Preparacion psicofisica de la embarazada y rehabilitacion de enfermedades cronicas
Enviado por Osniel Echevarría R.
La ejercitación física es uno de los pilares sobre los que se funda una mejor calidad de la vida en los ciudadanos durante toda la vida aún cuando estén marcados por alguna enfermedad. El ejercicio es fundamental, ayuda a mantener al corazón en buen estado físico al igual que a las venas y arterias, que son fundamentales para la buena circulación sanguínea, además de que fortalecerá músculos y huesos, ampliando la capacidad articular. La capacidad de adaptación a estos cambios requiere mucho de voluntad y la incorporación de ciertas prácticas cotidianas que tal vez en etapas anteriores de la vida pasaban a un segundo plano. Cuando se padece de una enfermedad crónica no transmisible, la actividad física toma una relevancia fundamental, dado que se incrementan los riesgos coronarios y de presión arterial en gran medida en aquellos casos que caen en un estado depresivo psicológico por la afección que padecen. Mantenerse en movimiento es la segunda norma a tener en cuenta de ahí la importancia de realizar sistemáticamente actividad física que ayuda notablemente a controlar la presión arterial y los problemas de corazón permitiendo una mejor circulación de la sangre y a su vez mayor nivel de oxigeno en la misma en todo el cuerpo.
Como otros, el músculo cardíaco es capaz de desarrollar resistencia cuando lo enfrentamos al esfuerzo. Si logra funcionar eficazmente durante un tiempo prolongado bajo exigencias superiores a las normales, no tendrá luego mayores problemas para acompañarnos con su bombeo en nuestra vida cotidiana, mucho más relajada. Pero tampoco se verá sorprendido ante situaciones que requieran de su rápida reacción. Sin embargo, el corazón no es capaz de hacer funcionar el sistema cuando no está acompañado por vasos sanguíneos sanos.
El esfuerzo cardiovascular mantiene en buena forma el tejido de estos vasos, lo hace resistente y flexible, y la sangre puede ser transportada a través de ellos con menor esfuerzo. La ejercitación física es uno de los pilares sobre los que se funda una mejor calidad de vida de las personas sanas o que presenten una afección de salud. El cuidado personal y el estilo de vida y social que las personas hayan experimentado durante su existencia va a influenciar en la recuperación del paciente.
El concepto de la "rehabilitación" atañe a la valoración de las habilidades funcionales del paciente, o sea sus actividades autónomas y de la vida cotidiana. A pesar de la importancia que esto reviste, tiene su limitación porque se trata de una valoración más cuantitativa que cualitativa, pues no informa sobre la calidad ni sobre el mejoramiento de la función en el lado afectado, sino que sólo arroja una indicación general de las actividades que el paciente puede realizar en conjunto, con o sin el empleo de sus extremidades enfermas. Además, por sí misma, la valoración de las actividades funcionales no arroja ninguna indicación de cómo se realizan, de cuánta actividad se ejecuta con el lado afectado, de si se recurre a trucos o movimientos anormales, como tampoco la medida en que el lado sano está compensando al lado enfermo. Este tipo de valoración está destinado a establecer la habilidad, por anormal que sea, en vez de la calidad de la función. Por lo tanto, no se presta para orientar correctamente en la preparación de un plan terapéutico destinado a mejorar las modalidades funcionales en el lado enfermo o a valorar la calidad de la mejoría que se logre.
En ciertas ocasiones algunas madres de alumnos/as o amigas me han consultado sobre la necesidad de realizar ejercicio físico en su embarazo, a lo que recomendaba pasearse a diario en torno a una hora.
Durante diferentes culturas y épocas se han buscado distintas estrategias para afrontar las dificultades reproductivas que la evolución había generado con la ventaja de la bipedestación (como la amplitud de la pelvis). La preparación y tecnología ha evolucionado buscando soluciones.
La tradición y cultura de algunas sociedades asocian el embarazo con un cuidado y sobreprotección de la mujer. Un excesivo reposo puede resultar desaconsejable para el físico y el psíquico de la futura madre. De igual modo, otras mentalidades conllevan un desarrollo normalizado de la vida de la madre hasta pocas semanas antes del parto, donde un trabajo físicamente sedentario debe completarse con una adecuada actividad físicodeportiva.
