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Formación del valor responsabilidad en niños(as) desde la clase de Educación Física

Enviado por Wiletsy Yzaguirre


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Conceptualización
  4. Importancia de la formación de valores en la infancia
  5. Papel de la familia en la formación de valores
  6. La responsabilidad como valor regulador de la actuación
  7. Contribución de la Educación Física en la formación del valor responsabilidad
  8. Conclusiones
  9. Bibliografía

El presente trabajo destaca la importancia de la formación de los valores morales en los escolares primarios, de la segunda etapa de educación básica, especialmente del valor responsabilidad, para que los niños y niñas puedan enfrentar los retos del cumplimiento de sus tareas en el hogar y en la escuela con la disposición requerida, reflexionándose sobre el aporte de la clase de Educación Física para la consecución de este fin.

Desde el surgimiento del hombre como resultado de la actividad laboral, se delimitaron las dos grandes esferas – material y espiritual – en las que se desarrolla históricamente. Ello explica su preocupación en relación a qué aceptar como bueno, justo, bello o útil y qué calificar como malo, injusto, feo o perjudicial, interrogantes a las que ha tenido que ofrecer respuestas para orientarse en la vida y encontrar las fuerzas motivacionales de su actividad y conducta. Por tal razón el tema de los valores es un problema presente en la historia del pensamiento filosófico, sujeto a múltiples interpretaciones.

Los valores son herramientas poderosas que ayudan a moldear las vidas de niños y niñas de diferentes estratos socioeconómicos, étnicos y familiares. Tienen un gran impacto en los jóvenes de todo tipo de comunidades, desde las áreas rurales y pueblos pequeños hasta los suburbios y grandes ciudades.

Los valores constituyen una función de los fenómenos objetivos, en dependencia del carácter objetivo de la producción material. En valores también pueden convertirse determinadas formaciones espirituales como las ideas y las teorías que aun con significación social subjetiva, es tan objetiva como la de los fenómenos materiales por su determinación y proyección social. (Fabelo, José Ramón. 1988)

En este sentido los valores solo surgen y se desarrollan en el proceso de la interacción hombre mundo, moviéndose en dos esferas fundamentales: la material y la espiritual, donde el principal valor lo constituye el hombre. La interpretación del hombre al problema de los valores expresa lo polémico y controvertido del tema, determinado por los contextos histórico- sociales y los enfoques cosmovisivos que han servido de base a dichas interpretaciones.

Desarrollo:

El valor se ha conceptualizado como: "la posición relativamente estable y socialmente condicionada ante fenómenos, procesos, forma de actividades sociales, ideales, imágenes conductoras, logros de la cultura material y espiritual que son objetivo y medio para la satisfacción de las necesidades de la personalidad. Son mediados por la conciencia social (conciencia de clase o grupo) y dependen, en su grado de desarrollo, de las particularidades individuales de la personalidad".

Chacón, y Ulloa, L. (1988:48) definen el valor, "desde una perspectiva dialéctica destacando que estos no se reducen a las propiedades objetivas de las objetos, sino que están determinados por las necesidades del sujeto", mientras que para Rodríguez, Z. (1989:218), "los valores, en tanto objetos o determinaciones espirituales, no son otra cosa que la expresión concentrada de las relaciones sociales." Por su parte Sánchez A. señala (1988:28), "el sistema de los valores humanos se forma a través de la idealización del significado histórico que la realidad tiene para el hombre y se evalúa, no por la forma en que refleja la naturaleza de las cosa, sino por la proporción en que satisface el contenido y la forma de las finalidades humanas".

Se asume la definición de valor aportada por Fabelo, José Ramón (1988:186): "la determinación funcional de los objetos y fenómenos de la realidad circundante consistente en su capacidad (o posibilidad) de satisfacer determinadas necesidades humanas y de servir a la actividad práctica del hombre, valor es la satisfacción socialmente positiva que adquieren estos objetos y fenómenos al ser incluidos en el proceso de la actividad práctica humana."

La formación de valores es un proceso complejo que ha de iniciarse desde edades tempranas y en el cual han de intervenir múltiples factores, desde el familiar y escolar, hasta el comunitario y social. Cada uno de estos eslabones posee un papel importante, que no podrá ser desconocido por los otros, si se esperan buenos resultados. Al respecto se pronunció el pedagogo cubano Vitier, Cintio (citado por Barrera. F y otros (2003), al expresar: "La educación no es un milagro que se confía a una parte de los ciudadanos, sino una acción continua, realizada por todos para que triunfe en el ser lo mejor de su naturaleza. De modo que podremos determinar el grado de eficacia educacional cuando las diversas agencias capaces de educar aporten su influjo…"

El inculcar valores es un proceso constante y no un programa de una sola vez. Los padres y otras personas pueden comenzar a inculcar valores cuando sus hijos son pequeños, continuar con el proceso a través de la primaria, secundaria, e ir más allá.

