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Las serpientes gigantes de la Amazonía (página 2)


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IV. DISCUSION

A. REALIDAD BIOLOGICA DE LAS BOAS GIGANTES

Todas las serpientes son carnívoras. Sus dientes, agudos y recurvados, están presentes en la mandíbula superior, el paladar y la mandíbula inferior.

Dentro del grupo de las serpientes, esta la familia de las boas (Boidae) al cual pertenecen las serpientes de mayor tamaño, entre las cuales esta la anaconda (Eunectes murinus) cuyo tamaño oficialmente corresponde a los 12 metros de largo. Las boas para matar a sus presas emplean sus fuertes músculos corporales, con los cuales apretujan tanto a la victima que no la dejan respirar y terminan matándola por paro respiratorio y cardiaco. Previamente al "gran apretón", la boa, que esta atento a la cercanía de una posible presa midiendo la distancia con su lengua protráctil y bífida, se lanza sobre ella cuado esta a su alcance y, con un ágil y fuerte movimiento de la cabeza, atrapa por cualquier parte el cuerpo del animal. Rápidamente enrolla su cuerpo alrededor de su victima, formando varios anillos y lo aprieta con tal fuerza que le provoca la muerte.

Una vez muerta la presa entera comienza a ser engullida lentamente, gracias a la capacidad que tiene la boa de abrir desmesuradamente su boca gracias a la movilidad de los huesos del cráneo. Con ayuda de sus dientes curvados hacia atrás y por la acción de un complicado juego de músculos que manejan los huesos de las mandíbulas, va arrastrando la presa hacia la garganta, hasta engullirla del todo. En el estómago, los fuertes jugos digestivos degradan completamente los órganos, tejidos y huesos de las víctimas.

Las boas constrictoras son las serpientes más grandes que habitan el planeta. Entre estos colosos están, luego de la anaconda que mide hasta 12m, la pitón reticulada de la India (Pyton reticulatus) de hasta 10 metros de largo, que se distribuye en Birmania, Indochina, península y archipiélago malayos y Filipinas; la pitón africana (Python sebae) de unos 9 metros de longitud. Formas comunes de menores dimensiones, que también habitan Sudamérica, son la boa constrictora (Boa constrictor), la boa esmeralda (Corallus caninus) y la más pequeña (no menor a un metro) la boa arco iris (Epicrathes cenchria) desde Costa Rica hasta Argentina.

Las investigaciones científicas evidencian algunos fundamentos o principios físicos y biológicos que limitan la existencia de serpientes descomunales.

Tamaño.- Las principales limitantes para la existencia de serpientes con un tamaño corporal muy grande esta relacionado con las fuerzas de la gravedad y la presión atmosférica. Una boa de gran tamaño tendría que tener una estructura corporal apropiada para vencer la fuerza de atracción gravitacional y el empuje de la presión atmosférica, estas fuerzas causarían que el peso del animal será tan elevado que impediría a su cuerpo moverse con agilidad.

Bien es sabido que las boas grandes como la anaconda, cuyos tamaños máximos ha sido registrado científicamente entre los 10 y 12 metros, tienen pesos que promedian los cientos de kilos, peso suficiente para que el animal no pueda ejercer mecanismos de caza eficientes debido a la lentitud de sus movimientos.

Debido a esto la anaconda alivia el peso de su cuerpo, haciendo uso de las fuentes de agua; dentro de las cuales se sumerge y espera a las presas, confiada en su estrategia de cazar al acecho; gracias a la oscuridad de su piel que la camufla con el color oscuro de las aguas y a la disposición de los ojos y de los agujeros nasales, que le permite mantener parte del rostro fuera de la superficie del agua, con lo cual puede observar a sus potenciales presas sin ser observada.

Alimento.- Otro limitante esta relacionado con la disponibilidad de alimento suficiente para mantener los requerimientos energéticos de un descomunal cuerpo.

