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La memoria y el olvido en el proceso histórico

Enviado por elmagno


    Indice1. Introducción 2. Piera Aulagnier reflexiona sobre tales cuestiones 3. Epílogo 4. Citas

    1. Introducción ¿Qué relación podemos encontrar entre olvido y memoria? ¿Cuál es el origen de esa ruptura y elaboración que se halla en cualquier proceso histórico? ¿Qué conservamos?

    Jacques Le Goff, en Pensar la historia, plantea una distinción entre campos que se delimitan por conceptos como pasado/presente, antiguo/moderno, y establece que tal dialéctica es inaceptable sino tomamos en cuenta a una nueva proyección inherente en ésta cuestión: el futuro. Al fin y al cabo, la idea de lo "nuevo" o "reciente" se relaciona con "moderno" y "… en efecto, la conciencia de la modernidad nace precisamente del sentido de ruptura con el pasado"2. Aunque anteriormente diga que "… la modernidad puede camuflarse o expresarse con los colores del pasado, entre otros de la antigüedad. Es lo propio de los 'resurgimientos'…"3. Con Le Goff se confirma la idea e que lo "nuevo" asimila lo "viejo". Lo "viejo" es y busca, como ha dicho ya Le Goff en El orden de la memoria, la memoria buscando salvaguardar la misma historia.

    Aunque con Alain Lieury se observa que aquella idea de "conservar el pasado" puede resultar muy vaga y hasta desesperante porque menciona que existen grados de pasado y "que pueden abarcar desde la memoria de los gusanos platelmintos hasta la del hombre adulto del siglo xx. Olvidar esto supondría ignorar varios millones de años de evolución biológica así como los milenios de la evolución humana" 4. Pero para el lector el pasado que nos compete es aquél que se le reelabora en el presente en forma de una conservación y reivindicación de la memoria colectiva.

    Fundamentalmente, y remarcando los intereses del historiador con elación a la memoria y a la reconstrucción del conocimiento histórico, Alain Lieury, cita a Jean Piaget, y menciona de éste su teoría de la memoria, la cual es considerada como la más coherente dentro de las muchas sugeridas:

    "1) evolución de las estructuras del sujeto, y más concretamente de los esquemas de la inteligencia; 2) análisis de la memoria en cuanto elemento de la totalidad de los comportamientos, y 3) transformación de los esquemas por la autorregulación, la cual resulta del antagonismo entre asimilación y acomodación." 5

    Con Piaget se sintetiza la postura marxista y se renueva al referirse a esquemas, estructuras y totalidad. Esta totalidad de los comportamientos guarda estrecha relación, otra vez, con lo que ya se había sugerido: la identidad. En este cuadro resaltan los sujetos como factores de transformación histórica en el dilema antagónico de asimilación y acomodación; es decir, lo que se logra olvidar y lo que se recupera de la memoria colectiva en el proceso de transformación de las estructuras. Pero nuevamente: ¿qué se logra asimilar y qué se comoda a nuestros intereses?

    2. Piera Aulagnier reflexiona sobre tales cuestiones

    "Pero sucede que el yo ha perdido mayor parte de los documentos que demostraran cómo, desde su advenimiento, ha desbrozado centímetro a centímetro una pequeña superficie del espacio psíquico para hacérsela habitable; … La tarea del yo consistirá en transformar esos documentos fragmentarios en una construcción histórica que aporte al autor y a sus interlocutores la sensación de una continuidad temporal. Sólo con esta condición podrá anudar lo que es a lo que ha sido y proyectar al futuro un devenir que conjugue la posibilidad y el deseo de un cambio con la preservación de esa parte de cosa "propia", "singular", "no transformable", que le evite encontrar en su ser futuro la imagen de un desconocido, que imposibilitaría al que la mira investirla como la suya propia." 6

    De esta manera se puede decir realmente que, con Piera Aulagnier, se explica y comprende lo que el hombre se apropia del pasado (memoriza): la cosa "propia", "singular", "no transformable". Diríamos con mucha razón: lo que le haría progresar en el futuro, ya no como individuo, sino como parte de la humanidad entera. Es obvio que la identidad como sociedad es lo primero en rescatar. Los sistemas retrógrados y que apuntan hacia la conservación del sistema anterior, serían meros accidentes de la historia.

    Pero no es casualidad que en la memoria colectiva son rescatados valores inapropiados que sigan poniendo en crisis las estructuras más relevantes de la sociedad en cuestión, ya sea que se relacionen íntimamente con la que detenta el Poder o con la que se vincula por antonomasia con la memoria colectiva, como es la sociedad civil. Hugo Zemelman en, De la historia a la política, nos dice que al reconocer la incorporación de la dimensión de los proyectos en los análisis de la dinámica social esto nos coloca ante la posibilidad de reconocer opciones de reconstrucción histórica.

