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Propuesta para el desarrollo sostenible del turismo en el Parque Granma


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Introducción
    3. Capítulo teórico
    4. Conclusiones
    5. Recomendaciones
    6. Bibliografía

    RESUMEN

    El turismo es considerado actualmente como la industria del mundo con el crecimiento más rápido. Sin embargo, abundan las pruebas que muchas modalidades del desarrollo turístico tradicional dañan en diversos grados el medio ambiente. El desarrollo turístico tradicional sin control, convencional o de masas en áreas de belleza natural y en pequeñas comunidades de importancia cultural es particularmente dañino para el medio ambiente y las poblaciones locales.

    Por lo señalado anteriormente, el turismo debe desarrollarse de manera sostenible, es decir, de tal manera que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras.

    El objetivo del presente trabajo fue diseñar y aplicar una propuesta de Indicadores Locales para la evaluación y el seguimiento de la Sostenibilidad turística en el Parque Granma.

    Para lo anterior, se realizó una descripción de las actividades turísticas actuales, seguida de una identificación de Elementos Prioritarios generados por las actividades de turismo. Luego, se presentó una propuesta de Indicadores Locales de Sostenibilidad para la unidad y finalmente se realizó una toma de datos preliminar utilizando los indicadores propuestos.

    1 INTRODUCCIÓN

    El Parque Granma posee una considerable importancia natural, social, científica y turística. No obstante su importancia eminentemente científica, es una atracción turística para los amantes de la naturaleza, que encuentran interesantes atractivos recreacionales básicos y

    contemplativos en las diferentes comunidades vegetacionales y la fauna. El reconocimiento del Parque, como zona núcleo por parte de las comunidades aledañas, requiere establecer mecanismos apropiados de acción para lograr manejarla y desarrollarla adecuadamente, sin poner en peligro los ecosistemas presentes. Al mismo tiempo, se debe vincular esta unidad con las comunidades locales, toda vez que históricamente los recursos naturales han estado ligados a la agricultura, ganadería de subsistencia, extracción de leña y carbón.

    Al contrario de lo señalado anteriormente, la acción del hombre puede impactar negativamente en los valiosos recursos naturales existentes al interior de Áreas Naturales Protegidas (Törey, 1993; Manning, 1996; CCA, 2000), ya sea por parte de los visitantes, lugareños o empresarios turísticos que no adoptan un comportamiento acorde con los principios de sostenibilidad. Por esto, la gestión y administración adquiere un papel fundamental para la preservación de estos recursos.

    Los indicadores de sostenibilidad son una importante herramienta para el seguimiento y evaluación del estado de la gestión de los recursos naturales, ya que permiten prever y corregir los problemas que existen y pudiesen surgir (CCA, 2000).

    Partiendo de este fundamento, se ha planteado el siguiente problema científico: La gestión turística que se desarrolla en el Parque Granma no se realiza bajo el criterio de sostenibilidad.

    Como Hipótesis para el presente trabajo se plantea que "si la gestión turística que se desarrolla en el Parque Granma se realizara bajo el criterio de sostenibilidad los resultados obtenidos serían cada vez más elevados".

    De esta forma, el objetivo general del presente trabajo es: "Diseñar y aplicar una propuesta de Indicadores Locales para la evaluación y el seguimiento de la sostenibilidad turística en el Parque Granma".

    Como objetivos específicos, se pretende:

    • Describir las actividades turísticas que actualmente se desarrollan en el Parque Granma,
    • Identificar Elementos Prioritarios para evaluar el grado de sostenibilidad del conjunto de las actividades turísticas,
    • Proponer una serie de indicadores locales para la evaluación y el seguimiento del grado de sostenibilidad turística para la zona de estudio y
    • Realizar una toma de datos en forma inicial en la zona de estudio utilizando los indicadores propuestos.