Las grandes boas son reptiles, cuya característica básica es la existencia de un lento metabolismo, lo cual origina una lenta digestión y por lo tanto que los intervalos de alimentación sean muy prolongados.

Una boa puede llegar en casos extremos a estar varios meses (hasta un año) sin probar alimento y cuando lo hace, la energía de su victima es aprovechada al máximo, siendo suficiente para que el animal ingrese a otro largo periodo sin probar bocado.

En el interior del bosque es notoria la escasez de presas grandes, que puedan brindar la energía suficiente para un descomunal animal. Recordemos que las grandes boas se alimentan generalmente de grandes mamíferos. En los bosques amazónicos los únicos mamíferos de gran tamaño son los delfines (Innia), venados (Mazama), sajinos y huanganas (Tajasu) y algunos felinos como el puma (Felis) y el jaguar (Panthera). Adicionalmente podrían cazar caimanes y cocodrilos.

El consumo de uno solo de estos animales, incluyendo el mamíferos mas grande de la selva, la sachavaca o tapir (Tapirus terrestris), no sería suficiente para otorgar los requerimientos nutritivos de una boa gigante; la cual tendría que consumir mas de un ejemplar en una sola sesión de caza; algo difícil de hacerlo, aunque hay testimonios de algunos cazadores que han encontrado hasta dos ronsocos (Hydrochaeris) en el interior de una boa de casi 7 metros, que fueron consumidos en una sola sesión de caza (Francisco Bascope, comentario personal).

B. POSIBLES ORIGENES DEL MITO

1. ¿Especies prehistóricas que supervivieron hasta la actualidad?

¿Qué dice la Paleontología?. Según los descubrimientos paleontológicos, las serpientes actuales habrían tenido antepasados, que en épocas prehistóricas sí llegaron a tener tamaños descomunales. Este es el caso de Gigantophis que vivió en el Eoceno Medio (40 millones de años atrás) en las zonas donde hoy está situado el Egipto. Esta especie habría llegado a medir entre 16 y 20 metros de longitud y a pesar hasta 400 kilos.

En el año 1933, George Gaylord Simpson, un eminente Paleontólogo y evolutista norteamericano, dio a conocer el esqueleto incompleto de un ofidio fósil hallado en 1931, que fue denominado: Madtsoia bai, que en lengua Tehuelche significa "abuela de Cañadón Vaca", el cual tiene aproximadamente 49 y 55 millones de años. Dicha especie se estimó que tuvo 10 metros de longitud.

También en Argentina, en el año de 1953, el geólogo Roberto Ferello, halló el resto vertebral de una de las serpientes mas grandes de todos los tiempos; aunque todavía no identificado, este animal habría medido alrededor de 15 a 20 metros (En: http://paleontologia.tripod.com.ar/sabiasque.htm).

En 1986, se descubrió la vértebra de un ofidio de tamaño espectacular, tanto así que figuraba en el catálogo como correspondiente a un cocodrilo. Procedía de niveles del Eoceno temprano y luego del análisis se pudo confirmar que ciertos caracteres eran típicamente juveniles. ¿Cual habría sido el tamaño de la forma adulta de la especie a la que pertenecía el poseedor originario de la vértebra estudiada? La longitud del juvenil habría sido de 5 a 7 metros, y la del adulto, se estima entre los 10 y 12 metros.

2. ¿Posibles casos de gigantismo en serpientes?

Las serpientes crecen toda su vida, lo cual podría originar estados de gigantismo en estos animales, sobretodo cuando llegan a tamaños mayores a 5 metros, que son tamaños por encima de los cuales las boas ya no tienen depredadores naturales y se convierten en los máximos depredadores del ecosistema.

Talvez antiguamente, sí existieron ejemplares de hasta 15 ó 18 metros, como atestiguan los primeros exploradores de la Amazonia; serpientes que pudieron existir en esos periodos donde todavía no existía ninguna presión de caza. Estos ejemplares pudieron dar origen al mito de la boa gigante, cuyo tamaño terminó siendo exagerado por los posteriores testigos quienes la describieron de 40 a 50 metros de largo.

