- Mantener una sólida posición fiscal.
- La promoción de las medidas de cambio estructural y de fortalecimiento de instituciones que permitan incrementar la eficiencia y la productividad de la economía.
- Por su parte, el Banco de México comunico al Ejecutivo Federal que la finalidad primordial del programa monetario para 1999 fue propiciar la reducción de la inflación.
En virtud de que el eje de la estrategia económica para 1999 lo constituyo el estricto compromiso gubernamental de mantener sanas las finanzas públicas, y a la luz de la fuerte caída en el precio del crudo, fue necesario actuar en varios frentes. En primer lugar, se requiso un enorme esfuerzo en materia de gasto público: en 1999, el gasto programable fue equivalente a 15.0 por ciento del PIB, que representa casi 0.5 puntos porcentuales del producto menos que en 1998, lo que constituyo el nivel más bajo de las dos últimas décadas. Cabe resaltar que los gastos para cubrir las obligaciones públicas derivadas de la reforma al sistema de seguridad social requerían recursos equivalentes a 1.1 por ciento del producto. A su vez, la evolución esperada de la recaudación federal participable y las modificaciones propuestas a la Ley de Coordinación Fiscal, hicieron que los recursos canalizados a través del Ramo 33 "Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios" fuesen superiores en 13.5 por ciento real a los de 1998. En consecuencia, durante 1999 los recursos disponibles para que las dependencias y entidades del Ejecutivo Federal para atender sus responsabilidades fueron menores que los de 1998. Reducir aún más el nivel de gasto, pondría en riesgo la provisión de bienes y servicios que son responsabilidad del sector público. En segundo término, no obstante la fuerte restricción a que estaba sujeto el gasto gubernamental, dada la magnitud de la caída en el precio del petróleo, el esfuerzo de gasto tuvo que ser complementado por el fortalecimiento de las fuentes estables y permanentes de ingresos, cuidando la equidad del sistema tributario. En este sentido, por ser aprobado el conjunto de medidas que se sometían a la consideración de esa Soberanía, los ingresos tributarios alcanzarían en 1999 la proporción más alta de los últimos cuatro años, en relación con el PIB.
- La meta fiscal propuesta para 1999 fue de un déficit equivalente a 1.25 por ciento del producto, lo que implicaba un nivel inferior al estimado de cierre para 1998. El esfuerzo fiscal que implico dicho déficit cobro especial relevancia en virtud de las presiones a las que estaban sujetas las finanzas gubernamentales en el año 1999.
- No obstante, las acciones encaminadas a reforzar el ahorro público permitieron compensar en su totalidad las presiones descritas en el punto anterior.
- El balance fiscal objetivo para 1999 implico una ligera reducción de la razón deuda pública a PIB con relación a la de 1998.
- El déficit público previsto era congruente con el objetivo de alcanzar un superávit primario de 2.77 por ciento del producto, lo que implico un nivel superior en 1.02 puntos del PIB respecto al del año anterior.
En 1999 la estrategia para el desarrollo rural continuo con un enfoque integral que impulso programas que elevaron la productividad de las actividades en el campo y disminuyeron las condiciones de marginación que afectan a la población en el medio rural. Para ello, el Proyecto de Presupuesto propuso destinar recursos 7.3 por ciento mayores en términos reales a los erogados en 1998. En los últimos veinte años, el sistema fiscal mexicano ha sido objeto de una transformación orientada a conformar una estructura tributaria moderna. La tasa que se propuso a esa Soberanía es de 15 por ciento, teniendo un muy bajo impacto promedio por familia, de apenas una tercera parte de un uno por ciento.
Con el objetivo de mantener la competitividad de nuestro sistema fiscal, se propuso una reducción de la tasa empresarial de 34 a 30 por ciento, que se financiaría a través de una ampliación de la base gravable. logro eliminar la deducción inmediata de inversiones y acotando los beneficios del régimen de consolidación fiscal. Con el objeto de que esta reducción no se traduzca en una transferencia de recaudación a los fiscos extranjeros y, especialmente, con el fin de brindando un incentivo importante a la reinversión de utilidades, se propone que dicha tasa se aplico únicamente a las utilidades que se mantienen en la empresa generando empleos, siendo sujetas a la tasa de 35 por ciento las utilidades que se retiren de la misma. Las medidas mencionadas beneficiaron a todas las empresas de México, independientemente de su tamaño, mientras que la deducción inmediata y la consolidación fiscal sólo son aprovechadas por un reducido número de empresas grandes. Asimismo, la promoción de la inversión extranjera directa.
