Carlos Kuraiem: Poemas de la Guerra (Guerra de Malvinas / Falklands War)
Trabajo de investigación y notas
Prof. Marta Goddio
Imagen de tapa de la 1ª edición del libro "Presagios de Guerra 2 de abril de 1982", de Carlos Kuraiem.
Fotografía: Lucio Consentino.
¿Cómo se enseña una Guerra intentando ubicarnos en el cabezal del péndulo que oscila entre la "Gesta" y la vergüenza de admitir, que por haberla perdido se recuperó la democracia…? Hay un vacío, una abreviación intencional, un silencio que retumba denunciando complicidad por omisión o réplica del mensaje aceptado para no incomodar (se), para evitar navegar contra la corriente que impone un modo de ver y de interpretar los hechos.
Otra Historia punza en el vaivén del pensamiento que resiste y se manifiesta desde un libro de poemas escritos bajo el fuego de dos bandos que usurpaban la conciencia popular con historias de piratas en las mares del Sur desvaneciendo en la bruma de los mitos del honor y el patriotismo, la hipocresía de un país que se entregó a las garras de los que detentaban el poder. Habrá que considerar alguna vez los sofismas que se transmiten manchando la Bandera desde producciones musicales, documentales y películas que han pasado por alto la denuncia del "poeta que sale a pelear la realidad", sin esperar el bronce o la medalla, en otros terrenos también desolados: con un libro de poemas alegórico, emblemático, por haber sido escrito en los mismos días de iniciado el conflicto entre Argentina y el Reino Unido, sin obras paralelas para su comparación. No existe registro de otros autores que hayan abordado desde la épica literaria la Guerra de Malvinas, del modo que lo ha hecho Kuraiem: rescatando una retórica en la que se asume protagonista, marcando de este modo la función social del poeta, mostrando desde otra actitud guerrera – alejada de los extremos que imponen los héroes o los dioses- la hazaña de peregrinar como los antiguos rapsodas con un puñado de poemas que aporten otras significaciones, otras perspectivas para la reflexión y el análisis.
Contratapa del libro "Presagios de Guerra" de Carlos Kuraiem.
Fotografía: Lucio Consentino, 1982.
La fotografía de contratapa muestra en un muro el traje que parece vestir un fantasma:
-Para mí es Carlos… - dice Candela mientras mira una de las imágenes del tríptico con los poemas seleccionados del libro Presagios de Guerra.
– Sí… esa es una chaqueta de guerra… (Julián)
– Es un traje de soldado… (Alan)
– ¿Era soldado? (Marcos)
– ¿Y por qué tiene una guitarra? (Juan Pablo)
– Porque es un cantor ¿No ves? (Julián)
– En el corazón te da algo así… porque ese soldado va a la guerra y por ahí se puede morir… (Shaiel)
-Pero tenían que ir igual… había que ir a defender a la Patria (Yanil)
Carlos Kuraiem con alumnos de 3°Grado de la Escuela N° 46 "Bernardino Rivadavia", Candioti, Santa Fe, 2012
Fotografía: Marta Goddio
Tan chicos y en la discusión revelando ideologías, contradicciones de una sociedad fragmentada que cubre con el "Deber" el sentido elemental del respeto a la vida. La confrontación puesta en evidencia desde una imagen motivadora intencionalmente presentada como recurso didáctico en el formato de un tríptico que reproducía además de una selección de poemas del libro "Presagios de Guerra, 2 de abril de 1982" (1), las fotografías de tapa y contratapa, capturadas por Lucio Consentino.
Los poemas presentados, de libre elección para la lectura, aventuraron a otras búsquedas, la necesidad de acudir a otras fuentes de información: "Mi abuela ya estaba nacida, así que le puedo preguntar por qué pasó la Guerra…" organizarse en grupos proponer otras actividades: desde buscar en el diccionario el significado de las palabras que desconocían, a preguntar a los padres para que expliquen con "palabras de adulto" o dibujar al Poeta que se va, dejando su calle atrás.