    "… cuando la 'burguesía no cree en la democracia debido a su fracaso en ella y 'prefiere la vía más céntrica del golpe de Estado'… produce como resultado una articulación fundada en un proyecto burgués que, al suprimir el ámbito democrático, 'impide la enunciación de la sociedad civil' determinando que el poder 'domine a ciegas porque no dispone de esa lectura', creando de esta manera las condiciones para que la inestabilidad política sea inevitable'" 7, agrega Zemelman.

    Lo que observamos en Zemelman es un reconocimiento de alternativas, viables y no viables, que al fin y al cabo podrían reconstruir un proyecto, disfuncional -si no forma parte de la sociedad civil- o funcional, como es, con éste último, la proyección de la democracia como opción segura de reconstrucción histórica.

    Existen impugnadores que se niegan a reconocer que el cambio y/o ruptura hacia otro modo de vida sólo se puede dar si en tal sociedad existen los mecanismos apropiados como es, el progreso, en general, de todas las estructuras de la misma. "Es posible que un estudio posterior demostrara que las sociedades débiles y decadentes no sufren revoluciones, que éstas son un síntoma de juventud y de fuerza en las sociedades." 8 Estamos ante una paradoja: es como resistirse al cambio social, ¡ansiándolo!.

    Con mucha razón Erich Fromm ataca a aquellos impugnadores amantes del estatismo social dando a comprender muy a su manera lo que el ser umano es capaz de lograr en condiciones adversas: "La existencia humana difiere en este respecto de la de todos los demás organismos: se halla en un estado de desequilibrio constante e inevitable. La vida del hombre no puede aburrirse, que puede sentirse expulsado del paraíso" 9.

    Contraponiéndose a la tesis de Erich Fromm está la propuesta de la Galería de la Memoria: "Toda persona o comunidad tiene derecho a la memoria, a recordar y ser recordada sin distingos ni discriminaciones de ningún tipo". Lo que pasa es que este "aburrimiento" -que muy bien critica las remembranzas evocadas por la memoria a la que hace referencia Fromm- tiene relación con aquellos acontecimientos que se suscitaron y dejaron secuelas terribles, primeramente, a mediados del siglo xx, como es la Segunda Guerra Mundial así como la crisis y los embates del sistema capitalista. Su inquietud es más bien de olvido de eso terrible que ha producido y produce secuelas. Pero también hay que agregar que para la Galería de la Memoria todo lo referente a evocar hechos acaecidos no es un mero juego didáctico de desocupados, es, si se permite, una reivindicación de la memoria historia misma de las naciones sudamericanas, aunque sea únicamente un fenómeno colombiano, que hoy más que nunca necesita implementarse, ya no como programa de gobierno, sino como parte de la conciencia colectiva; porque es de mencionar que en aquellas naciones -y como en todas las de América Latina- existe una crisis de identidad y un desapego hacia las remembranzas de los orígenes, así como a no encuadrar todos los fenómenos sociales, políticos y económicos en una coyuntura histórica. Ejemplos hay miles: las matanzas de indígenas, la represión estudiantil, la disuasión y también represión de mítines obreros, corrupción, impunidad a más no poder, la moda del neoimperialismo norteamericano aludido como "globalización", el ataque sin remordimiento del neoliberalismo, etc.

    Entonces: … ¿cómo puede darse una ruptura en nuestras sociedades -vía transformación- sin olvidar la memoria-histórica- colectiva?

    a) Renovar el deficiente sistema democrático en los países capitalistas subdesarrollados y dependientes. Es importante señalar éste ya que de aquí se deducen los siguientes. Si la sociedad civil es blanco de ataques del poder establecido esto es síntoma -lo menciona Zemelman- de la inexistencia de algún sistema que la haga reivindicar como tal, muy bien sería un sistema democrático de hecho y no solamente de derecho, pero en estos casos está vedada por la presión de un imperialismo intransigente que observa de reojo todo el panorama de la dinámica social así como los intentos fallidos y no convenientes de rebeldía contra el mismo sistema imperialista. De esta manera, todo aquel intento de ruptura, cambio y rebelión en nuestras sociedades, tendrá que requerir necesariamente de dosis reivindicatorias de hechos judiciales acaecidos como parte de la tarea democrática a implementarse. El Poder actual es "amnésico" solo vive en el presente.

    b) "El cultivo de la memoria" pero de hechos que hagan remembranza a la misma sociedad: a la que trabaja de sol a sol, a la que muere "siniestramente" en las montañas queriendo legitimar su existencia, a la que se dedica a los más variados oficios en las ciudades, a la clase que haga girar la rueda de la economía, a la que le ha sido negado un derecho histórico como el de una educación pública gratuita y, por supuesto, hacer del "cultivo de la memoria" complementario de la misma historia como ciencia. Echar abajo los hechos relevantes que interesen a una minoría detentora del Poder que durante años a explotado el esfuerzo de la mayoría. La verdadera sociedad tendrá que autorreconocerse, haciendo referencia a Piera Aulagnier, con lo "propio", lo "singular", lo "no transformable", con su Identidad.

