- Introducción
- Inicio y principales doctrinas del Maniqueísmo
- El cuerpo como posesión del mal
- Conclusión
- Bibliografía
El cristianismo ingresó al mundo como una revelación que ofrecía Dios al hombre mediante la figura de Jesucristo. Sus ideas procuraban arrojar luz sobre la redención, el amor y la salvación del hombre. El principal medio de difusión fue la Predicación y la conversión, el punto cardinal era creer en Dios por encima de entenderlo.
Los apóstoles y sus sucesores se sentían llamados a convertir al mundo por encima del hecho de enseñarles racionalmente una nueva fe, aunque recibieron críticas que los llevaron a empezar a esgrimir argumentaciones filosóficas y no solamente teológica.(COPLESTON. 2004, II 14).
Cuando el cristianismo se estableció y creció provocó represalias en judíos, autoridades políticas, intelectuales y pensadores paganos, por lo que recibió cuestionamientos más rigurosos que exigían respuestas. También se desarrollan cristianos estudiosos que desarrollaron una defensa de la fe utilizando la razón.-
Los ataques hostiles fueron aumentando a lo largo de los primeros siglos de la era cristiana lo que también provocó la maduración de la defensa apologética del cristianismo llegando a su plenitud con el sistema desarrollado por San Agustín.-
El primer grupo de pensadores cristianos en cuyas obras encontramos elementos filosóficos son los "antiguos apologistas"[1] se ocuparon de rebatir los ataques paganos y mostrar a las autoridades imperiales el derecho a la existencia que tenía el cristianismo.
Uno de sus principales expositores fue Marciano Arístides quién hacia el año 140 d. C. escribió una Apología dirigida al emperador Antonio Pio esgrimiendo argumentos que identifican a Dios como el motor del mundo. El Dios cristiano también presentaría los atributos de perfección, eternidad, bondad, sabiduría y eternidad. Otro apologista fue Justino mártir quién en su Diálogo con Trifón declara que la filosofía es un precioso don cuyo fin es conducir el hombre hacia Dios. También estudió la filosofía platónica y manifestó su respeto hacia ella pero llego a convencerse que el conocimiento seguro solamente puede alcanzarse a través de la Revelación. (Ídem, Págs. II 15 y ss.).
Hacia la mitad del Siglo II d. C. florece la gnosis como una de las principales divisiones dentro del Cristianismo.
Su doctrina contiene elementos griegos, orientales y cristianos y pretende, a grandes rasgos, sustituir la fe por el conocimiento. Es por consiguiente no un conocimiento sin más, sino el salvarse a través del propio conocimiento.
Dentro del gnosticismo nos detendremos únicamente a analizar la doctrina de Marción y del Bardesianismo.
Marción parte en su doctrina considerando al mundo como un lugar de maldad, lo que lo lleva a preguntarse por el mal y el pecado. Ante sus dudas llega la conclusión de que el creador del mal era Yahvé, el dios del Antiguo Testamento. En cambio, asumía que el dios del Nuevo Testamento era el proveedor del bien y superior a aquél.
En líneas generales Marción defendió la idea de que Yahvé era un ser perverso. Su estudio de las Epístolas del Apóstol Pablo lo había llevado a concluir que Yahvé imponía a los seres humanos respetar una Ley Mosaica imposible de cumplir por lo que era malvado. El Antiguo testamento muestra la imagen de un dios iracundo, celoso, vengativo y cruel contra la humanidad. Por otra parte, el Nuevo Testamento predicaba acerca de un dios de amor y bondad con Jesús dispuesto a sacrificarse por la salvación de la humanidad.
Piñeyro continúa expresando:
"Marción estableció así que necesariamente hay dos dioses, dos principios: un Dios trascendente, superior, extraño a este universo, que no es creación suya, un Dios bueno, inefable, etc., y otro dios creador de este mundo, necio -porque ignora que sobre él hay otro Dios, el Trascendente- y perverso Estos dos poderes han existido desde siempre, aunque desiguales en poder" (PIÑEYRO, 2007, Pag. 87)
Observamos entonces la presencia de un dualismo pero a nivel desigual, siendo el Dios del Nuevo Testamento el dominante. Como último punto a destacar, mencionamos que Jesús representa en esta doctrina un ser inferior cuya misión es simplemente transmitir al hombre la gnosis o conocimiento de salvación.
