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Estados y empresas en la búsqueda de la hegemonia económica mundial (página 2)


Partes: 1, 2

Ahora bien, los elementos centrales sobre los que se sustenta la hegemonía económica[4] de una nación conciernen al grado de desarrollo de sus fuerzas productivas, a la solidez e integralidad de su proceso de acumulación y a su capacidad innovativa generadora de nuevas y superiores formas de apropiación de la naturaleza. Concretamente proponemos dos, como los elementos definitorios de la hegemonía económica: la ubicación en la división internacional y nacional del trabajo y su dimensión específica, por un lado, y la capacidad generadora o sintetizadora de los conocimientos científicos y tecnológicos, por el otro.

3. División del trabajo y producción estratégica

En torno a la división del trabajo hay dos maneras posibles de aproximarse sea que el énfasis se coloque en el producto o en el proceso. La primera identifica dos tipos de productos esenciales: los medios de producción y los medios de subsistencia, con base en los cuales se desarrolla toda la complejidad y sofisticación capitalista. La estructura de la producción bifurcada en las famosas ramas I y II tiene una estructura jerárquica que va reproduciendo, en los distintos niveles, la subordinación fundante del trabajo vivo bajo el capital o trabajo objetivado. Así, los medios de producción subordinan a los de subsistencia, los robots a los telares, etc. De acuerdo con estos criterios de predominancia o esencialidad pueden ser identificadas, dentro del frondoso y diversificado espectro productivo, las áreas imprescindibles, definitorias y dinamizadoras de la estructura global.

De la misma manera, siguiendo los momentos en que se subdivide el proceso de producción, es decir, trasladando la imagen del sistema de máquinas en el taller hacia la sociedad en su conjunto, tenemos que los espacios esenciales corresponden a la máquina motor o sector energético en el caso de la sociedad; al mecanismo de transmisión o transportes y comunicaciones; y a la máquina herramienta o conjunto de medios de transformación de la naturaleza. En cuanto a la transformación del objeto en mercancía, esto es, desde el recurso natural o la materia prima hasta el mercado, el proceso se realiza mediante una combinación de los tres momentos mencionados y de su contenido específico.

Sin embargo, el espectro de producción capitalista se extiende por todos los rincones sin importar qué tan esenciales sean para la reproducción social en su conjunto, siempre que proporcionen una ganancia adecuada. El capital individualmente puede valorizarse en cualquier rama y cualquier campo de la producción pero la sociedad no se reproduce igual desde cualquiera de ellos. Su reproducción, como sociedad capitalista, requiere fundamentalmente de la recreación permanente de sus premisas. La reproducción de fuerzas productivas mediante su objetivación en medios de producción y la reproducción de la capacidad viva y renovada de trabajo son así los pilares sobre los que se sustenta toda la reproducción social.

Una vez que empezamos a mover el análisis hacia un terreno más concreto, es necesario desagregar los medios de producción en transformadores y vinculadores, lo que correspondería a identificar el desarrollo de las fuerzas productivas en el área propiamente de las máquinas herramienta y de las telecomunicaciones. Asimismo, la capacidad y energía de trabajo tiene una parte originalmente inanimada que reduce los requerimientos de energía viva en el campo del movimiento o impulso general del proceso de producción, que además para las escalas actuales sólo es posible mediante la aplicación de enormes volúmenes con regularidad controlada, para concentrarlos mayormente en el desempeño de sus cualidades intelectuales y de la destreza manual o mental irremplazable por la máquina.

Es así como delimitamos los elementos o productos estratégicos sobre los cuales se levanta la reproducción material global de la sociedad. En primer lugar, y atendiendo a la preeminencia social del capital sobre el trabajo vivo[5], el espacio estratégico fundamental para el capital está constituído por la producción de tecnología de punta, correspondiente a los campos de transformación y comunicación que hemos mencionado y capaz de determinar el rumbo y ritmo del proceso global de producción. Es decir, la tecnología que transforma al proceso de trabajo mismo y al proceso de producción en su conjunto.

El segundo espacio estratégico lo forman los energéticos y materias primas que sustentan el desarrollo de la tecnología de punta en el área de medios de producción. El tercero comprende los medios de subsistencia básicos y la conformación efectiva del ejército internacional de reserva,  articulado a la dinámica de producción del espacio hegemónico en términos de movilidad y de calidad.