Tres décadas esperaron estos poemas para entrar por primera vez a una escuela abriéndose paso desde su portada, por la historia que Yanil leía desde la pantalla de la computadora:
"Con el fotógrafo Lucio Consentino, tuvimos que planificar toda la escena para capturar la imagen – en el país había estado de sitio, mataban, torturaban, compraban periodistas (mucha gente se ofrecía gratis) y estaba prohibido tomar fotografías de los edificios públicos: los dos, Lucio y yo, cruzamos caminando por la vereda de la Plaza de Mayo, charlando como un par de turistas distraídos, en dirección al Banco Nación. Yo iba del lado del cordón tapando a Lucio que en un tris tenía que gatillar para tomar la foto de tapa, podría hacerlo una sola vez. Su cámara estaba a la altura de mi hombro y avanzamos sin perder el paso. El resultado fue esa imagen tétrica, alargada de los granaderos, un par de personas deslizándose y la Casa Rosada. Como Lucio tenía dudas con el cielo (y ya no podíamos repetir la toma) fuimos a Plaza Congreso, donde alborotamos a las palomas, que se dispersaron en lo alto, quedando como si semejaran helicópteros o aviones. En el laboratorio de Lucio, "dibujando con la luz", realizamos el ensamble de las dos imágenes.
Los poemas los escribí entre los días 2, 3 y 4 de abril de 1982. Antes de su edición, fueron leídos por Eduardo Aliverti, en su columna de radio Continental, en un encuentro organizado por la Revista Pan Caliente, donde había una fotocopiadora a disposición de los poetas para hacer copias de los poemas y repartirlos a la gente; en un recital en el Huracán de San Justo, en el que canté y dije algunos de los versos y en varias Bibliotecas Populares". Algo hicimos. Breve historia sobre la portada de mi primer libro Presagios de Guerra 2 de abril de 1982, Kuraiem.
A veces la Historia se escapa de los barrotes, de los márgenes impuestos, de las ideas preestablecidas, de los conceptos anacrónicos. Se toma de la mano del arte para avivar las voces enmudecidas, marginadas. Se abre espacio y extiende puentes, ofreciendo materiales para la reconstrucción desde las voces vivas del presente. Porque el conocimiento no sólo viaja en las hojas de un libro. También se procesa desde una fotografía que fija el tiempo para focalizar la mirada en el extraño contraste que se revela de una imagen "conocida" y que a la vez muestra desde otras estrategias discursivas, las distorsiones históricas que prevalecen en el imaginario colectivo
Cambios y permanencias que emergen de una Casa Rosada, más oscura, más tétrica al ser impresa en el papel, como si a quien ensambló sus partes no le hubieran bastado los recursos para expresar el terror. Misterios del Arte, recursos del artistas, el de acompañar los ojos, ampliar el plano para que otros logren atravesar el hermetismo de la puerta aún cerrada de Historias ausentes.
También la pregunta se construye con lo más cercano y disponible. Seguramente muchas de ellas no lograron ser formuladas, por la imposibilidad de organizar y asimilar toda la información. Requerirán del tiempo necesario para completar el proceso y verbalizar con la contundencia necesaria, la impresión provocada a los sentidos.
Se comienza a aprender que hay significados más complejos de desentrañar. Que el Diccionario no alcanza para entender el Presagio y mucho menos explicar el dolor del Poeta.
"Parece que nos estuviera hablando a nosotros"- dice Alan al escuchar la voz de Kuraiem, poniendo en evidencia el nacimiento de otro tipo de vínculo, más directo y concreto con alguien que desde su historia personal y artística ofrece otras piezas para armar la Historia Nacional, con otros aportes que vienen desde las orillas de los historiadores. "Es como un testigo, que no participó pero vio la Guerra de las Malvinas. Un testigo-poeta porque prácticamente en la Guerra pasó todo eso…"
Kuraiem-Poeta-Testigo denuncia, mueve, confronta desde sus versos rebelándose, negándose a "vestir el uniforme" y con claridad argumenta en la entrevista que le realizara Sinda Miranda, respondiendo sobre su libro "Presagios", al que a él le gusta llamar "Los poemas de la guerra".
Apertura. Ráfaga musical. "Yo quise cantarte tres palabras/ y apenas alcancé a decirte una/ yo tuve que cerrar mi boca y no hablar/ porqué son ellos los que mandan./ Me han clavado sus puntas las estrellas/ doliéndome por una eternidad/ he enterrado mis canciones tantas veces ya/ pero siempre he vuelto para cantar…" De la canción Three words (Tres Palabras) incluida en el disco Kuraiem Folk Fusión Lírica.