Los niños y niñas necesitan escuchar una y otra vez lo que se espera de ellos en la casa, en la escuela, en la comunidad y en los medios. Cada uno tiene un rol importante que cumplir, cada uno está en el equipo.

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Se desea que emprendan su camino bien equipado, habiendo aprendido de nosotros, entre otras muchas cosas, valores como la sinceridad, el pacifismo o la tolerancia. Para que esta educación no se quede únicamente en buenas intenciones, hay que integrarla en la vida cotidiana, de manera concreta, práctica y sencilla.

Rol de la escuela con respecto a la formación de valores.

La escuela es importante. Una buena escuela es fundamental para entregar conocimientos sólidos, fijar conceptos éticos y crear hábitos de vida en colectivo y de trabajo en equipo. Por esto, desde la escuela, se debe lograr educar ciudadanos que participen de los principios y valores que se promulgan. Esto implica, desde las administraciones educativas, fomentar propuestas y programas que difundan las actitudes que se pretendan desarrollar, no dejando al azar el aprendizaje de los mismos.

La escuela ha sido un agente de todo cambio a favor del progreso social, de que se refuerce el enfoque integral, la disciplina y la observancia de la moral socialista, es por eso que la labor de cada colectivo pedagógico es cada vez más alta, trabajar en el fortalecimiento de valores esenciales como el respeto, la solidaridad, la responsabilidad, entre otros, tiene que estar presente en cada centro de educación de un país.

En este sentido, este trabajo apunta hacia el perfil de un maestro comprometido con la educación moral de sus alumnos, para lo cual ha de ser ejemplo de lo que quiere enseñar.

La familia juega un papel fundamental al ser la condición necesaria para que las generaciones existan. Sin embargo, no basta con que ella le conceda la posibilidad de existencia, es necesario prepararlas para la vida en grupo, teniendo en cuenta sus diferencias y respetando la identidad de cada generación, que equivale a decir sus ideas, concepciones, hábitos, modos de ser y actuar y sus valores en sentido general. Ello es posible si desde las edades tempranas se prepara al individuo para poder convivir en y con los distintos grupos con los cuales debe intercambiar e interactuar en las distintas etapas de la vida.

La familia se convierte en el escenario primario, donde dicho sujeto puede desplegar todas sus potencialidades físicas y mentales que le permitirán en un futuro consolidar su personalidad, al ser capaz de desarrollar habilidades para producir todo aquello que necesita para satisfacer las necesidades primarias y las secundarias, a partir de la relación con sus semejantes y el entorno más inmediato.

Este condicionamiento social de los hombres hace que la familia – de manera general – al formar su descendencia adquiera un compromiso socializador que se manifiesta en su responsabilidad con la misma, brindándole la posibilidad, no sólo de existir, sino de poderlo hacer en condiciones socioculturales favorables que le permitan crear, desarrollar y consolidar su identidad individual, en un principio, y posteriormente grupal, en la medida que éste logre insertarse de manera plena en el ambiente social.

Tales propósitos podrán ser posibles si a nivel familiar se logra una participación consciente y sistemática de los diferentes sujetos generacionales, a partir de sus experiencias y conocimientos, con el fin de que contribuyan a la formación y transmisión de valores positivos en los niños y jóvenes, en plena correspondencia con el proyecto social y tomando en cuenta los intereses y necesidades de los sujetos en formación.

Si se quiere comprender cómo los valores se constituyen en reguladores de la actuación individual hay que detenerse en el análisis de la naturaleza subjetiva del valor.

El valor en su existencia subjetiva individual se manifiesta como formaciones motivacionales de la personalidad que orientan la actuación del sujeto hacia la satisfacción de sus necesidades (González, C. 1996, Bozhovich, H. 1976, González, D. 1995).

La responsabilidad, según estos autores, es la demostración de autonomía, asimismo, para Carreras, V. y otros (2002) es la capacidad de sentirse obligado a dar una respuesta o a cumplir un trabajo sin presión externa alguna. Plantean que posee dos vertientes: la individual y la colectiva. La responsabilidad individual intenta responsabilizar al niño (a) de ir limpio y bien arreglado, que tenga buena autoestima. Por su parte la colectiva, además de ser responsables de las decisiones que se tomen en el grupo, también deben responsabilizarse junto con sus compañeros en las tareas de clase y en los juegos, para que establezcan una relación.

Estimado en el plano subjetivo, el valor responsabilidad, involucra el significado positivo que posee para el sujeto la manera de actuar de manera responsable, cumplir con el deber que se le asigna y permanecer fiel a su objetivo. Los deberes se realizan con integridad y determinación. Las circunstancias, necesidades y elecciones, colocan a las personas en situaciones y roles particular.

