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Partes: 1, 2
Monografía destacada
  1. Introducción
  2. La Investigación
  3. Contexto de desarrollo del país y el turismo
  4. Dimensiones del desarrollo
  5. La función social del conocimiento
  6. Las innovaciones
  7. Las políticas públicas
  8. Los actores, roles e intereses
  9. Los Impactos
  10. El turismo y la academia
  11. Conclusiones
  12. Bibliografía
  13. Anexos

Introducción

Desde hace más de dos décadas se viene planteando en disímiles escenarios que el desarrollo sostenible[1]es la única alternativa presente y viable a la salvaguardia de la humanidad, lo cual constituye una cuestión de ética con la naturaleza y el ser humano, donde la responsabilidad y la conciencia social juegan un rol fundamental para contribuir a una gestión racional hacia el acercamiento a esa sostenibilidad (Vargas 2013).

La actividad turística no está exenta de este planteamiento, pues si bien ha generado crecimientos económicos para muchos países en los últimos años, al mismo tiempo ha ocasionado severos impactos al entorno natural y sociocultural. Debido al agravamiento de esta situación se hace necesario fomentar la sostenibilidad de la actividad, lo cual implica una armonía entre las dimensiones o aristas de ese paradigma: economía, naturaleza y sociedad (Varios autores[2]citado en Vargas, 2013).

El desarrollo turístico deberá fundamentarse sobre criterios de sostenibilidad, que permitan una gestión global de los recursos, con el fin de asegurar su durabilidad a largo plazo, garantizando así la viabilidad económica del turismo en el futuro. Ya han pasado los años en los que se veía la conservación del medio ambiente como un factor limitante al desarrollo del sector. En estos momentos las consecuencias ecológicas se han convertido en un elemento diferenciador que puede llegar a transformarse en un factor clave de la competitividad (Salinas et al., 2004).

Los esquemas operativos del Desarrollo Turístico Sostenible deberían seguir en lo esencial las orientaciones de los modelos conceptuales de turismo sostenible de Hall (2000), donde los parámetros básicos están constituidos por el respeto de la actividad turística hacia la identidad cultural de la población de la zona receptora, la conservación de su biodiversidad y la satisfacción de la demanda turística como medida de la eficiencia económica de la actividad turística. Las interrelaciones entre los diferentes compartimentos vienen definidas por la integración economía– medioambiente y la gestión ambiental con equidad en lo social (Pérez, 2014).

Sobre este particular, este autor plantea que la OMT amplía los principios del desarrollo turístico sostenible a la conservación de los recursos naturales, históricos y culturales, a la necesidad de una adecuada planificación y gestión de la actividad, a la satisfacción de la demanda y al amplio reparto de los beneficios del turismo por toda la sociedad.

De manera general, según Martín (2010) los recursos turísticos se pueden clasificar en dos grandes grupos: los de origen natural y los antrópicos (creados por el hombre). Entre los primeros se pueden mencionar el clima, la geomorfología (playas, montañas, valles, entre otros), los paisajes (macro y micro), la fauna (especies y sus características) y la vegetación (elementos destacables y endémicos), estos a su vez constituyen la base de desarrollo de los antrópicos. Esto hace identificar al entorno natural como principal proveedor de recursos y atracciones para el turismo, constituyendo la primera base motivacional para los viajes turísticos. Ver, vivir y experimentar el escenario natural y cultural de cualquier región constituye hoy uno de los principales propósitos para desplazarse a un sitio determinado.

Los destinos turísticos, concebidos como productos turísticos territoriales (Martín, 2010), son un amplio conjunto de recursos, atractivos e instalaciones capaces de satisfacer necesidades de uno o varios segmentos de mercado. Tiene delimitación geográfica específica y responden a una marca territorial única. Se puede conceptualizar aquí a las ciudades, zonas naturales como las playas. En estos se realizan diversas actividades, tanto de recreación como de diversión, donde el medio ambiente natural es el principal protagonista, por ello la necesidad constante de su cuidado y protección. Estos precisan de empresas tanto públicas como privadas que presten los servicios que satisfagan la demanda turística y que a su vez se conviertan en los máximos responsables de la protección del entorno.

La preocupación social e institucional por el deterioro del medio ambiente se ha traducido en presión hacia las empresas para que éstas incorporen un comportamiento más respetuoso con el entorno en que se desenvuelven. Se trata, de un entorno que exige a la empresa el diseño de sus objetivos teniendo en cuenta sus dimensiones sociales y ecológicas y que complementen su dimensión económica. Poseer conductas respetuosas con el medio ambiente es de creciente importancia para las partes interesadas, ya sean internas o externas. Esto hace que las organizaciones estén comprometidas a gestionar el reto ambiental (Pérez, 2014).

