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Consumo de SPAs: Personalidad del hombre y la mujer colombiana Doc- II

  1. Factores culturales en la producción
  2. Las operaciones mentales
  3. El hombre americano
  4. El perfil del alcohólico
  5. Citas de internet y vínculos

Ojeada a la personalidad del hombre y la mujer colombiana Doc- II

5.3.1. ¿Quiénes pierden?

Los perdedores son los consumidores experimentales, ocasionales, habituales y/o dependientes que son perseguidos como delincuentes; pierden los interesados que recurren a SPAs de baja calidad capaces de lesionarlos en forma letal; pierden las familias que no encuentran el suficiente apoyo preventivo de los Estados, estos ocupados en la represión; pierde la justicia congestionada por un problema de educación y de salud pública convertido en asunto de seguridad nacional; pierden las minorías y los pobres, que son encarcelados en mucha mayor proporción que las personas de clase alta y media; pierden los campesinos que ante la ausencia de fuentes legales de subsistencia siembran plantíos ilícitos, obtienen una insignificante porción de la espectacular renta del narcotráfico y son maltratados por las autoridades; pierde la sociedad civil que cada vez tiene menos derechos protegidos, pierde el medio ambiente degradado por los cultivos ilegales y por las fumigaciones por igual. Las SPAs tienden a ser un síntoma de problemas sociales mucho más profundos.

Factores culturales en la producción

El problema de los factores culturales en la producción de SPAS es multisectorial, con un altísimo componente de solidaridad que permita la armonía y el equilibrio humanos en convivencia, con abordajes muy diferentes, incluso opuestos a técnicas que incluyan actitudes aversivas hacia el consumo. De éstos se ha escrito mucho, sobre sus personalidades y emociones más bien poco. Se ha planteado su inferioridad, se ha dicho de sus prejuicios dañosos muy acomodados en la conciencia colectiva y en la conciencia política, que no es otra cosa que recaudar conocimiento de las corrientes sociales y políticas subterráneas.

6.1. Las competencias de conocimiento

Los entendidos en SPAs dotados de esta competencia de conocimiento:

1. Advierten con facilidad las relaciones claves del poder.

2. Perciben claramente las redes sociales más importantes.

3. Comprenden las fuerzas que modelan el punto de vista y las acciones de las personas y los competidores.

4. Interpretan adecuadamente tanto la realidad externa como la realidad interna de la problemática.

Es muy común oír sobre la anti-técnica orientación que sufre el muchacho en todo su proceso educativo. De la pereza habitual para el desarrollo de las actividades productivas, de una especie de corte de temperamento y de personalidad.

Lo anterior da como corolario que estos hombres y estas mujeres son ineptos, perezosos y torpes. ¿Esto será cierto? ¿Sé está determinado para llevar esos estigmas? Nada de lo anterior se puede aceptar como válido, pues nace de un criterio prevenido, unilateral y precipitado. Ha salido de una literatura política que aunque con posturas honradas y desinteresadas, -en la mayoría de los casos- las hay superficiales y ligeras.

Muchas de nuestras expresiones de personalidad podemos aprender a controlarlas, bien reduciendo su intensidad o su duración o, ambos aspectos simultáneamente.

Se siente coraje cuando insultan al joven, esto no quiere decir que se viva una especie de estado afectivo sin futuro ni desarrollo lógico prospectivo. La irritación es además de sensación, intención agresiva, por poco definida que esté. "Se puede considerar que la rabia es una conciencia que inaugura el inicio de una acción cuya continuación necesita toda una estrategia, puesto que sin ese inicio, ¿se podría hablar de una acción agresiva contra el consumo del alcohol, por ejemplo? El diseño de esta acción puede ir desde la más retorcida de las venganzas a un simple restringir la simpatía que el alcohol se merece". (I)

6.2. Angustia e injusticia

La angustia contra la injusticia o, el insulto que recibe el prójimo cuando habla al consumidor, abriría un proceso de conciencia de degradación que al mismo tiempo señala la necesidad de detenerla y sobrepasarla. La lógica de la angustia enlaza con la búsqueda de una salida a la entrada que se resiste a tomar, porque conduce por la pendiente de una degradación pronosticada.

