

 

Autor:

Richard Jara Calderón

Partes: 1, 2
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