Actualmente debido a la proliferación humana en casi todos los rincones de la selva, es probable que todavía existan algunos ejemplares de gran tamaño en lo más recóndito de los bosques y lagunas todavía no explorados.

3. ¿Posibles observaciones incompletas de fenómenos físicos y biológicos?.

Algunos fenómenos como la hipnosis de las boas, pueden haber nacido como posibles explicaciones a la interrogante popular de ¿cómo una serpiente con descomunal cuerpo pueda cazar y comer a su presa?, considerando que sus movimientos son muy lentos.

La gente explica que estos animales no necesitan moverse para comer porque a traen a sus victimas hipnotizándolas, la misma que al quedar sujeta por el fuerte influjo magnético termina siendo atraída en contra de su voluntad a sus fauces desde grandes distancias.

El "fenómeno del hipnotismo" puede haber tenido sus orígenes en observaciones incompletas sobre el estado de cacería de una serpiente venenosa y de una boa que caza al acecho.

En el caso de las serpientes venenosas.- Lógico es que las personas del campo desconocen el mecanismo de cacería de una serpiente venenosa como el "jergón" (Bothrops) y el "shushupe" (Lachesis). En ocasiones estos animales suelen morder a sus victimas para inyectarles el veneno, y evitan cogerlas al instante, permitiéndoles que huyan por un cierto tramo mientras hacen efecto las toxinas del veneno.

La victima envenenada en su intento por huir, puede trepar algún árbol y quedarse entre las ramas, con pocas fuerzas para seguir huyendo y sintiendo los síntomas de la acción del veneno. Mientras tanto la serpiente la estuvo siguiendo mediante los rastros de calor que la victima dejó en el suelo. Al localizar a la presa la serpiente siente de donde viene su calor y se queda observándola en espera de que el veneno cumpla su efecto y mate a su presa la cual caerá del árbol casi en dirección donde está el depredador.

Un observador humano que pudo presenciar el acto final de la cacería, es decir cuando la serpiente observaba a la víctima y ésta caía fulminada desde el árbol en dirección al ofidio, puede haber creído que tal acto se debía a una posible hipnosis del reptil que atrajo a la presa hacia él. Por supuesto el observador desconocía las primeras escenas de la cacería y no podía entender que la presa estaba envenenada.

Tal observación incompleta pudo ser explicada por el "fenómeno del hipnotismo" que continuó a través de generaciones y que se generalizo a todas las serpientes. En especial contribuyó con reforzar la explicación de la existencia de las boas gigantes.

En el caso de las serpientes constrictoras o boas.- La boa constrictor caza al acecho, camuflada entre la hojarasca del suelo, gracias a los colores de su piel. Mientras cazan olfatean con la lengua, la cual es extraída e ingresada constantemente en la boca, Esta lengua constantemente extraída puede causar el interés de algunos animales que solo observarán al objeto moviéndose continuamente, los mismos que pueden sentirse atraídos por el fenómeno y ser presa fácil de la serpiente, efecto que pareciera corresponder a una atracción por la mirada del ofidio.

El fenómeno de las boas o islas flotantes, que se mueven de un lado a otro del lago, también tiene sus orígenes en la observación incompleta de un fenómeno natural, que consiste en la acumulación de maleza en los lagos sobre las cuales se acumula tierra y crece vegetación (Francisco Bascope, Observ. Pers.), fenómeno que podría ser considerado como una forma de isla flotante.

El fenómeno de La boa "Cotomashaco", podría tener sus orígenes en la existencia de los amfisbaénidos. Estos reptiles sin patas o extremidades (ápodos) son alargados y conocidos como "víboras ciegas" en la amazonía. Uno de los más comunes de la selva amazónica es Amphisbaena alba, de color anaranjado o rojizo, que por su forma y comportamiento, pareciera tener "dos cabezas" y que en algunos casos, el vulgo le conoce como "víbora de dos cabezas".