El segundo grupo a considerar es el "bardesianismo" que lleva el nombre de Bardesanee y tiene su esplendor hacia el siglo II s. C.
Esta escuela es importante porque se vislumbra en sus enseñanzas un antecedente inmediato del maniqueísmo.
Según este gnóstico en la creación existían dos principios: Dios y la materia y cuatro elementos primordiales: luz, aire, fuego y agua, que de algún modo están generados por los principios. El destino lleva a que estos elementos se unan a las tinieblas y de esta forma nace el universo. Luego de la creación se distinguen dos claes de elementos; los elevados (los cuatro principales) y los inferiores (materiales). El equilibrio se mantiene mediante la intervención del Principio Dios.
El ser humano formaría parte de este mundo, su cuerpo está conformado por materia y no puede acceder a que el alma acceda a la salvación. Finalmente el Principio Dios desea salvarlo por lo que encarna a Cristo que por medio del conocimiento enseña los medios para que el alma pueda unirse a la divinidad en la "cámara nupcial" tras la muerte. (Ídem, 2007, Pág. 113).-
El fin de la época de apologistas comienza con un período de florecimiento que se inicia con el concilio de Nicea en el año 325, y concluye con el concilio de Calcedonia en el año 451. Es la época se procura evangelizar la totalidad del mundo antiguo. Comienza un largo período de paz que facilitó extraordinariamente la expansión y el desarrollo del cristianismo. Cabe destacar el año 313, cuando el emperador Constantino, agradecido al Dios de los cristianos por la victoria militar que le aseguró el dominio del Imperio romano, promulgó el edicto de Milán, con el que quedaron revocadas las leyes contrarias a la Iglesia. A partir de entonces, el cristianismo quedaba reconocido como religión. Más tarde, el emperador Teodosio, en el año 380, prohibió el culto pagano, y el cristianismo fue declarado como religión oficial del imperio Romano.
Los temas más importantes a debatir fueron: El de la Santísima Trinidad y el de la Encarnación.
El misterio de la Santísima Trinidad se deabte en los siglos IV y V principalmente en lucha contra el arrianismo. Esta secta negaba la igualdad entre el Padre y el hijo, poniendo a Jesucristo como inferior al Padre. Esta herejía fue combatida en el Concilio de Nicea y en el de Constantinopla I en los años 325 y 381.
El misterio de la Encarnación, se discute en el siglo V contra el nestorianismo. El nestorianismo concebía a Cristo como un hombre perfectísimo, habitado por la divinidad, pero únicamente con la condición humana.
Son muchos los Padres de la Iglesia en este período, pero los más importantes son aquellos a los que se les atribuye el titulo de "Doctor eclesiástico" tanto en los Padres Orientales o Griegos, como en los Padres Occidentales o Latinos.
Pasemos, para finalizar la introducción, a la vida de San Agustín.-
Nace en el año 354 en Tagaste, en Numidia, provincia romana de Cartago, en el norte de África (hoy Argelia). Su padre Patricio era pagano y su madre Mónica era cristiana. Realiza sus primeros estudios en Tagaste.
A continuación prosigue sus estudios de Gramática en Madaur y un amigo de la familia llamado Rominiano se ofreció pagar sus estudios.
Ahora bien, estando en Cartago, en primer lugar se une a una chica a la que permanecerá fiel hasta poco después de su conversión al cristianismo.
En Cartago tiene que estudiar a Cicerón, lee el Hortensio (hoy perdido) y se siente impresionado por el contenido y decide a abandonar la Retórica para dedicarse a la búsqueda de la sabiduría, la Filosofía.
Cuando tiene 19 años se encuentra con una secta muy común en la época, el maniqueísmo cuyas doctrinas principales desarrollaremos en el comienzo del desarrollo.
Posteriormente, hacia sus treinta años viaja a Roma y abre una escuela, pero allí se encontró con que sus alumnos no le pagaban las clases. En ese momento pasa por una crisis fuerte: el maniqueísmo le había decepcionado y cae en una depresión intelectual. Desconfía del sentido eidético de la razón y se queda con lo el razonamiento de tipo lógico.