3. a. Producción de tecnología de punta.

La competencia capitalista y la enajenación no sólo del trabajo sino de la capacidad de trabajo conducen a una búsqueda incesante por generar ventajas tecnológicas que permitan abatir costos de producción y, plusvalor extraordinario mediante, aumentar las ganancias percibidas y automatizar los procesos de trabajo distanciando al trabajador directo del objeto a transformar y, con ello, del control o injerencia sobre la producción.

Así, el desarrollo de la ciencia y la tecnología se concentra no en la solución de las necesidades sociales en abstracto, sino en las que impone el proceso de valorización. Dentro de éstas, el núcleo lo constituyen, además de las relacionadas con la defensa del territorio como espacio de desarrollo de las fuerzas productivas, las generadoras de la automatización y las referidas al abaratamiento de costos de la producción.

En referencia a la generación de tecnologías para la automatización del proceso de trabajo, es la microelectrónica la que ha efectuado el cambio fundamental de los últimos 25 años aunque, en rigor, en los últimos 5 es la informática la que ha tomado nuevamente la vanguardia[6]. Las posibilidades de una y otra se desarrollan conjunta y alternativamente y ninguna puede prescindir de la otra, al menos en el presente[7]. De hecho, no es sino recientemente cuando han empezado a evolucionar como campos diferenciados, y en buena medida por razones de equipo, montos de inversión y flexibilización de los procesos de trabajo respectivos[8].

Ahora bien, dentro de la tecnología electroinformática los elementos determinantes son el microprocesador o cerebro de la computadora y la memoria. El microprocesador contiene las instrucciones de funcionamiento plasmadas objetivamente en el diseño de sus circuitos, pero es incapaz de funcionar sin el apoyo de una memoria o almacén de datos que deben ser utilizados en el funcionamiento básico de la computadora. Como el problema que nos ocupa concierne a la supremacía mundial y en este nivel de concreción ésta se procesa a través del liderazgo de los diferentes capitales, marcaremos en cada caso la situación de competencia a través de la posición de las empresas. Mucho se ha hablado de la superioridad de Japón en el campo de la microelectrónica y con razón. Esta es una de las ramas en que las empresas japonesas han logrado avances considerables, rebasando en algunos aspectos a Estados Unidos o Europa. En la producción de memorias, medular como ya señalábamos, el liderazgo lo tiene Toshiba, pero Intel es número uno en microprocesadores. ¿Cuál es más importante? Ninguno o los dos, al punto que después de varios años de competencia furibunda, últimamente se han establecido convenios o alianzas estratégicas entre empresas estadounidenses y japonesas para establecer un intercambio tecnológico indispensable para ambas.

La importancia de esta tecnología, sin embargo, no puede ser analizada sólo en virtud de sus cualidades intrínsecas sino, principalmente, de sus aplicaciones concretas. En este terreno nuevamente existen posibilidades de diferenciación a partir del producto. En las tecnologías de aplicación programable (TAP) se expresan las dos ramas de la electroinformática bajo la imagen de hardware y software o CAM CAD[9], de manera que identificaremos cada una de ellas y marcaremos su importancia relativa. En el caso del CAM, los sistemas programables son principalmente tres: robots, máquinas herramienta de control numérico y sistemas de manufactura flexible, siguiendo su orden de complejidad.

El robot, que es sin duda la máquina herramienta más perfeccionada que se conoce, ha sido uno de los campos de especialización de las empresas japonesas, con Matsushita a la cabeza, y las máquinas herramienta de control numérico, que tradicionalmente eran un área de los europeos, ahora son producidas en un 75 % por Japón. El caso de los sistemas de manufactura flexible es mucho más difícil de determinar porque su producción consiste en una integración de máquinas de control numérico, software y en ocasiones robots para fines específicos, es decir, es una producción sobre pedido en la que, muchas veces, coincide el usuario con el productor. Lo fundamental en los SMF, lo que permite diferenciarlos del resto, es la tecnología blanda.