En realidad, el animal no tiene dos cabezas, pero la forma de la parte posterior del cuerpo, que corresponde a la cola, es corta y redondeada. Cuando el animal está siendo atacado o es irritado, levanta la cola (como si ésta fuese la verdadera cabeza), en actitud desafiante, como medida de distracción contra el depredador, el cual no ataca a la cabeza verdadera, sino más bien a la cola. Este comportamiento hace pensar que el animal tiene una cabeza en la parte anterior del cuerpo y otra en la posterior.

¿Los orígenes del mito del "cotomashaco", puede atribuirse a la existencia de Amphisbaena alba?. Es probable que la exageración del tamaño de este Amfisbaénido y el aditivo de ciertas características (como el aullar del "mono coto" o "cotomono"), productos del ingenio popular, hallan transformado a este pequeño e inofensivo animal, en un colosal monstruo amazónico, que como dice la leyenda tendría dos cabezas, seria de color rojizo e imitaría el grito de un mono para atraer a las victimas, capturarlas y engullirlas.

El aullar del "cotomashaco", en forma de mono, pudo originarse al asumir la idea popular de que el animal era rojizo y tenia una de sus cabezas en la parte alta de los árboles; la que se supone debía engañar a las victimas humanas (que generalmente son cazadores que buscan monos grandes para cazar) para que atraídas puedan ser capturadas por la cabeza inferior.

4. ¿Mitomanía colectiva?

La maraña vegetal y lo caudaloso de los ríos, en la Amazonía, que dificultan la visibilidad y el tránsito abierto, siempre han sido ambientes de misterio para los colonos y aventureros, quienes al no poder divisar largas distancias dentro del bosque, no podían ver a los indígenas y animales que los atacaban, se desorientaban, se perdían o naufragaban. Algunos de estos fenómenos sigue existiendo hasta el dia de hoy y ha servido para que muchas personas aventureras y habidas de emociones aprovechen tales circunstancias para tejer historias amparadas en velos de misterios, que pueden ser narradas a la luz de las fogatas, en las calidas noches selváticas.

Algunas de las personas que no pudieron ser testigos de emociones fuertes, pero que desean figurar en el record de los más valientes, gustarían crear fantásticas historias de encuentros con animales gigantescos para vislumbrar a sus admiradores.

Estos posibles actos de atraer la atención mediante narraciones y cuentos de hechos extraordinarios por parte de personas que inventan y exageran la existencia de animales gigantescos pueden ser una posible causa que dio origen al fenómeno del gigantismo en las serpientes.

5. ¿Seres feéricos y dimensiones paralelas?

Existe mucha información sobre la existencia de seres o entidades naturales que corresponderían a otros planos dimensionales. Tales seres que son considerados como entidades espirituales y guardianes de los ecosistemas naturales, se les conoce como "seres feéricos", los cuales pueden ser observados dentro de los ecosistemas que protegen.

¿Son a caso, estas boas gigantes, un ejemplo de la existencia de seres feéricos que se manifiestan en forma de estos animales por determinados y cortos momentos en el interior de los ambientes acuáticos y boscosos de la amazonía?.

Esta interrogante podría estar relacionada con los testimonios de personas que dicen haber visto boas gigantes con "cuernos" o "astas", características que colocan en tela de juicio que dicha observación corresponda a un animal del grupo de los reptiles, oficialmente clasificados por la ciencia, ya que las serpientes no tienen cuernos u ornamentas en la cabeza.

¿Es probable que tales observaciones correspondan a seres de otros planos dimensionales que pueden ser visualizados en ciertas circunstancias de tiempo y espacio adecuados?; ¿Podrían ser los ecosistemas naturales, puertas dimensionales naturales, a través de los cuales ingresan estos seres feéricos a nuestro plano dimensional?.

Estas hipótesis aunque parecen descabelladas, son planteadas en base a las informaciones disponibles en diversos países, que son el producto de serias investigaciones de los estudiosos en fenómenos paranormales.

6. ¿Posibles fenómenos ufológicos?

