Los afrorisaraldenses: aportes a la historia contemporánea (página 5)
Enviado por Iv�n Alberto Vergara Sinisterra
Yo fui y le hice adecuación a todas las tierras que tiene el Ingenio, hasta el Canadá, ya quedamos en sembrar caña, se sembró caña, esa caña la trajeron de Mayagüez y de Providencia, yo la sembraba; el Ingenio empezó a producir la caña, se pasó de cortar porque era una tierra muy fangosa, donde se construyó el Ingenio, trajeron un Ingeniero de Puerto Rico y se trajeron un señor de… para secar la entrada del Ingenio, se estuvo un año y no fue capaz de secarlo; al año se tenía que empezar a recibir la maquinaria y el día que llegó el primer camión con la maquinaria, tuvieron que pagar una multa, porque la mula llevaba cargada mucho tiempo.
Yo tenía un muchacho que le llamábamos Arcadio, que era el cabo mío y le dije yo: Arcadio: nosotros somos capaces de secar esta entrada y me dijo: usted que dice don José? Si será? Usted que es el que sabe; y pasamos por la oficina del doctor Vásquez y le dije: doctor Vásquez: yo soy capaz de hacerle esa entrada que no hizo el doctor Lleras en un año y me dijo: que va! Si uno que se quemó las pestañas no fue capaz de hacerla qué vas a ser capaz de hacerla vos.
Le digo: doctor Vásquez: ensáyeme. Mire doctor Vásquez: deme ese contrato, no me da un peso hasta que no le entregue la entrada seca, cuando se lo entregue seca me lo paga, yo costeo todo lo que se necesite. Me agarré con tres trabajadores, hicimos la brecha, pedí la tubería, una tubería perforada, ésta era la carretera, entonces le metí filtros por aquí y filtros por allá y cada 20 metros le atravesaba otro, hice el trabajo así como lo pedí, que no me dieran 5 centavos. Cuando una tardecita habían un poco de doctores, no me dijeron nada, al otro día salió el doctor Vásquez el doctor Valencia y estuvieron allá mirando, se arrimaron a mi y me echó el brazo el doctor Vásquez y me dice: hay veces que uno se equivoca negro, y le dije: ¿por qué doctor? Y dijo: porque yo nunca creí que vos nos ibas a salvar como nos salvaste con esta entrada del camino. Para que vea doctor, uno ahí con su humildad, le dije.
Cassette 2:
Cuando sequé el terreno yo cogí mucha credibilidad y ya me dieron facultad de buscar personal y lo otro era que como yo tenía mis pesitos entonces yo pagaba, y a mi me pagaban cuando venía el paguito, que no se sabía cuando era. Seguimos hasta cuando montaron el trapiche, a eso le trabajaban día y noche, llegó la molienda, me dieron el contrato a mi por corte de caña; empecé a cortar caña con gente de aquí, no cortaban la que se chupaban, entonces tuve que pedir permiso al Ministerio de Trabajo, para que me dejaran traer gente de otras partes porque había un compromiso de la empresa, que tenía que darle trabajo a la gente de la región, pero no servían, entonces yo pedí permiso al Ministerio del Trabajo, exponiendo el por qué y me lo concedieron, en esa época era Ministro del Trabajo Mario Eastman un pereirano; me dieron el permiso, que exportara gente de donde la encontrara; entonces yo me fui un Sábado para Puerto Tejada, allá me encontré con unos muchachos que llaman los pescaitos y me hice amigo con ellos y les di trago hasta que ya, y le dije: bueno, yo vuelvo dentro de 8 días para que me tengan aquí una gente; a mi el ingenio me prestaba los carros.
Me fui por el primer enganche y traje ese carro hasta el alma, yo tenía aquí en el parque unas casas arrendadas, ese era mi campamento, a mi me fue gustando eso y esa gente me servía de gula para enseñarles a la gente de acá. Entonces hicimos un compromiso con el Ingenio: ellos me prestaban los carros que necesitara y cuando los necesitara para ir a enganchar, pero a la gente que veía buena les daba una cartica, los mandaba al Ingenio y allí los colocaban; en ese entonces les daban dos meses y hasta tres para que consiguieran la cédula, si no la tenían. Si yo le daba al Ingenio 10 ó 20 trabajadores me daban la oportunidad de colocarlos para que ellos trajeran más enganches entonces yo cogí jueguito: dejaba los más malos y al Ingenio mandaba los más buenos, hasta que cuando ya se abrió bastante el panorama, entonces traían gente de Zarzal, de Tulúa, por ahí de todos esos pueblitos, de Cartago, y así fue como esto se llenó de la raza negra, por aquí los negritos que venían no eran sino de Santa Cecilia, de Tadó, de Andagueda, pero toda esta negramenta la traje yo aquí, de todas las partes. Yo llegué a tener tres campamentos, manejaba 300 hombres y esos 300 le daban más rendimiento al Ingenio que mil que el Ingenio tenía, y los manejaba con dos hombres; dos hombres y yo manejábamos 300 personas; entonces al Ingenio le salía más barata la caña que yo le entregaba en el patio que la que ellos compraban; ya el Ingenio se estableció, pero cuando ya empezó a llegar toda la oligarquía, el ingenio empezó a cambiar de … y apriete, y apriete y apriete, hasta que me dejaron que yo ya no echaba ni balines, me tuve que retirar, a mi no me echaron y quedé con tanta rosca en ese Ingenio, que cuando me veo mal, a veces me voy y el Gerente me presta 100 o 200 mil pesitos, y los pago y quedé con una vara pero no pude seguir trabajando porque cuando ya retiraron al doctor Vásquez que era el amigo mío, se montó la corrupción, que para que el Ingeniero le diera un contratico, bueno a usted (señala con la mano signo $) y el doctor Vásquez me había dicho que no le diera plata a ningún sinvergüenza, que a ellos para eso les pagaban … Así fue la forma como yo llegué al Ingenio.