Unas veces por miedo o por imprudencia y otras veces por falta o exceso de información, cuando llega el momento de la gestación, las futuras madres se cuestionan sobre la importancia de realizar actividad físicodeportiva en el embarazo. Solo hay una respuesta viable: el ejercicio físico contribuye a mejorar la calidad de vida de todos. Eso no quiere decir que todo ejercicio sea aconsejable para cualquier persona. En nuestro caso, el ginecólogo deberá valorar el ejercicio más adecuado para cada futura mamá.
Además de la preparación física para el parto, se requiere entrenar la mente de la madre. La tensión acumulada en el parto genera mayor dolor y fatiga. Los ejercicios de relajación y respiración ayudan a reducir la tensión que se genera durante el embarazo y el parto. Compartir sensaciones y expectativas con la pareja y otras parejas en situación similar creará una atmósfera optimista.
Las enfermedades crónicas no transmisibles del adulto (ECNTA) constituyen hoy día el principal problema de salud en el mundo. Una larga lista compone este grupo. Para delimitar el problema se ha recurrido a la definición del Center for Disecase Control de Atlanta (CDC), que dice que son "enfermedades de etiología incierta, habitualmente multicausales, con largos períodos de incubación o latencia; largos períodos subclínicos, con prolongado curso clínico, con frecuencia episódico; sin tratamiento específico y sin resolución espontánea en el tiempo". A esto se agrega que son "de etiología transmisible no demostrada fehacientemente (salvo algunos cánceres) y de gran impacto en la población adulta.
Es práctico tratar el tema de la prevención de las ECNTA en conjunto, ya que su prevención primaria es común. La información disponible nos indica que muchas de estas enfermedades son prevenibles, y sus muertes a edades tempranas evitables. Se han identificado factores de riesgo (FR) asociados epidemiológicamente a ellas, como tabaquismo, consumo excesivo e inapropiado de alcohol, inactividad física, obesidad, hipertensión arterial, perfil lipídico alterado y dieta inadecuada. Estos FR son modificables y vulnerables a estrategias de intervención que intercepten la historia natural de la enfermedad en que participan.
La importancia adquirida por las ECNTA, y las opciones concretas de prevención que presentan, las ubican como prioritarias, e indican que es urgente tomar acción para enfrentarlas. Esta prioridad se ve refrendada por los resultados de nuestros estudios sobre el tema, que demuestran que la prevalencia de los FR mencionados es muy alta en la población adulta del país, semejante a la de comunidades industrializadas cuando estas se encontraban en la misma etapa de transición epidemiológica hace 30 años, pero sin que Chile exhiba aún las altas tasas de mortalidad que aquellas comunidades tenían en ese momento. Por lo tanto, a no mediar una acción preventiva que modifique el nivel y perfil de estos FR, este país alcanzará en los años por venir estas mismas cifras realmente epidémicas.
Esto indica que existe una potencialidad de daño que aún no se ha manifestado clínicamente. Podemos suponer que en muchos individuos la historia natural de las enfermedades del grupo está en etapas tempranas, subclínicas, e incluso en gente joven, en las cuales el daño se está recién iniciando y puede ser aún reversible. En estos grupos, una oportuna y eficiente intervención impediría o retardaría el curso inexorable de las ECNTA.
Para el proceso de selección de las embarazadas en la comunidad nos apoyamos en el trabajo dispensarización y captación desarrollado por el médico de Barrio Acento y las visitas conjuntas que se efectúan sistemáticamente con el médico, enfermera, líderes de la comunidad y el deportista a la comunidad para detectar nuevos casos y realizar charlas sobre la importancia que reviste la actividad física en las embarazadas y así lograr una mayor incorporación a estas actividades que van destinada al pujo final. El embarazo es un proceso que ocurre de aproximadamente 41 semanas ó 293 días en las que se forma el bebé después de la última menstruación y que culmina en el parto o el aborto.
El ejercicio físico debe convertirse en una rutina más de la vida de la embarazada. Cuanto más en forma esté durante los dos primeros trimestres, más llevadero será el último, el parto y la recuperación.
Cuando el clima está caliente se debe hacer los ejercicios temprano en la mañana o en la tarde noche para evitar que las altas temperaturas más el calor generado por la actividad física la sofoquen demasiado. Si realiza la actividad dentro de un local cerrado debe asegurarse que el mismo este bien ventilado. Resulta sumamente importante que el vestuario y el calzado que se utilice para dicha actividad sea lo más apropiado posible para la nueva situación.
