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Antología poética de la generación de 1927

Enviado por Eugenia Sol


Partes: 1, 2

  1. Jorge Guillén (1893-1984)
  2. Pedro Salinas (1892-1951)
  3. Gerardo Diego (1896-1987)
  4. Federico García Lorca (1898-1936)
  5. Rafael Alberti (1902-1999)
  6. Vicente Aleixandre (1898-1984)
  7. Luis Cernuda (1902-1963)

Jorge Guillén (1893-1984)

      Jorge Guillén es tal vez el poeta cuya obra tiene mayor coherencia estética. No hay en ella diferentes búsquedas y tentativas. De 1928 a 1950, trabaja en un solo libro, Cántico, y las obras posteriores no pierden los propósitos poéticos iniciales. La suya es una poesía difícil, con una carga intelectual evidente. Guillén trata de volver a las realidades cotidianas que forman la vida del hombre, pero de tal manera que el vivir se nos aparece como un descubrimiento, como una revelación permanente, dentro de la cual la experiencia cotidiana adquiere una nueva luz. Su lenguaje poético "puro", desnudo de imágenes deslumbrantes, nos evoca una realidad en la que las cosas son vistas en su esencia última.

        A partir de la Guerra Civil, su obra da un vuelco. Exiliado, Guillén se establece en los EEUU, donde continúa con su labor de profesor universitario. La obra de esta época refleja la angustia y el caos que afectaban en la postguerra al mundo occidental. Los libros de esta etapa se agrupan en la serie Clamor (1950-1963).

LAS DOCE EN EL RELOJ

Dije: ¡Todo ya pleno!

Un álamo vibró.

Las hojas plateadas

Sonaron con amor.

Los verdes eran grises,

El amor era sol.

Entonces, mediodía,

Un pájaro sumió

Su cantar en el viento

Con tal adoración

Que se sintió cantada

Bajo el viento la flor

Crecida entre las mieses,

Más altas. Era yo,

Centro en aquel instante

De tanto alrededor,

Quien lo veía todo

Completo para un dios.

Dije: Todo, completo,

¡Las doce en el reloj!

 

Cántico

"Las doce en el reloj"

(poesía pura)

 

      Decía Jorge Guillén, recordando palabras de Paul Valéry, que "poesía pura es todo lo que permanece en el poema después de haber eliminado de él todo lo que no es poesía". Esta definición revela el anhelo de extirpar del poema los elementos anecdóticos, convirtiéndolo en una forma estética esencial. El maestro de la poesía pura en España es Juan Ramón Jiménez. Algunos poetas del 27 siguen sus huellas y escriben una poesía conceptual, exenta de referencias a situaciones personales o sociales concretas, donde las emociones se expresan de forma condensada.

       En el poema Las doce en el reloj, Jorge Guillén expresa la sensación de plenitud que le produce la existencia, relacionándola con el mediodía, imagen que remite metafóricamente a la idea de culmen o cenit. Todo ?la luz, el canto del pájaro, los árboles? transmite al poeta una impresión de perfección estética y él canaliza esas impresiones hacia la creación ?como un dios?-, transmutándolas en poesía.

–¿Qué simboliza esa imagen, "las doce en el reloj?

–A partir de las formas verbales y de su ausencia se puede organizar el contenido del poema.

–Fíjate en que el poema empieza prácticamente igual que termina (incluye el título como parte del poema).

–Guillén lleva a cabo una abstracción simplificadora propia de la poesía pura, donde nada es superfluo: selección, concentración, elipsis…

Opina un civilizado.

¿Cómo? Con sus aviones.

¿O es la influencia del Hado?

 

Opina un color: el blanco.

¿Cómo? Con algunas balas.

¿El negro ha de ser el blanco?

 

Opina un desconocido.

¿Cómo? Con una pistola.

¿Cae un hombre malherido?

 

Opina un gobierno fuerte.

¿Cómo? Con tanque en la calle.

Muerte, muerte, muerte, muerte.

 

Y otros poemas (1966-72)

"Opina un civilizado"

(exilio: poesía comprometida)

 

       Y otros poemas acentúa el prosaísmo que prima en su poesía después de Cántico. Este libro desarrolla su vena humorística (especialmente irónica) y la sátira política (contra los regímenes absolutistas, los dictadores y las guerras). Aunque en algunos poemas del libro vuelve a dar testimonio de la armonía del universo y de su fe en la vida, en la mayoría se impone el desorden, el azar, la amenaza contra el ser. Observa cómo frente a la perfección formal del poema anterior éste aparenta estar menos elaborado, más cercano a la prosa, más imperfecto formalmente. Siguen presentes el dolor y la muerte.