    2 CAPÍTULO TEÓRICO

    2.1 Desarrollo y Turismo Sostenible

    2.1.1 Desarrollo Sostenible. El primer punto de partida para el desarrollo operativo de la sostenibilidad del turismo, está en la definición del concepto de desarrollo sostenible, el cual es: "Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones

    futuras para satisfacer las suyas" (Comisión Mundial sobre Medioambiente y Desarrollo, 1987). Significa asegurar la calidad de vida de todos los seres humanos en cuanto a seguridad alimentaria, salud, educación, acceso a la cultura y disfrute de sus recursos naturales, y es una urgencia para la civilización, es decir una respuesta inaplazable a la crisis ambiental que vive el planeta y que es resultado de un modelo impulsado por el Capitalismo en sus doscientos años de existencia basado en la dominación, la explotación, el despilfarro y el consumo desenfrenado.

    Durante las décadas de 1970 y 1980 empezó a quedar cada vez más claro que los recursos naturales estaban dilapidándose en nombre del "desarrollo". Se estaban produciendo cambios imprevistos en la atmósfera, los suelos, las aguas, entre las plantas y los animales, y en las relaciones entre todos ellos.

    A finales de 1983, el secretario general de las Naciones Unidas le pidió a la Primera Ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland, que creara una comisión independiente para examinar estos problemas, que sugiriera mecanismos para que la creciente población del planeta pudiera hacer frente a sus necesidades básicas. El grupo de ministros, científicos, diplomáticos y legisladores celebró audiencias públicas en cinco continentes durante casi tres años. La principal tarea de la llamada Comisión Brundtland era generar una agenda para el cambio global. Su mandato especificaba tres objetivos: reexaminar cuestiones críticas relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo, y formular propuestas realistas para hacerles frente; proponer nuevas fórmulas de cooperación internacional en estos temas capaces de orientar la política y los acontecimientos hacia la realización de cambios necesarios; y aumentar los niveles de concientización y compromiso de los individuos, las organizaciones de voluntarios, las empresas, las instituciones y los gobiernos. El informe fue presentado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas durante el otoño de 1987.

    En este informe se describen dos futuros: uno viable y otro que no lo es. En el segundo, la especie humana continúa agotando el capital natural de la Tierra. En el primero los gobiernos adoptan el concepto de desarrollo sostenible y organizan estructuras nuevas, más equitativas, que empiezan a cerrar el abismo que separa a los países ricos de los pobres. Este abismo, en lo que se refiere a la energía y los recursos, es el principal problema ambiental del planeta; es también su principal problema de desarrollo. En todo caso, lo que quedaba claro era que la incorporación de consideraciones económicas y ecológicas a la planificación del desarrollo requeriría toda una revolución en la toma de decisiones económicas.

    Tras la Comisión, el siguiente acontecimiento internacional significativo fue la Cumbre sobre la Tierra, celebrada en junio de 1992 en Río de Janeiro. Denominada Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Los resultados de la Cumbre incluyen convenciones globales sobre la biodiversidad y el clima, una Constitución de la Tierra de principios básicos, y un programa de acción, llamado Agenda 21, para poner en práctica estos principios. En sus 41 capítulos, el programa de acción contenido en la Agenda 21 aborda casi todos los temas relacionados con el desarrollo sostenible que se puedan imaginar, pero no está lo suficientemente financiado, es un programa de acción para lograr el desarrollo sostenible y afrontar las cuestiones ambientales y de desarrollo de forma integrada a escala mundial, nacional y local. Incluye propuestas para luchar contra la pobreza, la degradación de la tierra, el aire y el agua; para conservar los recursos naturales y la diversidad de especies; y para fomentar la agricultura sostenible.

