- Transformaciones socio-económicas en los tiempos de la Dinastía Julio Claudiana
- Política socio-económica de Los Flavios y los Antoninos
- La anarquía Militar: El Imperio bajo los Severos
- Los emperadores ilíricos (268-285)
- Periodo final de decadencia del Imperio Romano
- Conclusión
- Bibliografía
El presente informe analiza la evolución socio-económica en el imperio en el período que comprende desde Augusto hasta la caída del imperio Romano de Occidente, este análisis es fundamental para comprender los cambios sociales ocurridos en el imperio, no hay un factor tan fuerte en las sociedades como el económico, que es el que condiciona y favorece el desarrollo o no de las sociedades.
Julio César estableció un programa de reformas muy variado. En las provincias eliminó el corrupto sistema de impuestos, patrocinó el establecimiento de colonias de veteranos, las cuales generaron ciudades y amplió la ciudadanía romana, las reformas de César dieron estabilidad al mundo mediterráneo.
Luego con Augusto llega un período de paz, prosperidad socio-económica y desarrollo cultural conocido como la era Augusta, en la que se fomentó el desarrollo de la agricultura en Italia, considerada como industria nacional.
Con Claudio, la economía se caracterizó por conceder responsabilidades y riquezas a los seguidores del emperador, incluidos los antiguos esclavos (libertos), todo ello en el marco de un crecimiento en la centralización del poder imperial.
La expansión territorial trajo como consecuencias el gasto excesivo de las arcas del imperio, la política de los Flavios se concentró en recuperar la estabilidad a través del estatismo y la centralización: primero Trajano, a través de la creación de nuevos impuestos, hecho que acentúo la decadencia económica y aumentaba la pobreza, mientras que acompañado de esto se concretaba el éxodo de los pobladores de Italia.
Con los Severos la política económica se convierte en un intento desesperado por llenar las arcas vacías del imperio y para eso recurrió a la demagogia y a la opresión de las clases superiores, consecuencia de las extravagancias de Cómodo.
Por último el período de la anarquía militar hasta la llegada de Dioclesiano es uno de los más oscuros de la Historia del Imperio Romano debido a la ruina económica como causa de la depreciación de la moneda y el estado de sitio permanente por las distintas invasiones.
Con períodos de prosperidad económica intermitentes y lapsos de decadencia absoluta, así evolucionó la economía del Imperio más grande que haya conocido la tierra.
EVOLUCIÓN DEL SISTEMA SOCIAL Y ECONÓMICO DURANTE EL IMPERIO ROMANO
Transformaciones socio-económicas en los tiempos de la Dinastía Julio Claudiana. (44 a.C-68 d.C)
"Era necesidad primordial del nuevo régimen aumentar los ingresos del erario. Los trabajos públicos efectuados después de las ruinas de la guerra civil y el aumento de personal subalterno hacían inevitable una medida de censo y catastro general. Esto último fue emprendido por César poco antes de su muerte, y la obra no fue terminada hasta tiempos de Trajano"
Ante la necesidad de aumentar los Ingresos de Roma, Augusto ejerce una inspección sistematizado y severa sobre la gestión de los gobernadores en las provincias senatoriales, a fin de llevar a cabo esas 'inspecciones' es que se crea el papel del procurador, evitando de esta forma la concesión de la recolección de la renta.
A los fines de recaudar fondos, se crearon nuevos Impuestos tales como la vicessima lebertatis (un 5% sobre el valor de los esclavos manumitidos y la centessima rerum venaljum (que consistía en el 1% de las subastas).
El Ingreso del Imperio estaba administrado en dos cajas. la aerarium capitalino – que consistía en el tesoro del senado proveniente de la renta de las provincias senatoriales- y el fiscus Caesaris – alimentado por las rentas de las provincias imperiales-. Existía además el atrimonium Caesaris – que era una caja especial para el tesoro del emperador (este era el caso de Egipto que pasó a ser patrimonio del César). "Sucesor en Egipto de los Ptolomeos, poseía inmensas rentas que no Ingresaban en el tesoro público."
Augusto aumentó su riqueza gracias a los legados de hombres acaudalados que se acercaron a él sea por afecto personal o guiados por el deseo de legalizar títulos dudosos, dando al jefe del estado un interés directo en su validez. Gracias a esta riqueza Augusto encontró un nuevo medio para hacerse indispensable respecto al estado.