Los ejercicios más cómodos son aquellos que no requieren que su cuerpo sostenga peso adicional. Nadar y usar una bicicleta estacionaria pueden continuarse a través del embarazo. Caminar y hacer ejercicios aeróbicos de bajo impacto usualmente son bien tolerados.
Deben evitarse todos los deportes de contacto, aquellos que se practican sobre superficies duras, aumentan la presión abdominal (salto, baloncesto, voleibol…), o exigen un excesivo trabajo de la musculatura abdominal, la gimnasia aeróbica y de aparatos, esquí náutico, patinaje, esquí alpino y deportes de raqueta (tenis o bádminton) salvo si se realizan en sesiones cortas y se evita el gesto deportivo del saque por la amplitud de movimientos que requiere.
El stretching o método de facilitación neuromuscular es una técnica de manipulación corporal coordinada con el propio movimiento, que permite mejorar la flexibilidad de todas las articulaciones del cuerpo. Estos ejercicios pueden contribuir a aliviar los dolores de espalda y calambres que podrán aparecer con el aumento de la barriga, debido a posturas inadecuadas o/y por un escaso tono muscular. Los ejercicios consisten en mantener posiciones estáticas de estiramiento (20-30"). Se trabaja por parejas o en individual. Por parejas, uno aplica una extensión al otro, que previamente adopta una posición favorable para que la extremidad realice toda su amplitud. El stretching permite en extender (por un lado) y forzar o hacer fuerza (por otro). Favorece la relajación física y mental. No implica un esfuerzo excesivo para el organismo y contribuye a mejorar la respiración lenta y profunda, aprendiendo la madre a acompañar con ella los movimientos del cuerpo. Este entrenamiento beneficiará el trabajo de las contracciones en el parto.
Entre los principales factores que van a influir en el tipo de actividad física a realizar podemos destacar las edad de la futura madre, ocupación, antecedentes, tiempo de embarazo, estado nutricional, sus hábitos deportivos, disposición, motivaciones, aptitudes…. Como puede resultar lógico, no es lo mismo ser madre a los 15 años que a los 45 años, de igual manera podrán ser mayores las exigencias para una madre habituada al ejercicio que para aquella que decide comenzar con la actividad físicodeportiva al conocer su embarazo creyendo en sus beneficios.
Para el último trimestre de espera, se aconsejan ejercicios de intensidad más baja, debido a que el aumento del feto crea un impedimento físico en el cuerpo de la madre, quedando el espacio de la cavidad torácica reducida y con esto influida la actividad cardiaca y respiratoria. Por ello muchos especialistas recomiendan un trabajo de menor exigencia energética llegando al final.
Diferentes estudios dirigidos a la influencia del ejercicio físico en el pujo final de las embarazadas han demostrado la importancia de la actividad física en las gestantes a continuación reflejamos algunos beneficios que aportan los ejercicios durante el embarazo.
Las clases para embarazadas tienen una duración aproximada de 30 a 40 minutos, las mismas comienzan con un ligero calentamiento que dura aproximadamente entre 5 y 7 minutos, donde se preparan articulaciones y músculos por medio de ejercicios de flexiones, extensiones, torsiones y círculos de las articulaciones, también se pueden realizar estiramientos estáticos simples, para acelerar el proceso de adaptación a la actividad física.
Luego de este calentamiento se pueden hacer ejercicios generales localizados para diferentes partes del cuerpo, después se pasan a los propios ejercicios del embarazo y el parto y finalmente se realiza la recuperación, respiratorios específicos la y relajación.
En las clases de Gimnasia para Embarazada, no se realizan ejercicios de gran intensidad, ni saltos, ni trotes o carreras, aunque no existen evidencias científicas probadas que indiquen que estos ejercicios sean perjudiciales durante el embarazo, tampoco se realizan ejercicios de equilibrios que puedan provocar caídas y no se usan los movimientos con cambios bruscos de dirección, por la misma causa.
