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El impacto del desempleo y la pobreza de las familias puertorriqueñas en el desempeño y rendimiento escolar

Enviado por Norman Joel de Jesús


    1. Desempleo y pobreza en Puerto Rico
    2. La educación: deserción y rendimiento
    3. Los efectos del desempleo y la pobreza en la educación
    4. Visión del sistema educativo
    5. Opinión comunitaria vs. Política pública
    6. Sugerencias para trabajar el asunto
    7. Bibliografía

    Son muchos los factores que se deben tomar en consideración al medir el desempeño y rendimiento de los estudiantes del sistema escolar de Puerto Rico. Tomando en especial consideración la deserción escolar en las etapas tempranas de la educación formal. Entre estos factores de importancia es necesario estudiar el impacto que tienen los niveles de desempleo que se han estado registrando en la isla y los niveles altos de pobreza que se viven a comienzos de un nuevo milenio.

    Son muchos los estudiantes matrículados en las escuelas del país que por una u otra razón tienen que abandonar sus estudios. Esto para sobre llevar cargas que se esperan sean satisfechas por el gobierno y que se consideran necesidades básicas. Estas necesidades en ocasiones afectan más allá de la situación familiar obligandolos a desertar de la escuela y trabajar para sustentar a los suyos.

    Según UNICEF, organización mundial que se encarga de velar por los derechos de los niños, la educación debe ser una gratuita y es el estado quien se ve obligado a sustentar ese derecho. Un derecho a una educación de excelencia y dirigida a crear ciudadanos capaces de ser independientes y autosustentables. Sin embargo, muchos de estos derechos se ven afectados por elementos externos como el desempleo y la pobreza.

    Muchos pueden decir que en Puerto Rico no existe pobreza raspante como en otras sociedades mundiales. Sin embargo, aunque en Puerto Rico las mayoría de la gente se sustenta de ayudas gubernamentales, la pobreza es existente. Esta pobreza se refleja en la mala planificación familiar donde los núcleos familiares consisten, en su mayoría, de más de tres miembros y solo uno de éllos es quien trabaja para sustentar a los demás. La situación se agrava cuando este miembro queda desempleado y no consigue un empleo de inmediato.

    Pero, es necesario preguntarnos: ¿cuál es el impacto de la pobreza y desempleo en la educación? ¿Qué opina la comunidad y el estado? ¿Qué sugerencias ofrece el gobierno para trabajar el asunto? ¿Cuál es la visión que tienen los estudiantes y sus familias de la educación? Y muchas otras interrogantes que se deben discutir en los foros necesarios para que se comience a hacer algo en pro de los estudiantes, de las familias y de la comunidad en general, y que ayude a erradicar la deserción escolar, el desempleo y la pobreza en las familias puertorriqueñas.

    Desempleo y pobreza en Puerto Rico

    El secretario del Trabajo y Recursos Humanos de Puerto Rico, el señor Román Velasco, hizo público informes que describen el aumento del desempleo en la isla mes tras mes en el año 2005. Estos aumentos en la tasa de desempleo constrastan con los de años anteriores donde los índices erán 11.4 por ciento más bajos que en el año en curso. Estas alzas en el desempleo se deben al cierre de labores en la industria manufacturera en el país (periódico La Raza, 13 de marzo de 2005).

    Según el Censo de 2000 el 19.2 por ciento de la población civil trabajadora se encontraba desempleada. De estas cifras el 48.7 por ciento se componía de mujeres y el 51.3 por ciento de hombres. Es importante comentar que el 40.7 por ciento de la población trabajadora en la isla la componen personas de 16 años o más y que esto representa una merma de 47.3 por ciento en comparación con el censo de 1990.

    El nivel de pobreza de la población en Puerto Rico bajo un 10.7 por ciento entre los censos del 2000 y 1990. El número de hijos pobres en familias con un jefe de familia aumentó de 101,393 a 113,942 entre ambos censos. Las familias con jefe femenino sin esposo presente observaron una baja en la proporción bajo el nivel de pobreza de 9.2 por ciento, aunque el número de familias pobres aumentó (Negociado del Censo Nacional, 2000).