En varias oportunidades socorrió a la tesorería por parte del senado, sufragó los gastos de las construcciones en Roma, contribuyó para asegurar la pensión de los soldados, proveyó la paga de los guardias, compró tierras para los veteranos, "hizo donativos a los soldados y al populacho, y celebró espléndidos juegos."
Durante el mandato de Augusto se produjo una creciente despoblación de Italia en tanto que, al mismo tiempo, Roma crecía, la despoblación era un fenómeno que se daba desde la época de los Gracos y que siempre había preocupado a los gobernantes, la gente abandonaba las tierras y buscaba las ciudades, acrecentando así a la plebe romana.
Los pobladores estaban divididos en plebe y centurias, el sistema ya estaba agotado, por otra parte augusto había dividido a Roma en provincias, las Senatoriales y las Imperiales.
"El progreso de los latifundios, como indica una célebre frase de Plinio el Antiguo (latifundia perdiere Italiam), debió correr parejo con la despoblación. El mal es particularmente sensible en los alrededores inmediatos de Roma."
"Por esta razón el concepto de plebe estaba compuesto de elementos heterogéneos, carecía de arraigo en la ciudad y no implicaba una distinción de tipo político, sino social, y sobre todo económico, Augusto tuvo que restringir las distribuciones gratuitas de trigo, como antes ya lo había hecho Julio César."
Augusto habla tomado en sus manos temas tales como el abastecimiento y distribución del grano extranjero. "En el terreno de la anona es donde primero se desarrolló el intervencionismo del Estado.
Durante el período que encierra a los sucesores de Augusto, el comercio y la industria prosperan, de esta manera son los libertos los que se benefician. Apareció en el estado una división del trabajo en verdaderos ministerios, dando origen a una burocracia organizada y especializada que se encargaba de la administración del estado.
Bajo el período de Claudio desapareció la moneda local en otras ciudades del Imperio y aumentó la preponderancia de la caja imperial (fiscus) sobre la del Estado (aerarlum).
Política socio-económica de Los Flavios y los Antoninos
(69 d.C-122 d.C)
La expansión territorial traía en su génesis gérmenes de autodestrucción, las sucesivas y costosas guerras hacían tambalear los cimientos del Imperio. El costo de una empresa bélica implicaba: reparación de viejas vías y construcción de otras nuevas, edificación de puentes, fabricación de barcos, concentración de víveres en determinados puntos y la provisión de enormes cantidades de armas. Las expediciones militares de Trajano agotaban las fuerzas vitales del Imperio.
Después de Augusto y Nerón, Trajano fue el soberano que más se dedicó a la actividad edilicia y al mismo tiempo, evitó aumentar los impuestos y gravar con exceso la capacidad tributarla de los ciudadanos romanos.
La crisis socio-económica se empezó a notar cuando los recursos de la provincia de Macedonia empezaron a escasear a principios del reinado de Adriano; es importante recordar que Macedonia debía soportar pesadas cargas en cuanto al pago de los impuestos y el aprovisionamiento de trigo. Otro Importante factor de decadencia fue el desdoblamiento de la península y la ruina consiguiente de la agricultura itálica. A causa de esto "Trajano prohibió la emigración de Italia y estableció colonias de veteranos en las inmediaciones de Roma; obligó a los senadores a adquirir tierras en Italia y ayudó a los terratenientes itálicos grandes o pequeños a mejorar su situación, procurándoles créditos baratos. El proyecto de Nerva que consistía en detener la emigración y evitar la creación de una masa de proletarios sin trabajo se fundamentó en otorgarles tierras en propiedad privada, pero este proyecto se demostró excesivamente costoso y no pudo ser llevado a gran escala.
Trajano siguió otro sistema: el de atraer capital a Italia, obligando a los senadores a invertir su dinero en tierras itálicas y procurando prestamos baratos a los propietarios itálicos.
La economía ya no se basaba en el trabajo de los esclavos, porque no era rentable, sino a través del sistema agrícola en el cultivo de las tierras por medio de colonos, esta redención de terrenos implicaba una demanda creciente de colonos libres y procuraba al proletariado la posibilidad de poseer, en las fincas de los grandes propietarios morada e instrumentos de trabajo, ganado e incluso alguna parcela.