Kuraiem, 1982. En su casa de Lomas del Mirador, Buenos Aires.
Fotografía: Lucio Consentino
Kuraiem: -Presagios de Guerra fue mi primer libro editado, no mi primer libro escrito, el primero fue "El Canto del Gallo Rojo" … pero "El Canto…" quedó para después porque en el país ocurrió lo que se llamó la Guerra de Malvinas… imaginate que yo venía cantando desde el año 77 en algunos lugares alternativos y otros espacios conocidos de Buenos Aires y uno sabía lo que iba a pasar (2) … el hecho que de golpe se llenara una plaza con miles de personas vitoreando a los militares que habían secuestrado, torturado y asesinado… fue terrible… y ese mismo día que tomaron Malvinas y los dos días que le siguieron, compuse los poemas que después formarían parte de Presagios de Guerra… (Voz de Galtieri: "Compatriotas hemos recuperado sin rencores pero con la firmeza que las circunstancias exigen las islas australes que integran por legítimo derecho el patrimonio nacional")… Así nacieron estos poemas… muy en caliente, muy en crudo, así de una… y durante el año 82 los leí en todos los centros culturales y bibliotecas donde me invitaban… son poemas que así como nacieron los decía, no necesitaba del papel… los tenía incorporados oralmente, porque eran muy fuertes. (3) El libro recién se editó en el 83 (4), se hicieron mil ejemplares, que no era poco, era una tirada muy grande para un poeta… y con un fotógrafo amigo, que me tomaba las fotos cuando yo empecé a cantar en los teatros, recorrimos juntos las calles de Buenos Aires en ese mismo momento en que pasó todo… y él capturó imágenes de lo que escribía la gente en las paredes, y de una marcha muy grande que fue la Multipartidaria, que ocupó desde la Plaza Congreso hasta la Plaza de Mayo… y esas fotos formaron parte del libro, que se edita con mis poemas y las fotos de Lucio Consentino… Toda pintada callejera qe decía "¡Fuera ingleses!", "Las Malvinas son argentinas" y tantas expresiones como esas ilustran el libro (5)… y antes de editarse, algunos de los poemas los leyó Eduardo Aliverti en su columna de Radio Continental. Se hacían fotocopias porque el libro no estaba, de varios centros de Ex Combatientes me invitaban, pero era un poco en vano… porque a ellos mucho no les servía para sus reivindicaciones… y esa era la cuestión, pero bueno, ahí está el valor de ese libro: es un libro que si bien habla de la tierra y del país, no avala el uniforme militar, ni en el que tomó Malvinas como militar de carrera, ni en el que después de haber ido a Malvinas sigue usando el uniforme … y esa es la contradicción… pero en nuestro país se dio así… un conflicto como ese donde murieron tantos jóvenes, tantos hermanos míos y donde los padres entregaban a sus hijos para que vayan a pelear…
(Cuña con reportaje a los soldados)
Joven Soldado. -… "me llama la Patria… me llama la Patria"
Periodista. – Absolutamente seguro ¿no?
Joven Soldado. – Sí. Es una responsabilidad que tenemos en estos momentos: defendernos.
Joven Soldado -… No, no… hijo único…" (Otra voz)
Periodista. -¿Y qué dijo tu madre…?
Joven Soldado. – Nada… a pesar de todo está contenta, me dio un beso y me deseó mucha suerte…porque sabe que venimos a defender a la patria…
Kuraiem. – … Una cosa totalmente atroz…terrible… el padre despidiendo al hijo que iba a un lugar del que sabía que no iba a volver… (6) la mayoría de los padres lo sabían… los padres son viejos, son grandes, sabían lo que estaban haciendo y lo hacían igual… así que es un libro que eso no lo avala. No avala la guerra ni las armas, dice: No a la violencia. (7) Todo el libro habla del poeta que pelea. No del soldado que pelea… (8)
Ráfaga musical… "No me oirás decir cosas que no sienta, / mi palabra es solo el miedo a callar / y en esta tierra yo voy a seguir / luchando y cantando sin gloria ni paz"… De la canción Digging the air (Excavando el aire), incluida en el disco Kuraiem Folk Fusión Lírica.