    Es importante describir que las estadísticas del desempleo y la pobreza en la isla reflejan una baja significativa en los niveles en el comienzo del 2000, pero aún así es alarmante los aumentos estadísticos en los primeros meses del 2005. En un artículo del periódico El Diario se hace la siguiente aseveración: "La pobreza infantil en Puerto Rico es tres veces más alta que la de los Estados Unidos, pero solo se describe la pobreza sin tomar en consideración las causas de la pobreza y el impacto de la misma" (Berrios, 20004). Es aquí donde es necesario tomar acción: en encontrar esas causas y el impacto de las mismas para poder trabajarlas de manera eficaz.

    Ahora bien, es necesario preguntarnos si el nivel de pobreza y el desempleo en las familias esta relacionado con las altas tasas de deserción escolar y el bajo rendimiento académico de los niños de la isla. ¿Es la pobreza y el desempleo los factores determinantes para que los alumnos decidan abandonar la escuela e ingresar al campo de trabajo? Estos estudiantes desertores, ¿salen realmente a trabajar para poder sustentarse a sí mismos y a sus familias, o es meramente la necesidad de dinero un disuasivo para abandonar la educación sin buscar alternativas?

    La educación: deserción y rendimiento

    La deserción escolar es un fenómeno que ha ido teniendo un aumento significativo en la sociedad puertorriqueña. La deserción escolar es sinónimo de varios poblemas sociales que afectan directamente a todos. Existen antecedentes que demuestran que la deserción escolar se concentra mayormente en sectores de bajos ingresos económicos donde los jóvenes se ven obligados a buscar formas de aumentar sus ingresos en empleos poco remunerados y, luego de que un joven abandona los estudios es difícil que retome los mismos (Libertad de pensamiento, 2004).

    Según el Censo de 2000, un 25.4 por ciento de la población puertorriqueña de 25 años o más no había completado el noveno grado lo que representa casi dos terceras partes de los que no tenían un diploma de escuela superior. En cuanto al nivel de educación, el 20.9 por ciento de los encuestados (20,335) por el periódico El Vocero de Puerto Rico, contaban con estudios de escuela elemental, otro 18.6 por ciento posee diploma de escuela intermedia y un 39.5 por ciento se ha graduado de escuela superior. Unas 1,239 personas encuestadas dijeron no tener ninguna escolaridad. Mientras que la deserción escolar para las comunidades pobres de todo Puerto Rico se ubicó en el 46.1 por ciento (Cruz, 2004).

    En el editorial del periódico La Opinión (25 de marzo de 2005) se hace referencia a la preocupación de la comunidad respecto a los estudiantes. Menos de la mitad de los estudiantes hispanos finalizan la secundaria. El alto índice de deserción es un problema que se está agravando a pasos agigantados y donde juegan muchos factores como el medio ambiente de pobreza y la falta de motivación. Los estudiantes pobres representan la mayor tasa de deserción escolar (Centro de atención psicopedagógico Puerto Montt, 2002). Los elevados niveles de deserción aparecen vinculados a la pobreza y muchos de los jóvenes de hogares pobres se ven obligados a trabajar en la edad en que debieran tener la posibilidad de dedicarse plenamiente a la escuela, lo que estimula al abandono de la misma o dificulta el proceso de aprendizaje (Kliksberg, 2001; Murillo, 2000). Aún así, aunque los recursos económicos limitados están altamente relacionados con la deserción la relación aparenta ser indirecta, sin embargo, estos estudiantes están más propensos a experimentar la enajenación y alejarse del ambiente escolar (Hale, 2005).

    El mes en que mayor índice de deserción escolar se ha registrado es en agosto, inmediatamente después de las vacaciones del verano. Lo que ocurre es que muchos estudiantes salen de vacaciones y buscan un trabajo temporero. Cuando lo consiguen enpiezan a generar ingresos y eso se convierte en incentivo para dejar la escuela. Es importante hacer referencia a que la mayoría de los estudiantes que dejan la escuela tienen mayor edad que el resto de los miembros de su grupo de estudios (Glass, 2004).