La intensidad del trabajo en estas clases es de moderada a baja ( menor al 60 % de su frecuencia cardiaca máxima) las pulsaciones no deben exceder las 160 por minutos ya que elevar el pulso por encima de esto puede provocar la reducción del fluido sanguíneo al feto, el número de repeticiones oscila entre las 8 y 16 repeticiones, utilizando si fuera necesario pausas entre un ejercicio y otro con ejercicios respiratorios, siempre hay que tener en cuenta el tipo de ejercicios y al estado físico de la gestante. Es muy importante que la mujer no puede llegar a la fatiga y que la misma utilice un vestuario que no le impida el mejor desenvolvimiento de las actividades, o que vaya a causarle algún accidente se les debe orientar también hidratarse durante la práctica de las actividades físicas, ya que es muy importante el mantenimiento estable de la temperatura corporal, evitando que la misma suba demasiado por lo que además se debe buscar un local ventilado para realizar los ejercicios.
Es imprescindible tener colchonetas o algún medio auxiliar que las sustituya que sea suave, donde la mujer pueda sentarse y acostarse cómodamente para realizar los ejercicios en el piso, ya que en esta etapa producto de la liberación de progesteronas y progestadiol se reblandecen las articulaciones de las caderas y coxofemorales y pueden sentir incomodidades al sentarse o acostarse sobre superficies duras.
Las clases pueden realizarse desde los primeros meses de gestación y su frecuencia ideal es de 3 frecuencias semanales, los horarios más adecuados son las primeras horas de la mañana, pero si en esos horarios no es factible hacerlo, se orienta buscar momentos donde no sea muy fuerte el calor, ya que la embarazada como explicamos anteriormente posee un aumento de la temperatura corporal.
Es importante conocer el comportamiento de la tensión arterial antes del inicio de la clase.
Se debe orientar a la gestante, el hacer ejercicios, luego de 1 hora y media aproximadamente de haber ingerido alimentos, no se deben hacer ejercicios en ayunas, las clases deben empezar con la vejiga evacuada además en ellas no deben exponerse al sol, ni se recomienda lo hagan, pues durante el embarazo ya que este hace que salgan manchas o cloasmas en la piel.
Es común observar que los esposos de las gestantes las acompañen a clases, participen con ellas en las actividades físicas, aprendan al igual que ellas los ejercicios del programa y puedan acompañarlas posteriormente durante el trabajo de parto y el parto en sí mismo.
De ser posible pueden acompañarse los ejercicios con música, para ello deben escogerse ritmos de intensidad moderada para el calentamiento y parte principal de la clase, e instrumentales lentos para la relajación y recuperación.
Cuando se inicia la clase, se debe de tomar el pulso en reposo, recordemos que el pulso de la embarazada, también aumenta considerablemente, hasta aproximadamente 15 latidos más que la mujer normal, posteriormente se debe hacer otra toma al finalizar los ejercicios generales y finalmente la última al terminar la clase. El pulso en sentido general no debe elevarse mucho durante la clase por las características de la actividad, no obstante es necesario llevar su control, pues con él medimos fácilmente cómo acepta el organismo la actividad que se está realizando.
Es muy importante, no olvidarnos de las características individuales de cada embarazada, todas no pueden hacer a veces las mismas actividades, unas son más ágiles, otras más pesadas, unas son primerizas, otras no, algunas son jóvenes y otras no lo son tanto, por lo que los profesores deben cuidar esto y preservar la salud de la gestante y se su futuro hijo.
La aplicación correcta del ejercicio físico puede:
Disminuir los dolores de espalda, el estreñimiento, la hinchazón y la inflamación
Aumentar el nivel de energía
Ayudar a modificar la postura
Ayudar a tonificar, fortalecer y dar más resistencia a los músculos
Mejorar su capacidad para sobrellevar el dolor de la labor de parto
Así mismo disminuye las molestias digestivas y el estreñimiento, aumenta el bienestar psicológico reduciendo la ansiedad, la depresión y el insomnio y crea hábitos de vida saludables.
Se ha comprobado que el ejercicio puede ayudar a evitar la diabetes de gestación, un tipo de diabetes que a veces se desarrolla durante el embarazo. A las mujeres que ya han tenido diabetes de gestación, también se les recomienda hacer ejercicio de forma regular, además de modificar su dieta, para mantener la enfermedad bajo control.
Aumenta el nivel de oxigenación en sangre.