La responsabilidad trata de la capacidad existente en todo sujeto activo para reconocer y aceptar las consecuencias de un acto realizado libremente; también sería la calidad de responsable. Esto se trabajaría dándole a los alumnos pequeños cometidos, obligaciones, al mismo tiempo mostrándole que tiene que "responder de sus actos", su comportamiento hará que reciba un trato u otro por parte de las personas que lo rodean.

La responsabilidad de asumir las consecuencias de los propios actos, no solo se relaciona debe manifestar ante uno mismo, sino también ante los demás. Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser consciente de sus obligaciones, es por ello de gran importancia que los hijos tengan sus responsabilidades y obligaciones muy claras.

Todos comprenden la irresponsabilidad cuando alguien no cumple con su deber o con lo que promete. Pero en ocasiones se desconoce cómo asumirla y el por qué la responsabilidad es un valor moral tan importante. Gracias a ella se puede convivir pacíficamente en sociedad, ya sea en el plano familiar, amistoso, profesional o personal, es un signo de madurez, pues el cumplir una obligación de cualquier tipo no es generalmente algo agradable, pues implica esfuerzo, pero es necesario para el propio sujeto y para la sociedad.

La responsabilidad puede parecer una carga y el no cumplir con lo prometido origina consecuencias, tiene un efecto directo en otro concepto fundamental: la confianza. Se confía en aquellas personas que son responsables. Se muestra lealtad a aquellos que de manera estable cumplen lo que han prometido. Se sabe que no es fácil. Si todos hicieran un pequeño esfuerzo en apropiarse de los modos de conducta responsables, la sociedad, los países y el mundo serían diferentes.

Los niños tienen que aprender a ser responsables de las tareas que les indican sus padres, profesores y comunidad en que viven, así como respetar el entorno. El inicio de la educación de este valor se orienta en los niños de la etapa del desarrollo psíquico denominada edad escolar menor, especialmente a partir de los 7 u 8 años. Sin embargo, es necesario su refuerzo a lo largo de la vida, de manera particular en poblaciones en riesgo, las cuales por razones sociales y económicas no poseen un ambiente propicio para el desarrollo de este valor, considerando los criterios de Carreras, V. y otros (2002), relacionados con que la responsabilidad es un valor que puede ayudar a estos alumnos a ser resistentes a la influencia negativa de su entorno familiar y social, porque los lleva a trabajar por ellos mismos y por la satisfacción de sus necesidades, incrementando su autoestima y autonomía.

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Por tanto, sólo cuando los valores constituyen motivos de la actuación del sujeto se convierten en verdaderos reguladores de su conducta. Este hecho tiene implicaciones importantes en el orden educativo, toda vez que permite comprender que la formación de valores en el currículum no se limita a un proceso simple, lineal y homogéneo de transmisión de información del profesor al alumno, donde el mismo es un ente pasivo en la recepción de significados, sino que se produce en un proceso complejo de comunicación entre profesores y estudiantes, en el proceso de enseñanzaaprendizaje, donde el alumno asume una posición activa en la apropiación individual de los significados para la construcción de sus valores.

Requisito importante para el desarrollo del valor responsabilidad es la adecuada selección y articulación sistémica de los métodos que constituyen la vía para lograr el objetivo planteado. La autora asume la concepción de Amador, B. (Citado por Báxter, H. 1999:6), que plantea "…estos deben orientarse en tres planos fundamentales: los dirigidos a la conciencia, a la actividad y a la valoración", por ser estos métodos los que posibilitan la actuación protagónica del alumno.

Si se desea que las futuras generaciones venezolanas afronten los complejos retos en su vida personal y social, es imprescindible formar este valor desde temprana edad, ya que se requiere muchos años para este proceso. Aceptar lo que se quiere llevar a cabo, honrar el papel que se le encomienda al sujeto o al grupo, con dinamismo y eficiencia, proceder conscientemente en función de las tareas que se le asignan, poniendo lo mejor de sí, son conductas que deben ser aprendidas desde la infancia, en el seno de la familia, pero también en la escuela

El niño, al enfrentarse a las actividades de la Educación Física en la escuela, en la mayoría de los casos, adopta una posición de liberación de las regulaciones existentes en las tareas del aula, donde se ve sometido a las exigencias que les plantean las diferentes asignaturas y que le obligan durante horas a permanecer sin moverse y en silencio, someterse a diferentes tensiones provocadas por la obligación de contestar correctamente las preguntas formuladas por el maestro, acudir a la pizarra a dar solución a un problema, tomar dictados, resolver incógnitas que les serán evaluadas, y todo ello, por muy interesantemente expuesto o por mucha atención que le desee prestar, va en contra de sus deseos de expansionarse, actuar libremente y dar rienda suelta a su vitalidad interior.