Carátula del disco Kuraiem Folk Fusión Lírica. Mucha Madera Producciones, Masterdisc, UMI Unión de Músicos Independientes, 2012. Fotografía: Kuraiem en Querandi (1982). Retratado por Lucio Consentino.
El poeta creyó
El poeta creyó que era otoño.
Al ver caer a los hombres
que confundió con hojas
que caían desde sus armas.
Que confundió con ramas
que se acostaban sobre la tierra.
Que el poeta creyó un patio.
¿Y la sangre que goteaba de los cuerpos?
Con la lluvia que caía
sobre su ventana
que era un cielo
que el poeta confundió
en sus hojas el otoño.
Dejé mi calle atrás
Dejé
mi calle atrás,
atrás,
mi espalda;
un recuerdo
atrás.
Un sol, soldado, en mi ventana.
Un árbol de sombras.
Una vecina limpiadora de veredas.
Y un cartel a los familiares que decía:
El poeta salió a pelear la realidad.
Ráfaga musical… "Soy un hombre que desafío esta suerte/ solo y sin temblores en la voz/ soy el eco de aquellos que están usentes/ y otras veces soy mi propia voz…"
De la canción A man who (Un hombre que) Rhythm Blues, incluida en el disco Kuraiem Folk Fusión Lírica.
Los poemas El poeta creyó y Dejé mi calle atrás, recitados por Kuraiem en esta entrevista, han sido algunos de los seleccionados para presentar en los trípticos (9) que además de ser utilizados en el aula poética se compartieron con la comunidad, donde fueron leídos y distribuidos entre los presentes.
"El Poeta creyó" acompañó desde un mural confeccionado por la familia Marinoni (10) los actos escolares hasta el mes de mayo, en que el poeta Kuraiem lo dejó grabado en el aire del patio de la escuela, al recitarlo, de espaldas a los espectadores, de cara a la Vida. (11)
Llevo un trabajador en cada bolsillo
Llevo un trabajador en cada bolsillo,
será por eso
que nunca me alcanza nada,
que me mueren los poemas como sueños,
y viajo con los brazos en alto
en los colectivos repletos.
Y muero anónimo,
envejecido de versos.
Siendo un poeta tan nuevo.
Soporto una lucha diaria
en cada paso que avanzo.
Quizás sea eso,
que los días me terminan
sin yo nunca terminar las horas.
Que me mueren los meses, los años,
las décadas, de tanto esperarlos
se me caen los brazos
y me cuesta un siglo y medio
volver a levantarlos.
Un siglo de poeta
y medio, postergado.
Cargo mis dilemas en este poema abierto,
como una mano abierta,
un cachetazo a mí mismo,
como un verso guacho duele.
Sólo tengo este tiempo
para expresarme
y puedo verlo,
veo con los ojos de mi tiempo.
Veo que hoy la patria
reclama al obrero
que ayer fue golpeado
en una manifestación imaginaria
para ir a ocuparse de una guerra.
¿Qué no hace uno por su tierra?
¿Qué no aguanta uno por ella?
¿Qué no entrega?
¿Qué no llora?
¿Qué no deja?
Es de verse como todos se ofrecen,
sin reservas marcha el hijo,
el padre, la madre,
y yo
me alisto con ellos.
Sólo pesarán los hijos vivos
en las conciencias.
¿Me elegirán a mí
para hacer el inventario de sus hijos muertos?
Y yo les diré de consuelo:
Que también los estudiantes
mueren jóvenes.
Que el obrero no se alcanza
a sí mismo.
Que los poetas en esta tierra
mueren apenas nacen.
Y será por eso, decía,
que esta guerra es una llaga,
que hay un invasor que invade
adentro y otro invade
desde afuera
y a ninguno de ellos
les doy crédito.
Y será por eso ¡diré siempre!
Que no me dura el poeta,
ni un poema, ni unas sílabas;
ni una sola letra tomada a préstamo.
Y me rechaza el sueño.
¡Que ahora veo a mi pueblo en armas!