Mejora la circulación sanguínea
Los ejercicios físicos deberán ser suspendidos inmediatamente y acudir a su médico en cualquiera de los casos siguientes:
Hemorragia vaginal
Dificultades o esfuerzo para respirar antes de hacer ejercicio
Mareo
Dolor de cabeza
Dolor en el pecho
Debilidad muscular
Dolor o hinchazón en las pantorrillas
Parto prematuro
Reducción en el movimiento del feto
Pérdida de líquido de la vagina
A continuación mencionamos algunos ejercicios que se pueden realizar teniendo en cuenta los requerimientos antes mencionados para su ejecución.
Acostada boca arriba, levantar los brazos al mismo tiempo que contraes tus músculos abdominales y levantas tus piernas dobladas, este ejercicio también puedes hacerlo tomando con ambas manos tus músculos abdominales una vez contraídos, levantando las piernas dobladas, repetir de 6 a 8 veces.
Sentada con la espalda recta y las piernas dobladas, apoyando planta con planta, sostener los brazos a la altura de los hombros, levantar contrayendo, doblando codos y bajar a la altura de los hombros nuevamente, repetir 8 veces.
Sentada con la espalda recta, dobla y contrae los brazos y ciérralos al frente apoyándolos con fuerza, sube y baja los brazos, repite de 6 a 8 veces.
Colócate en cuclillas, manteniendo recta la espalda, de preferencia apoyando los talones en el piso, sin dejar que los pies roten demasiado hacia afuera o adentro, empuja las rodillas con tus brazos para estirar los músculos de la parte inferior del muslo.
De pie con la espalda y piernas rectas y abdominales contraídos, contrae los perineales (músculos alrededor de la vagina) y contar de 1 a 8, bajar lo más que se pueda, abriendo más las piernas relajando los músculos perineales, contando de 8 a 1. Repetir de 4 a 6 veces.
De pie con la espalda recta, piernas abiertas y brazos extendidos, bajar el brazo para tocar el pie del mismo lado que has girado hacia afuera, cambiar al otro lado y repetir cuatro veces de cada lado.
a) Con el abdomen contraído, rodillas separadas, estira la espalda y la cabeza, llevando los brazos hacia adelante estirados. b) Deja caer el peso de los glúteos hacia atrás recargándolos entre los pies, estirando la espalda, descansar la cabeza y los brazos, mantener esa posición por unos segundos, repetir de 4 a 6 veces.
Sentada con la espalda recta, junta las plantas de los pies, haciendo presión sobre las rodillas con las manos, para tratar de tocar la superficie del piso con ellas.
Acostada con la espalda pegada al piso, y una pierna doblada, subir la otra cuando se inspira profundamente llevando el pie en arco, al bajar, contraer los músculos abdominales y expirar. Repetir 8 veces con cada pierna.
Con las palmas y las rodillas apoyadas en el piso sin doblar los codos, extender la columna (como gato erizado), lo máximo posible hacia arriba, por unos segundos y volver a la posición original. Repetir 10 veces.
De pie con las piernas separadas y la espalda recta, bajar abriendo las piernas, ponerse en puntas, bajar en puntas y asentar los pies en el suelo, repetir de 4 a 6 veces.
Apretar firmemente palma contra palma, codos levantados, contraer los pectorales y aflojar; repetir de 8 a 12 veces. Tomar con las manos los antebrazos y levantar los codos a la altura de los hombros, hacer presión, para tensionar los músculos pectorales. Repetir de 12 a 16 veces
Teniendo en cuenta el tiempo de gestación de la embarazada confeccionamos un bloque de ejercicios para gestantes de 0 a 3 meses con una frecuencia de 3 veces semanales, la clase con una duración de 40 minutos que incluye un calentamiento previo de 7 minutos, los ejercicios estarán oscilando entre 8 y 16 repeticiones.
Tabla I: Principales aspectos a abordar durante el embarazo.
Preparación física | Preparación psíquica | Preparación social | |||
Motricidad | Respiración | Relajación | Adaptación | ||
Trabajos de flexibilidad: amplitud articular y elasticidad muscular.
Ejercicios de implicación del sistema muscular, óseo-articular, circulatorio y respiratorio.
Masajes, sobre todo en las extremidades inferiores.
Socialización e intercambio de experiencias en actividades colectivas. | Contribuir a liberar tensiones y estimular la relajación.