A pesar de estas reformas, Italia no era ya, ni podía ser, el centro socio-económico del Imperio.
Durante el régimen imperial sólo queda la grande y mediana propiedad, ambas tenían a su disposición dos sistemas para el cultivo: el trabajo directo ejecutado por esclavos y el arriendo. El primero debió ser abandonado poco a poco por la disminución considerable de esclavos además de que el adiestramiento para el trabajo resultaba costoso, ya que hay que mantener al esclavo hasta los 13 años, no está en condiciones de producir nada, se desgasta deprisa y muere joven.
A partir del siglo II d.C. los capitales fueron desapareciendo, las tierras ricas se fueron agotando por lo cual los propietarios de los fundos no tuvieron más remedio que dividir sus dominios, de esta manera se repartió en feudos que se adjudicaron a sus arrendatarios llamados libres. Estos arrendatarios pagan mediante la suma de dinero, pero en vista de la decadencia de la socio-económica, el pago se realizaba con parte de los frutos de su cosecha.
La idea de Trajano era la de repoblar Italia y restaurar la supremacía económica en el Imperio. "Pero sus esfuerzos no fueron coronados por el éxito: la decadencia de Italia quedó por algún tiempo contenida, pero no podía ser ya atajada"
La realidad marcaba que la decadencia de las ciudades y de sus ciudadanos implicaba la ruina del estado, ya que eran responsables del pago de los impuestos debidos por sus residentes y por los habitantes de sus territorios a ellas agregados.
Adriano se encontró con que las ciudades de Italia y de las provincias no estaban en situación de soportar los gastos de nuevas guerras, por los que se decidió a renunciar la política agresiva de Trajano. Se abstuvo de toda nueva anexión territorial y se abocó a la tarea de consolidar los fundamentos del imperio. Empezó por condonar a Italia el impuesto habitual de la accesión al trono (aurum coronaruium), redujo su cuantía para las provincias, acordando la cancelación general de los débitos al fiscus en Italia y dio una condonación parcial de los atrasos de las ciudades provinciales acudiendo generosamente en auxilio de las ciudades del Imperio.
Una importante obra fue la formación de un cuerpo de administradores del estado, para evitar la corrupción en los funcionarios del estado que se propiciaba en época de Trajano, promovida por el estado de guerra permanente. Estos funcionarios eran los que conformaban e orden ecuestre y actuaban como agentes directos del estado y en parte como concesionarios del mismo (conductores), bajo la Inspección rigurosa de funcionarios imperiales.
"La época de los Flavios se caracteriza por los procesos de estatismo, de la centralización, de la fiscalización."
Una de las políticas que implementará Adriano es el de la urbanización, ya que sostenía que el imperio no estaba lo suficientemente civilizado como para que pudiera sostener la pesada carga creada por la necesidad de mantenerse como unidad política. Urbanizar significaba crear núcleos de civilización y progreso, tales sectores eran por ejemplo los campos de Egipto y los grandes dominios imperiales de Asia y África.
Adriano sabía que el Imperio dependía de los ingresos de las ciudades de oriente y que a su vez era peligros transformarlos en territorios urbanizados, distrayendo así un montaje considerable de sus productos para mantener una ciudad.
Adriano pretende tener un vigoroso núcleo de agricultores que introdujeran al estado formas superiores de cultivo, que proporcionaran excelentes soldados a los ejércitos y que pagasen regularmente sus impuestos al estado.
No deseaba que los colonos cultivaran sus parcelas con desgano, lamentándose del continuo abuso de los arrendatarios generales y de los funcionarios imperiales con la pesada carga de la renta y de la prestación personal. Conforme a esto, Adriano quería buenos vitivinicultores, propietarios y no arrendatarios y en base a este ideal trazó su política socio-económica.
En cuanto a igualdades socio-económicas, Adriano trató de defender a los débiles contra los fuertes, a los pobres contra los ricos, herencia de Nerva y Trajano.
Distinta fue la suerte de Marco Aurelio, quién tuvo que soportar una fase critica en la vida económica del Imperio.
Las arcas del Estado estaban vacías, a pesar de esto Marco Aurelio no quiso introducir ningún impuesto nuevo y prefirió vender en subasta publica sus objetos de valor. Pese a esto tuvo que exigir forzadamente a Asia Menor un impuesto especial: el sistema de liturgias (originado en la antigüedad y característico del sistema monárquico orienta).