    El rendimiento escolar está intimamente relacionado con la situación laboral de los padres. Los hijos de parejas que trabajan fuera del hogar obtienen resultados significativamente más altos en comparación de aquellos estudiantes que vienen de familias desempleadas (Instituto Nacional de Calidad y Evaluación de Madrid, 2001). La repetición de grados va, igualmente, vinculada a la pobreza. La pertenencia a familias pobres va a significar desventaja para los niños en aspectos claves para su permanencia y resultados (rendimiento) en la escuela (Kliksberg, 2001). Pero, ¿cómo afectan el desempleo y la pobreza en la educación?

    Los efectos del desempleo y la pobreza en la educación

    Ambos factores, la pobreza y el desempleo, tienen efectos directos tanto en la familia como en el estudiante. Algunos de los efectos son evidenciados físicamente, sin embargo, muchos de ellos parecen ser casi invisibles o difíciles de detectar de primera impresión. Las investigaciones llegan al concenso de los siguientes efectos de la pobreza y el desempleo en la educación de los niños y jóvenes (Villalobos, 1998; Oficina Internacional del Trabajo en Ginebra, 1996; Herrera, 2005; Kliksberg, 2001; Méndez, 2002):

    Efecto uno: las personas desempleadas muestran síntomas de deterioro psicológico, depresión e insatisfacción. Este efecto redunda en los hijos ya que muchos de éllos manifiestan estos mismos síntomas en su actitud hacia la educación. Los hijos de personas desempleadas llevan consigo el éstres de sus padres y ésto afecta el rendimiento en las prácticas educativas.

    Efecto dos: mayor flujo de jóvenes a los lugares de trabajo. Como se ha dicho anteriormente, muchos jóvenes desertan de la escuela en búsqueda de un trabajo para sustentarse a sí mismos y a sus familias.

    Efecto tres: analfabetismo y falta de calificaciones necesarias para alcanzar sus aspiraciones. Muchos de estos jóvenes desertores no alcanzan las destrezas lingüisticas necesarias para desenvolverse en sociedad y poder alcanzar un empleo de mayor remuneración económica. Es por ello que muchos de estos jóvenes se inclinan por profesiones de tiempo parcial o subempleos.

    Efecto cuatro: mayor probabilidad de obtener malos resultados en pruebas de rendimiento académico. Si los jóvenes deciden seguir sus estudios, la pobreza, los hace más vulnerables a pensamientos libres que los desvian de sus prácticas educativas.

    Efecto cinco: hacinamiento en el hogar que impide la concentración. Muchas familias pobres son numerosas y viven en casas pequeñas. Esto afecta en la disposición de espacio para el estudio.

    Efecto seis: desnutrición y poco rendimiento físico. En muchas casas pobres escasea el alimento y muchos estudiantes reciben solo una comida o dos al día. Esta falta de alimentación redunda en la debilidad del cuerpo y el desgano en las actividades físicas diarias.

    Efecto siete: probabilidad de repetición de cursos. Según el censo de 2000 a nivel mundial el 70 por ciento de los estudiantes de nivel primario repite cursos o grados. Esto debido a las pocas motivaciones educativas por el éstres existente en las familias al tratar de arreglar sus situaciones económicas.

    Efecto ocho: cambios frecuentes de vivienta y escuela. Muchos jóvenes se ven obligados a mudarse a apartamentos o casas más pequeñas para minorar gastos. Otros jóvenes se ven obligados a mudarse con parientes que puedan ofrecerle mayor balance económico. Esto propicia la inseguridad e inestabilidad.

    Efecto nueve: discriminación y baja autoestima. Estos jóvenes se enfrentan a prejuicios de sus pares al no contar con los recursos necesarios para sustentar sus necesidades básicas llevandolos así a tener una baja autoestima.