No es que estos pares opuestos, angustia-defensa, se identifiquen in situ sino que cuando se define uno de ellos se deriva el Otro posible. Cuando vemos a un hombre argentino salir de Colombia, damos por supuesto que antes había entrado; cuando salen no entran, pero el sentido de salir tiene que ver con esa dinámica que se conoce de entrar-salir.

Derivando sobre el ejemplo, se puede decir que no se entra en la angustia para quedarse en ella, para ahogarse en una angustia absoluta, sino para salir de lo que la provoca. La cuestión, por eliminación del absurdo, sería, ¿cómo poder salir de un peligro si no se siente la conciencia de peligro? Es cierto que no ha habido soluciones racionales al presente y, que el tema se ha tratado más con sentido retórico que humano.

6.3. La herencia del hombre colombiano

Siempre se ha concluido que en la personalidad del hombre y de la mujer colombianos, sus ancestros son heredados a lo largo de centurias de españoles con tradiciones moras, casi siempre guerreras y estrafalarias en el mercado y la usura; luego con hijos montañeros, trabajadores del hacha, del machete y el carriel.

Pero estas herencias culturales recibidas por los colombianos, de los españoles, también vinieron por su conducto de los fenicios, los celtas y los árabes. Hoy existen razones antropológicas y arqueológicas más profundas para dejar de pensar en la influencia "única" de los españoles en los pueblos precolombinos.

Los tratados en que estudiamos la historia patria, la religión y la geografía en la escuela primaria y la secundaria, se alimentaron siempre en conceptos que con facilidad definían al hombre americano, como bueno o, como malo. Y con estas referencias antropológicas, sociológicas y culturales de la forma y la psicología del hombre americano, creció y actúa la presente generación, con todas las cargas fóbicas que pueden recurrir en este tipo de enseñanzas. Ciertos docentes de antaño, llenaron las cabezas de sus alumnos con definiciones y más definiciones. Hubo que repetirlas de memoria, porque la asimilación, la acomodación y la fijación de los conceptos no tenían ningún valor.

Las operaciones mentales

Las operaciones mentales, como "identificar, diferenciar, representar, transformar; comparar, clasificar, codificar-decodificar; proyección de relaciones virtuales, análisis-síntesis, inferencia lógica, razonamiento analógico, razonamiento hipotético, razonamiento transitivo, razonamiento silogístico, pensamiento divergente, razonamiento lógico", son fundamentales para aprender a solucionar los problemas.

7.1. Funciones cognitivas

Las funciones cognitivas "en sus fases de entrada, procesamiento y salida" no se aceptaban. Mucho menos la simbolización y emoción de lo que representaba la realidad del hombre precolombino. Se repetía lo que el "enseñador" quería que se repitiera.

El hombre americano

Propiamente, el hombre americano construyó una arquitectura social y política que ha cotejado diferentes épocas y apariencias: distintos hombres en el paisaje antropogeográfico del ayer.

Según las investigaciones del arqueólogo alemán Alexander Von Wuthenau, han revelado que los primeros asiáticos en llegar a América fueron los japoneses en el año 3000 A.c.

Poner en duda si ha hecho realmente lo que hizo en la primera ojeada, equivale a tener miedo a que el sistema perceptivo no funcione. Es decir, que el hombre americano tiene la sensación de no manejar sus competencias; valora su poder por debajo del que tiene.

Esta creencia auto-despreciativa tan frecuente, por un lado, en las depresiones, le hace calcular sus acciones en el trabajo como una tarea desbordante y, el hecho de continuar en él, le lleva a pensar en consecuencias horribles que puede tener al mínimo fallo.

Pero el estudio del otro hombre colombiano, del hombre y la mujer que sufren, lloran y sienten hambre; de los que padecen desnudez y angustia; de los que son víctimas de flagelos e injusticias; de los que no piden o no saben pedir; a quienes no se les brinda la oportunidad de educación; de los que se reportan en silencio porque no tienen a quien dirigirse; de los que crecen con los suyos entre la fatiga sin retribución y descanso; de los que llaman a puertas que nunca se abren; de los que viven abrumados con su escasez y su tristeza; de los hombres que trabajan sin alicientes; de los discriminados; de los excluidos; en fin de los desplazados por las violencias para-narcótica, oficial-narcótica y guerrillero-narcótica; de todos a quienes abandonó la esperanza y la Patria está por escribirse.