         Si te fijas en el poema seleccionado, podrás comprobar algunos de los rasgos que acabamos de enunciar. Asimismo observarás su sencillez formal, basada en constantes repeticiones (paralelismos, anáforas, aliteraciones, reiteraciones, interrogaciones que sugieren el diálogo) que en gradación ascendente conducen al trágico final.

Pedro Salinas (1892-1951)

       La poesía de Pedro Salinas tiene un tono bastante intelectual, aunque es más cálida y expresiva que la de su coetáneo Jorge Guillén. Salinas concibe la poesía como un modo de acceso a las honduras de la realidad, a la esencia de las cosas y experiencias vitales, a través de un proceso de interiorización. Ese planteamiento da lugar a una poesía pura, con temas de raíz futurista en sus primeros libros (Seguro azar –1929-, Fábula y signo –1931-) y amorosa en los siguientes —La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936), sus dos obras maestras— en la que el poeta intenta indagar en las razones últimas de lo afectivo, más allá de las emociones eróticas superficiales. Todo ello a través de un lenguaje que resulta sincero y emotivo, precisamente por su ausencia de efectos brillantes, y donde el ingenio se manifiesta en paradojas, observaciones insólitas, juegos de ideas, condensación de conceptos, etc.

        Después de la Guerra Civil, Salinas se exilia en los EEUU, donde escribe su libro El contemplado (1946), que abre una nueva fase de su obra: el poeta mantiene una lucha entre su fe en la vida y la angustia que le causa la situación política y social que ve a su alrededor. Dentro de esta segunda época, destaca el poema Cero, suscitado por el horror de la bomba atómica.

 

¡Si me llamaras, sí;

si me llamaras!

 

Lo dejaría todo,

todo lo tiraría;

los precios, los catálogos,

el azul del océano en los mapas,

los días y sus noches,

los telegramas viejos

y un amor.

Tú, que no eres mi amor,

¡si me llamaras!

 

Y aún espero tu voz:

telescopios abajo,

desde la estrella,

por espejos, por túneles,

por los años bisiestos

puede venir. No sé por dónde.

Desde el prodigio, siempre.

Porque si tú me llamas

–si me llamaras, sí; si me llamaras!–

será desde un milagro,

incógnito, sin verlo.

 

Nunca desde los labios que te beso,

nunca

desde la voz que dice: "No te vayas".

 

La voz a ti debida (1933)

 

"Si me llamaras, sí"

(Poesía pura)

 

     Pedro Salinas realiza una interiorización del sentimiento amoroso: expresa aquí el anhelo de que sean más profundas unas relaciones que ya existen (en los últimos versos, comprendemos que esa mujer a la que se dirige es una mujer "cercana" y, sin embargo, aún no es "su amor"). Así expresa su deseo de ir "más allá" de la experiencia inmediata, en su búsqueda perenne de plenitud, de absoluto. EI lenguaje de Salinas es preciso, denso, sin apenas imágenes. El poeta utiliza el verso libre, que le permite seguir los meandros de su pensamiento. En los vv. 5-9 utiliza un recurso propio de la poesía contemporánea: hace una "enumeración caótica", donde se mezclan todos aquellos elementos de la vida cotidiana que pierden sentido ante la llamada del amor excepcional.

     Observa el gusto de Salinas por las paradojas. Señálalas y explica los efectos que producen en el lector.

Explica el valor poético de la enumeraciones caóticas (vv. 5-9; 13-17).

Analiza el concepto de "amor" que se deduce de este poema.

 

UNDERWOOD GIRLS (1)

Quietas, dormidas están,

las treinta redondas blancas.

Entre todas

sostienen el mundo.

Míralas aquí en su sueño,

como nubes,

redondas, blancas y dentro

destinos de trueno y rayo,

destinos de lluvia lenta,

de nieve, de viento, signos.

Despiértalas,

con contactos saltarines

de dedos rápidos, leves,

domo a músicas antiguas.

Ellas suenan otra música:

fantasías de metal

valses duros, al dictado.

Que se alcen desde siglos

todas iguales, distintas

como las olas del mar

y una gran alma secreta.

Que se crean que es la carta,

la fórmula como siempre.