Yo tuve en el Ingenio muchas estrellas, yo tengo un diploma por ahí del bacón de caña de más tonelaje que alzara alguno de los grande era de diez toneladas y yo lo alcé de once y media, o yo lo alcé no, lo hice, salió de mi gente, y, hasta que ya me retiré del ingenio, ya me quedé por ahí braceando y ahí terminó lo del ingenio.
I: Don Wenceslao, ¿cuáles son los líderes más representativos que usted conoce de la comunidad negra?
W: De la comunidad negra que haya conocido aquí a un señor Quejada, el papá de Amancio Quejada, en el Departamento ese señor, pero ni social ni políticamente hablando hombre no. Y ahora tenemos a Atilano Córdoba y Juan de Dios.
Aquí en el municipio de La Virginia Arnulfo Caicedo y Edelmiro Ruiz, ya fallecidos y José Castillo, tres de la raza negra que hacíamos el hueco, ellos faltaron y yo quedé, y ahí estoy con la representación.
Teniendo en cuenta que en nuestra comunidad ya hay un principio que es esta curul mía, de esta curul mía pueden avanzar muchas cosas, se pueden lograr acuerdos con Diputados, ya no en nombre mío o para mi si no para otra persona joven que venga y así poder tener otra diputación, en fin lo que planteo es que el grano de arena de mi parte está puesto, lo que falta es que venga gente joven y quiera levantar esta bandera, que yo la entregaría para ir renovando la gente y poder avanzar. Yo no he podido ir a buen retiro porque justamente no haya quien entregar esa bandera.
Anexo B. Entrevista de Atilano Córdoba Maturana
Iván: Lo que buscamos es ofícializar la historia de la comunidad negra en el Departamento, entonces la pregunta es Atilano: ¿desde su perspectiva qué sabe de la historia de la comunidad negra en el Departamento?
Atilano: Cuando se habla de la comunidad negra en el Departamento de Risaralda, básicamente tenemos que trasladamos hacia el Occidente del Departamento, es decir, al Municipio de Pueblo Rico y concretamente al corregimiento de Santa Cecilia, donde un elevado porcentaje de sus moradores pertenecen a la etnia negra.
La verdad es que ha sido una región supremamente abandonada por los gobiernos tanto del orden central, como del orden regional; parece que este municipio con sus dos corregimientos: Villa Claret y Santa Cecilia, no pertenecieran al Departamento de Risaralda.
Sus aportes en cuanto al aspecto de la educación ha sido muy importante y básicamente comenzó a crecer a partir del año 1974 cuando se comenzó a exportar, si se me permite el término, docentes hacia diferentes municipios del Departamento de Risaralda. En el aspecto del folclor, tuvo su época muy importante entre los años 1968 y 1972, cuando en la administración del presidente Alfonso López Michelsen se hablaba de las dos Colombias, el grupo de danzas del corregimiento de Santa Cecilia llegó a ocupar el segundo puesto a nivel nacional y comandado siempre por una persona muy comprometida en este aspecto del folclor, desde el punto de vista empírico como es el señor Nohelio Cuesta. Creo que ese aporte que se hizo, desde el occidente hacia la parte céntrica del país, no se le dio la verdadera dimensión que se merecía; también en el aspecto de la agricultura, tuvo su momento floreciente, la riqueza básica, por allá entre los años '53 hasta el '70 más o menos, estaba en el cultivo tradicional del cacao, pero a través de la Federación Departamental de Cacaoteros que existía, se trató de cambiar la mentalidad a la gente, de acabar con el cacao tradicional y sembrar una nueva variedad que esta Federación le llevó a la comunidad donde los gastos eran supremamente elevados porque antes la gente lo único que hacía era sembrarlo y rozarlo; esta otra variedad, había que mantenerla a través de abono de crecimiento, abono de producción, o sea desde el punto de vista técnico, y la verdad es que con esto sucedió lo mismo que con la crisis del café: se cambió el café tradicional por el nuevo con el argumento de mejorar las condiciones de vida de la gente y finalmente lo que llevó fue al acabose.
A partir de allí, vino una especie de economía de subsistencia a través del lulo, el maíz, el plátano y el chontaduro fundamentalmente; pero desafortunadamente por la falta de visión de muchos coterráneos hubo una época donde se enamoraron mucho del municipio de La Dorada (Caldas) y de Puerto Boyacá, entonces comenzaron a vender ahí sus tierritas y a emigrar hacia estos dos municipios y fue así como las tierras cercanas al área urbana, fueron quedando en manos de los mestizos que llegaron a Santa Cecilia; también la gente acabó con una riqueza natural muy interesante como era la guadua; nosotros desde nuestra óptica como maestros, tratamos de educar a la gente en el sentido de no acabar con este recurso, allá lo denominaban la sobrebasa, el tronco de la guadua y los famosos varillones, trayéndoselos fundamentalmente a La Virginia y Pereira; la consigna nuestra era aprovechar ese recurso para lo que se requiriera en materia de mejoramiento de vivienda y construcción de nuevas casas en Santa Cecilia, pero no esa tala indiscriminada porque en corto tiempo lo que era nuestro y lo teníamos ahí en cantidad, nos iba a tocar "importarlo" y como ustedes pueden ver, en ese aspecto, lo que fue la guadua, el dinde y el guayacán que eran maderas en abundancia, ya casi están extinguidas. Esa serie de cosas ha llevado a hacer mucho más crítica la calidad de vida de nuestros coterráneos.