Algunas de las narraciones afirman que los testigos vieron objetos descomunales alargados con grandes "ojos luminosos" en forma de faros en plena oscuridad de la noche.

Estas observaciones de objetos largos y gigantes, con "ojos luminosos" en forma de discos o platos, podrían corresponder a objetos voladores no identificados (OVNIS) que en la plena oscuridad de la noche pueden haber sido confundidos con grandes boas que se desplazaban sobre el agua, cuyos "ojos emitían fuertes luces" en forma de faros.

Tales OVNIS podrían tener forma cilíndrica y alargada, y localizar sus bases en el interior de lagos y ríos, de los cuales emergen en determinados momentos y sobretodo en horas de la noche, siendo su cuerpo cilíndrico confundido con el de una descomunal boa; así como las luces y faros que podrían ser interpretadas como los grandes ojos de la boa. Pero también sus movimientos en horas del día pudieron haber sido tan rápidos que los testigos solo vieron parte del objeto que sin modo de comparación alguno, les permitió asegurar, que lo observado correspondía a una boa gigante dentro del agua.

Esta hipótesis podrían explicar también los fuertes sonidos y vibraciones que provienen de los lagos amazónicos, que muchos testigos han escuchado y que han explicado como un acto de embravecimiento de la boa dentro del agua. También podría ser una explicación al mito de la "Boiúna" muy difundida en Brasil (Túllio Demasi 1996).

7. ¿Notables coincidencias?

Muchos de las testimonios de serpientes gigantes coinciden entre sí, pese a ser manifestadas por testigos ubicados a muchos kilómetros de distancia, lo que hace muy improbable que tales testimonios hallan sido copiados entre los testigos.

Jeremy Wade (1997) afirma, haciendo alusión a las historias recopiladas por él: "..¿Una serpiente con cuernos? Parece improbable. Pero que dos personas expresen el mismo detalle independientemente, parece igualmente improbable…".

Las historias registradas por Wade, coinciden con las recopiladas en este trabajo, especialmente con la historia narrada por la testigo de Iberia, quien observó en el río Tahuamanu, una serpiente con cuernos y la historia de una testigo del Centro Piedras, en el río de las Piedras, quien también afirma haber observado una bestia con astas (cuernos) en la cabeza. Estas dos historias concuerdan pese a corresponder a testigos que no se conocen entre sí y a que tuvieron su experiencia en tiempos y espacios totalmente diferentes.

Las notables coincidencias también se dan entre los mitos originados en los diversos países americanos, donde con otra denominación se explica la existencia de seres míticos con características propias de las serpientes gigantes. Tal es el caso de la "Boiúna" (Túllio Demasi 1996) y el "Minhocao" de este último, un artículo dice lo siguiente:

Según antiguas referencias el área litoral argentina, uruguaya y brasileña era habitada por un ser singular llamado Minhocaô, es decir gran Minhocaô gran lombriz de tierra, un gusano helminto sumamente común aún en estado doméstico. Afirma Florencio de Basaldúa que el Minhocaô se caracteriza por aparecer en las aguas de los ríos y su presencia se manifiesta por los movimientos de las aguas. Su tamaño enorme es suficiente para hundir naves y devorar a quienes las tripulan. En esa misma forma de gigantesca lombriz aterroriza a los canoeros del río Uruguay que creen verlo a cada instante durante la noche.

Cuando visité las playas del este de la isla de São Francisco – Grande, Enseada, Ubatuba, Itamirim, Peroba, etc. – me contaron los pescadores de la región que de tanto en tanto, las riberas sufren desmoronamientos, invasiones del mar, alargamientos y hundimientos, que atribuyen a una serpiente de mar de formas colosales que en aquellos sitios cava extensas galerías subterráneas por dónde el mar penetra con furia, provocando tales accidentes. Cierto sitio, donde existe un faro, que cierta vez se destruyó como consecuencia del hundimiento del terreno es llamado por eso mismo Sumidouro. La serpiente marina es denominada Minhocão. Los habitantes de la selva de Santa Catarina ya se referían a ella con el nombre de Mboi-assu (cobra grande) y relataban los terribles efectos de su andar.