Adecuar la oxigenación a las nuevas necesidades cambiantes durante el embarazo.
Conocer sus posibilidades o ritmos para contribuir de forma activa en el parto. | Permite reducir la ansiedad y liberar tensiones.
Ayuda a discriminar sensaciones propioceptivas, exteroceptivas e interoceptivas.
Establecer una comunicación afectiva con el hijo.
Actuar de forma positiva ante las influencias negativas que nos llegan del entorno. | Conocimiento del nuevo rol esperado.
Compartir con la pareja y familia el proyecto de preparación a la maternidad.
Integrarse y participar de forma activa en el entorno familiar y social.
Discriminar información relevante frente a opiniones y rumores incongruentes. |
Clase #: 2 Objetivo: Crear hábitos posturales correctos que beneficien el proceso del
Semana # 1 embarazo.
Matrícula: 12
Servicio: Embarazada Fecha: 12/01/11
Profesor: Lic. Osniel Echevarría Ramírez
No | Actividades a Desarrollar | T | R | Métodos | Procedimientos | |||||||||||||
P/I P/P P/F | Formación, pase de lista, presentación, orientación de objetivo, Calentamiento General
Ejercicios Generales
Ejercicios específicos + De pie, manos entrelazadas al frente contraer el pecho. + De pie, flexionar el tronco hacia delante con la vista al frente. + Arrodillado, elevar las extremidades superiores para estirar los hombros. + Sentado con los talones pegados, extender la espalda. + Sentada con las piernas extendidas y separadas, extender la espalda. + Desde la posición de 4 puntos, bascular la pelvis. + Desde la posición de acostado, elevar las piernas de manera alternada. + De cubito supino, elevar ambas piernas extendidas. + De cubito supino, piernas elevadas, abrir y cerrar las mismas + De cubito supino, piernas extendidas, pegar los talones y recogerlos hacia la pelvis. + Ejercicios de respiración y relajación. Formación, análisis y evaluación de la clase, orientaciones para la próxima actividad, despedida. Reorganización del área | 7 30 3 | 1/10 2/10 2/12 2/12 2/15 4/20 2/10 1/15 1/15 1/15 | Verbal Standard Standard variado Verbal | Fila o en Grupo Círculo Fila Círculo Fila |
Para la selección de los enfermos de ACV de la comunidad nos apoyamos en el trabajo dispensarización desarrollado por el médico de Barrio Acento, para ello se realizan a las casas de los afectados con el médico, enfermera, líderes de la comunidad y el deportista con el objetivo de valorar e inicial de manera rápida la rehabilitación y así contribuir al mejoramiento de su calidad de vida.
El ACV tiene diferentes causas y orígenes que en dependencia de ellos puede estar dado su intensidad.
Un ACV isquémico, también se llama infarto cerebral, se debe a la oclusión de alguna de las arterias que irrigan la masa encefálica, generalmente por arteroesclerosis o bien por un émbolo (embolia cerebral) que procede de otra localización, fundamentalmente el corazón u otras arterias (como la bifurcación de la carótidas o del arco aórtico).
Según su etiología, zodek, isquémicos y hemorrágicos. El cuadro clínico es variado y depende del área encefálica afectada.
La isquemia de las células cerebrales puede venir producida por los siguientes mecanismos y procesos:
De origen vascular: Estenosis de las arterias por vasoconstricción reactiva a multitud de procesos ("vasoespasmo cerebral"). Con frecuencia se debe a una disminución del gasto cardíaco o de la tensión arterial produciendo una estenosis y su consecuente bajo flujo cerebral.
De origen intravascular
Aterotrombótico : Se forma un coágulo en una de las arterias que irrigan el cerebro, provocando la isquemia. Este fenómeno se ve favorecido por la presencia de placas de aterosclerosis en las arterias cerebrales.
Embólico: El émbolo puede ser consecuencia de un coágulo formado en una vena de otra parte del cuerpo y que, tras desprenderse total o parcialmente, viaja hacia el cerebro a través del torrente sanguíneo, o bien otro material llegado al torrente circulatorio por diferentes motivos: fracturas (embolismo graso), tumores (embolismo metastásico), fármacos o incluso una burbuja de aire. Al llegar a las pequeñas arterias cerebrales el émbolo queda encallado cuando su tamaño supera el calibre de las mismas, dando lugar al fenómeno isquémico.