En el aspecto de la cultura y de nuestras costumbres tradicionales, también se fue minando por la manera casi dictatorial que impuso el presbítero español de las Islas Canarias Salvador Cruz Santana, quien quería que esta parte folclórica, cultural, fuera perdiendo su vigencia y esa coherencia que manejábamos los negros, desde nuestra óptica, diría yo, de herencia africana, y más bien quiso acabar con esto e imponer allí, esa parte europea; yo recuerdo allí las cosas que nos tocaba hacer como estudiantes: los cantos, fundamentalmente en un 99% eran de herencia española, a nivel de los símbolos patrios básicamente nosotros vinimos a conocer que existía una bandera colombiana y un himno colombiano. A partir de 1967 que se comenzó a gestar en forma la educación secundaria en Santa Cecilia, antes lo que uno manejaba a nivel de uniforme era con símbolos que representaban o la parte del Vaticano o la parte de España, todo de memoria, todavía recuerdo parte del himno de España que nos tocaba cantarlo, las famosas marchas nupciales, estilo caudillo del General Franco, en fin, eso en sus primeros inicios se considero ahí como una colonia española, a pesar de estar ubicado en territorio colombiano; vinimos a conocer y asomamos a esa frontera como les dije antes a partir del año 67".
Esa fue una educación muy férrea, donde no se tenían posibilidades o eran muy mínimas, de poder uno controvertir, además el arma principal fue la del temor a través de nuestros padres, los mismos maestros y por ende pues de él, que lo miramos como un ogro, los castigos no eran donde se fomentara y se buscara la corrección, no sólo en los estudiantes sino básicamente en toda la comunidad, los castigos eran físicos, tirones de oreja, coscorrones, en la cabeza le clavaba a uno tres cuatro cinco coscorrones y dos o tres cachetadas sobre todo a los que eran de un color más o menos claro, eso le quedaban ahí marcados los tres o cuatro dedos en los cachetes, depende de la cantidad que le pegara, y esto influyó mucho en nuestros padres quienes se consideraban unos fieles admiradores de él, pero no por su obra ejemplar, ni porque conscientemente así pudieran determinarlo, era por esa cohesión que desde el punto de vista psicológico, desde su llegada, él habla generado en la comunidad adulta, lógicamente en la joven y en la infantil.
Se cambiaron algunas tradiciones como el Día de la Virgen del Carmen, si mal no estoy era el 16 de Julio; era su celebración y el hombre pues, digo yo, y esa es la lectura que hago hoy en día, la hizo mucho más rentable pasando de un día a 8 días, entonces le asignaba responsabilidades a las veredas: "a usted le corresponde esta celebración, mañana a esta y así", entonces cada vereda tenía que asumir los gastos de lo que significara el día de su celebración, entonces sí con la tradición que se tenía el primer día eran en ese entonces cien o doscientos pesos, por decir cualquier cifra, en estos 8 días, los ingresos eran mejores, el incremento era de un 700 u 800%, igual cosa con San Isidro, pues también era una fecha muy respetada en Santa Cecilia, eso a la final también la convirtió en algo muy rentable, los resultados de las fiestas no eran para mejorar ni la parte física ni las condiciones de vida de la gente sino que él no le daba respuesta a la comunidad en ese sentido y mi mamá que era su fiel admiradora sembraba dos cuadras de yuca un año antes para que el día que llegara la fiesta de San Isidro el producido de esas dos cuadras estuviera listo para entregarlo al cura, lo mismo hacia la gente con sus gallinas, con los huevos, con los cerdos y las reses; ahí había un señor Francisco López que fue enfermero, casi vitalicio en Santa Cecilia, él donaba un novillo cada año, don Eduardo, quien manejaba la famosa hacienda de Bacorí, también, daba su novillo, un señor Eleázar Colorado, un novillo. En el altar se colocaban unas sábanas grandes donde el coordinador principal de esas fiestas y muy amigo del padre, el señor Juan Palomino, quien aún vive, tenía el control del billete y eso lo veía uno como muy hermoso, pero realmente esto iba a engrosar las arcas del padre Salvador Cruz Santana.
Por allá iniciamos un grupo de hijos de Santa Cecilia comandados por Juan de Dios Mosquera, Aristides Pino, Oscar Maturana, Orlando Córdoba, Cruz Pastora y Atilano y otros cuyos nombres se me escapan, viendo que la situación de nuestra comunidad era deprimente y solamente se acordaban en épocas preelectorales para ir a repartir dos bultos de cemento o esa teja campesina, que se denomina de cartón, nos hicimos el propósito de hacer alianzas políticas porque los permanentes señalamientos que se nos hacían, a través del cura y sus secuaces, no permitía que la clase política llegara a nosotros y nosotros a ellos hasta que tuvimos la oportunidad de hablar con el doctor Oscar Vélez Marulanda, nos comprometimos a ayudarle desde el punto de vista electoral, cambiando unas prácticas electorales tradicionales, que lo que estaban era dividiendo a la comunidad y que él se comprometiera con un programa a corto, mediano y largo plazo, encaminado a mejorar las condiciones de vida de nuestros coterráneos como era llevar la energía eléctrica a nuestro pueblo, pues allá nos alumbrábamos con" mechones" de petróleo, la televisión tampoco entraba; en materia de salud, la construcción de un hospital y su dotación tanto de los médicos como los medicamentos requeridos para el tratamiento de ciertas enfermedades que se dan en esa zona; pensar en algunas mejoras viales sobre todo en materia de limpieza de caminos y los puentes colgantes, pues a pesar de tener un río, el San Juan, que es muy caudalosos, no se usa la canoa ni ningún otro medio fluvial, sino que se utilizan los puentes colgantes, en fin; en materia deportiva, organizar algunas canchas ya que nosotros aprovechábamos para hacer el deporte, lo que se le podía "robar' al río en sus playas en época de verano o hacerlo en medio de los fangos que habían en la placita principal en ese entonces y en un sitio denominado La Colonia, hoy llamado "Amurrapá" en honor a un río que pasa por ese sector; por las mismas condiciones diría yo y falta de oportunidades en nuestra gente, el docente se tomó como el eje principal de la familia del cual dependían todos desde el punto de vista económico y en la medida en que ese docente tenía la oportunidad de salir de Santa Cecilia, buscando mejorar sus condiciones de vida y de su parte intelectual, no era sólo ese docente quien se desplazaba sino que el desplazamiento era de familias, de todo el núcleo familiar, entonces vamos a encontrar algunos núcleos que se establecieron en La Virginia, otros en el municipio de Dosquebradas y otros nos establecimos aquí en Pereira, entonces la comunidad poco a poco se fue desintegrando; hoy las condiciones han variado, ya no es por la dependencia sólo de quien trabaja sino por la llegada a ese sitio que antes era un remanso de paz, de los diferentes actores de la violencia: la subversión, los paramilitares etc., esto ha hecho más gravosa la situación de nuestra gente quienes ya se encuentran diseminados, diría en un 40% de los municipios del departamento, pero fundamentalmente en el Área Metropolitana: Pereira, La Virginia y Dosquebradas; eso es a grandes rasgos lo que podíamos significar de la parte histórica de la comunidad negra en el Departamento, partiendo de la génesis del Corregimiento de Santa Cecilia hacia el interior del Departamento.