Este sistema consistía en la obligación para todo súbdito de asistir al Estado con su trabajo y sus medios y la responsabilidad de los agentes de gobierno en cuanto el cumplimiento de sus deberes ya que de no ser así podían ser castigados y obligados a satisfacer de sus bolsillos las perdidas que le ocasionaran al estado su falta de capacidad y honradez. 'la prestación personal siguió siendo la principal fuerza motriz del sistema económico y el gobierno no renunció a su derecho de exigir a la población, en caso de necesidad y especialmente en tiempos de guerra, víveres para los soldados oficiales y forraje para el ganado, a más los Impuestos ordinarios"
Una vez urbanizadas las áreas de Asia Menor, Siria, Grecia, la carga del trabajo obligatorio y de las requisiciones no fue ya impuesta, como en Egipto, aplicada a individuos o a grupos de Individuos sino que se transportó a las unidades administrativas del Imperio "las ciudades". Desde Adriano a Marco Aurelio, las ciudades no pudieron cumplir ya con sus deberes para con el Estado y solicitaron rápidamente la condonación de atrasos y la rebaja de Impuestos.
La anarquía Militar: El Imperio bajo los Severos.
Esta dinastía exclusivamente militar emprendió grandes obras publicas no solo en la capital sino en las provincias; mejoraron los caminos y construyeron depósitos de aprovisionamiento junto a las fortificaciones. "Además del edicto de Caracalla, que atribuyó el derecho de ciudadanía a todo el Imperio, los Severos concedieron el jus ítalicum (inmunidad de Impuesto sobre tierras) a ciudades como Cartago, Tiro y Emesa…" contrastando estas medidas benéficas se realizaron numerosas confiscaciones en el patrimonio de los senadores. La proporción de los senadores itálicos disminuyó y aumentó la de los provinciales.
Los bienes raíces son objeto de una nacionalización progresiva. El Estado explotó sus inmensos patrimonios mediante contratos enfiteuticos: cesión de un predio rústico o urbano mediante una renta que se paga al cedente, quién conserva el dominio directo. También se desarrollaron corporaciones obreras, se reglamentó el comercio Internacional y se prohibió la exportación de cereales, hierro y sal al territorio enemigo.
…. algunos puntos de la política de Septimio Severo fue, en efecto, continuación genuina de la de Adriano y de los Antoninos. Sabido es que en la legislación Imperial no fue jamás tan humanitaria como en tiempos de los Severos"
Al igual que Cómodo, Severo quería fundar su poder en las clases donde se reclutaban soldados; de aquí su legislación liberal y sus medidas encaminadas a proteger a los campesinos y al proletariado urbano contra la clase dominante y la administración imperial. Otro hecho de suma Importancia es que restauró los alimenta abolidos por Cómodo. Septimio deseaba aumentar en sus dominios el número de propietarios libres, insistió en que los conductores (cobradores de Impuestos) y los procuradores observaran las ordenanzas de sus predecesores. "El régimen de los Antoninos había favorecido y enriquecido a la burguesía municipal.
Los campesinos se quejaban de que estaban entregados a la opresión de los señores terratenientes, a la arbitrariedad de las requisiciones de los funcionarios. Ahora bien: el ejército se reclutaba cada vez más entre las masas campesinas, que se ejecutó bajo la presión del ejército, y que hirió despiadadamente a la burguesa y a los señores rurales.
Severo se presentó como un benévolo protector del pueblo, pero distinta fue la actitud tomada con las ciudades. Numerosas ciudades se vieron obligadas a pagar contribuciones enormes por haber procurado dinero, durante la guerra contra los Parthos todas las ciudades fueron invitadas a enviar al emperador considerables donativos en numerario. Severo optó por una política de opresión con respecto a las clases superiores de la población urbana. Convirtió el sistema de las liturgias en una institución permanente, legalizada, regularizada y coactivamente impuesta por el Estado. Las liturgias pesaron con mayor agobio sobre los terratenientes y pequeños industriales, pertenecientes en su mayoría a la clase media.