Llega a Milán, y allí se encuentra con el obispo San Ambrosio el cual presenta la característica de ser uno de los mejores oradores.
En 385 Agustín se termina de convertir al cristianismo decidiendo romper definitivamente con el maniqueísmo. Esta noticia llenó de gozo a su madre, que había viajado a Italia para estar con su hijo, y que se encargó de buscarle un matrimonio acorde con su estado social y dirigirle hacia el bautismo. En vez de optar por casarse con la mujer que Mónica le había buscado, decidió vivir en celibato.
Posteriormente se consagra al estudio formal y metódico de las ideas del cristianismo. A los treinta y tres años de edad, fue bautizado en Milán por el santo obispo Ambrosio. y regresa a África. Poco antes de embarcarse muere su madre Mónica.
En 391 viajó a Hipona y durante una celebración litúrgica fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado sacerdote. Agustín aceptó, tras resistir, esta elección, si bien con lágrimas en sus ojos. Algo parecido sucedió cuando se le consagró como obispo en el 395.
Durante los últimos años de su vida presenció las invasiones bárbaras que atacaban el imperio romano y su Ciudad no escapó. Al tercer mes del ataque directo a Hipona se enferma y muere.-
Como desarrollamos anteriormente, San Agustín no vivió una época tranquila, presenció en carne propia la caída del imperio Romano y de la Ciudad de Roma, considerada "La Ciudad eterna". Su vida también fue una gran muestra de batallas pero a nivel espiritual. En su niñez rechazó la fe cristiana y, aunque tuvo siempre presente la creencia de su madre, no fue hasta estar próximo a la vejez que se convirtió al cristianismo.
Durante nueve años perteneció a la secta de los Maniqueos[2]por lo que seguramente fue influenciado por sus doctrinas y enseñanzas a tal punto de no percibir que construyo principios influenciados por ella.
Para razonar mejor acerca de lo propuesto mencionemos brevemente las doctrinas del maniqueísmo y luego analicemos el problema del mal en San Agustín trazando puentes entre su concepción cristiana y las posibles influencias que haya tenido.-
Hacia el final resumimos los principales puntos de contacto entre la doctrina maniquea del mal y la expuesta por San Agustín y posibles explicaciones que expone el escritor sobre las mismas.-
DESARROLLO
Inicio y principales doctrinas del Maniqueísmo
A finales del siglo III surge una de las "cuatro grandes religiones del mundo antiguo, junto con el judaísmo/cristianismo, el budismo y el islam" (Ídem, 2007, Pág. 197)
No se sabe a ciencia cierta su origen exacto o si debe considerársela o no como parte del cristianismo. Fue a partir del siglo XVIII mediante una nueva visión de las escrituras de Maní es que se empezó a considerar el Maniqueísmo como una religión naciente del cristianismo primitivo y muy similar al Zoroastrismo.
Más adelante, mediante el estudio de la Historia de las Religiones es que se la consideró como una rama de la Gnosis y su sistema religioso se influenció en gran manera por el Cristianismo oriental y por las ideas de Marción y Bardesanes[3]
Su fundador, Maní, nació hacia el año 216 en Seleucia-Citesifonte, lugar geográfico donde actualmente se encuentra Irak y murió hacia el año 277 en Bet. Convivió en su ambiente infantil dentro de la religión Alkhasianos, los cuales interpretaban la Biblia con elementos judíos, paganos y gnósticos. Desde su juventud aseguró recibir visiones celestiales y enseñó que él era el Espíritu Consolador que anunciaba Jesús (Juan Cap. 15 v. 26). Sus ideas orientales provienen de una serie de viajes misioneros que lo llevaron por Mesopotamia hasta la India. Sus aprendizajes lo pusieron en condición de proclamar una nueva religión.
Debido a los pocos fragmentos que nos han llegado es que no se conoce a ciencia cierta cuáles de las doctrinas que expone el Maniqueísmo son propias de su fundador y cuales provienen de sus discípulos.
En líneas generales esta religión expone que desde el origen de los tiempos existía una cosmología dualista compuesto por dos principios o sustancias, la Luz y las tinieblas. En principio estas dos entidades permanecen completamente separadas.