Iván: ¿Qué sabe de la historia de la comunidad negra en La Virginia, qué datos iniciales conoce fuera del proceso expansivo poblacional de la comunidad al resto del departamento?
Atilano: Si, la verdad es que frente al asentamiento de la comunidad negra en La Virginia es muy poco lo que conozco a excepción de un libro que tuve la oportunidad de leerme, titulado "La historia de La Virginia no recuerdo su autor. En este libro se habla de que existieron unos palenques de la comunidad negra, por eso es la mezcla que se da entre sus diferentes moradores, su mayor tendencia es hacia la etnia negra, por esa mezcla que logró darse de las dos razas en ese entonces… el libro es del escritor Bernardo Arias Trujillo que en honor a él lleva el nombre el colegio; de pronto también tuve la oportunidad por comentarios de moradores de La Virginia, un señor Arnulfo Caicedo, quien se hizo con mucho sacrificio allí en La Virginia, a quien se le reconoció por su capacidad de gestión y por su manejo pluralista y pluriétnico, donde le ayudaba a las gentes sin importar su color ni su procedencia y lo he recibido más bien de los mestizos que recibieron sus beneficios y también de los amigos de la etnia negra con quien he tenido la oportunidad de hablar; en ese aspecto, unos lo apreciaban, otros lo odiaban y desde el punto de vista político su situación fue muy difícil, pero como más fue el bien que el daño que hizo, entre comillas, según sus detractores, eso permitió incursionar por largo rato, ganarse el reconocimiento de la gente buena de La Virginia, y haber dejado posicionado a su familia que desafortunadamente no supieron aprovechar esa herencia que el papá les dejó.
Iván: ¿Y en el caso de Pereira, doctor Atilano?
Bueno, en el caso de Pereira, yo llegué aquí en el año de 1977 después de cumplir con un tétrico viacrucis, producto de una sanción que me impusiera el cura de Santa Cecilia, Salvador Cruz Santana, y con el propósito, según me lo decía la Secretaria de Educación en ese entonces, Luz Mary Arango, para no excluirme del magisterio; se me sancionó enviándome para una de las veredas de Santa Rosa llamada Santa Bárbara; la verdad que esto para mi fue muy duro, porque el cambio fue demasiado brusco, pero logré superar este problema de tipo social, étnico y geográfico porque en la vereda el hecho de ser negro y que era la primera vez que llegaba un negro allá, eso fue muy duro, al principio creó temor, pero desapareció como al cabo de los cuatro meses cuando comencé a mostrar algunas cosas que de pronto a través de la educación los docentes allá negaron a prestarle a la comunidad, tuve la oportunidad de cumplir con dicha sanción y me hice muy amigo de la Supervisora en ese entonces, Gloria Inés Ramírez y en el año, 1977 la trasladaron a ella aquí a Pereira y por ende también me colaboró con mi traslado porque en ese tiempo los Supervisores tenían esa potestad, de sacar y entrar, de nombrar y descalificar etc., tenían un poder casi omnímodo y llegué al Barrio Ormaza, la escuela de ese entonces llamada Juvenal Cano Moreno y en el año de 1980 ya nos pasamos al Centro de Desarrollo Vecinal, denominado CDV, que fue una de las grandes ejecutorias de la administración López Michelsen, pues se crearon en ese entonces 15 CDV en el país, cada uno con filosofía diferente; el de aquí de Pereira se dedicó a la educación como el de Cartago, se limitó al procesamiento de la bienestarina, el de Caldas estuvo encaminado a la ebanistería etc., a partir de ahí el contacto permanente con la comunidad una cosa y otra, me llevó a ir pensando en nuestros hermanos ya que había un sitio aquí, denominado La Cosmopolita, era como el sitio de encuentro y ubicado en el sector de la galería, donde confluían todos los negros de diferentes partes del país, esa era como la embajada, allá el negro que no encontrara usted, no lo buscara en Pereira, pues no habla llegado. La situación deprimente de nuestra gente, donde sólo se reunían a beber y a dejar en esas prenderías lo poco que conseguían con mucho esfuerzo, la ropa, los relojes etc., y a exponerse ahí a los "raponazos" permanentes, entonces nos surgió la idea con otro grupo de amigos de Santa Cecilia, que ya estaban ubicados aquí como la familia Palomino, la familia Mosquera del sector de Juan de Dios y la familia de los Pino, los Córdoba entre otros y comenzamos por organizar la colonia de Santa Cecilia y creamos aquí la Asociación para el Progreso de Santa Cecilia y editábamos también un