    Efecto diez: cambios en la crianza. Muchos padres se vuelven irritables, tensos y del malhumor. Se vuelven arbitrarios y punitivos con sus hijos forzandolos a dar más de lo que realmente pueden dar.

    Efecto once: consumo de drogas y alza en la agresividad. Muchos jóvenes recurren a las drogas como medio de escape y solución a sus problemas. Los jóvenes pelean más con sus pares y llegan a cometer delitos violentos.

    Efecto doce: incumplimiento de tareas. Los jóvenes desisten de continuar con sus metas. Se estancan y se vuelven sedentarios.

    Efecto trece: problemas emocionales y defectos cognitivos. Estos jóvenes enfrentan retos difíciles y emocionalmente son más suceptibles. Muchos de éllos carecen de las destrezas básicas para vivir en sociedad.

    Estos efectos son solo algunos a los que se enfrentan los estudiantes al estar delante de la pobreza y el desempleo. Sin embargo, los estudiantes mejoran su rendimiento educativo cuando el ingreso familiar se incrementa. Cuando el sueldo familiar sube el rendimiento escolar de los hijos también sube.

    El sistema educativo no es el único responsable por los logros y fracasos en el rendimiento escolar, sino que, los ingresos del hogar así como las crisis económicas influyen en los resultados de los estudiantes. Ahora es importante preguntarnos cuál es la visión que tienen los estudiantes y los padres respecto a la educación.

    Visión del sistema educativo

    Todos estos factores junto con el desempleo y la pobreza conllevan a que se vea la educación como algo de oscuro porvenir y de dudosa utilidad. Algunos padres consideran poco relevante la instrucción para la movilidad social de sus hijos (Hale, 2005; Puriscal, 1995). Para muchas familias el precio en la inversión educativa es muy elevado. Casi toda la educación "gratuita" es en realidad muy cara para una familia pobre que tiene que costear los libros y otros artículos escolares, los uniformes, las meriendas y demás necesidades básicas (Oficina Internacioal del Trabajo en Ginebra, 1996).

    Opinión comunitaria vs. Política pública

    Se le realizó a un matrimonio con hijos en la escuela cuáles consideraban los efectos del desempleo y la pobreza en la educación de sus hijos. Ambos llegaron a la misma respueta:

    Mujer: " muchas veces no tenemos dinero para comprar los materiales de las asignaciones que se le dan a nuestros hijos por lo que decido no enviarlos a la escuela ese día. Ellos pierden ese día de clases y se que se aumenta el ausentismo, pero no tienen que pasar por la vergüenza de no tener lo que se les pidió. También ocurre con la merienda, a veces no tengo para darles dinero para comprarse algo de comer".

    Hombre: "muchas veces no tenemos para darles dinero para las meriendas. Esto me preocupa, pues con hambre se que no se van a concentrar en lo que hacen. Así que no me molesta que mi mujer los deje en casa. A demás así ayudan un poco en casa. Se que pierden el interes en las clases y pueden ser posibles desertores, pero piden mucho en las clases".

    De igual manera se les preguntó si consideraban la educación pública en Puerto Rico como un sistema gratuito para todos. Ambos tuvieron la misma respuesta:

    "La educación en Puerto Rico se supone que sea gratuita, pero piden mucho. Tanto que a veces no podemos comprar lo que se nos pide. Hay que hacer algo con eso".

    La política pública en Puerto Rico es garantizar una educación de calidad y gratuita para todos los niños del país. Se ofrecen becas e incentivos monetarios a aquellos estudiantes sobresalientes para motivarlos a continuar sus estudios. Se han creado cursos de apoyo moral y social enfocados en el mejoramiento del individuo. Las escuelas pertenecen al sistema de escuelas de la comunidad y están dirigidas a trabajar en pro de las familias. Recientemente se han creado las escuelas abiertas para evitar la deserción escolar ofreciendo un currículo diverso y a tono con las necesidades actuales de la sociedad. Otro proyecto en consideración es ofrecer remuneración económica semestral a los estudiantes que permanezcan en las escuelas directamente a cuentas bancarias para que los mismos puedan sufragar los gastos de la educación universitaria.