¡que veo presagios de guerra!
Y el sol sólo me dura un día.
Y ya no veo a mi tierra.
Que los tengo a mis pies
Que los tengo a mis pies.
Que me pisan los pies.
Que no me llegan a los pies.
¿Qué sí llegan a mis pies?
¿Qué se apoderan de mis pies?
¿Qué me sacan el zapato
y me cortan los dedos con sus bayonetas?
¿Que pisan la tierra que piso?
¡Que los piso a ellos!
¡Que mis pies no se dejan!
Que mis pies se afirman en este suelo,
desde aquí me crecen
y se clavan como un mástil.
No, no… mis pies no corren por mis piernas,
yo no corro por mis pies.
¿Que tienen los pies más grandes
y no les alcanza ninguna medida?
¿Qué viven probándose los zapatos de los demás?
¿Qué todos los números son de ellos?
¿Qué se prueban mis zapatos?
¡Que este zapato no se deja
sepan!
¡Que este pie no se deja
sepan!
Que este pie no se deja,
que patea si se acercan,
que no se acerquen.
Que camina por la medida de su horma,
y abarca la costura de su tierra.
Que patea donde más les duele.
¿Qué pisan la tierra que piso?
¡Que los
piso!
Solo un poeta
No cargo las armas.
No cargo la guerra.
No cargo la sangre.
Aunque la sangre me mate.
No sé manejar un coche,
menos un arma.
No sé manejar un hijo,
menos una guerra.
No sé manejarme en la sangre
que agonizo en estas líneas.
No vestiré el uniforme.
Ni un fusil.
Ni una sola bala siquiera.
La perdería por el bolsillo agujereado
del único pantalón que tengo.
Y no perdonarían mi torpeza.
No me dejarían explicarles que soy poeta.
que sí visto mi tierra
me la pongo encima
me la tomo con el agua
que extraigo de ella,
me meto en ella y ya no salgo.
Y menos comprenderían si les digo:
Les cambio un poema por su guerra,
la más hermosa de mis partituras por sus armas,
toda mi obra, si es que vale,
porque no mueran los hijos.
No disparen.
No cargo la violencia.
No cargo con esta guerra.
No cargo contra el ser humano.
Aunque su locura me hiera.
¡Que solo me siento hoy,
solo un poeta!
Guerras
Mi abuelo, decía:
Que en un tiempo,
en un lugar,
unos hombres.
Y yo trataba de explicarle:
Que no hay tiempo,
ni éste es lugar para cuentos
y que esos hombres están aquí.
Pero él, me seguía contando.
Que esos hombres cargaban armas,
que llegaron con malas intenciones
a matarle los hermanos.
Yo lo quise cortar diciéndole:
Que hay que irse,
que esos hombres vuelven.
¿No me entiende, abuelo?
Y el continuaba:
Que a la abuela,
a los vecinos y a sus hijos,
esos hombres…
No siga, abuelo.
Quise secarle las lágrimas y él…
Después nos embarcamos
dejando la casa, la tierra…
Eso mismo, abuelo, hay que irse.
¿No oye los estruendos?
-¿Qué ruidos son esos, hijo?
Los de la guerra, abuelo.
¿La guerra…? la guerra
había terminado entonces,
al poco tiempo que inmigramos.
¡Eso mismo abuelo, hay que emigrar
de nuevo! Esta es otra guerra,
¿me entiende, o no?
Sí, sí, los Moros, otra vez.
No, no son los Moros, abuelo.
¡Son los Ingleses!
¡Que nos devuelvan Gibraltar,
esos usurpadores!
¡Que estamos en Argentina, abuelo,
no en España!
¿Y qué quieren?
¡Quieren las Malvinas, abuelo!
Pero las Malvinas
¿no son argentinas?
Acabemos de una vez con esta guerra
Rodeas mi cuerpo y algo mío invade el tuyo
(No hay gente en la casa)
Te penetro y abarcás mi tamaño
(No hay vecinos para observarnos)
Damos vueltas
(Vibrando está la cama al vuelo de los aviones)
Te quiero
(Afuera estallan granadas)
Te quiero
(Afuera la guerra no acaba)
Te cubro con mis besos
(Afuera gime un niño)
pedís un niño adentro
(Manchas de sangre empañan los vidrios
de las ventanas)
Y nosotros haciendo el amor
(El pueblo está de guerra en la frontera)
Y aquí nada nos falta,
todo nos sobra.