Teniendo en cuenta este rol a asumir por las empresas turísticas, ubicadas en los destinos, se hace necesario que las mismas cuenten con herramientas científicas que visualicen y cuantifiquen los beneficios y el deterioro que puede proporcionar o sufrir el medio ambiente como parte inseparable de la misma, así como el costo de las acciones que decidan para su cuidado, logrando, de esta manera, mostrar en sus informes económicos – financieros la información resultante de su relación con el medio ambiente.

Precisamente la contabilidad, como ciencia de la información económica, permite reducir actividades y procesos económicos disímiles a valores numéricos y a una estructura que permite reflejar la situación existente de la gestión económica de una empresa; contribuyendo significativamente a la imagen que de la misma se pueden formar los usuarios de la información contable (Hopwood, 1987). Con el empleo de la contabilidad ambiental lo que se pretende es ampliar el campo de la contabilidad general, incorporando los efectos medioambientales de las actividades económicas de las empresas; partiendo de la contabilización de los costos asociados a situaciones en las que las mismas deben emplear recursos para la gestión y cuidado del medio ambiente (Paula, 2011).

La contabilidad ambiental se puede definir como la generación, análisis y utilización de información financiera y no financiera destinada a integrar las políticas económica y ambiental de la empresa y construir una empresa sostenible, a partir de un conjunto de instrumentos y sistemas que le permitan medir, evaluar y comunicar su actuación ambiental a lo largo del tiempo. Es el proceso que facilita las decisiones directivas relativas a la actuación ambiental de la empresa a partir de la selección de indicadores, la recogida y análisis de datos, la evaluación de esta información con relación a los criterios de actuación ambiental, la comunicación, y la revisión y mejora periódicos de tales procedimientos. Brinda a la dirección de la empresa información fiable, verificable y periódica para determinar si la actuación ambiental de la compañía se desarrolla de acuerdo con los criterios establecidos por la citada dirección (Fundación Fórum Ambiental, 1999).

La Investigación

Cuba, considerada como un Destino País, por su desarrollo turístico, necesita lograr que las empresas turísticas enclavadas en los destinos turísticos sean las protagonistas del cuidado del medio ambiente; del cual dependen y a su vez degradan. Los impactos del turismo son todo o cualquier efecto producido sobre la naturaleza física, biológica, sociocultural y económica (Llull, 2001). Por otra parte los peligros naturales pueden ser considerados como procesos negativos que afectan a los sistemas naturales y antrópicos. Estos constituyen una de las causas de los problemas ambientales actuales debido a que alteran los ecosistemas naturales e incrementan el impacto de su degradación; reflejan en cierta medida, el daño ocasionado por los seres humanos a su medio ambiente y pueden afectar un gran número de personas y ocasionar importantes pérdidas económicas (Pérez, 2013).

Precisamente asociado a este concepto de peligros naturales se encuentran los denominados riesgos y vulnerabilidad. Entendiéndose como riesgo al potencial de pérdidas que pueden ocurrirle al sujeto o sistema expuesto, resultado de la unión de peligro latente y la vulnerabilidad. Puede expresarse en forma matemática como la probabilidad de exceder un nivel de consecuencias económicas, sociales o ambientales en un cierto sitio y durante un cierto período de tiempo (Cardona, 2001). La vulnerabilidad es la predisposición o susceptibilidad física, económica, política y social que tiene una comunidad de ser afectada o de sufrir daños en caso que un fenómeno desestabilizador de origen natural o antrópico (Colectivo de autores, 2005).

Tomando como referencia el objetivo de la contabilidad ambiental y los conceptos anteriores; se puede partir del análisis y medición de los costos medioambientales, es decir, situaciones en las que las empresas deben emplear recursos para la gestión de residuos y recursos naturales, inversiones, reparación de daños, acciones de descontaminación, restauración del medio natural, el pago de multas y sanciones, la protección del suelo y las aguas, la protección del aire libre y el clima, la reducción del ruido y la protección de la biodiversidad y el paisaje; así como resguardarse de los peligros naturales que le asecha por el entorno geográfico donde se encuentran. Estudios preliminares realizados sobre este particular (Paula, 2011; Feria, 2012; Pérez, 2013; Suárez, 2013), (Pérez, 2014; Vargas, 2013) resaltan la importancia del desarrollo sostenible del turismo, la necesidad de lograr una gestión ambiental eficiente y sostenible; así como de la identificación y cuantificación de los costos ambientales derivados de los impactos ambientales, los riesgos y la vulnerabilidad de las empresas turísticas, en especial las dedicadas al alojamiento. Según la revisión bibliográfica realizada se ha evidenciado la necesidad de que las mismas cuenten con herramientas como la contabilidad ambiental que permitan cuantificar la relación turismo – medio ambiente en la gestión de los destinos turísticos en zonas litorales.