    El desarrollo sostenible en los sectores silvoagropecuarios consiste en "La administración y conservación de la base de los recursos naturales y la orientación de los cambios tecnológicos e institucionales de tal forma que aseguren el logro y la satisfacción permanente de las necesidades humanas para el presente y las futuras generaciones". Dicho desarrollo sostenible (en los sectores agropecuario, forestal y pesquero) conserva la tierra, el agua, los recursos genéticos de los reinos animal y vegetal, no degrada el medio ambiente, es tecnológicamente apropiado, económicamente viable y socialmente aceptable. (FAO, 1992)

    Según CONAMA (1994), la definición en Chile de Desarrollo Sostenible está dada en la Ley 19.300 de Bases generales sobre Medio Ambiente, la cual lo define como el proceso de mejoramiento sostenido y equitativo de la calidad de vida de las personas, fundado en medidas apropiadas de conservación y protección del medio ambiente, de manera de no comprometer las expectativas de las generaciones futuras.

    En Cuba cuando hablamos de sostenibilidad nos referimos a la preservación del equilibrio de la naturaleza y la sociedad que le dé sustento al bienestar social, el progreso económico, el enriquecimiento cultural y el crecimiento personal sobre la base de la equidad y la solidaridad.

    Como modelo de desarrollo tiene entre sus características esenciales la utilización racional de los recursos naturales, el respeto hacia otras formas de existencia y a la vida en todas sus manifestaciones basado en la responsabilidad personal y el abandono de la mentalidad de dominación, el respeto a la diversidad cultural y la preservación de la identidad de nuestros pueblos contra corrientes estandarizadoras provenientes de sociedades tecnológicamente más avanzadas y la renuncia al empleo de materias y sustancias contaminantes que ponen en peligro la vida y la salud y cuyo impacto dañe los ecosistemas de manera irremediable, sustituyéndolas por otras de menor o ningún impacto, el ejercicio de una solidaridad con nuestros contemporáneos y nuestros descendientes.

    La evolución de las relaciones entre turismo y desarrollo se ha dado en diversas declaraciones y documentos auspiciados por organizaciones internacionales, entre las que se destaca la Organización Mundial de Turismo (OMT): Declaración de Manila sobre el Turismo Mundial (1980), Declaración de Derechos y Código del Turista de Sofía (1985), Declaración del Turismo de la Haya (1989), Carta del Turismo Sostenible de Lanzarote (1995), Agenda 21 para el sector de Viajes y Turismo (1995) y Código Ético Mundial para el Turismo de Santiago de Chile (1999). En estos documentos se observa una paulatina transición desde el predominio de los aspectos socioculturales y económicos del turista al paradigma omnipresente de la sostenibilidad. (Ivars, 2001; citado por Navarro Lizama, 2004)

    En 1995, cuando habían pasado cinco siglos de explotación de los recursos naturales, se constituye en el mes de agosto la Asociación de Estados del Caribe (AEC) en Trinidad y Tobago. En esta histórica Cumbre, en la que participaron 30 países de área, los jefes de Estado y Gobierno emitieron una Declaración de Principios y un Plan de Acción, haciendo énfasis al compromiso del inicio de una nueva era en la región del Gran Caribe, comprometiéndose a la promoción del desarrollo sostenible de la región y a la conservación del medio ambiente.

    El turismo fue uno de los tres puntos a discutir. En su discurso, nuestro Comandante en Jefe expresó: "En el sector del turismo hemos logrado algunos avances. Pero aún estamos lejos de haber convertido a la región en su conjunto en un destino privilegiado de turismo internacional, a lo que nos hacen acreedores nuestras riquezas naturales. Este patrimonio común de nuestros pueblos requiere de un cuidado especial"

    2.1.2 Concepto de Turismo. Según Chávez (1996, citado por Navarro Lizama, 2004), el turismo es "Un proceso social que se da a partir del hecho que un individuo (o grupo de ellos) se desplaza, por diferentes motivos, en forma temporal de su lugar habitual de residencia hacia un destino sin percibir por ello una remuneración".