En el caso de los equipos de telecomunicaciones existen dos alternativas fundamentales para la comunicación combinada de diferentes tipos de datos: el satélite y las fibras ópticas. Por el momento se encuentran sometidas a una cierta división del trabajo y sus ventajas y límites son diferentes, de manera que resultan complementarias. Lo que sí es seguro es que no hay otra vía de comunicación a grandes distancias tan rápida, versátil y confiable como estas dos. Con respecto al satélite, dos son los procesos determinantes: la fabricación del satélite y su colocación en el espacio; con respecto a las fibras ópticas la importancia estriba en la producción de la fibra y en la fabricación de los codificadores-decodificadores. Los principales productores de fibras ópticas en el mundo son AT&T y Siecor[10], aunque los japoneses han desarrollado métodos de fabricación alternativos que parecen prometedores. Los aparatos de codificación son producidos por AT&T y los satélites por Hughes Aircraft, Ford Aerospace y RCA-GE, todas estadounidenses. Una situación similar se presenta en la tecnología para la colocación de satélites en órbita, donde todavía predomina la NASA.

El carácter del área de telecomunicaciones, estratégico porque constituye el enlace necesario del proceso de reproducción del capital, pero también por su importancia en el campo militar o incluso en el de la vida cotidiana, permite la confluencia del estado y los capitales privados. En esta rama se muestra la manera como el estado, a partir del reconocimiento de las actividades esenciales para el control global de la reproducción, compromete a la sociedad en su conjunto en el desarrollo de la tecnología correspondiente.

Sin embargo, todos estos equipos requieren para funcionar de las llamadas tecnologías blandas o software. Actualmente, en que el equipo ha logrado grandes adelantos, se encuentra en el área del software la posibilidad de aumentar su versatilidad. El perfeccionamiento y complejización de los programas es lo que está permitiendo una mayor automatización al conseguir integrar las diferentes fases de los procesos de trabajo, o los procesos de trabajo dispersos geográficamente, o la producción con el mercado, etc. Dentro de la producción los simuladores se han convertido en una pieza clave para el diseño de nuevos productos con cero errores, en los que se puede corregir, modificar, desechar aun antes de producir la mercancía, eliminando al máximo posible los costos por producción defectuosa. Asimismo, el mejor aprovechamiento de los materiales, el control de inventarios y hasta la revisión interna de la maquinaria para detectar piezas gastadas es campo de desarrollo del software.

El del software es un terreno casi completamente abierto en la actualidad. Empresas medianas y pequeñas han podido introducirse con excelentes desempeños y sus potencialidades no pueden acotarse todavía. La meta es sin duda avanzar hacia la inteligencia artificial en donde el procesamiento en paralelo es uno de los mayores logros alcanzados[11], y ha sido ideado por la INTEL y es producido ahora por IBM, UNISYS, Hewlett Packard y Sun Microsystems, todas empresas estadounidenses.

Las dos empresas líderes en software son Microsoft Systems e IBM. La primera controla el llamado sistema operativo, de uso universal y obligado y que constituye una especie de equivalente general en al campo de la electroinformática. IBM se encuentra en la frontera del desarrollo de los sistemas de CAD-CAE[12] y la inteligencia artificial. Este liderazgo se mantiene en las redes de comunicación de datos con Novell y la disputa en todo caso se encuentra ubicada entre Novell, IBM y General Motors.

Si bien el desarrollo del equipo continúa, las mayores expectativas se encuentran actualmente sin duda en el área del software donde las empresas estadounidenses mantienen una incuestionable posición de vanguardia. Esto no demerita de ninguna manera el adelanto de Japón en la producción de robots, importantísimo por constituir la máquina herramienta más versátil y flexible y en la producción de memorias.

3. b. Producción y control de los energéticos y materias primas básicos

La reproducción general no puede restringirse a la de sus áreas de punta. El mantenimiento de la hegemonía no sólo debe sustentarse en el desarrollo de actividades de frontera o de vanguardia, sino que tiene que garantizar la reproducción global de la estructura productiva. En este caso, los medios de producción son renovados de acuerdo al ritmo de la innovación tecnológica o mantienen una secuencia regular pero de más largo plazo. Los elementos cotidianos de esta reproducción material están fundamentalmente en las materias primas minerales y químicas y los energéticos.