En Cuba hoy no se aplica de manera estandarizada una herramienta contable que permita determinar con exactitud y efectividad el costo de la utilización de los recursos naturales en los diferentes sectores de la sociedad. Donde se aprecia un avance en cuanto a este tema es en lo relacionado con los portadores energéticos, y en ello prima no el criterio de protección y compromiso con el entorno, sino un criterio económico. Por ello la necesidad de contar con herramientas que permitan, a través de la contabilidad, hacer tangible la medición de los costos medioambientales que se generan a partir del manejo de los recursos naturales.

Contexto de desarrollo del país y el turismo

Para la protección del medio ambiente existe en Cuba la Ley No. 81 del Medio Ambiente, aprobada en el parlamento cubano el 11 de julio de 1997. En ella se define como desarrollo sostenible al proceso de elevación sostenida y equitativa de la calidad de vida de las personas, mediante el cual se procura el crecimiento económico y el mejoramiento social, en una combinación armónica con la protección del medio ambiente, de modo que se satisfacen las necesidades de las actuales generaciones, sin poner en riesgo la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras. De ahí que un principio fundamental del desarrollo turístico sea la interrelación armónica con el medio ambiente. Para ello el Ministerio del Turismo, en coordinación con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y el Ministerio de Economía y Planificación son las entidades encargadas de incorporar la variable ambiental en las políticas, planes y proyectos turísticos.

Los mayores crecimientos turísticos en el país, debidos al aumento de los alojamientos turísticos y teniendo en cuenta la condición de isla, están ubicados en litorales, específicamente asociados a la modalidad de Sol y Playa. Del potencial turístico de la isla el 71% de las habitaciones se encuentran ubicadas o cercanas a más de 500 km de playa (según presentación realizada por especialistas del MINTUR, 2014). Por otra parte el desarrollo turístico cubano concebido en el plan estratégico para este fin hasta el 2030, está vinculado principalmente a esta modalidad y por ende a las zonas litorales.

En conferencia impartida por especialistas del Ministerio de Turismo a estudiantes y profesores de la Facultad de Turismo de La Universidad de la Habana en febrero de 2015, se pudo constatar que existen 4 áreas de alta significación ambiental, entre ella las zonas litorales, donde se definen territorios de uso preferentemente turístico y zonas de alta significación para el desarrollo turístico, en las cuales se insertan los proyectos de desarrollo asociados a alojamientos cercanos al mar, al turismo de naturaleza, la náutica, la recreación, que contempla parques acuáticos, campos de golf y campismo. Para ello se pretende priorizar la inversión extrajera en las zonas de Guardalavaca (norte de Holguín); la Costa Sur Central: Cienfuegos y Trinidad; Playa Santa Lucía (norte de Camagüey); el polo turístico de Covarrubias (norte de Las Tunas); y excepcionalmente, La Habana y Varadero (Anexo 1).

En la definición de estos proyectos se describen un grupo de características y especificaciones para su implementación, entre ellos los posibles impactos que se pueden generar. Para ello identifican riesgos y vulnerabilidades (Anexo 2).

Dimensiones del desarrollo

La contribución del trabajo que se realiza como profesor e investigación tanto para la formación profesional como para el perfeccionamiento de la gestión para el turismo, como actividad económica fundamental en la economía cubana, va encaminada a aportar herramientas que permitan tomar decisiones oportunas y acertadas para el logro de la sostenibilidad, tanto del propio accionar de las entidades como del uso eficiente y racional de los recursos de los que dispone, en aras de presérvalos para su continuidad en el tiempo. Hoy no podemos hablar de desarrollo turístico sino se concibe de forma sostenible, precisamente porque ya conocemos los impactos negativos sobre el entorno que en ocasiones ha resultado irreversible.

Entre los 8 objetivos de desarrollo del milenio, declarados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se puede mencionar el Séptimo, al cuál con esta investigación se pretende contribuir en un ámbito específico. El mismo plantea: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. En Cuba el turismo y sus instituciones están llamados a formar la vanguardia en el logro de este objetivo, no solo por su importancia para la humanidad sino también como parte intrínseca de su sistema.