¡Acabemos de una vez con esta guerra!
Dilemas
¿El León es un Rey o el Rey es un León?
¿El León gruñe en inglés o el Rey es un inglés que gruñe?
¿El León es Rey de la selva o un Rey dueño de los zoológicos?
¿Es un León o una Reina Leona?
¿Es un León o Leona de melena o un León o Leona de corona?
¿Es un León o Leona azules o un Rey o Reina de sangre azul?
¿Son Leones en su trono o Reyes tronadores?
¿Es el León, un León de película o un Rey de ficción?
¿Un León con garras o un Rey que se desgarra?
¿Un León Rey o un Rey medio animal?
¿Es un León en su castillo o un Rey en su cueva?
¿Es una Leona con escolta o una Reina con cola?
¿Una Leona que me rasguña o una Reina
que me corta con su espada?
Ay, está bien, lo que seas.
¡Que la Reina, digo, o la Leona,
ya bastante tiene con su jaula!
Aquí, aquí todo queda
Hoy no soy
ni poeta del pueblo
ni músico de mi pueblo.
Hoy soy
de mi tierra entera.
Y
si
ella
me
muere
y
si
me
llegara
a
morir.
Aquí,
aquí
todo
queda.
Kuraiem en el Club Huracán de San Justo. Foto de archivo, 1982
Notas
(1) "Este libro (…) tiene por momentos una amarga ironía, demasiado dolor; es contradictorio como este tiempo que nos ha tocado vivir, hay una profunda voluntad de poesía, por momentos, de la más autentica, que nace del choque con la dureza de la realidad y de la necesidad de comprenderla. Es inútil buscar aquí complacencia en la belleza gratuita; todo apunta en la misma dirección; a veces un sarcasmo doloroso; a veces una esperanza casi ingenua, estos poemas de Kuraiem van hacia la gente con la decisión del diálogo; no se esconden, tratan por el contrario de mostrar revitalizada, nuestra realidad -dura pero tangible- inevitable pero modificable en base a esfuerzo y voluntad como los que aquí se reflejan." Omar Cao, poeta, narrador, ensayista y dramaturgo, fragmento del prólogo a la primera edición de Presagios de Guerra, abril 1983, poemas de Kuraiem.
(2) "Entre 1976 y 1982 sólo los mediocres que cantaban sin decir nada tuvieron acceso al gran público. La guerra por la recuperación de las Islas Malvinas fue el pasaje a la muerte para muchos jóvenes argentinos y paradójicamente la llave para el renacimiento del rock nacional. «No cargo las armas./ No cargo la guerra./ No cargo la sangre./ Aunque la sangre me mate./ Nada de esto está en mis planes…/ No sé manejar un coche/ menos un arma…/ No sé manejar un hijo/menos una guerra…/ No sé manejarme en la sangre que agonizo en estas líneas…/ No vestiré el uniforme./ Ni un fusil./ Ni una sola bala siquiera», escribió Kuraiem el 2 de abril de 1982 en su libro Presagios de Guerra. Prólogo Letras de Rock, Antología Poética, Edgardo Miller, periodista. Edición Tres Más Uno, dirigida por Eduardo Monte Jopia 1996."
(3) Querido Kuraiem: Tu mensaje es el más cuerdo de todos, el que viene de la poesía a través de quien la escribe. Tu poesía está impregnada de realidad, y habla de un hecho tan conocido por todos, pero a la vez tan distorsionado, usado, manipulado, vendido, que asusta de sólo pensarlo (…) la doble posibilidad que te da la poesía y la música, hace más entendible tu posición ante el hecho siempre lamentable de la guerra, en una realidad que no se puede obviar ni olvidar. El libro es una joya por la calidad de su impresión y las fotos, que ayudan a la intención del mensaje. El poema Aquí, Aquí todo queda es excelente, la mejor poesía con la mayor economía de palabras". Correspondencia. J. C. Moisés, Sarmiento, 20 de agosto de 1983.