boletín llamado La voz de Santa Cecilia, desde donde le contábamos a nuestros hermanos de Santa Cecilia las gestiones que hacíamos acá encaminadas a mejorar el pueblito; las noticias en materia de los enfermos que llegaban aquí de los que se morían en fin, era múltiple el informativo y a la vez también publicábamos las inquietudes que de allá nos llegaban; pero la situación fue creciendo por la llegada casi cotidiana, sobre todo de la gente del Chocó en búsqueda de trabajo y todo y fue así como nos tocó darle apertura a otros hermanos negros que venían de sitios diferentes a Santa Cecilia y desapareció esta colonia Ceciliana y entonces buscamos el nombre de un personaje negro de importancia, de trayectoria, de talento, poco reconocido aquí en el país, para darle esa identidad a esa nueva organización y acordamos por esa época darle el nombre de la Corporación de Desarrollo Social Diego Luis Córdoba; por otro lado, surgieron otros grupos que luchaban por la reivindicación de la comunidad negra asentada aquí en Pereira como el caso de Soweto convertido luego en el Movimiento Nacional Cimarrón, del cual yo formé parte con dirigentes connotados y muy queridos de diferentes sitios del país y así sucesivamente en la medida que fueron llegando otros se fueron organizando, pero todos como islas. En el 80' tuve la oportunidad de ser el representante del Sindicato de Educadores ante la Junta Departamental de Escalafón, eso me permitió recorrer todo el departamento, conocer mucho más de cerca el gremio e imbuirme en esta responsabilidad que habla adquirido a pesar de que esa decisión se tomó más por presión de los maestros de base que por la voluntad de la Junta Directiva de ese entonces, quienes siempre han venido jugando, porque todavía persiste por las lecturas que hago, esa política partidista al interior de la organización sindical del gremio del magisterio y eso me dio la oportunidad de estar mucho más cerca de los Secretarios de Educación de esas épocas y poderle ayudar a un buen número de amigos a que ingresaran al magisterio, venidos de diferentes partes del país, pero fundamentalmente en un alto porcentaje venidos del Chocó; esto fue tomando fuerza. Combinaba mi actividad docente con el trabajo social y comunitario; aquí alcanzamos a levantar algunas casas de amigos nuestros que tenían su lotecito pero que por la pobreza no tenían esa oportunidad de pagar un maestro de obra o trabajadores para terminar su casita; entonces acopiaban el material y nosotros en jornadas los sábados y domingos nos íbamos y les levantábamos empíricamente sus ranchitos, pero le estábamos resolviendo a nuestros hermanos y fue así como logramos levantar de 10 a 12 casas; y fuera que lográbamos materializar ese anhelo, también servía para vernos, integrarnos y afianzar mucho más esos lazos de solidaridad. En esta parte con las nuevas -disposiciones que fueron saliendo en materia de descentralización y que se puso en marcha con la elección de los Alcaldes Populares, por tradición y por amistad, pues surgió uno de los candidatos en ese entonces con mucha opción llamado Jairo Arango Gaviria, quien efectivamente ganó y fue el primer Alcalde por elección popular aquí y ya me dio un espacio en lo que hoy es la sede de la Alcaldía Municipal para el manejo ad-honorem del Movimiento Comunal aquí en Pereira; de hecho que esa vino a ser como mi incursión mucho más grande para pensar más adelante en una aspiración política; comenzamos a hacer un trabajo con mucha seriedad, atendiendo a la gente y en la medida que las oportunidades se nos iban presentando, le íbamos ayudando a nuestra gente; porque uno de los grandes problemas y que todavía sigue latente, ya en menos escala que ahora años, es el poco nivel académico de nuestros hermanos (comunidad de Santa Cecilia solamente), eso es una realidad que nosotros no podemos desconocer y desafortunadamente esa es una limitante para poder acceder a muchos cargos públicos, entonces mientras no le trabajemos a esa parte y que aquí el grueso de la comunidad negra, que se veía en ese entonces y que aún sigue primando esta básicamente en el sector de la docencia ya ha nivel de otras áreas, los profesionales son muy pocos, que ya ahora pues si se viene preparando sobre todo en algunas carreras acordes con la realidad de la región y lo que se brinda aquí en materia de Economía, Derecho, Administración de Empresas etc., pero esta dinámica en este desarrollo académico de nuestros hermanos es muy reciente.
