- Introducción
- Educación Médica en Arequipa
- Problemas en el proceso Docente – Educativo de la Facultad de Medicina
- El Proceso Formativo
- El Proceso Docente Educativo
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
La sociedad plantea la necesidad de formar a los nuevos médicos desde el inicio y durante toda la carrera en los escenarios de la Atención Primaria de Salud y puede decirse con toda seguridad que ello constituye un novedoso cambio en la educación médica. Si se parte del concepto de que la educación superior constituye un elemento insustituible para el desarrollo social, la producción, el crecimiento económico, el fortalecimiento de la identidad cultural, el mantenimiento de la cohesión social y la promoción de la cultura por la paz, entre otros muchos aspectos, se comprende su importancia.
El proceso de enseñanza de la Medicina preventiva a los estudiantes es tratado en esta monografía para describir algunos de los fundamentos de Pedagogía y de Didáctica que explican el proceso de formación del hombre. El educando, como el educador, necesitan prepararse para asumir los nuevos roles que requiere la educación actual. La función del profesor solo como transmisor de información se ha modificado transformándose actualmente en organizador y director del proceso docente.
Se producen cambios en la situación socio-psicológica del aula, que implican cambios en las actitudes de los docentes: la autoridad del maestro, que imponía subordinación a los estudiantes, debe sustituirse por la colaboración entre docentes y discentes. Esto supone nuevas exigencias al profesor, una mayor capacitación psicopedagógica y el desarrollo de habilidades comunicativas para organizar la interacción con los alumnos a fin de dirigir su actividad.
En está monografía se presenta la realidad de la enseñanza Médica en la ciudad de Arequipa, se hace la descripción del proceso formativo y de enseñanza-aprendizaje en que se esbozan los principales conceptos de la Pedagogía y la Didáctica, se explica la dirección del proceso formativo, incluyendo lo curricular, es decir, comprender la complejidad y sistematicidad de la ciencia de la educación de los futuros médicos.
Palabras clave: pedagogía, didáctica, docencia, medicina
Educación Médica en Arequipa
En la actualidad y con el paso del tiempo es posible observar como se ha educado de manera errónea a los alumnos, haciéndoles creer que el hecho de aprender consiste en la memorización de un conjunto de definiciones y conceptos al pie de la letra, tal como se les define en los textos educativos que les son proporcionados por los docentes, mal acostumbrándose desde las primeras etapas de su educación y manteniendo esta mala costumbre hasta niveles más altos.
El papel del docente no consiste solo en exponer sus conocimientos de manera mecánica año tras año, ni citar tal cual el contenido de un libro, y menos en saturar los apuntes de los alumnos con puros conceptos para ser memorizados por estos. El docente debe estar consciente que no todos sus alumnos tienen la misma capacidad de retención y asimilación, y es su deber encontrar la forma de exponer sus conocimientos de manera tal que puedan no solo ser comprendidos por los oyentes, sino que también estos puedan llegar a aplicarlos, más allá de solo memorizarlos y repetirlos.
Es aquí donde radica la importancia de la didáctica en la medicina preventiva, donde el docente no solo debe de mostrar las diversas medidas de higiene o de prevención de distintas patologías de forma enlistada y pedir que las repitan una a una en un orden determinado, sino que debe encontrar la forma de hacer que el alumno aprenda a aplicar en su vida diaria estas medidas de manera cotidiana, de manera que cuando las lleve a cabo no piense en que está cumpliendo con una lista, y simplemente sienta que es parte de su rutina. Así, el docente no tendrá que pedir que cite una lista que ha memorizado, en vez de eso, el alumno mencionara por experiencia, lo que se habrá acostumbrado a hacer gracias a la orientación del docente, ya que el aprender la medicina preventiva consiste en aplicarla (1).