La clase de Educación Física, desarrollada por lo general en un terreno amplio, la cual brinda a los niños posibilidades de correr, saltar, jugar y divertirse, constituye un equilibrio necesario en el proceso de instrucción y educación del escolar. Aunque para muchos éstas actividades son solo eso: ejercitación física, libertad y alegría, en la actualidad se reconoce el inmenso aporte que brindan los ejercicios físicos organizados y comprendidos en un programa bien estructurado, atendiendo a los requerimientos y posibilidades de cada niño, según la etapa de desarrollo psicomotor en que se encuentre, sobre la formación de su personalidad.

Al hablar del cumplimiento del enfoque integral físico, motivacional y educativo de la clase de Educación Física, según Col. de autores (2009), debe tenerse siempre presente que es la acción pedagógica del profesor, a través de la motivación, la encargada de lograr la orientación en el proceso constructivo de múltiples aspectos, dentro de los cuales se encuentran los valores de los alumnos.

Vinculado con el papel de esta asignatura en la formación del valor responsabilidad, López, A. (2010) destaca que el profesor, al planificar la clase, debe tener en cuenta desde el punto de vista metodológico determinados principios, entre los cuales se encuentran el ser participativa, a fin de fomentar el trabajo en equipo y favoreciendo la formación de valores morales tales como la responsabilidad, el compañerismo y la cooperación y ser inductiva, favoreciendo el autoaprendizaje, de manera que pueda organizar su propio trabajo, lo cual también contribuye al desarrollo de la conducta responsable en los alumnos.

"El clima motivacional que fomentan los profesores de Educación Física en el aula tiene una gran importancia para el desarrollo de los patrones de conductas que se establecen. Si se fomenta un clima orientado a las tareas, es más probable que los alumnos (…) se esfuercen más en el cumplimiento de las mismas y acepten con mayor responsabilidad estas," lo cual contribuye al de dicho valor.

Aplicando uno de los principios básicos de la Psicología materialista al tema central de esta tesis, el de la unidad entre conciencia y actividad, se desea reflexionar sobre lo siguiente: Las actividades físicas que se llevan a cabo dentro de la clase conducen al desarrollo de todos aquellos componentes psicológicos que conforman la personalidad del sujeto, mientras que al propio tiempo, dichas actividades no podrían llevarse a cabo sin la base psicoreguladora que le permiten estos componentes. Concretamente ello significa que si se desea desarrollar los valores morales entre los niños y niñas, en especial el valor responsabilidad, se requiere organizar e implementar variadas acciones encaminadas a este objetivo y viceversa, para que las actividades programadas se cumplan individual y colectivamente de forma independiente y resuelta por parte de los alumnos, se necesita de conductas responsables por parte de estos. Sainz de la Torre, N. (2011:6)

El presente trabajo constituye el basamento teórico de una investigación que se llevó a cabo dada las manifestaciones negativas en la conducta cotidiana de los alumnos de la segunda etapa de educación básica de la Escuela Básica Nacional "Melicia Nieves de Tejada" de Villa de Cura, Estado de Aragua, Venezuela, que indicaban pobre protagonismo del valor responsabilidad como componente psicológico inductor. Por ello, la interrogante planteada era:

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Para ello se aplicaron diferentes encuestas a los profesores de Educación Física y del resto de las asignaturas del centro, así como una entrevista a 87 niños y niñas del mencionado centro, para poder determinar los criterios de profesionales y alumnos sobre la forma de manifestación del valor responsabilidad, las violaciones más frecuentes del mismo en el ámbito escolar, etc.

Las acciones propuestas a implementarse para contribuir a la formación del valor responsabilidad comprenden debates colectivos con los alumnos(as) sobre las conductas responsables e irresponsables, así como sobre la relación que se establece entre la conducta responsable y la confianza que el sujeto inspira a los demás, la asignación de pequeñas tareas individuales y en pequeños equipos en la clase, de forma rotativa, la estimulación a los niños y niñas que han manifestado cotidianamente ser responsable en el cumplimiento de sus tareas, juegos, entre otras.

El valor responsabilidad rige el comportamiento del sujeto ante el cumplimiento de sus tareas y en la actitud que asume ante sí mismo y ante los demás, por ello es imprescindible que los profesores de Educación Física, el resto de los docentes del centro y la familia implementen acciones concretas para el fortalecimiento del mismo, por la necesidad de contar con futuros ciudadanos responsables de enfrentar los retos que impone el alcance de un futuro mejor.

 

 

Autor:

Prof. E.F. Wiletsy Yzaguirre