La función social del conocimiento

Existe un amplio consenso en que el bienestar de las sociedades descansa en gran medida en el conocimiento y sus aplicaciones a todas las esferas de la vida. La producción y el uso del conocimiento deben permitir lidiar con numerosos problemas: acceso básico a alimentos y sanidad; justicia social, equidad y derechos humanos; convivencia intercultural, diálogo y entendimiento entre los pueblos; paz, democracia, participación, gobernabilidad y ciudadanía; relación con el medio natural y las formas de vida; la ética, libertades y valores; y también el cambio climático, las pandemias y otros males que azotan nuestros días (Núñez, 2010).

Según este autor es la existencia de una «política social del conocimiento» lo que hace posible el proceso de apropiación social del conocimiento y lo dota de esta función. Sus alcances y consecuencias alcanzan los más diversos ámbitos de la sociedad cubana. Operan como el oxígeno, que al estar casi siempre a nuestra disposición, no percibimos su presencia.

Entre las funciones sociales del conocimiento mencionadas por Núñez (2010) existen dos de ellas que es necesario destacar, dado el resultado esperado por la autora del presente trabajo con su investigación y la función del conocimiento resultante de la misma:

  • 1. Disponer de un nivel razonable de capacidades profesionales y de investigación que permiten formular y responder preguntas relevantes en ámbitos tan disímiles como economía, salud, cultura, educación, agricultura, turismo, sociedad, medio ambiente, prevención contra riesgos y desastres, entre otros. Esa capacidad de indagación es determinante para poder crear e impulsar agendas de investigación que respondan a los problemas más importantes del país.

  • 2. Conocer nuestro medio natural y social. El conocimiento detallado de la geografía nacional, la distribución de sus recursos naturales, el conocimiento de los asentamientos poblacionales y de los flujos demográficos, la identificación exhaustiva de las vulnerabilidades de ciertas comunidades y grupos humanos, entre otros, son recursos esenciales para formular e impulsar estrategias de desarrollo.

La primera plantea la necesidad de disponer de capacidades profesionales e investigativas que permitan crear y dar respuestas a preguntas cruciales para el desarrollo, en este particular, para la economía a través del perfeccionamiento de la actividad turística que esta llamada a imbricar, por su propia naturaleza, gran parte de estos disimiles ámbitos como la cultura, el medio ambiente la educación, la sociedad, que en su mayoría constituyen atractivos fundamentales para la comercialización del producto turístico cubano. Más aún cuando se prevé un aumento de las inversiones en el mismo, lo cual está contenido en los lineamientos de la política económica y social del PCC.

La segunda hace un llamado al conocimiento y protección del medio ambiente, los recursos naturales, así como el cocimiento de las poblaciones y las vulnerabilidades, entre otros. Específicamente con el estudio de los factores de riesgos ambientales y la propuesta de medición lo que se pretende es involucrar a las entidades con su personal y el entorno donde se encuentran como los protagonistas del cuidado de ese medio que impactan pero del cual dependen, pues resulta el principal valor del producto turístico.

Es por ello que la razón social del conocimiento que intentamos producir es precisamente facilitar la organización y creación de la información resultante de la relación de las instalaciones de alojamiento en los destinos turísticos y el medio ambiente donde se encuentra, precisamente porque con el accionar de las primeras se tiende a degradar y sobreexplotar los recursos naturales, los cuales representan el motivador de los viajes turísticos.

Precisamente a partir de estos análisis es que se puede plantear por la autora que entiende por función social del conocimiento: es el valor de uso del conocimiento para los actores involucrados, que tribute a la mejora y a solución de problemas, que pueda ser extendido a otros actores en otros contextos.

Las innovaciones

La innovación según Arocena y Sutz (2003) es entendida como generación de cambios o novedades de cierta relevancia que han tenido lugar desde siempre en todas las esferas del quehacer humano.

Se definen dos tipos fundamentales de innovación que es conveniente mencionar por parte de Arocena y Sutz (2003). Cuando estamos pensando en cambios productivos, aparece naturalmente la distinción entre "innovación de proceso" – vale decir, en la manera de producir – e "innovación de producto", en lo que resulta de la producción. Pero, dependiendo de su uso, una misma innovación puede ser de proceso o de producto, en la forma de hacer las cosas o en las propias cosas que se hacen. Una máquina nueva representa, para quien la introduce en la práctica, una innovación de producto, mientras que constituye una innovación de proceso para quien la aprovecha a fin de cambiar sus procedimientos productivos.

Semejante distinción suele relacionarse con diferentes impactos sociales. Una innovación de proceso a menudo torna obsoletos ciertos procedimientos productivos y por ende ciertas capacidades, o permite obtener los mismos resultados con menos mano de obra; puede darse así una relación significativa entre innovación y desocupación. A la inversa, una innovación de producto frecuentemente da lugar a nuevas actividades y, por ende, amplía las posibilidades ocupacionales. A veces, ambos fenómenos son generados por la misma innovación. ¿Para quién es nueva la innovación? Puede serlo a escala del mundo o de la nación, para una empresa, para una localidad o para un colectivo de otra índole. La selección del criterio dependerá de las preocupaciones que motiven el estudio del tema (Arocena y Sutz, 2003).