En el área de materias primas tenemos una extensa variedad pero los minerales básicos conforman el esqueleto metálico del edificio productivo y son la base de la producción de medios de producción y por eso se convierten en estratégicos. Entre ellos el acero por supuesto ocupa el lugar primordial y una serie de metales de uso cotidiano y masivo lo acompañan[13]. La suficiencia en este terreno, en principio, está determinada por una distribución natural de los yacimientos y, por tanto, implica una disputa geográfica que puede ser procesada de muy diferentes maneras.

En lo que concierne a este grupo de productos, la hegemonía no se procesa acudiendo sólo a mecanismos económicos. En muchas ocasiones es la fuerza militar la que garantiza el acceso a los yacimientos, en otras ocasiones se promueven revoluciones o golpes de estado y en otras más se utiliza el bloqueo económico o la presión de la deuda. En todo esto no nos detendremos aquí.

Efectivamente estos productos constituyen la infraestructura de toda la producción capitalista, no obstante su importancia varía de acuerdo al grado de desarrollo de las fuerzas productivas y a la extensión de la industrialización. Una de las maneras de medir la solidez o envergadura del desarrollo industrial de una nación consiste en evaluar la cantidad y calidad de materias primas  básicas y energéticas que emplea. Muchas de estas materias primas son obtenidas de la naturaleza, otras son sintetizadas químicamente. Así, los dos renglones fundamentales son los minerales metálicos y los químicos básicos, de origen orgánico o inorgánico. El petróleo, como se sabe, es a la vez energético y materia prima esencial de la química orgánica, de ahí su importancia particular.

Uno de los espacios mejor dotados del planeta en los tres campos señalados era la URSS. Esto constituía uno de los pilares de su fuerza y le permitió, a pesar de las diferencias en el desarrollo industrial, hacer frente durante un largo periodo al embate de los países capitalistas occidentales. Su disgregación es, en parte, producto de la necesidad de incorporar estos productos al mercado mundial capitalista y de contrarrestar su fuerza económica.

En una síntesis muy apretada se puede confirmar que Europa occidental y Japón tienen una situación mucho más vulnerable que Estados Unidos. Este último cuenta con yacimientos propios de buena parte de los productos básicos incluido el petróleo y tiene una industria química de primera línea. Además de ello, su ventaja militar y las amplias redes de producción que han desplegado sus empresas en el mundo, le han valido para apropiarse los recursos mundiales mientras conserva sus yacimientos en calidad de reservas. Las empresas líderes en comercialización y refinación de petróleo, con 45 % de las ventas mundiales y 50 % de las ganancias, son estadounidenses; de los 8 productos básicos de la industria química, que tradicionalmente había sido un área de desarrollo de los capitales europeos, en 2 ocupan el primer lugar en producción y en 4 más el segundo[14].

En el campo de los energéticos es necesario considerar, además de las reservas petroleras y de carbón que hay en la Tierra, las fuentes alternativas. En este terreno las investigaciones sobre energía solar parecen ser las más promisorias, después de los problemas generados por la energía nuclear. El uso de la energía solar como recurso energético general se presenta como una posibilidad de superar los límites en las reservas petroleras actuales pero también como una alternativa desmonopolizadora, es decir, en la medida en que la tecnología de captación es relativamente sencilla, su acaparamiento se vuelve más difícil. Esta es una de las razones por las que el Estado y las empresas estadounidenses han insistido en la necesidad de efectuar la captación de energía en la estratósfera. Esta es una manera de mantener la primacía y colocarse nuevamente en una posición privilegiada, ya que por el momento son los únicos con la tecnología y los recursos necesarios para una tarea de semejante envergadura.