En la luz reinaba el cuya presencia está inundada de Pureza, Poder y Sabiduría. Este padre tiene cinco entidades que son: Razón, Inteligencia, Pensamiento, Poder especulativo y Reflexión. Todos estos elementos son espirituales y buenos. En este reino son hay seres luminosos llamados "eones".-
En contraposición, en las tinieblas reina un (llámese "Arconte, "El Diablo" entre otros) que gobierna atributos y entidades opuestos a los de la Luz: Razón perversa, inteligencia perversa, etc. Este es el reino del mal, el cual se asocia con la materia. El jefe esta rodeado de demonios que luchan entre sí por el poder y la subsistencia.
Dado el movimiento del Imperio de las Tinieblas es que se desata una lucha entre los principios.
En este ambiente bélico es que se crean los astros, posteriormente los demonios Saclas (el loco) y Nebroel crean de los elementos de la Tiniebla a Adán y Eva. El Ser humano estaría formado entonces por una parte divina –la imagen del tercer enviado que es luz- y otra material –cuerpo hecho por demonios- Es por esta razón que rechazaban la idea de la unión sexual para mantenerse lo más puro posible.
El hombre albergaría dentro de sí dos grandes potestades en constante y eterna lucha y de este resultado se darían las acciones de éstos. El mal surge de la mezcla entre la naturaleza espiritual y corporal, la unión entre cuerpo y alma. El hombre obraría mal cuando triunfan en él las tinieblas, la materia, la oscuridad por sobre la luz.
Ante la creación de las tinieblas es que el reino de la Luz envía a ellos una entidad divina, un Esplendor , el cual se dirige a Adán para iluminarlo y que reciba la enseñanza de que su alma está dominada por la materia, el deseo sexual y la muerte y que puede emprender un camino para volver hacia la luz. (ídem. 2007 Pág. 208)
La salvación para esta no consistía únicamente en conocer la revelación de Maní, sino que también se debía realizar ciertas prácticas para purificar el alma y que ésta pudiera ascender hasta la luz. Los "elegidos" debían seguir al pie de la letra cinco preceptos: decir la verdad; no matar, abstenerse de todo trabajo corporal, del sexo y de la ingestión de carne y vino, practicar la pureza de palabras y la pobreza. En cambio, los "oyentes" debían aceptar la fe maniquea y ponerse al servicio de los elegidos. (Ídem, ss.)
El problema del mal
La existencia del mal era un asunto que inquietaba a Agustín desde su juventud, las preguntas: ¿de dónde viene el mal? y ¿qué sentido tiene? Lo llevaban a reflexionar sobre los orígenes del mismo y su vinculación con la materia, llegando en su época madura a relacionar el mal con el pecado; o, lo que es lo mismo, una injusticia que nos aleja de la bondad de Dios.-
Tras estudiar a fondo el tema se desprende de las enseñanzas maniqueas llegando a rechazar la idea de que la maldad estaba asociada con la materia y lo concibe como ausencia del ser: como carencia del bien debido.
Vincula el mal con la nada y asume que esta es su naturaleza. Finalmente entiende que el mal es una tendencia de los seres hacia el desorden, hacia el no-ser[4]en contraposición al Ser de Dios. Tal como los elementos de la Naturaleza tienden a la descomposición o hacia el caos los seres humanos tendemos hacia el pecado y el mal.
Existen dos tipos de mal, el mal que procede propiamente del hombre, las acciones y obras promovidas por el egoísmo y que no buscan el la Gracia de Dios y, en segundo lugar el mal sufrido porque Dios permite que así sea.