Estando ahí, desde ahí con mi hermano y por petición del Alcalde, comenzamos a trabajar, dándole cumplimiento a uno de los postulados sobre las J.A. L y fue así como impulsamos esto y convertimos a Pereira en el segundo municipio del país donde se ponía en marcha esa división geográfica del municipio en comunas y corregimientos, y como fuimos los gestores de este proceso en asocio con el doctor Oscar Arango, de quien en materia comunitaria me quito el sombrero, ya también aprovechamos ese espacio para trabajado en ir teniendo nuestros representantes en esos espacios de elección popular y fue así como en la primera postulamos a Orlando Córdoba y fue comunero durante dos periodos, entonces ya descansó él y seguí yo y también estuve ahí durante dos períodos, pero la apatía de nuestra gente a participar en estos procesos ha sido muy difícil aquí, sobre todo en los procesos organizativos, porque lo que más se ve en ellos es la pedagogía de la desorganización, esa es la cultura, la cultura de la desorganización y manejan cosas muy coyunturales, de pronto a perseverar en lo que tienda a construir para nosotros, éste ha sido un proceso muy largo con muchas dificultades, combinado lo uno con lo otro, fue así como en estos espacios de elección popular, nos fuimos ganando el reconocimiento y el respeto y la confianza de muchos pereiranos y de algunos hermanos nuestros y comenzaron a calentarme el oído, para que incursionara de lleno en esto de la política, pero déjenme decirles, que cuando me encomendaron el revivir la Asociación Municipal de Juntas de Acción Comunal aquí en Pereira, nos fuimos a una elección de esa junta en el Salón Espejo del SENA; yo gané y me designaron Presidente de la Asociación, pero el grupo opositor al Alcalde de ese entonces, que era el gavirismo, recientemente desligado del grupo del doctor Oscar Vélez Marulanda, quedó inconforme y los grandes titulares que sacaron fueron "el gavirismo la vio negra con Atilano Córdoba" en la Presidencia de la Asociación Municipal de Juntas de Acción Comunal; recuerdo que eso se llevó a extremos, demandaron aquí mi elección porque no aceptaban que yo estuviera al frente de la misma, así dijeran ellos que los argumentos fueran de tipo político, en el fondo también fuera de lo político, también era lo étnico. Y después de un proceso de 7 meses, a pesar de que demostramos la legalidad de mi elección, que la DIGIDEC en ese entonces, era el órgano representante aquí del Ministerio de Gobierno, hoy llamado Ministerio del Interior, había concedido el permiso para la realización de esa asamblea, desaparecieron ese permiso y el único argumento que encontraron para declarar la nulidad de esa elección fue la extemporaneidad, que se había realizado de manera extemporánea y que por lo tanto se declaraba la nulidad de mi elección.
Volvimos a la realización de elección dos meses después, toda la maquinaria del gavirismos en las diferentes esferas del gobierno, tanto en la Alcaldía como en el Departamento y los políticos, Concejales y Diputados de ese grupo manejaron todo y donde había un amigo o simpatizante de Atilano, lo descabezaban, agenciados por un señor Luis Gonzaga Suárez que era el representante en el Departamento de las Juntas de Acción Comunal, de hecho que esto nos llevó a una convocatoria; la verdad hice todo lo posible, la ayuda que encontré por el lado del movimiento del doctor Oscar Vélez fue muy poca porque no creen si no en las bases, en cuanto a lo electoral, pero ya en cuanto a lo demás no les interesa mucho oxigenar a los líderes que vayan surgiendo, lógicamente por el mismo temor y los celos que sienten al darle demasiado impulso a los Iíderes que vaya a llevar al traste con sus aspiraciones y con los manejos que ellos tienen, de hecho que al llegar por segunda vez a esa nueva elección donde a elegir a 16 dignatarios yo incluí ahí en mi lista, 10, pensando que mínimo saldría yo con tremenda sorpresa que a pesar que ellos pusieron a funcionar toda su maquinaria; ellos obtuvieron el 50% y la lista mía el otro 50%. Esto causó un revuelo de tipo político en el gavirismo donde no entendían que como ellos con todo el poder, con toda la maquinaria que se la habían metido a este proceso electoral, se hubieran dejado ganar de Atilano Córdoba que no tenía ni la maquinaria política, ni tenía tampoco la maquinaria a nivel de los funcionarios públicos; a partir de ahí, comencé a ganarme un respeto y a ir construyendo el trabajo comunitario, pero también mirando las cosas desde el punto de vista pluralista y de esa parte de pluriétnico, impulsamos desde esa asociación con otros amigos la creación de la Federación Departamental de Acción Comunal y fuimos llevando a municipios como Santa Rosa, Guática etc., y a La Virginia, conferencias tendientes a organizar desde el punto de vista geográfico y administrativo de comunas y corregimientos, este proceso en algunos municipios; trabajé muy duro esa parte y a nivel nacional tuve muchas oportunidades y el mismo grupo de amigos que trabajamos esta parte, nos comprometimos a crear la Confederación Nacional de Acción Comunal, la gestamos aquí en Pereira y la creamos aquí en Pereira, o sea nació aquí, dentro de los cuales estuvo el aporte, el grano de arena de este humilde servidor. En el año 1994, me calentaron tanto el oído para la cosa política, pero me preocupaba el que no contaba con los recursos económicos, más sin embargo ensayamos y la respuesta fue muy buena de los amigos, cuando yo hablo de los amigos me estoy refiriendo a las personas que creen en Atilano y aún siguen creyendo y que reconocen en uno el empuje y el trabajo y los aportes que se han hecho aquí en el municipio de Pereira, pero acudiendo a algunas propuestas que reñían con mis principios me hicieron amigos que salieron electos también allí, recuerdo a Luis Enrique Arango, a Carlos Alfredo Croswite, a Juan Hurtado Cano, etc., yo ya había adquirido unos compromisos para la conformación de la mesa directiva, me fueron a visitar a mi casa para que me "volteara" como se dice en el argot popular y con el voto mío resultara electo Presidente del Concejo Municipal de Pereira, pero uno apenas incursionando