En el caso de los minerales metálicos, el acero[15] forma su columna vertebral y constituye el punto de referencia en torno al que se ubican la mayoría de los metales. La producción de aceros es muy diversificada y los hay casi para todos usos, desde el más vulgar hasta los aceros especiales que se utilizan en la industria aeroespacial. Es decir, parte de ellos se colocan ya dentro de la producción de materiales avanzados. El principal productor de acero en el mundo era la URSS, seguida por Japón y Estados Unidos, estos últimos con el 13.7 y 11.2 % respectivamente. Es muy difícil medir la calidad del acero fabricado pero lo que sí se sabe es que los aceros especiales no son producidos en el tercer mundo. Su desarrollo ha respondido a los requerimientos de ramas ubicadas en los países industrializados y ni siquiera en todos. La industria militar, la aeroespacial, la de comunicaciones y la microelectrónica han sido el motor de la creación de muchos de estos nuevos materiales, de manera que su producción está localizada justamente en las áreas de desarrollo de estas industrias. Dentro de los metales se identifican principalmente 10 como básicos[16], esto es, relacionados con la reproducción material masiva y cuatro especiales, vinculados a la producción de nuevos materiales[17]. En ninguno de estos metales Japón es autosuficiente, ni siquiera en hierro siendo el principal productor de acero después de la URSS. Europa occidental se encuentra en una posición intermedia pero todavía muy vulnerable y Estados Unidos es autosuficiente en varios de estos metales, aunque no en los 4 especiales[18]. La mayor parte de las reservas mundiales se encuentra en Africa, URSS, Australia, Canadá, China India y Brasil, aunque en Cuba está el 31 % del cobalto mundial y 35 % del níquel[19]. De acuerdo a esta distribución no es sencillo prever el destino de los recursos pero, tomando en cuenta el poderío militar y las relaciones establecidas por Estados Unidos con estas regiones es posible aventurarse a plantear el mantenimiento de su supremacía.

3. c. Reproducción de la fuerza de trabajo y ejército internacional de reserva

En el campo de la reproducción del sujeto de la producción, de la fuerza de trabajo, hemos considerado como elementos básicos a los alimentos y a la movilidad de sus contingentes. Es decir, por un lado los nutrientes que mantienen en condiciones explotables al trabajador, pero, por otro lado, su disponibilidad en el mercado, justo ahí donde se está realizando la producción.

Los alimentos han sido una de las áreas de mayor intervención del capital, adecuándolos constantemente a las necesidades de la producción. Se ha pasado de la alimentación natural a la fast food con fuerte contenido químico. Los alimentos semisintéticos o sintéticos han sustituido las bases alimenticias de antaño y han propiciado una correspondencia entre la intensidad creciente del trabajo y las necesidades energéticas del trabajador, mucho más que las nutricionales. Sin embargo la base de los alimentos siguen siendo los cereales y, en general, la producción agrícola, ya que incluso la carne es un producto derivado de la agricultura.

En los últimos 50 años se ha sustituido la fuente primaria de alimentación por fuentes secundarias. El cereal que era consumido directamente, ahora se consume bajo la forma de lácteos y carnes, a pesar del desarrollo de una corriente de agricultores que revaloriza los cultivos orgánicos y el consumo directo de cereales y productos del campo[20]. Los patrones alimenticios regionales, tan ancestrales como las culturas asentadas, han tendido hacia una homogeneización alrededor del patrón occidental establecido por el capitalismo[21]. Si esto ha beneficiado a la producción en general por el abaratamiento de la fuerza de trabajo y su adecuación a una explotación más intensiva, las beneficiarias directas han sido las trasnacionales de la alimentación. Entre éstas se cuentan en primer lugar las estadounidenses con el 51 % de las ventas y el 59 % de las ganancias; en segundo lugar las europeas con 35 % en los dos rubros. La participación de Japón es muy reducida pues sólo detenta el 2 % de las ganancias pero en términos de ventas ocupa el 8 %.

La agricultura más eficiente mundialmente es nuevamente la de los estadounidenses como ha sido demostrado en los debates contemporáneos sobre el GATT, a pesar de que Europa y la URSS tienen amplias extensiones y experiencias en ese rubro.

La supremacía en el campo de los alimentos es especialmente importante porque indica también el contenido material de la reproducción de la población. La vanguardia en este sentido, conforma un doble privilegio.

La reproducción de la fuerza de trabajo contempla una diversidad de aspectos que no pueden ser circunscritos a la alimentación, aunque éste es el fundamental. Las diferentes culturas indican dinámicas distintas y contenidos distintos de la fuerza de trabajo. Sin embargo, para el capital esta diversidad resulta interesante ya que permite mantener las discrepancias entre diferentes contingentes obreros y una posición de negociación favorable.