El pueblo que reside en las inmediaciones del pozo del Río Cuiabá aún cuenta la leyenda del "Minhocão" ente telúrico conocido también por los frecuentadores de los ríos del sur del país, en el inicio de los tiempos coloniales.

Se presenta como una cobra muy grande de 60 hasta 70 metros de largo y 6 palmos de diámetro. Su acción es perniciosa, provocando derrumbe de las orillas de los ríos, hundiendo barcos y destruyendo casas y plantaciones.

El minhocão es anfibio. Y se refiere a un mito que se perpetúa en el imaginario del hombre de las orillas, siendo la leyenda más conocida en todo el estado de Mato Grosso (Norte y Sur).

Cuéntase que la Lagoa do Armazém, en Tramadaí, Rio Grande do Sul, era la morada del Minhocão, una serpiente monstruosa de ojos y lengua de fuego verde y con pelos en la cabeza. Hacía virar las embarcaciones, comía las gallinas y los cerdos junto al Rio. Hoy el pueblo acredita que él volvió a su hábitat natural, el mar.

Algunos describen al minhocão como una serpiente grande con ojos muy abiertos y luminosos. Dicen que se desplaza por arriba del agua como una serpiente, deslizándose y que su cabeza alta se parece con la proa de un buque con dos faros de los ojos. El monstruo otras veces, sacude el agua y emite un aullido tan terrible que los animales en tierra se quedan paralizados (Picasso, 1990-2004).

Lo cierto es que según lo analizado, el mito de las serpientes gigantes, con las variantes propias de cada región, es común entre los países de Colombia, Perú, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina.

Sumado a los países sudamericanos donde se habla del tema, están algunos países europeos, africanos y asiáticos; en estos últimos existen referencias que hablan de tales gigantes míticos conocidos comos "Dragones" y otros mas que no detallaremos por existir información bibliográfica al respecto que brinda la información que el lector puede necesitar.

  1. ¿Errores en la medición?

Todas las afirmaciones corresponden a testigos que vieron y cazaron boas en los periodos de la exploración amazónica, sin que en la actualidad nadie haya cogido y medido una anaconda de gran tamaño.

También existen testimonios de testigos que basan sus medidas en pieles de anacondas muertas, las cuales pueden estirarse muy fácilmente y aparentar tener un tamaño mayor al que tenia la boa cuando estaba con vida.

Asimismo algunas informaciones se basan en observaciones de testigos que vieron boas a grandes distancias, cuyos tamaños puede haber sido distorsionados por los cálculos equivocados del observador a la distancia. Generalmente, una persona no experimentada en realizar medidas, tiende a distorsionar el tamaño real de un objeto observado a la distancia, sobretodo si el objeto tiene gran tamaño. De hecho, mientras más grande sea el objeto y mayor la distancia de observación, más grande será el margen de error.

C. IMPACTOS DEL MITO AL ESTADO DE CONSERVACIÒN

DE LAS GRANDES SERPIENTES

1. Temor y exterminio

El temor a estos animales hace que las personas sientan animadversión por ellas y se inclinen por la opción de exterminarlas cada vez que la encuentran.

Pese a que algunas personas, tienen conocimiento de que las boas no son venenosas, optan por eliminarlas debido al temor que tienen de que sus hijos o animales domésticos puedan ser devorados.

Debido a la disponibilidad de animales domésticos y a la escasez de presas, algunas boas, sobretodo de la especie Boa constrictor, gusta de introducirse en los ambientes humanos y cazar algunas aves de corral o mascotas, siendo consideradas dentro de la fauna silvestre que causa daños al hombre (Velásquez, 1998).

2. Valor comercial de la cabeza por el mito del hipnotismo

Existe un pequeño mercado negro que fomenta el comercio de cabezas de anacondas al interior de los principales poblados de Madre de Dios, especialmente en su capital: Puerto Maldonado.