Tú alócate

bien los dedos, y las

raptas y las lanzas,

a las treinta, eternas ninfas

contra el gran mundo vacío,

blanco en blanco.

Por fin a la hazaña pura,

sin palabras sin sentido,

ese, zeda, jota, i…

Fábula y signo (1931)

(1) En inglés, "Las muchachas Underwood", esto es, las teclas de la máquina de escribir.

       

 

"Underwood girls"

(Futurismo—Creacionismo)

 

 

      El Futurismo italiano fue conocido pronto en España: Ramón Gómez de la Serna publicó en 1910 su manifiesto en la revista Prometeo; pero no creó escuela. Sin embargo, esporádicamente, encontramos huellas de su temática ?el maquinismo, el elogio de la velocidad y de la vida moderna…? en la poesía de la Generación del 27.

      Los cuatro primeros versos son la introducción que organizan todo el poema: fíjate en el desarrollo posterior de la palabra "dormidas" ("en sus sueños", "en las nubes", "despiértalas", "música"…) y la explicación final del "mundo vacío", papel en blanco ("blanco en blanco"). Este canto al poder de lo moderno (la máquina de escribir de entonces, similar a nuestro ordenador actual) es característico del creacionismo. El ritmo viene marcado por la utilización métrica de un tipo de verso y las repeticiones (analízalo y coméntalo).

 

 

Gerardo Diego (1896-1987)

    Gerardo Diego se caracteriza por la inusitada variedad de temas, tonos y estilos.

    En síntesis, su obra presenta dos direcciones que cultivó simultáneamente, aunque con un progresivo dominio de la segunda: la poesía de vanguardia (concretamente en el Ultraísmo), que se plantea la creación poética desde la base de una total libertad formal, y la poesía clásica o tradicional.

   Manual de espumas (1922) es buen representante de sus tendencias vanguardistas. A partir de Versos humanos (1925), accede a una poesía más reposada en la que se recuperan las formas poéticas clásicas (canciones, glosas, sonetos…); recordemos la perfección en el manejo del soneto en Alondra de verdad (1941).

 

EL CIPRÉS DE SILOS 

Enhiesto surtidor de sombra y sueño,

que acongojas al cielo con tu lanza.

Chorro que a las estrellas casi alcanza,

devanado a sí mismo en loco empeño.

 

Mástil de soledad, prodigio isleño,

flecha de fe, saeta de esperanza.

Hoy llego a ti, riberas del Arlanza,

peregrina al azar, mi alma sin dueño.

 

Cuando te vi, señero, dulce, firme,

qué ansiedades sentí de diluirme

y ascender como tú, vuelto en cristales,

 

como tú, negra torre de arduos filos,

ejemplo de delirios verticales,

mudo ciprés en el fervor de Silos.

Versos humanos(1925)

"El ciprés de Silos"

(Neotradicionalismo)

 

        Una de las influencias que reciben los poetas del 27 proviene de la lírica renacentista española. El mejor cultivador de este tipo de poesía es Gerardo Diego, quien, en su libro Versos humanos (1918-1924) la utiliza como cauce de sus inquietudes estéticas y religiosas. El célebre soneto en el que describe el ciprés del monasterio de Silos destaca por el equilibrio de su estructura y la brillantez de sus imágenes. Una parte del texto se halla constituida por una sucesión de metáforas, al estilo de la poesía del siglo XVI. La idea metaforizada es el ciprés, clave de las imágenes: surtidor, lanza que acongoja al cielo, chorro, mástil, ,flecha, saeta y negra torre de arduos filos. Estos términos contribuyen a afianzar la idea de verticalidad, que, a su vez, remite simbólicamente a la piedad religiosa y a la elevación espiritual.

       Fíjate en que sólo al final reconocemos el término real (esto es, el ciprés de Silos) de las imágenes que ocupan el inicio del poema. Comenta las notas comunes de todas esas imágenes (verticalidad, ascenso, dinamismo)

       Explica cómo el poeta expresa su propia intimidad al ver reflejados sus propios deseos en la presencia del ciprés. Analiza, asimismo, el estado anímico del poeta cuando llega a Silos y el contraste con el ciprés.

       El intento de ascensión que anhela el poeta parece ponerse en entredicho en un par de versos.