"Hoy volví de lleno a tu libro, con un recorrido por tu obra que permite una mirada panorámica que me ha movilizado el nervio de la emoción. De entrada me agarrás el cuello con tus "Presagios de guerra", justo cuando terminaba de escribir una nota para una revista de historietas de Comodoro, sobre una tira de humor que se hacía en un diario de esa ciudad vecina entre abril y junio del 82. No hay manera de suscribir tus palabras: "hay un invasor que invade / adentro y otro invade / desde afuera / y a ninguno de ellos les doy crédito". Correspondencia. Juan Carlos Moisés, poeta, dibujante y dramaturgo, 2007.
(4) En la edición original del libro Presagios de Guerra, se hicieron mil ejemplares, en papel ilustración, con una faja en la que se leía "Hay un invasor que invade adentro y otro invade desde afuera"… un libro muy cuidado en su edición y con una tirada grande para un poeta "nuevo", como digo en el poema "Llevo un trabajador en cada bolsillo, Kuraiem.
(5) Estimado poeta Kuraiem: "La construcción de tu libro Presagios de guerra me parece estupenda (…) y ahora después de mucho tiempo, sigo sintiendo la misma bronca, la misma desazón, el mismo asombro que entonces. Y eso se debe a la relectura de tus poemas, lo que significa que la «calentura» que sentías ha sabido trascender y llegar más allá del tiempo a ser trasmitida tal cual al eventual lector." Correspondencia. Antonio Aliberti, poeta, ensayista y traductor. Director del Grupo Roberto Arlt. San Antonio de Padua, 1984.
(6) Estimado Kuraiem: "Son sus versos de un dramatismo desgarrado, a la altura de la calamidad que profetizan. Hay sentimiento de dolor vivísimo, como los viejos trenos helénicos". Correspondencia. Pedro Grases, Fundación La Casa de Bello. Caracas, 1 de julio de 1983.
(7) Compañero Kuraiem: "El libro Presagios de guerra, es una denuncia a la barbarie y un canto a la Paz. Es cierto que contigo «El poeta salió a pelear la realidad», que cada vez es más nacional y latinoamericana. Adelante! Con profunda solidaridad." Correspondencia. Rodolfo Romero. UTAL Caracas, 1º de marzo de 1983.
(8) "Contrariamente a otros poetas, Carlos Kuraiem propone el diálogo en la cultura, en el arte, en la literatura y, en particular, en la poesía, y muestra la realidad, su realidad, para depositarla en el espacio del intercambio, como sucede con Presagios de Guerra y también la "pelea", que descontextualizada de la cruenta Guerra de Malvinas, manifiesta en el impecable verso "el poeta salió a pelear la realidad". Kuraiem es un poeta que ve "con los ojos de su tiempo". En él no hay reveses, su discurso es frontal y sincero y, a veces, arriesgado: "que los poetas en esta tierra/ mueren apenas nacen". Él renacerá en cada uno de sus versos de nobleza sencilla, sentimiento profundo y claridad contundente." Susana Lamaison, Licenciada en Letras, Universidad de Morón, 2007.
(9) Tríptico con poemas de Carlos Kuraiem. Selección de su Libro Presagios de Guerra. Auspiciada por Servicio de Educación por el Arte. Editada por la Revista La Matera (2012, Santa fe, Argentina.
(10) "Kuraiem, no podés imaginarte cómo quedó tu poema gigante. Lo queríamos guardar por unos días, pero evidentemente no es poema para estar guardado. Es un "mantel de versos" tendido y convidando a otros; y qué bueno haber sido parte en tender esta mesa. En este momento está en manos del profe de Tecnología, poniéndole varillas para que RESISTA…! Ya salió del aula para instalarse en estos patios donde la inocencia está intacta y sabrán leer amorosamente cada letra de cada verso recortado y pegado, portando los colores del Sol y sus amaneceres. Luego ocupará su sitio en las paredes de la Biblioteca, y saldrá a tomar aire cada vez que lo requiera" Correspondencia. Marta Goddio.