El "poder hipnotizador" de la boa, puede ser usado con fines comerciales. Según la creencia: "así como el imán de las boas atrae a las víctimas en el bosque también puede atraer a la clientela a un centro comercial".

Una cabeza de "boa de agua" o "anaconda" (Eunectes murinus) tiene un "imán" mas fuerte que una "boa de tierra" o "mantona" (Boa constrictor) y su poder puede atraer a la clientela en un negocio, si se la mantiene disecada y expuesta en el establecimiento comercial.

Este mito convence a muchas personas de cazar "anacondas" y cortarles la cabeza para venderlas a los dueños de establecimientos comerciales, sobretodo de ascendencia serrana.

El comercio es eventual y oportunista, es decir que solamente se les caza por casualidad, no existiendo cazadores dedicados a este negocio.

El poder hipnotizador dependerá del tamaño de la boa, razón por la cual se las cotiza según su tamaño. Una cabeza de anaconda de buen tamaño puede tener un costo de hasta 300 nuevos soles en el mercado negro de Puerto Maldonado (Velásquez, 1998).

El efecto que tiene el "imán" de la boa para atraer a la clientela sería tan efectivo que muchos establecimientos comerciales aseguran atraer su clientela de esa forma y así asegurar su rentabilidad económica.

3. Las sachamamas y el espíritu de la conservación

Según Nigel Pitman et. al. (2002) existen Grupos de indígenas que consideran como sagrados o míticos, a ciertos centros de reproducción de animales y plantas llamados localmente "sachamamas". Estos investigadores definen y afirman que:

"Las sachamamas son tratadas con mucho respeto por los pobladores locales y el tránsito por dichas zonas es restringido, porque se cree que estos lugares poseen poderes mágicos y que son cuidados por los padres o las madres del monte y de los animales. Los indígenas cuentan muchas historias relacionadas a estos lugares. Generalmente estas historias refieren como un grupo de visitantes ha experimentado la presencia de los guardianes de estos sitios, la cual se manifiesta a través de ruidos inexplicables, movimientos del suelo y de los árboles, cambios bruscos del clima, pérdida de orientación del transeúnte, entre otros. La existencia de los lugares sagrados refleja valores culturales que están íntimamente vinculados con la naturaleza y que sirven para regular la extracción desmedida de los recursos naturales. Trabajando a partir de las creencias, mitos y tradiciones locales que están vinculadas al manejo de los recursos naturales, se ayudará a garantizar las prácticas de conservación local en forma participativa y equitativa para el bienestar de una futura área protegida".

Si bien es cierto que algunos indígenas denominan "sachamama" a ciertos lugares sagrados o míticos, dicho nombre también es aplicado a la "boa gigante", con el mismo significado, es decir con la consideración de que tal animal corresponde al espíritu o guardián del bosque.

La representación de un espíritu sagrado a través de la serpiente, es parte de una cosmovisión muy antigua, que ya se mencionaba en la cultura andina. El amauta Luis E. Valcárcel en su célebre "Etnohistoria del Perú Antiguo-UNMSM-1967", nos habla de las grandes sierpes AMARUS "Pachamama" y "Yacumama". Según la leyenda: "Los tres mundos –Pachas- se hallan unidos por estas dos sierpes míticas, dioses del agua y la fecundidad".

Es muy probable que el conocimiento de las grandes serpientes ya haya sido común entre los pueblos andinos y amazónicos, antes de la llegada de los españoles y desde los periodos Incaicos. Posteriormente los nombres quechuas de "Sachamama" y "Yakumama" habrían retornado a la selva a través de los colonos andinos que comenzaron a poblar la Amazonía en tiempos de la colonia.

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Blgo. Víctor Velásquez Zea

Docente de la Universidad Amazónica

de Madre de Dios – UNAMAD

Director del Serpentario TROPIFAUNA

Enero 2006

Madre de Dios – Perú

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