Las medidas despiadadas de Severo pueden atribuirse al Estado desesperado de las finanzas imperiales, consecuencia a su vez de las extravagancias de Cómodo y de la guerra civil de principio de su reinado, a las que siguieron reñidas y costosos guerras exteriores.
Estas medidas acumularon en sus manos una inmensa fortuna, consistente sobre todo en tierras, que colmó de nuevo el exhausto tesoro del Estado Romano. Las finanzas del Estado fueron restauradas, pero a costa del pueblo las confiscaciones de la propiedad agraria, practicadas en masa, desequilibraron la vida económica. Grandes empresas prosperas quedaron privadas de capital y de iniciativa y sustituidas por un nuevo sistema administrativo mecanizado y sin vida.
Un síntoma inquietante de la desdichada situación financiera de¡ imperio era la continuada desvalorización de la moneda. Desde los tiempos de Nerón, la plata con que se acuñaba la moneda de mayor circulación, el denario y sus fracciones, venia recibiendo una creciente aleación de cobre. Este proceso tenía su origen en diversas causas: la exportación de moneda de plata a consecuencia del comercio con el extranjero, el agotamiento gradual de una serie de minas de plata y la prodigalidad de algunos emperadores, no compensada por los ingresos regulares del Estado. Bajo Septimio Severo, el denario, compuesto ya sólo a medias de plata, no era la misma moneda que antes.
Esta depredación es consecuencia directa de las costosas guerras de Marco Aurelio y de las contiendas civiles de los primeros años de Severo. El oro y la plata fueron ocultados y desaparecieron de la circulación, el producto de las minas no bastaba para cubrir la escasez de moneda. De aquí la presión ejercida sobre la población con la exigencia de palos en especie, origen a su vez, del aumento de precios.
El período comprendido entre la muerte de Alejandro Severo y la entronización de Dioclesiano es uno de los más obscuros de la historia del Imperio Romano y lo podemos definir como "La Anarquía militar"
Este período ilustra la rápida ruina económica y la decadencia de la civilización en todo el mundo mediterráneo. Uno de los fenómenos más característicos fue la rápida depredación de la moneda y el aumento, más rápido aún de los precios. El denario, que en el siglo I correspondía aproximadamente a 85 centésimos de peseta (oro) y había disminuido en el siglo II algo, bajó, en el siglo III a menos de 25 centésimos. Claudio II y Aureliano renunciaron definitivamente a emitir moneda real, con un valor correspondiente a la cantidad y a la pureza del metal. El Estado introdujo un nuevo sistema de moneda fiduciaria, que no tenia casi ningún valor real y sólo era aceptada y circulaba por cuanto el Estado reconocía. "Al ser puesta en circulación la moneda fiduciaria los salarios se hicieron terriblemente Inestables y toda la cuestión obrera sufrió una mudanza radical"
"La Gente se abstenía de tomar dinero a préstamo, y la oferta de numerarlo excedia , en el mercado, a la demanda"
La depredación de la vida comercial se debía en parte al peligro constante que cernía sobre las provincias más civilizadas y más ricas las distintas invasiones. Dada la situación de estado de sitio permanente, la burocracia militarizada de funcionarios gubernativos o municipales actuaban al igual que los soldados y le respondían al emperador con sus vidas, los municipales se hallaban bajo la amenaza de la degradación, la ruina y la ejecución capital sino se cumplían las órdenes de los burócratas imperiales. De este modo todas las clases de la población padecía la opresión de las guerras exteriores Estado interiores.
"…..el empobrecimiento de las provincias y el lamentable sistema de los aprovisionamientos y los transportes forzaban a los soldado a realizar actos de violencia por mero instinto de conservación"
Las clases superiores oprimían a las inferiores, para poder salvar los restos de sus fortunas, a este contexto se sumarían las epidemias de pestes causadas por la miseria, la desnutrición y la condiciones insalubres de la ciudad. la peste, las invasiones y las guerras civiles que diezmaron a la población.
La productividad de las industrias fue disminuyendo sin tregua, extensiones cada vez más vastas de terreno quedaron baldías, y se descuidaron las obras de desecación y de irrigación, lo cual ocasiono constante reducción del área cultivada y la difusión de la malaria. La industria fue reducida cada vez más a trabajar sólo para pequeños grupos de consumidores locales, cuya demanda se limitaba a los productos menos costosos y más sencillos, la producción doméstica floreció más que nunca.