    El turismo comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual con fines de esparcimiento, negocios y también por otros motivos. Hay un turismo interno que es de las personas que viajan dentro del país y un turismo receptivo que comprende las actividades que realizan extranjeros o residentes de fuera del país que viajan a éste.

    El crecimiento del turismo a escala internacional ha acarreado problemas, sobre todo en lo referente a su impacto en las sociedades y en el medio ambiente. La aceptación sin restricciones de los beneficios del turismo en la década de 1970 empezó a dar paso a una propuesta más equilibrada sobre el papel del turismo en el desarrollo, especialmente en lo referente a sus impactos no económicos. Los planificadores del turismo empiezan a incluir factores socioeconómicos y medioambientales en su trabajo. En los últimos años, las ventajas económicas ya no son el único criterio para apoyar el desarrollo del turismo; éste está cada vez más unido al concepto de sostenibilidad.

    En la actualidad es la industria más grande del mundo y una de las de más rápido crecimiento. (CCA, 1999; Barret al., 2001; OMT, 2001) El ritmo de crecimiento en Cuba en el 2005 es de 12 %, arribaron al país más de 2 millones de visitantes extranjeros.

    Clasificación de Actividades Turísticas. Según Espinosa et al. (2000, citado por Navarro Lizama, 2004), las actividades turísticas se clasifican según el lugar en donde se realizan, de acuerdo a lo siguiente:

    Turismo tradicional de naturaleza: agua, lagos y lagunas, ríos, saltos de aguas y cascadas, mar, sol y playa, termas, volcanes, áreas silvestres (Parques Nacionales, Monumentos naturales, Reservas Forestales y otras áreas afines).

    Turismo deportivo tradicional: Montañismo (excursionismo, caminatas), triatlón, caza deportiva, pesca deportiva (excursiones de pesca, bajadas de ríos, orilla de mar, catch y release), natación, buceo (squba, diving, caza submarina), remo, navegación (velerismo, canotaje, canoismo, Kayakismo).

    Turismo deportivo no tradicional y de aventura: ciclo turismo, ciclismo de montaña, esquí acuático, orienteering (deporte de Orientación), cabalgatas, motos acuáticas.

    Turismo de intereses especiales o turismo activo o motivacional: Ecoturismo (observación de flora y fauna), agroturismo, etnoturismo, ornitología, cultural, histórico, patrimonio arqueológico y antropológico, museos, ferrocarriles, religioso, santuarios, iglesias, festividades, tradiciones y ceremonias campesinas, folklore, arte (música, prosa, poesía, pintura, grabado, murales, danza, coros, cine, video, fotografía, artesanía, textil, cestería, madera, tallado, torno, orfebrería, piedra), gastronomía, nostalgia, negocios, eventos, seminarios, festivales, universitario, científico, descanso, ocio, recreación y reposo, vida nocturna, apuestas, casinos, hipódromos.

    Turismo Tradicional. La mayor parte de esta actividad se conoce como turismo "masivo" o "convencional" que, por lo general, presta poca atención a los impactos en el medio ambiente o en la cultura de los países visitados (Ivars, 2001, citado por Navarro Lizama, 2004). Es más, abundan las pruebas que muchas modalidades del desarrollo turístico tradicional dañan en diversos grados el medio ambiente. Este tipo de desarrollo turístico tradicional sin control, convencional o de masas en áreas de belleza natural y en pequeñas comunidades de importancia cultural es particularmente dañino para el medio ambiente y las poblaciones locales (Törey, 1993; Manning , 1996; CCA, 2000).

    2.1.3 Turismo Sostenible. Al comienzo de los años setenta aparecen nuevas aproximaciones al tema turístico desde perspectivas críticas y medioambientales. Sin embargo, no es hasta principios de la década de los noventa cuando se plantea la sostenibilidad en el turismo. En efecto,

    el 41 Congreso de la Asociación Internacional de Expertos Científicos en Turismo (AIEST) celebrado en 1991, bajo el epígrafe de Turismo cualitativo se plantea la complejidad del estudio de la sostenibilidad del turismo, y en tal sentido el turismo sostenible fue descrito como un turismo que mantiene un equilibrio entre los intereses sociales, económicos y ecológicos; integrando las actividades económicas y recreativas con el objetivo de buscar la conservación de los valores naturales y culturales.