El grado alcanzado por el desarrollo de las fuerzas productivas en el capitalismo y la internacionalización de los procesos productivos, si bien mantiene los espacios nacionales requiere de una flexibilización de las mismas e impone a la fuerza de trabajo las condiciones de movilización del capital.

El ejército industrial de reserva, que es el soporte de la expansión capitalista, se construye en parte con la movilidad del capital, en parte con el establecimiento de condiciones generales de reproducción como en el caso de las inducidas por la alimentación, y con el desplazamiento y desarraigo de los trabajadores. Las migraciones internacionales de fuerza de trabajo constituyen una palanca fundamental para el desarrollo de la acumulación de capital y permiten expulsar los costos del progreso hacia el mundo del atraso. Asimismo, la posibilidad de mover contingentes de fuerza de trabajo de acuerdo a la dinámica y requerimientos de la acumulación permite establecer relaciones más flexibles con la clase obrera y mantenerla en condiciones de subordinación.

Las más importantes migraciones de fuerza de trabajo se concentran en el territorio estadounidense. Si bien Japón cuenta con una fuerza de trabajo calificada y disciplinada de toda la Cuenca y Europa recurre a la población africana y de Asia central para cubrir sus necesidades de fuerza de trabajo, Estados Unidos, sea por el cosmopolitismo de sus capitales, sea porque es polo de atracción para la fuerza de trabajo de todo el mundo, logra reunir las mejores condiciones.

El territorio estadounidense es un mosaico que permite el enfrentamiento entre las diferentes etnias, pero también la flexibilidad de contar con una fuerza de trabajo con todas las destrezas. El ejército industrial de reserva para Estados Unidos es efectivamente mundial, mientras que los de las otras regiones son amplios pero locales. Esto otorga una ventaja indudable a Estados Unidos en términos de cantidad y ajuste de flujos pero, sobre todo, de calidad. Todos los tipos y niveles del ejército proletario mundial están a su alcance.

Con este apresurado resumen he querido proponer una vía de análisis sobre los elementos que determinan la supremacía mundial en el terreno de lo económico, lo que por supuesto no agota la discusión en torno a la hegemonía sino que solamente le aporta un granito de arena.

 

 

 

 

Autor:

Ana Esther Ceceña

servidor.unam.mx

Economista.

Investigadora en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Miembro del Grupo de Trabajo Economía Internacional (CLACSO)

[1] El concepto proviene originalmente de la teoría militar en donde designa la capacidad de liderazgo del jefe del ejército. De ahí pasa a la teoría política, expresándose en dos corrientes distintas. En el caso de los estructuralistas, ampliamente desarrollado por Nicos Poulantzas, la hegemonía se refiere a la dominación ideológica o la capacidad para ejercerla; en la vertiente de Antonio Gramsci, en cambio, denota la capacidad de convencer, de establecer consensos y de generalizar la propia concepción del mundo, concepción que emana o que se construye justamente en el proceso de trabajo. Simultáneamente al desarrollo del concepto en la ciencia política, empieza a ser introducido en el análisis económico donde se emplea, sobre todo, para denotar situaciones de dominación, de fuerza o de poder, fundadas en la superioridad tecnológica. En los estudios sobre competitividad el término alude a la superioridad tecnológica, en los estudios sobre imperialismo el concepto se enriquece abarcando consideraciones en torno a la fuerza militar, a las estrategias publicitarias, a las fuentes de financiamiento, etc. Aun así, se mantiene como un concepto impreciso.

[2] La hegemonía en general incluye cuatro aspectos: lo económico en términos de la masa y tasa del desarrollo de las fuerzas productivas; lo reproductivo como medio para determinar el contenido específico de la fuerza de trabajo; lo militar como elemento sancionador de jerarquías y promotor de la monopolización de los recursos mundiales; y lo geográfico como base territorial de soporte de las fuerzas productivas. Una versión desarrollada de este punto es expuesta en Ana Esther Ceceña y Andrés Barreda (coord), Producción estratégica y hegemonía mundial, México, Siglo XXI, en prensa.