Los mismos ponen de manifiesto el parentesco entre innovación y resolución práctica de problemas: cómo hacer algo diferente, aprovechar cierta oportunidad, afrontar una carencia o una amenaza, disminuir la dependencia respecto de algo o alguien. Los problemas pueden tener rasgos muy variados; las innovaciones también. Tal parentesco contribuye a destacar, a la vez, las similitudes y las diferencias entre invención e innovación. Ambas tienen en común el papel central de la creatividad, tan relevante para la tecnología como para las artes, las letras y las ciencias. La creación técnica suele estar dirigida a objetivos bastante precisos, hace uso de todo lo que se considere útil y, crecientemente, constituye una actividad "intensiva en conocimiento".

De la investigación que se presenta se deben generar innovaciones, precisamente de la aplicación de la contabilidad ambiental a la presentación de la información de las entidades vinculadas a la relación con el medio ambiente, como distinguir del total de costos y gastos aquellos que empleamos para disminuir o erradicar impactos negativos al medio ambiente, la preservación de la flora y la fauna de los destinos donde se encuentran, los asociados a adaptarse a los peligros naturales que deviene en vulnerabilidades de las mismas y que de contemplarse podrían lamentarse no solo pérdidas económicas sino también humanas. La misma no radica en crear algo nuevo sino una propuesta de cambio de registro de la información económica que muestre su accionar sobre y con el medio ambiente.

A decir de Núñez Jover, en conferencia impartida como parte del curso de Problemas Sociales de la Ciencia y la Tecnología, la innovación debemos entenderla como la solución creativa de problemas (económicos, sociales, culturales) en ambientes productivos (material, cultural, simbólico). Partiendo de este concepto podemos explicar cómo el resultado que espera de esta investigación deviene en una solución creativa de problemas que pretende integrar los conocimientos asociados al medio ambiente, las entidades turísticas y a la contabilidad ambiental como herramienta.

Resultando todo un reto para el binomio aspirante a doctora y tutora cuyas formaciones, de contabilidad y finanzas la primera y de geografía la segunda, que han confluido en la aplicación de esos saberes a la gestión de destinos y entidades turísticas y al turismo en general. Entendido este según Martín (2010) como el conjunto de fenómenos y relaciones económicas, psico-sociológicas- culturales y medioambientales que se generan entre los viajeros y las entidades vinculadas a los viajes desde el lugar emisor, las entidades proveedoras de servicios y productos en el lugar de destino, los gobiernos de los lugares emisores y receptores así como las comunidades locales de acogida, con motivo del viaje y estancia de visitantes temporales en un destino diferente a su lugar de residencia habitual.

A partir de ellos podemos mencionar los diferentes enfoques de innovación que a criterio de la autora se aplican a la presente propuesta de investigación. Primeramente al enfoque organizacional pues se tiene como objetivo proponer una nueva forma de organizar el trabajo de la entidad con el medio ambiente que le permita implementar el subsistema económico al sistema de gestión ambiental. Como segundo al enfoque de aprendizaje, centrándose en la adquisición y uso de conocimientos, capacitaciones, para impulsar procesos, en este caso vinculado a los servicios.

Las políticas públicas

Las capacidades para innovar dependen de diferentes factores a decir de Arocena y Sutz, 2003. Los relacionados con prácticas específicas y relaciones sociales; otros vinculados con rasgos culturales generales, las actitudes y los valores prevalecientes. De ahí la importancia de las conexiones entra estas capacidades y las políticas. Sin ellas ciertas tendencias negativas para las mismas, podrían operar de manera deliberada.

Existen algunos riesgos asociados a la ausencia de políticas en la innovación. Entre ellos según estos autores se pueden mencionar:

  • 1. La escasa inversión en ciencia y tecnología.

  • 2. Subutilización de capacidades por dispersión y fragmentación.

  • 3. Cortoplacismo en la toma de decisiones de los actores (tendencia a invertir en investigación y desarrollo solo cuando los resultados esperados se dan en el corto plazo).

  • 4. Desigualdad en la distribución tanto de la innovación como en el uso del conocimiento derivado de ellas.