Actualmente no solo basta con que el docente instruya con conocimientos a los alumnos. Estos deben acostumbrarse a aplicar estos conocimientos de manera eficaz, tanto como les sea posible en la vida cotidiana y en el ambiente en el que se desarrollarán al ejercer su carrera, siendo esto también la responsabilidad del docente, pues gran parte de la formación de los alumnos dependerá de él. Por eso debe encontrar las estrategias adecuadas para emplear con cada grupo, y si es necesario, cambiarla, ya que no todos los grupos de alumnos responderán de la misma manera ante un método u otro.
Finalmente, si el alumno ha aprendido debidamente y se le ha educado para fomentar las diversas medidas de prevención, evidenciará un cambio de actitud, podrá evitar a largo plazo el desarrollo de diversas patologías, y por tanto, disminuirá el número de dolencias y enfermedades prevenibles.
Problemas en el proceso Docente – Educativo de la Facultad de Medicina
En el presente la enseñanza de la Medicina en la Universidad San Agustín, a pesar de los avances de la ciencia pedagógica y didáctica, en los últimos tiempos sufre un conjunto de deficiencias e insuficiencias que determinan cierto nivel de ineficiencia en el proceso docente-educativo. Los problemas presentes en el mismo se manifiestan, fundamentalmente, en los tópicos siguientes:
• La administración del proceso docente-educativo.
• La integración del proceso docente-educativo con los servicios.
• La formación del estudiante.
1.1 Problemas en la administración del proceso docente-educativo
La organización del proceso docente-educativo de la Medicina se hace sobre la base de las asignaturas y disciplinas, las que se conciben como subsistemas del primero. Los temas como subsistemas de las asignaturas son en muchos casos cortos y no se asocian, como sistema, a la formación de una habilidad. El no dominio de cuál es el objetivo y el papel que desempeña a nivel de una clase, o un tema con muchos objetivos demuestra desconocimiento y falta de precisión en lo que se quiere (2).
Las manifestaciones de asistematicidad en el desarrollo del proceso tienen su fundamento en el insuficiente dominio de la teoría de la Didáctica, que limitan la organización sistémica de cada nivel de estructuración del proceso docente-educativo: clase, tema, asignatura, o tipo de educación. Situación que se ve agravada por el hecho de que algunos piensan que la teoría Didáctica no desempeña un papel trascendente y no se debe estimular su desarrollo. El trabajo metodológico que se desarrolla en algunos niveles de dirección, no se concibe como gestión del proceso docente-educativo, y en ocasiones se limita solamente a la superación operativa de los profesores (3).
1.2 Problemas en la integración de Universidad con los servicios
La escuela de Medicina de Arequipa ha desarrollado, como principio pedagógico, la necesaria participación de todos los estudiantes en actividades formativas, mediante seminarios y trabajos de investigación para desarrollar el autoaprendizaje. Sin embargo, en ocasiones se pueden apreciar algunas deficiencias como son:
• La actividad laboral no siempre se organiza como parte del proceso docente-educativo.
• No hay una integración entre la formación académica, la laboral y la investigativa.
• Los problemas presentes en la práctica social no son objeto de análisis y punto de partida para desarrollar el proceso docente-educativo.
• Todos los profesores no siempre se sienten responsabilizados, desde el punto de vista docente, con el desarrollo de la actividad laboral.
• La actividad académica está valorada en una jerarquía mayor que la laboral.
Todas estas deficiencias limitan la formación de productores en los distintos niveles educacionales, así como el desarrollo de las capacidades y el talento de los estudiantes. En estas condiciones, que manifiestan rasgos escolásticos en el proceso docente, lo más importante es la información del contenido, en donde se concentran los mejores profesores y se subvalora a aquellos docentes que forman habilidades.
La evaluación, en ocasiones, se limita a constatar la adquisición reproductiva del concepto por el alumno y no se le plantean situaciones en que se vea obligado a utilizar de un modo productivo, creativo el mismo. La solución de problemas está ausente en muchos exámenes (4).