(11). Kuraiem: una sombra que ilumina. A lo largo de toda su evolución, la poesía de Kuraiem es una muestra de profundidad reflexiva, sin mecanismos efectistas, poesía que no saca los pies de la tierra, visualización de los juegos cotidianos que conducen al des-cubrimiento de la geografía humana, su abnegación y sus dolores tan profundos como antiguos. En Presagios de Guerra, el poeta abre la realidad observada desde ciertos ángulos de riesgo de la conciencia, pero no retrocede y su valor aumenta: "… y veo con los ojos de mi tiempo ", "esta guerra es una llaga/ que hay un invasor que invade/ adentro y otro invade/ desde afuera…" Bajo el título "Que los tengo a mis pies", Kuraiem escucha y traduce el ultrasonido del peligro, y nos deja conteniendo la respiración mientras perfora los bordes oscuros de ese tiempo: "¿Qué viven probándose los zapatos/ de los demás? / ¿Qué todos los números son de ellos?/ ¿Qué se prueban mis zapatos?/ ¿Qué pisan la tierra que piso?/ Que los piso! …" Silvia Marina Crespo, poeta y artista plástica, 2007.
Registros extraídos del Facebook del autor:
"Kuraiem, me llegó hasta lo más profundo de las entrañas la foto de tapa del libro Presagios de Guerra, lo que contás cómo fue tomada y los impresionantes poemas que escribiste con toda la sangre revuelta. Una vuelta al pasado que duele y cura" Jorge Luis Estrella, poeta y narrador, Buenos Aires.
"Poemas de Kuraiem que se han vuelto imprescindibles… ¡Qué gran poeta eras ya entonces, Carlos!… Este libro lo guardo como uno de mis tesoros…" Alba Murúa, docente.
"Que los poetas en esta tierra mueren apenas nacen". Kuraiem, sigue desparramando las letras en palabras y las palabras en versos que nos parten el alma, pero nos dejan impregnados de belleza". Liliana Negromanti.
¡Excelente! ¿Qué adjetivo hay para tanto talento? Daniel Arias.
"Lo que tienen estos poemas de Kuraiem, es que me los creo todos y dejo que me toquen hasta el hueso. Lo mismo me pasaba con Cardenal, y ahora me pasa con los poetas palestinos: "no quieren convertir a la poesía en un arma para no parecerse a los que los asesinan" Concepción Bertone, poeta, Rosario.
"Una poesía que llega por lo intelectual pero que estalla en lo físico. Corporales y profundos estos textos de Kuraiem" Carlos Cuccaro, poeta, Azul.
"Solo un atardecer Patagónico, unos mates con El Amigo y estrellas a la vera de La Mujer Amada, se comparan a estos versos de Kuraiem." Daniel Fogtman.
"Kuraiem: Un poeta escribiendo sus sentimientos y verdades ¿o sentimientos y verdades de la mano de un poeta?" Julio Hernández, narrador.
"El poeta salió a pelear la realidad. Cada línea escrita es una vida y tiene sustantividad por sí misma.- Cada verso exige detenerse para una reflexión profunda a través de grandes síntesis artísticamente expresadas en pocas palabras.- Por encima de una dura realidad social que genera un continuo proceso de debatirse a sí mismo, la exaltación del ser… "Y el sol sólo me dura un día". Es de antología y para ir analizando verso a verso.- Vale la pena el esfuerzo de hacer estas obras porque además, conlleva la generosidad de hacérnosla conocer a los demás y que podamos transmitirla a quienes lo necesitan, que son muchos.- Con estos textos llenos de sentido, tendría que alfabetizarse a la población y con este esmero, enseñar al que no sabe. Tu poema me pareció extenso, tan profundo y tan amplio, que reúne el vivir del movimiento obrero, el sentir, el llorar, el lamentar, el salvarse así mismo". Correspondencia. Victoria Martínez González, España.
"Conmueven con cada lectura, tus palabras son un estampido de la memoria en nuestros ojos, una historia que describe el olvido sepultado por montañas de ignominia, un dedo que circunda la llaga con la sutil delicadeza de un pájaro" Leonardo Gastón Herrmann.
"¡Lo leí y me estallo el cerebro! Tu escrito tiene una entraña difícil de ser producida, pero muy palatable para el lector." Federico Lamaison.
Kuraiem, 2013
Fotografía: Marta Goddio
Biography
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