A finales del siglo III, después de una sangrienta guerra civil, la población se hallaba disgustada y agotada; deseaba a toda costa la restauración del orden y la paz.
Todos se hallaban dispuestos a aceptar cualquier condición con tal que se garantizase la seguridad de la vida y la posibilidad de consagrarse al trabajo cotidiano.
De este modo surgió el Estado de Dioclesiano y de Constantino bajo un contexto social de odios y envidias: "… los campesinos odiaban a los terratenientes y a los funcionarios: el proletariado de las ciudades odiaba a la burguesía urbana, y el ejército era odiado por todos, Incluso por los campesinos"
El trabajo estaba desorganizado, la productividad disminuía y el comercio se encontraba arruinado por la inseguridad de los mares y los caminos.
El sistema tributario había perdido toda eficacia, la burguesía urbana era espiada, perseguida, engañada y maltratada; la aristocracia municipal quedó diezmada por la persecución y arruinada por repetidas confiscaciones y por la obligación que sobre ella pesaba de garantizar el éxito económico de las razzias organizadas por el gobierno que se desencadenaba sobre la población.
Diocleciano y Constantino tuvieron la misión de reorganizar el Imperio y para ello hicieron cambios en la estructura administrativa y social y económica del Estado.
Los cuerpos directivos de las ciudades, los senados municipales, perdieron uno tras otro casi todos sus derechos autónomos y quedaban reducidos sus miembros a la condición de agentes gratuitos del Estado, responsables del reparto y de la recaudación de los impuestos, así como la ejecución de los trabajos obligatorios y las demás prestaciones impuestas a la población urbana.
"En lugar de reorganizar con una orientación más democrática la autonomía municipal labor que había requerido una gran dosis ' de iniciativa creadora, era mucho más fácil y más seguro, para el poder central, aceptar las condiciones […] haciendo responsables para con el estado a todos los miembros de las comunidades urbanas y acumulando sobre ellos los deberes, sin concederles los correspondientes derechos"
En lugar de crear nuevos tributos en dinero, reinstauraron en mayor escala es sistema primitivo de los impuestos en especie bajo la forma de repetidos suministros extraordinarios de víveres para el ejército, para la ciudad de Roma y para los funcionarios del Estado, recolectando también materias primas y objetos manufacturados. Este sistema era la famosa annona, para mantener el ejercito y esto fue creando gradualmente una grave crisis financiera.
Los que cultivaban una finca debían declarar la extensión del terreno que cultivaban y el número de las capita en ellas comprendidas, incluso las cabeza de ganado. Esta declaración hacía responsable al individuo por su tierra y por sus capita, y donde quiera que estuviese se hallaba obligado a pagar el impuesto determinado, formando así con la tierra una única unidad perdió el agricultor toda libertad de movimiento y quedó vinculado a su gleba y a su trabajo, exactamente como los campesinos del rey de las monarquías orientales y helenísticas.
"El colono … es un arrendatario perpetuo y hereditario, pero no voluntario, para quién la sujeción a la tierra es, a la vez, un derecho y una necesidad; no' puede ser investido de funciones públicas, que lo alejarían, ni ordenado de clérigo, si no es en los fundos que cultiva y a condición de permanecer siempre allí."
Como la propiedad de la tierra, también el comercio y los transporte pasaron a ser una carga hereditaria que no se podía rehuir; lo mismo sucedía en la industria. Los artesanos y los industriales debían pagar un impuesto unitario y se les exigía además, que suministrarán al Estado o a las ciudades ciertas cantidades de productos a precios especiales.
Los grandes terratenientes, los senadores, pagaban en dinero un impuesto especial en dinero y completando el sistema tributarlo los artesanos, las ciudades y los senadores debían pagar debían pagar cada cinco años el impuesto tradicional de la corona y otro tributo suplementario cada vez que un nuevo emperador ascendía al trono. A finales de¡ siglo III el Imperio Romano se había constituido en una sociedad subdividida no por clases, sino por castas.
Después de la muerte de Alejandro Severo continuo un periodo de confusión y de crisis muy grave a consecuencia de los vicios internos que padecía el Estado y la sociedad, se pierde el respeto por la institución senatorial y por todas las formas republicanas. Gobernaron en esta época de crisis Giordiano III (238-244), Filipo el Árabe (244-249), Decio (249-251),diarquía de Valeriano y Galieno (253-260 y 253-268) todos dentro de una agitación social constante que hacia prever la caída del imperio.