 

 

ÁNGELUS

Sentado en el columpio

el ángelus dormita

   enmudecen los astros y los frutos

   y los hombres heridos

   pasean sus surtidores

   como delfines líricos

Otros más agobiados

con los ríos al hombro

peregrinan sin llamar en las posadas

 

La    vid a   es    un     único  verso   interminable

 

Nadie llegó a su fin

Nadie sabe que el cielo es un jardín

El ángelus ha fallecido

   Olvido

Con la guadaña ensangrentada

un segador cantando se alejaba

Imagen (1922)

 

"Ángelus"

(Vanguardismo– creacionismo)

 

      Al tratarse de un poema creacionista habrá que fijarse por un parte en las imágenes y metáforas faltas de lógica y por otra en la disposición tipográfica de los versos.

      No hay que olvidar el largo verso central que sugiere la idea sobre la que se compone el poema.

 

Federico García Lorca (1898-1936)

       Federico García Lorca (1898-1936) es el poeta más famoso de la Generación del 27. En Granada inicia estudios de Música, Derecho y Letras, que proseguirá en Madrid. Allí, en la famosa Residencia de Estudiantes, entabla relación con los poetas y artistas del momento. En 1929-1930 está como becario en Nueva York y hace un viaje a Cuba. En 1932 funda el grupo La Barraca, que lleva teatro clásico y moderno por los pueblos de España. Sus ideas políticas, cada vez más cercanas a posiciones revolucionarias, y su declarada homosexualidad le atrajeron odios que condujeron a su asesinato al principio de la Guerra civil.

    Su poesía está llena de calor y pasión. Tras sus primeros libros juveniles de tanteos e imitaciones (Libro de poemas, Canciones), su obra gira en torno a dos mundos poéticos: el popular andaluz del Romancero Gitano y el Poema del Cante Jondo, estilizado artísticamente en un lenguaje deslumbrante; y el surrealista y urbano de Poeta en Nueva York, libro rico en visiones casi intraducibles, sugeridas por las crudas impresiones que causó en el autor la contemplación de la vida norteamericana.

 

CANCIÓN DEL JINETE

Córdoba.

Lejana y sola.

 

Jaca negra, luna grande,

y aceitunas en mi alforja.

Aunque sepa los caminos

yo nunca llegaré a Córdoba.

 

Por el llano, por el viento,

jaca negra, luna roja.

La muerte me está mirando

desde las torres de Córdoba.

 

¡Ay qué camino tan largo!

¡Ay mi jaca valerosa!

¡Ay que la muerte me espera,

antes de llegar a Córdoba!

 

Córdoba.

Lejana y sola.

 

 

Canciones (1921-24)

"Canción del jinete"

(neopopularismo)

 

En los poemas juveniles de los miembros de la Generación del 27 queda patente su admiración por la lírica española de tipo popular. Durante un tiempo, algunos de ellos leyeron e imitaron los poemas de la lírica tradicional española recogidos en los cancioneros y en los romanceros de los ss. XV-XVII. Además, muchos de los poetas del 27 se interesaron por el folklore (las coplas andaluzas, el cante jondo…).

En este poema se advierte la sensibilidad lorquiana para los temas trágicos: la presencia de ese jinete, ese "hombre maldito", destinado a morir. Se trata de un sombrío cuadro de muerte en medio de una naturaleza que parece hacerse eco de la tragedia.

Observa originalidad de las imágenes y los símbolos: los colores, la ciudad de Córdoba.

Las fuentes tradicionales se dejan ver en la métrica (tipo de versos, estribillo).

Analiza el valor de la aliteración y las exclamaciones de la tercera estrofa

 

SURREALISMO.-

       A partir de 1927, los poetas del 27 empiezan a cansarse del esteticismo formalista. Se inicia así el proceso de rehumanización de la poesía. Ello coincide con la irrupción del Surrealismo, que también se oponía radicalmente a la poesía pura. Surgieron así libros de poesía fundamentales, como Sobre los ángeles (1927-1928), de Rafael Alberti; Poeta en Nueva York (1929-1930), de Federico García Lorca; o Pasión de la tierra de Vicente Aleixandre.

         Hay que señalar, sin embargo, que el Surrealismo español no es ortodoxo. Los poetas del 27 no practicaron la escritura automática; en sus poemas puede advertirse un hilo conductor. Lo que sí hubo fue una la liberación de la imagen que dio lugar a los procedimientos antes expuestos con el nombre de visiones e imágenes visionarias.

 

 

LA AURORA

La aurora de Nueva York tiene

cuatro columnas de cieno

y un huracán de negras palomas

que chapotean las aguas podridas.