en la cosa política y con todos los riesgos que esto implica, de hecho yo no podía aceptar esa proposición bastante tentadora pero riesgosa; pero como aquí no había llegado de forma directa un negro a ser electo al Concejo de Pereira, esto causó mucho revuelo, porque derroté gente que había invertido mucha plata y que creyó que con la plata iban a salir y como no lo lograron, entonces vieron en Atilano Córdoba un peligro para sus intereses y demandaron mi elección con el argumento que no había renunciado a tiempo del magisterio; este fue un argumento más de tipo político que de tipo jurídico, pues en el magisterio tenemos nuestras excepciones en el país; en ese entonces fueron electos conmigo 468 concejales docentes y activos, yo al menos había renunciado, pero los otros eran maestros activos y más sin embargo, contra ellos no cursó ningún tipo de demanda ni proceso en el Consejo Estado por comunidad alguna. Estuve allí al frente tres meses; a los tres meses un proceso que siempre duraba en ese entonces, mínimo 6 meses y máximo 2 años, eso lo hicieron en corto tiempo, donde el gran impulsor de eso fue el doctor Marcos Marín, profesor que me dio Derecho Administrativo en la Universidad Libre, muy querido por cierto, cuñado del Gobernador de Caldas y cuñado del que le correspondió llevar mi caso en el Consejo Estado, entonces esa fue la razón por la cual ese proceso fue un proceso abreviado, más sin embargo, seguimos combinando nuestro trabajo hasta que volvimos a ser la intención de aspirar y fue así como llegamos nuevamente a este escenario, casi con una votación doble a la anterior, de las 19 curules, yo ocupo la de la votación en el municipio; pero aquí hubo algo muy interesante de lo cual Fanor hablaba, la desorganización de nuestra gente y todo, pero esto es un proceso que requiere mucha paciencia, esto es un proceso que camina demasiado lento, recuerden ustedes que aquí tratamos de conformar la Federación Departamental de Negritudes, donde nos fijáramos unos objetivos muy concretos en tomo a la problemática Afrorisaraldense, sin renunciar cada uno, desde su organización social a la cual estuviera al frente pero no, aquí esto no se pudo dar, en todo este proceso antes de mi elección, pues surgieron varios candidatos de la comunidad negra entre otros Amancio Quejada, Fustel Manyoma, Heladio Jaramillo y yo, hicimos varios intentos de reunión para buscar acercamientos y sin tener que manejar un lenguaje únicamente de la etnia nuestra, pudiéramos o lograr ese propósito desde el punto de vista del fortalecimiento electoral, más sin embargo, cada uno consideraba que ya tenia asegurado su elección y fue así como no pudimos llegar a ningún acuerdo y de las cuatro listas donde encabezábamos aspirantes de la comunidad negra, de hecho el único en llegar fui yo; creo que este hecho desde el punto de vista político, dio también un golpe a mis enemigos políticos aquí en el municipio de Pereira, donde se demostró que a pesar de ese primer revés que había sufrido, pero que desde el punto de vista sicológico no me debilitó para seguir trabajando y la credibilidad inspirada hacia mis amigos que están bien aterrizados que reconocen el trabajo, que necesariamente tiene una visión de futuro, pues nos permitió acceder nuevamente allí, donde hemos jugado unas cosas que creo son bastante interesantes de resaltar, esa parte allí más o menos a nivel de mi incursionamiento en la parte política la presento porque son aportes que desde el punto de vista político hemos hecho aquí a la comunidad de Pereira; desde el punto de vista del trabajo comunitario, también ahí tenemos hechos evidentes que han servido, se mantienen en el Departamento y en el Municipio, ahí existen todavía las J.A.L, existe la Asociación Municipal de Juntas, existe la Federación Departamental de Acción Comunal y a nivel nacional, existe la Confederación Nacional de Acción Comunal, de donde ya algunos también la han tomado como trampolín para sus aspiraciones a cargo de elección popular como es la de Senado y Cámara, pero han sido derrotados porque el trabajo de base como elemento primordial no lo han sabido canalizar. Desde el punto de vista folclórico, así uno no comparta ideológicamente su comportamiento y procedimiento, hay que resaltar el trabajo realizado en ese entonces por el señor Juan Mena, yo recuerdo cuando recién llegué aquí, él tenía su programa radial en Caracol de una audiencia bastante grande donde se difundía música del Litoral Pacifico; fundamentalmente trabajó mucho las danzas y con su formación y vinculación al Sena, creo que para ese entonces fue un aporte bastante interesante, desafortunadamente por celos, no permitió que creciera de manera colectiva, no le dio acceso a otras gentes, por eso cuando él salió, se acabo todo. En el aspecto de la docencia también los aportes negros ha sido valioso y reconocido por la comunidad pereirana: primero porque desde el punto de vista tradicional, el concepto que manejan los mestizos es que los negros somos muy buenos educadores, sobre todo por la responsabilidad y la manera como uno asume su compromiso desde el punto de vista docente y los tenemos ubicados en mayor proporción a nivel de la básica primaria y secundaria, pero también con unos personajes muy importantes en la Universidad Tecnológica fundamentalmente, porque a nivel de la Libre, han sido muy elitistas, apenas se viene democratizando un poco ahora, es decir, en el aspecto de la educación hemos jugado un papel bastante importante, creo que ese es un aporte que ahí tenemos, no para contarlo sino para que la gente lo confirme con los resultados que de diferentes instituciones se han mostrado. También hay que resaltar el aporte en el crecimiento vial y urbanístico de la ciudad, aquí la mayor parte de la mano de obra en el mantenimiento y reparación de vías y en la construcción es mano de obra de nuestra gente que, así desde el punto de vista académico, no tenga una formación, de todas maneras con su fuerza natural han logrado que los que han tenido acceso a la educación, al dinero y todo, puedan tener una buena comodidad desde el punto de vista de la vivienda y desde el punto de vista vial.