Los emperadores ilíricos (268-285)
Claudio II el Gótico que rechazó a los godos, Aureliano, quien entre el 270 y el 275 derrotó a los godos, germanos y a la reina de Palmira, Septimia Zenobia, restauró la unidad del Imperio durante algún tiempo, a Aureliano le siguieron unos emperadores de no mucho poder, hasta el ascenso al trono en el año 284 de Diocleciano.
Constantino consolido el absolutismo imperial de Dioclesiano, las cosas no cambiaron. La economía estaba desbastada, había escasez de mano de obra porque no se podía basar la industria en el trabajo servil.
Las clases laboriosas iban desapareciendo como también las clases altas e ingresaban extranjeros, la clase agrícola que quedaba perdió poder adquisitivo, la moneda perdió importancia. Como paso con la clase agrícola la actividad industrial aminoro su producción, se debilitó y se extinguió. En el comienzo del siglo V comenzó el proceso gradual de decadencia.
Las familias de clase media se extinguían, se confundían con el populacho de las grandes ciudades que trabajaban para el estado o eran mantenidos por este, solo un grupo pequeño se mantuvo exento de la pobreza.
Período final de decadencia del Imperio Romano
En el siglo V las provincias del Imperio romano de Occidente se empobrecieron por los impuestos exigidos para el mantenimiento del Ejército y de la burocracia; también a causa de la guerra civil y de las invasiones de los pueblos germanos, la política conciliadora con los invasores al nombrarles para cargos militares en el Ejército romano y administrativos en el gobierno, tuvo éxito, los pueblos invasores del Este emprendieron gradualmente la conquista del Occidente y a finales del siglo IV Alarico I, rey de los visigodos, ocupó Iliria y arrasó Grecia; en el 410 conquistó y saqueó Roma, pero murió poco después, su sucesor Ataúlfo (410-415) dirigió a los visigodos a la Galia y en el 419 el rey visigodo Valia recibió autorización del emperador Flavio Honorio para asentarse en el suroeste de la Galia, donde fundó un reino visigodo.
Durante el reinado de su sucesor, Valentiniano III, los vándalos, bajo el mando de Genserico conquistaron Cartago, mientras que la Galia e Italia eran invadidas por los hunos, encabezados por Atila, el cual marchó primero sobre la Galia pero los visigodos, ya cristianizados y leales a Roma, le hicieron frente. En el año 451 un ejército de romanos y visigodos, mandado por Flavio Aecio, derrotó a los hunos en la batalla de los Campos Cataláunicos.
En el año siguiente Atila invadió Lombardía, pero no pudo seguir avanzando hacia el sur y falleció en el año 453. En el 455, Valentiniano, último miembro del linaje de Teodosio en Occidente, fue asesinado. En el periodo comprendido entre su muerte y el año 476 el título de emperador de Occidente fue ejercido por nueve gobernantes, aunque el auténtico poder en la sombra era el general romano de origen suevo Ricimer, llamado también el "proclamador de reyes".
Rómulo Augústulo, último emperador de Occidente, fue depuesto por el jefe de los hérulos Odoacro, a quien sus tropas proclamaron rey de Italia en el año 476, así concluyo el imperio romano el cual se extinguió por completo.
El sistema socio-económico bajo el Imperio no quedó fuera de los acontecimientos. En los orígenes del régimen imperial se ve como éste interviene en cuestiones de materia económica y social, por ejemplo, las instituciones alimentarlas (obra de Nerva y de Trajano) y la organización de los grandes dominios imperiales, sobre todo los de África, por Vespasiano y Adriano.
La unidad Romana en los dos primeros siglos gracias a las condiciones materiales y morales aparece como el confluir de ochenta millones de personas que trabajan. Agricultura, industria, comercio se desarrollan con prosperidad.
Si bien la agricultura siempre había sido a los ojos de los romanos como industria nacional, desde el siglo III d. C. y ante la rivalidad de Sicilia, África y España, las condiciones de la cultura italiana se habían modificado profundamente. El trigo fue dejando lugar a la vid, al olivo, a los cultivos hortelanos, sobre todo a la pradería.