La política económica tiene como propósito fundamental incrementar de manera permanente el nivel de bienestar de nuestra sociedad. Para alcanzar este fin, es imprescindible promover el crecimiento económico sostenido con estabilidad de precios, que propicie la creación de empleos, que permita atender las necesidades de alimentación, salud y educación de la población, y que genere los recursos necesarios para combatir las condiciones de marginación que aún aquejan a diversos sectores y regiones de nuestro país. En este contexto, durante el año 2000 la política económica tuvo los siguientes objetivos:
- Propiciar la mayor expansión posible de la actividad productiva y del empleo.
- Perseverar en el esfuerzo de reducción sostenible de la inflación.
- Canalizar mayores recursos al gasto social.
- Continuar dotando a la economía de la fortaleza fiscal y financiera necesarias para evitar una crisis como las que México ha sufrido en los últimos cuatro cambios de Administración.
En particular, en el año 2000 la estrategia económica continuo sustentándose en las siguientes líneas de acción:
- Solidez de las finanzas públicas.
La política de gasto público ha sido un instrumento estratégico para cumplir con los objetivos de crecimiento con estabilidad. En el 2000, su nivel es compatible con las metas fiscales y económicas que se plantean; su asignación entre los diferentes rubros, dependencias, entidades y funciones públicas guarda una estrecha relación con los propósitos de desarrollo con equidad; y, su manejo se realizará en apego a criterios de estricta disciplina fiscal y de transparencia. Los objetivos de la política de gasto son: La política social para el año 2000 se oriento a consolidar los programas que incrementan y mejoran la cobertura de los servicios sociales básicos, con énfasis en educación, salud y la infraestructura social básica en el ámbito local. Para ello, el gasto social aumento a una tasa real de 5.9 por ciento con respecto a 1999; destaca la propuesta Al término de la presente Administración, los recursos destinados al gasto social habrán acumulado un crecimiento 4.6 veces mayor que el del gasto programable, alcanzando la mayor proporción dentro de este rubro, así como un máximo histórico en términos per cápita. Por su parte, el gasto destinado a los programas para mejorar las condiciones de vida de la población en situación de pobreza extrema, se habrán incrementado en casi 20 por ciento en términos reales, entre 1994 y el 2000. En el 2000, se redoblaron los esfuerzos en los programas dirigidos a abatir las condiciones de inseguridad pública que vulneran tanto la convivencia social, como el patrimonio de los individuos; ésta es una tarea que involucra a la sociedad y a los tres órdenes de gobierno. Para estos propósitos, se destino, en el marco del Sistema Nacional de Seguridad Pública, recursos federales que representan un incremento de 17.7 por ciento en términos reales con respecto a 1999, y un crecimiento real de 209.1 por ciento durante los cuatro años de vigencia del Programa Nacional de Seguridad Pública. Con el propósito de alcanzar las metas de crecimiento económico en el 2000, el presupuesto destino recursos para ampliar y modernizar la infraestructura productiva en renglones estratégicos para el país. La inversión pública se concentro en el sector energético, hidrocarburos y electricidad, en obras de infraestructura carretera, así como en proyectos de agua urbanos y agropecuarios. La inversión total impulsada por el sector público, presupuestaria y financiada, aumento en 14.4 por ciento real en el 2000 con relación al año anterior. Con ello, la inversión física impulsada por el sector público respecto al PIB fue la más alta de la última década. Al subir Doctor Ernesto Zedillo como presidente de la República se encontró con una economía totalmente en crisis, todo esto ocasionado por los malos manejos del representante del sexenio anterior y con un error de diciembre que auguraba una devaluación de la cual sería muy difícil de superar.
El Presidente Zedillo, como doctor en economía, puso todos sus conocimientos y su empeño para sacar al país de la crisis que vivía y que parecía difícil de sobrellevar, para esto él designó a las personas más conocedoras, eficientes y capaces en los diversos sectores del país, enfocándose más hacia la macroeconomía del país.
Muy pocas personas creían en la capacidad del actual dirigente para la reactivación de la economía nacional, sin embargo, con constancia, inteligencia y sobre todo puso empeño para sacar al país de una de las crisis más difíciles de superar en los últimos sexenios.