    No pese a este esfuerzo de las políticas públicas en Puerto Rico la tasa de deserción escolar aumenta. De igual forma, los níveles de pobreza y desempleo continuan en aumento a paso acelerado. Por eso cabe preguntar cuán efectivas a sido la política pública y qué se va a hacer al respecto.

    Sugerencias para trabajar el asunto

    Es importante trabajar en conjunto para lograr erradicar el mal de la pobreza y el desempleo en Puerto Rico y ayudar de esta manera a las familias y a los estudiantes del sistema educativo del país. Este es un trabajo de equipo que dependerá de la cooperación de toda la comunidad en especial el de las familias dentro y fuera de la sociedad educativa. Entre las sugerencias que se hacen para trabajar este aspecto son las siguientes (Fundación Nacional para la Cultura Popular, 2004):

    Es necesario fomentar y facilitar la integración de los padres al proceso educativo. Los padres deben participar de escuelas para padres que los ayuden a entender la importancia de la educación de los hijos y la necesidad de motivar la misma sin importar los factores externos que se presenten. Se deben crear centros de información familiar dirigidos a incorporar a toda la familia al proceso de aprendizaje, y a entender las situaciones que afectan el ambiente educativo, tales como la deserción escolar y la pobreza. A través de los centros se establecerá, a demás, un vinculo con la comunidad para coordinar la paticipación en diferentes actividades sociales.

    Es importante que el gobierno comience a legislar en beneficio de la clase pobre y la clase media del país para que las aportaciones a la educación sean utilizadas en beneficio de la juventud de bajos recursos y limitar o erradicar las exigencias económicas que se llevan en las escuelas. El gobierno debe sustentar la educación de manera tal que sea mínimo el requirimiento o gasto económico de los padres en trabajos educativos para acrecentar el aprendizaje. La educación debe volver a ser gratuita en todos los aspectos del currículo y estar al alcance de todos por igual.

    Es importante que el gobierno tome acción acelerada en la investigación de posibles soluciones en relación al desempleo. Que se creen propuestas de adiestramientos que capaciten a los padres a crear sus propias empresas o negocios y convertir las familias en autosustentables e independientes del sistema económico del gobierno.

    De igual manera, es importante que el gobierno trabaje en la búsqueda de equidad en los niveles económicos de la sociedad puertorriqueña, sin caer en políticas comunistas de servicios básicos, pero sí velando por la igualdad de derechos a los servicios que se le ofrecen a la sociedad y que están cobijados en la declaración de derechos de la Constitución. Esto para garantizar la nutrición, la salud y la educación de todos.

    Por último, se deben crear sistemas de apoyo psicológico a las familias que enfrentan momentos de crisis económicas y desempleo para lograr que estas familias puedan superar los efectos de estos factores. Que puedan trabajar en conjunto para que los niños y jóvenes no se afecten en su desempeño y rendimiento escolar.

    Conclusión

    En Puerto Rico no existen trabajos de investigación científica que den una visión más clara respecto al asunto. Es necesario que se hagan mayor número de investigaciones que den un panorama real de la situación y cuán afectados están los niños y jóvenes de la isla en su desempeño y rendimiento escolar debido a los efectos del desempleo y la pobreza. Esto es un asunto serio que debe ser tratado de igual manera, pues está en riesgo el crecimiento de la fuerza laboral del país y, se pone en riesgo a la niñez como futuro de la sociedad puertorriqueña.

    Bibliografía

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    Villalobos, Francisco. (1998). Empleo, subempleo y desempleo hoy. ITESO: Guadalajara, México.

    Por:

    Norman J. De Jesús, M.Ed.

    Trabajo presentado en curso de involucramiento familiar

    en la educación de la PUCPR

    Santa Isabel, Puerto Rico

    26 de abril de 2005