[3] John Holloway tiene un planteamiento muy sugerente en este campo, con base en la diferencia que existe entre la universalidad del capital y la necesaria delimitación territorial del estado en tanto elemento de coerción social. El estado no es una estructura sino una forma de relaciones sociales, un momento de la totalidad capitalista. El capital en cambio es por naturaleza universal, capaz de valorizarse en cualquier espacio geográfico. Esta idea se encuentra desarrollada en "Un capital: muchos estados", Arzuaga y Holloway (coords), Dinero global y estado nacional, ed. Coyoacán, México, en prensa.

[4] A partir de este momento cuando hablemos de hegemonía nos estaremos refiriendo siempre a la hegemonía económica, salvo que sea especificado lo contrario.

[5] Subordinación del valor de uso al valor, del proceso de trabajo al proceso de valorización y toda la cadena de determinaciones implícitas en ello.

[6] Como se sabe la informática se desarrolla mucho tiempo antes que la microelectrónica pero su desarrollo y aplicaciones son muy restringidos hasta el advenimiento de la miniaturización y ampliación de capacidades que conlleva la microelectrónica.

[7] Nosotros llamamos a esta tecnología electroinformática, justamente para enfatizar la indisociabilidad de sus dos campos de desarrollo.

[8] Esta es una discusión imposible de abordar en el marco de esta ponencia, pero su tratamiento más detenido puede ser encontrado en Ceceña y Barreda, 1994. Las consideraciones hechas en torno a los mejor conocidos como hardware y software comprenden, en líneas generales, a sus aplicaciones en sistemas de telecomunicación y en sistemas de producción automáticos.

[9] Computer aided manufacturing y computer aided design, respectivamente.

[10] Joint venture entre Corning Glass (estadounidense) y Siemens (alemana).

[11] El procesamiento en paralelo permite a la máquina trabajar en la resolución de un problema desdoblando sus partes y construyendo soluciones alternativas. Esto aumenta enormemente la velocidad ya que hasta ahora el problema se resolvía paso por paso.

[12] Computer aided engineering.

[13] Los más importantes son plomo, zinc, aluminio, cobre, estaño, níquel, titanio, molibdeno, magnesio, tungsteno, cromo, manganeso, platino y cobalto. Los últimos 4 no son de uso masivo sino específico.

[14] Estos productos, indicando la empresa y el lugar que ocupa son: amoniaco (Chevron 2), cloro (Dow Chemical 1), ácido fosfórico (Freeport 3), etileno (Dow Chemical 2), propileno (Exxon 3), benceno (Dow Chemical 2), butadieno (Exxon 2), xilenos-p (Amoco 1). En otros 8 importantes productos derivados las empresas estadounidenses son principales productoras en 6 y segundo lugar en uno más.

[15] El acero no es un mineral metálico sino un producto de la fusión de algunos de ellos. Su base es el hierro y, de conformidad con las propiedades requeridas, éste será combinado con algunos otros metales más.

[16] Níquel, bauxita-aluminio, hierro, plomo, cobre, magnesio, zinc, titanio, estaño, molibdeno.

[17] Cobalto, cromo, manganeso y platino.

[18] Esto ha llevado al Departamento de Estado a considerarlos como los estratégicos, tomando en cuenta su importancia para el desarrollo de los nuevos materiales.

[19] La mayor parte de las reservas de cobalto se encuentran en Zaire (41 %) y Cuba (31), y el cromo y el manganeso en Sudáfrica (70 y 45 % respectivamente).

[20] La agricultura orgánica surge como respuesta al deterioro de la calidad de la alimentación por la agregación de fertilizantes y pesticidas o por procesamientos que la conservan pero empobrecen su contenido nutricional. Socialmente el problema de la alimentación semiartificial ha sido considerado por el paulatino aumento en costos de salud de la población que va perdiendo el equilibrio, energías y fortaleza que le daba la alimentación natural. Sin embargo, la agricultura orgánica no ha logrado desplazar de manera importante a la que trabaja con agroquímicos, ni tampoco está muy claro si una evaluación de costo beneficio podría favorecerla. Esta agricultura es más cara y requiere de una preparación de la tierra que choca con las expectativas de rápidas ganancias que tiene el capital. Además de eso, su generalización atenta contra el poder establecido en la industria alimenticia.

[21] Un estudio detallado de este proceso se encuentra en Ceceña y Barreda 1994.

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