3. De origen extravascular
Estenosis por fenómenos compresivos sobre la pared vascular: Abscesos, quistes, tumores, etc.
También se denominan hemorragia cerebral o apoplejía y se deben a la ruptura de un vaso sanguíneo encefálico debido a un pico hipertensivo o a un aneurisma congénito. Pueden clasificarse en intraparenquimatosos y hemorragia subaracnoidea.
La hemorragia conduce al ACV por dos mecanismos. Por una parte, priva de riego al área cerebral dependiente de esa arteria, pero por otra parte la sangre extravasada ejerce compresión sobre las estructuras cerebrales, incluidos otros vasos sanguíneos, lo que aumenta el área afectada. Ulteriormente, debido a las diferencias de presión osmótica, el hematoma producido atrae líquido plasmático con lo que aumenta nuevamente el efecto compresivo local. Es por este mecanismo por lo que la valoración de la gravedad y el pronóstico de una hemorragia cerebral se demoran de 24 a 48 horas hasta la total definición el área afectada. Las causas más frecuentes de hemorragia cerebral son la megahipertensión arterial y los aneurismas cerebrales.
Los síntomas de un accidente cerebrovascular son muy variados en función del área cerebral afectada. Desde síntomas puramente sensoriales a los puramente motores, pasando por los síntomas sensitivomotores. Los más frecuentemente diagnosticados son los siguientes:
Pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara (hemiparesia/hemiplejía).
Dificultad para expresarse, entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible.(afasia)
Dificultad al caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación.
Mareos, dolor de cabeza brusco, intenso e inusual, casi siempre acompañado de otros síntomas.
Pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
Además de las manifestaciones físicas, hasta un 50% de las personas que sobreviven a su ataque cerebral sufren depresión durante los primeros años. A pesar de esto, en la mayoría de los casos se omite el diagnóstico, lo que repercute negativamente en el paciente.
No obstante, numerosos cuadros de ACV de baja intensidad y duración pasan inadvertidos por lo anodino de la sintomatología: parestesias, debilidad de un grupo muscular poco específico (su actividad es suplida por otros grupos musculares), episodios amnésicos breves, pequeña desorientación, etc. No sería muy descabellado decir que son estos síntomas menores los más frecuentes, teniendo una gran importancia, porque ponen sobreaviso de la patología subyacente de una forma precoz.
Se requiere de un Programa de Rehabilitación Interdisciplinaria que provea una asistencia integrada para las personas que han sobrevivido a un ataque cerebral. Que atienda tanto los aspectos motores como los relacionados con el habla, los trastornos visuales, las actividades de la vida diaria y las secuelas incapacitantes como la espasticidad, para que el sobreviviente del stroke pueda alcanzar un grado de independencia suficiente como para retomar, al menos parcialmente, sus actividades habituales. Otro grupo que se ve afectado luego de un ACV son los familiares y amigos de la persona quienes requieren de la orientación sobre la mejor manera para acompañar a la persona que se está recuperando de su ataque cerebral.
De acuerdo con los resultados de las evaluaciones realizadas en forma interdisciplinaria, el equipo deberá establecer el plan de rehabilitación en forma personalizada, incluyendo sesiones de Rehabilitación Cognitiva, Rehabilitación de lenguaje, Kinesiología, entrevistas médicas, según corresponda. Otro aspecto que se debe tener en cuenta en todo momento es la prevención:
Lo fundamental es controlar los factores de riesgo asociados; fundamentalmente, son la tensión arterial, el colesterol y la diabetes.
Evitar tabaco y alcohol.
Hacer vida sana: ejercicio físico, dieta saludable rica en verduras, frutas y grasas poli-insaturadas (EPA, DPA, DHA), con poca sal y evitando elevadas cantidades de grasas saturadas y azúcares (harinas).
Seguir las recomendaciones del médico y enfermero de cabecera, quienes mejor conocen la situación y las enfermedades de cada individuo.
Evitar el sobrepeso.
Evitar deportes de contacto o sobreesfuerzos.