8.1. El colombiano y el consumo de SPAS

De estos hombres y mujeres no se discute en las aulas de la enseñanza y el aprendizaje, sólo se vive en una realidad virtual. A estos hombres no se les enseña a pensar y a resolver los problemas, ni se les asiste con la Prevención. Se habla de los valores que han de conservar, pese a sus penurias espirituales, físicas, psicológicas, culturales y ambientales; pero nunca se les platica en la distinción entre compulsión y deseo, en la diferencia entre tendencia y poca tendencia o, la oposición entre intoxicación crónica y estado a causa de consumo repetido SPAs.

La intoxicación es un estado transitorio que sigue a la ingestión o asimilación de las SPAs, en el que se producen alteraciones a nivel de la conciencia, de la cognición, de la percepción, del estado afectivo o, del comportamiento o de otras funciones y respuestas fisiológicas y psicológicas.

El hombre colombiano que representa el honor ganancioso y para ello, por lo menos los "paisas" han sacado a relucir esas maneras "no tan buenas" de la tradición del hacha y el machete: creerse puros y discriminar a los otros, por "vendidos"; creerse modelos y criticar a los que "no hablan de frente"; juzgarse más vivos y pensar que los otros son tontos y manipulables; pretender la virtud y descalificar las conductas que no siguen sus patrones morales. El honor que se vende siempre se paga más caro de lo que vale, decía Jacques Duclos. Las guerras civiles han dejado muchas cruces sobre la comarca colombiana: la de los mil días, la del 48 que se agudizó con el "bogotazo". En pleno siglo XXI se tienen otras guerras: la narcótica, la paraca, la guerrillera, la parapolítica y la corruptiva; el desempleo que es la dolorosa consecuencia de la crisis económica y, el desplazamiento que lo es del conflicto narco-armado y la discriminación.

8.2. Los valores

Todo extremo es vicioso, dice el viejo adagio. El replanteamiento y las síntesis de valores que exige el nuevo milenio, tienen que pasar por hacerle énfasis a cosas como la moderación, la prudencia, la paz interior, la autoestima y el auto control. Si no le ponemos cuidado a lo anterior, ¿a dónde nos llevarán las emociones?

Hay en el hombre de este lado del mundo, frustraciones y desencantos que podrían llevarlo, ojala no sea así, al grito provocador, al tumulto y al dolor. Como casi todo lo ha perdido, ya no cree sino en el colérico ademán de la beligerancia, del miedo. ¡Qué horror! Todos debemos pensar mucho en eso. Los gobernantes, los políticos, los dirigentes, quienes siguen ignorando la realidad social con culpable ceguedad y también con ingenuo desconocimiento de los escenarios.

8.3. Los traumas

Si en la neurosis traumática y la fobia en los mecanismos obsesivos, dados por las herencias culturales recibidas, los drogadictos fueran capaces de saber diseñar una estrategia de salida, podrían también salir de su dificultad. La dinámica de entrar, permanecer, acentuar y desarrollar, disminuir y salir, están en el nudo del que se debate no sólo en la angustia a secas, sino la personalidad en que vive.

Al situar la angustia en el conjunto homogéneo de la personalidad y de la vida, en el pleno hacer en el mundo, se verá que no se la puede desconectar del conjunto de intenciones como si fuera un tumor. Se comprende entonces que las explicaciones alrededor de la angustia se quiebran justo donde la persona en su conjunto de personalidad detiene en forma lenta su vida, y que si el consumidor de SPAs pudiera analizar con maravillosa precisión la red coherente de la angustia, le resultaría fácil crear la sucesiva secuencia favorable.

8.3.1. El miedo

"El miedo es un recurso por el cual una persona puede anticiparse y evitar determinadas situaciones vividas como peligrosas. El miedo funciona como una señal, nos indica que en cierta situación, momento o lugar, estamos en peligro. Este es la más primitiva reacción a la amenaza de daño o muerte; es como un sensor que avisa del riesgo vital. El miedo tiene mucha relación con el estrés. El miedo es un estado emocional creado porque los sentidos o el pensamiento perciben una amenaza". El estrés juega un papel básico en la supervivencia de un animal, ya que es el más importante mecanismo de defensa. El miedo produce un incremento de energía, que permite luchar con o huir de la causa de la amenaza. (II)

"La fobia es un miedo intenso y persistente hacia un objeto, situación o actividad específica, en virtud de cual el individuo lleva una vida limitada. La ansiedad que se sufre suele ser desproporcionada con las situaciones reales, y las víctimas son conscientes de que su miedo es irracional (III).