1.3 Problemas en la formación del estudiante
El profesor no se plantea la necesidad de establecer relaciones afectivas con sus estudiantes, impidiendo, de ese modo, la incidencia en los aspectos más sensibles de la personalidad de sus alumnos, e imposibilitando con ello desarrollar la labor educativa. La definición del estudiante como objeto de enseñanza es una conceptualización errónea que estimula las deficiencias señaladas, y limita el empleo de aquellos estímulos que lo acerquen a los intereses más vitales de la personalidad de los alumnos.
En ocasiones, el resultado inmediato del proceso docente-educativo: la instrucción, y del más perspectivo: la educación, se estudian como fenómenos que se dan de un modo aislado. En el otro extremo aparece otra deficiencia que es identificar la educación con la instrucción, es decir lo fenoménico con lo esencial. A partir de ese error, se incorpora la convicción al sistema de conocimientos, como si la sola explicación de aquella garantizará su formación.
Una enseñanza lineal, plana, uniforme que impide la iniciativa, la creatividad del estudiante, aunque declare que aspira a formar un hombre integralmente nuevo, es un problema que debe ser resuelto en esas enseñanzas. La Pedagogía, como ciencia de ese proceso de enseñanza aprendizaje, ofrece un camino para su solución, mediante la conformación de un aparato teórico en que queden precisados los conceptos y las leyes que nos posibiliten, mediante su manejo, alcanzar objetivos que transformen las situaciones presentadas. Hay que distinguir que la pedagogía es la ciencia que estudia la educación, mientras que la didáctica es el conjunto de técnicas que facilitan el aprendizaje (4).
El Proceso Formativo
Una Universidad de excelencia es aquella que ofrece calidad en todos y cada uno de sus productos y servicios, en primer lugar a los estudiantes, así como a la sociedad que la concibió y creó para satisfacer las necesidades de la formación de las nuevas generaciones. Para lograrlo se requiere la conducción consciente y en forma óptima de los procesos fundamentales que se desarrollan para la preparación del hombre (3).
2.1 Importancia de la Pedagogía en Medicina
La preparación de los ciudadanos de un país es una de las necesidades más importantes a satisfacer en cualquier sociedad, lo que se convierte en un problema esencial de la misma. Una nación moderna requiere que todos sus miembros posean un cierto nivel cultural que le posibilite desarrollar una labor eficiente.
Un país desarrollado, o que aspire a serlo, tiene que plantearse el objetivo de que todos sus miembros estén preparados para ejecutar un determinado papel, entre las múltiples funciones que se llevan a cabo en el seno de dicha sociedad. Aquel país en el que todos sus ciudadanos ejecutan sus labores a un nivel de excelencia es una nación preparada y puede ocupar un lugar de vanguardia en el concierto universal de los estados. Una sociedad está preparada cuando todos o la mayoría de sus ciudadanos lo están; un Médico está preparado cuando puede enfrentarse a los problemas que se le presentan en su quehacer diario y los resuelve (5).
2.2 Objetivos de la Pedagogía
Para satisfacer la necesidad de la preparación de los futuros Médicos de una sociedad hace falta formarlos. De esto se infiere que debe existir un proceso que tiene la aspiración de formarlos. En consecuencia, la Formación es el proceso y el resultado cuya función es la de preparar al Médico en todos los aspectos de su personalidad. Para que un individuo se considere preparado es necesario que se haya apropiado de parte de la cultura y el conocimiento que lo ha precedido y, consecuentemente conozca su profesión, que sea instruido. Un hombre es instruido, cuando puede resolver los problemas presentes en su actividad cotidiana, es decir, cuando domina su profesión.
La instrucción es el proceso y el resultado cuya función es la de formar a los hombres en una rama del saber humano, de una profesión, de "dar carrera para vivir". Requiere, además, y como resultado de esa misma apropiación, que desarrolle todas sus facultades o potencialidades funcionales, tanto espirituales como físicas. El Médico será inteligente si se le ha formado mediante la utilización reiterada de la lógica de la actividad científica, de la actividad laboral, profesional. Esa potencialidad funcional para ejecutar una acción, para resolver un problema, es sólo posible apoyado en el conocimiento. Para estar preparado se requiere, por tanto, ser instruido y, además, haber desarrollado sus potencialidades funcionales o facultades (6).