Las capacidades para generar conocimiento forman parte insoslayable de las capacidades para la innovación. En tanto estas capacidades se verán seriamente resentidas si las políticas públicas no impulsan la investigación. Si no se prepara el futuro, a partir de una labor prospectiva sistemática, las oportunidades pueden devenir ocasiones perdidas y los peligros convertirse en datos ciertos, en realidades negativas y difícilmente modificables; basta aludir, entre tantas otras cuestiones, al medio ambiente, las nuevas técnicas biológicas o a los problemas de salud vinculados al envejecimiento promedio de la población, para que los ejemplos sobren. Sucede que, para bien pero también para mal, el conocimiento ha llegado a ser una de las grandes cuestiones públicas de nuestra era (Arocena y Sutz, 2003).

Estas razones justifican la intervención pública en materia de innovación. Se trata de acciones tendientes a modificar situaciones que debilitan las oportunidades de emergencia de innovaciones socialmente útiles. Ahora bien, la naturaleza sistémica de la innovación lleva a preguntarse si no corresponde ir más allá, extendiendo el campo de la política pública al conjunto del sistema de innovación. Lo cierto es que la intervención pública se justifica tanto cuando se dirige a factores específicos que afectan la innovación como cuando busca que el sistema esté mejor conectado. Dos grandes avenidas recorridas por políticas públicas que apuntan a densificar las redes institucionales vinculadas con la innovación tienen que ver con las políticas de compra tecnológica del estado y con la articulación de las relaciones universidad-producción-gobierno (Arocena y Sutz, 2003).

Las políticas públicas pudieran entenderse entonces como la disciplina de la ciencia política qué tiene por estudio la acción de las autoridades públicas en el seno de la sociedad. Deben ser la traducción de las leyes sobre determinada materia; regulación, educación, desarrollo social, salud, formación, seguridad, energía, infraestructura, comunicaciones, agricultura, investigación, etc. De igual manera podríamos decir que constituyen la voluntad de los gobiernos o representantes públicos de las sociedades para la realización de actividades que conlleven al desarrollo en aras de resolver problemas sociales y necesidades de las mismas.

Podemos identificar estas políticas públicas en Cuba, precisamente en las conquistas de nuestro proceso revolucionario, acceso gratuito a la salud de todos los ciudadanos por igual, educación primaria, secundaria y media de carácter obligatorio para niños y jóvenes, igualdad de oportunidades para el ingreso a la educación superior, derecho al deporte y la recreación sana de todos, seguridad ciudadana, la igualdad de género y de razas, entro otras.

Cuba es un país en desarrollo que ha apostado al conocimiento. Desde hace cinco décadas nuestra nación ha impulsado una política social del conocimiento, entendida como el despliegue de estrategias deliberadas orientadas a su producción, distribución y aplicación, a fortalecer sus bases institucionales y a la definición de agendas que proyectan objetivos y prioridades de amplio y favorable impacto social. El compromiso y el apoyo del Estado cubano para con la actividad científica y tecnológica y, en particular, para con las decisiones sobre Política Científica y Tecnológica (PCT) han sido definidos por un determinado vínculo con las estrategias generales de desarrollo económico y social (EDES).

Con el propósito de incorporar la ciencia y la tecnología al proyecto de desarrollo nacional, los objetivos establecidos por las EDES, aprobados por el órgano supremo del Estado y la Asamblea Nacional del Poder Popular, 4 derivan en tres direcciones principales. La primera, encaminada hacia el sector de I+D, cumple con un doble propósito. Por un lado, las metas de importancia social y económica sirven de orientación en la preparación y el desarrollo cualitativo y cuantitativo del potencial de I+D y de su infraestructura asociada. Por otro, señala las principales tareas que deberán solucionarse por la vía de la I+D.

La segunda dirección establece los objetivos vinculados a la producción de bienes y servicios a cumplimentar por las empresas. La tercera define los planes a largo, mediano y corto plazos en los niveles nacional, ramal y territorial.

A partir de la aprobación del presupuesto para I+D, el órgano nacional de ciencia y tecnología, en coordinación con los otros organismos de la administración central del Estado (OACE) y las instituciones de investigación, estructura los lineamientos de investigación que posteriormente aprueba el Consejo de Ministros. Aparece así la definición práctica de la PCT como expresión de un conjunto de objetivos a través de los cuales se promueve la creación, uso y difusión de los conocimientos, así como el desarrollo de tecnologías en función de objetivos socio-económicos (Núñez y Montalvo, 2013). Por ello existen hoy un conjunto de instituciones académicas y científicas que trabajan para el cumplimiento de estos objetivos donde se inserta la bicentenaria Universidad de la Habana

Luego de una larga evolución de casi trescientos años, la Universidad de La Habana es hoy un gran complejo de dieciocho facultades y dieciocho centros de investigación o estudio dedicados a ciencias exactas y naturales; ciencias de la educación; ciencias sociales, económicas, humanísticas. Cuenta con filiales universitarias en diferentes municipios de la capital. El peso de la investigación y de la formación de alto nivel descansa en más de mil docentes e investigadores a tiempo completo y más de dos mil profesores a tiempo parcial. La investigación científica ocupa un lugar importante dentro de los planes de estudio de los programas de grado y posgrado. Los profesores e investigadores, así como las facultades y centros de investigación son evaluados anualmente sobre la base del cumplimiento de tareas y objetivos anuales de trabajo previamente concertados. En la última década maduró un sistema de evaluación y acreditación que promueve la calidad de los programas de grado, posgrado y de la institución en su conjunto (Nuñez, 2010).