Principales características del mal según "La Ciudad de Dios".-
En el capítulo VIII del Libro primero en donde se expone la existencia del bien y del mal:
"Con todo, hemos de entender que la paciencia de Dios respecto de los malos es para convidarlos a la penitencia, dándoles tiempo a su conversión; y el azote y penalidades con que aflige a los justos para enseñarles a tener sufrimiento, y que su recompensa sea digna de mayor premio" (Ciudad de Dios, Libro Primero Cap. VIII)
En primera instancia distinguimos dos tipos de personas, los "buenos" que son aquellos cristianos piadosos que procuran seguir la voluntad de Dios y acceder a la vida eterna mediante el ejercicio de las buenas obras, en segundo lugar, los "malos" que son aquellos que no creen en las enseñanzas cristianas, en este caso particular también se podría aplicar a los Ciudadanos Romanos de creencias politeístas que asediaban a los cristianos y los culpaban de la Caída del Imperio. Esta distinción también es fundamental para la redacción del libro abordado, ya que los que aman a Dios y ponen a Dios por encima de sí mismos pertenecerían a la Ciudad de Dios mientras que aquellos que se aman a si mismos o a otros dioses son los ciudadanos de la Ciudad terrenal.-
Para ambos observamos que el mal es un factor qué está presente a tal punto que pareciera que ni la omnipotencia del Dios cristiano lo reprime sino que se utiliza para los primeros como un medio de purificación y conducción hacia la vida eterna que sería el mayor premio.-
En cambio, para los malos el fin del mal es el de permitirles creer en las enseñanzas cristianas y que entiendan acerca de las Bondades de Dios para con ellos, el cual les reservaría mejor premio en la posterior vida.
" quiso que estos bienes y males temporales de la vida mortal fuesen comunes a los unos y a los otros, para que ni apeteciésemos con demasiada codicia los bienes de que vemos gozan también los malos, ni huyésemos torpemente de los males e infortunios que observamos envía también a los buenos" (ídem)
San Agustín le atribuye a Dios la facultad de administrar la prosperidad y desavenencias de los seres humanos. En el fragmento final del Capítulo VI del Libro Decimoquinto[5]se agrega la idea metafórica de que Dios tiene un "vaso de ira" y un "vaso de misericordia" que administra de modo misterioso pero siempre justo, siempre proveyendo su ayuda a través de su espíritu para llevarnos a vivir con más tranquilidad y llegar a la paz eterna.-
El mal tendría como fin trazar un camino de purificación para el cristiano, el cual no le permitiría caer en la codicia si se le facilitara acceder a muchos bienes así como que no tema de los infortunios que padezca, sino que éstos sirvan para confiar más en la Omnipotencia de Dios y aguardar con mayor celo la vida eterna.
De esta forma se enseña que el creyente debe conducirse con mesura no prestando mucha atención a los bienes temporales ni apesadumbrarse sobremanera por los problemas futuros. San Agustín nos enseña que de los creyentes no deben servir a Dios esperando recompensas que los hagan codiciosos y avarientos, sino que deben buscar constantemente ser más piadosos y religiosos.
Salvador ANTUÑANO agrega:
" permite el mal para poder de él sacar, de una forma misteriosa pero real, bienes mayores. El gran testimonio que sobre esta acción divina se puede presentar es la crucifixión de Cristo: Dios no la quiere directamente pero quiere la libertad humana y respeta el uso de esa libertad cuando el hombre mata a Cristo ( ) proveyendo con esa acción la salvación del Hombre y el orden de todas las cosas según la providencia divina" (ANTUÑANO, 2007, Pág. 97)
Dios también muestra a los malos los peligros que le asechan y aguardan para el día del Juicio Final.
Hacia el final del Capítulo VIII del Libro Primero San Agustín hace una comparación entre los fines del mal, tanto para los creyentes como para los incrédulos, con el fuego que quema oro y paja:
"porque así como con un mismo fuego resplandece el oro, descubriendo sus quilates, y la paja humea ( ); así también una misma adversidad prueba, purifica y afina a los buenos, y a los malos los reprueba, destruye y aniquila ( ) consistiendo la diferencia de tan varios sentimientos, no en la calidad del mal que se padece, sino en la de las personas que lo sufren; porque, movidos del mismo modo, exhala el cieno un hedor insufrible y el ungüento una fragancia suavísima" (ídem)
Apreciamos en este enunciado nuevamente la idea del mal aplicado sobre la humanidad pero con diferentes fines cuando se piensa en el cristiano o en el no creyente.
Esta ilustración proviene directamente de la Biblia[6]y se asocia a la Idea del Juicio final, momento en el cual serían separados definitivamente los cristianos de aquellos que no siguieron la fe tanto unos para obtener la anhelada bendición eterna o el castigo del infierno para los segundos.