Para llevar acabo la difícil tarea de reactivación de la economía nacional, Ernesto Zedillo implemento la creación de empleos; esto fue notorio, ya que durante cierto periodo hubo un incremento constante en el sector laboral, lo cual fue notorio con la creación de Maquiladoras, entre otras empresas. Durante su sexenio se reportó el mayor índice de empleo alcanzado en el país, demostrando su capacidad intelectual en los conocimientos de la economía ( tanto macro como micro).
Panorama general de la economía en 2000 y perspectivas del sector privado para 2001
Durante 2000, el desempeño de la economía mexicana resultó sustancialmente mejor que el anticipado al inicio del año. Esto fue consecuencia de un entorno externo muy favorable y de la aplicación de políticas macroeconómicas prudentes. En contraste, para 2001 se espera un deterioro del entorno internacional que seguramente afectará la evolución de la economía nacional. No obstante lo anterior, los elementos de solidez con que cuenta la economía del país y la aplicación preventiva de las políticas monetaria y fiscal permitirán un ajuste ordenado. En este capítulo se hace un breve recuento de la evolución de la economía en el año 2000 y luego se presentan las perspectivas del sector privado con respecto a la evolución de las principales variables económicas en 2001.
Aspectos Sobresalientes de la Evolución de la Economía y de la Aplicación de la Política Monetaria en 2000 El efecto neto que el entorno internacional ejerció sobre la economía mexicana durante 2000 resultó positivo. Entre los factores que influyeron de manera favorable destacan las siguientes:
(a) un crecimiento de la economía de los Estados Unidos mayor que el esperado; (b) un incremento significativo del precio internacional del petróleo; y (c) una mejoría de las condiciones de acceso a los mercados internacionales de capital. Sin embargo, en los últimos meses de 2000 también se presentaron influencias del exterior que incidieron desfavorablemente. Entre éstas cabe mencionar:
(a) la caída del precio internacional del petróleo; y (b) la confirmación de la desaceleración económica en los Estados Unidos.
Como se comenta en el Capítulo II, el deterioro en el entorno internacional a finales del año no afectó significativamente el desenvolvimiento de la economía nacional. Así, los efectos positivos de la expansión en los Estados Unidos, del elevado precio del petróleo y del comportamiento favorable de los flujos de capital, contribuyeron al crecimiento económico y a la estabilidad del tipo de cambio. Esta última constituyó un factor coadyuvante del proceso desinflacionario.
En 2000, la economía mexicana registró una tasa de crecimiento superior a la esperada, así como una inflación congruente con el objetivo y significativamente menor que el pronóstico de los analistas del sector privado al inicio del año. Estos resultados positivos se dieron a la par de una situación favorable en el mercado laboral, ya que se registró un aumento tanto del empleo como de los salarios reales. En lo que hace a las cuentas externas, los déficit de la balanza comercial y de la cuenta corriente se incrementaron en relación con los observados en 1999. Esto último es atribuible a que la expansión de la demanda agregada y el fortalecimiento del peso frente al dólar de los Estados Unidos más que compensaron los efectos propicios de los elevados precios del petróleo y del crecimiento de las exportaciones no petroleras. Una fracción sustancial del déficit en cuenta corriente fue financiada con flujos de inversión extranjera de largo plazo.
El incremento anual de los precios al consumidor al cierre de 2000 fue de 8.96 por ciento, el más bajo de los últimos seis años. De esta manera, por segunda ocasión consecutiva, se logró con holgura la meta correspondiente. En el año, la inflación general disminuyó 3.36 puntos porcentuales. Este descenso y el cumplimiento de la meta se explican principalmente por los siguientes factores:
la aplicación de una política monetaria congruente con el objetivo de inflación;
la estabilidad del tipo de cambio; y c) la mejoría de las expectativas de inflación.