El desarrollo es el proceso y el resultado cuya función es la de formar hombres en plenitud de sus facultades tanto espirituales como físicas, de "templar el espíritu y el cuerpo" (1). La instrucción y el desarrollo se forman juntos e interactuando, aunque ambos mantienen una relativa autonomía y personalidad propia. La comprensión del vínculo obligado y de la relativa autonomía de cada proceso es una medida de la madurez de la Pedagogía, como ciencia.
También de la observación de la práctica social se aprecia un tercer proceso: el ciudadano vive inmerso en un conjunto de relaciones con otros hombres, así llamadas relaciones sociales. Estas relaciones van conformando determinados rasgos de su personalidad, mediante los cuales expresa los valores que los objetos y las personas tienen para él. En el estudiante hay que formar, además del desarrollo y la instrucción, los valores y sentimientos propios del hombre como ser social. La sociedad históricamente ha acumulado valores morales, religiosos, políticos y jurídicos, entre otros, que forman parte de los elementos más preciados de su cultura. El ciudadano, el joven, tiene que apropiarse de esos valores como parte de su preparación y, de lograrse esto, se considera educado (7, 8).
La educación médica es el proceso y el resultado cuya función es la de formar al hombre para la vida, de "templar el alma para la vida", en toda su complejidad (1)
"Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido; es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida" (2).
Estos tres procesos del proceso de formación se dan a la vez. Sin embargo, no significa que automáticamente a un conocimiento le corresponda un solo tipo de acción o de sentimiento, en una relación directa, lineal; por el contrario, la gama de variantes es inagotable, de ahí que la selección de qué opción escoger es consciente, consecuencia de su naturaleza dialéctica.
En resumen, la observación de la práctica social nos permitió concluir que existe un proceso totalizador cuyo objetivo es preparar al hombre como ser social denominado proceso de formación, que agrupa en una unidad dialéctica, los procesos educativo, desarrollador e instructivo. La Pedagogía es la ciencia que tiene como objeto de estudio el proceso formativo.
El estudio de la Pedagogía nos permite dirigir científicamente la formación: la educación, la instrucción y el desarrollo de los ciudadanos de una sociedad, para alcanzar altos niveles de calidad y excelencia, en correspondencia con los más caros intereses de esa sociedad.
2.3 Proceso formativo
El proceso en el cual el Médico adquiere su plenitud, tanto desde el punto de vista educativo como instructivo y desarrollador es el así denominado proceso de formación. En otras palabras, el proceso formativo, atendiendo a su función, se manifiesta en tres procesos: educación, desarrollo e instrucción, cada uno de los cuales posee personalidad propia, pero que tienen lugar a la vez, relacionados entre sí e influyéndose mutuamente.
La función es una propiedad del proceso que expresa una acción generalizadora, que manifiesta dicho proceso en su ejecución. La función es consecuencia de la estructura interna que posee el proceso. Las tres funciones del proceso formativo se relacionan entre sí como consecuencia, en primer lugar, de lo que tienen en común, son propiedades que se manifiestan en procesos formativos; y en segundo lugar se diferencian, ante todo, en su intención, en lo que persiguen: el educativo, la formación del hombre para la vida; el instructivo, la formación del hombre como trabajador, para vivir; el desarrollador, la formación de sus potencialidades funcionales o facultades (7).
En resumen, es un solo proceso pero tiene tres dimensiones, lo que implica que tienen lugar mediante tres procesos, relacionados entre sí. Cada uno de esos procesos tiene su función respectiva, con personalidad propia, con relativa autonomía, pero condicionados dialécticamente por las otras dos funciones.