En este caso San Agustín diferencia el bien que produce la aflicción en los seguidores de Jesús en contraposición a los no creyentes, en los cuales produce un "hedor insufrible".-
Similitudes entre la teoría del mal expuesta por San Agustín en la Ciudad de Dios y las doctrinas maniqueas
Observamos en este punto similitudes interesantes entre lo expuesto. ¿Hasta que punto se influenció San Agustín en sus enseñanzas precedentes para exponer acerca del mal? Encontramos similitudes en los siguientes puntos:
La idea de potencias contrarias que luchan entre sí y un mal predominante que gobierna la condición humana.
Como se desprende de los análisis expuestos anteriormente, parecería que existe un elemento que llamamos el "mal" que tiene gran impacto sobre los componentes del universo y que se contrapone directamente con el bien.-
Esta idea es una de las principales doctrinas maniqueas pero fue también una de las causas por las que San Agustín abandona esta doctrina. Luego de reflexionar entendió que si esto sucediera de esta forma ambas potencias se limitarían mutuamente y exigirían un "tercer elemento" por encima de ellos como principio absoluto. Algo similar ocurría con los dioses griegos en los que la "Moira" (el destino) intervenía de forma suprema y ni Zeus podría imponérsele. (SCHWARZ, 1972, Pág. 19)
Si Dios no se puede concebir como infinito, todo lo que se le opone tiene que ser de igual manera algo instaurado y exige un Creador por encima.
Asimismo Agustín entiende que el Dios cristiano se impone sobre todos los elementos del Universo, inclusive del propio mal y a su vez lo utiliza como medio de purificación en la vida del cristiano, permitiendo en su vida ciertas aflicciones para enseñarle a buscar principalmente la piedad y la religiosidad.-
El cuerpo como posesión del mal
Ante la pregunta ¿Qué puede hacer el Ser humano ante el mal? los maniqueos exponían que el mal es consecuencia de la lucha de principios dentro de ser humanos y que se manifestaría el que venciere. El mal se presenta como una potencia que domina al hombre debido a que está inmiscuido en su naturaleza.-
En cambio, San Agustín desarrolla la doctrina del libre albedrio expresando que las personas tienen libertad de actuar como deseen y tomar las decisiones que su inteligencia crea convenientes aquí en la tierra aunque serian juzgadas en el momento en que se produzca el fin del mundo.
¿Cómo llega San Agustín a entender que esto es así? En primer lugar, distingue entre naturaleza y voluntad. Al ser la naturaleza obra de Dios es imposible que sea mala porque del bien no puede originarse el mal.
Por consiguiente, la maldad solo podría venir de la voluntad del hombre "por ser inteligente por ser libre para decidirse por el bien y por el mal" (Ídem. 1972 Pág. 43).
La voluntad del hombre es libre y puede elegir si acercarse al Bien de Dios o puede alejarse persiguiendo lo terrenal.
La idea de que el Espíritu de Dios acompaña al discípulo y lo ayuda en su diario vivir.
Esta noción se sigue directamente de las enseñanzas de Jesús. En el evangelio de Juan leemos:
"( ) yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros siempre ( ) el Consolador, el Espíritu Santo, a quién el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo he dicho" (Jn. Cap. 14 vv. 16, 26)
Jesús enseñó a sus Discípulos que era hijo de Dios y enviado a la tierra para cumplir dos misiones fundamentales: enseñar las enseñanzas correctas de Dios Padre y ofrecer su vida y ser crucificado para que toda la humanidad pueda acceder a la Salvación.
Luego que su obra estuviese finalizada Dios Padre enviaría un "Consolador" que ayudaría a los creyentes en su diario vivir. De esta forma se conformaría la trinidad bendita de la que seguramente Maní se influencia y enseña a sus seguidores de igual manera que lo hace Iglesia Católica.-
Al llegar al tramo final de esta breve investigación logro destacar el camino intelectual recorrido. Hemos podido desarrollar las principales doctrinas de la secta maniquea haciendo hincapié en la concepción del mal así como la contraposición expuesta por San Agustín.
Mediante el análisis de fragmentos de La Ciudad de Dios pusimos en relieve posibles influencias maniqueas que haya tenido el autor conjuntamente con las principales características referentes a la concepción del mal en el cristianismo.