    El turismo es uno de los pocos sectores económicos identificados en la Declaración de Río y el Programa 21, aprobado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, por su potencial para un aporte positivo a la salud del planeta. El potencial del sector turismo como motor del desarrollo económico y social sostenible ha sido desde entonces reconocido por varias entidades políticas

    Con posterioridad, el World Widlife Fund (WWF) , el Tourism Concern y la Unión Europea, incluyen al turismo como uno de los sectores clave hacia el que deben de encaminarse todas las medidas en material de medio ambiente y de desarrollo sostenible. Por otro lado, en septiembre de 1993, se inicia el proceso de aplicación de la Agenda 21 y de la sostenibilidad al ámbito turístico de la Cuenca Mediterránea con la celebración de la Conferencia Euromediterránea sobre Turismo y Desarrollo Sostenible (Hyeres-Les Palmiers, Francia). Dentro del mismo año sería la Organización Mundial de Turismo (OMT) en el documento titulado Tourism the year 2000 and beyond qualitative aspects la que definió el concepto de Turismo Sostenible:

    "El turismo sostenible atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el futuro. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y estéticas, respetando al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida".

    Al año siguiente la OMT (1994) considera fundamentales para la implantación de la Agenda 21 en los centros turísticos los siguientes requisitos:

    • La minimización de los residuos.
    • Conservación y gestión de la energía.
    • Gestión del recurso agua.
    • Control de las sustancias peligrosas.
    • Transportes.
    • Planeamiento urbanístico y gestión del suelo.
    • Compromiso medioambiental de los políticos y de los ciudadanos.
    • Diseño de programas para la sostenibilidad.
    • Colaboración para el desarrollo turístico sostenible.

    La Carta Mundial del Turismo Sostenible (1995) establece 18 principios que tratan de poner los fundamentos para una estrategia turística mundial basada en el desarrollo sostenible. La Carta de Lanzarote supone la acepción definitiva de los lazos de la sostenibilidad, la conservación y el desarrollo de los recursos, y el papel central del turismo para el desarrollo de muchas localidades a nivel de la geografía mundial y muy particularmente de los países menos desarrollados con una variada riqueza de flora, fauna, paisajes y elementos culturales.

    El Plan Estratégico de Cooperación Solidaria 1997-2001, del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral, identifica el desarrollo sostenible del turismo como una de las ocho áreas prioritarias de las actividades del CIDI. El Plan Estratégico prevé que el CIDI "respalde las actividades de cooperación en materia de turismo, teniendo en cuenta la necesidad de preservar el patrimonio nacional, incluidos sus aspectos culturales y ambientales".

    No hay ninguna razón para creer que el turismo declinará como actividad internacional en el futuro. Todo se inclina a suponer que aumentará para convertirse en un aspecto significativo del desarrollo económico y social en muchos países. El desafío, pues, es asegurar que ese crecimiento pueda acomodarse dentro de una estructura sostenible.

    El turismo de naturaleza en Cuba dejó de ser una utopía para convertirse en una realidad, en el 2004 creció un 18 por ciento con 74 500 visitantes extranjeros para este fin, los nacionales también experimentaron un aumento considerable; en el 2005 los datos se incrementaron aún más.

    2.2 Indicadores para el Turismo Sostenible

    Se han probado varias herramientas de gestión para aplicar y vigilar el desarrollo del turismo sostenible en áreas naturales. Entre ellas figuran la colaboración intersectorial y la participación pública, las evaluaciones de impacto ambiental, la planeación y zonificación del uso de la tierra y la generación de indicadores. La planeación, el uso de indicadores y los esfuerzos de supervisión podrían asegurar la conservación de un sitio, al tiempo que se mantienen sus características distintivas (CCA, 2000). Los Indicadores de sostenibilidad son una herramienta útil cuando se acoplan con otras herramientas al manejar al turismo en una manera sostenible (Manning et al., 1995).