2.4 Categorías de la Pedagogía
El proceso formativo se puede clasificar, sobre la base del criterio de las funciones que persigue, en tres tipos de procesos: el educativo, el desarrollador y el instructivo. Al mismo tiempo, el proceso educativo se puede clasificar atendiendo al tipo de institución que participa en su ejecución. La sociedad dispone de un conjunto de instituciones para el desarrollo del trabajo educativo: la escuela, la familia o la sociedad en su conjunto, mediante las organizaciones políticas, de masas, religiosas, etc.
El Proceso Docente Educativo
Cuando el proceso formativo universitario es sistémico, lo que quiere decir que se ejecuta con carácter de sistema, se denomina proceso docente-educativo. Este proceso se desarrolla en las escuelas u otros tipos de instituciones docentes. Si el proceso formativo se lleva a cabo por otras instituciones sociales, como son la familia, los medios de comunicación masivos, u otros, que realizan esa función de un modo más espontáneo, menos sistémico y entonces este no es proceso docente-educativo.
3.1 La Didáctica
Es el conjunto de técnicas y métodos que facilitan el aprendizaje. La práctica histórico-social ha demostrado que la formación de las nuevas generaciones, de acuerdo con las aspiraciones de la sociedad, se produce, fundamentalmente, en el objeto: proceso docente-educativo. Ese objeto puede ser estudiado por varias ciencias, sin embargo, hay una que lo hace atendiendo al problema denominado encargo social: preparar al hombre para la vida. Es decir, la sociedad le plantea a la Universidad, como función, la formación de un egresado que reúna determinadas cualidades que le permita enfrentarse a un conjunto de situaciones, que se modifican por la acción del mismo egresado, apoyándose en las ciencias o ramas del saber que haya dominado en dicho proceso (7).
La didáctica es la disciplina científico-pedagógica que tiene como objeto de estudio el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es, por tanto, la parte de la pedagogía que se ocupa de los sistemas y métodos prácticos de enseñanza destinados a plasmar en la realidad las directrices de las teorías pedagógicas. Se orienta a resolver la problemática que se le plantea a la Universidad: La preparación del hombre para la vida y cuya función es la de formar al hombre pero de un modo sistémico y eficiente. Este proceso se convierte en el instrumento fundamental, dado su carácter sistémico, para satisfacer el encargo social. El estado de un objeto cambia en el tiempo; ese cambio sucesivo en el tiempo del conjunto de características, de los estados de un objeto, es el proceso (7, 8).
3.2 Análisis del proceso docente-educativo
Para poder explicar más profundamente el proceso docente-educativo se requiere no sólo de esa caracterización holística, mediante sus dimensiones y funciones, se hace necesario, además, un análisis de ese objeto, para encontrar dentro de sí mismo sus elementos constituyentes, consciente que a toda función le corresponde una estructura.
3.2.1 Análisis del proceso docente-educativo
En una primera aproximación al análisis del proceso docente-educativo se puede apreciar, mediante la observación inmediata del mismo, la actividad del estudiante para instruirse: el aprendizaje. Es decir, el aprendizaje es la actividad que ejecuta el estudiante en su formación. Se puede apreciar, también, la actividad del profesor que guía ese aprendizaje; esa actividad se denomina enseñanza. Ambos (estudiantes y profesor) actúan sobre una materia de estudio.
Algunos autores denominan al proceso docente-educativo, proceso de enseñanzaaprendizaje, esto no es un error; sin embargo, es una denominación limitada ya que reduce el objeto sólo a las actividades de los dos tipos de sujetos que intervienen en el mismo: el profesor y los estudiantes. Posteriormente tendremos la posibilidad de apreciar que el proceso docente-educativo es más complejo que la mera actividad, que la ejecución inmediata del mismo, la cual incluye, por ejemplo, el diseño y la evaluación de ese proceso (9).
3.2.2 Análisis esencial del proceso docente-educativo
Un análisis más profundo, esencial, del objeto de la pedagogía, es decir, del proceso docente-educativo nos hace llegar a las conclusiones siguientes:
El objeto de una ciencia se estudia, de un modo sistémico, mediante la determinación de un conjunto de características que expresan sus partes o aspectos fundamentales, así como de las leyes o regularidades por medio de las cuales se precisa el comportamiento, el movimiento de ese objeto.