¿Por qué ese miedo? La paradoja consiste en que el colombiano, el de la guerra que vive desde hace 50 años, el colombiano de a pie, cree justificar el miedo por un trastorno de su percepción, pero en verdad nace porque la pone en duda. El secreto disparador de éste círculo vicioso, consiste en tener miedo cuando el mismo miedo a las violencias hace pensar y hacer, es decir, genera más miedo por su manera de actuar frente al miedo. Por ejemplo, se tiene miedo a las SPAs, pues, casi siempre han estado asociadas bien a lo mágico, a la religión, a la comunicación con los antepasados, con el demonio y también con la medicina. Se está hablando de un tema en donde influyen mucho las convicciones y las emociones; frente a ese miedo ha de reaccionarse no acudiendo a fumar marihuana. Si lo hace, al día siguiente se tiene más miedo, porque a si mismo se ha puesto argumentos a la marihuana para que pueda atacar con mayor motivo. La huida frente a las sustancias se complica innecesariamente.

8.3.2. La ansiedad fóbica

La ansiedad fóbica se distingue de otras formas de ansiedad porque ocurre sólo en presencia de un objeto o situación específica, caracterizándose por síntomas fisiológicos como el latido cardiaco acelerado, molestias gástricas, náuseas, diarreas, micción frecuente, sensación de ahogo, enrojecimiento del rostro, transpiración abundante, temblores y desmayos. Algunos fóbicos son capaces de afrontar sus miedos, pero por lo general evitan el objeto que les causa el temor, lo que a menudo impide la libertad del sujeto. Los trabajadores de salud mental reconocen tres tipos principales de fobias:

  • 1. Fobias simples: son miedos hacia objetos y situaciones específicas, como a ciertos animales (por ejemplo, las arañas o las serpientes), a espacios cerrados o, a las alturas.

  • 2. La agorafobia: miedo a espacios públicos abiertos (como el metro o centros comerciales) de los que resulta difícil escapar, o en los que se experimenta agobio, miedo que aumenta hasta que el sujeto es incapaz de salir a la calle.

  • 3. Fobias sociales: como el miedo de sentirse ridículo o sentir vergüenza en público.

El miedo es instintivo, incondicionado y objetal.

La ansiedad es producto de la educación condicionada y sin objeto.

La angustia: expresión somática de la ansiedad. Ésta es definida por grandes autores así: Freud, la ansiedad es la expectativa de un trauma. Eysenck, la ansiedad es un miedo aprendido, la ansiedad se refiere a la aprensión, tensión o dificultad derivada de la anticipación de un peligro.

8.4. Comunidades terapéuticas

Investigar, legislar, reprimir ha sido la consigna. Al imponerse a finales del siglo pasado, la idea de la Prevención y de las comunidades terapéuticas para consumidores de SPAs, que se caracterizan por concebirle como enfermos y víctimas, quedaron puestas las bases para una colaboración de los poderes represivos y la ciencia social en un sentido amplio; entiéndase que con la ayuda de psicólogos, sociólogos, antropólogos, asistentes sociales, economistas, estadísticos y pedagogos sería posible comprender y prevenir mejor el uso de sustancias ilícitas. Esta línea parte del axioma saber es poder. La idea no es reprimir las emociones (la reacción que ha hecho ricos a los psicoanalistas) sino hacer lo que Aristóteles decía en Ética a Nicómaco. "Cualquiera es capaz de enfadarse, eso es fácil. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado adecuado, en el momento adecuado, con el propósito adecuado y de forma adecuada, eso no es fácil. La comprensión actúa como un amortiguador de la crueldad". (IV)

El número de comunidades terapéuticas, escuelas y bibliotecas que existen para la rehabilitación de los consumidores resultan incalculables. Algunos psiquiatras, psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, sacerdotes y evangélicos de las comunidades terapéuticas u otras denominaciones, coinciden en el "valor del fuego" para purificar la creciente multitud de consumidores: ya desde sus comienzos, las Campañas al no consumo muestran una gran parafernalia, apoyadas sobre prejuicios étnicos y de clase, cuando no políticos y religiosos. De hecho críticos, locos y pobres eran quiénes tenían más probabilidades de ser convertidos en cenizas. Más allá de no poderse comprobar las acusaciones en casi ningún caso, esto es reconocido por los propios "terapeutas".