"Desde el punto de vista agrícola, bajo el imperio, el primer lugar corresponde a las provincias, a las de antigua civilización: Asia, Egipto, o países nuevos: España y Galia"
Es una realidad que las provincias le concedieron a Roma sus mejores productos; la industria gracias al desarrollo de la técnica adquiere gran desarrollo en las provincias.
La política Imperial, al mismo tiempo que por las grandes obras públicas les asegura amplias salidas y un mayor rendimiento.
Del Líbano las maderas de cedro, de Sicilla y España el trigo, de la Narvolese la vid, el ganado de las Galias, las minas de oro de España, Dalmacia, Macedonia, de Bretaña el plomo y el estaño, de África los mármoles blancos o colorados, las materias tintoreras del Ponto, de Egipto el grano, de Siría el bálsamo. En síntesis grandes regiones industriales, en Italia y en las provincias, trabajaban en alimentar de productos manufacturados el conjunto del mundo romano. Los objetos de lujo también provenían de las provincias, es así el caso de las Galias con la producción de telas y lanas; la alfarería y sedas de Grecia, los objetos de cobre de Chipre, de Asia menor los tejidos teñidos, de Egipto tejidos de lino, cristalería, papel y vasos preciosos.
El Imperio Romano representaba un monopolio casi completo, el factor socio-económico favorable levantó a Roma como un imperio. De todos los rincones de la tierra llegan a Roma variedades increíbles de productos, la situación empieza a revertirse a mediados del siglo II y se acrecienta en el siglo III produciendo consecuencias políticas y sociales de primer orden, donde el comercio queda como aniquilado y la antigua prosperidad desaparece.
La sociedad se halla en estado de regresión social y económica, cediendo la economía monetaria paso a la economía doméstica o natural.
Como se aclaro al comienzo del informe el factor económico es el fundamental, una buena política económica hace que las sociedades se desarrollen hacia delante o no.
A pesar del peso del impuesto y la dureza de la recaudación, el estado de la hacienda se encuentra cada vez más crítico. En el siglo II, los poderes públicos aceptan y solicitan contribuciones voluntarias de los ricos particulares. Marco Aurelio vende en subasta pública objetos preciosos del guardamuebles imperial, el sucesor de Cómodo, Pertinax deberá por falta de dinero, suspender el funcionamiento de una de las Instituciones de Trajano, las instituciones alimentarlas.
[…] ¿por qué se derrumbo el Imperio? Porque los romanos se negaron el servicio militar[….] Porque el Imperio fue llevado a invadir demasiado las actividades de los particulares, a desarrollar un sistema burocrático tan pesado y costoso que los súbditos desearon el triunfo de los bárbaros. Porque el triunfo de la metafísica monoteísta, de una religión universal y fraternal favorecía a la formación de, una ideología internacional, que ya no conocía fronteras. Pero sobre todo porque las vías comerciales se desviaron insensiblemente del Mediterráneo hacia el eje Rin-Danubio; porque todas las rutas habían dejado de llevar a Roma"
"Autoridad por una parte, estatismo por otra, estas dos fuerzas del deslumbrador díptico que representa la historia de Roma, dos épocas, dos sistemas, dos mundos. En la edad de oro fue un régimen de autoridad comprensiva y fecunda, generador de¡ bienestar y respetuoso para con las Iniciativas personales, en que-gobierno, defensa nacional, paz pública, justicia vigilante- el Estado se limita a sus obligaciones fundamentales y, abrazando menos para estrechar mejor, las cumple a satisfacción general. En los días sombríos de la decadencia, Estatismo desecador, ahogador y quisquilloso, que, haciendo del imperio una cárcel para millones de hombres, no producirá más que la ruina y se derrumbará en la nada."
Rostovtzeff, M –"Historia social y económica del Imperio Romano". Madrid. Ed. Espasa-Calpe S.A. Tomo II. 1973.
Homo, Leon. "Nueva Historia de Roma" 6° edición. Ed. Iberia S.A. Barcelona. 1971
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ALBERTO R. G.
PROFESOR DE E.G.B. 1 Y 2
DOCENTE ESPECIALIZADO EN EDUCACIÓN DE ADULTOS
ESTUDIANTE PROFESORADO DE HISTORIA.
SAN VICENTE BUENOS AIRES ARGENTINA.