La inflación subyacente tuvo un mejor desempeño que la inflación general, ya que disminuyó a mayor velocidad y terminó el año en un nivel inferior a la del INPC. Por tanto, los fenómenos que en 1999 contribuyeron de manera tan importante a la baja de la inflación general, no tuvieron el mismo efecto en 2000. Esto se debió a que la inflación de los bienes agropecuarios fue mayor que la del año anterior y que la general. Asimismo, la inflación anual de los bienes administrados y concertados y la que registró el subíndice de precios de los servicios educativos fue más elevada que la del INPC. La mayor contribución al proceso de desinflación la tuvo el sector de mercancías, si bien la inflación en el sector servicios también descendió considerablemente. Hacia el final del año se observó un relativo estancamiento en el descenso de la inflación general y una menor velocidad en el ritmo al que venía bajando la inflación subyacente. La autoridad monetaria intensificó en seis ocasiones la postura restrictiva de la política monetaria. El propósito primordial de dichas modificaciones fue alcanzar el objetivo de inflación para 2000 y, con énfasis creciente, asegurar una trayectoria de mediano plazo congruente con la meta de lograr una tasa de inflación menor que 6.5 por ciento en 2001 y de 3 por ciento en 2003. A partir de marzo las expectativas de inflación del público acerca de la tasa de inflación para 2000 se situaron ya por debajo de la meta de 10 por ciento.
Los efectos de la intensificación de la restricción monetaria sobre las tasas de interés internas se perciben con mayor claridad a partir del incremento del "corto" acordado el 16 de mayo. Con este fin, conviene comparar la evolución en el periodo de las tasas de interés externas con la de las internas. Después del "corto" referido, las tasas de interés internas, nominales y reales, se incrementaron o se mantuvieron constantes aun cuando la tasa de interés externa se haya reducido. El resultado de ello fue que se amplió la brecha entre ambas Lo anterior se tradujo a fines de año en niveles de tasas internas nominales ligeramente superiores a los observados al inicio de 2000. Por su parte, las tasas reales terminaron el año en un nivel sustancialmente más elevado, en un contexto de tasas externas ligeramente inferiores a las prevalecientes al inicio del periodo. Ello sugiere que las modificaciones en la postura de la política monetaria han llevado a una disociación parcial entre las tasas internas y las externas.
Dado el rezago considerable con el que las acciones de la política monetaria inciden sobre la evolución de la economía y de los precios, la elevación de las tasas de interés internas todavía no se ha traducido en una franca desaceleración del gasto interno. Confirmando esta apreciación, los datos más recientes señalan que éste aún crece a un ritmo vigoroso.
A su vez, después de una disminución significativa en enero de 2000, los incrementos nominales de los salarios contractuales se mantuvieron en un nivel relativamente constante durante la mayor parte del año, mostrando la misma inercia que se ha constatado en años anteriores. Debido a dicha inercia, será de suma importancia que desde enero de 2001 las revisiones salariales sean congruentes con el objetivo de inflación de 6.5 por ciento propuesto para el año, y con los incrementos sostenibles de la productividad de la mano de obra.15 Debido a lo anterior, así como a los fenómenos de índole externa ya mencionados, el año 2000 culminó con una postura de la política monetaria más restrictiva. Los ajustes del "corto" acordados a lo largo del año estuvieron enfocados a limitar el efecto sobre el crecimiento de los precios de los factores enumerados anteriormente.
Perspectivas del Sector Privado para 2001 Pronóstico sobre los Principales Determinantes de la Inflación Desde la publicación del pasado Informe sobre la Inflación, los pronósticos de la mayoría de los analistas respecto a las principales variables externas que influyen sobre el desempeño de la economía mexicana presentaron un deterioro importante. En particular, es conveniente destacar los siguientes:
(a) El crecimiento anual esperado para la economía de los Estados Unidos en el cuarto trimestre de 2000 se redujo ligeramente a 2.3 por ciento y la expectativa para el año se ajustó de 5.2 por ciento en septiembre a 5.1 por ciento actualmente 16 . Sin embargo, el pronóstico para 2001 se revisó sustancialmente a la baja, al pasar de 3.7 por ciento en septiembre a 1.8 por ciento a la fecha 16 . Los analistas del sector privado esperan que en 2001 dicha economía no crezca en el primer trimestre y lo haga a tasas de 1.1, 2.9 y 3.6 por ciento en el segundo, tercero y cuarto trimestres del año.
(b) El precio promedio estimado por los analistas del sector privado para la mezcla mexicana de petróleo de exportación en el año 2001 se redujo de 20.85 dólares por barril en septiembre a 19 dólares por barril en enero. Por su parte, tomando en cuenta la cotización a futuro del petróleo WTI al 25 de enero y su diferencia con el precio de la mezcla mexicana en diciembre de 2000, se anticipa en 2001 un precio promedio de la mezcla mexicana de 18.52 dólares por barril. Los pronósticos sobre el tipo de cambio para el cierre de 2001, provenientes de la encuesta que levantó el Banco de México el 23 de enero de 2001 entre los analistas del sector privado, se modificaron ligeramente al alza. De acuerdo con dicha encuesta, a finales de enero el sector privado anticipaba que el tipo de cambio al cierre de 2001 sería de 10.60 pesos por dólar. La encuesta también señala que los niveles esperados para el tipo de cambio en febrero, marzo y abril son, respectivamente, 9.92, 10.01 y 10.06 pesos por dólar.