En el aspecto comercial ha habido asomos, por ejemplo en el comercio se han mantenido Orlando Córdoba con su distribución de materiales para la construcción; en el campo de la alimentación, aquí hubo un restaurante muy famoso, ubicado cerca de la galería que era de una señora María de los Santos Mosquera, que se convirtió en una embajada de las negritudes aquí en Pereira; hay que destacar la estabilidad y la trayectoria que tiene el restaurante Aristi de don Américo, donde se está generando también trabajo, entonces son cosas y que está bien posicionado aquí en el municipio de Pereira; bueno por las dificultades que en materia económica hay en nuestra gente, de hecho que no ha habido como una muestra grande o al menos mediana de incursión en el comercio, algo que también se dio en una época que también fue muy creciente fue el trabajo de nuestras hermanas como empleadas del servicio doméstico y muchas aprovecharon también ahí en algunas casa que les permitía, irse cualificando, terminar su bachillerato, otras llegando hasta terminar su universidad e independizarse. Creo que la sustitución de las madres por ellas es un gran avance, pues es otra manera de aportar al progreso de la ciudad.
En el agro la presencia ha sido esporádica, en épocas de la cosecha del café; en el aspecto deportivo también tuvo su momento; el mayor apogeo estuvo en la parte del fútbol y del boxeo del cual surgieron dos figuras: Mario Sánchez que llegó a pelear nacionalmente y Aristides Pino, ellos fueron nuestros embajadores aquí en el boxeo, afortunadamente a tiempo miraron que ese no era el camino y prefirieron retirarse, Pero le dieron por un lapso de unos 8-9 años nombre al deporte del boxeo aquí en el Departamento del Risaralda. En el campo del fútbol a nivel de integración y entre las diferentes comunidades negras asentadas aquí en
Pereira, pero producto de la desorganización nuestra no se ha avanzado en eso, yo tuve la oportunidad de conseguir en un evento muy importante "La Copa Ciudad Pereira", conseguí el cupo a través del doctor Ramírez de la Corporación Deportiva Centenario de Pereira, para mostrar lo que tenemos, pero llevamos un año tratando de organizarlos pero creo que ese cupo se va a perder porque hasta ahora no se han podido poner de acuerdo, pues todos quieren ser Pacho Maturana y que si no son Pacho, no hay nada.
En el orden deportivo creo que las falencias no son de nuestra comunidad sino que el deporte es la gran cenicienta aquí y en todo el país, bien hemos logrado que se den algunas cosas desde el modesto trabajo que he venido desarrollando como Concejal aquí en Pereira, venimos impulsando que tengan acceso a vivienda, lo que sucede es que algunos hermanos nuestros quieren todo con el paternalismo, que se les regale todo, pero desafortunadamente una cosa es uno en su tierra natal y otra cosa es en la ciudad, donde aparentemente nuestra gente le da importancia cuando se le dice, vea, se le regala todo, Pero cuando se le exige su sacrificio desde el punto de vista económico, "no tenemos como", pero para el trago y el desorden y el derroche, ahí sí resulta, y no se quisieron aprovechar en parte algunos subsidios generados por el gobierno nacional, pero logramos que por ahora esté sobre el papel, pues uno de los compromisos con el próximo Alcalde, Germán Darlo Saldarriaga, es poner en marcha la Oficina de Asuntos Étnicos y Desplazados en el Municipio de Pereira, que gracias a mi gestión fue creada allí y además se va a respetar que la conducción de la misma sea por gente de nuestra etnia.
Tenemos el espacio en la Junta Municipal de Educación, también el espacio en el Consejo Municipal de Planeación, tenemos unos espacios que si bien es cierto no son muchos yo creo que en la medida que vayamos concientizándonos, que mientras no nos fortalezcamos desde el punto de vista político, las posibilidades para nuestras comunidades no van a ser las mejores de la noche a la mañana, porque así se tenga la mejor intención, si por dentro desde el punto de vista político no tenemos "doliente", es muy difícil que las cosas se den, pero que (o que durante tantos años no se ha podido lograr por nuestra desorganización, no podemos exigirle a la gente a quien nos vaya a representar allá en cualquiera de estos espacios de elección popular, que tenemos que resolverle todo aquello que ni el Estado ni los políticos han podido hacer en un lapso promedio de 40 años. A mi me ha tocado ir rompiendo el hielo, en todos los aspectos, recuerden que fui el primer Secretario de Educación negro en el departamento, aquí no se habla podido tener esa oportunidad, yo tuve esa dicha de serio, con muchas limitaciones, donde fueron más las críticas de nuestra gente aportes.
Hoy tenemos al frente de una posición bastante envidiada del municipio, como es la empresa de Aguas y Aguas de Pereira, al doctor Jairo Ordilio Torres. Pero no podemos pensar que al acceder a estos cargos, todo se tiene que poner al servicio de nuestra gente.
A nivel de la educación aquí le hemos dado la mano a muchos amigos y en otras esferas que nosotros no salimos a publicar.
Creo que en este orden de ideas la comunidad negra con sus aportes en el Departamento y particularmente aquí en Pereira, es bastante positiva. Desafortunadamente nosotros sabemos que con estos rezagos de racismo que se maneja, soterrado a veces, abiertamente en otros niveles, pues no se le da esa importancia al trabajo y a los aportes en diferentes frentes que hemos hecho aquí en Pereira, pero yo creo que aquí se tendrá que imponer la justicia y la razón y tendrá que comenzar por nosotros, ir poco a poco dando, recogiendo; pasando de esa tradición oral a lo escrito, formando, contando y escribiendo nuestra propia historia, porque somos nosotros las personas más indicadas a jalonar eso, a contarlo, con todas las dificultades; no podemos esperar que vaya a salir una cosa completamente acabada, pero creo que hay que arrancar diciendo algo y en el camino irla perfeccionando, irla mejorando; en ese orden de ideas y a grosso modo considero que esta es la parte más importante, a mi modo de ver, del papel que ha jugado la comunidad negra en el municipio de Pereira.
Autor:
Iván Alberto Vergara Sinisterra
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
POSTGRADO EN HISTORIA CONTEMPORÁNEA
DE COLOMBIA Y DESARROLLOS REGIONALES PEREIRA
2001
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