    c) Olvido de sistemas políticos caducos como aquellos que evoquen un retorno a la intolerancia y al autoritarismo propio de sistemas totalitaristas. Desconfianza en los líderes carismáticos y milenaristas que prediquen con las armas de la democracia pero que luego se contradigan con en los hechos. Se tendrá que confiar en representantes e la sociedad entera que hagan girar los mecanismos del Estado en sentido contrario; es decir, para beneficio de los grupos mayoritarios de la sociedad. Sin ser para nada neopositivistas, el orden y progreso -que gira ahora en sentido positivo para unos cuantos- tiene que ser insertado como programa de gobierno. Libertad de expresión sin límites. La "evolución de las estructuras del sujeto" -de Jean Piaget- tiene que ser realidad, pero esta vez en todos los aspectos de la inteligencia.

    d) En la medida que nuestras sociedades se alejen cada vez más del proyecto democrático habrá una resistencia a remembrar hechos acaecidos de carácter judicial que les sean condescendientes.

    e) Este proyecto de sociedad no puede repetir el patrón o modelo de su antecesora. He ahí el significado de "Ruptura". Necesariamente la igualdad algebraica Pérdida de la Memoria = Pérdida de la Identidad tendrá que ser cosa del pasado.

    De esta manera, la función social del historiador en la Ruptura estará encaminada a vigilar que la "memoria" forme parte de lleno en la terminología habitual no sólo de otros especialistas en ciencias, sino del lenguaje de los ciudadanos y de los medios de comunicación social10, etc. Así, es una farsa decir que hay una ruptura cuando todavía se sigue repitiendo el patrón o modelo caduco que se tuvo como antecedente.

    3. Epílogo ¿Qué se puede esperar después de la transición de un sistema a otro? La negación -se diría- del anterior sistema de cosas. ¿Por qué? La respuesta no es fácil de proporcionarse. Ya que gran número de fuerzas, aunque parezca difícil de creer, se niegan a desaparecer. Es verdaderamente un sistema, y no puede presumirse una ruptura. Y esto no solamente es aplicable particularmente a un sistema, sino abarca a un conjunto uniforme de sistemas: como es social, político, económico, o de cualquier otra índole. ¿Qué podemos encontrar en el supuestamente istema en decadencia o retrógrado?. Este tiene como aracterísticas esenciales: el embotamiento, fobia al horror de su violencia que produce inconscientemente, es productor de sus propios detractores -su ado débil-, no se niega que en el sistema se reconoce a lo que llamarían utopía, o en palabras de los anteriores: Lo que no puede existir en nuestra forma de ser, porque si existe, dejamos de ser lo que siempre hemos sido. Dirían también: olvidarán nuestros nombres y apellidos, lo poco que hicimos por los demás -serían francos entre ellos-; en fin, pasaremos a la historia pero sin formar parte de la memoria de ésta. Simplemente, sería lo peor. Estos son algunos pasos previos a la muerte. Porque es de saber que la muerte es la nada; a pesar de lo que digan especialistas de lo oculto de que ésta tiene vida propia, pues vive o es lo único que queda después de una catástrofe. Entonces: lo que renacería, después de todo, no sería la nada, sino esbozos de los mecanismos de un todo; en donde, consecuentemente, se empezaría a trabajar con restos que sirvieran para la vida, desechándose los de la nada. Así, el sistema antecesor no sería ni la sombra de su sucesor, ya que los restos, que ahora viven, siempre permanecieron escondidos en la sombra del anterior. *Tirso Ramón Falcón (24 años de Edad), Estudiante de la Licenciatura en historia del Sexto semestre en la UJAT.

    4. Citas

    1. Iván Cepeda Castro y Claudia Girón Ortiz. Galería de la Memoria: el derecho a la memoria. Fundación Manuel Cepeda Vargas, Colombia, 1999-2000.

    2. Jacques Le Goff. Pensar la historia. Paidos, México, 1991, p.147.

    3. Pensar la historia, op. cit., p.146.

    4. Alain Lieury. La memoria. Edit. Herder, España, 1978. p.249.

    5. La memoria, op. cit., p.35.

    6. Piera Aulagnier. El aprendiz de historiador y el maestro brujo. Amorrortu editores, Argentina, 1986. pp.189-190.

    7. Hugo Zemelman Merino. De la historia a la política: la experiencia de América Latina. Siglo Veintiuno, México, 1989. pp.182-183.

    8. Crane Brinton. Anatomía de la revolución. F. C. E., México, 1985. p. 293.

    9. Erich Fromm. Psicoanálisis de la sociedad moderna. F. C. E., México, 1956. p.27.

    10. J. Cuesta Bustillo. Memoria e historia. En una reseña de la Revista"Ayer", n° 32, España, 1998.

     

     

    Autor:

    Tirso Ramón Falcón

    24 años Estudiante de la licenciatura en historia Universidad Juárez Autónoma de Tabasco