Por su parte, durante diciembre de 200 el precio de los futuros del peso se vio muy afectado por el cambio de percepción que tuvo lugar respecto del crecimiento de la economía de los Estados Unidos en 2001 y por la caída del precio del petróleo. Lo anterior dio lugar a una importante corrección al alza del tipo de cambio "spot" y de los futuros del peso (Gráfica 29). Estos fenómenos se intensificaron en los primeros días de enero. Así, en la tercera semana de ese mes el precio futuro del tipo de cambio a diciembre de 2001 se situó en 10.82 pesos por dólar.
Otra variable que influye de manera importante sobre la inflación es el salario. Para enero, febrero y marzo de 2001, los analistas consultados en las encuestas que levanta el Banco de México anticipan que los aumentos saláriales serán, respectivamente, de 9.9, 9.5 y 9.2 por ciento. Esto indica que esperan una importante corrección a la baja de la tasa de crecimiento de los salarios nominales.
Un tercer factor que incide de manera significativa sobre el proceso inflacionario y consecuentemente sobre las expectativas de inflación lo constituyen los ajustes que se deciden para los precios administrados y concertados. Con relación a la evolución esperada para dichos precios, hay que destacar que de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica, los precios y tarifas que aplican los organismos y empresas públicas se ajustarán primordialmente en línea con la inflación objetivo para 2001 y que los precios de los bienes y servicios públicos que son utilizados como insumos en los procesos productivos se determinarán con base en su referencia internacional.
Por lo que se refiere a la expansión del PIB, las estimaciones para 2000 se han ajustado al alza, al pasar de 6.71 por ciento en la encuesta de septiembre a 7.17 por ciento en la de diciembre. Asimismo, para el cierre del mismo año, los especialistas consultados por el Banco de México anticipan incrementos del consumo y de la inversión de 7.2 por ciento y 10.4 por ciento, respectivamente. En cuanto al sector externo, pronostican un déficit en cuenta corriente de 17,313 millones.
Finalmente, los analistas estiman que la inversión extranjera directa sumó 13,012 millones de dólares y que el déficit fiscal resultó en 2000 de 0.85 por ciento como proporción del PIB. Los indicadores sobre el clima de los negocios y el nivel de confianza que se recogieron en la más reciente encuesta del Banco de México mostraron un debilitamiento del optimismo que se había reportado en los últimos meses.
Según los consultores encuestados, los principales factores que podrían obstaculizar la actividad económica durante los próximos meses son los siguientes: la debilidad de los mercados externos y de la economía mundial (28 por ciento de las respuestas para cada uno); el elevado costo del financiamiento interno (14 por ciento de las respuestas); y el nivel del precio de exportación del petróleo (10 por ciento de las respuestas).
Para 2001 el crecimiento real del PIB esperado por los analistas encuestados se ajustó de 4.56 por ciento en septiembre de 2000 a 3.83 por ciento en enero. A la vez, pronostican un déficit de la balanza comercial y de la cuenta corriente de 12,445 y 22,708 millones de dólares, respectivamente. Asimismo, los consultores estiman un incremento de las exportaciones no petroleras de 11.6 por ciento y una disminución de las exportaciones petroleras de 14.6 por ciento. Por otra parte, se anticipa que las importaciones aumentarán 11.8 por ciento. Finalmente, los analistas esperan un flujo de inversión extranjera directa de 13,047 millones de dólares para el año.
En cuanto a los pronósticos relativos al déficit fiscal para 2001, la encuesta de enero señala que éste será de 0.69 por ciento como proporción del PIB.
Expectativas de Inflación del Sector Privado Los pronósticos de la inflación mensual para enero, febrero y marzo se han mantenido prácticamente constantes. Dichos pronósticos implican que la inflación anual descenderá de 8.96 en diciembre de 2000 a 8.55 en marzo de 2001.