La pedagogía tiene sus características o componentes propios que estudiaremos en detalle y que le dan su personalidad. Tiene también sus leyes, a partir de las cuales se puede precisar la metodología inherente al proceso docente-educativo.
El estudio profundo de la pedagogía nos permite llegar a la conclusión de que es una ciencia social, humanística y sus leyes tienen una naturaleza dialéctica. La naturaleza o racionalidad dialéctica de las leyes pedagógicas posibilita precisar el carácter contradictorio de los componentes que se relacionan en esas leyes, como ya se empezó a apreciar cuando se valoraron los tres tipos de procesos en cuanto a sus diferencias y, a la vez, en su unidad.
Además, se hace necesario caracterizar, mediante las leyes, el por qué del comportamiento de ese objeto, su movimiento; de modo similar a cuando se toma una película en la cual se puede apreciar el movimiento de la persona (objeto), el
comportamiento de cada componente en ese movimiento y las relaciones entre esos componentes.
3.2.3 Los componentes del proceso docente-educativo
Los estudiantes trabajan con la ayuda del profesor sobre una cierta materia de estudio. El análisis de esa observación nos puede llevar a la conclusión de que los componentes del proceso serán: el aprendizaje, la enseñanza y la materia de estudio, sobre la cual trabajan los estudiantes y el profesor(7).
Sin embargo, un estudio más profundo del proceso docente-educativo nos informa sobre otros componentes más fundamentales (esenciales) e importantes, veamos: la sociedad gesta las instituciones docentes con el fin de resolver un problema de enorme trascendencia, problema este que se denomina encargo social y que consiste en la necesidad de preparar a los ciudadanos de esa sociedad, tanto en su pensamiento (el desarrollo), como en sus sentimientos (la educación), junto con la preparación inmediata para su actividad laboral (la instrucción), en correspondencia con los valores más importantes de la misma.
El problema es la situación que presenta un objeto y que genera en alguien una necesidad. Así pues, el encargo social es un problema, porque en este se concreta la necesidad que tiene la sociedad de preparar a sus ciudadanos con determinada formación, con determinados conocimientos, habilidades y valores para actuar en un contexto social en una época dada.
El objeto es la parte de la realidad portador del problema. Es decir, el objeto es un
aspecto del proceso productivo o de servicio, en el cual se manifiesta la necesidad de preparar o superar a obreros o a profesionales para que participen en la solución del problema, que se resuelve inmerso en el proceso de formación del ciudadano (7, 8).
En resumen, el proceso docente-educativo tiene en las leyes pedagógicas su esencia, que vincula dialécticamente componentes cuya naturaleza es didáctica y que se desarrolla en cada persona con vista a la formación de cada sujeto, que lo prepara para la vida, para vivir en la sociedad. Por tanto, podemos concluir diciendo que las leyes pedagógicas, que constituyen la esencia, lo fundamental del proceso docente-educativo, tienen un conjunto de técnicas y métodos de enseñanza de naturaleza didáctica; que se vinculan con lo social, como elemento fundamental, y con lo individual, para formar a los hombres de la sociedad.
Conclusiones
Los profesores desde la actividad conjunta con sus estudiantes deben enseñar a pensar, a resolver problemas, a interpretar los resultados, argumentar, diagnosticar, etc. Cuando esto se haga se estará apoyando a la formación de las habilidades intelectuales de los estudiantes, las que no solamente son necesarias para la profesión, sino para la vida integral del hombre, ya que ellas ayudan a la cimentación de la personalidad (9).
Cada día la sociedad demanda con más fuerza a las universidades la formación de profesionales competentes. Su calidad depende no solo de los conocimientos y habilidades que desarrollen en los currículos universitarios sino también de los intereses y valores que regulan su actuación profesional (10).