    La OMT ha desarrollado iniciativas para ayudar a anticipar y prevenir efectos no deseables de la industria turística y sus destinos. La idea es crear administraciones capaces de manejar los efectos del turismo sobre el ambiente, con el fin de que puedan actuar a tiempo para impedir impactos negativos. Con buenos indicadores, los administradores de turismo pueden identificar mejor los asuntos emergentes, y por lo tanto prevenirlos o mitigarlos. Estos indicadores pueden servir como una forma de monitoreo en el ámbito regional o nacional (Manning, 1996).

    Se identifica como un Indicador a una señal que muestra una tendencia. Es una herramienta para simplificar, medir y comunicar información, permitiendo representar un conjunto de datos en el tiempo y así visualizar los cambios generados (Meza y Navarro, 1999; Reyes, 2001). Los indicadores son herramientas que promueven una gestión efectiva y acabada de proyectos. Si se elaboran cuidadosamente, proporcionan información a las autoridades, fomentan la compresión de problemas, permiten intervenciones oportunas y hacen posible una toma de decisiones fundamentada (CCA, 1999).

    Por otra parte Lizano (2001), señala que la utilidad que prestan estos indicadores son: brindar información sobre un sistema, evaluar situaciones, plantear opciones para mejorar las políticas, apoyar la toma de decisiones, acumular experiencias para el futuro, fijar normas y permitir la anticipación de eventos.

    Se pueden formular indicadores para medir problemas difíciles, como la capacidad de carga y el número de turistas que excede la capacidad de carga del sitio. Las estimaciones de dicha capacidad se determinan con indicadores ambientales, sociales y de gestión. Los indicadores son indicio de problemas incipientes y manifiestos, de necesidad de acción o resultados de acciones. Destacan los vínculos entre medio ambiente y turismo y los efectos asociados. El conocimiento local y la participación de los principales grupos de interés son críticos para la elaboración de los indicadores (McNeely, 1999; citado por CCA, 2000).

    Según Lizano (2001), las características de los indicadores en el turismo son: indicadores de estado actual como por ejemplo: Número de turistas, estadía promedio, gasto promedio, ingresos. La comparación se hace con respecto al año anterior, no de año base. No existen mecanismos de verificación internacional. En forma interna, los países lo utilizan para la toma de decisiones. En términos generales se tienen muy pocas fuentes de información y datos históricos.

    Por su parte, la OMT agrega que existen indicadores de turismo sostenible propios del destino aplicables a ecosistemas o formas de turismo particulares. Esos indicadores se clasifican en dos categorías: indicadores complementarios propios de un ecosistema, utilizados para la aplicación de ecosistemas particulares; e indicadores de sitios específicos, que son desarrollados únicamente para un sitio turístico en particular y reflejan los atributos singulares del área (Manning, 1996; CCA, 1999).

    Una de las principales características de los indicadores es que no son estáticos. Con el tiempo, la utilidad de un indicador puede reducirse, y también puede surgir la necesidad de indicadores nuevos. Su utilidad puede variar por muchas razones: el indicador ya no refleja bien los cambios, o que el objetivo original ya se ha logrado y no es necesario seguir midiendo el avance. También es posible que algunos problemas que antes no se consideraban de pronto se vuelvan importantes y se requiera de nuevos indicadores (CCA, 1999).

    Los indicadores de Sostenibilidad deben recoger las tres dimensiones social, económica y ambiental y, por tanto, no deben circunscribirse exclusivamente a indicadores de tipo ambiental, a pesar de que los avances más significativos se produzcan en este campo. (Ivars, 2001)

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