Expectativas de Inflación Mensual y Anual Por ciento Mensual Anual Enero 1.11 8.71 Febrero 0.75 8.56 Marzo 0.54 8.55 Las expectativas de inflación para los siguientes doce meses se ajustaron a la baja y las referentes a 2001 aumentaron ligeramente. De acuerdo con las encuestas que recaba el Banco de México, la expectativa de inflación para el año 2001 pasó de 7.81 por ciento en septiembre de 2000 a 7.87 en enero de 2001. Cabe destacar al respecto que algunos consultores incorporaron en sus expectativas los efectos de una posible reforma fiscal. Asimismo, es importante subrayar que el nivel de la inflación esperada para 2001 resulta aún incompatible con el objetivo de alcanzar en el año una inflación que no exceda de 6.5 por ciento. Finalmente, la inflación esperada para 2002 se ubica en 6.28 por ciento Los ajustes observados en la percepción del riesgo país, la volatilidad cambiaria y la mayor restricción monetaria han inducido un aumento de las tasas de interés en todos los plazos menores que un año. Sin embargo, la curva de rendimientos de los Cetes se ha invertido, lo cual refleja claramente una expectativa de descenso tanto de la inflación como de las tasas nominales. Por lo datos recaudados anteriormente, se sabe que la política monetaria que hasta ahora ha empleado y piensa llevar a cabo Vicente Fox, es una política monetaria muy restrictiva con el fin de generar una gran cantidad de ingresos para el crecimiento constante del país.
Se cree que esta medida de política monetaria no es la mas conveniente por la situación económica que se vive actualmente; ya que al serles retirado bonos, vales de despensa, entre otras ayudas para el sector mas necesitado, se fomenta una pobreza mayor a la ya existente. El presidente Fox en su actual gobierno esta contemplando al país como una empresa (tal vez como manejo la Coca- Cola de México), sin olvidar que la situación económica de México no se puede dirigir como una empresa, ya que al olvidarse de esto conlleva a perder la soberanía nacional al manejar al país como una empresa transnacional ante los ojos del mundo; ya que la relación que lleva por ejemplo con el presidente de Estados Unidos, George Bush deja ver claramente la situación el lugar que él le otorga a México al llevar su política económica casi a la par de la del país vecino; pareciendo que el Señor Presidente se olvida de que ambos países y amabas economías son totalmente diferentes y lo aplicable en una no procede en otra.
Para concluir el análisis, se puede decir que aparentemente el Presidente Fox pretende comerciar con la soberanía del país, que le ha brindado de todos los derechos y concesiones que goza actualmente, así como con sus conciudadanos, su cultura y sus riquezas.
No olvide Señor Fox, que usted se debe al pueblo que deposito su confianza y esperanza de un México mejor en su persona, esperando que no decepcione al pueblo, al dirigir México como debe ser, para salir de la situación económica que se vive actualmente.
Para finalizar este trabajo y después de mucho tiempo de análisis se puede concluir que la política monetaria en combinación con la Fiscal, implementadas por el gobierno del Doctor Ernesto Zedillo fue la apropiada para reactivar a la economía ya que en la brecha en la que se encontraba era para que el país tardara un poco mas en salir, considerando la magnitud del problema al que se enfrentaba esto aunado a la avanzada crisis en la que se encontraba el país.
Por su parte el presidente Fox, en su intento de querer manejar una política restrictiva esta llevando al país de regreso a la crisis, ya que esta tomando medidas muy drásticas para "reactivar la economía"; el presidente Vicente Fox, está considerando al país como una empresa, situación que los mexicanos están viendo con malos ojos, ya que en lugar de ayudar a los más necesitados del país, los esta perjudicando esto sin dejar atrás las complicaciones que se le presentan ya que para utilizar este tipo de instrumentos necesita la aprobacion del congreso, y esto llevara consigo una seria y minuciso análisis de ambas políticas.
Los problemas económicos de la nación no han sido resueltos, no después del duro periodo que se enfrento en el sexenio pasado; pero se avanzo y se hizo con pasos seguros hacia lo que podría ser la mejor etapa del país, esto con la continuidad del desarrollo y la mano firme de la persona que la conduzca, es por ello que la continuidad es la clave del éxito que sede se alcanzara con la actual administración, y esto solo se puede lograr con la combinación de ambas políticas Monetaria y Fiscal, pues una de la otra son complementarias.
Autor:
Cinthia Elvira Escudero Cruz.
cinthia_esc[arroba]hotmail.com
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