De Prevenciones pobres y sin estudio de la vida cognitiva y emocional del consumidor, es decir, cómo procesa la información y después cómo comprende y produce nuevas percepciones respecto a su problema. Todo ha fracasado porque los programas se han descontextualizado de lugares comunes y con sofismas de distracción; no se ha emprendido una intervención que busque modificar actitudes y estilos de vida, nunca se ha tenido en cuenta la idiosincrasia de los pueblos, de muchachos y muchachas en conflicto.

8.4.1. La represión y las emociones

Ahora, si por reprimir se entiende ahogar toda manifestación de un sentimiento o emoción, la respuesta es que, a juzgar por las evidencias somáticas y psicológicas, no es bueno reprimir la emoción es, salvo en casos extremos en donde sea imperioso hacerlo, pero en estos casos se trataría de reprimir la manifestación exterior de la emoción, y no su llegada a la conciencia.

"¿Qué ocurre cuando se reprimen las emociones? En primer lugar, no podemos sacar ningún provecho de ellas. En segundo lugar, al igual que una herida, un sentimiento o emoción reprimido puede "infectarse" (hacerse más virulenta). Al crecer en intensidad, o al enconarse aún más un sentimiento negativo, puede llevar al estallido, cuya principal característica es aparecer de improviso, a veces sin relación con el objeto u ocasión del sentimiento". (V)

Por consiguiente, es mejor tener una adecuada valoración de sí mismo, que no es otra cosa que conocer nuestros recursos, nuestras capacidades y nuestras limitaciones internas.

Las personas dotadas de esta competencia:

1. Son conscientes de sus puntos fuertes y de sus debilidades.

2. Reflexionan y son capaces de aprender de la experiencia.

3. Son sensibles al aprendizaje sincero de la experiencia, a los nuevos puntos de vista, a la formación continua y al desarrollo de sí mismo.

4. Cuentan con un sentido del humor que les ayuda a tomar distancia de sí mismos.

El perfil del alcohólico

La imagen del alcohol puede proporcionar a una persona cierto miedo. Frente a ese miedo se supone que lo que hace es imaginar la posibilidad de que realmente haga daño: lo alimenta, lo magnifica dando apariencia al fantasma del miedo. A continuación garantiza su defensa evitando todo consumo de SPAs y vigilándolas atentamente; pero, por si acaso, toma una botella de aguardiente y la guarda debajo de la almohada.

La defensa frente a su temor es muy poco adecuada. Guardando la botella de aguardiente, da corporalidad a la fantasía temerosa de alcohol, evitando todo consumo, perfecciona lo horrible al imaginar un daño en su sistema nervioso. Es decir, que en lugar de eliminar la fantasía por la vía de reducirla a un imposible, la engrandece hasta el punto de tomarla casi como una realidad palpable e inmediata, y esto porque decide hacer lo mismo cuando cree en el fantasma del alcohol, en lugar de criticarlo como tal.

En el consumidor hay miedos inventados, creados por el usuario con una incidencia funesta, pura consecuencia de su actitud crédula y temeraria. Pero en lugar de ir a buscar la causa de un miedo fuera de su contexto de aparición, se puede tratar primero de mostrarlo intentando ir hacia atrás como si gradual y sistemáticamente se tratase de disminuirlo. Se verá qué elementos del Programa de Promoción en Prevención hacia el fortalecimiento de los factores protectores con miras a lograr la reversión de los elementos de riesgo, tendrá que aplicar una persona para lograr eficacia hacia al objetivo de superar su miedo a las SPAs.

Citas de internet y vínculos

i. http://www.cop.es/colegiados/A-00512/cap1.html

ii. http://bvs.sld.cu/revistas/act/vol10_2002/act02102.htm http://www.newtic.epol.com.ar/idex.php?pub_id=322&sid=2205&aid=11564&eid=1&NombreSección=Portada&Accion=VerArticulo

iv. http://books.goo gle.com.pe/books/about/Atenci%C3%B3n_al_cliente_y_gesti%C3%B3n_de_recla.html?id=jHLLP2fNHakC

v. .http://www.slideshare.net/JEMWONG/fwong-modulo-para-inteligencia-emocional-y-autocontrol

 

 

Autor:

Francisco Castro Amórtegui. Ps. Ped.