Los síntomas más frecuentes en los enfermos de ACV son los siguientes:
Debilidad muscular en la cara, el brazo o la pierna (por lo regular sólo en un lado)
Entumecimiento u hormigueo en un lado del cuerpo
Problemas para hablar o entender a otros que estén hablando
Problemas con la vista, incluyendo disminución de la visión, visión doble o ceguera total
Cambios en la sensibilidad que afectan el tacto y la capacidad para sentir el dolor, la presión, las temperaturas diferentes u otros estímulos
Cambios en la audición
Cambio en la lucidez mental (incluyendo coma, somnolencia y pérdida del conocimiento)
Cambios emocionales, de personalidad y estado de ánimo
Confusión o pérdida de memoria
Cambios en el sentido del gusto
Dificultad para leer o escribir
Torpeza
Problemas para caminar
Mareos o sensación anormal de movimiento (vértigo)
Falta de control de esfínteres
Al paciente se le deben realizar diferentes exámenes que permitan conocer con precisión cuál es el origen de la enfermedad y si no está asociada a otra y así determinar cuáles son las actividades a desarrollar
Se debe llevar a cabo un examen físico y neurológico completo. El médico:
Verificará si hay problemas con la visión, el movimiento, la sensibilidad, los reflejos, la comprensión y el habla. El médico y las enfermeras repetirán este examen con el tiempo para ver si el accidente cerebrovascular está empeorando o mejorando.
Auscultará para ver si hay un ruido anormal, llamado "soplo", al usar un estetoscopio para escuchar las arterias carótidas en el cuello. Un soplo es causado por flujo sanguíneo turbulento.
Revisará y evaluará la presión arterial, la cual puede estar alta.
Los exámenes le pueden ayudar al médico a determinar el tipo, la localización y la causa del accidente cerebrovascular y descartar otros trastornos que pueden ser responsables de los síntomas.
Una tomografía computarizada del cerebro a menudo se realiza poco después del comienzo de los síntomas del accidente cerebrovascular. Asimismo, se puede hacer una resonancia magnética en lugar o después de ésta.
Se puede realizar una angiografía por resonancia magnética (ARM) o angiografía por tomografía computarizada para ver si hay vasos sanguíneos anormales en el cerebro que puedan haber causado el accidente cerebrovascular.
Se puede hacer una ecocardiografía si el accidente cerebrovascular pudo haber sido causado por un coágulo sanguíneo proveniente del corazón.
Un dúplex carotideo (un tipo de ecografía) puede mostrar si el estrechamiento de las arterias del cuello (estenosis carotidea) llevó a un accidente cerebrovascular.
Una angiografía de la cabeza puede revelar cuál vaso sanguíneo está bloqueado o sangrando y ayudarle al médico a decidir si la arteria se puede reabrir usando una sonda delgada.
Los exámenes de laboratorio incluirán un conteo sanguíneo completo (CSC), tiempo de sangría y exámenes de la coagulación sanguínea (tiempo de protrombina o tiempo parcial de tromboplastina).
Un electrocardiograma (ECG) y un monitoreo del ritmo cardíaco pueden ayudar a determinar si un latido cardíaco irregular (como fibrilación auricular) causó el accidente cerebrovascular.
También se puede efectuar una punción raquídea (examen del líquido cefalorraquídeo).
El ejercicio moderado y regular forma parte de una vida sana. Mejora el funcionamiento del aparato cardiovascular y de los pulmones, baja los niveles de glucosa y colesterol y proporciona una sensación de bienestar. Además nos permite luchar contra la inmovilidad y la aparición de contracturas, logrando:
– evitar debilidades musculares, manteniendo o mejorando la fuerza muscular conseguida durante la rehabilitación.
– prevenir que las articulaciones se vuelvan rígidas y dolorosas.
La familia debe dejar que el paciente trabaje por sí mismo, ¡todo lo que pueda! Dándole la mínima ayuda necesaria, de este modo se logrará que sea más independiente.
En los movimientos que requieren ayuda, deben hacerse de forma suave, no forzando ninguna parte del cuerpo.
Evitando los estiramientos bruscos del hombro paralizado y no olvidarnos de ejercitar también el lado sano. Si el paciente no es capaz de controlar el tronco, no debemos pretender que camine. Los ejercicios que recomendamos a cada paciente según su grado de afectación, deben realizarse 10-15 repeticiones de cada ejercicio, sin agotar al enfermo, dos veces al día.
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