Los nuevos retos y desafíos de la docencia de las ciencias médicas en la actualidad exigen creatividad, flexibilidad, inteligencia, capacitación y responsabilidad por parte del claustro profesoral para conjuntamente con el estudiantado universitario poder lograr mediante las diversas formas organizativas docentes, la independencia cognoscitiva del futuro profesional de la salud (11).
El sistema de enseñanza para la formación de Médicos salubristas se apoya en el principio de vincular al hombre con la vida y a la educación con el trabajo. El profesor deja de ser fuente básica del saber y del hacer y se convierte en un tutor cuya función es orientar y organizar las condiciones que favorecen el aprendizaje. Por otra parte, el residente se convierte en objeto de su propio aprendizaje al trabajar y estudiar independientemente (9).
Al enfrentarse al desempeño de su actividad profesional, el salubrista aprende por sí mismo, adquiere independencia en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y en la toma de decisiones ante problemas de salud, y aplica la creatividad y el criterio científico necesarios para solucionar cada situación. El estudio independiente le hace adquirir hábitos y habilidades que le permiten buscar información científico-técnica para mantenerse al día en su especialidad.
Entre las múltiples funciones de la actividad tutelar, son muy importantes los conocimientos pedagógicos para el cumplimiento de los objetivos fundamentales de la enseñanza, en lo referente a la intención de un proceso dirigido a la transformación que se aspire a alcanzar en los educandos y que comprende no solo la instrucción sino también la educación. Es necesario reiterar que para enfrentar los retos de la enseñanza tutelar debe profundizarse en los conocimientos pedagógicos, de los que deben dotarse a todos los tutores, para de esta manera brindarles las herramientas necesarias para perfeccionar su trabajo.
Bibliografía
1. Luz y Caballero, José (1952). Elencos y discursos académicos. Editorial de la Universidad de la Habana, La Habana.
2. Palacios PG. (2003). La superación docente continua: algunos criterios para su perfeccionamiento. Rev Iberoam Educ (771)
3. Rodríguez Morell JL. (2006). Universalización, internacionalización y educación multicultural: hacia un nuevo paradigma de la universidad cubana contemporánea. Rev Cubana Educ Sup, 26(2):113-9.
4. Cáceres Mesa M. (2008). La formación pedagógica de los profesores universitarios. Una propuesta en el proceso de profesionalización del docente.
5. Seltzer VL, Fishburne JI, Jonas HS. (2008). Obstetrics and gynecology residencies: education in preventive and primary health care for women. Obstet Gynecol, 91(2):305-10.
6. Gabbe SG, Mueller-Heubach E, Blechner JN, Pearse WH, Depp R, Creasy RK. (2008). A blueprint for academic obstetrics and gynecology. Obstet Gynecol, 92(6):1033-7.
7. García Camacho T. (2002). Modelo educativo. La Habana.
8. González Maura V. (2006). La educación de valores en el currículo universitario. Un enfoque psicopedagógico para su estudio. Educ Med Super, 14(1):74
9. Artiles Olivera I, Mendoza, CA, Pérez Luján JD, Perdomo Vásquez JM. (2008). Mediaciones y roles del tutor y el profesor a tiempo parcial durante el proceso de evaluación del aprendizaje. Rev Cubana Educ Sup, 33 (1-2):129-38.
10. Fresán Orozco M, Romo López A. Programas institucionales de tutoría una propuesta de la ANUIES. México: Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior; 2011.
11. Piñón J, Del Toro A. (2005). Tutor y proceso tutoral en la formación continua del recién graduado. En: Nuevos caminos en la formación de profesionales de la educación. La Habana: UNESCO-MINED, p. 141-9.
Autor:
Gonzalo Arturo Medina Bueno
DOCENTE: DR. GABRIEL VELA QUICO
UNIVERSIDAD NACIONAL SAN AGUSTIN
UNIDAD DE POSGRADO – FACULTAD DE MEDICINA
DOCTORADO EN CIENCIAS: SALUD PÚBLICA
Arequipa- Perú