En tercer lugar mediante una breve síntesis extrajimos principales puntos de conflicto entre ambas "teorías" buscando clarificar que expone concretamente San Agustín referente al tema y la crítica que realiza a secta. Ante la pregunta ¿qué puede hacer el hombre frente al mal? San Agustín llega a desarrollar la Doctrina del Libre Albedrio.-
Hemos concluido que si bien hay posibles puntos de contacto entre ambas concepciones, San Agustín se encamina principalmente hacia una nueva teoría que se fundamenta principalmente en las doctrinas de Jesucristo expuestas en la Biblia. Los puntos de contacto pueden ser, en mi opinión, fruto de que ambas congregaciones parten de las mismas ideas previas que son, la Doctrinas Bíblicas (aunque tenemos claro que Maní también utiliza doctrinas orientales).-
Para finalizar, cabe agregar que sería interesante ampliar esta investigación llevando el estudio obras principales de San Agustín y de esta manera extender nuestra visión acerca del Mal. Asimismo se podría estudiar otras sectas y ponerlas de relieve ante lo expuesto.
Libros.
ANTUÑANO, S. Estudio Preliminar sobre la Ciudad de Dios. Editorial Técnos. España. 2007
COPLESTON, F. Historia de la Filosofía. Tomo II De San Agustín a Escoto. Editorial Ariel. España. 2004
COCHARNE, CH. Cristianismo y cultura clásica. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires 1939
GILSON, E. La filosofía en la Edad Media, Desde los orígenes patrísticos hasta el fin del Siglo XV. Segunda Edición. Editorial Gredos. Madrid. 1976
HIRSCHBERGER, J. Historia de la Filosofía. Tomo II – Edad Media.-
PIÑEYRO, A. Cristianismos derrotados. Editorial EDAF. España. 2007
SCHWARZ, G. Lo que verdaderamente dijo San Agustín. Editorial Aguilar. México. 1972
Enlaces Web.
AGUSTÍN DE HIPONA. Del libre albedrío (http://www.augustinus.it/spagnolo/libero_arbitrio/libero_arbitrio_2.htm)
AGUSTÌN DE HIPONA. La Ciudad de Dios. Disponible en Web (www.librosclasicos.org).
DOS SANTOS, S. San Agustín. Libre albedrío y libertad. (disponible en web: (http://www.mailxmail.com/curso-san-agustin-moral–filosofia-religion/san-agustin-libre-albedrio-libertad-1-2)
Página de Fundación "Hijos de la divina voluntad". Informe sobre Padres de la iglesia. (web:
SALVADOR GAUTIER, M. Sobre la obra La Ciudad de Dos de San Agustín. Disponible en enlace web: (http://palabraspunto.blogspot.com/2010/09/01-la-ciudad-de-dios-de-san-agustin.html)
Los enlaces web han sido revisados y funcionan a la fecha 24/7/2014.-
Autor:
Maikol Chocho
2º Filosofía
Centro Regional de Profesores Artigas – Colonia del Sacramento
24/7/2014
[1] Se sigue de COPLESTON, ?dem. P?g. II 15.-
[2] SAN AGUST?N. Confesiones Libro IV Cap?tulo 1
[3] Ver Introdicci?n.-
[4] DYSON, R. Augustine: The City of God against the Pagans. Cambridge University, 2003. P?g. 16.-
[5] ?Y suele Dios hacerlo as?, distinguiendo los vasos de ira de los vasos de misericordia con la dispensaci?n que sabe, aunque muy oculta, pero muy justa; porque ayud?ndonos su Divina Majestad de modo admirable y secreto cuando el pecado que habita en nuestros miembros,(?); nos convertimos al esp?ritu que, gobernado por Dios, no consiente, con su auxilio, en cosas malas; y este esp?ritu le tendr? ahora al hombre, y le dirigir? con m?s tranquilidad; y despu?s, (?) reinar? con paz eterna?
[6] Mateo Cap?tulo 3 vers?culo 12 San Juan Bautista ense?aba que en el d?a de la revelaci?n el se mandar?a la paja al fuego que nunca dejar? de arder y Ep?stola de Pedro Cap?tulo 1 vers?culo 7 hace especial ?nfasis en la capacidad de probar la fe del cristiano como se purifica del oro con fuego.