 

La aurora de Nueva York gime

por las inmensas escaleras

buscando entre las aristas

nardos de angustia dibujada.

 

La aurora llega y nadie la recibe en su boca

porque allí no hay mañana ni esperanza posible.

A veces las monedas en enjambres furiosos

taladran y devoran abandonados niños.

 

Los primeros que salen comprenden con sus huesos

que no habrá paraíso ni amores deshojados;

saben que van al cieno de números y leyes,

a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

 

La luz es sepultada por cadenas y ruidos

en impúdico reto de ciencia sin raíces.

Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes

como recién salidas de un naufragio de sangre.

Poeta en Nueva York (1929-30)

       "La aurora"

 

Este poema, perteneciente al libro Poeta en Nueva York , es uno de los más representativos del Surrealismo español. El texto expresa, mediante visiones aparentemente incoherentes, toda la desesperación que Lorca percibe en la ciudad de Nueva York. Las visiones giran en torno a las ideas de suciedad (cieno, negras, podridas…), de violencia (huracán, enjambres furiosos, taladran y devoran, cadenas y ruidos…) y dolor (no hay mañana ni esperanza, gime, angustia, sudores, naufragio de sangre…). De este modo, la falta de cohesión gramatical es compensada con una coherencia semántica que sólo se percibe en un nivel interpretativo profundo, renunciando a la comprensión literal del mensaje.

Explica cómo la "aurora" se ve frustrada, asesinada, en un mundo que le es hostil (vv. 1-8) y cómo esa frustración se traslada a los seres humanos (v. 9-20). Comenta las imágenes con que lo expresa, pero no intentes "traducirlas" a términos demasiado concretos. Su potente sentido simbólico (de estirpe surrealista) requerirá muchas veces una interpretación más amplia o general.

Fíjate en que todas las palabras de significado positivo se ven inmediatamente frustradas por elementos negativos.

 

MUERTE DE ANTOÑITO EL CAMBORIO

 

Voces de muerte sonaron

cerca del Guadalquivir.

Voces antiguas que cercan

voz de clavel varonil.

Les clavó sobre las botas

mordiscos de jabalí.

En la lucha daba saltos

jabonados de delfín.

Bañó con sangre enemiga

su corbata carmesí,

pero eran cuatro puñales

y tuvo que sucumbir.

Cuando las estrellas clavan

rejones al agua gris,

cuando los erales sueñan

verónicas de alhelí,

voces de muerte sonaron

cerca del Guadalquivir.

 

*    *    *

 

—Antonio Torres Heredia,

Camborio de dura crin,

moreno de verde luna,

voz de clavel varonil:

¿Quién te ha quitado la vida

cerca del Guadalquivir?

—Mis cuatro primos Heredias,

hijos de Benamejí.

Lo que en otros no envidiaban,

ya lo envidiaban en mí.

Zapatos color corinto,

medallones de marfil,

y este cutis amasado

con aceituna y jazmín.

—¡Ay, Antoñito el Camborio,

digno de una Emperatriz!

Acuérdate de la Virgen

porque te vas a morir.

—¡Ay, Federico García,

llama a la Guardia Civil!

Ya mi talle se ha quebrado

como caña de maíz.

 

*    *    *

 

Tres golpes de sangre tuvo

y se murió de perfil.

Viva moneda que nunca

se volverá a repetir.

Un ángel marchoso pone

su cabeza en un cojín.

Otros de rubor cansado

encendieron un candil.

Y cuando los cuatro primos

llegan a Benamejí,

voces de muerte cesaron

cerca del Guadalquivir.

 

Romancero gitano (1928).

"Muerte de Antoñito el Camborio"

En este poema la influencia de la poesía popular andaluza se combina con el influjo del Surrealismo, visible en las asociaciones irracionales que el poeta establece entre elementos dispares (voz de clavel, verónicas de alhelí, verde luna…). Observa la presencia de elementos populares (el tipo de verso, la rima) y surrealistas (imágenes visionarias). Lorca ha conseguido personalizar los elementos prestados por la tradición infundiéndoles un aire totalmente nuevo a través de una serie de recursos estilísticos que deberás comentar (procedimientos metafóricos).

Señala el contenido netamente narrativo del poema, en el que se introducen, incluso, pasajes dialogados. Distingue las distintas voces del poema.

 

Partes: 1, 2
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