Es precisamente a esta institución que pertenece la autora del presente trabajo. Por ello resulta necesario destacar que en su labor se encuentra estrechamente relacionada su función investigadora con la académica, con la responsabilidad de formar a los estudiantes, futuros profesionales. En particular en la Facultad de Turismo, unas de las de más reciente creación, pero no por ello menos importante y necesaria, dado el desarrollo del mismo en el país y de los servicios en general.

De manera general se puede decir que si bien hacia dentro de la educación superior se promueve y se regula de manera positiva la gestión del conocimiento y la investigación, existen otras instituciones de necesaria vinculación a las ciencias que dilata con sus mecanismos, los procesos y la obtención y aplicación de resultados innovadores, en este caso particular el trinomio Facultad – Ministerio – Entidades. En 10 años ya de trabajo de la autora ha podido ser testigo de diferentes momentos histórico en el posicionamiento de los estudios superiores en turismo en la sociedad.

Debido a ello podemos decir hoy que contamos con una facultad mejor organizada que ha logrado establecer y fortalecer las relaciones entre la academia y las entidades, logrando una mejor visualización y reconocimiento en el sector. Un ejemplo sobre este particular lo constituye la matrícula de trabajadores en los programas de posgrado y maestría, en el curso por encuentro para la licenciatura, los convenios de colaboración para las prácticas laborales y las intenciones de investigación conjunta, así como los servicios científicos .técnicos que hoy se demandan.

Los actores, roles e intereses

Vinculados a la actividad de investigador que realizo, se pueden mencionar los siguientes actores más importantes:

  • Facultad de Turismo.

  • La Universidad de la Habana (UH)

  • El Ministerio de Turismo (MINTUR)

  • Las entidades turísticas.

A decir de Núñez (2010) la Universidad de La Habana se ha confirmado como una heterogénea institución de conocimiento dedicada en su conjunto a la formación de estudiantes, la investigación, la innovación y la preparación y superación de alto nivel, bastante articuladas nacional e internacionalmente. La Universidad desempeña un papel clave en el país en áreas como la generación de graduados, la educación continua y de posgrado, la vida cultural de la nación, la investigación científica y el desarrollo tecnológico; los programas sociales que el país encamina y la formación de cuadros. Por ello deviene en el principal actor de que formamos parte, en cuyos roles e interés está precisamente el fomentar y afianzar habilidades investigativas y científicas en su claustro, que le permita cumplir con el rol que desempeña en la sociedad cubana.

El Ministerio de Turismo como Órgano de la Administración Central del Estado tiene como función dirigir estratégicamente y diseñar las políticas necesarias para lograr un desarrollo del turismo en nuestro país de manera sostenible y de acuerdo las necesidades, ideología y preceptos de nuestro sistema, para mantener las conquistas de la revolución y su carácter socialista. El mismo cuenta con un conjunto de instituciones tanto de dirección provincial como de formación, esta última conocida como Formatur, el cuál se relaciona de manera más intensa con la facultad con parte de su claustro vinculado a la docencia en pregrado y postgrado y su categorización por nuestros tribunales de categorías. Igualmente la dirección del ministerio ha venido ampliando y fortaleciendo las relaciones con la institución, no obstante todavía podemos decir que no son lo suficiente como para potenciar más el desarrollo de la actividad científica.

Las entidades turísticas son las que aglutinan a las empresas que brindan los servicios, tanto de alojamiento, restauración, de ocio, de transporte como los relacionados con los viajes. En ellas es donde se materializan en gran medida los procesos de investigación y la vinculación del conocimiento con la práctica. Desde la práctica realizada por estudiantes de pregrado que concluyen con ejercicios integradores que devienen en ocasiones en servicios científicos – técnicos, pasando por la superación de cuadros y trabajadores en especialidades de postgrado hasta convenios de investigación conjunta que derivan igualmente en doctorados. Aunque todavía nos queda por recorrer y lograr tener alianzas fuertes entre el sector empresarial y la institución académica.

Los Impactos

Lo que se pretende a partir del desarrollo de la investigación, que tributará a alcanzar el logro del Grado Científico de Doctor en Ciencias Económica de la aspirante, es la propuesta de una metodología que le permita al empresario de los alojamientos turísticos en destinos litorales contar con una herramienta que a partir de la contabilidad ambiental, les permita medir los costos ambientales en su gestión y visualizar lo que realizan en ella para la protección de medioambiente y la gestión de los riesgos ambientales.

Se diseñará una propuesta de presentación de la información ambiental en el nivel empresarial, imprescindible para la toma de decisiones, que tiene una gran repercusión en la conservación ambiental de los recursos naturales de que dispone el destino para el desarrollo turístico. La investigación tributa a la necesidad de contribuir a la preservación de los recursos naturales y al manejo sostenible de los ecosistemas del planeta, con prioridad para los de mayor fragilidad, entre los que se encuentran los ecosistemas costeros.

En ese sentido, la importancia y novedad de esta investigación radica en primer lugar en la elaboración de un instrumento metodológico que asuma e incorpore la contabilidad ambiental a la gestión de los costos ambientales de la actividad turística en empresas turísticas dedicadas al alojamiento y en segundo lugar a la aplicación de dicho análisis a la ubicadas en destinos turísticos en litorales debido a la importancia de los mismo en el desarrollo turístico del país.

Como resultado principal, se propone el diseño del instrumento de información ambiental para el nivel empresarial en los destinos turísticos en zonas litorales, adecuado a las condiciones específicas del mismo en Cuba, como contribución al perfeccionamiento del desempeño ambiental y como respuesta a las actuales tendencias de la gestión en el mundo.

El turismo y la academia

El fenómeno del turismo representa hoy, más de lo que se puede cuantificar económicamente, debe ser tratado y entendido por encima de límites económicos y operativos, no es solo gestión de alojamientos, ni ocio y recreación, tampoco altos ingresos y efecto multiplicador en las economías. Es una industria multidimensional que se desarrolló en el interior de los países receptivos pero que recibe influencias y en ocasiones control del entorno internacional, sobre todo de los países emisores. Es por su esencia inter – regional, intercultural y dependiente del exterior, por lo que debe gestionarse con estrategias diseñadas de forma interdisciplinar y basadas en una dinámica de cooperación entre todos sus actores. Se ha convertido en una dialéctica de estudio, análisis y conexión con todas las estructuras que lo componen e influyen y a su vez a aquellas que son influidas por él. Esta interdisciplinariedad es precisamente lo que le aporta al turismo su carácter científico como disciplina. Está llamado a asumir un papel realmente interdisciplinar en el mundo académico.

En poco tiempo el estudio del turismo ha dado pasos gigantescos, transitando desde el marco limitado de sus dimensiones prácticas a un amplio panorama de fundamentos científicos, beneficiados de las ideas de las cuatro plataformas de pensamiento. Permitiendo a la academia, armada con conceptos y herramientas multidisciplinares, mantener un curso hacia el desarrollo científico con un sentido claro de dirección. Hoy parece evidente que el turismo finalmente está ocupando su justo lugar académico en los círculos investigadores y educativos.

Los estudios turísticos en Cuba, con la creación de la carrera y su estudio en varias universidades del país, ha alcanzado un avance sustancial en su desarrollo científico. Sin embargo deberá afrontar variados y difíciles retos desde la formación profesional en turismo hasta la consolidación de un pensamiento científico holístico de la academia. Para así favorecer desde las investigaciones a resolver y brindar soluciones a problemas existentes tanto en la propia industria como los que se generan en la sociedad, más significativo aun en la nuestra, con 50 años de trabajo para una sociedad más justa (González y Perera, 2012).

Conclusiones

Una vez realizado este ensayo se puede concluir que resulta un ejercicio de vital importancia para pensar en el trabajo que realizamos a diario en las instituciones de educación superior con un enfoque diferente, hacia la utilidad social de lo que producimos. Es por ello que se puede afirmar que:

  • Pensar en ciencia, tecnología, innovación y sociedad desde nuestra saber hacer permite ampliar el alcance de los resultados esperados y definir de manera más acertada los actores involucrados.

  • Determinar de manera consiente la función del conocimiento y su uso y distribución de la manera más acertada.

  • Los estudios que permitan aportar herramientas para la tomar decisiones oportunas para el logro de la sostenibilidad en el desarrollo turístico, precisamente porque se conocen los impactos negativos sobre el entorno y la sociedad.

Bibliografía

  • ANEAS DE CASTRO, S., Riesgos y peligros: una visión desde la Geografía. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. (60). (2000).

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  • Partes: 1, 2
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